151
Cfr. Rof Carballo, La madre, en Rev. Occ., núm. 116, noviembre 1972, 121-148.
152
Cfr. Calder en págs. 1-8 de su intr. a Wilamowitz, Inwieweit befriedigen die Schlüsse der erhaltenen griechischen Trauerspiele? Ein ästhetischer Versuch, Leiden, 1974.
153
Brès, La psychologie de Platon, París, 1968; cfr. también Wender, Plato, Misogynist, Paedophile and Feminist, en Arethusa, VI, 1973, 75-90.
154
Sobre matricidio, incesto y muchos problemas interesantes de este tipo en García Lorca, cfr. Feal Deibe, Eros y Lorca, Barcelona, 1973.
155
Cfr. Benjamín, Iluminaciones II. Baudelaire. Un poeta en el esplendor del capitalismo, traducción castellana, Madrid, 1972, 109.
156
Devereux, Dreams in Greek Tragedy. An Ethno-Psycho-Analytical Study, Oxford, 1976, 169-255 (breves alusiones al Hamlet en págs. 195, n. 51, y 211, n. 117).
157
Murray, O. C., 218.
158
I, 5, 39.
159
Conejero, Shakespeare, orden y caos, Valencia, 1975, 121-135. El tema del horror al incesto desempeña papel importante en la audaz tesis de Hankins, Politics in «Hamlet», en páginas 95-114, de The Character of Hamlet and other Essays, Chapel Hill N. C., 1941, reproducido en Erzgräber, O. C., con el título Zeitgeschichtliches in «Hamlet»: el público no podía dejar de ver en la obra alusiones a Catalina de Aragón, casada sucesivamente con dos hermanos, Arturo y Enrique VIII, con todo lo que ello comportaba en relación con la legitimidad o no de Isabel. Con esto se mezclaba la cuestión de María Estuardo, cuyo marido Darnley había sido asesinado por su amante Bothwell. Hamlet sería una contrafigura del futuro rey Jacobo I, hijo de María: tal es la tesis de la señorita Winstanley, «Hamlet» and the Scottish Succession: Being an Examination of the Relations of the Play of «Hamlet» to the Scottish Succession and the Essex Conspiracy, Cambridge, 1921, debilitada por ella misma cuando en la figura del p rotagonista detecta también rasgos del conde de Essex, a quien luego aludiremos, y probablemente a otros personajes de la época. Pero las cosas se complican y difuminan más si se admite, con Hankins, que Isabel, dudando si matar o no a María, es un prototipo de Hamlet.
160
I, 5, 85-86.