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En una pastoral del mes de Marzo 1882, el obispo de Barcelona, Uquinaona, denunciaba la grave crisis que afectaba la Iglesia española y que podía llevar a un cisma. Condenaba la propensión de la prensa integrista y carlista a utilizar la calumnia y el insulto contra miembros del episcopado. El arzobispo de Tarragona, Benito Vilamitjana, en un documento que se titulaba Reglas de conducta que, en los actuales momentos de perturbación religiosa, dan a sus diocesanos los Prelados de la Provincia Eclesiástica Tarraconense... del mes de Marzo 1882, advertía a los fieles que uno de los males que corroía la Iglesia era «el laicismo [...] que tiende a secularizar la Iglesia y a convertir al Reino de Cristo en institución humana» (La Veu, 1882d, pp. 108-109). (N. del A.)

 

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En un conocido artículo sobre la celebración del centenario de Calderón en Agosto de 1882, Sardá y Salvany proclamaba que esta celebración de los centenarios debía ser «castizamente española, o lo que es lo mismo, católica, apostólica, romana, sin mezcla de heterodoxos elementos» (Revista Popular, 1882d, pág. 65). (N. del A.)

 

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En los años 1881-1882, tanto la Juventud Católica como la asociación de San Miguel Arcángel, en Barcelona, promovieron la organización, conjuntamente con la prensa intransigente, de distintas peregrinaciones. Luis Cuenca y de Pessino, católico integrista, presidente de la Juventud Católica y colaborador de El Correo Catalán y de la Revista Popular, no oculta la orientación abiertamente integrista de la Juventud al declarar en 1882: «Esta Juventud Católica os llama de nuevo en la seguridad de ser oídos como siempre que ha levantado pendón por la causa íntegramente católica» (Revista Popular, 1882f, pág. 247). (N. del A.)

 

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La junta de Madrid estaba presidida por el obispo integrista de Daulia y por Cándido Nocedal. En ella figuraban Mateos Gago, Antonio Valbuena, Navarro Villoslada y Leandro Herrero. En cuanto a la junta de Barcelona presidida por Luis María de Llauder, se encontraban Sardá y Salvany y Luis Cuenca y de Pessino, entre otros. (N. del A.)

 

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Esta carta de Benito Vilamitjana era una contestación a Ramón y Cándido Nocedal, que habían pedido a los prelados de varias diócesis que presidieran las juntas de la peregrinación organizadas sin el acuerdo previo de la jerarquía católica (Juan Corominas, 1891, pág. 637). (N. del A.)

 

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Varios testimonios de prelados catalanes recalcan el peso del integrismo en Cataluña y la aspereza de los enfrentamientos entre católicos de varias diócesis. Pueden citarse la Pastoral dirigida al clero y fieles de la provincia eclesiástica de Tarragona del 21 de Junio de 1883, BOE del Obispado de Barcelona y que fue firmada por el arzobispo de Vich, los obispos de Lérida, Gerona, Urgel y Tortosa, así como la carta del eclesiástico Eduardo Llanas (Llanas, 1887, pág. 115). (N. del A.)

 

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Es significativo a este respecto el artículo publicado en la revista integrista La Vespa en 1883, que recalcaba la orientación intransigente de la mayoría de las asociaciones católicas catalanas: «Las asociaciones católicas de vida activa, que tan numerosas son en España y tan buenos frutos producen ¿quién las inspira y anima sino el partido tradicionalista?» (La Vespa, 1883, pág. 2). (N. del A.)

 

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La prensa integrista y carlista provocó una polémica tan acerba con respecto a la interpretación de la Cum Multa que la Nunciatura Apostólica tuvo que publicar una circular, dirigida a los prelados españoles, para aclarar la postura del Pontífice con respecto a las divisiones de los católicos españoles: «Algunos reverendísimos Prelados de estos Reinos se han dirigido a esta Nunciatura Apostólica exponiendo la postura de sus respectivas diócesis y pidiendo instrucciones en vista de las deplorables divisiones que separan a los católicos españoles y de las ásperas polémicas, las cuales, no obstante los avisos dados por su Santidad en la Sapientísima Encíclica [...] continúan todavía en algunos puntos de España escandalizando a los fieles» (BOE, Obispado de Barcelona, 1883, pág. 201.). (N. del A.)

 

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Para aclarar las relaciones privilegiadas que existían entre la Iglesia española y Roma, cabe tener en cuenta la abundante correspondencia entre el arzobispo de Vich, Morgades y Mr. Palloti, representante de la Curia romana en España. En dos cartas confidenciales dirigidas al Secretario de Estado de León XIII, Morgades analiza los diferentes momentos de la crisis político-religiosa española. En su contestación a Morgades, Mr. Palloti le consulta acerca de una posible intervención en España del Papa, mediante una encíclica u otro documento. Sin lugar a dudas el extenso informe enviado por Morgades a Mr. Palloti en Septiembre de 1882 fue una valiosa aportación para León XIII acerca de la situación de los católicos españoles y en el momento de preparación de la Cum Multa. (N. del A.)

 

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«No hay el recurso aquí de declararse neutral. La ley divina mándale empuñar las armas en su defensa; no hacerlo es y con esto solo declararse del bando contrario. No cabe por lo mismo pensarlo, [...] ni andarse ideando trasacciones» (R. Popular, 15 Marzo 1883, pág. 163). (N. del A.)