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Noticias de España

     Franco, que hizo de la Ley de Fugas la ley suprema de su Estado, ha sido nombrado Doctor de Derecho de la Universidad portuguesa de Coimbra. Con este motivo, el verdugo de España, hablando en el acto de su nombramiento dijo: El programa restaurador de mis gobiernos ha abarcado los horizontes de toda la actividad humana.

     He aquí algunos de los resultados del programa restaurador del régimen franquista extraídos de su propia prensa y que proporcionan un pálido reflejo de la real situación en España:

VIVIENDA

     Pueblo 18-7-1949.

     Todo se vuelve hablar de la escasez de la vivienda, pero nadie da una solución. Hoy un hombre honrado que ha pasado diez horas diarias trabajando no puede aspirar a tener un hogar. En este caso no sólo se encuentran los obreros, sino los abogados, los médicos, funcionarios, etc..

     La Voz de Galicia 21-9-1949.

     Muchos indigentes tuberculosos no tienen cabida en el Hospital de San José y quedan abandonados en la vía pública, con grave peligro de contagio para la población.

     El Correo Español 17-10-1949.

     En Vizcaya hay 29.163 tuberculosos. Solamente en el último mes se registraron 940 casos. Por desgracia hay millares de enfermos que no tienen plaza en los hospitales. [45]

     El director de Bellas Artes, Marqués de Lozoya, declaró en su tiempo:

     El mal de España reside en que hubo gobiernos empeñados en enseñar a leer y escribir al pueblo.

     El franquismo se encargó de eliminar el mal.

     La Vanguardia Española 2-3-1949, en una crónica de Granada dice:

     No hay estadísticas, pero los cálculos arrojan un balance desolador. Más del 50% de los habitantes de la provincia son analfabetos. Más de la mitad de las 1.500 escuelas granadinas están muy mal instaladas.

     Solidaridad Nacional 18-3-1949.

     Millares de niños de familias humildes no tienen escuela.

     El Magisterio Español 8-6-1949.

     El maestro gana al mes 700 pesetas. Los ayuntamientos no tienen casas y los maestros no pueden encontrar patrona con semejante sueldo. El maestro hace sus cuentas pero no le salen de manera alguna. Gana 23 pesetas diarias y la pensión le cuesta 30.

     La producción de trigo, que con la República alcanzó en 1935 a 43 millones y medio de quintales métricos, en 1949 quedó reducida a la mitad. Todo está racionado. El pan, la electricidad, y hasta el alpiste para los canarios y jilgueros.

     El diario Pueblo del 29-9-1949 escribe:

     A partir del 3 del mes de octubre, los almacenistas de pienso quedan autorizados para vender dichos artículos a razón de medio kilo por pájaro, previa recogida del cupón correspondiente de las tarjetas de pájaros puestas en vigor.

     La Vanguardia 22-12-1948.

     No sólo hay novios y padrinos con trajes alquilados, sino que ha aparecido la industria de alquilar trajes decentes para unas horas, por aquellos que necesitan presentarse en sociedad y no tienen qué ponerse. [46]

     The New York World Telegram.

     Si se conceden créditos a Franco, vendrán a los Estados Unidos, por lo menos, 48 obras de Velázquez, unos 150 cuadros de Goya, 50 del Greco y otros muchos lienzos de los maestros de la pintura, que se guardan en el Museo del Prado.

     Ya 28-5-1949. El doctor Camino escribe:

     Nos demuestran con estadísticas que en España se publican más libros que nunca. La verdad es que se venden menos libros que nunca porque sus precios son fantásticos.

     En el curso de su perorata en Coimbra, Franco dijo:

     Nuestra política de amor ha substituido la lucha de clases.

     Veamos el juicio de un periodista neutral sobre el amor de los españoles hacia el franquismo:

     (De una crónica de David Raymond en el Reynold News).

     Hablé con tantos españoles como me fue posible; todos estaban contra el régimen. En muchos casos me dijeron a voz en grito: Hambre y miseria, esto es la España de Franco! Un viejo conocido extranjero, que vivía muchos años en España me dijo: 'La oposición al régimen de Franco alcanza hasta el 95% de toda la población. El régimen de Franco es un momio para unos pocos, y eso es lo que ve ahora el pueblo decente'.

     Así de falsas aparecen las palabras del Doctor en ciencias del crimen, general Franco, cuando se las compara con la opinión de sus propios periódicos o la opinión extranjera neutral. A esto se podría añadir también lo que no dicen, y silencian conscientemente, y constituye una parte consustancial del programa restaurador. Es decir, el colapso general de la economía española. La venta de España en pública subasta, el estraperlo elevado a la categoría de moral oficial. El terror y el crimen como sistema de gobierno.

     Contra todo esto lucha sin descanso el pueblo español, en cuyas manos está el verdadero Programa restaurador: en primer lugar la destrucción del régimen franquista y su trilogía de hambre, miseria y terror y el restablecimiento de la República democrática. [47]



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Un nuevo presupuesto de guerra y represión, de hambre y de ruina

     Ya presentó el gobierno franquista su presupuesto para 1950. Como los anteriores, es éste un presupuesto de guerra y represión, de hambre y de ruina acentuada. De los 17 mil 940 millones 872 mil pesetas y... 14 céntimos de gastos previstos, cantidad superior a los ingresos, o mejor dicho a los robos previstos, se destinan para gastos de guerra y represión de los Ministerios de Gobernación, Ejército, Marina, Aire, Justicia, Obras públicas (construcción de aeródromos y bases militares) y el Comisariado de Marruecos, 11.481.754.019 pesetas. Es decir, más del 63%. Si a esto añadimos el chaparrón de millones que se regala a Falange, a Franco, a la Iglesia, a los Consejeros del Reino y a los llamados Procuradores, etc., etc., tendremos que algo más del 80% del presupuesto económico se destina a gastos completamente improductivos, a oprimir al pueblo, a preparar la guerra y a mantener el lujo y el boato de toda suerte de jerarcas falangistas, de la Iglesia, del ejército o del gobierno.

     Mientras tanto, para los ministerios económicos, Trabajo, Industria y Comercio y Agricultura, se asignan en conjunto 650 millones de pesetas, es decir, poco más de la mitad de lo que cuesta a los españoles el entretenimiento de los 65.000 coches oficiales que se eleva a 1.186 millones de pesetas anuales tomando un promedio de 50 pesetas de gasto por coche y día.

     Por si este dato resulta... poco convincente de la política de desastre nacional que practica el franquismo, podemos añadir que para agricultura, una rama fundamental de la economía actual española, se asignan 166 millones de pesetas, exactamente 11 millones y medio de pesetas más que para los gastos personales de Franco, que por la Jefatura del Estado y la Presidencia de la banda llamada Gobierno percibe 154 millones y medio de pesetas al año; y cerca de 4 veces más que para el mantenimiento de las cárceles, presidios, campos de concentración y Tribunales del Ministerio de Justicia, que recibirá este año más de 641 millones y medio de pesetas.

     No resulta menos elocuente la comparación de los gastos destinados a Gobernación, entiéndase represión, y a Educación Nacional. Mientras el primero recibirá para la guardia civil, policía armada, policía secreta, cuartelillos y comisarías, etc., 2 mil 560 millones de [48] pesetas, el segundo, para escuelas, institutos y universidades, solamente percibirá 1.306 millones de pesetas. Con lo que se demuestra que, como régimen fascista, el franquismo concede el doble de importancia a la represión que a la educación de los españoles.

     Se suele decir que los presupuestos económicos del Estado son un termómetro fiel para establecer el género de política que siguen los gobiernos. Si esto es así, y así es, no hay por menos que reconocer que el franquismo, al destinar más del 80% del presupuesto para gastos de guerra e improductivos, al asignar más al pago de cruces y condecoraciones de guerra de los jefes del ejército que para la agricultura, pongamos por ejemplo, sigue una política de guerra y represión, de desastre económico, miseria e incultura.

     Se puede llamar a esto Presupuesto Económico Nacional? Indudablemente no. El presentado por el franquismo no tiene nada de económico ni de nacional. Se trata de una especie de reparto organizado del botín de los 17.847.974.398 pesetas arrebatadas al pueblo en forma de impuestos, contribuciones, gabelas y requisas, entre las castas dominantes a cuyos intereses y privilegios sacrifica el régimen fascista de Franco los intereses del pueblo y de la nación.

Sobre los campesinos pesan abrumadoramente los presupuestos de guerra del franquismo.

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Homenaje mundial a J. V. Stalin

     El 21 de diciembre de 1949 celebraron los pueblos de la Unión Soviética, y con ellos los pueblos de todo el mundo, el 70 aniversario de J. V. Stalin.

     Los trabajadores y todos los hombres progresivos del mundo han rendido a Stalin con este motivo un gran homenaje por su obra gigantesca en la dirección del país soviético, por su labor de guía y maestro de toda la humanidad progresiva, porque ven en él al gran defensor de la paz y de la libertad de los pueblos.

     Especial importancia ha tenido el 70 aniversario de Stalin para el pueblo español. Nuestro pueblo siente por J. Stalin una amistad y una gratitud ilimitadas. Ven en él al maestro y guía, al amigo fiel, generoso, consecuente, de los días de nuestra guerra y de los días trágicos en que vive bajo el fascismo.

     Intérprete de esos sentimientos del pueblo español lo ha sido Dolores Ibarruri en el acto celebrado en el Gran Teatro de Moscú en honor de J. Stalin.

     Ni el terror ni las persecuciones de los verdugos franquistas -dijo Dolores Ibarruri- pueden apagar en el corazón de las masas populares españolas el fuego sagrado de cariño hacia Stalin y hacia la Unión Soviética.

     Cultura y Democracia se une al homenaje que le ha sido tributado a J. V. Stalin, al jefe del país en donde, por primera vez en la historia, la Cultura ha dejado de ser patrimonio de una minoría privilegiada y la Democracia ha adquirido su verdadero sentido.

     Viva por largos años el gran amigo del pueblo español, el sabio y tenaz defensor de la causa de la paz!

Los niños soviéticos expresan su cariño a J. Stalin. [50]


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Cuentos verdaderos



 
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La última carta no llegó...

Por J. Izcaray
 

     Tras él se había cerrado con un golpe seco aquella puerta de hierro... El hombre dio algunos pasos, se echó a la espalda su macuto de soldado y se volvió a mirar... Vista desde fuera, la cuadrada mole de piedra era como él se la había imaginado desde dentro. Entró en ella de noche; salía en un atardecer. Un sol arrecido lamía los altos muros desconchados y el patio, donde el viento levantaba veloces remolinos de polvo, aparecía desierto. En una de las torrecillas la bayoneta del centinela, herida por la luz, brillaba con destellos azules.

     Sintió frío y echando a andar se ajustó al cuerpo lo mejor que pudo el raído gabán. Hasta entonces no había advertido que le venía demasiado corto.

     Pasó junto a una de las garitas y el soldado le miró con ojos que querían ser alegres. Hasta le pareció que le había hecho un guiño.

     Se volvió de nuevo al oír un tropel de caballos que se acercaba. Por el camino de los cuarteles un escuadrón de lanceros volvía del campo de maniobras. En la esquina, al pie de un vetusto caserón [51] enjalbegado, se topó con dos mujeres. Los negros mantones en que se arrebujaban herían los blancos muros con sombras funerales.

     -Por aquí se va al Arco? -preguntó el hombre.

     -Sí, hijo. Todo derecho -respondió la que parecía más vieja. Y sus ojos, enfermos de llanto y miseria, se humedecieron de ternura.

     Ya se alejaba el del macuto cuando a su espalda sonó de nuevo la voz de la mujer:

     -Oiga, buen hombre...

     Ella le miraba fijamente apresurando el rojo parpadeo.

     -Usted conocerá a Saturnino Gálvez... Uno moreno, buen mozo, de su edad de usted... Él también está ahí.

     -Saturnino Gálvez?... Seguramente... Pero por esas señas...

     -Claro, hay tantos...

     Llegó a una plaza semidesierta, de viejas casas tan silenciosas que parecían vacías. Cruzó un carro chirriando con estrépito y un artesano cerró su portal.

     Pasó al pie de la escalinata de una iglesia y varios tullidos que en sus gradas se acurrucaban le miraron sin desperezarse. Llevo tales trazas que ni los mendigos se toman el trabajo de pedirme limosna, pensó. Y se echó a reír de muy buena gana.

     Allí, frente a él, estaba el Arco, puerta en otros siglos de la ciudad, y tras el Arco encontró la posada de que le habían hablado. A veces se puede dormir allí por tres pesetas.

     Atravesó el patio y entró en un oscuro portal que servía de taberna.

     -Tiene usted alguna cama libre? -preguntó al hombre del mostrador así que le vio tomarse un respiro en la faena de llenar de clarete una regular rueda de vasos redondos.

     -No, no hay ninguna -oyó que le respondían bruscamente.

     Y ya iba a salir cuando el posadero, dejando el mostrador, le dijo:

     -Venga... Le arreglaré algo.

     Subieron una angosta escalera. El posadero abrió una puerta.

     -Esto más que cuarto es un granero -dijo-; pero tiene un catre y podrá usted descansar.

     -Gracias. Sólo es una noche.

     Mientras se descargaba del macuto sentía en la nuca los ojos del posadero. Experimentó un alivio cuando éste habló.

     -Sale usted de ahí?

     -Sí.

     -Mucho tiempo?

     -Ocho años. Cuatro ahí. [52]

     Calló el del hostal como si no encontrara nada que decir a su huésped y al cabo gruñó:

     -Todo tiene su fin.

     Cuando le oyó salir se dejó caer en el catre y cerrando los ojos se recogió en sus pensamientos para no salir de ellos hasta que la puerta se abrió de nuevo. Era otra vez el posadero que volvía trayendo un plato, media hogaza y una botella de vino.

     -Huevos con chorizo. Le vendrán bien -y como advirtiera una mirada de interrogación en los ojos de su huésped precisó-. No se preocupe por los dineros. Ya lo sacaré por otro sitio.

* * *

     Querida Luisa:.

     Había escrito las dos palabras de un solo trazo, enlazadas casi, y soltando la pluma se cubrió los ojos con ambas manos como si quisiera apresar en ellas cuanto había de decir.

     Ésta será la última carta que te escriba, continuó. Y por ser la última, en ella te diré lo que nunca te dije. No obstante, así que la hayas leído rómpela como los dos hemos hecho con todas nuestras cartas anteriores: sesenta y dos mías; cuarenta y cuatro tuyas. Como verás he llevado bien la cuenta!...

     Te acuerdas de la primera? Fui yo quien la escribió, en diciembre hará cuatro años. En mi galería teníamos un viejo carbonero que en 1937 llegó a las líneas de Madrid desde las profundidades de Extremadura después de un mes de marcha. Frente a la puerta de su chozo había tres encinas y él tenía tres hijos. Una para cada muchacho, pensaron los señoritos. Y los colgaron de ellas mientras el viejo carboneaba en el monte.

     Aquel preso mostraba un humor sombrío y apenas cruzaba palabra con nadie. Advertíasele insensible al sufrimiento y a la esperanza como si con la guerra la vida hubiese terminado para él. Dos compañeros -yo no sé de dónde les vino esa idea- le buscaron madrina, una obrera de Bilbao que para empezar le envió una muda nueva y un paquete de víveres. Parece que le estoy viendo en medio del corro del patio: 'Se han equivocado!', repetía. 'Esto no es para mí, no puede serlo. A mí no me queda nadie en el mundo y los muertos no resucitan'. No sabía que todos nuestros muertos resucitan en las entrañas inagotables del pueblo y que a él le quedaba aún y le quedaría siempre esa inmensa familia que no se extingue: el pueblo. Yo se lo dije, él lo entendió y el muerto de nuestra galería resucitó también. [53]

     Al principio, sin embargo, yo no me hacía a la idea de que nosotros, los presos de la guerra, los antifranquistas que llenábamos los presidios, pudiésemos tener madrinas como los oficialitos de África y los legionarios de los folletines que Mundo Gráfico publicaba en el veintitantos. Sin embargo, no tardé en recapacitar y vi que confundía lamentablemente las cosas. Nosotros éramos la perfecta antítesis de esos oficialitos y esos legionarios, y las mujeres del pueblo que estaban dispuestas a ser nuestras madrinas nada tenían que ver con las niñas cloróticas que se carteaban con desconocidos a la busca de aventuras excitantes. Las madrinas de los presos serían un medio más, y no de corta eficacia, para avivar la solidaridad del pueblo con los hombres de las cárceles y, sobre todo, un puente tendido entre la calle y nosotros. 'Entre el pueblo y nosotros se levantan estos muros', pensé en seguida. 'Obra nuestra es cuartearlos, romper este aislamiento, llegar al pueblo, asistirle con nuestra experiencia y nuestros consejos, inyectarle el ejemplo de nuestra insumisión y nuestra fe'.

     Aconsejé, pues, a mis amigos que buscasen madrinas con quienes enlazar, preferentemente obreras o trabajadoras del campo capaces de comprender a medias palabras nuestras instrucciones, y hasta discutimos lo que habíamos de decirles en nuestras cartas. Poco después fue cuando Florencio me dijo que una compañera de su flamante madrina también estaba dispuesta a ayudar a un preso. Te escribí. Aquella carta comenzaba así: 'Amiga Luisa:'.

     Se detuvo jadeante. Había escrito los párrafos anteriores sin tomar respiro y el aire le faltaba. Se puso en pie y abrió el ventano del granero. El cielo estaba raso, de un azul más claro que el del río, visible a lo lejos entre desnudos árboles. Respiró ansiosamente el aire frío de la noche de otoño y al cabo de unos instantes volvió a la mesa.

     'En esta tierra el frío empieza pronto', te dije en mi segunda carta, así que comprobé que efectivamente estabas dispuesta a ayudarnos. 'Ya lo tenemos encima y muchos no llevan más que su guerrera de soldado. Las fuerzas del alma son muchas; las del cuerpo algunas menos. En una línea le describiré a usted desayuno, comida y cena, las tres hambres del día. Agua sucia por la mañana, sucedáneo de sucedáneos. Luego, nabos tenemos y ojalá fueran los del dómine Cabra, que éstos son dos o tres por barba nadando en nuevas aguas igualmente sucias. Protestamos en la fila. 'Si hemos de morir a vómitos de sangre -gritó un preso- más vale que nos rematen de una vez!' Eso fue lo que hicieron: rematarle a él aquella noche en una celda de castigo.

     'Al día siguiente todos salimos al patio. Rompan filas!, gritó el oficial tras la revista. Pero nadie se movió. Firmes, no como presidarios sino como soldados, permanecimos en silencio durante un minuto. El silencio era tan hondo que se podían contar los pasos de los centinelas en las torretas.

     'Salió el director, el verdugo mayor, y no dijo nada. Pero desde aquel día todas las noches nos hacen formar en el patio y nos tienen [54] allí bajo la luna de enero durante dos horas. 'Os gusta la posición de firmes? Pues hágase vuestro gusto!'. Y la tos de los hombres toca a muerto.

     'Pero nosotros no queremos morir y no moriremos. Necesitamos vuestro aliento para la lucha y nuestras vidas son sangre de la victoria. Pedimos ropa para poder conservarlas en este infierno frío. Usted sola, por mucho que se sacrificase, podría enviar a lo sumo una o dos prendas. Pero nunca debe trabajar uno solo. Usted está en unos grandes almacenes. Cuántos empleados hay allí? Cincuenta, sesenta, cien acaso? La mayoría querrán ayudar y lo harán si usted organiza las cosas'. Y te dije cómo tenías que hacerlo y tú lo hiciste y solamente por tu mediación recibimos aquel año veinte paquetes de ropa. Fue aquel tu primer trabajo. Te acuerdas?.

     Galopaban sus pulsos, caballos del alma, y se detuvo nuevamente hasta sosegarse.

     Qué caminos tan largos e intrincados siguen a veces las cosas! Tú me dijiste, y leyéndolo respiré como si me hubiera quitado un peso de encima, que te felicitabas del giro que tomaba nuestra relación porque prometía mantenerla en los límites de una solidaridad amistosa y cálida, pero en cierto modo impersonal. Tú también habías perdido lo que más querías. 'He sufrido tanto -me confesaste-; sangra tanto mi herida, que cualquier otra cosa, aunque sólo existiese en el pensamiento de usted, me parecería una profanación al recuerdo de quien ya no está conmigo y a mí misma'.

     'No tema usted', te respondí. 'Siempre fui hombre de escasos desahogos sentimentales y en la situación en que nos encontramos ni los busco ni los deseo. En otras cosas tengo puestos mis cinco sentidos. Me alegra mucho, pues, lo que me dice. Yo también temía posibles derivaciones que complicasen nuestra amistad y le restasen por lo menos parte de los frutos que su abnegación promete. Todo esto me da una mayor confianza en usted y en su labor'. Y que así era te lo demostré enviándote por el conducto que hemos empleado desde entonces para cambiar nuestra correspondencia, y por el que te llegará esta carta, un manifiesto que los presos de este penal dirigían al pueblo. Tú hiciste copias y las repartiste discreta y valerosamente. Así me lo comunicaste en aquella carta que empezaba así: 'He cumplido su encargo lo mejor que he podido. Las palabras de fuego que desde esa hoja llaman a la solidaridad y a la protesta por tanto crimen me han conmovido y han levantado el alma a cuantos las leyeron. [55] Quién podía esperar que de los presidios nos llegaran a nosotros, a los de la calle, voces de aliento? Una pregunta quiero hacerle: De dónde extrae usted, de dónde extraen ustedes tantas ideas y fuerza tanta?'.

     'Del Partido. Yo soy comunista, muchos de nosotros somos comunistas', te contesté yo. Y conocedor ya de que la tierra con que fuiste fundida era tierra para la mejor semilla te hablé por primera vez del Partido. Y tú me dijiste: 'Déjeme pensar en lo que me ha dicho. Lo entendería un niño, pero detrás de esas palabras hay todo un mundo'.

     En dos o tres cartas no volviste a hablar de este asunto. Me contabas que habías organizado un grupo de ayuda en una tienda de costura donde trabajaba una amiga tuya y me describías el júbilo del pueblo frente las banderas franquistas con lazos negros por la derrota alemana en Stalingrado. Y en una carta me dijiste las palabras solemnes: 'Enséñeme. Condúzcame a ese mundo que usted me ha descubierto, a ese mundo nuevo que ha vencido para siempre en Stalingrado'.

     No te lo dije entonces, te lo digo ahora: con tu carta en las manos lágrimas de orgullo quemaron mis ojos. Y repetí tus palabras a los presos y les dije: Oíd cómo late el alma del pueblo!

     Poco a poco, lo más sencillamente que pude, es decir, lo mejor que pude, comencé a explicarte en mis cartas qué es el Partido, en qué consisten sus principios, cuál es su política de salvación de España, y te recomendé que todo cuanto fueses comprendiendo no te lo guardases para ti como un secreto sino que lo transmitieras, con las precauciones debidas, a tus compañeros de trabajo, a quienes te rodeaban. 'Todos nosotros enseñamos al mismo tiempo que aprendimos', te advertí. 'El pueblo está sediento de verdad y ansioso de luces que le guíen hacia la salida de este abismo'.

     Tú estudiabas, aprendías rápidamente y enseñabas a los demás aquello que aprendías; pero a veces te ganaba el desánimo y en una carta me dijiste: 'Tal vez sea demasiado tarde para que yo pueda aprender todo lo que usted quiere enseñarme, y además un poco difícil. Ya he cumplido los treinta años y he de trabajar doce horas diarias para no morirme de hambre'. Yo te respondí con alientos nuevos y tú seguiste adelante, pero mucho más convincente que aquella respuesta mía es la historia de Gil Ventura, un campesino de Cáceres que murió a mi lado en la fosa común de nuestra celda.

     Tenía aquel preso en las entrañas el mal de la cárcel y se le veía extinguirse por días, afilado y azul como una espada. Escuchaba ávidamente nuestras conversaciones políticas reconcentrado e inmóvil, mirándonos fijamente como si quisiera sorber el sentido de las cosas con sus ojos profundos. Una noche, mientras los otros dormían, me preguntó de pronto: 'Cuánto puede tardar un hombre en aprender a leer y escribir?'. 'Eso depende de muchas cosas; en primer lugar, del hombre', le respondí. 'Pongamos que ese hombre soy yo. Cuánto tardaría?'. 'Tú? Tres meses aproximadamente'. 'Mucho es -silbó su [56] voz en la oscuridad-. Cuatro me ha dicho ese maldito médico que me quedan de vida, y cuando me lo decía la gozaba. Pero yo sé que esta vez no miente y que si se equivoca será para menos. Sin embargo yo me esforzaré cuanto pueda y tendremos tiempo. No quiero morirme sin saber escribir'. Jadeó un instante y prosiguió: 'Es por mi hijo, sabes? Antes de morir quiero escribirle por mi propia mano una carta donde junte para él todo lo que he aprendido aquí, todo lo que vosotros los comunistas me habéis enseñado: el porqué de la miseria del pueblo, quiénes son los culpables, cómo se puede organizar la vida de otra forma y cómo luchar para conseguirlo. Él tiene ahora dieciséis años. Está en la edad de elegir el camino. Le hace falta eso. Será mi herencia. Desde mañana empezaremos las lecciones'.

     Con qué ansia estudiaba aquel hombre y con qué afán le enseñaba yo las primeras letras! 'Ya falta poco!', gritó triunfal cuando logró repetir de memoria el abecedario y conocer las letras. 'Pero hay que darse prisa, sabes?... Anoche volví a sentir en la boca ese sabor amargo y caliente'... Y así un día y otro, con los alientos últimos. Pero Gil Ventura le ganó la carrera a la muerte y antes de morir escribió aquella carta a su hijo...

     Soltó la pluma con un estremecimiento. Su frente ardía, pero sus dientes castañeteaban. Se había dejado el ventano abierto. Acudió a cerrarlo y tras unos instantes de meditación volvió a las cuartillas.

     Yo te veía progresar, crecer, ganar fuerza y vuelo. Al mismo tiempo tus cartas se iban haciendo más íntimas. Recuerdas cuando te referiste por vez primera a tu soledad? 'Qué egoísmo tan feroz!', añadiste en seguida. 'Hablarle de mi soledad a usted, a un hombre preso desde los veintiocho años! Mas si yo siento la mía como no la sentí nunca en todos estos años es porque he vuelto a la vida, es porque todo lo que usted me ha enseñado me hace amar la vida como nunca la amé'. Y por primera vez también me dijiste cómo eres: 'Ni alta ni baja, morena clara y de pocas chichas. Mi presencia es vulgar, pero cuando era feliz las gentes me encontraban bonita y yo misma no me sentía del todo descontenta de mi persona'. Hasta quisiste enviarme un retrato tuyo. Pero yo te dije que quien como tú organizaba grupos de solidaridad con las cárceles y distribuía propaganda debía ser lo suficientemente prudente para no enviar fotografías a nadie, ni siquiera a mí... al hombre que conociéndote tanto no te conocerá jamás! [57]

     Aquel calor de mujer que comencé a advertir en tus cartas reconfortó mi corazón como si le hubiesen inyectado sangre nueva y mi celda se pobló de ilusiones. 'Quién sabe?', me decía a mí mismo. 'Tal vez yo no esté tan enfermo como Gil Ventura. El médico dice que llevo el mismo camino, pero ya se sabe que es un fascista de tomo y lomo y que se complace en torturarnos. Yo soy más fuerte y tal vez logre contener esto... Si es así, y si como yo calculo el cuarenta y siete estoy en la calle... iré a buscarla y, por qué no?, trabajaremos juntos, lucharemos juntos y juntos arrancaremos a la vida un poco de felicidad mientras la gran felicidad llega'.

     Así viví aquel tiempo, mecido por sueños, que nunca te confesé, tal vez porque en el fondo del alma, allí donde las cosas tienen su exacta dimensión, mi esperanza era un soplo de llama que se extinguía...

     Luego... pensabas ya como los comunistas, amabas al Partido como nosotros lo amamos, como resumen e instrumento de la Justicia y el Bien, de la Patria y la Humanidad. Te proporcioné aquel contacto y tu siguiente carta tuvo un encabezado nuevo: 'Querido camarada'. Y dejando el usted por el tú me decías: 'Ya he puesto el pie en tu mundo, en el mundo nuevo'. Y luego sencillamente, como algo pensado y dicho desde hacía mucho tiempo: 'Quiero recorrerlo cogida de tu mano para no soltarla jamás'.

     Pero cuando llegó esa carta hacía mucho tiempo que el soplo de llama de mi esperanza se había apagado ya. Mi cuerpo herido había avanzado tanto por el camino de Gil Ventura que no podía contestarte más que como lo hice. Tú no replicaste nada a mi respuesta. Entre los trabajos que el Partido te había encomendado se contaba el enlace regular conmigo y tuve que seguir escribiendo a la camarada Luisa, estrangulándome el corazón a cada línea. Nuestra correspondencia se hizo más fría. Carta tras carta referíase únicamente a los asuntos de la solidaridad con los presos, a las instrucciones políticas que yo recibía y enviaba. Cuatro años!...

     'Querido camarada'. 'Camarada Luisa', me acostumbré al formulario y en los últimos tiempos apenas tenía que violentarme al escribirte.

     Pero de pronto... estallaron las palabras de aquella carta tuya como un grito en mi pecho: 'Sé que sales en octubre', me decías. 'Y sé también que si yo no voy a buscarte, que si yo no te espero al pie de esa puerta, no te veré jamás. Iré! La primera cara que verás al pisar la calle sera la mía. Iré! Es que una mujer no puede ir a la puerta del presidio a buscar al hombre que quiere? Iré! No temas ninguna imprudencia de mi parte. Nada dejaré tras de mí en este viaje, y además ya tengo cierta práctica en estas cosas. Aunque me apartes al pasar, aunque no me hables, aunque no me mires, iré!'.

     Se enjugó el sudor y torpemente se afirmó la pluma en la mano para que no temblara. [58]

     Llegarás mañana... pero yo -perdóname!- ya no estaré allí... Tú sabes por qué se han abierto esas puertas para mí? Porque es tan poca la vida que me queda que ya no me temen. Pero se equivocan. Siempre que estas gentes nos miden la estatura a los comunistas se quedan cortos. Un año de vida? Dos acaso? Si he sabido luchar desde el fondo de un pozo, figúrate cómo lucharé ahora en medio de la calle, en medio de las fábricas, en medio de los campos, en medio del pueblo! Estoy contento. Durante estos ocho años he temido muchas veces que las fieras terminasen conmigo allí dentro. Soy un condenado a muerte que le va abriendo paso a la vida. Aún podré hacer mucho... Y lo haré! 'Pero, y yo?', te preguntarás tú con esa pasión tuya, contenida y pronta al estallido. Tú? No hay en el lenguaje humano palabras que me sirvan para decirte cómo te quiero. Te quiero con toda la sangre que me queda! Te quiero como quieren los que han sufrido mucho, como quieren los que van a morir: con todas las ansias de la vida... y de la muerte! Y vivo imaginando cómo eres y cómo sonará tu voz y cómo serán tus pasos. Y cuando mi alma se dice tu nombre mis manos se comban para acariciar tu frente presentida. Te quiero como queremos nosotros, los hombres que tenemos el sentido más alto del amor y de la vida, los más generosos, los más humanos! Pero... yo no merecería ser quien soy si te atase a mi agonía, si te hiciera el daño de llevarte conmigo hasta el pie de mi tumba.

     No. Termine esta historia más allá de esa puerta que se ha abierto hoy. Me resistía a escribir esta carta, pero ya el silencio me ahogaba y tenía que descubrirte el alma. Porque no quería escribirla, te daba en la anterior mis últimos consejos. Lucha! Lucha y enseña a luchar! Avanza por ese gran camino abierto, sin trabas a tu lado, unida a quien sea para ti un aliento y una fuerza y no sombra de la muerte que nuble tus pasos. A ti te queda mucha vida y tú conocerás la felicidad y la victoria. Y en la una, y en la otra yo estaré contigo.

* * *

     Firmó con un signo y se volvió atraído por la luz azul que del campo venía. Abrió el ventano, respiró hondo y allí se estuvo largo tiempo viendo encenderse la mañana. Luego volvió a la mesa, cogió la carta que había escrito, rasgó los pliegos lentamente y con mano segura comenzó a ajustarse a la espalda su macuto de soldado. [59]



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Combatientes de la paz y de la democracia

Pablo Neruda

     Pablo Neruda, el gran poeta chileno, es sin duda alguna el mejor poeta contemporáneo de habla española. Sus versos se traducen a todos los idiomas, sus poemas penetran en todos los países, incluso en la España franquista donde despiertan la admiración y el respeto de núcleos de la joven intelectualidad española que se afana por salir de las tinieblas que el franquismo representa.

     Pero Pablo Neruda no es solamente un poeta, es un militante comunista, un combatiente abnegado de la causa de la paz y la democracia en el mundo entero. Su paso a esta gran barricada de lucha de los pueblos donde combate con el arma afilada de su vibrante poesía, constituye un ejemplo que el propio Neruda brindó a los intelectuales progresivos de América Latina, desde la tribuna del Congreso Latino Americano de los Partidarios de la Paz.

     He aquí una referencia abreviada del gran discurso pronunciado por Pablo Neruda en dicho Congreso.

     Mi país, como ustedes saben, es el más lejano de nuestra América. Ha sido ocultado cuidadosamente por la cordillera, por el mar y por el feudalismo. [60]

                Desde el Congreso de París y Praga de 1949, se han formado Comités de Partidarios de la Paz en unos 50 países.           
     Han tenido lugar Congresos por la defensa de la paz en Argentina, Australia, Bélgica, Brasil, Canadá, Cuba, China, Finlandia, Japón, México, República Popular de Mongolia, URSS, Inglaterra, etc.
     En el movimiento de partidarios de la paz participan la Federación Sindical Mundial -que ha hecho suyos los acuerdos de París-, con 72 millones de afiliados; la Federación Democrática Internacional de Mujeres, con 81 millones de adheridas; la Federación Mundial de la Juventud Democrática, que agrupa más de 60 millones de jóvenes. Pasan de 600 millones los partidarios de la paz organizados por todo el mundo. Éste es un movimiento sin precedentes en la historia.

     Sin embargo, muy pronto, grandes potencias fijan su atención en aquel territorio delgado y herido. Así pasó en el mes de junio de este año. Dos grandes naciones quisieron invitar en este instante a dos chilenos. El gobierno de los Estados Unidos de América del Norte invitó al general en jefe del Ejército chileno. Yo no soy general, soy simplemente un poeta, y, sin embargo, en aquel instante una gran nación me invitó a visitarla. Esta nación fue la Unión Soviética, y casi en las mismas horas en que el general chileno se dirigía a husmear, desde lejos, la bomba atómica, yo volaba a celebrar el aniversario de un viejo poeta, de un profundo y pacífico poeta: Alejandro Sergeievich Puchkin.

     Hace ya tiempo que el general volvió a mi patria. Yo no he podido volver, entre otras cosas, porque no estoy seguro de que entre aquellas balas que el general adquirió en su viaje, no hay alguna que me esté destinada. El hecho es que desde su vuelta, en mi país, se ha fomentado el espíritu bélico, y este general, cumpliendo tal vez con lo que cree su deber, escribe artículos sobre geopolítica y pretende en ellos que mi tierra lejana se convierta en un arsenal para una guerra extracontinental. Y me parece, será bueno decirlo, que no sólo hay palabras dichas después de esta invitación, me parece también que hay bases militares, y que los barcos viajan desde los grandes puertos norteamericanos hacia las tierras australes cargados de armas. El hecho es que poco después de celebrado el viaje, y por primera vez después de muchos años, los gobernantes chilenos han gastado balas y pólvora, tal vez ensayando la guerra, y ensayándola, naturalmente, contra el pueblo chileno. Cerca de cien muertos y quinientos heridos han teñido las calles de la lejana República. Han tenido éxito, como se ve, las lecciones que aprendió con otros militares el invitado de Chile; y han tenido éxito porque hace de pretendiente de mi país un simple mayordomo sostenido allí por los intereses mineros norteamericanos, y este mayordomo servil no tiene porqué preocuparse demasiado por la salud de los hijos de chile.

     Si yo hubiera vuelto a mi país hubiera llevado otras historias, otras experiencias y diferentes verdades. Habría llevado la verdad de Puchkin, el canto, la bandera de Puchkin, es decir, de un viejo poeta, del poeta central de su pueblo, que [61] otra nación habría olvidado, pero que la Unión Soviética, lejos de olvidar, elevó sobre toda su vasta tierra.

     Tal vez en estas dos invitaciones tengamos la clave de cuanto está ocurriendo. Tenemos, de un lado, que cuando se descorre la cortina de dólares por las autoridades de inmigración es para que los generales de América Latina vean de cerca, no muy de cerca tampoco, las posibilidades de destrucción en masa que un gran país exhibe con extraño orgullo; y, del otro lado, cuando se penetra a través de la cortina de calumnia con que se quiere cercar a ese mundo nuevo, se nos muestra la monumental victoria del espíritu a pesar del tiempo, y la veneración de un alto hecho de la cultura humana, compartido por la totalidad de un pueblo.

                En el Congreso de los Partidarios de la Paz del continente americano las delegaciones estaban compuestas de:           
     Argentina, 35 delegados; Brasil, 40 delegados; Canadá, 15; Colombia, 2; Costa Rica, 11; Cuba, 50; Chile, 9; República Española, 30; Ecuador, 1; Estados Unidos, 186; Guatemala, 27; Honduras, 1; México, 700; Nicaragua, 2; Paraguay, 2; Puerto Rico, 2; El Salvador, 2; Uruguay, 2; Venezuela, 7.
     Las repúblicas del Perú, Bolivia, Santo Domingo y Haití no pudieron enviar delegados pero enviaron representaciones.

     Pero, nos preguntamos, es que la influencia de los fabricantes de armamento se reduce únicamente a penetrar en nuestras tierras por conducto de algunos generales mensajeros?

     Por cierto que no es así y tal vez nunca la historia nos ha dado la oportunidad de ver tan claro en su acontecimiento. Es que en la guerra que se prepara, guerra necesaria para que los grandes monopolios aseguren en nuestra América Latina sus imperios ante la creciente amenaza de los pueblos que luchan por su independencia económica, está la preparación de un drama inmenso que quiere ocultar la inmensidad de una agonía. Y dentro de este sistema agonizante la creación cultural muestra síntomas graves de enfermedad mortal.

     Quiero deciros, por primera vez, una importante decisión personal que no traería a este recinto si no fuera porque me parece estrechamente ligada a estos problemas. Hace poco, y después de haber recorrido la Unión Soviética y Polonia, firmé un contrato en Budapest para la publicación en lengua húngara de una antología de todos mis poemas. Y luego de firmado, en una reunión con traductores y editores, se me pidió que indicara yo mismo, página por página, lo que debía ser incluido en este libro. Yo había visto los miles de jóvenes muchachos y muchachas que empezaban a llegar a Hungría de todos los puntos del planeta para participar en el Festival Mundial de la Juventud; yo había visto, entre los escombros de Varsovia, salir caras de jóvenes estudiantes [62] que entre sus clases de Anatomía levantaban de nuevo el destruido pedestal de la paz, y yo había visto con mis ojos los inmensos edificios construidos en unas cuantas semanas sobre los escombros de Stalingrado por veinticinco mil jóvenes voluntarios llegados de Moscú; yo escuché en aquellas tierras como un rumor de abejas de una arboleda infinita, la alegría pura, colectiva, innumerable de la nueva juventud del mundo.

     Y cuando aquel día, después de tantos años de no leer mis antiguos libros, recorrí, frente a los traductores que esperaban las órdenes para empezar su trabajo, aquellas páginas en que yo puse tanto esfuerzo y tanto examen, vi de pronto que ya no servían, que habían envejecido, que llevaban en sí las arrugas de la amargura de una época muerta. Una por una desfilaron aquellas páginas, y ni una sola me pareció digna de salir a vivir de nuevo. Ninguna de aquellas páginas llevaba en sí el metal necesario a las reconstrucciones, ninguno de mis cantos traía la salud y el pan que necesitaba el hombre allí.

     Y renuncié a ellas. No quise que viejos dolores llevaran el desaliento a nuevas vidas. No quise que el reflejo de un sistema que pudo inducirme hasta la angustia fuera a depositar en plena edificación de la esperanza el légamo aterrador con que nuestros enemigos comunes ensombrecieron mi propia juventud. Y no acepté que uno solo de esos poemas se publicaran en las democracias populares. Y aún más, hoy mismo, reintegrado a estas regiones americanas de las que formo parte, os confieso que tampoco aquí quiero ver que se impriman de nuevo aquellos cantos.

                Don José Giral, expresidente del Gobierno de la República y miembro del Comité Mundial de Partidarios de la Paz, refiriéndose a la penetración norteamericana en España, ha declarado en México:           
     Se han acomodado y fundado grandes aeródromos -más de 300 en toda España repartidos- que España no necesita... Esos aeródromos han sido inspeccionados, han sido dirigidos por agentes militares de alta graduación en Norteamérica...
     Éste y muchos otros hechos muestran la amenaza directa que pesa sobre España. El imperialismo norteamericano, en complicidad con Franco, actúa para hacer de España una base estratégica. De aquí el carácter decisivo que tiene para el pueblo español la defensa de la paz.

     Hemos llevado los poetas de este tiempo dentro de nosotros mismos las dos fuerzas contrarias que producen la vida. Y ha llegado la hora en que escoger. No se trata puramente de escoger nuestra conducta: se trata de escoger la responsabilidad dentro de nuestro propio ser.

     Todo un sistema moribundo ha cubierto con emanaciones el campo de la cultura y muchos de nosotros hemos contribuido con buena fe a convertir en más irrespirable el aire que pertenece no sólo a nosotros, sino a todos los hombres, a los que viven y a los que van a nacer. [63]

     Por qué vamos a dejar marcada nuestra huella sobre la tierra, como la que dejaría en la arcilla mojada la desesperación del ahogado?

     Sin embargo, es claro que muchos de los creadores de nuestra época no se dan cuenta de que aquello que les pareció la más profunda expresión del ser, es muchas veces veneno transitorio depositado dentro de ellos mismos por sus más implacables enemigos.

                Y este año que la cosecha se presenta muy floja, Franco ha dado órdenes secretas a sus lacayos para que requisen hasta el último grano, porque necesita almacenar grandes cantidades de víveres para la nueva guerra que está preparando a las órdenes de los grandes capitalistas norteamericanos, y para la cual -en este aspecto también se acuerda de vosotros- cuenta también con vuestros hijos como 'carne de cañón barata' para la más horrenda de las matanzas.           
     (De una octavilla repartida por Aragón, que demuestra cómo los partidarios de la paz del interior de España unen acertadamente la lucha por la paz a los problemas inmediatos que agobian al pueblo español).

     El capitalismo agonizante llena la copa de la creación humana con un brebaje amargo. Hemos bebido este licor en que se juntan todos los venenos. Los libros de lo que llaman la cultura occidental, en su mayor parte, han contenido dosificadas fuertemente las drogas de la agonía de un sistema. Y nuestra juventud de América Latina está bebiendo ahora las heces de una época que quiso extirpar de raíz la confianza en los destinos humanos, suplantándola por la desesperación absoluta.

     La burguesía ha apoyado con intensidad a estos protagonistas del derrumbamiento. En los últimos años hemos visto cómo nuestros snobs se han apoderado de Kafka, de Rilke, de todos los laberintos que no tengan salida, de todas las metafísicas que han ido cayendo como cajones vacíos desde el tren de la historia, se han convertido en defensores del espíritu, en brahmines americanistas, en profesionales enturbiadores de la charca en que chapotean. Han decretado el olvido para los grandes humanistas de nuestra época. En nuestra América Latina estos pigmeos se sonrojan cuando se menciona a Gorki, a Roman Roland, a Barbusse, a Ehremburg, a Dreiser. Estos señoritos no pueden nombrar a Balzac. Estos sobrevivientes quieren hacernos creer en un surrealismo fallecido y enterrado y que sólo sirvió para que desde las ruinas de ese movimiento se levantaran como dos estatuas deslumbrantes de la razón y de la fe en el hombre los dos grandes poetas de Francia, militantes del Partido Comunista, Luis Aragón y Paul Éluard.

     Cuáles son los aliados de la intoxicación deliberada de la parálisis intelectual que invade nuestra América? Quiénes son los ayudantes del suicidio de una época que podía pensar? Son sólo los Reader's Digest? Es sólo el silencio cómplice de los Steimberck, de los Hemingway? Hasta qué punto circula en nuestras propias venas la [64] sangre de los muertos? En los últimos años hemos tenido en nuestra América Latina un fenómeno de extraordinaria importancia. Las artes, y en especial la pintura y la literatura, han llegado a una preocupación suprema dirigida a la vida y a las condiciones de nuestros pueblos. La pintura, y sobre todo la grandiosa pintura muralista mexicana, ha cumplido victoriosamente los mandatos de la verdad y de la historia. La literatura, en especial la novela, también se ha aproximado a nuestros pueblos pero sin pasar más allá de un realismo pesimista, de una aguda exhibición de nuestras miserias. Pocas veces, como en los casos de Jorge Amado, José Mancisidor o Rómulo Gallegos, esta literatura enraizada a la profundidad de nuestros pueblos ha logrado mostrar el camino de la liberación. Hemos llegado a producir una literatura ensimismada en los dólares, una larga cantidad de relatos que parecen destinados a no mostrar sino muros infranqueables en el camino de los pueblos.

     Es nuestro deber de intelectuales combatir las corrientes morbosas de la metafísica y la sensualidad que están penetrando los subterráneos de nuestro continente.

                El Presidium del Soviet Supremo de la URSS, con motivo del 70 aniversario de J. V. Stalin, ha instituido los premios internacionales stalinistas Por la consolidación de la paz entre los pueblos.           
     Estos premios serán otorgados a los ciudadanos de cualquier país independientemente de sus diferencias políticas, religiosas o raciales, por los méritos contraídos en la lucha contra los incendiarios de la guerra y por la consolidación de la paz. La institución de este premio representa un nuevo y elocuente testimonio de la consecuente política exterior de paz del Estado soviético, que el pueblo soviético llama con justeza, política exterior stalinista.

     En otros tiempos la imitación europea llevó a nuestros románticos indígenas a celebrar los ruiseñores que no conocemos y hablar del mes de Mayo como el mes de la primavera. Entonces nos parecieron un poco ridículos. Hoy, además de ridículos, resulta siniestro este empeño de inyectar en las venas americanas una descomposición que no aceptamos como realidad americana. Tenemos en nuestra América un mundo por hacer y no somos abandonados náufragos de una isla tenebrosa, sino luchadores de un orden racional, sostenedores de una causa invencible. Y por cuanto ni nuestras creaciones ni nuestra lucha son actitudes solitarias, sino partes solidarias de una fuerza constructora. No aceptamos que en nuestro joven continente los enemigos de la vida y de la paz prediquen invocando altas disciplinas intelectuales: la pasividad, el aislamiento, el suicidio.

     Está bien que en esta etapa de áspera lucha espíritus salidos de nuestra dolorosa arcilla hayan mostrado en toda su grandiosidad la noche que se ha cernido sobre nuestra patria americana. Pero estamos en otra época. Estamos en la época en que millones de hombres se liberan de los yugos y la muerte. [65]

                La defensa de la paz no sólo exige que sus partidarios estén unidos, sino además activos.           
     Así lo han entendido los obreros de diversos países que aplican los acuerdos del II Congreso de la F. S. M., mediante acciones encaminadas a impedir que los imperialistas norteamericanos conviertan sus países en arsenales y bases de agresión.
     Esos hechos tienen gran importancia porque únicamente con una acción intensa se podrá cerrar el camino a los que preparan la agresión.
     Muestra igualmente la importancia de los acuerdos del Congreso de la Federación Sindical Mundial sobre medidas prácticas a realizar por sus secciones en defensa de la paz.

     [...] feudales, en que millones de hombres rompen la esclavitud imperialista, estamos en la hora más extraordinaria de la humanidad; en la hora en que los sueños se hacen realidad porque la lucha de los hombres hizo desaparecer los sueños y aparecer la vida. Estamos en la época que ha visto entrar al Ejército Rojo y dejar en alto de la ciudadela despedazada de los asesinos hitlerianos una banda roja que contiene todas las antiguas esperanzas de los hombres; estamos en los días luminosos de las democracias populares; nos toca el honor y la alegría de vivir una época en que un poeta va ganando una batalla destinada a cambiar los destinos de centenares de millones de hombres. Ese poeta se llama Mao Tse Tung.

     Estamos en la época en que canta Paul Robeson a pesar de que vandálicos nazis quieren destruir su canto, que es el canto de la tierra. Estamos viviendo los días en que el pueblo de Chile, mineros, estudiantes, pescadores, poetas, borran con piedras y palos, y con su propia sangre, la deshonra que un traidor dejó caer sobre mi patria. Vemos, junto a los baluartes de los mercaderes de guerra, junto al veneno calumnioso de una prensa mercenaria, cómo se reúnen en tierra sagrada de Cuahutemoc, de Morelos, de Zapata y de Cárdenas, miles de hombres congregados para defender e imponer la paz.

     Y esto merece la atención de nuestros creadores.

                La Federación Sindical Mundial, en su II Congreso, adoptó una resolución en cuyos párrafos 1 y 2 se dice:           
     El Congreso decide:
     1. Aprobar las decisiones de los Congresos de París y Praga de los Partidarios de la Paz. La Federación, sus organismos dirigentes, las Centrales sindicales y organizaciones adherentes deben tomar la parte más activa en los trabajos del Comité Permanente del Congreso Mundial de los Partidarios de la Paz, especialmente en toda acción de organización y de propaganda.
     2. Los sindicatos de todos los países deben llevar a cabo una intensa campaña para denunciar a los promotores de guerra y para unir en un amplio movimiento popular por la Paz y las libertades democráticas a todos los trabajadores organizados en los sindicatos o no sindicados. Por consiguiente, hay que elaborar las modalidades más apropiadas para esta campaña según las particularidades de cada país. Allí donde las condiciones lo permitan, los sindicatos deben formar Comités de Partidarios de la Paz en las empresas y administraciones. [66]


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El papel de la novela

Jorge Dimitrov

(De una charla de Dimitrov a los escritores de Moscú, a fines de 1935)

     Camaradas:

     Vosotros sabéis que por una amarga ironía del destino me he encontrado al lado de Van der Lubbe en calidad de acusado en el proceso del incendio del Reichstag. Revolucionario proletario, comunista, me daba perfecta cuenta de antemano que este proceso marcaría una colisión entre el proletariado alemán y el proletariado internacional y la burguesía, un episodio de la lucha entre el comunismo y el fascismo, entre la revolución proletaria y la contrarrevolución.

     Ni que decir tiene que cuando el soldado está en el frente debe combatir. Es el abecé. Yo debía luchar contra el fascismo, contra el nacional-socialismo, contra el sistema del capitalismo, por la defensa de la causa del proletariado, del comunismo, del Partido Comunista, de la Unión Soviética. Esto era evidente.

     Pero desde los primeros días, desde mis primeras intervenciones, en Leipzig, me esforzaba por alcanzar igualmente ciertos fines inmediatos. He de decir francamente que no estaba muy seguro de conseguirlos en las condiciones del proceso de Leipzig y con la situación en la que se encontraba entonces la dictadura fascista de Alemania. Sin embargo, consideraba que debía intentar y utilizar todos los medios posibles para conseguir esos fines.

     Sobre qué debía yo apuntar directamente, en la tribuna de Leipzig, en tanto que revolucionario proletario? Es sabido que después del incendio del Reichstag se desencadenó en Alemania una ola de represión feroz contra la clase obrera y, en particular, contra el Partido Comunista. Miles de personas fueron encerradas en campos de concentración, miles de personas fueron encarceladas. Era necesario proceder a un reagrupamiento de las fuerzas del proletariado en Alemania y, en primer lugar, del Partido Comunista; había [67] que realizarlo bajo el fuego cruzado del fascismo. He visto, en la cárcel de Moabit, durante nuestros cortos paseos en el patio, cambiar poco a poco el estado de espíritu de los detenidos. En abril y en mayo nuestros obreros revolucionarios, detenidos y encerrados en la cárcel de Moabit, iban cabizbajos. Angustiados, intercambiaban a escondidas algunas palabras, diciendo que al movimiento del proletariado alemán se le había obligado a retroceder violentamente. Algunos daban pruebas de pusilanimidad. Pasaron los meses de junio, julio y agosto. Los nuevos prisioneros, los camaradas recién detenidos, mostraban más ánimo. El proceso de Leipzig concentró la indignación de millones de trabajadores de Alemania contra la dictadura fascista, contra las bárbaras violencias ejercidas sobre las masas. En este proceso había que gritar el odio hacia el régimen fascista. Era una tribuna desde la cual había que golpear al fascismo, demostrar a los comunistas y a los demás obreros, una parte de los cuales, momentáneamente, vacilaban y tendían a considerar la ola fascista desencadenada como invencible, que la lucha contra el fascismo no sólo era necesaria, sino posible. Se necesitaba infundir nuevo valor en las gentes, ayudar a las fuerzas del proletariado alemán en lucha a reagruparse de nuevo y arrojar fermentos de vacilación, de desorientación entre las masas nacional-socialistas.

     Es sabido que la lucha en Leipzig duró tres meses. Toda la podredumbre del fascismo alemán, en la persona de los jueces, de los abogados, del procurador, de los agentes de policía, de los comisarios y otros jefes políticos, se manifestó en la tribuna del proceso.

     Los propios acusados formaban una singular mezcla política. Entre ellos había representantes de diferentes capas, de distintas corrientes, categorías, etc. Había un representante de la parte revolucionaria de la clase obrera, del proletariado revolucionario, y un representante del lumpen-proletariado, el tal Van der Lubbe, figura lamentable y trágica; pero había también un representante de los elementos pequeño burgueses en el movimiento obrero y comunista, de los vestigios y restos del filisteísmo, del burocratismo en el movimiento obrero revolucionario, el tipo clásico de este género fue alguien que conocemos bien, nuestro..., podría decir, ex-camarada Torgler.

     Camaradas, vosotros sabéis que el comunismo salió vencedor en esa lucha de tres meses. Venció gracias a la movilización mundial de las fuerzas proletarias, y de todos los intelectuales honrados. Venció porque había un pacto de frente único que, aunque no oficial, ni firmado en ningún sitio, ponía en pie a [68] los partidos comunistas, socialdemócratas y a otros de la clase obrera contra el fascismo alemán. La victoria fue conseguida porque en lo más profundo de las masas nacional-socialistas se había desarrollado un movimiento de oposición marcado contra la provocación de los nazis, y porque se manifestaban claramente simpatías en favor de los comunistas. Durante los últimos meses del proceso, cuando la verdad comenzó a aparecer cada vez más y más, incluso policías y miembros de los grupos de asalto expresaron la simpatía y la estima que sentían hacia mí. Hitler y sus amigos tuvieron que tener en cuenta ese estado que se manifestaba entre sus propias gentes.

     Recuerdo que Goering, señor todopoderoso de la Alemania fascista, habiéndose presentado ante el tribunal con 40 o 50 miembros de los grupos de asalto, tuvo que marcharse desacreditado ante los ojos de sus propios partidarios cuando yo fui expulsado de la sala de la audiencia.

     En esta asamblea de escritores soviéticos, debo expresar cierta extrañeza de que el proceso de Leipzig, ese enorme capital de materiales, ese enorme capital del pensamiento y de la práctica revolucionaria del movimiento proletario, no haya sido estudiado ni utilizado lo más mínimo por vosotros. (Una voz en la sala: Muy justo, camarada Dimitrov).

Dimitrov en una fiesta infantil en la Bulgaria popular.

     Conozco algunos escritores extranjeros. Esos desgraciados no quieren hablar sólo de amor, como los escritores burgueses, hacer lirismo, narrar sus sensaciones. Quieren ayudar de una u otra manera al movimiento revolucionario del proletariado. Esas pobres gentes, que tienen talento, se rompen la cabeza para encontrar un argumento. Si observasen la lucha viva de millones de trabajadores, los miles de procesos, de huelgas, de manifestaciones, de choques entre los obreros y sus enemigos de clase, si profundizasen en los materiales del proceso de Leipzig, encontrarían buenos argumentos, excelentes y en cantidad.

     Tomad el tipo de Van der Lubbe, este ejemplo debe servir para demostrar cómo el obrero puede convertirse en un instrumento en manos del enemigo de clase. A la luz del mal ejemplo de Van der Lubbe puede educarse a miles de jóvenes obreros y combatir la influencia del fascismo entre los jóvenes.

     En el movimiento obrero de diferentes países, atravesamos por [69] un período de cambios particulares. El camarada Smolianski ha informado de diferentes hechos que demuestran el desarrollo del frente popular en contra del fascismo de Alemania. En este período se necesitan más que nunca cuadros de militantes revolucionarios para concentrar las fuerzas, proceder a un reagrupamiento de los efectivos proletarios, operar una diferenciación en las filas de la socialdemocracia, desengañar a las grandes masas trabajadoras. Estos cuadros de militantes deben ser educados, y esto se hace durante el desarrollo de la lucha práctica, en medio de las dificultades superadas, a la luz de ejemplos concretos. Qué libro es el que me ha dejado, en mi juventud, una impresión particularmente fuerte, que me ha influenciado como militante? Debo decir francamente que fue una novela de Tcheruychevski, Qué hacer?. (Aplausos) La firmeza que he adquirido al participar en el movimiento obrero en Bulgaria, la firmeza, la seguridad de que he podido dar pruebas hasta el fin en el tribunal de Leipzig, deben, incontestablemente, ser relacionadas con la obra de Tcheruychevski que había leído en mi juventud.

     Dónde están, en nuestra literatura, los héroes del movimiento proletario de Alemania, de Austria, de Bulgaria, de China y de otros países? Dónde están los modelos que podrían imitar millones de trabajadores? Y debéis también mostrar ejemplos vivos negativos, hombres de carne y hueso como Van der Lubbe, para educar a los jóvenes.

     La literatura desempeña un papel enorme en la educación de la generación revolucionaria. Ayudadnos, ayudad al Partido de la clase obrera, ayudad a la Internacional Comunista, dadnos, bajo una forma artística, versos, novelas, relatos, un arma potente de lucha; ayudad con vuestra producción literaria a formar los cuadros revolucionarios.

     Hubo una época en que la burguesía revolucionaria luchó tenazmente por la causa de su clase, empleando todos los medios, inclusive la literatura. Quién fue el que ridiculizó los vestigios de la caballería? El Don Quijote de Cervantes. Don Quijote en manos de la burguesía fue un potente instrumento en su lucha contra el feudalismo, contra la aristocracia. El proletariado revolucionario necesitaría un Cervantes, por lo menos un pequeño Cervantes que le diera un arma semejante en su lucha. (Risas, aplausos) El fascismo es el último intento que hace la burguesía por detener la rueda de la historia.

     Leo mucho cuando puedo. Debo decir que no siempre tengo paciencia para leer nuestra literatura revolucionaria. Yo no puedo y no comprendo. No soy un especialista. (Grandes risas) Pero conociendo a las masas, a los obreros y su mentalidad, digo: no, a los obreros no les va a gustar. El obrero, cuando abre un libro, verá que no se encuentra un tipo, un ejemplo para imitar. No es un escritor revolucionario el que se limita a repetir: Viva la Revolución!. [70] Para ser un escritor revolucionario hay que contribuir a la radicalización de las masas obreras, movilizarlas para la lucha contra, el enemigo (Muy bien, aplausos).

     Me perdonaréis el que diga las cosas crudamente. (Es necesario, aplausos) Me conocéis desde hace tiempo (Aplausos prolongados).

     Llamo al pan, pan, y al vino, vino. Creo que ahora que ha sido fundada la Asociación de escritores soviéticos, tenéis nuevas condiciones favorables, nuevas posibilidades para una amplia y fecunda actividad.

     Los escritores de la Unión Soviética se encuentran en las mejores condiciones para su producción literaria. Los escritores de la Unión Soviética viven en el país donde todo está en ebullición, la construcción, el entusiasmo, el impulso, el progreso. La propia atmósfera de la Unión Soviética, el aire que se respira es el de la creación.

     En el extranjero, los escritores revolucionarios se encuentran ante dificultades excepcionales. Están en la miseria, son encarcelados o encerrados en campos de concentración.

     Hay que poner más resueltamente la literatura al servicio de la revolución proletaria, de la lucha contra el fascismo, contra el capitalismo, por la movilización y la educación revolucionaria de las masas.

     El libro debe radicalizar a millones de obreros sin partido y socialdemócratas, popularizando la edificación socialista y las grandes realizaciones de la Unión Soviética. Es necesario que la literatura sirva al gran ideal de millones de trabajadores (Viva Dimitrov. Aplausos prolongados).

                Rehusamos, pues, lo que se llama en el día literatura entre nosotros; no queremos esa literatura reducida a las galas del decir, al son de la rima, a entonar sonetos y odas de circunstancias, que concede todo a la expresión y nada a la idea; sino una literatura hija de la experiencia y de la historia... diciéndolo todo en prosa, en verso, al alcance de la multitud ignorante aún; apostólica y de propaganda; enseñando verdades a aquellos a quienes interesa saberlas... literatura, en fin, expresión toda de la ciencia de la época, del progreso intelectual del siglo.           
Mariano José de Larra [71]


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Plan de Stalin de transformación de la naturaleza

     De las cumbres de los Urales a las estepas de Moldavia, de las orillas del mar Caspio a las inmediaciones de la capital soviética, Moscú, se extiende un inmenso territorio con más de 120 millones de hectáreas de tierra fértil. Aquí, en las famosas tierras negras ucranianas, se dan los mejores trigos de la URSS, la remolacha más azucarada, el girasol prodigioso y el incomparable coc-saguish, planta cauchera que durante siglos creció silvestre en las montañas perdidas de los confines orientales del país y que los sabios soviéticos resolvieron con ella el gran problema del caucho, vital para la economía y la defensa del país.

     Sin embargo, esta vasta zona que casi cubre por entero la parte europea del territorio de la URSS, despoblada de árboles y vegetación, representa una inmensa estepa abierta a los vientos sofocantes y huracanados que, viniendo de los desiertos del Asia Central, barren su suelo y engendran la sequía. El viento-huracán que corre a velocidad vertiginosa arranca de la superficie de la tierra millares y millares de millones de organismos microscópicos que condicionan su fertilidad formando con ellos la terrible tempestad negra (tormenta de tierra y polvo), verdadero azote de la estepa. El agua de las lluvias torrenciales esporádicas resbala más tarde sobre la tierra despojada por el huracán de los organismos microscópicos absorbentes y forma infinitos campos de greda semi-estéril cortados, aquí y allá, por barrancadas y torrenteras. El sol se encarga en la canícula de culminar la obra destructora de los elementos desencadenados de la naturaleza.

[72]

     En el curso de 65 años la región esteparia del Volga conoció 20 calcinantes sequías, que, durante el zarismo, fueron causa de la ruina y la muerte por hambre de millares de familias, y, con el Poder soviético, diezmaron las cosechas del gran país socialista. En los años de tenebroso obscurantismo del Poder zarista era frecuente ver por los campos del Volga a los campesinos de multitud de aldeas marchar tras el pope en procesión de suplicantes [72] [73] rogativas y votos por la lluvia que regara la abrasada tierra y les salvara así de una ruina cierta, y quizá de la muerte por inanición. El fracaso de la rogativa era acogido con resignación: Así fue, y así será. Dios creó la naturaleza, que sea lo que Dios quiera.

     Contra esta actitud de impotencia frente a la naturaleza, fomentada por la iglesia y defendida por la ciencia oficial, se alzaron cuatro grandes sabios rusos, Williams, Dokuchaev, Kostichev y Michurin, que frente al obscurantismo de la reacción enseñaron que el hombre está en condiciones no sólo de conocer la naturaleza, sino de transformarla, de someter a los elementos desencadenados. Si los vientos del desierto barren la estepa, hace falta poner barreras al viento. Si la fertilidad de la tierra está condicionada por la presencia en ella de los organismos microscópicos y éstos son arrancados de la tierra por el viento, hace falta sujetarlos, fijarlos a la tierra. Si la sequía calcina las cosechas, hace falta provocar la lluvia, reservar el agua. Si el clima es duro para ciertos cultivos hace falta cambiar la naturaleza de estos cultivos, adaptarles al medio, inmunizarles contra el frío o el calor.

     De estas ideas materialistas de los geniales sabios salió todo un plan armonioso de transformación y dominio del hombre sobre la naturaleza. Sin embargo, la vieja sociedad capitalista y terrateniente, limitada por sus prejuicios religiosos y de clase, se oponía a que se llevase adelante tan grandioso plan y, lejos de apoyar, persiguió despiadadamente a los intrépidos sabios que habían consagrado sus esfuerzos y desvelos a la prosperidad de su patria, al bienestar de su pueblo.

     Ya en 1938, en vísperas de la guerra, por iniciativa de Stalin, las ideas geniales de Williams, Dokuchaev, Kostichev y Michurin fueron coordinadas en un grandioso Plan de ofensiva contra la sequía, de transformación de la naturaleza y desarrollo ilimitado de la agricultura, comprendiendo en ella la ganadería. La guerra retrasó la puesta en práctica del Plan que, introducido definitivamente en 1948, constituye ya en parte una magnífica y prometedora realidad.

     El Plan Stalin, de transformación de la naturaleza en la parte europea de la URSS, exige 15 años para su realización. En este breve plazo de tiempo ocho enormes barreras forestales que se extienden más de 6.300 kilómetros cerrarán el paso a los ardientes huracanes del desierto. Simultáneamente en las lindes de los campos koljosianos serán plantadas 5.709.000 hectáreas de arboleda. Las raíces de los árboles recogerán el agua de las nieves y las lluvias del invierno y primavera, y al evaporarse en el verano engendrarán nuevas lluvias que mantendrán verdes y frescos los campos. A este mismo fin serán creados 44.228 estanques y depósitos de agua.

     Las barreras y bandas forestales, los estanques y depósitos de agua aseguran la parte del Plan tendente a la eliminación de las sequías. La parte del Plan que tiene por fin elevar la fertilidad de la tierra para obtener espléndidas cosechas prevé la introducción del sistema herbáceo y forrajero de cultivo de los campos koljosianos. [74] Las teorías reaccionarias en la Agronomía establecen que la continuidad de la siembra agota, mata, la fertilidad de la tierra. De ahí parte el sistema de barbechos y de fertilización de la tierra por medio de abonos orgánicos y minerales. El primer caso reduce en una tercera parte el área anual de siembra, el empleo de abonos minerales en este sentido encarece extraordinariamente la producción agraria. Las teorías agrotécnicas materialistas de Williams-Michurin establecieron que la tierra puede mantenerse en estado de perenne fertilidad, para ello es preciso, en primer lugar, alternar los cultivos de cereales con los de hierbas y plantas forrajeras que conservan jugosa y fértil la tierra, así como un cambio radical en el sistema de abonos, basado en la teoría de que no hace falta alimentar la tierra con abonos, sino a través de la tierra, introduciendo en ella abonos, alimentar los cultivos; esta misión es llevada a cabo por las plantas forrajeras, que suplantan el abono orgánico y contribuyen a un empleo racional de los abonos minerales.

Stalin expone ante el Buró Político del Partido Bolchevique el plan de transformación de la naturaleza.

     Estas dos partes de un mismo sistema, bandas forestales y parcelación herbácea y forrajera, forman un conjunto armónico que contribuye en grado sumo a elevar la cantidad y calidad de las cosechas. Las teorías materialistas de los sabios soviéticos, comprobadas y refrendadas por la práctica, han demostrado que este sistema de cultivos forrajeros y batidas forestales elimina totalmente de los campos koljosianos los abrojos y malas hierbas, como la cizaña, el cardo, la grama, etc. En el mundo orgánico de los vegetales se desarrolla [75] continuamente una lucha encarnizada y a muerte entre las especies por el agua, el aire y el sol, que las alimentan e infunden vida. Por ejemplo, entre los árboles del bosque y la grama y otras hierbas existe una concurrencia y lucha encarnizada. Por el contrario la ciencia soviética estableció que entre cultivos de una misma especie no existe lucha ni concurrencia. De esta manera se llegó a establecer en la práctica que el cultivo de plantas forrajeras junto a las bandas forestales, durante los tres o cuatro primeros años de existencia de éstas, estimula el desarrollo rápido de los árboles y arbustos que dominan el terreno, y más tarde, cuando se pasa a cultivar en ellos los cereales, eliminan, aniquilan, no permiten el desarrollo de cardos, cizaña, grama, amapolas ni de abrojo.

     De esta forma, el Plan Stalin de transformación de la naturaleza cambiará la faz esteparia de la parte europea de la URSS haciendo de ella un floreciente vergel.

     En la realización de esta grandiosa obra el Estado soviético no regatea medios, ni los koljosianos esfuerzos. En el año transcurrido, desde la puesta en práctica del Plan, fueron creadas 69 estaciones de defensa forestal dotadas de la técnica más moderna. Fueron plantadas batidas forestales de protección en una superficie de más de 500.000 hectáreas. El Plan fue cumplido en un 102%, pero esto es sólo el comienzo. En 1950 se plantarán bandas forestales en una extensión superior a 700.000 hectáreas, serán creadas 114 nuevas estaciones de defensa forestal, que con las ya existentes deberán plantar y sembrar más de 300.000 hectáreas de bosque en las barreras forestales a construir por el Estado. Junto a esto, millares de nuevos koljoses pasarán al sistema de cultivo herbáceo-forrajero, a construir millares de estanques y depósitos de agua. De esta manera el campesino koljosiano, y con él todo el pueblo soviético, transforma la naturaleza, da la batalla a sus elementos desencadenados y los somete, en nombre del bienestar, de la paz y de la felicidad del pueblo trabajador soviético, que, bajo la dirección del gran Stalin, marcha de victoria en victoria hacia el comunismo.

[76]



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Datos y cifras del Frente Democrático y Socialista

U.R.S.S.

     De 1928 a 1941, en 13 años, fueron construidas 9.000 empresas. El Plan quinquenal de postguerra, de 1945 a 1950 prevé la construcción de 5.900 grandes empresas, de ellas a últimos de 1948 se habían construido ya 4.000.

* * *

     En 1925 había 25 millones de propiedades agrícolas individuales. En 1938 estas propiedades se habían fundido casi totalmente en 242.000 koljoses y 4.000 sovjoses. Los koljoses cultivaban ya en esta época 500 millones de hectáreas de tierra y tenían 629.300 granjas ganaderas con 13,5 millones de caballos, 15,6 millones de cabezas de ganado vacuno y 35 millones de ovejas, cabras y cerdos.

* * *

     El Plan quinquenal de postguerra asignó la suma de 42.300 millones de rublos para la reconstrucción y construcción de nuevas viviendas. Esta suma supera en mucho a los gastos destinados para la construcción de viviendas durante los tres primeros planes quinquenales.

Checoslovaquia

     En 1933 había un millón de obreros sin trabajo de los tres millones de trabajadores existentes en el país. Hoy ha desaparecido el paro obrero.

     180.000 trabajadores pasaron en 1949 las vacaciones pagadas en las casas de reposo y sanatorios de los sindicatos.

     El salario de la clase obrera checoslovaca ha aumentado en más del 40% con relación a antes de la guerra. [77]



Polonia

     Ya no existen aldeas sin escuela. Este año acuden a las escuelas primarias 3 millones 600 mil niños.

     350.000 jóvenes participan en la campaña nacional contra el analfabetismo, que disminuye rápidamente en todo el país.

     El sector socialista de la Industria produjo en 1948 el 94% de toda la producción industrial.

Rumania

     En la actualidad funcionan 347 palacios de la cultura en las ciudades y 8.000 clubes en las aldeas.

     Desde la instauración del régimen democrático popular el número de analfabetos disminuyó en 400.000.

     Durante 1949 el número de escuelas profesionales aumentó de 211 a 454.

Hungría

     Los sindicatos húngaros cuentan en la actualidad con 1 millón 600 mil afiliados.

     La industria nacionalizada ha iniciado la fabricación de automóviles. La producción de tractores y maquinaria agrícola ha aumentado en 3,5 veces con relación a 1938. En cinco años el parque de tractores aumentó de 1.300 a 20.000 máquinas.

Bulgaria

     El primero de enero de 1949 había 1.594 cooperativas agrícolas de trabajo con 146.600 miembros, que cultivan, en colectividad, 538.500 hectáreas de tierra.

     El volumen de la producción industrial ha aumentado el doble con relación al período anterior de la guerra.

     300.000 trabajadores pasaron las vacaciones de verano en las playas y sanatorios. El salario de los trabajadores aumentó en un 25 por ciento desde la liberación. [78]



Albania

     Después de la liberación el pueblo albanés, prácticamente comenzó a crear la industria del país a base de sus recursos naturales. En 1947 se invirtieron 47 millones de lek en la industria, en 1948, 300 millones.

     La producción de energía eléctrica aumentó en dos veces y media. Entre las fábricas construidas figura una de piezas de recambio para automóviles, una refinería de azúcar, una gran fábrica textil, y otra de cemento.

República Democrática Alemana

     Como resultado de la reforma agraria practicada en Alemania Oriental fueron roturados 12.355 latifundios, confiscándose a los grandes terratenientes más de 3 millones de hectáreas de tierra, que fueron repartidas entre 500.000 campesinos pobres y obreros agrícolas. También fueron repartidas 440.000 cabezas de ganado y 110.000 viviendas e instalaciones agrícolas.

República Popular de Corea

     Durante la ocupación japonesa en Corea Septentrional (República Popular de Corea) había 1.372 escuelas primarias, en la actualidad hay 4.327, en las cuales estudian 1 millón 700 mil escolares. Existen 10 centros de enseñanza superior en los que cursan 10.000 estudiantes. En los institutos de segunda enseñanza reciben preparación universitaria 17.000 jóvenes.

China

     En Manchuria existen ya 30.000 escuelas primarias y 235 de enseñanza secundaria. En el Distrito especial (base originaria del Ejército de Liberación) existen 88.000 escuelas primarias a las que asisten 5 millones de escolares y 100.000 academias para adultos.

     Según las estadísticas del gobierno democrático popular, en la cuarta parte del país estudian ya más personas que en toda China antes de la guerra. [79]



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Panorama de China

Por Antonio Cordón

I

De su remota historia a 1911

     1949 fue rico en acontecimientos, pero entre todos ellos uno resalta por su importancia y trascendencia histórica: la liberación de China, y su incorporación al campo de la paz, de la democracia y del socialismo.

     Dirigido por su glorioso Partido Comunista, con Mao Tse Tung a la cabeza, el pueblo chino ha destruido el Poder semifeudal que había transformado a su país en un campo de pillaje del imperialismo mundial, y marcha hacia nuevos horizontes de paz, progreso, trabajo y justicia social, por los amplios caminos de la democracia popular.

     Semejante acontecimiento no tenía por menos que atraer sobre sí la atención de la opinión pública mundial. El recuerdo de China amarga la existencia de imperialistas y opresores. La victoria histórica del pueblo chino alegra los corazones de los trabajadores y demócratas de todos los países. Un deseo unánime de conocer China se despierta por doquier. [80]

[81]

     De dónde viene, a dónde va este inmenso país? Qué acontecimientos jalonan sus tres veces milenaria historia? Qué altos y bajos tuvo el largo camino de su liberación? Qué potencial económico representa China?

     A todas estas preguntas responderá Antonio Cordón en dos artículos, el primero de los cuales presentamos.

Características generales

     China se halla situada en las partes oriental y central de Asia y ocupa una extensión de 10 millones de kilómetros cuadrados, aproximadamente la misma de Europa, y casi veinte veces más que España. Se la considera generalmente dividida en dos partes. La China oriental o China propiamente dicha y las regiones exteriores. Estas últimas son las cuatro siguientes: Manchuria, al norte, Mongolia interior, al noroeste, Sin Kiang o Turquestán chino y el Tíbet, al oeste.

     China limita al norte con la Unión Soviética y la República Popular de Mongolia, al este con la República Popular de Corea (Corea del Norte) y el Océano Pacífico, al sur con el Viet-Nam, Birmania, el Bhoutan (pequeño principado independiente de 300.000 habitantes, cuyo Maharajá recibe 200.000 rupias anuales del gobierno inglés), con el Nepal (reino autocrático independiente de más de 6 millones de habitantes, donde se afirma y crece la influencia económica norteamericana), y al oeste con la India, la Unión Soviética y una estrecha lengua de tierra del Afganistán.

     China es un país montañoso. El 80% de su territorio está formado por cordilleras y altiplanicies. En las regiones occidentales, Sin Kiang y el Tíbet, se hallan los picos más elevados del mundo, con el Everest en la cordillera del Himalaya. China, dominada al oeste por las altiplanicies tibetanas, desérticas y glaciales, y por las grandes elevaciones de Sin Kiang y Mongolia, desciende a través de los macizos que las continúan hasta el mar. La gran llanura china se extiende a lo largo de la costa hasta el río Yang-Tse, pero se halla separada de ésta al nordeste por las montañas de la Península de Shantung. Otro gran valle sigue el curso del río Yang-Tse (río Azul), después se estrangula entre montañas, para ampliarse de nuevo la gran bolsa llamada el Valle Rojo, circundado también por montañas.

     Toda esta parte y los valles de los otros dos grandes ríos chinos (el Hoang-ho o río Amarillo, al norte, y el Si-Kiang, al sur) y la región industrial de Manchuria, son renombradas por su fertilidad. En general, desde la costa, siguiendo los valles de los ríos, la población y las riquezas naturales van decreciendo hacía el interior, físicamente peor dotado.

     La población de China oscila en torno a 475 millones de habitantes. Es, pues, aproximadamente diez y siete veces superior a la de España. La densidad media de población por regiones es muy desigual y va de 80 habitantes por kilómetro cuadrado en China oriental a 1,4 en Mongolia. Esta desproporción [82] aumenta más aún en el orden local. Mientras en los valles de los dos ríos y en la zona costera hay más de 200 habitantes por kilómetro cuadrado, la densidad en las zonas occidentales y montañosas apenas llega a un habitante por kilómetro cuadrado. Existen en China grandes ciudades. Shanghai (3,5 millones de habitantes), Pekín, Tianjin, Cantón, Nankín, que cuentan con una población de un millón o millón y medio.

     En el sentido social, en China, hasta la implantación de la reforma agraria actual, dominaba la gran propiedad terrateniente y el campo ofrecía la siguiente composición social:

     Un vivo cuadro de la composición social del agro chino nos lo ofrece la China propiamente dicha, o China de las 18 provincias, donde existen 5,5 millones de explotaciones agrícolas señoriales con 35 millones de hectáreas, es decir, el 55% de la tierra cultivable; por otro lado, 31 millones de pequeños y medios propietarios no tienen más que 28 millones de hectáreas de tierra, es decir, menos de una hectárea de tierra por propiedad. Junto a esto existe una masa de 18 millones de campesinos sin tierra que trabajan en calidad de obreros agrícolas o son arrendatarios. Más del 80% de los pagos de la renta se efectúa en especie, teniendo que entregar al terrateniente, por el arriendo de la tierra, del 50 al 80% de toda la cosecha.

     La cantidad de arrendatarios abarcaba el 47%, y en algunas provincias del 75 al 80%, de todas las economías campesinas. Como la tierra laborable es solamente una décima parte de las tierras chinas, la tierra de los campesinos se halla dividida en ínfimas parcelas de 1 a 2 mi (el mi, medida agraria china, equivale a un quinceavo de hectárea).

     En 1946 se contaban en China unos tres millones de obreros industriales (proletarios), 12 millones de artesanos, una gran masa de trabajadores y empleados del comercio rural y ciudadano y una enorme cantidad de coolies, que practicaban los oficios más penosos.

     Las condiciones de vida de la mayoría aplastante de la población eran ínfimas. Millones de chinos se alimentaban casi exclusivamente de arroz y vegetales. Las casas de casi todas las aldeas del norte son de barro y madera, de bambúes en el sur. Apenas existen en ellas los muebles y utensilios más indispensables y rudimentarios. [83]

Riqueza agrícola

     China es un país esencialmente agrícola. El 90% de la población vive en el campo, y el 79% está ocupada en las faenas de la agricultura. Entre los principales productos de la tierra que se cultivan en China se destacan el arroz, la soja, el té, el tabaco, las batatas. Por la producción de todos ellos ocupa el primer lugar en el mundo, por la del trigo el tercero y por la del maíz el segundo lugar. Entre los productos naturales de uso industrial se destaca en primer lugar el algodón, que en su producción ocupa China el tercer puesto en el mundo.

     Su riqueza ganadera se calculaba, en 1946, en 22.885.000 bovinos, más de 9 millones de búfalos, 7 millones de cabras, 19 millones de corderos y ovejas, 55 millones de cerdos, 5 millones de caballos y menos de 3 millones de mulos.

Grandes recursos minerales

     Junto a su riqueza agrícola, que la sitúa entre los primeros países del mundo, China posee gran riqueza de minerales que representan una amplia base para su futuro desarrollo industrial. El país ha sido insuficientemente explorado y la extracción y elaboración de minerales se verifica por procedimientos primitivos y poco intensamente. Posee China una gran riqueza carbonífera, estimándose las reservas de carbón en 263 mil millones de toneladas que yacen en una extensión aproximada de un millón de kilómetros cuadrados, siendo el espesor de las capas, que a menudo aparecen a flor de tierra, de unos 12 a 16 metros.

     Las reservas conocidas de mineral de hierro son superiores a 2.000 millones de toneladas; los yacimientos de Tayeeh, en las cercanías de Han-Keu, son los más ricos del mundo. Sin embargo la extracción de mineral de hierro antes de la guerra no pasaba de un millón 350.000 toneladas.

     Aunque la extracción de petróleo es insignificante (53.280 toneladas en 1947), se calcula que China posee unas reservas de 800 millones de toneladas.

     China tiene asimismo grandes reservas de metales raros y no ferruginosos. La producción de antimonio se eleva al 60% de la total mundial, las reservas de manganeso se cifran en unos 20 millones de toneladas; según datos oficiales de 1937, en China se extraen anualmente unas 4.000 toneladas de zinc, 11.000 toneladas de estaño, 4.600 toneladas de tungsteno, lo que significa el 70% de la producción mundial, etc.

Mercado de venta de mujeres (Grabado chino). [84]

Escaso desarrollo industrial

     Hasta los comienzos de la agresión japonesa, en 1937, la industria china, muy débilmente desarrollada, se basaba en la rama textil (algodón y seda). Después de la primera guerra mundial (1914-1918), China pasó a ocupar el quinto puesto en la producción capitalista de tejidos de algodón, después de los Estados Unidos, Japón, Inglaterra y la India. La industria textil china no cubría, sin embargo, las necesidades del país y se multiplicaron y extendieron en él las instalaciones textiles extranjeras, especialmente las japonesas, inglesas, americanas y alemanas. Hasta 1937 más del 40% de toda la producción textil china se hallaba en manos del capital japonés.

     La industria de la extracción de minerales estuvo representada hasta la guerra en las ramas del carbón de piedra, minerales de hierro, oro, wolframio, manganeso, estaño, en diversas regiones del país, y especialmente en Manchuria.

     Hasta en 1937 la industria pesada estaba muy escasamente desarrollada; existían entonces en todo el país 21 altos hornos que producían al año un millón de toneladas de hierro fundido y una cantidad insignificante de acero. Algunos astilleros navales de poca importancia estaban en poder del capital extranjero, que tenía también bajo su control la producción de energía eléctrica (835.000 kilowatios en 1937). Los 13.000 kilómetros de vía férrea construidos a principios del siglo actual, con ayuda del capital extranjero, representan una densidad de 130 metros por kilómetro cuadrado.

     El peso de la industria, débilmente desarrollada, residía en la pequeña industria manufacturera y la artesana. Éstas elaboran productos alimenticios, calzado, utensilios de cocina, muebles y artículos de lujo, en primer lugar la porcelana.

     Las condiciones de vida de la clase obrera eran extraordinariamente difíciles. La jornada de trabajo era de 10 a 16 horas. Los salarios de hambre. Los sindicatos gubernamentales, llamados así por estar dirigidos por funcionarios del gobierno, contaban con 750.000 miembros. Tal era la situación en vísperas de la guerra con el Japón. En general la industria china reflejaba ante todo los intereses del capital extranjero que invertía sus capitales no en las ramas de industrias vitales para el desarrollo económico del país, sino en las que le proporcionaban mayores beneficios.

     A partir de 1937 la industria china sufrió un cambio importante debido a las siguientes causas:

                1. El traslado de una parte de las instalaciones industriales importantes desde la zona ocupada por los japoneses a la parte libre de China, la región de Chungking. Hay que subrayar sin embargo que un 85% de todas las empresas quedaron en el territorio ocupado.           
     2, y más importante. La creación, desde 1938 a 1942, de 500 nuevas grandes empresas industriales en la China no ocupada. Del total de unas 2.500 empresas industriales existentes en el territorio libre, un 40 % se dedicaron a la [85] industria pesada, fábricas metalúrgicas, de construcción de máquinas, electrotécnicas, etc. De los capitales invertidos en las grandes empresas más de la mitad era chino. De aquí el peso específico que tiene en el país la burguesía nacional.

     Como resumen, la economía de China en su conjunto podía calificarse así: economía atrasada de tipo agrario, con dominio de la propiedad terrateniente y de los arrendamientos, con una industria poco desarrollada, con influencia muy importante del capital extranjero.

Resumen del desarrollo histórico de China

     China es uno de los países más viejos del mundo. La historia de su desarrollo económico, social y cultural, cuenta casi cuatro mil años. Pero este pueblo, que en más de una ocasión se reveló como decidido emprendedor y resueltamente revolucionario, ha sufrido una incesante opresión. Jefes militares y señores feudales, terratenientes y mercaderes, gobernantes, políticos e imperialistas extranjeros, todos, fueron sus sucesivos esclavizadores, que se turnaron en la dominación de China tras grandes luchas y rivalidades.

La esclavitud en el campo (Grabado chino).

     Según los historiadores la aparición de China en la Historia se remonta al siglo XII de antes de nuestra era. En el siglo IV-V antes de nuestra era aparece Confucio, contemporáneo de Platón, cuya doctrina había de pasar a ser la ideología del feudalismo chino. Más tarde, en el siglo III de nuestra era, después del nacimiento de las monarquías despóticas y absolutas que luchan entre sí, después de grandes guerras civiles, China aparece dividida [86] hasta el siglo VII en tres Estados rivales. El Estado del Este, el del Oeste y el del Norte. Si la gran obra de China anterior a nuestra era fue la construcción del Gran Canal, que tiene más de 1.100 kilómetros de recorrido, del siglo VII (de nuestra era) data la construcción de la Gran Muralla de China, que con sus ramificaciones tiene más de 6.000 kilómetros, erigida para la defensa del país contra las incursiones de las tribus bárbaras que asolaban sus territorios con frecuentes correrías acompañadas de pillaje, robo, incendio saqueo de las poblaciones.

La Gran Muralla de China.

     Después de las guerras civiles los tres Estados se agrupan en uno solo, entrando China en un período de florecimiento y pacífico desarrollo que dura diez siglos. En este período se crea la Academia de Ciencias de Pekín, se introduce el examen de Estado en la enseñanza superior, se inventa la pólvora, la brújula, la imprenta.

     En 1280 el príncipe mongol Kubilain-Khan, nieto de Gengis-Khan, invade China y funda la monarquía mongola, que se prolonga hasta el año 1368. En este período China, que es desconocida aún en Europa, entabla estrechas relaciones con la India, Corea, el Japón, Indonesia, con Arabia y los países del Mediterráneo Oriental, comenzando a atraer la atención de las ciudades mercantiles europeas. En esa época fue precisamente cuando el comerciante veneciano Marco Polo emprendió su largo viaje por China, divulgando después en Europa las maravillosas riquezas de China y del Zipango (nombre antiguo del Japón).

     En 1368 la dinastía de los Ming sucede a la de los mongoles, y reina hasta mediados del [87] siglo XVII. Durante ese tiempo se refuerza el feudalismo, decae el comercio, se disgrega el Estado, comienzan a llegar los navegantes y mercaderes extranjeros. En 1516 los portugueses, en 1575 los españoles, en 1604 los holandeses y, finalmente, en 1637 los ingleses, iniciándose con ellos la penetración extranjera. En 1644 la dinastía de los Manchúes sucede a la de los Ming. La nueva dinastía refuerza la estructura del Estado creando un sistema militar feudal, disciplinado y sólido, lanzándose a la conquista de territorios ajenos. En 1683 se anexiona las islas de Corea, en 1720 el Tíbet y el Sin Kiang en 1757.

     Si la aparición de navegantes y marinos españoles y portugueses no introdujo grandes modificaciones en la situación de China, limitándose éstos a establecer factorías comerciales en algunos puntos de la costa, otra cosa muy diferente comenzó a ocurrir cuando tras los navegantes ingleses llegaron a China los agentes de la todopoderosa Compañía Británica de las Indias Orientales.

     El comercio con Europa estaba prohibido por los poderes chinos. Las relaciones comerciales con el extranjero se realizaban por un monopolio especial llamado Kohol, que traficaba principalmente con el té, la soja y la plata en lingotes. A principios del siglo XIX la Compañía Británica de las Indias comenzó a introducir de contrabando en China enormes cantidades de opio, llevándose del país, en forma de contrabando, por la venta de esa droga, grandes cantidades de plata. En 1839 el gobierno Chino ordenó la quema de 20.000 cajas de opio que la Compañía Británica había introducido de contrabando en el país. En defensa de los intereses de los contrabandistas de la Compañía de las Indias, Inglaterra declaró la guerra a China, iniciándose la llamada Primera Guerra del Opio, que se prolongó hasta el año 1842, con la capitulación de China. El tratado de paz de Nankín, que puso fin a la contienda, estipuló la apertura de algunos puertos chinos al comercio inglés, la cesión a Inglaterra de Hong Kong y el pago por China de una fuerte indemnización de guerra. Este tratado estableció las bases de sometimiento de China al capital extranjero.

     Después de la segunda guerra del Opio (1858) Inglaterra arrebató a China nuevos girones de su soberanía: la navegación por el Yang Tse Kiang de navíos con pabellón extranjero, ventajas aduaneras, derechos de extraterritorialidad para los ciudadanos ingleses, la legalización del mercado del opio y la apertura de 19 centros de comercio con el extranjero.

     Otras potencias siguen el camino de pillaje emprendido por la Gran Bretaña. Como consecuencia de la guerra franco-china (1884-1885) China pierde el Anam y el Tonkin y se ve obligada a abrir nuevas concesiones a los imperialistas. Después aparece el Japón como bandolero internacional de turno, los Estados Unidos, la Rusia zarista...

     A los efectos de la opresión y el saqueo feudales que pesaba sobre el pueblo chino se unió el [88] yugo imperialista y la explotación del capital extranjero, que penetró ampliamente en China en la siguiente proporción:

El movimiento de liberación nacional y la lucha revolucionaria

     El pueblo chino respondió a los opresores de dentro y de fuera del país con la lucha. De 1850 a 1864 ardió en China la revuelta campesina. La rebelión de los Taipings, que se prolongó durante 14 años y que, al cabo, fue aplastada por los feudales chinos eficazmente apoyados por las tropas inglesas. 20 millones de campesinos pagaron con su vida el anhelo secular de poseer la tierra que les había lanzado a su justa lucha. Después del aplastamiento de la sublevación de los Taipings y en pago de la ayuda recibida de los imperialistas, el gobierno corrompido de la China feudal hizo nuevas concesiones al imperialismo internacional.

     En los años 1889-1890 tuvo lugar una nueva insurrección campesina que abarcó extensas regiones, el llamado levantamiento de los boxers. Fue otro movimiento espontáneo de las masas populares chinas dirigido contra el régimen feudal y burocrático de la dinastía Manchú y la dominación extranjera. Antes del movimiento, y en un intento de desviar el odio de las masas populares, la Corte de Pekín había declarado la guerra a las potencias extranjeras. Los boxers crearon la concesión internacional de Tien-Tsin, y el barrio de las embajadas de Pekín. Temiendo perder sus posiciones en China, las potencias imperialistas, Inglaterra, Rusia zarista, Alemania, Francia, Japón y Estados Unidos, intervinieron con sus fuerzas en la lucha y ahogaron en sangre el movimiento insurreccional de los boxers. China tuvo que firmar un tratado de paz en virtud del cual quedó convertida, de hecho, en una semicolonia.

     Como consecuencia de éste y otros tratados anteriores igualmente ignominiosos, impuestos [89] a China, ésta se vio obligada a conceder:

                1. Derecho de extraterritorialidad para los extranjeros residentes en China, en virtud del cual éstos no estaban sometidos a las leyes del país y no podían ser ni detenidos ni juzgados por la policía y los tribunales chinos, aunque hubieran cometido un asesinato.           
     2. El derecho de settlements o grandes concesiones, aglomeraciones urbanas con grandes edificios, administradas y dirigidas por extranjeros y con fuerzas militares y policía extranjera propias. Fueron constituidas 33 de estas concesiones. La mayor fue la Concesión Internacional de Shanghai, verdadera colonia inglesa donde vivían 9.000 extranjeros y 991.000 chinos.
     3. A China le fue impuesto el arriendo, a largo plazo (de 49 a 99 años), de una serie de puertos a potencias extranjeras.
     4. China fue despojada del derecho de imponer tarifas aduaneras a las mercancías procedentes del extranjero. Éstas se hallaban gravadas sólo con el ridículo impuesto del 5% de su valor. Merced a esto, las mercancías extranjeras inundaban el mercado chino y constituían un poderoso freno para el desarrollo de la artesanía de la naciente industria nacional.
     5. El capital extranjero recibió en China una serie interminable de concesiones para la explotación de minas, puertos, vías fluviales, ferrocarriles, tranvías, etc. Los bancos extranjeros concedieron empréstitos, en condiciones leoninas, al gobierno chino. Todas estas intervenciones capitalistas reforzaron la dependencia colonial de China.
Combatientes de Manchuria (Grabado chino).

     De este modo, en la historia moderna de China, se destacan entre las causas fundamentales del atraso general de la economía y de la organización social del país las siguientes:

                1. La persistencia del predominio de acusados rasgos feudales. [90]           
     2. La dominación del país por el capital extranjero.
     3. La alianza de los elementos feudales chinos con los capitalistas extranjeros, basada en la traición de los primeros a los intereses vitales del país, vendido por ellos a las potencias extranjeras a cambio de un apoyo que les permitía conservar sus tierras, sus riquezas y su dominio sobre el pueblo chino.

     A pesar de la acción de tan poderosos frenos, en 1911 estalló la revolución que derribó al emperador y estableció en China el régimen republicano. Mas esta revolución no fue llevada hasta el fin y el régimen social en China permaneció, de hecho, inalterado. No obstante, el movimiento revolucionario de 1911 que implantó la República fue la primera expresión consciente de las fuerzas democráticas. El primer paso dado por el pueblo chino en el camino de su liberación que había de culminar cuarenta años más tarde, en nuestros días.

(Continuará).

[91]

Los cambios faciales producidos en el rostro de un personaje bien conocido



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El terror en las universidades norteamericanas

     La vergonzosa condena dictada por el inquisidor Medina contra los dirigentes comunistas norteamericanos ha puesto de manifiesto un aspecto del rápido proceso de fascistización que sigue el Estado norteamericano bajo el imperio de los modernos esclavistas de Wall Street. Otra manifestación de este proceso es, sin duda alguna, el terror que actualmente reina en las universidades yanquis.

     Según denuncia el Congreso de Defensa de los Derechos Ciudadanos y la Federación Americana de Hombres de Ciencia, el profesor Speetsher ha sido expulsado de la cátedra de Química de la Universidad de Oregón. Veamos su delito.

     Cuando el profesor Meller calumniaba públicamente a Lisenko y a otros sabios soviéticos, el profesor Speetsher propuso que, antes de emitir un juicio definitivo sobre la discusión que tuvo lugar en la Academia de Ciencias Biológicas de la URSS, se estudiaran a fondo los materiales de origen soviético que sirvieron de base a la discusión. El profesor Speetsher no pudo decir nada peor. Acto seguido fue expulsado de la Universidad.

     Este asunto escandaloso ha vuelto a poner de actualidad el famoso Proceso del mono, que tuvo lugar en los Estados Unidos en el primer cuarto del siglo XX contra los darvinistas americanos y sobre el cual Bernard Shaw, el famoso dramaturgo inglés, dijo entonces: No ocurre con frecuencia el que un país haga reír a todo un continente, ni el que un hombre obligue a Europa a preguntarse: ha estado América, en general, civilizada alguna vez? Porque el Estado de Tennessee y Mister Brian han conseguido las dos cosas.

     En el Proceso del mono el acusado fue el profesor Skups, partidario y defensor de las teorías materialistas de Darwin, el acusador William Brian, tres veces candidato a la Presidencia de los Estados Unidos por el Partido Demócrata y ex-secretario de Estado al comienzo de la primera guerra mundial, quien, en nombre de los dogmas de la Iglesia, llevó al profesor Skups ante los tribunales.

     El proceso se celebró en un gran stadium ante 50.000 personas llegadas de todos los rincones del Estado de Tennessee. He aquí una parte del diálogo entre el defensor del profesor Skups y el acusador William Brian. [92]

     -Defensor: Cuando usted leyó que Jonás se había tragado la ballena, perdón, mejor dicho, cuando la ballena se tragó a Jonás, usted interpretó ese texto literalmente?

     -Brian: Yo leí que un gran pez se tragó a Jonás. No se habla en él de ballena alguna. Y yo lo creo. Yo creo en Dios, que puede crear la ballena y puede crear al hombre y obligar a hacer a ambos lo que Él quiera.

     -Defensor: Bien. Esto quiere decir que un gran pez se tragó a Jonás. Y cuánto tiempo permaneció éste en su interior? Tres días? Y después de esto el pez lo depositó en tierra. Cree usted que este pez fue creado para que se tragara a Jonás?

     -Brian: La Biblia dice que así fue.

     -Defensor: La Biblia dice que Jesús de Nazaret ordenó detenerse al Sol para prolongar el día. Cree usted en esto?

     -Brian: Creo.

     -Defensor: Pero, Mister Brian, ha pensado usted alguna vez lo que podría ocurrir con la Tierra si ésta se detuviera de repente?

     -Brian: No, Dios, en quien yo creo, se ocuparía de ello...

     -Defensor: Sabe usted que la civilización antigua de China cuenta por lo menos siete mil años?

     -Brian: No! No pudo ser creada antes que el mundo y de acuerdo con la Biblia el mundo no tiene más de seis mil años...

     -Defensor: Mister Brian, cree usted que la primera mujer fue Eva?

     -Brian: Creo.

     -Defensor: Cree usted que, después que ésta mordió la manzana y se la entregó a Adán, Dios maldijo a Eva y condenó a la mujer a parir con dolor para la conservación del género humano sobre la tierra?

     -Brian: Creo en las sagradas escrituras y por consiguiente creo plenamente en esto.

     -Defensor: Él dijo a la mujer: Parirás a tus hijos con el dolor de tu vientre, es cierto esto?

     -Brian: Creo en lo que está escrito.

     -Defensor: Y usted cree que por esa misma causa Dios obligó a la serpiente a arrastrarse sobre su vientre, por haber seducido a Eva?

     -Brian: Creo en ello porque lo dice la Biblia. Y no le permito a usted jugar con las palabras del Todopoderoso.

     -Defensor: Leo de la Biblia: Y dijo nuestro Señor Dios a la serpiente: Maldita seas tú y toda tu descendencia, [93] te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida. Cree usted que ésta es la causa de que las serpientes se arrastren sobre su vientre?

     -Brian: Creo en esto.

     -Defensor: Tiene usted alguna idea de cómo andaban las serpientes antes de esto?

     -Brian: No señor.

     -Defensor: No sabe usted si andaban arrastrándose sobre su cola?

     -Brian: No, señor, no he tenido posibilidad de comprobarlo. (Risa general en el stadium).

     Durante más de un día se prolongó este diálogo que puso al desnudo la fisonomía reaccionaria y obscurantista de los círculos dirigentes del imperialismo yanqui. El juicio contra el profesor Skups fue muy democrático, se celebró en campo abierto ante 50.000 personas. El carácter troglodita del acusador quedó demostrado, pero todo esto no impidió que el profesor Skups fuera arrojado de la Universidad, y el darvinismo declarado fuera de la ley en los Estados de Tennessee, Oregón, Alabama, Arkansas, Michigan, Florida, Virginia Occidental, Minnesota, Kentucky, Oklahoma, California, Carolina del Norte, Georgia, Texas, etc.

     Pero este caso escandaloso no es único. Según manifiesta la revista progresiva Masses and Menstrem, de las universidades yanquis han sido expulsados tantos profesores que éstos han podido crear una Universidad independiente. Por ejemplo el profesor de filosofía John Parker del Estado de Indiana fue despojado de su cátedra por haber asistido a un mitin de Wallace. El profesor Limen Brelly ha sido expulsado de la Universidad de Nueva York por ayudar a las víctimas del franquismo. Y así sucesivamente...

     Sin embargo, la actividad de los modernos inquisidores no se limita a esto. En la actualidad la Comisión de Actividades Antiamericanas ha destacado una comisión encargada de depurar las bibliotecas universitarias y de poner fuera de la ley todos aquellos libros de texto que contengan ideas peligrosas. Acaso no hizo lo propio Hitler, y lo continúa haciendo hoy su satélite Franco, que ha encontrado dignos sucesores a su antiguo patrón?

[94]



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El humor, arma de lucha popular

     El humor, el chiste, la sátira mordaz, el ingenio popular, fueron siempre en España un arma afilada de lucha contra opresores y tiranos, y reverdece hoy asaeteando por la espalda al franquismo.

     Perseguido, amordazado y escarnecido por sus verdugos, el pueblo recurre a todo género de procedimientos en la lucha, y entre otros, el ingenio, que hace blanco de sus burlas al régimen, a los jerarcas y monterillas falangistas, a los sayones de la dictadura del general apátrida. El chiste antifranquista corre hoy por toda España haciendo reír al pueblo y enfureciendo a sus enemigos.

Algunos cuentos satíricos, que todo el mundo comenta...

     Franco vuela en avión sobre Madrid, acompañado de Eva Perón. Al pasar por encima de la Castellana, Franco dice a Eva.

     -Voy a echar un billete de 10 duros, para que coma algún pobre que lo encuentre.

     Eva le dice que tire dos billetes de 5 y así comerán dos pobres. Franco responde:

     -No, porque con 5 duros no hay quien coma.

     Se entabla una discusión, y el piloto, volviendo la cabeza, dice:

     -Oiga, Franco, tírese usted y así comeremos todos los españoles.

* * *

     El general Muñoz Grande pasa revista a un regimiento y quiere saber cómo están de moral los soldados. Llama a uno y le pregunta:

     -Quién es tu madre?

     -España, mi General.

     -Muy bien. Y tu padre?

     -Franco, mi General.

     -Muy bien. Y qué quieres ahora por haber contestado tan bien?

     -Quedarme huérfano de padre, mi General.

[95]

* * *

     Franco recibe la visita de un ordenanza que tuvo en África.

     -Mi General, yo no puedo vivir con el sueldo que me dan.

     -Cuánto ganas?

     -Catorce pesetas.

     -Tienes hijos?

     -No.

     -Hombre, Manolo! -le contesta Franco-. El otro que estuvo de ordenanza contigo gana igual que tú, tiene dos hijos y además el otro día vino a buscar un niño austríaco. No me explico cómo tú no puedes vivir.

     Llaman a la puerta y precisamente se presenta el ordenanza de que hablaba Franco.

     -Mira, ahí le tienes, y qué te trae por aquí? -pregunta al recién llegado.

     -Vengo a buscar otro niño austríaco.

     -Fíjate, otro!

     -Pero hombre, cómo puedes arreglarte? -le pregunta Manolo.

     -Pues mira, vengo a buscar otro porque el primero ya me lo comí.

* * *

     Después de su estancia en Barcelona, Franco fue a descansar de incógnito a la República de Andorra. Enterado el Presidente de la República fue a visitarle lamentándose de que no hubiera avisado para haberle hecho el debido recibimiento.

     -Pues, mire usted -dice Franco-, es que estoy cansado de tantos recibimientos y yo lo que quiero es descansar.

     El presidente: -Bueno, pero por lo menos déjeme que le presente a mi gobierno.

     Franco accede y le presenta primero al ministro de Hacienda, después al de Industria y Comercio, al del Interior, y Franco estrecha la mano a todos; pero al presentarle al Ministro de Marina dice:

     -Hombre!, para que haya Ministro de Marina es necesario que haya mar.

     A lo que el Ministro de Marina de Andorra le contestó:

     -De qué te extrañas tú? Hace poco estuve en Madrid y me presentaron al Ministro de Justicia.

* * *

...Y algunos ejemplos de la rabia franquista que a nadie espanta y que confirman la eficacia del chiste

     Hemos de confesar, dice el Noticiario Universal, falangista, que a nosotros no nos hace gracia esta gracia de hoy, por lo que tiene de pedestre y hasta de subversiva. Cuando no se tiene el valor de dar la cara, nada mejor que lanzar un chiste al arroyo con la energía atómica que el vertedor necesita para hacer daño sin aparecer como delincuente. [96]

     El chistoso se vale del chiste para ejercitar su falta de respeto a todo lo divino y a todo lo humano. Por eso se permite atacar en broma lo que en serio sería inatacable.

     Reconocemos que esto es un sistema, una táctica, un arma cobarde, pero eficaz, porque hace daño haciendo reír, y la risa hiere sin piedad todos los aspectos formales del régimen. El chiste que se repite va de boca en boca, de tertulia en tertulia, de calle en calle, de casa en casa, adquiere muchas veces un estado en la conciencia popular que hace daño.

     Se ve que los graciosos han caído en gracia de la insensatez colectiva, en nombre de una jocundidad insolente, mal intencionada y cobarde que va invadiendo la atmósfera hasta el punto de haber conseguido una risa culpable en todas las esferas nacionales.

     A esto responderá el ingenio popular clavando nuevas saetas de su acerado humor en el mismo corazón del odiado régimen franquista.

Le Directeur-Gerant: R. Poirault Les Impressions Rapides
7, rue Darboy, Paris (XIe)



FIN N. 1

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