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El género chico. Antología de textos completos. Presentación y selección de ANTONIO VALENCIA. Madrid, Taurus, 1962.
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Siempre se debe recordar la apostilla de RUBÉN DARÍO sobre la innovación de los ritmos que el género chico llevó a cabo, hecha en el prólogo de Cantos de vida y esperanza (1905). Convendría estudiar detenidamente estas innovaciones y libertades y reducir a su justo valor la aseveración rubeniana. Más importante es considerar el clima espiritual donde fue posible el género chico y la proyección de sus frutos, especialmente los paródicos (muy numerosos). De ellos arranca el camino que conduce, diversamente, a la tragedia grotesca de Arniches, a la astracanada de Muñoz Seca y, ¡nada menos!, al esperpento de Valle-Inclán.
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CAMILO JOSÉ CELA pronunció su discurso académico, La obra literaria del pintor Solana, el 26 de mayo de 1957. El mismo estudio encabeza como prólogo la edición de Taurus.
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Un estudio de horizonte sugestivo, aunque sea de breves términos, es el planteado por la literatura de los pintores. Sería muy interesante comparar, después de analizarlos detalladamente, los resultados escritos de personalidades como Santiago Rusiñol, Gutiérrez Solana y Evaristo Valle. En las tres figuras se perfilan nítidamente rasgos de honda valía, que valdría la pena destacar y poner en relación con su pintura y con la circunstancia literaria que han vivido. También habría que tener en cuenta la obra de otros artistas, como Darío de Regoyos y Picasso.
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El obispo leproso. (III, Salas de Oleza; III, Las Catalanas).
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La carta dirigida a Andrés Sobejano puede leerse en JUAN GUERRERO RUIZ, Unas cartas de Gabriel Miró (1912-1929), en Cuadernos de literatura contemporánea, número 5-6, Madrid, 1942, pág. 223.
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Sobre la famosa excursión a Toledo, y su papel en la estimación de la pintura del Greco en los hombres del 98, véase ahora JORGE CAMPOS, Conversaciones con Azorín, Madrid, Taurus, 1964.
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El texto objeto de nuestro estudio se encuentra incluido en el libro España (Hombres y Paisajes), cuya primera edición es de 1909. Cito siempre por la segunda edición, Madrid, Caro Raggio, 1920. Aparece en las páginas 91-95 de esta segunda edición.
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Para el arte azoriniano como cumbre de un culto a la sensación debe verse el estudio de MANUEL GRANELL, Estética de Azorín, Madrid, Biblioteca Nueva, 1949.
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Me baso para esta suposición en la abundante presencia del culto a las ánimas en toda Galicia. Recuérdese que en Santiago de Compostela existe incluso una iglesia dedicada al culto de las ánimas del Purgatorio. Es tal la insistencia de la vida de ultratumba en Galicia que casi hay una confluencia entre religión y superstición. En cuanto a las Angustias para su localización granadina, me baso en el patronazgo de la ciudad, encomendado a esta advocación de María. Sin embargo, no es rara tal presencia en otras viejas ciudades: Cuenca, por ejemplo.