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Leonardo Romero Tobar, «Realismo y otros ismos en la crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes (1856-1899)», AA. VV., Pensamiento y Literatura en España en el siglo XIX. Idealismo, Positivismo, Espiritualismo, ed. de G. Sobejano e Y. Lissorgues, Toulouse, Presses Universitaires du Mirail, 1998, págs. 73-87.

 

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De los estudios aplicados a la recogida y criba de textos y noticias sobre el debate son aún pertinentes estos. Gifford Davis, «The critical Reception of Naturalism in Spain before La cuestión palpitante» (Hispanic Review, 1954, XXII, págs. 97-108) y «The coletilla to Pardo Bazán's La cuestión palpitante», (ibidem, 1956, XXIV, págs. 50-63). De las actualizaciones sobre el debate el más reciente que conozco está recogido en los artículos de Óscar Barrero Pérez «Revisión crítica del Naturalismo. Actualización de un debate histórico» (Anuario de Estudios Filológicos, 1999, XXII, 55-71) y del mismo autor, «El desengaño del naturalismo: análisis de la evolución de algunos novelistas del siglo XIX» (Revista de Literatura, 127, 2002, págs. 63-92).

 

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Luis Vidart, «La literatura docente. Doña Luz», Revista de España, 1879, LXVIII, pág. 348.

 

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Altamira cita a Arteaga en las primeras entregas de la serie «El realismo» bien para referencias incidentales (ed. cit., págs. 263, 314), bien para citas explícitas tomadas de las Investigaciones sobre la Belleza ideal, como es una nota al pie de la pág. 311 en que recoge la definición de «naturalista» que da el tratadista dieciochesco («los profesores de una facultad imitativa que no añaden cosa alguna a la naturaleza»).

 

25

R. Altamira, Mi primera campaña, pág. 6.

 

26

R. Altamira, «El Realismo...», ed. cit., págs. 669-670.

 

27

Quede para una edición anotada de «El Realismo...» el comentario de los novelistas y críticos a los que alude Altamira en la serie de artículos. Solamente en una nota del primero cita a Blanco Asenjo, Gómez Ortiz, Pardo Bazán, González Serrano, Roque Barcia, «Clarín», Palacio Valdés, Ortega y Munilla, Díaz de Benjumea, López Bago y Cánovas del Castillo.

 

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R. Altamira, ob. cit., 279. En Mi primera campaña explica muy claramente el porqué no se ha referido ni al teatro ni a la poesía: «Voy a concluir. Dos problemas graves hay en la literatura moderna, que el realismo deja en pie y sin resolver, aunque ha ensayado su planteamiento: la poesía y el teatro. A ninguno de ellos me he referido, porque ni hasta ahora aprovecharon influencia alguna de las nuevas doctrinas, refugiadas en el campo de ensayo de la novela, ni por otros conductos muestran tendencia señalada a una renovación provechosa. Si hay indicios, están en la poesía, y muy mezclados con defectos tradicionales» (pág. 41).

 

29

R. Altamira, «El Realismo...», ed. cit., pág. 279.

 

30

R Altamira, «El Realismo...», ed. cit., pág. 279.

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