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11

D. Davidson, op. cit., pág. 38.

 

12

D. Davidson, op. cit., pág. 39.

 

13

D. Davidson, op. cit., pág. 41.

 

14

V. G. Lakoff (1987, 1992), G. Lakoff y M. Johnson(1980, 1981)

 

15

V. G. Lakoff y M. Turner (1989).

 

16

Mucho habría que decir sobre esto: entre otras cosas, que para encontrar algo intolerable, es preciso reconocerle un estatuto comunicativo. Que la metáfora, para ser insoportable, ha de ser reconocida como tal metáfora, lo cual implica una mínima inteligibilidad. Pero todo ello nos llevaría demasiado lejos.

 

17

M. Holquist (1990: 108) ha llegado a decir, sin coincidir plenamente con lo que aquí se sugiere, que el «dialogismo» en lo que pueda tener de teoría literaria «is perhaps best grasped as a historical poetics».

 

18

Es de mucho interés el prestar atención a la progenie teórica hacia la que el propio Bajtín apunta. En «Épica y novela», se resaltan como de especial interés para el «proceso vivo de formación de la novela como género» nombres como los de Rousseau, Fielding, Wieland, Blankenburg y Hegel (Bajtín, 1975: 457). Y en «De la prehistoria de la palabra novelesca» añade a Huet, y sobre todo, a Schlegel y Novalis (Bajtín, 1975: 411). Estos dos últimos tienen sin duda mucha mayor relevancia de la que parece indicar esta cita al paso. No está de más el sugerir por ejemplo, la relación teórica de Bajtín con Lukács en virtud de esta ascendencia romántica común, que no sólo implica a Hegel. Una cuestión que merecería un desarrollo adecuado es, por ejemplo, la de las concomitancias y divergencias de las nociones de ironía, del Lukács de la Teoría de la novela, y de heterología, de Bajtín, en su relación con la idea de totalidad y en lo que implican respecto al vínculo entre épica y novela. Sobre todas estas cuestiones es fundamental el trabajo de J. M. Schaeffer (1983).

 

19

Se trata de períodos o épocas eleáticos, en el sentido que da C. Guillén (1989: 121) al calificativo.

 

20

Sobre este asunto se impone la remisión a las consideraciones de K. Clark y M. Holquist (1984: 120 y ss.). Y curioso es también el traer a colación las consideraciones Sobre una lírica comunista que pudiera venir de Rusia, de Antonio Machado (Poesía y prosa, III, 1805), donde se ensalza el énfasis del cristianismo ortodoxo sobre la fraternidad y su rechazo radical del solus ipse en relación muy directa, por cierto, con la poética dialógica que esboza el autor de Los complementarios en otros lugares (C. Martínez Romero, 1990).