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ArribaAbajoVI. Tecla de Borja

Fidel Fita


El Árbol de la familia de los Borjas, que obra en el archivo, reservado de la casa de Osuna, cinco hijos enumera de Mosén Jofre de Borja y de Doña Isabel de Borja, hermana del papa Calixto   —222→   III, conviene á saber: D. Pedro Luís, y D. Rodrigo (Alejandro VI), Doña Juana, Doña Beatriz y Doña Tecla84. De Doña Juana, la mayor, esposa de D. Pedro Guillén Llanzol, nació muy ilustre descendencia. Doña Beatriz, casada con D. Eximén Pérez de Arenós, no tuvo hijos; pero consta que vivía el día 9 de Setiembre de 149285, fecha de la carta86 que desde Valencia escribió á su hermano D. Rodrigo, sublimado un mes antes al solio de San Pedro. Por lo tocante á la última de las hermanas, el Árbol de la familia apunta solamente el nombre.

A este silencio, que parece anunciar una muerte prematura de Doña Tecla, ha obviado en parte Zurita allí donde habla de Doña Isabel, madre de Alejandro VI. «Fué, dice87, esta hermana (de Calisto III), mujer muy varonil, y de gran punto, y muy diferente de las otras que se conformaban con la calidad del estado en que avían nacido; y casó sus hijas, la mayor que se llamó Doña Juana de Borja con Pedro Guillén Llanzol, y á Doña Tecla de Borja con Vidal de Vilanova, y otra hija que se llamó Doña Beatriz con Ximén Pérez de Arenós: todos de gente tan principal é ilustre, que alguna vez el Papa su hermano se vió confuso siendo Sumo Pontífice en aver de cumplir con la grande ambición de los maridos de sus sobrinas; y dezía que su hermana contra su voluntad y consejo avía casado sus hijas con aquellos nobles.»

Lástima grande que el diligente y juicioso analista de Aragón no haya publicado ni especificado los documentos de los que recogió aquella queja de Calixto III. Esta no podía referirse á la desigualdad de la nobleza entre las sobrinas y sus esposos, sino tal vez á los cuantiosos gastos de la dote emergente. Cualquiera que fuere la opinión sobre la hidalguía de los Borjas, cuyo apellido llevó Calixto III, no hay dudar acerca de la del marido de Doña Isabel. Demuéstralo á toda luz la provisión que D. Fernando el Católico desde Barcelona otorgó el día 9 de Octubre de 1481   —223→   legitimando á César Borja, hijo del cardenal D. Rodrigo, y habilitándole para recibir feudos y baronias en todos los estados de la Corona de Aragón. Llama el Rey88 á D. César «ex eo patre genitum, qui etiam ex nobili Borgiarum progenie recta via originem ducit.» Y esto mismo lo había significado Calixto III89 así en el Breve del 26 de Octubre de 1455 que dirigió á su noble hermana Isabel: (Nobili Isabelle, germane nostre, vidue), concediéndole la gracia de altar portátil, como en el del 10 de Mayo del mismo año, por el que nombró á D. Rodrigo notario de la Sede apostólica (tu nobilitate generis, scientia et claritate virtutum decoraris).

Por información jurídica que se hizo en Játiva á últimos de Agosto de 1492 consta90 que D. Rodrigo (Alejandro VI) nació en aquella ciudad, por Julio á media noche, en casa de su padre D. Jofre, en la plaza de los Borjas, cerca del mercado; que fué bautizado en la iglesia de San Pedro; que le dió el pecho una mujer llamada la Villena; que era narahinet (morenico) y morrudet (jetudito); que tuvo por maestro y ayo á Antonio Nogueroles; y que, muerto su padre, siendo él ya de edad de diez años, se fue su madre Doña Isabel de Borja con él y con toda su casa á la ciudad de Valencia. Importan estos datos para fijar el tiempo en que nació y la clase de educación que recibió Doña Tecla. El fallecimiento de su padre sobrevino hacia el año 1440; y ella, de corta edad, pasó con su madre y hermanos á morar y educarse en Valencia, de cuya diócesi era obispo su tío D. Alfonso (Calixto III). El nacimiento de D. Rodrigo, según el cálculo más aproximado91, tuvo lugar en Julio de 1430.

Siempre la ciudad del Cid ha sido noble emporio de bello y claro saber; pero durante el reinado de Alfonso V de Aragón (1416-1458), lo fué por todo extremo. La hermosura insigne y el portentoso ingenio de Doña Tecla, cultivado con todos los primores   —224→   del arte clásico, merecieron singular encomio del Petrarca Valentino92, príncipe de los trovadores de su tiempo, como le llama Quintana.

«Demanda feta per Mossén Ausias March á la senyora Na Tecla93 de Borja, neboda del pare Sant94.


   Entre los ulls é les orelles
Yo m’trob un contrast molt gran;
É de aquell jutgesa os fan
Parlant de vos maravelles.
    Díen los ulls que val molt més
De vos lo veure que l’oir;
Ells no volen consentir
Dient que lo contrari es.
    Vos, qui de tots valeu més,
Axí de fora com de dins;
D’aquests dos mirau les fins,
No l’esguart qui propi l’s es95.


Resposta de la dita dama:


   Oides vostres rahons belles,
Bon Mossén March, á qui m’comán;

  —225→  
Responchvos breu al que dit han,
Segons juhí que fas d’aquelles.
    Molt poch estim, lo que en mí es
Mas puix forçat es lo meu dir;
Al qui dirá «mes val que m’mir»
Yo li condampne lo procés.
    Pero si parle lo revés
De veritat, mudant camíns
Á vos remet los meus juhíns
Qui sou de tots lo més entés96.


La peste negra (glánola) que estalló en Valencia á mediados de 1459, no tardó en herir de muerte á la joven y hermosa poetisa, tan justamente celebrada por Ausias March. A 29 de Agosto su hermano, el cardenal D. Rodrigo, la lloraba difunta, y escuchaba de boca de Antonio Tridentone, clérigo natural de Parma, las siguientes endechas que el códice P 28 de la Biblioteca Nacional dos veces97 exhibe.

Antonii Tridento Parmensis Elegia in Teclam Boriam, morte acerba consumptam.


Quae98 tegor hoc tumulo, quae sim si forte, viator,
       Scire cupis, brevibus accipe, quaeso, elegis.
Et lacrimas ne funde tamen, cum legeris, oro;
       Sim licet, heu! cruda morte perempta nimis.
Quid lugere iuvat? fati est sententia constans;  5
      Redde animae tantum debita iusta meae.
—226→
Hispanas inter praestanti sola puellas
       Forma, dicebar aequiparare deas.
Et decor in vultu fuit, et suprema venustas,
       Qua regina, alias ante, videbar ego.  10
Quippe omnes teneris artes studiosa sub annis
       Pallade, vel potui scire, docente, bonas.
Seu numerosa etenim saltu ductanda chorea,
       Dexterior tota non erat Hesperia;
Sive lyram tractare manu, seu flectere vocem  15
       Mille modis licuit, laus mea tota fuit.
Cumque etiam sacris essem bene dedita Musis
       Maxima ab ingenio gloria parta mihi est.
Praestanti eloquio, prudenti pectore florens,
       Virtutis speculum omnibus omnis eram.  20
Utque scias animi fuerit quae industria nostri
       Consilio poteram vincere cauta viros.
Nam neque rex ullus, princeps neque, rebus agendis
       Utilior, quamquam magna gerenda forent.
Denique matronas supraque, hominesque, ferebar  25
       Quae mihi praecipue gloria laudis erat.
Sed viduata meo lugens tristisque marito
       Sanctum amplectebar magno ab amore decus.
Non fuit ulla quidem, cuius super aethera fama
       Scanderet innocuo fulta pudore magis.  30
Quinque meae nondum compleram lustra juventae,
       Adfuit, heu! miserae cum mala Parca furens.
Pestis acerba quidem consumpsit et atra virentem,
       Et subito haud sperans, tabe perempta, abii.
Invidere meis fata, heu! crudelia votis,  35
       Nulla quod in toto dignior orbe foret.
Nec mihi displicuit tantum quod adempta repente
       Luce adeo placita mox spoliata fui,
Quam mea quod sine me mater tristissima vitam
       Dehinc aget, et lacrimis semper amara fluet.  40
O tristis mater! nimium cur me ipsa profecto
       Dilexti? nimium cum tibi dulcis eram?
Utque meum agnoscas, lector studiose, dolorem;
—227→
       Excrucior pariter fratris amore mei
Nam scio quod, cum me cognoscet obîsse, coactus  45
       Felle volet statim praeque dolore mori.
Frater, quocum olim lususque iocosque tenello
       Sectabar parili laeta labore soror.
Frater, qui vero me iam complexus amore
       Delicias tenuit inter adusque suas.  50
Frater, ego ingenti quoque quem pietate secuta
       Plusquam oculos potui diligere ipsa meos.
Frater, et ampla meae vitae et memoranda voluptas,
       Cui licet absenti cura perennis eram.
Nam modo sacratos Patres sedet inter, et omni  55
       Laude animi praestans maxima quaeque gerit.
Romanae Ecclesiae Vicecancellarius, unus
       Ille quidem est cuius gloria in astra volat.
Heu sors crudelis modo quae me substulit illi!
       Heu mea spes! subito car modo fracta ruit?  60
Namque ego post multos, quîs me non viderat, annos
       Cum spero ut veniat visere, nulla fui.
Nunc illum curae, nunc et suspiria cogunt,
       Nunc lacrimis moerens nocte dieque madet.
Manibus hoc nostris cumulat sine fine dolorem,  65
       Hoc facit ut nulla pace sepulta fruar.
Mi frater, Rodorice, rogo iam desine flere;
       Desine, neu luctu te macerare velis.
Soles, ut constat, veniunt properanter ad ipsum
       Occasum; et redeunt ordine deinde suo:  70
Cum semel at nobis fugiens lux occidit ipsa,
       Perpetuae somnus noctis habendus erit.
Vosque, Valentinae, quondam mea cara, puellae,
       Pignora, quas socias tanto in honore habui,
Vivite felices, Parca meliore potitae,  75
       Neu vos tam propere mors necet atra precor.
Tecla ego, sublimi Boriarum stirpe creata,
       Occidi in aetatis flore puella meae.


Mantue, quarto Kal. Septembr. 1459.                


  —228→  

Doña Tecla, la noble poetisa del Turia, murió viuda99. No consta que dejase hijos, por más que diga Escolano100: «Don Francisco de Vilanova casó con Doña Andolça de Vilanova, hija (á lo que entiendo) de mossén Juan Vidal de Vilanova, señor de llego101, que fué cassado con hermana del Papa Alexandro sexto.» Escolano añade á continuación que D. Francisco, marido de Andolza, murió en 1460; lo que difícilmente se puede combinar bajo el supuesto de que Andolza fuese hija de Doña Tecla, y no de otra señora casada en primeras nupcias con Juan Vidal de Vilanova. El poeta Parmesano no hace ninguna alusión á semejante hija; y este callar es muy significativo.

Madrid 26 de Noviembre de 1886.

FIDEL FITA.