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Alberto Sartoris: «Leonard, architecte». Tallone, editeur, París, 1952. Con 54 ilustraciones fuera de texto

Ricardo Gullón





Sartoris estudia a Leonardo como arquitecto, bien entendido que el calificativo incluye en este caso mucho más de cuanto modernamente significa: arquitecto y urbanista; pero también ingeniero, científico e inventor. ¡Que portentosa máquina de imaginar! Leonardo ha sido uno de los hombres de imaginación más activa, de los más inquietos y preocupados por resolver problemas de todo orden. En este libro le vemos según era, allegando sin cesar trazas para vivir en la paz, para vencer en la guerra. Lo mismo proyectaba la fachada de la catedral de Lugano que la desecación de los pantanos pontinos, la canalización del Arno o la reconstrucción de Milán, diezmada por la peste. A él se deben ideas de donde arrancaron luego helicópteros, paracaidistas, tanques, submarinos, defensas hidráulicas, casas prefabricadas, fortificaciones...

Planeando una Milán nueva, dice Sartoris tuvo «la visión límpida de una ciudad moderna. Su sueño de ciudades alzadas de acuerdo a un plan racional, con la preocupación, entonces nueva, de las leyes de la higiene, la comodidad, es todavía algo el sueño que hoy perseguimos». Como esta cita, puesta a guisa de ejemplo, pudieran aportarse cien, demostrativas de cuán aguda y verdaderamente puede llamarse precursor a Leonardo. Precursor de la aviación, del urbanismo, de armas y técnicas bélicas; primer realizador de instalaciones higiénicas y sanitarias, medios de calefacción y ventilación, es tanto hombre de ciencia como artista.

Su imaginación es de artista; pero hace bien Sartoris en no insistir sobre este aspecto, el mejor conocido de la personalidad leonardesca. Importaba subrayar facetas menos estudiadas y la voluntad de contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida de la humanidad; a tal fin, despliega el autor una documentación amplia y segura, que maneja con virtuosismo.

Este dichoso resultado se logra porque Sartoris, cuya erudición es impecable, no es un erudito profesional, sino un artista de vasta competencia, provisto de ideas claras sobre Leonardo y sus invenciones. Cuanto hay de actual en Leonardo, que es decir cuanto tiene de permanente, destaca en este análisis brillante y claro de su actividad como arquitecto e inventor. El precioso volumen representa una contribución sustancial a la bibliografía en torno al Vinci, y los artistas del presente encontrarán prefiguradas en él muchas de sus preocupaciones, planteados muchos de sus problemas.





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