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    • Cuántas clases de principados hay, y de qué modo ellos se adquieren
    • Por qué ocupado el reino de Darío por Alejandro, no se rebeló contra los sucesores de éste después de su muerte
    • De qué modo deben gobernarse las ciudades o principados que, antes de ocuparse por un nuevo príncipe, se gobernaban con sus leyes particulares
    • De las soberanías nuevas que uno adquiere con sus propias armas y valor
    • De los principados nuevos que se adquieren con las fuerzas ajenas y la fortuna
    • De los que llegaron al principado por medio de maldades
    • Cómo deben medirse las fuerzas de todos los principados
    • Cuántas especies de tropas hay; y de los soldados mercenarios
    • De las obligaciones del príncipe en lo concerniente al arte de la guerra
    • De las cosas por las que los hombres, y especialmente los príncipes, son alabados o censurados
    • De la severidad y clemencia, y si vale más ser amado que temido
    • El príncipe debe evitar ser despreciado y aborrecido
    • Si las fortalezas y otras muchas cosas que los príncipes hacen con frecuencia son útiles o perniciosas
    • Cómo debe conducirse un príncipe para adquirir alguna consideración
    • ¿Por qué muchos príncipes de Italia perdieron sus estados?
    • Cuánto dominio tiene la fortuna en las cosas humanas, y de qué modo podemos resistirle cuando es contraria
      • Es difícil que un pueblo que, después de haber tenido el hábito de vivir bajo un príncipe, cayó, por alguna casualidad eventual, bajo un Gobierno republicano, permanezca en él. (cap. 16 del lib. I)
      • Un pueblo corrompido que se puso en república no puede mantenerse en ella más que con una suma dificultad. (cap. 17, del lib. I)
      • Cuando un Estado monárquico empezó bien, puede mantenerse en él un príncipe débil; pero no hay ningún reino que pueda sostenerse cuando el sucesor de este príncipe es tan débil como él. (cap. 19, del lib. I)
      • El príncipe que entra en un Estado nuevo para él debe renovarlo allí todo. (cap. 26, del lib. I)
      • El populacho es atrevido, pero en el fondo es debilísimo. (cap. 52, del libr. I)
      • Cualquiera que llega de una condición baja a una suma elevación, lo consigue mucho más con el fraude que con la fuerza. (cap. 13, del lib. II)
      • El príncipe que, por medio de su deferencia con los gobernados, cree templar su osadía, se engaña comúnmente. (cap. 14, del lib. II)
      • Cuán peligroso es para un príncipe, así como para una república, el no castigar un ultraje hecho a una nación o particular. (cap. 28, del lib. II)
      • La fortuna ciega el espíritu de los hombres, cuando ella no quiere que se opongan a sus designios. (cap. 29, del lib. II)
      • Un gobierno debe guardarse bien de confiar mandos, o administraciones de alguna importancia, a los que él tiene ofendidos. (cap. 17, del lib. III)
      • Por qué los franceses fueron y son todavía mirados, al principio de un combate, como más que hombres, y menos que mujeres cuando él se prolonga. (cap. 66, del lib. III)
      • Del genio de los franceses
      • Pintura de las cosas de Francia (Fragmentos)
      • Rasgos de la vida de Castruccio Castracani, señor de Luca (Fragmentos)