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140

Véase J. Crosas i López, Menéndez Pelayo y la cultura catalana, UB, 1989; A. Rubió i Lluch, «Menéndez Pelayo como catalanista» en: Diario de Barcelona, 23-III-1881. (N. del A.)



 

141

Academia de Buenas Letras, Barcelona, 1961. (N. del A.)



 

142

G. Díaz Plaja, op. cit., pp. 8-9. (N. del A.)



 

143

Véase, A. Ghanime, Joan Cortada: Catalunya i les catalans al segle XIX, Barcelona, Abadia de Montserrat, 1995. (N. del A.)



 

144

Destaca sobre todo su traducción La noia fugitiva del italiano Grossi. (N. del A.)



 

145

Prácticamente no existen estudios ni artículos sobre su persona y su obra. Sirva de ejemplo las cuatro escasas páginas (52-56) que le dedica T. Carreras en la obra Estudios sobre médicos-filósofos catalanes, Barcelona, CSIC, 1952. (N. del A.)



 

146

A título de curiosidad reproducimos las reglas que da para la composición de cartas. No se olvide la importancia del género epistolar en el siglo XIX.

a) estilo natural y sencillo

b) pueden tener cabida pensamientos ingeniosos y profundos

c) no debe caerse en un total descuido y desaliño

d) soltura y facilidad en las construcciones

e) pueden servir de modelo las cartas de Plinio, Cicerón, Santa Teresa, etc. (N. del A.)



 

147

Véase el capítulo IX. (N. del A.)



 

148

Op. cit. pp. 83-84. (N. del A.)



 

149

Véase M. Jorba, «Les idees de Manuel Milà i Fontanals sobre teatre» en: Els Marges, 25 (1982) pp. 23- 43; M. Jorba, Manuel Milà i Fontanls en la seva època: trajectòria ideològica i professional. Barcelona, Curial, 1984; M. Siguán, «Cataluña en la vida de Menéndez Pelayo», en: Boletín de la Biblioteca Menéndez Pelayo, 30 (1949), pp. 5-49 o el artículo del propio D. Marcelino, El Dr. Milà i Fontanals. Semblanza literaria. Barcelona, Gustavo Gili, 1908. Aunque sea en letra pequeña y en nota a pie de página no me resisto a reproducir dos textos más de Milà que vienen a demostrar, por un lado, su concepción y función de la literatura y, por el otro su concepto de poesía, en este caso expresado en forma dialogada. Así, concluye su discurso «Importancia del estudio de la literatura» que fue la «Oración inaugural de la solemne apertura de la Universidad Literaria de Barcelona» del día 1-XI-1845 con las siguientes palabras: «Permítaseme concluir aconsejando a los jóvenes el estudio de la Literatura, ora se considere como el de la enunciación de las ideas, ora como el del hombre moral o bien como un medio de avisar y embellecer el amor a la virtud. No se crea, sin embargo, que les presente el instinto de la belleza como guía única y siempre segura: persuadido de que su simple satisfacción no basta a darnos la felicidad y de que en muestras flaquezas tomamos a menudo la voz de nuestros apetitos por la voz de lo bello, reconozco que la única, la inefable norma de las acciones se halla en las prescripciones del deber.»

En cuanto a la poesía, en su Compendio del arte poética de 1844 se lee al comienzo:

«¿Qué es la poesía?

-El lenguaje de la pasión o de la imaginación animadas, formado por lo común en números regulares.

-El sentimiento de lo bello expresado y producido por medio de palabras.

¿Es provechosa la poesía?

Sin duda alguna, si se considera, cual considerarse debe, como un ejercicio de los más nobles del alma y como un medio para mejorar el hombre».



(N. del A.)