Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

  —380→  

ArribaAbajoIII. Bibliotheca Arabico-hispana, tomo V

Francisco Codera y Zaidin


Al dar cuenta á esta Real Academia de la publicación del tomo IV de la Bibliotheca Arabico-hispana, que contiene la obra de Aben Al-Abbar, titulada Mocham, ó sea Diccionario por orden alfabético de los discípulos del gran maestro Zaragozano Abu Ali As-Sadafí, tuve el honor de manifestar que había comenzado la impresión de otra obra del mismo autor, la imagen, ó sea Complemento á la Assilah de Aben Pascual: hoy ofrezco á la Academia el primer tomo de dicha obra, y aunque hace un año, en mi informe anterior prometí no molestar la atención de la Academia en dos años, pues me proponía dar cuenta á la misma de toda la obra, no de cada uno de sus dos tomos, desisto de mi bueno ó mal propósito, y voy á decir algo del contenido del tomo que llevo publicado.

El códice Escurialense de la Tecmilah de Aben Al-Abbar, único conocido en las bibliotecas de Europa242, está por desgracia incompleto, faltando próximamente la mitad; pues no se tiene noticia de la 3.ª parte, que quizá faltaba ya al códice al ser llevado al Escorial, donde es probable que en uno de los incendios desapareciese la mitad de la 1.ª parte, y algunas hojas que faltan en la 2.ª: nos hacen sospechar esto las huellas que se notan en el códice de que estando floja la encuadernación, ó no existiendo esta, al ser echado el códice al patio para librarlo del incendio, sus cuadernillos se dispersaron, mojándose algunos, y volviéndose á unir la mayor parte, pero quedando alguno involucrado en otro códice, hasta que, no sabemos cuando ni por quien, fueron agregados al principio del primer tomo hoy existente, 8 folios que formaron parte de otro: sospecho que algo de lo que falta, pueda estar en algún códice de igual tamaño y letra parecida; por lo   —381→   que antes de terminar la publicación de la obra, me propongo, previa la correspondiente autorización, hacer investigaciones en este sentido en la biblioteca del Escorial.

Las biografías contenidas en la parte publicada son 1185, de las cuales algunas están publicadas en Aben Pascual, Adh Dhabbí, Aben Al-Abbar en el Almocham, Almakkari, Aben Abu Osaibiyah y otros: el punto de vista bajo el cual el autor escribe su libro, es el literario, de modo que como sucede con Aben Pascual y Adh-Dhabbí, con alguna frecuencia nos da la biografía de un rey, del cual nada nos dice como tal rey, ni aun la fecha de su elevación al trono, y si nos da la de su muerte, es porque pone la de todos, cuando ha podido averiguarlo.

Como valenciano, Aben Al-Abbar conocía mejor á los literatos de su país; de aquí que sus noticias sean más interesantes para el conocimiento de la historia de esta region; pues aunque no se proponga darnos noticias de la historia externa, son no pocas las que nos da referentes á las ciudades más importantes como Valencia y Murcia.

Dada la rapidez relativa con que se ha llevado á cabo la impresión de este tomo, no me ha sido posible hacer las papeletas correspondientes á las 1185 biografías, principalmente por la necesidad de ir preparando los índices de los miles de nombres propios que se mencionan; pero las tengo hechas de los acontecimientos más importantes, que se relacionan con nuestra historia general, y de estas papeletas aprovecharé algunas para ocupar por breves momentos la atención de la Academia.

En la biografía del destronado rey de Huesca, Mohammad ben Ahmed ben Abderrahman ben Somadih el Tochibi nos da noticias, que rectifican y amplían las que teníamos acerca de este personaje, que cedió á su primo Mondzir ben Jahya rey de Zaragoza la ciudad de Huesca, junto á la cual parece que fue vencido: de la fecha de estos acontecimientos nada dice Aben Al-Abbar, pero en cambio nos dice que Mohammad ben Ahmed escribió un Compendio de las cosas difíciles del Coran, tomándolo de la Tafçira de Ath-Thabari, y que «habiéndose embarcado en Denia para hacer la peregrinación á la Meca, el barco naufragó entre Ibiza y Alandalus, en el año 419, á pesar de haberse esmerado   —382→   en la construcción del barco, cuyos instrumentos y equipaje eran elegidos, lo mismo que el tiempo, que era de lo más igual: la tripulación rivalizó en empeño de acompañarle, muriendo todos desgraciadamente excepto muy pocos, que se salvaron para dar la noticia; de modo que el mar vino á ser su último vestigio, sin que le sirviera su firme propósito y esfuerzo.» (Pág. 117.)

Ya que de cosas de mar se trata en el párrafo anterior, aprovecharé otra papeleta que se refiere al mismo asunto: en el año 642, viernes, 29 de dzu-l-kiada (29 de Abril de 1245), murió mártir en el mar Mohammad ben Abrahim ben Jahya, natural de Murcia, conocido por el Gallethi: «matáronle los cristianos, al apoderarse del barco en el que se había embarcado desde la costa de Cartagena.» (Pág. 358.)

El periodo de los reyes de Thaifas es sin duda el menos conocido de nuestra historia; pues entre la multitud de reyezuelos, que se proclaman independientes en poblaciones á veces poco importantes, los autores han omitido los nombres de muchos de ellos, de los cuales va apareciendo alguna que otra noticia. La ciudad de Medinaceli, célebre por la muerte de Almanzor, quien bastantes años antes de su muerte estuvo á punto de terminar su carrera á manos de Galib, de quien hubo de huir, después que este de un tajo le cortó la parte inferior de la manga de su vestido (pág. 44), pudiera parecer raro que no tuviera gobernador de alguna importancia á principio del siglo V de la hegira, y que no se declarara independiente: Aben Al-Abbar parece indicarnos que lo hubo, como parecía natural, diciéndonos por incidencia que el wali de Medinaceli, Dzu-l-wazaratain Abu Abdallah Mohammad ben Ahmed ben Bak el cordobés, fué muerto en el año 419 (pág. 41), de cuya muerte vuelve á hablar más adelante en la biografía de su nieto Mohammad ben Haçan ben Mohammad ben Ahmed ben Bak, diciendo que «su abuelo, señor imagen de Medinaceli, había sido muerto en ella en el año 420» sin que sepamos cómo y por quién: Medinaceli perteneció después al reino de Zaragoza: ¿será desde esta época y tendría parte en su muerte el rey de esta ciudad? No lo sé. (Pág. 174.)

De las luchas científico-religiosas que debieron suscitarse entre los muslimes españoles, pocas noticias tenemos, á pesar de las   —383→   muchas biografías publicadas, en las que se habla de casi todos los hombres de ciencia: así Aben Pascual y Adh-Dhabbí ponen la biografía de Ahmed ben Mohammad conocido por Abu Omar el de Talamanca243, y nada indican de las persecuciones de que parece fué objeto su persona, ó al menos sus doctrinas, que debieron parecer sospechosas á los faquíes y nobles de Zaragoza, quienes en número de quince se reunieron en casa de Rafi ben Nasar ben Rafi ben Guirbib, escribiendo un documento en que consignaron su testimonio, acusándole de oponerse á la çuna, de pertenecer á la secta de los haruríes, de ser partidario del derramamiento de sangre, y de adinitir la guerra contra los buenos muslimes: presentada la denuncia ante el kadhí de la aljama de Zaragoza Mohammad ben Abdallah ben Fortun, este tomó parte en la defensa de Abu Omar el de Talamanca, y apoyado sin duda en el parecer de algunos faquíes más tolerantes, entre otros el de Mohammad ben Jahya el Tochibí, absolvió al acusado, desechando el testimonio de los quince celosos ó intolerantes fakíes y lavando á Abu Omar de la mancha que sobre él habían echado sus émulos, quizá disgustados de su dureza de carácter: estos acontecimientos tenían lugar en el año 425 de la hegira (26 de Noviembre de 1033 á 16 de Noviembre de 1034).

Los nombres que figuran en las genealogía del acusado, y del juez, que tan benigno se manifiesta, absolviéndolo de estar en oposición con la çunah, no podían ser una garantía para los sinceros muslimes; pues aunque la familia á que se hace pertenecer al Talamanquí, sea de las más nobles, sin embargo, están acusando su falsedad dos de los ascendientes que menciona Aben Pascual; pues el bisabuelo se llama Lupo ó Lope, nombre español, y el último ascendiente mencionado es Carloman, lo cual nos dice á voz en grito que el Abu Omar de Talamanca pertenecía á una familia de renegados cristianos, quienes es muy posible que lo mismo creyesen en Mahoma que en Jesucristo, y que sus doctrinas no fuesen muy ortodoxas dentro del islamismo:   —384→   el nombre de Fortun, que parece ser el del abuelo del juez, á no ser que se hayan omitido nombres intermedios, como sucede muchas veces, prueba que este pertenecía también á familia de renegados y por tanto, su fallo no podía ser de gran fuerza para los muslimes celosos de la ortodoxia. Pocos años después, á fines del año 430 la lucha político-religiosa toma un aspecto mucho más grave, armando el brazo del regicida Abd-Allah ben Haquem contra su pariente Mondzir II244.

Otras dos ó tres veces encuentro indicaciones de reacción en contra de ciertos libros filosóficos, que debían estar poco conformes con la ortodoxia musulmana. (Páginas 278 y 381.)

Por si puede ayudar á los historiadores, que tratan de aclarar nuestra historia particular de Cataluña y Valencia, mencionaré una expedición, que indica Aben Al-Abbar: en chumada postrero del año 522 (3 de Junio á 2 de Julio de 1128) el Emir Abu Bequer ben Ali ben Juçuf salió de expedición hacia Culla imagen de las fronteras de Oriente: de esta expedición, que debió salir de Valencia, según indica el mismo Aben Al-Abbar en el Al-Mocham (pág. 286), nada encuentro en nuestros autores, ni por lo poco que dice Aben Al-Abbar puede inferirse el resultado de la expedición, que probablemente llegaría á la provincia de Tarragona.

En el año 569, (12 de Agosto de 1173 á 2 de Agosto de 1174) hace mención por dos veces de una expedición, que yo me inclino a creer fuese contra Ciudad Rodrigo, y que sospecho, sin que me explique el cómo, que se ha confundido, atribuyéndola á punto muy diferente: en la pág. 26 hablando de las obras en prosa y verso escritas por Haçan ben Adallah ben Haçan de Tlemecen, menciona una kasida muy buena, según el juicio de Aben Al-Abbar, acerca de la expedición de imagen, de la Çibtat, acaecida en el año 569. -En la pág. 232, al hablar de la muerte de Ahmed ben Ahmed ben Mohriz, acaecida en el año 569, añade «y en este   —385→   año fué la expedición de la Çibdat y la conquista de la frontera de Kantára aççeif (el puente de la espada) Alcántara, por fuera.»

En el Kartas encuentro en este mismo año una expedición dirigida por el Califa contra la ciudad de imagen, del país del oriente de Alandalus: dada la facilidad de convertir el nombre imagen en imagen Tarragona, Conde, y después los traductores del Kartas han creido que se trataba de esta ciudad, y sin más prueba ha sido admitida esta expedición, cuyo relato fantaseado por Conde, ha sido modificado por Romey, sin decir en virtud de qué documentos245.

Nuestros historiadores de Cataluña parece que no tienen de esta expedición más noticias que las tomadas de la obra de Conde, lo que probará que nuestros historiadores antiguos no la mencionan, y como de las noticias que nos suministra Aben Al-Abbar resulta que en este año tuvo lugar la expedición de la Çibtat, cantada por el poeta Haçan ben Abdallah ben Haçan, y que en el mismo año tuvo lugar la conquista de la frontera de Alcántara, sospecho que la expedición de la Çiutat se dirigió á Ciudad Rodrigo al norte de Alcántara, y que quizá la expedición de que habla el Kartas, es esta misma, por más que yo no sepa explicarme la confusión; ó hubo quizá dos expediciones notables en este año, una hacia Oriente, si aceptamos la narración del Kartas, y otra hacia Extremadura, que parece haber tenido por objetivo á Ciudad Rodrigo, que no encuentro mencionada en nuestros cronicones,   —386→   como lugar de encuentro con los moros, hasta 25 años después, en cuya fecha de 1198 le cita el Chronicon de Coimbra, y 50 años después el Chronicon de Cardeña. (España Sagrada, tomo XXIII, pág. 334 y 337.)

Pudiera ser de alguna utilidad, pero impropio de este trabajo, por muy molesto á la Academia, el discutir á la luz de los nuevos datos que suministra el tomo publicado, las fechas en que fueron tomadas por las armas cristianas las ciudades Alcázar de Abu Denis, el Carsabonedez, del autor de los Anales Toledanos, derrota que el Kartas equipara á la de las Navas, subiendo el número de los moros muertos, según el autor de los citados Anales, á LX Mil: la fecha de 25 de Setiembre de 1255 de la Era que da este autor, no coincide con las de uno de los meses rebia, que da Aben Al-Abbar en su Tecmila, ó la de chumaqa 1.ª que resulta de otro texto del mismo autor (apud Dozy Notices sur quelques ms. ar. página 242). -La toma de Mallorca á 14 de safar del 621, ó sea 1.º de Enero de 1230, se diferencia de un día del pridie Kalendas Januarii del Chronicon Barchinonense, y otros. -La toma de Córdoba por San Fernando en 1.236, en 23 de xawal 633, no coincide por completo con el dies Apostolorum Petri et Pauli de nuestros cronicones. -La fecha de la toma de Valencia por D. Jaime el Conquistador, que Aben Al-Abbar fija á fines de safar del 636, debe suponerse del 17 del mismo mes, como se lee en otro texto del mismo autor (apud Dozy Notices sur quel. ms. pág. 247) y de este modo concuerda con lo que se lee en el Chroni. Barchin. II y otros, de haber tenido lugar in vigilia Sancti Michaelis. La fecha en que el infante D. Alfonso el Sabio toma posesión de la ciudad de Murcia, 10 de xawal de 640, (2 de Abril de 1243) fecha, que quizá no consta de un modo tan concreto de otro documento, aparece en Aben Al-Abbar, donde con seguridad nadie la iría á buscar; pues consta en la biografía de un moro valenciano, oriundo de Calatayud, donde su abuelo Mohammad ben Jalaf ben Alí el Ansarí había sido cadhí: la noticia de que Ahmed ben Mohammad ben Hud, hijo del walí de Murcia, entró al amanecer del jueves, 10 de xawal del año 640, con multitud de jefes cristianos (no menciona al infante), haciéndoles entrega de Murcia por capitulación, no tiene más conexión con la vida del moro semiaragonés,   —387→   que la de haber muerto en este año, como morirían otros muchos, en cuyas biografías hubiera cabido la misma noticia con igual oportunidad.

Para terminar esta desaliñada noticia diré que en esta obra de Aben Al-Abbar figuran nombres de poblaciones, en especial de la región valenciana, que quizá no figuren en ninguno de los textos árabes publicados; pero de esto en su caso será oportuno dar cuenta, cuando impresa toda la obra, con la sola inspección del índice geográfico puedan facilmente verse los nombres nuevos, lo mismo que con el índice bibliográfico podrán notarse sin gran trabajo las obras históricas de que no haga mención el Dr. Wüstenfeld en su excelente libro los Historiadores árabes y sus obras.

Madrid 26 de Marzo de 1887.

FRANCISCO CODERA Y ZAIDIN.