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ArribaAbajo Miguel Ángel Pérez Priego: Introducción general a la edición del texto literario

Francisco Abad


(Madrid: UNED, 2001, 166 págs. más XLIX láminas)

La implantación de un nuevo Plan de Estudios en la especialidad de Filología Hispánica que imparte la Universidad Nacional de Educación a Distancia obliga -al menos obliga moralmente- a cada profesor o grupo de profesores, a preparar un manual de la asignatura o «Unidades Didácticas».

En este caso los estudios previos del prof. Pérez Priego le han permitido poder ultimar en poco espacio de tiempo su texto que él llama de «Introducción general» a los problemas de la crítica textual.

Nos encontramos en efecto ante una obra de «introducción general» sencilla e inteligible dada la complejidad y el carácter muy técnico de los asuntos abordados, y por tanto instructiva y útil, cuya lectura no resulta ociosa para los filólogos en general; esta obra viene avalorada además por fragmentos de otros autores reproducidos en cuatro secciones respectivas de «Textos», y por una «Bibliografía general» absolutamente al día y en este sentido de gran utilidad según decimos. Asimismo el volumen se completa con un «Glosario» de términos técnicos empleados, que viene muy bien porque sirve de   —326→   recordatorio para un conjunto de palabras y conceptos que se hace necesario tener a mano en la memoria.

Vamos a enumerar o a dar una idea de los asuntos que van saliendo en las presentes páginas del prof. Pérez Priego, tal como él los expone:

1. Las operaciones del método de Lachmann, es decir, la recensio y formación del stemma, la reconstrucción del arquetipo, y la restauración del texto.

2. Una lección es un determinado pasaje o lugar del texto que nos es transmitido por alguna de las copias (manuscritas o impresas) del original; a su vez el conjunto de copias o testimonios constituye la tradición de la obra.

3. Los errores en el acto de escritura, que se producen por descuido del copista (mala interpretación de lo que se copia, cansancio, saltos en lo copiado, etc.).

4. Los errores textuales cometidos resultan de varias clases: errores por adición, a veces un simple añadido de letras; errores por omisión (si es de sílabas o palabras se llama haplografía, si de un fragmento lo denominamos homoioteleuton); errores por alteración o cambio en el orden de las letras, de versos, o de estrofas; errores por sustitución en que el copista cambia una palabra por otra, a veces «porque no entiende la del modelo y la interpreta por su cuenta (en general trivializándola)».

5. En ocasiones las alteraciones introducidas en el texto hacen sentido, por lo que pueden pasar por lecciones originales: estamos entonces ante «variantes neutras o adiáforas»; «sólo la pericia del editor, bien por elección mecánica tras la colación de testimonios, bien apelando a criterios no mecánicos como el usus scribendi o la lectio dificilior» sirve para detectar primero y seleccionar más tarde tales variantes neutras.

6. Nuestro autor remite a los estudios de Jaime Moll sobre las circunstancias administrativas y políticas en que se imprime el libro español en los llamados «siglos de oro», y subraya el relieve de estas circunstancias «que resultan determinantes para la crítica textual». No sólo determinantes para la crítica textual -podemos añadir-, sino para la configuración genérica de algunos textos, es decir, para entender por qué alguna obra se encuentra escrita en un género literario y no en otro.

7. Para llevar a cabo la colación de variantes, hay que elegir uno que sea empleado como texto de base o texto de colación; sobre tal texto elegido provisionalmente «hemos de realizar, midiendo convergencias y divergencias, el cotejo de todos los demás testimonios y hemos de proceder al registro de sus variantes». Sólo los errores comunes y ciertos nos valen para filiar y clasificar los testimonios, pues por cálculo de probabilidades «si dos testimonios poseen un error significativo   —327→   en común, lo más probable es que ese error ya existiera en el modelo del que copiaron».

8. Los errores sirven: a) para demostrar la independencia de un testimonio A frente a otro B (al menos hay un error en A y no en B): estamos ante errores separativos; b) para poner de manifiesto la conexión entre dos o más testimonios B y C frente a otro u otros A; la prueba es la existencia de al menos un error común a B y C: se trata de errores conjuntivos; c) los errores sirven para revelarnos que todos los testimonios descienden de un antecedente común o arquetipo que no es el original: «son precisamente los errores conjuntivos comunes a todos los testimonios de una tradición, los que denuncian la existencia de un ascendiente único y perdido del que todos los testimonios han derivado (arquetipo)».

9. Nuestro autor se refiere asimismo a las posibilidades de configuración del stemma, según se tengan dos o tres o más testimonios.

10. A veces ocurre una contaminación, es decir, que «el copista ha enmendado el texto de su ejemplar con otro u otros ejemplares que pertenecían a otra rama de la tradición distinta de la del modelo del que copiaba».

11. Cuando cada testimonio se remonta a un único ascendiente conservado o no, las variantes que presentan los testimonios se eligen mediante la llamada «ley de la mayoría». Otros criterios cuando no es posible esta elección mecánica son el del usus scribendi y el de la lectio difficilior.

12. En la emendatio se trata de corregir «los errores del arquetipo, los errores conjuntivos que agrupan a todos los testimonios en un ascendiente común». Ahora el editor sólo puede acudir a su propio iudicium.

13. «Se trate de manuscritos o de impresos, eligiendo uno de los testimonios realmente existentes para fijar la forma gráfica y gramatical del texto que editamos, evitaremos crear un texto demasiado artificial y alejado de la realidad histórica».

14. Por último nuestro autor se ocupa del aparato crítico que ha de llevar la edición, de la anotación del texto, etc.

Esta obra del prof. Pérez Priego -que se apoya en experiencias propias anteriores como editor y como estudioso de las presentes cuestiones- incluye, según queda dicho, una amplia y muy orientadora Bibliografía final.

La presente Introducción general... constituye una pieza que sirve para aumentar el patrimonio de publicaciones propias de la UNED y está hecha además por un profesor bien serio: de ambos hechos debemos alegrarnos, y sobre todo del segundo.