Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice Siguiente


Abajo

ABCdario de la animación a la lectura

Equipo Peonza



Cubierta



  —[7]→  

ArribaAbajoManual de instrucciones

Este es un libro, uno más o uno menos, que trata de la animación a la lectura, loco y desinteresado empeño de hacer lo imposible para que otros lean. Va dirigido a todas aquellas personas que están en contacto con niños y jóvenes y que desde una escuela, una biblioteca o cualquier otro ámbito, procuran acercarles a la lectura de las páginas de un libro. Por tanto, ellos son los usuarios de este repertorio de técnicas de animación a la lectura y en estas líneas iniciales se detallan las características de uso, mantenimiento, componentes y modo de funcionamiento del libro. Este es su abecé:

A de Atxaga. Nuestro buen amigo Bernardo nos sirvió de inspiración a la hora de adoptar el abecedario como estructura del libro. Él, como otros autores, siente una especial fascinación, reflejada en su obra, hacia el alfabeto. Al redactar este Manual de instrucciones tenemos presente el recuerdo de una conferencia suya en la que realizaba un personal recorrido a través de la literatura infantil de la A a la Z. Decía, entre otras interesantes ideas, que el alfabeto es un río que nace donde la A y muere donde la Z. Tenemos el propósito de que las técnicas contenidas en estas páginas señalen el curso de un caudaloso río muy concurrido, más o menos ancho pero las orillas seguras siempre al alcance, que discurre a veces remansado y agitado otras, cuyo destino debe ser desembocar finalmente en la mar anchísima de la lectura, donde la navegación a bordo del libro es solitaria.

B de Barrie, el descubridor de las ignotas tierras de Nuncajamás y creador de Peter Pan, Wendy y los niños perdidos. Aunque bien pensado ¿por qué no Carroll, autor de Alicia y explorador del País de las Maravillas? ¿O Ende, adelantado de «Fantasía» y progenitor de Bastián y Atreyu? Sencillamente, porque ni Carroll ni Ende son nombres que comiencen por la letra B. El hecho de tomar prestado del alfabeto el esquema para el libro, nos supuso un estimulante reto y, a la vez, una servidumbre. A cada letra le corresponde una técnica de animación a la lectura, la cita de un autor y la ilustración de un personaje; pero ¿cuáles?: por ejemplo, para la T, ¿terror, teatro o tebeo?, ¿Twain, Tournier, Tolkien?, ¿Tintín, Tarzán o Tom Sawyer? Además, los elementos desechados al realizar la elección no encajan   —8→   en otro capítulo. Por otro lado, ¿un personaje con la Ñ, un autor con la X y una técnica con la U? Resolver todos esos problemas supuso un divertido esfuerzo. La contrapartida es que no presentamos una obra exhaustiva sobre la materia (tampoco lo pretendíamos); la muestra de experiencias, personajes y escritores es personal y, por tanto, discutible. Paco Díaz es el autor de las ingeniosas letras y de Ñuton (ratón de biblioteca que acompaña a cada una de ellas), que componen nuestra propia versión del alfabeto, ese instrumento de comunicación que, en las infinitas combinaciones de sus 27 letras, es el generador poderoso de la escritura y, por Ende, de la lectura.

C de Cortázar, que hablaba de cronopios, quería tanto a Glenda y escribió Rayuela. Al igual que ese libro, y salvando las distancias, éste admite muy diferentes itinerarios: se puede penetrar en él por cualquiera de sus páginas, volver atrás, ir hacia adelante, leer en zig-zag, saltarse capítulos enteros y, por supuesto, abandonar su lectura en el punto que se desee. Nuestro ruego es que, cualquiera que sea el recorrido que se emprenda, no se deje de incluir en él el capítulo final «-¿La animación a la lectura? -Bien gracias, y ¿después qué?» donde hemos tratado de definir nuestro credo en relación con la cuestión.

Este ABCdario contiene citas y referencias de libros y autores clásicos y modernos, que dirigen sus obras a niños, adultos o a ambos. Queremos apostar por el lector total, ese que orienta su curiosidad hacia todas partes, capaz de disfrutar con un buen álbum para pequeños y con las obras maestras de la literatura universal: más allá de convencionalismos, la literatura no conoce fronteras. Por eso concluimos con una cita de Montaigne que en el siglo XVI escribía: «Un lector capaz descubre a menudo en los escritos de los demás perfecciones diferentes de las que el autor ha puesto y visto, y da sentidos y descubre aspectos más ricos».

Es nuestra ilusión que los lectores sepan enriquecer el contenido de estas páginas con sus ideas suprimiendo, cambiando y añadiendo cuanto les parezca oportuno. No nos sentimos propietarios exclusivos de lo que sigue, puesto que somos deudores de las experiencias y el pensamiento de tantos otros que han escrito y reflexionado antes que nosotros y nos han mostrado los caminos a seguir. Y, sobre todo, debemos mucho a los niños que a diario nos enseñan y a quienes, en última instancia, se dirigen nuestros esfuerzos e ilusiones.





  —[9]→  

ArribaAbajoÁlbum

A

Más de una vez, al anochecer y por la mañana, volvió al sitio en que había dejado al príncipe. Vio madurar los frutos del jardín, vio fundirse la nieve en las altas montañas, pero no vio al príncipe y cada vez volvía más triste al fondo del mar. Allí su único consuelo era sentarse en su jardincito y rodear con sus brazos la bonita estatua de mármol que se parecía al príncipe mientras sus flores desatendidas, olvidadas, se esparcían, por las alamedas como por un sitio silvestre entrelazando sus largos tallos con las ramas de los árboles y formando así bóvedas espesas que obstruían la luz.


H. C. Andersen, La Sirenita.                


  —[10]→     —[11]→  

Aquí empieza el Abecedario de Animación a la lectura y lo hace con la A de ÁLBUM, porque el coleccionismo es una de las aficiones preferidas de los niños.

Los cromos de los jugadores de la Liga de fútbol, de las figuras de la NBA, de los héroes de la bicicleta, o de las películas con mayor gancho o mejor lanzamiento comercial, ya sean Los Simpsons, Parque Jurásico o La Sirenita, invaden los patios de los colegios; y un comercio de gran alcance -cuyas leyes no están escritas, pero que todos respetan- se produce periódicamente.

¿Por qué no aprovechar esta fiebre y convertir a los personajes más queridos del mundo de la ficción literaria en el centro de esta afición? Los cromos pueden servirnos para hacer más populares a los protagonistas de las historias que nos encandilan. La actividad que proponemos da mucho juego en el marco de una Semana del Libro o en unas jornadas dedicadas a la literatura infantil.

Consiste en formar una colección de cromos con los personajes más conocidos de los libros infantiles y juveniles, aunque podemos incluir también a algunos de los clásicos más famosos. Es importante que estén sacados de libros que los niños tengan a su disposición en las bibliotecas de aula o del centro; y, de entre éstos, aquellos que estén leyendo. Esto sería lo ideal. Pero también puedes recurrir a los personajes que aparecen en este libro, si los consideras adecuados. ¡Ah!, y no te olvides de Nicolasa, la bruja doña Paz, el patito feo, Feral y algún batauto, que estamos en la A de Atxaga, Antoniorrobles, Andersen, Alonso y Armijo.

  —12→  

En primer lugar, tenemos que diseñar el álbum. Para ello, habrá que tener muy en cuenta el dinero de que disponemos. Si no es mucho, una cartulina doblada -con unos recuadros, en los que más tarde los niños pegarán los cromos- puede servir; aunque no sea lo ideal. Luego, haremos unas fotocopias de los personajes, que habrán de pasar por la guillotina; y ya tenemos los cromos.

El álbum puede ser sensiblemente mejorado si debajo del recuadro reservado a cada cromo imprimimos el nombre del personaje correspondiente. Mejor aún si ponemos una breve descripción del mismo. Tampoco es mala idea reservar un espacio en blanco para que sean los propios niños quienes escriban una frase que sea de su agrado tomada del libro correspondiente. Y, si el álbum va dirigido a niños mayores, puede ser muy interesante colocar una frase una pizca enigmática, extractada igualmente del libro.

Como verás, admite muchas variaciones. La decisión sobre cuál de estas alternativas es la mejor la debe tomar el grupo de organizadores en función de los niños a quienes vaya dirigido el álbum y las posibilidades económicas.

Antes de continuar, vamos a comprobar si estás preparado para llevar adelante una empresa de tal envergadura. Para ello, deberás superar con buena nota este pequeño examen -perdón, control- que te presentamos seguidamente.

Supongamos que tienes los cromos, por ejemplo, de Peter Pan (1), Blancanieves (2), Cenicienta (3), El soldadito de plomo (4), Pinocho (5), El gato con botas (6), Robinson Crusoe (7), Alicia (8), Hansel (9) y Pulgarcito (10).

Ahora imagínate ante el álbum. Los recuadros están en blanco y debajo las siguientes frases:

-«Sólo me casaré con la muchacha que pueda ponerse este zapato».

  —13→  

Alicia

-«Después de los ojos, le hizo la nariz; pero la nariz, apenas hecha, empezó a crecer y crecer».

-«Había una mesita con un mantel blanco, y siete platitos, siete cucharitas y tenedores y cuchillos muy chiquitines, y siete copitas».

-«Me contentaría con que tuviéramos siquiera un niño, aunque fuera chiquitito como mi dedo gordo».

-«Todos los niños, menos uno, se hacen mayores».

-«El hijo del molinero se asombró del talento del gato, y le mandó hacer un par de botas estupendas».

-«Sólo contaba con mi cuchillo, una pipa y un poco de tabaco en una caja. Estas eran todas mis provisiones, y al comprobarlo me sentí arrojado al   —14→   más terrible de los sufrimientos».

-«El chico se agachó y recogió tantas piedras como pudo meterse en los bolsillos de su chaqueta».

-«Ahora medía sólo veinticinco centímetros, y su cara se iluminó de alegría al pensar que tenía la talla adecuada para pasar por la puertecita y meterse en el maravilloso jardín».

-«Construyeron un barco con un periódico viejo, pusieron dentro al soldado de plomo, y lo hicieron bajar por el arroyo».

¡Bravo! Estábamos seguros de que conseguirías una alta calificación. Ahora sólo necesitas decidirte. Lo tienes todo claro, y cuentas ya con el álbum correspondiente y un montón de cromos que harán las delicias de tus chavales. Los dinosaurios de Spielberg al lado de esto no tienen nada que hacer. Nosotros estuvimos a punto de ser llevados a los tribunales por la Disney Corporation por competencia desleal. Al final, Walt nos echó una mano y no pasó del susto.

Así que regala un álbum a cada niño y distribuye entre todos un número igual de cromos. Puedes mostrarte un poco perverso y repartir cromos repetidos en la misma clase con el fin de obligarles a trabajarse el intercambio con los niños de otras clases. Es bueno que vayan aprendiendo a buscarse la vida. Si te han hecho alguna trastada últimamente, te permitimos que utilices una pequeña dosis de sadismo. Secuestra a alguno de sus personajes favoritos, o a uno que no sea demasiado conocido; enseguida se convertirá en el más famoso.

Antes de que comience a aparecer el desánimo entre la tropa, vete soltándolos por aquí y por allá. Verás cómo se les alegra la cara.

Y no seas tacaño, haz un buen número de cromos para que todos puedan completar sus álbumes.

Una vez lo hayan conseguido, y hayan pegado todos los cromos, puedes sugerirles que los coloreen. Si los medios del centro lo permiten o existe una APA generosa,   —15→   podéis regalar o sortear libros entre aquellos niños que hayan conseguido reunir todos los cromos, porque el objetivo de la actividad no es el de establecer ningún tipo de competición ni de rivalidad entre los chavales.

La actividad se puede realizar con los niños de una sola clase; pero es más aconsejable llevarla a cabo con los de todo el colegio, e incluso hacerla conjuntamente varios colegios próximos.

Al principio, es posible que os encontréis con algunas prevenciones y un cierto grado de pasotismo entre los chavales mayores. Ya sabes, les parece un poco infantil. No te preocupes; al final, acaban participando como todos los demás.

Y ya sólo unos consejos de última hora. Es conveniente que esta actividad esté programada para ser realizada dentro de un proyecto más amplio. Una Semana del Libro o un Maratón de cuentos pueden ser ocasiones propicias.

Un detalle a tener en cuenta: debéis distribuir los cromos con una cierta antelación para dar tiempo a que los niños se los intercambien sin agobios. Es importante que la gran mayoría consiga completar su álbum.



Indice Siguiente