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ArribaAbajoIX. Campaña de Gormaz en el año 364 de la hegira521

Francisco Codera


Desde que el conde de Castilla D. García, rompiendo con la corte de Córdoba, cuando sus embajadores eran recibidos con el mayor aparato, intentó un golpe de mano en el territorio que á nombre de Alháquem II gobernaban los hijos de Amril522, las relaciones de todos los príncipes cristianos españoles con la corte de los califas debieron interrumpirse bruscamente, pues en Aben Hayyán no encontramos ya indicación alguna de embajadas; pero en cambio nos da noticias muy concretas é interesantes de los preparativos para la guerra y de las previsoras medidas tomadas por el califa Alháquem; y si nada sabemos de lo que en este sentido hicieran los cristianos, es de suponer que no descuidarían este negocio, dado el numeroso ejército que los príncipes coligados llegaron á reunir, y que el ataque procedió de ellos, no de los musulmanes, si hemos de creer lo que nos dice Aben Hayyán.

El estar el generalísimo Gálib con las mejores tropas haciendo la guerra al otro lado del Estrecho, pudo inducir al conde de Castilla y demás príncipes cristianos del Norte á romper la tregua, cuya continuación estaba pidiendo por medio de sus embajadores;   —437→   pero si los cristianos contaron con la ausencia de las mejores tropas y de los más distinguidos generales, no supieron aprovecharse de esta circunstancia; pues antes de que la presencia de Gálib en Alandalus pareciese urgente, regresaba de allende el Estrecho con toda felicidad y lleno de laureles, llevando como en triunfo en pos de sí á los príncipes Edrisitas, cuya sumisión le había sido encomendada con estas palabras, que le dijo Alháquem: «Parte, y ten cuidado de no volver sino como vencedor; pues ten entendido que no prodrás hacerte perdonar una derrota, sino muriendo en el campo de batalla»523. Cumplido el encargo á las mil maravillas, salvo el que costase demasiado dinero el sobornar á los jefes enemigos, el miércoles á 3 del mes de moharrem del año 364524, el wazir y generalísimo Gálib ben Abderrahmán acampaba cerca de Córdoba junto al río Guadajoz, invirtiéndose los días siguientes hasta el sábado en los preparativos para la solemne entrada en Córdoba y para la recepción por el califa, que le recibió con toda solemnidad en el salón oriental del Alcázar, salón que daba á los jardines y á la azotea superior525.

Poco después del regreso de Gálib y de acuerdo con él, en rebia primero del mismo año 364526, se hicieron nombramientos de gobernadores para los castillos de la frontera del centro, asignando á cada uno su castillo: Aben Hayyán (fol. 113 r. y v.) cita los nombres de los agraciados, siendo de lamentar que no consignara del mismo modo los nombres de los castillos: es de notar el hecho de que el territorio gobernado antes por un personaje, se distribuye entre sus hijos, como se hizo notar respecto á los hijos de Amril, y aquí se dice lo mismo de los de Yahya ben Hudzail ben Razín, á cuyos hijos Iça-Mohammad,-Háxim,-Ahmed,-Iça (otro?),-Obaidallah,-Alí,-Ibrahim y Lupo se asignan los castillos incluidos en el diploma á favor de su padre á mitad del reinado del mismo Alháquem.

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Enfermo el califa desde el lunes 12 de rebia primero hasta el viernes 28 de rebia segundo527, durante este tiempo no pudo ocuparse en los negocios de Estado, y no consta que se tomase medida alguna con relación á la guerra; pero en esta última fecha, aunque no completamente restablecido, pudo recibir al wazir y gobernador de Córdoba Chaâfar ben Otsman y otros, hasta que á 10 de racheb528, se consideró completamente restablecido de su enfermedad, celebrándose el acontecimiento con recepción solemne, que se repitió al día siguiente ante el príncipe heredero Abu Alwalid Hixem.

A los pocos días, á mitad del mismo mes, el califa hizo salir oficiales de la guardia y algunos otros personajes, enviándolos á las diferentes coras de Alandalus, con objeto de mover á la gente a fin de que tuviesen preparados los caballos, que habían de ir en la aceifa próxima, que este año debía enviarse según costumbre por haber roto en este tiempo (la alianza) el mayor de los tiranos de los gallegos, cuyo ejército estaba ya sobre la gente de las fronteras orientales, y el califa estaba conmovido contra ellos por esto.

Entre los enviados con este motivo estaban: «el oficial de la guardia superior Yahya ben Obaidallah ben Yahya ben Idrís, que fué adscrito á las coras del Norte; -el oficial también de la guardia superior y capitán del mar, Abderrahmán ben Mohámmad ben Ramahaç fué adscrito á los distritos orientales de Todmir, Valencia y Tortosa, que es la última: otro oficial de la guardia superior, Áhmed ben Mohámmad ben Çaâd el Chaâfarí fué á Santarén y sus distritos, y un oficial de la guardia media, cuyo nombre no menciona, salió para las restantes coras del Norte y Algarbe acompañado de algunas otras personas» (fol. 121 r.)

Por los mismos días, también á mitad de racheb, se recibían noticias de Gormaz, á las que Aben Hayyán destina un capítulo: dice que «á mitad de racheb llegaban noticias de la frontera central, de haber acampado junto á Gormaz el ejército del enemigo, de los infieles, con multitud de gallegos, vascones, gentes de   —439→   Castilla y Pamplona, quienes haciendo traición á su clientela, y rompiendo el tratado de paz, habían rodeado el castillo, el sábado á dos de xaâbán529, presentando la batalla (á los muslimes, protéjalos Allah), quienes salieron contra ellos y los alancearon, matando gran número de infieles, y habiendo pasado la noche junto á ellos, los acometieron por la mañana, el domingo, con lo más fuerte de su ¿poder?: trabado combate contra los infieles, estos procuraron dar largas; pero los ejércitos se confundieron sobre el río Duero, sitiando el castillo de Gormaz: el enemigo de Allah escribió á los que quedaban en su país, pidiendo tropas y provisiones; pues todos habían roto la paz y sido pérfidos con el pacto.»

«El califa, en cuanto llegó la noticia, se apresuró á acelerar los auxilios de su gente y á enviar el ejército en la expedición acostumbrada de la aceifa, la expedición anual, ¿acordando? dar el mando de ella á su cliente, el mayor de sus capitanes, y espada de su venganza, el wazir y generalísimo Abu Temam Gálib ben Abderrahmán.»

«El jueves á 7 de xaâbán530 el califa Alháquem, acompañado de su hijo el príncipe heredero, y del gobernador Chaâfar ben Otsmán, recibió en ¿audiencia privada? á Gálib, con quien conferenció acerca del negocio de la frontera y de los ejércitos enemigos, discurriendo acerca del apresuramiento de los socorros, mandándole prepararse para esto, y para tomar el mando de la aceifa, que había de ir contra los cristianos: Gálib aceptó el encargo, y al despedirle de la audiencia, el califa le honró con lo que ninguno de los califas de Alandalus había honrado nunca á emir ni capitán alguno, vistiéndole un trage de honor, ciñéndole dos preciosas espadas de la armería real, y mandando que se le diese el título de Dzu-aççeifain (el de las dos espadas).»

«El sábado á 9 del mismo mes, salía Gálib de Córdoba con la mayor solemnidad, despidiéndole el califa desde la azotea que estaba sobre la puerta de la Azuda531, levantando las manos á   —440→   Allah, pidiendo la protección de los muslimes bajo la dirección de Gálib; el príncipe Hixem, que estaba con su padre, imitó lo hecho por éste, y las gentes acompañaron á Gálib hasta que dejó detrás las casas de Córdoba, y al fin de aquel día acampó junto á Wadi Xuç»532.

Pocos días antes, el lunes 4 del mismo mes de xaâbán533, aunque la narración está después en Aben Hayyán, «el príncipe heredero Hixem llamaba de parte de su padre al oficial de la guardia media Abderrahmán ben Yahya (léase Abu Yahya Mohámmad) ben Mohámmad ben Haxim el Tochibí, mandándole de parte de su padre el califa, que apresurase su marcha á Zaragoza su país, á donde debía ir como capitán; y habiendo recibido un vestido de honor, en vista de la urgencia salió al día siguiente martes 5 del mes, verificándose la salida con mucho aparato: también á Mohámmad ben ¿Fuertes,? de una ilustre familia de Zaragoza, se le dió la orden de salir para la frontera de Aragón.»

«El jueves 14 de xaâbán534 salió hacia la frontera superior el page mayor535 Çahal, por haberlo pedido así Gálib, con objeto de que le ayudase, y efectivamente llegó á donde estaba Gálib, con una multitud del ejército, con una taifa de los esclavos del quinto y los arqueros: también salió (para unirse con Gálib) Mohámmad ben Áhmed ben Omayya ben Xohaid, entristecido, parece536, por las muchas riquezas que se enviaban á Gálib para sufragar los gastos del ejército de la aceifa.»

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«El sábado 20 de xawal537 llegaba á Córdoba la noticia de lo que Allah había concedido y había hecho por mano de Raxik el Bargawathí, capitán de Lérida, y de haberse apoderado del malvado Maan ben Abdelaziz el Tochibí, conocido por Aben Alahwas, de quien se había apoderado sin pacto ni estipulación alguna: este Abu Alahwas ¿se había acogido del infortunio?538 siete años antes, uniéndose á los enemigos de Allah, los politeistas, con algunos de sus compañeros539, y auxiliaba á los infieles en los caminos de los límites de los muslimes, y les manifestaba las partes débiles, acechando ocasiones contra los muslimes: luego entró en un castillo de los aliados y tributarios, que pagaban el tributo á los capitanes de Lérida, la extrema: llamábase el castillo, castillo de Arroxh540, en el cual se apoyaba, é indujo á la gente que lo guarnecía á romper lo pactado, haciéndose él señor del castillo: cuando llegó el tiempo de pagar el tributo, Raxik, el kaid de Lérida541 envió á pedir que pagasen el tributo según costumbre; pero se defendieron de él, buscando refugio en el descarriado Abu Alahwas y apoyándose en él; Raxik se preparó á dirigirse contra ellos, y habiendo reunido ante sí el chund y los voluntarios, marchó hacia el enemigo, acampando junto al castillo, y comenzó á combatirlos, cuando estos habían cerrado las puertas y se habían refugiado en su fortaleza.»

«Un conde, que había en esta región, tuvo noticia de que Raxik los estaba sitiando, y habiendo reunido su caballería, se dirigió   —442→   á ellos con objeto de ayudarles: llegado esto á noticia de Raxik, le cortó el paso antes que el conde llegase á ellos, presentándole la batalla, en la cual le derrotó, matando algunos rebeldes, cuyas cabezas envió á la puerta de la Azuda (en Córdoba); el conde pudo salvarse en la derrota.»

«Raxik continuó el sitio del castillo, apretando á sus defensores y amenazándoles con separarles del audaz Abu Alahwas; en virtud de esto542 enviaron un mensaje á Raxik, asegurando que harían salir á Abu Alahwas y sus compañeros, á condición de que á ellos les perdonase y se contentase de parte de ellos con el pago del tributo, y que ellos reconocerían la clientela de la paz, volviendo á la obediencia: habiéndoles concedido esto, les garantizó con juramento, y le hicieron la entrega de Abu Alahwas y sus compañeros, y se aseguró de ellos.»

«Apresuróse Raxik á escribir (á Córdoba), dando cuenta de lo sucedido, y se le contestó dándole las gracias por su acción y alabando su procedimiento: se le mandó que enviase al malvado (Abu Alahwas) y sus compañeros á la puerta de la Azuda: á él le fué enviado un regalo precioso, consistente en un magnífico trage de honor, en el cual había una espada adornada, ¿de alto precio? asignándosele además un hermoso caballo con (...)»543.

«El domingo á 8 de ramadhan544, llegaba atado á Córdoba Abu Alahwas Maan ben Abdelaziz el Tochibí, con diez de sus compañeros, atados también, y delante de ellos las cabezas de los magnates de los infieles, que habían sido muertos en el campo por causa de él: eran 17 cabezas, é iban levantadas sobre lanzas, y fueron puestas en alto en la puerta de la Azuda del Alcázar de Córdoba.»

«El lugarteniente545 de la almedina Mohámmad ben Chaâfar   —443→   ben Otsmán recibió orden de encerrar á todos ellos en la prisión de la cárcel546 y de encargarse de ellos: las cabezas de los infieles fueron puestas en alto en su lugar respectivo, frente á la puerta de la Azuda.»

«Raxik el Bargawathi recibió orden de entregar el gobierno de su distrito Lérida, Monzón y sus pertenencias al cliente Háxim ben Mohámmad ben Háxim el Tochibí547, luego de la vuelta de este del otro lado del Estrecho y de reunirse con el ejército y al generalísimo Gálib ben Abderrahmán, lo cual se cumplió.»

«El mártes, á cinco por andar de xaâban548, Abderrahmán ben Hácam el Tochibí, capitan de la guardia media, fué adelantado á la guardia superior, ¿pues había venido de sobre Alhachar?549; luego llamóle el príncipe Abu Alwalid á su residencia, el jueves, á tres por andar del mismo mes, y mandóle de parte de su padre el príncipe de los creyentes, que apresurase su salida para el distrito de Daroca y sus posesiones con objeto de fortificarla, y que luego se reuniese con el generalísimo Gálib ben Aderrahmán en el ejército ayudado (por Allah) y que permaneciese con él.»

«A fines de xaâbán550 llegaron noticias de la Frontera, de que el wazir y generalísimo había acampado junto al castillo de Barahona551 el sábado á 7 por andar (del mismo mes), y que se   —444→   había detenido allí hasta que se les uniesen algunos de los rezagados del chund: luego se adelantó á Berlanga552 y luego al monte del mediodía del castillo de Gormaz, ¿situado?553 sobre la orilla del río Duero, intermedio entre el país del islam y el castillo de Gormaz: encontrólo (¿el castillo de Gormaz?) lleno, imposibilitado de ser acometido; pues los infieles habían hecho difícil el paso de los vados por el lado opuesto ¿encerrándolos? en el castillo y rodeándolo554 con tropas que no podían contarse, ni tenían fin: además habían colocado sobre el río exploradores con mucha caballería y peones de todas clases: el wazir Gálib se abstuvo de acometer ¿por imposibilidad?555 y dispuso su ejército, colocándose contra ellos frente á los lugares de los vados á semejanza de los enemigos, con caballería é infantería, llegando el cuidado al extremo de la custodia» (fol. 12 r. á 127 r.)

«A principios del mes de ramadhán556, voluntarios de Córdoba se ¿ofrecieron?557 á salir hacia la Frontera superior en auxilio de la gente de la misma, y se alborotaron558 pidiendo un día y otro ir á la guerra santa con sus riquezas y personas: el Sultán admiró lo que había de entusiasmo de los voluntarios sin estar adscritos, alabando la bondad de la prueba de ellos...559 y llegaron á Córdoba noticias del ejército, de haber tenido un encuentro los centinelas de los muslimes y los de los infieles en la orilla del Duero el sábado á 7 de ramadhan...»560

  —445→  

«Luego, los muslimes hicieron creer á los cristianos que los observaban, que se declaraban en fuga, hasta que pasó hacia ellos gran número (de infieles) sobre los cuales cayeron, trabándose un gran combate al otro lado del río, y encendiéndose las almas de los muslimes, continuaron la batalla, siendo ellos (los muslimes) menos en número que los otros y habiendo peleado mucho rato561, obtuvieron de ellos ventaja: llegó este comienzo á noticia del wazir y kaid Gálib, que estaba en sus tiendas, y le disgustó, y montando en el acto con los hombres, que tenía listos, llegaron á ellos; Allah conmovió á los infieles, por lo cual estos acometieron con fuerza hacia el río, y las espadas hacían presa en los cuellos y espaldas de los cristianos, haciendo en ellos gran matanza, no salvándose sino quien se apresuró á arrojarse (en el río): en el campo de batalla quedaron tendidos de los sacerdotes de ellos, los magnates, cerca de 20 hombres, cuyas cabezas fueron cortadas, quitándoles escudos y yelmos completos562 y armas cubiertas, todo lo cual fué presa para los muslimes...»563

«El wazir y generalísimo Gálib creyó que la inspección (sería) perfecta y la provisión general, trasladando el campamento á Barahona y que el ejército se movería de aquí para allá en su llanura...564 hasta que se viniesen á él los ejércitos y se fijaran allí los del chund, pues la trompeta ya se había generalizado en los distritos de la Frontera...565 ¿hacia el ejército y él esperaba que contra los enemigos de Allah se hiciesen fuertes algunos jefes para resistir á los que encontrasen y las emboscadas en   —446→   los caminos, acechando sus viñas566 por causa del apartamiento del ejército del país del islam?»567.

«Gálib llevó á cabo su propósito, trasladándose á Barahona, obrando de este modo por estar en medio del país; fijado el campamento, volvió á su propósito, subiendo hasta el principio (¿del campo raso?) para espiar desde allí la ocasión; el establecimiento del campamento de Barahona tuvo lugar el domingo, á 8 de ramadhán»568.

«El jueves á 12 del mismo mes, llegó á Córdoba el jefe de los eunucos569 Alchaâfarí con cartas de los encuentros de varias clases de los chund, de los siervos, lanceros y allegadizos, que iban de expedición en auxilio del wazir y kaib Gálib, con series de acémilas que llevaban variedad de auxilios, provisiones y especies de instrumentos y máquinas de guerra: llevábalos desde el alcázar de Córdoba, y se establecieron los órdenes (¿formaron las filas?) entre las dos puertas, de Achannán y de la Azuda, congregándose el público con objeto de contemplarlo: en este día se reunieron (pasaron la noche) en ¿Fahs Armeta?570; luego el viernes inmediato se movió de allí, ocultando sus jornadas.»

«El jueves, 19 del mismo mes571, salió el oficial de la guardia, Káçim ben Mohámmad ben Káçim ben Tómlos como capitan y auxiliar del wazir y kaid Gálib: su salida fué magnífica, vistosa, con ejército estrepitoso572, compuesto de clases del ejército, cuya conducción había pedido: la elección fué difícil, recayendo sobre ellos, de entre ellos los que llegaban y de entre los arqueros y voluntarios de la guerra santa: en este día se reunieron en el llano de la almunia que toma nombre de ¿Alaj? Abu Alháquem573   —447→   á pocos momentos574 ó pocos minutos de distancia del gran río (Guadalquivir): á la mañana siguiente continuó su marcha.»

«El sábado 23 del mismo mes (era domingo) fué depuesto de la guardia superior Áhmed ben Çaâd el Chaâfarí y de la guardia media Yala ben Áhmed ben Yala por enojo contra ambos, recibiendo orden de reunirse al ejército y ambos emprendieron su camino: los tres hermanos, Basil, Abdelhamid y Obaidallah hijos del oficial de la guardia superior Áhmed ben Abdallah ben Basil, sin que mediara disgusto contra ellos, recibieron también la orden de reunirse al ejército y de hacer la campaña con el wazir y generalísimo Gálib: los tres marcharon á su destino.»

«A los pocos días hubo de salir hácia el ejército con los anteriores Içmail ben Axxeij: Abderrahmán ben Áhmed ben Mohámmad ben Alyax recibió el mando de la tesorería del viaje, recibiendo orden de sacar el dinero, que se enviaba al generalísimo y emprendió su viaje.»

A juzgar por las indicaciones de Aben Hayyán, que como hemos visto, da minuciosos detalles de los preparativos para la guerra, anotando algunas manifestaciones del entusiasmo religioso, grande debió ser en el mes de ramadhán el fervor de los verdaderos creyentes de Córdoba y la expectativa por recibir noticias del teatro de la guerra, noticias que no tardaron en llegar, siendo para los muslimes todo lo satisfactorias que podían esperar: Aben Hayyán nos las ha conservado con bastantes detalles, dedicándoles el último capítulo del volumen, que se conserva en la biblioteca de çidi Hamuda en Constantina, cuyo capítulo dice así, traducido todo lo más literalmente que nos ha sido posible:

Relación de la maldad contra la gente de Gormaz.

«El lunes á 10 por andar del mes de xawal575, llegó (la noticia) de la gran victoria y la gran hazaña con la derrota de los enemigos de Allah, los infieles congregados contra la gente del castillo   —448→   de Gormaz, y de haber retrocedido de él, defraudados de lo que habían esperado; pues Allah los humilló y privó de su auxilio, ensalzando á los muslimes y ayudándoles: esta retirada de ellos aconteció el martes á 14 por andar de dicho mes576, á los 74 días de haber acampado junto á él, y de haber emprendido el sitio.»

«Los que se habían coligado contra Gormaz, y le habían rodeado de los rebeldes infieles, eran Sancho ben García ben Sancho, el vascón, señor de Pamplona, su pariente por afinidad, García ben Ferdinando ben Gundisalbo, señor de Castilla y su distrito, Fernando ben Axxur, señor de ¿Peñafiel?577 y sus inmediaciones, los Banu Gómez, señores de Álava y los castillos, y otros, quienes rodearon el castillo con un ejército de 60.000 hombres, y aún se dice que eran más, ejército compuesto de variedad de infieles, enviado por su rey, Ramiro ben Sancho ben Ramiro, jefe de la coalición de ellos para esto, y de los auxilios que les había enviado, juzgándolos tardos y débiles en su propósito, arguyéndoles de impotencia, y reprochándoles cuando no pudieron apoderarse de él: así que, en virtud de esto, se había dirigido allí, desde su corte, la ciudad de León (destrúyala Allah): había ido con un ejército estrepitoso, acompañado de su tía la infiel Elvira, la que había roto el pacto, la cual no cesaba de fortificarlo y de pedir su continuación: su espíritu le indujo al error de declarar la guerra, y llegó á ellos con el hijo de su hermano (Ramiro III), acampando entre sus soldados.»

«Con esto (con la presencia de doña Elvira) se fortificaron los ánimos (de los cristianos) y se humillaron sus cuellos, renovando la proclamación; el maldito (Ramiro) dirigió el combate contra la gente de Gormaz durante algunos días con sus soberbios familiares; pero Allah le volvió decrépito y le postró en tierra ante su rostro y le irritó con la muerte de...»578.

«Luego el lunes, á mitad de xawal579 convinieron en acometer   —449→   á la gente de Gormaz, y en prepararse á la pelea, conviniendo entre ellos580 en acometerlos, y en no levantar mano hasta haberlos acometido ó vencido, ó que Allah cumpliese con ellos lo que tuviese decretado acerca de ellos: de este modo acometieron contra el castillo con el grueso del ejército, y habiéndose acercado, permanecieron adheridos á él, pues no dudaban de conquistarlo, y no estaban inciertos de entrar en él; pero habiendo salido contra ellos los muslimes, confiados en Allah, y pidiendo su protección, se trabó una gran batalla como la más fuerte que habría entre...581, fueron grandes los clamores582 y se enardecieron, y los muslimes fueron en...583 como un solo hombre en lanzar dardos contra los infieles y en acometer para combatirlos, creyendo morir, pues ya habían dedicado su intención á Allah, que hizo descender sobre ellos su constancia, y les ayudó con sus ángeles, lanzando el terror en las personas de los infieles, á quienes Allah destituyó de auxilio y puso en derrota, separando su multitud y dispersando sus ejércitos: los muslimes pusieron sus lanzas y espadas en las gargantas y espaldas de los infieles, que huían sin volverse para nada, hasta que en su fuga llegaron al extremo de su campamento, y pasaron el lugar de la turbación de ellos, pues Allah había dispersado su multitud584, y había infundido el terror en sus corazones, preparando á los muslimes en la retaguardia de su ejército y en sus dos alas grandes combates y campos de batalla, de los cuales les hizo dueños por su decreto y por su gloria, é hizo que no se adelantasen mucho en su persecución...»585.

«Los infieles en su huída se detuvieron...586 de la gente del   —450→   castillo, y Allah les hizo ver su protección (¿les hizo creer en su protección?): acordaron separarse de ellos y dejarlos, y efectivamente, se separaron de ellos en el acto, y consternados abandonaron el campamento, pues se habían apoderado con perfidia de muchas de sus tiendas, impedimenta y provisiones, abandonándolas587: algunos de sus jefes se habían adelantado hacia otros criticándose mutuamente y vituperándose, y se separaron como los de Çaba588, según su propósito.»

«La gente del castillo, ayudada por la protección de Allah, salió tras la retaguardia, que estaba privada de provisiones?589, matando, robando y pillando lo que habían abandonado en su maldito campamento, en el cual prendieron fuego, volviéndose á su fortaleza salvos y poderosos: en el acto escribieron al wazir y capitán Gálib, que había salido al campo raso inmediato á ellos para ayudarles: le contaban lo que Allah había hecho con ellos y vencido por medio de los mismos: el wazir envió la noticia de esto al califa Almoçtánsir billah en la mañana del miércoles, á 13 por andar de xawal, y en el acto montó con el grueso del ejército, y acampó junto al castillo de Gormaz.»

«Después, en la tarde del jueves, á cinco andadas de xawal590 llegó carta de él, dando cuenta de haber arreglado el estado de la gente de Gormaz y del ejército delante de él y que aprovechando la ¿luna nueva?591 iba á emprender una entrada en el país del marrano, infractor de pactos y cobarde García ben Ferdinando ben Gundisalbo, con su ejército, apresurándose en ello, si quería Allah.»

«Cuando fue jueves, á tres del mes de Dzulkiada592, llegó (á Córdoba) la noticia de la victoria sobre el enemigo de Allah,   —451→   García ben Ferdinando y el oficio del wazir y kaid Dzuaççeifain Gálib ben Abderrahmán, explicando la noticia de la batalla, la entrada en la tierra de los infieles y su salida de ella como vencedor: envió su comunicación en la tarde del viernes á 4 por andar del mes de xawal593 en el acto de volver de la expedición contra el enemigo de Allah, García ben Ferdinando (piérdale Allah): recordaba que había humillado594 su llanura, apoderándose de la mitad?595 de las mieses de los infieles y de sus otros bienes?596, quemando sus casas y matando á cuantos cogió en la llanura, que algunos de ellos habitaban: contaba que el ejército se había apoderado de los sembrados de San Esteban, destrúyala Allah, al entrar y salir de él; pues había sido su acampar al tiempo de dirigirse á las inmediaciones de sus ¿murallas?»597.

«El rebelde García ben Sancho, piérdale Allah, estaba cerca de él con un grande é impetuoso ejército, y pensó, Allah lo repruebe, que iba á pelear con él, por lo que se dirigió hacia él con objeto de encontrarle á la salida de la llanura de Langa imagen y sus dependencias: además, envió alguna caballería hacia los vados del rio Duero, pretendiendo aprovechar la ocasión; pero Allah lo exterminó sin esperanza, y los muslimes hirieron á los infieles, que había enviado allí, confirmándoles el encuentro; pero no sostuvieron los golpes598 y huyeron del modo más vergonzoso, siendo muertos del modo más grave: sus restos se refugiaron en los bosques y en las cuevas de los montes, pues habían sido derribados (muertos) de los notables de ellos los peones, ó de á pie, y de los ginetes número considerable: el ejército acampó al   —452→   occidente de San Esteban, y el marrano García con su ejército ¿amenazaba? desde él por lo que lloraba su ojo y los ojos de ellos de la destrucción de sus sembrados, el incendio de sus habitaciones y la pérdida de sus medios de subsistencia.»

«Los muslimes se volvieron salvos, ricos y contentos; la gloria sea á Allah, señor de los mundos: el parte del wazir y kaid Dzuaççeifain, dando cuenta de esto, fué leído en las dos aljamas de Córdoba y Azzahra el viernes á 4 del mes de Dzulkiada de este año»599.

Como parte de esta campaña debe considerarse otra derrota, que sufrieron los cristianos, y de la cual ya dí ligera noticia al estudiar la historia de los Tochibíes de Aragón, á cuya familia pertenecía uno de los jefes que había acudido al socorro de Gormaz, y que al retirarse á Zaragoza con las fuerzas de su mando, tuvo otro encuentro con los cristianos, quienes si hemos de creer á Aben Hayyán, no salieron mejor parados que en Gormaz: como al hablar de los Tochibíes no hice más que dar las indicaciones principales de este suceso, me parece oportuno continuar aquí la traducción del texto, ya que he procurado darla de lo que puede considerarse comienzo y parte principal de la campaña de Gormaz: á continuación de lo narrado poco há, añade el autor, como en capítulo aparte:

«Y siguió600 á esta victoria (la de Gormaz) la victoria que anunció un parte del oficial de la guardia y general en Zaragoza, Abderrahmán ben Yahya ben Mohámmed (léase ben Abu Yahya Mohámmad) ben Háxim el Tochibí, en la que daba cuenta de que al volver del ejército, el martes, á 7 por andar del mes de xawal601 había caído sobre la huella del marrano Ramiro ben Sancho602 á quien había ¿asustado? alcanzándole en su seguimiento: que había enviado exploradores establecidos en el monte de la Bardena imagen en la parte opuesta del río Ebro, diciéndole   —453→   ¿monta sobre un caballo de la multitud, que á manera de ladrón invadiese desde antes de amanecer hasta el día? y no cesó de difundirse el apellido de guerra á vista del enemigo, en las inmediaciones de la alquería, ó pueblo de Estercuel603 al mediodía de Tudela, á una parasanga de ella, por el camino que va desde Zaragoza: algunos soldados de la caballería ligera se extendieron por derecha é izquierda, robando las ovejas que encontraron, é hicieron prisioneros á cinco hombres de los que cazaban por la región: (Abderrahmán) con su gente ¿movió? hacia la región de los infieles, enviando alguna caballería para acecharlos, y habiendo llegado á la cabeza del vado por la parte de la ciudad, se encontraron, y se trabó la batalla, y habiéndose enardecido, se reunió con ellas el oficial de la guardia Abderrahmán ben Yahya (léase Abu Yahya) con el grueso del ejército: cuando le vieron los enemigos de Allah, se pusieron á huir, retrocediendo, y abandonaron lo que habían robado: de ellos fueron derribados cinco rebeldes al salir del vado, de los cuales uno fué conservado para interrogarle acerca del número de ellos, y dijo que Ramiro ben García604, pierdale Allah, había salido del castillo de ¿Sos? imagen, su residencia con 500 jinetes, pensando que el oficial de la guardia Abderrahmán no se había apartado lejos del ejército de Gálib: de estos 500 jinetes, había enviado 200 jinetes ligeros, permaneciendo los mejores605 en una emboscada cerca del rio: el oficial de la guardia Abderrahmán siguió...» (falta una linea en el original).

«Cuando el marrano vió desde el lugar de su emboscada la marcha hacia él, y que su caballería ligera era ¿rodeada?, salió con su gente, y encontrándose los dos ejércitos se trabó la batalla por largo rato...606 Allah preparó la derrota de los politeistas, haciendo gracia de sus espaldas á los muslimes: esto era en el   —454→   centro del día: los muslimes se extendieron en huellas de ellos, siguiéndolos hasta después de la oración de la puesta del sol, de modo que amenazaron los campos de Elcastil imagen607, su lugar de refugio, (ó su fortaleza): su jefe Ramiro ben Sancho se salvó herido, pues Allah le había afligido, envilecido y llenado de dolor en el combate, y á no haber sido por los montes, á los que se retiró, y por los bosques, que los cubrían, ciertamente Allah le hubiera apoderado de él y no se le hubiera escapado.»

«Al caer de la tarde, los muslimes se volvieron vencedores y ayudados: la salud había rodeado á todos ellos: por la estrechez del tiempo y por el ¿adelantamiento? del día, de las cabezas de los principales se cortaron 33 cabezas, entre ellas la de Fortún ben Lupo, lugarteniente de Ramiro en el castillo de Sos, -la de Ximeno Fortún ¿Majones?608, la del guia ¿Iñigo? ben Velasco609- la cabeza (en singular) de sus dos compañeros, Iñigo ben Galindo adalid, y García ben Çelith adalid610: de sus caballos ¿llevó? 47 caballos, además de los que fueron desjarretados: de la provisión del marrano fué cogida una bandera de mucho valor y un cuerno ¿arrogante? incrustado de plata, que con las cabezas cortadas fué enviado á la puerta del Sultan (¿á la corte?): en el campo de batalla murieron mártires tres muslimes, uno de ellos del chund, y los otros dos de la gente de la ciudad de Tudela.»

«El parte de esta victoria fué leido en las aljamas de Córdoba y Azzahra el viernes... (falta una línea) el oficial de la guardia superior (llegó?) á Córdoba, llevando la bandera y el cuerno, que fueron expuestos al público sobre el poste de madera?611 frente á la puerta de la Azuda del Alcázar de Córdoba según costumbre, y la gloria sea á Allah por esto: no hay señor fuera de él.»

De todos estos sucesos tan prolijamente narrados por Aben Hayyán, sospecho que ninguna noticia se tenía ni por lo que   —455→   dicen nuestros cronistas612, ni por lo que consta en los autores árabes conocidos hasta ahora; pues M. Dozy, que con tanta diligencia estudió la historia de este período, aprovechando cuantos datos le suministraba su profunda erudición, poco ó nada dice referente á operaciones militares en este año de 364, limitándose á una ligera y poco exacta indicación tomada de lo que dicen Aben Adzari y Aben Jaldún, bajo cuya autoridad dice que «los cristianos alentados por la enfermedad del califa y por la ausencia de las mejores tropas, habían comenzado las hostilidades en la primavera del año 975 (364 de la hegira) y que ayudados por Abu Alahwas Maan habían puesto sitio á muchas fortalezas musulmanas613» -según Aben Hayyán las hostilidades comenzaron antes;- los cristianos no sitiaron más fortaleza que la de Gormaz, y la alianza del Tochibí Maan con los cristianos nada tuvo que ver con estos sucesos, aunque su derrota coincidió con ellos; pues su alianza con algunos cristianos inmediatos á Lérida, era bastante anterior, y por lo visto no había preocupado al califa, por no considerarla de importancia.

No entra en mis propósitos, ni cuadraría á mis estudios el entrar en el análisis de estos sucesos desde el punto de vista político para apreciar las relaciones y modo de ser de los pueblos que tomaron parte activa en esta campaña, ni mucho menos podría estudiarlos desde el punto de vista militar, ya que Gormaz y San Esteban de Gormaz fueron el blanco de muchas empresas, ya de parte de los cristianos, ya de los musulmanes: personas competentes hay en la Academia, que podrán emprender estos estudios, si creyesen que el asunto lo merece: al último individuo de la Academia bástale dar á conocer estos hechos, ya que tuvo la suerte de encontrar el libro que quizá sea el único donde se conserven estas noticias.

Madrid 12 de Abril de 1889.

Francisco Codera





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