Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
IndiceSiguiente


Abajo

Amor, honor y poder

Comedia famosa

Pedro Calderón de la Barca



Personas que hablan en ella:
 

 
EL REY.
TEOBALDO.
EL CONDE.
LUDOVICO.
ENRICO.
ESTELA.
INFANTA.
UN CAZADOR.
TOSCO,   villano.





ArribaAbajoJornada I

 

Salen ENRICO y ESTELA.

 
ENRICO
No salgas, Estela, al monte,
vuélvete al castillo, hermana,
que por estos campos hoy
ha salido el Rey a caza.
No te vea de la suerte 5
que en las soledades andas,
causando a Venus desprecio,
dando envidias a Dïana,
cuando Diosa destos montes,
que miden veloz tus plantas, 10
o son las cumbres de Chipre
o son las selvas de Arcadia.
Por tu gusto, Estela, vives
en Salveric retirada
del aplauso de la corte, 15
del adorno de sus galas.
Aquí un hermano te sirva,
aquí un padre te acompaña
y aquí un monte te obedece,
que reina suya te llama. 20
No te vea el Rey y piense,
viendo la humildad que tratas,
—221v→
que lo que es sobra del gusto,
viene a ser del honor falta.
Por tu vida que te quedes 25
en Salveric y no salgas
hoy al monte.
ESTELA
No saldré,
que ser gusto tuyo basta.
Desde aquí al castillo vuelvo
a obedecer lo que mandas. 30
ENRICO
Yo, hermana, te lo suplico,
queda a Dios.
UNA VOZ

 (Dentro.) 

¡Aparta, aparta!
ENRICO
¿Qué voz es esta?
UNA VOZ

 (Dentro.) 

Poned
delante dellas espadas.
Tente indómito caballo. 35
ESTELA
Desde aquellas cumbres altas
un caballo se despeña
con una mujer.
ENRICO
Hoy baja
despeñado otro Faetonte.
Poco le debo, si aguarda 40
más ocasión mi valor,
para mostrarse, pues basta
el ser mujer.

 (Vase.)  

ESTELA
En el viento
apenas pone las plantas,
porque un volante que al sol 45
le vuelve otro sol de plata,
lleno del viento que deja
le va sirviendo de alas.
Tan igualmente ligeros
los pies y manos levanta, 50
que parece que a los cielos
tira la yerba que arranca,
tan bañado en sus espumas,
que parece que un mar pasa
y que pegado en los pechos 55
el mar a pedazos saca.
Firme la dama le oprime
y aunque sean tan contrarias
la de un bruto y la de un sol,
son dos cuerpos con un alma. 60
Ella cobarde se anima
y animosa se desmaya,
que es el peligro forzoso,
donde la fuerza es tan flaca.
Pero ya Enrico, mi hermano, 65
saliendo al paso le aguarda,
aunque un monte es imposible
esperarle cara a cara.
Atravesado se arroja
y el tiro al bocado agarra 70
y asiendo el freno en la mano,
se le opuso a su arrogancia.
Con la izquierda en un sujeto
el viento y el fuego para,
y con la derecha a un punto 75
por el arzón mismo saca
a la dama, que en los brazos
sin aliento y desmayada,
el sobresalto al peligro,
lo que le debe le paga. 80
Y tirando el freno, cuando
a la silla el brazo alarga,
volvió el caballo, parece
que a mirar lo que llevaba,
porque envidioso de verse 85
dueño de gloria tan alta,
quiso con bárbaro intento,
sino perderla, robarla.
Mas ya con ella en los brazos
al valle mi hermano baja, 90
que parece que del sol
harto su esplendor la llama.
 

(Sale ENRICO con la INFANTA en los brazos.)

 
ENRICO
¡Hermana, Estrella! Volando
trae de aquesa fuente agua
o entra por ella al castillo. 95
ESTELA
Yo voy presto; aquí me aguarda.

 (Vase.) 

ENRICO
Trae el agua, que mis ojos
no me darán la que basta,
porque será breve el mar
—222→
para vencer fuerza tanta. 100
¡Qué mucho, si el mismo sol,
aunque con luz eclipsada,
hoy en sus rayos me quema,
hoy en sus rayos me abrasa!
¿Quién ha visto, quién ha visto, 105
aunque por suertes contrarias,
desgraciada la ventura,
venturosa la desgracia?
¡Señora, señora! Apenas
oye mi voz y turbada 110
la color, en un compuesto
mezcló la nieve y el nácar.
Y dichosamente unida,
nieve roja o rosas blancas,
se vio purpúrea la nieve 115
y la púrpura nevada.
No sé qué deidad oculta
a su adoración me llama,
que de tan forzoso efeto
no determino la causa. 120
¡Señora!
INFANTA
¡Válgame el cielo!
ENRICO
¡Albricias, cielos, que habla!
¡Alma, albricias!
INFANTA
¿Dónde estoy?
ENRICO
¡Ah señora!
INFANTA
¿Quién me llama?
ENRICO
Quien del alma la mitad, 125
hoy a tu vida consagra
y por no dejar de verte,
no te ofrece toda el alma.
Aquel caballo, sin duda,
es el Júpiter que anda 130
enamorado y tomó
forma en apariencia rara,
para que tú fueras, cuando
le oprimieras las espaldas,
Europa de Inglaterra, 135
y él el caballo de España.
¿Cómo te sientes?
INFANTA
Mejor.
Mas ¿quién eres tú, que amparas
mi vida?
ENRICO
Soy quien la tuya
también ofrece a tus plantas. 140
INFANTA
¿La vida te debo?
ENRICO
Es cierto;
mas procedes tan tirana,
que cuando te doy la vida,
en satisfación me matas.
INFANTA

 [Aparte.] 

(Agradecida le escucho, 145
que del honor fuera falta
la ingratitud a quien debo
la vida.) ¿Cómo te llamas?
ENRICO
Enrico de Salveric,
que vivo en estas montañas, 150
en el castillo famoso
que es mi apellido y mi casa.
Aquí podrás descansar.
Yo quisiera que el alcázar
fuera del sol. Mas ¿quién eres? 155
INFANTA
Yo soy...
 

(Sale el REY, LUDOVICO, TEOBALDO y acompañamiento.)

 
LUDOVICO
Aquí está la Infanta.
REY
Hermana, dame tus brazos.
¿Cómo te sientes?
INFANTA
No es nada
el dolor, aunque no puedo
estar en pie.
REY
Pues llevadla
160
a ese castillo y en él
descanse lo que le falta
al día, que ya con sombras
negras la noche amenaza.
TEOBALDO
¡Dichoso quien llega a verte 165
con vida, porque presaga
el alma de tus desdichas,
temió tu muerte temprana!
¡Vida te dio mi deseo!
INFANTA
Yo procuraré pagarla, 170
que a quien me ha dado la vida,
no es mucho que le dé el alma.

 (Vase.) 

ENRICO

 [Aparte.] 

(¡Ay arrogantes deseos!
¡Ay humildes confïanzas!
¡Ay cobardes presunciones! 175
—222v→
¡Ay satisfaciones falsas!
¡Ay esperanzas perdidas!
La Infanta, ¡cielos!, la Infanta
es a la que di la vida
y la que me quita el alma.) 180
Vuestra Majestad me dé
a besar sus Reales plantas,
si de la tierra que piso
merezco tocar la estampa.
REY
¿Quién eres?
ENRICO
Enrico soy.
185
de Salveric, que mi casa
es hoy, pues a honrarla vienes,
venturosa en tal desgracia.
REY
¿Cómo retirado vives
de la corte?
ENRICO
Porque halla
190
mi padre en la soledad
más quietud a su edad larga.
REY
¿Vive todavía el Conde?
ENRICO
Sí señor.
REY
Fue la privanza
de mi padre. ¿Y solo tú 195
su soledad acompañas
o vive también Estela
con vosotros?
ENRICO

 [Aparte.] 

¡Cosa extraña
que no pudiese encubrirlo!
Aquí está, señor, mi hermana, 200
que también del campo gusta.
REY
Mucho le debe a la fama.
¿Qué dicen, que es muy hermosa?
ENRICO
Siempre la opinión se alarga,
que no es muy hermosa Estela, 205
el no ser fea le basta.
REY
Dícenme que es muy discreta.
ENRICO
Sabe, señor, cosa es clara,
lo que tiene obligación
una mujer en su casa. 210
REY
Mucho me holgara de verla.
ENRICO
No es el traje en que ella anda,
digno, señor, de tus ojos;
y esta sola fue la causa
para excusar de que tú 215
la vieras.
 

(Sale ESTELA.)

 
ESTELA
Aquí está el agua.
Mas ¡qué miro!
ENRICO
Estela es esta,
que cuando cayó la Infanta
fue por agua y viene agora.
REY
Mejor dijeras que el alba, 220
vestida de resplandores
o de rayos coronada,
otra vez al campo sale
y que entre sus manos blancas
trae congelado el rocío, 225
que por lágrimas derrama.
ESTELA
Vuestra Majestad, señor,
disculpando la ignorancia
que me permite este traje,
me dé sus manos.
REY
Levanta,
230
no me acuse la soberbia
que tuve un cielo a mis plantas
porque si otras hermosuras
un mundo pequeño llaman,
tú eres un cielo pequeño. 235
ENRICO
¡Qué bien la humildad ensalzas!
El cielo aumente tu vida.
REY

 [Aparte.] 

(¡Oh lo que este hermano habla!)
¡Ah Ludovico!
LUDOVICO
Señor.
REY
No sé qué siento en el alma, 240
que con decirme que es mía,
ya como ajena me trata.
LUDOVICO

 [Aparte.] 

(¡Ay Estela! ¡Quién creyera,
que cuando a verte llegara,
vencieran celos de un rey 245
el contento que me causas!)
¿Qué sientes?
REY
Siento temor,
con el amor en batalla
y cuanto el amor me anima
tanto el amor me acobarda. 250
—223→
Estela me da contento
y aqueste hermano me cansa.
LUDOVICO
Échale de aquí, que todo
es invenciones quien ama.
REY
Bien me aconsejas.
LUDOVICO

 [Aparte.] 

¡Ay cielos!
255
¡Oh mal haya, amor, mal haya
el que contra sí aconseja!
ENRICO
Su Alteza, Estela, está en casa
y pues ha sido ventura
nuestra, tan gran desgracia, 260
aunque como en monte sea
ve a servilla y regalarla.
Vuestra Majestad, señor,
dé licencia. Vete hermana,
que la agua no es menester. 265
REY
Mejor será que tú vayas,
que aunque yo no haya caído
aquí es menester el agua.
El cansancio y el calor,
pensión propia de la caza, 270
me tienen con sed y quiero
beber. Vete, pues, ¿qué aguardas?
ENRICO

 [Aparte.] 

Mi muerte decir pudiera,
pues voy, por suertes contrarias,
de tu hermana enamorado 275
y celoso de mi hermana.

 (Vase.) 

REY
Turbado a tu vista llego,
que cuando amor me provoca,
teniendo el agua en la boca,
bebo por los ojos fuego. 280
Si entre sus rayos me anego,
como en sus ondas me abraso
de un extremo al otro paso.
¿Quién ha visto efecto igual,
que esté en la mano el cristal 285
y esté la llama en el vaso?
Cuando el sol sobre la nieve
su rubio esplendor desata,
hace una nube de plata
que del monte al valle llueve. 290
Uno corre y otro bebe.
Y ansí en efectos tan llanos,
de tus ojos soberanos
la luz en las manos dio
y ese cristal desató 295
de la nieve de tus manos.
Yo, a tu luz turbado y ciego
busco el agua; pero ya
mal mi fuego templará,
si está en el agua mi fuego. 300
Abrásome, pero luego,
que el cristal hermoso pruebo,
el agua a los ojos llevo,
que en tan confusos enojos,
tienen sed labios y ojos. 305
ESTELA
Bebed ya.
REY
Pues ya ¿no bebo?
ESTELA
Lisonjera, libre, ingrata,
dulce y süave una fuente,
hace apacible y corriente
de cristal y undosa plata. 310
Lisonjera se dilata,
porque hablaba y no sentía,
süave, porque fingía,
libre, porque murmuraba,
dulce, porque lisonjeaba, 315
y ingrata, porque corría.
Aquí, Vuestra Majestad,
podrá templar el rigor
de tanto fuego, mejor,
porque tanta claridad 320
quizá ofende por verdad.
Y si este cristal deshecho
abrasa y yela, sospecho
que en mi pecho se ha de hallar
el yelo para templar 325
el fuego de vuestro pecho.
Bebed, templad los enojos
de tan sedientos agravios.
REY
Ya doy el agua a los labios,
—223v→
teniendo el fuego en los ojos. 330
ESTELA
De tan contrarios despojos
la causa a decir me atrevo.
REY
A la boca el agua llevo
y mis ojos me la dan,
que ya con más sed están. 335
ESTELA
Bebed ya.
REY
Pues ya ¿no bebo?
Pero este cristal pretende
acabarme con cautela.
Si fuego, ¿cómo me yela?
Si yelo, ¿cómo me enciende? 340
Si libre, ¿cómo pretende?
Si apacible, ¿cómo daña?
¡Oh cómo me desengaña
el agua, si es lisonjera!
¡Oh cómo en pena tan fiera, 345
siendo tan clara, me engaña!
ESTELA
Claro y ardiendo pretende
experiencia tan extraña,
como claro desengaña
y desengañando enciende. 350
Si vuestra intención me ofende,
dándome el cristal consejo,
en él la respuesta dejo
y es fuerza desengañar,
si para hacerlo ha de estar 355
en mis manos un espejo.
Vuestra Majestad me dé
licencia.
REY
Un instante espera.

 [Aparte.] 

(¡Ay, Ludovico! quisiera...)
LUDOVICO
¿Qué quisieras?
REY
No lo sé.
360
Toda mi vida pensé
que amor cuando un rey se atreve,
flechas de oro y rayos mueve.
Mas ¿qué resistencia aguardo,
si para el fuego en que ardo 365
hoy vibra rayos de nieve1?
Mil cosas decir quisiera
de mi desdicha importuna
y apenas he dicho alguna,
cuando vuelvo a la primera. 370
Mis extremos considera,
pues cuando llego a sentir
el fuego en que he de morir
y le pretendo contar,
me contento con mirar 375
y se quedan sin decir.
Tú eres discreto y sabrás
la ocasión de mi cuidado,
y al fin, desapasionado
mucho mejor le dirás, 380
que no puedo sufrir más
el incendio que sentí.
Di que libre vine aquí,
di que ya tendido lloro,
di que su rigor adoro 385
y al fin dila que la vi.

 (Vase.) 

LUDOVICO

 [Aparte.] 

(¡Yo le diré tus desvelos
y seré, mas ofendido,
el primero que haya sido
el tercero de sus celos.) 390
Estela, oye, el Rey, ¡ah cielos!
como desapasionado,
aqueste amor me ha fïado.
¡Qué mal su daño advirtió,
si está enamorado, y yo, 395
celoso y enamorado!
Que te diga, me ha mandado,
lo que yo mismo dijera,
si enamorado me viera
no tengo la culpa yo, 400
pues él la ocasión me dio.
Si cuando a mirarte llego
me abraso en el mismo fuego,
no es nuevo el mal que resisto,
que ya en el mundo se ha visto 405
guiar un ciego a otro ciego.
Díjome, que no sabía
encarecerte2 su pena,
—224→
que la diga como ajena
y dígola como mía. 410
Estela, si te quería,
pregúntaselo a los cielos,
testigos de mis desvelos.
Pero en confusión tan brava,
si otro en los celos acaba, 415
mi amor se empieza en los celos.
ESTELA
El Rey de una misma suerte
a ti te ha dado ocasión
para decir tu pasión
y a mí para responderte. 420
Dile al Rey cuán mal advierte
en mi honor siempre fïel.
Ser noble, no es ser crüel,
pues dices lo que a él le obliga,
dirasle al Rey que te diga 425
lo que le respondí a él.

 (Vase.) 

LUDOVICO
¿Quién en el mundo se ha hallado,
cuando tal rigor me ofreces,
enamorado dos veces
y dos veces despreciado? 430
Celoso y enamorado,
con propio y ajeno amor,
llegué a pedirte un favor.
Si el desprecio solicitas
por los celos que me quitas, 435
yo te perdono el rigor.

 (Vase.) 

 

(Sale un CAZADOR por una puerta, y TOSCO villano por otra y dicen dentro primero.)

 
CAZADOR
¡Hola, hao, pastor!
TOSCO
¿A quién
dan estas voces?3
CAZADOR
A vós.
TOSCO
Yo no só hola, juro a Dios,
y avísole que habre bien. 440
CAZADOR
¡Hola! ¿Una palabra sola
a un cazador no dirás?
TOSCO
Él es el hola no más,
porque aquí no hay otra hola.
¿Piensa el lacayo que está 445
con otra hola como él,
que solo es su nombre aquel
de hola acá y hola acullá?
¿Que no hay de aquestos crïados,
¡mirad qué dichosa gente! 450
quien muera sópitamente,
pues todos mueren oleados?
No debe de hablar conmigo.
CAZADOR
Dime el camino en que estoy,
que [ni]4 sé por dónde voy, 455
ni sé la senda que sigo.
Corriendo el monte venía
con otros monteros yo
y en el monte me cogió
el crepúscolo del día. 460
TOSCO
¡Lleve Barrabás el nombre!
¿El qué le cogió, señor?
CAZADOR
El crepúsculo.
TOSCO
¿Es traidor
o es encantado ese hombre?
¿Y cómo le cogió? ¡Hay tal! 465
¿Aquesto en el monte había?
¿Crepúsculo tiene el día?
Y diga, ¿no le hizo mal?
CAZADOR

 [Aparte.] 

(El Villano se ha creído,
que es alguno que hace daño 470
y ha de quedar con su engaño.)
En fin, hasta aquí he venido
huyendo de aquese hombre.
TOSCO
Diga, ¿los hechos son buenos
de aquese que por lo menos 475
tiene peligroso nombre?
CAZADOR

 [Aparte.] 

(Con esto engañarle puedo,
pues con esta industria mía
lo que no la cortesía,
habrá de obligalle el miedo.) 480
Un hombre se traga entero
si está con hambre, dos
juntos5.
TOSCO
¡Oh güego de Dios!
¿Tan güerte tiene el guargero?
Yo le llevaré, ¡pardiez!, 485
—224v→
hasta el castillo, que allí
el Rey está; ¡pese a mí
dos se zampa de una vez!,
que esta noche se ha quedado
en Salveric, como digo. 490
Yo apostraré que conmigo
no tiene para un bocado.
Yo vine por leña y vo
sin ella, hablalle no puedo.
CAZADOR

 [Aparte.] 

Él va temblando de miedo. 495
TOSCO
Si él me agarra, muerto só.
 

(Vanse.)

 
 

(Sale TEOBALDO y la INFANTA.)

 
TEOBALDO
No salga Vuestra Alteza,
que un bárbaro accidente,
descortés, no consiente
respeto a la belleza, 500
cuando en muertos colores
halló el campo la vida de las flores.
INFANTA
El riesgo, más que el daño,
amenazó mi vida
y al peligro rendida, 505
temí el rigor extraño.
Ya estoy más descansada,
menos mortal y más enamorada.
TEOBALDO
Descanse Vuestra Alteza.
INFANTA

 [Aparte.] 

Pero ¡qué es lo que veo! 510
Llevome mi deseo.
Otra al caer tropieza,
pero al revés ha sido,
yo tropecé después de haber caído.
Muy bien podré ir en coche. 515
TEOBALDO
Porque tu Alteza pueda
descansar, aquí queda
el Rey aquesta noche.
INFANTA
Debo a Enrico la vida.

 [Aparte.] 

Enamorada estoy y agradecida. 520
TEOBALDO

 [Aparte.] 

¡Oh quién fuera el dichoso
que la vida te diera!
¡Oh quién Enrico fuera!
¡Mil veces venturoso,
quien por extraños modos, 525
hoy da la vida a quien la quita a todos!
 

(Salen LUDOVICO, el REY, el CONDE, ENRICO y acompañamiento.)

 
CONDE
De la suerte que sale
—225→
el sol resplandeciente,
que con su luz ardiente
no hay cosa que no iguale, 530
cuando con rayos baña,
ya el techo, ya la rústica cabaña.
Ansí noble Rey mío,
alégrese esta casa
que a serlo del sol pasa, 535
de cuya luz confío,
que será eterno al día,
por tuya celestial, noble por mía.
REY
Alzad, Conde, del suelo,
dadme, dadme los brazos. 540
CONDE
Será, con tales lazos,
poco llegar al cielo.
REY
Mirad, que porque tardan,
envidiosos los míos os aguardan.
CONDE
De tu padre heredaste 545
honrar la humildad mía.
¡Cuántas veces solía
el Rey, mi señor...!
REY
Baste,
que como los blasones,
heredé de mi padre obligaciones. 550
Ya sois de mi Consejo
de Estado6.
CONDE
Señor, mira...
REY
Vuestra razón me admira.
CONDE
Que estoy cansado y viejo.
REY
Conde, yo sé que tengo 555
necesidad de vós.
CONDE
Ya no prevengo
disculpa, aunque pudiera.
Que suplas te suplico
esta ignorancia.
REY
Enrico,
agradecer quisiera7 560
de la Infanta la vida.
ENRICO
Con dársela ha quedado agradecida
y no hay en mi cuidado
cosa que satisfaga.
Solo quiero por paga 565
el habérsela dado
y de nuevo la mía,
—225v→
que el monte no gastó la cortesía.
REY
Galán andáis, Enrico,
y aunque en esto no os pago, 570
de mi cámara os hago...
ENRICO
Ya los labios aplico
a la tierra que doras.
REY
Porque entréis donde estoy a todas horas.
La Infanta hará mercedes 575
a Estela de su mano.
CONDE
Tantos honores gano,
que ya Alejandro excedes.
REY

 [Aparte.] 

Pues en un mismo día,
su vida halló donde perdí la mía. 580
INFANTA
¿Qué merced hacer puedo
a Estela, o qué favores,
si ya con los mayores
corta y corrida quedo?
Por la de Enrico, beso 585
tus pies.
ENRICO

 [Aparte.]  

¡Amor, yo he de perder el seso!
No te despeñes, tente.
¿Hasta dónde has llegado?
No mueras abrasado,
pues solo es bien que intente, 590
estar viendo y amando,
vivir muriendo, por morir callando.)
REY

  [A LUDOVICO.] 

Hoy, Ludovico, muero
amante desdichado,
he me desesperado 595
y amando desespero.
En fin, ¿qué te responde?
LUDOVICO
Al honor más que al gusto corresponde.
REY
Esta noche he quedado
aquí, por ver si puedo, 600
atropellando el miedo,
ciego y desesperado,
entrar donde está Estela.
LUDOVICO
Haces bien, que el amor todo es cautela.
REY
Por esto, sin que haya 605
razón de haberle honrado,
hoy al Conde he obligado
a que a la corte vaya.
  —226→  
LUDOVICO

 [Aparte.] 

(¡Cuántas honras hay dadas,
que van con sus infamias disfrazadas!) 610
La industria solo ha sido
hija de la fortuna,8
ya no espero ninguna.
CONDE

  [Al REY.] 

Como no prevenido,
hoy a tener disponte 615
cama de campo y cena como en monte.
REY
A aqueso solo vengo,
que si gustos quisiera,
en palacio estuviera.
Ya, Conde, me prevengo 620
a penas y desvelos.
ENRICO

 [Aparte.] 

Y yo rabio de amor, vivo de celos.
 

 (Vanse.) 

INFANTA
Determinad pensamiento,
si tan confuso rigor
ha nacido del amor 625
o del agradecimiento.
Con dos efectos me siento
a una inclinación rendida,
si Enrico me dio la vida,
si ver a Enrico me agrada, 630
¿es estar enamorada
o es estar agradecida?
Quisiera darle un favor,
que es darle vida, excediera,
porque de mi pecho fuera 635
la satisfación mayor.
En pagándole el valor
no estuviera tan rendida,
mi voluntad es fingida,
satisfacer no es amar. 640
Luego tanto desear,
es estar agradecida.
Pero aunque no me ofreciera
vida, pienso, y con razón,
que lo que es obligación 645
voluntad entonces fuera.
Determinarme quisiera,
yo estoy a Enrico inclinada,
más rendida que obligada.
Amar no es satisfacer, 650
luego tanto padecer
es estar enamorada.
Anímame un noble intento,
acobárdame un temor.
Alma, ¿qué es aquesto? Amor. 655
¿Y aquello? Agradecimiento.
Defenderme en vano intento,
deseo, ya estoy vencida,
respeto, ya estoy rendida.
Luego estar tan obligada 660
es estar enamorada
y es estar agradecida.
 

 (Sale ENRICO.) 

ENRICO
¡Qué bien la gentilidad
llamaba Dios al amor,
pues el más humilde honor 665
iguala a la Majestad!
¿Para cuándo es la lealtad
sino cuando es menester
saberse un hombre vencer?
Yo moriré9 sin hablar, 670
mas ¿cómo podrá callar
quien habla solo con ver?
¡Ay Flérida! ¿No tuviera
yo tan venturosa suerte,
que dándome a mí la muerte 675
—226v→
a ti la vida te diera?
Dichoso mil veces fuera,
pero mi felice estrella
me ofrece gloria tan bella,
porque es muy cierto, ¡ay de mí! 680
que yo la ocasión perdí,
pues yo me quedé sin ella.
A tu presencia he llegado
y como el alma la vio,
para hablar se me olvidó 685
cuanto tuve imaginado.
En este cuarto ha mandado
su Majestad, que tu Alteza
esté, ¡qué rara belleza!
Ojos, lengua, deteneos, 690
basta la ocasión, deseos,
que hay lealtad donde hay nobleza.
INFANTA

 [Aparte.] 

(Disimular me conviene,
sin mirarle le hablaré,
porque de los ojos sé 695
el daño que al alma viene.)
Grande es, y sabe, y tiene
majestad que al sol admira.

 [Aparte.] 

Cobarde el alma suspira.
ENRICO

 [Aparte.] 

¡Mal mi deseo se entabla! 700
INFANTA

 [Aparte.] 

¡Ay cielos, aún no me habla!
ENRICO

 [Aparte.] 

¡Ay cielos, aún no me mira!
INFANTA

 [Aparte.] 

Quiero apurar el temor,
haciendo a los celos jueces,
que son los ojos a veces, 705
intérpretes del amor.
ENRICO

 [Aparte.] 

Ya va faltando el valor.
INFANTA
¿Adónde Teobaldo está?
ENRICO

 [Aparte.] 

(Faltó el sufrimento ya.)
Con el Rey quedó.  [Aparte.]  (¡Cruel hado! 710
Callar pude enamorado,
mas celoso, ¿quién podrá?)
Eternos años aumente
el cielo la sucesión
de tan generosa unión. 715

 [Aparte.] 

(No le pesa.)
INFANTA

 [Aparte.] 

No lo siente.
ENRICO
De un siglo a otro siglo cuente,
pues el cielo le previene
aquesta gloria que tiene
por suya Teobaldo. ¡Ay cielos! 720
No estima quien me da celos.
INFANTA
No ama quien celos no tiene,
Enrico, Enrico, no des.

 [Aparte.] 

(Declarándome voy mucho.)
Parabién...
ENRICO
¿Qué es lo que escucho?
725
INFANTA
A quien casada no ves.
ENRICO
Mas que en tu vida lo estés,
si no ha de ser con tu gusto.
¿Qué es esto, tormento injusto?
INFANTA
Basta Enrico, bien está, 730
que con mi gusto será,
pues sabes que deso gusto.
ENRICO
Si del parabién te ofendes,
yo lo que el mundo publico.
INFANTA

 [Aparte.] 

¡Qué mal me entiendes, Enrico! 735
ENRICO

 [Aparte.] 

Flérida, ¡qué mal me entiendes!
INFANTA
¿Darme parabién prendes?
Pesar me fuera mejor.
ENRICO
Declárate.
INFANTA
Tengo honor.
ENRICO
Habla.
INFANTA
Prometí secreto.
740
ENRICO
¡Mal haya tanto respeto!
INFANTA
¡Mal haya tanto valor!
 

(Vanse.)

 
 

(Sale TOSCO con luz, y ESTELA.)

 
ESTELA
¿Cerraste la puerta?
TOSCO
Sí,
con dos trancas la cerré.
ESTELA
Ten cuenta della.
TOSCO
Sí haré.
745
ESTELA
Y pon esa luz aquí.
TOSCO
Mandasme que della tenga
cuenta, a mi cargo lo tomo,
el cerrar la puerta, como
el crepúsculo no venga. 750
ESTELA
Antes que venga te irás.
TOSCO
¿Antes que venga me he de ir?

 [Aparte.] 

Él sin duda ha de venir.
—227→
¿Qué tengo de saber más?
ESTELA

 [Aparte.] 

Alerta está el enemigo, 755
el verla, honor, me conviene.
TOSCO

 [Aparte.] 

Yo apostaré que si viene,
topa primero conmigo.
ESTELA

 [Aparte.] 

Entremos en cuenta honor,
¿cómo podré defenderme? 760
TOSCO

 [Aparte.] 

No es el peor el comerme.
El mascarme es lo peor.
ESTELA

 [Aparte.] 

El poder de un rey es rayo10
que lo más alto abrasó.
TOSCO

 [Aparte.] 

Si aquesto supiera yo, 765
me pusiera el otro sayo...
ESTELA

 [Aparte.] 

La industria y el nombre valga,
pues no hay resistencia ya.
TOSCO

 [Aparte.] 

Que este es el nuevo y saldrá
muy manchado cuando salga. 770
ESTELA

 [Aparte.] 

Direle que he de pagar
lo que a mi mismo honor debo.
TOSCO

 [Aparte.] 

Diré, que es el sayo nuevo,
que me deje desnudar.
ESTELA

 [Aparte.] 

Si en su apetito se ciega, 775
dareme muerte.
TOSCO

 [Aparte.] 

No hay más,
seré un segundo Juan Bras
del vientre de la Gallega,
pero mejor será ir
donde no me halle jamás. 780
ESTELA
Pues Tosco, ¿dónde te vas?
TOSCO
Tengo un poco que dormir,
duerme tú por vida mía.
ESTELA
Yo no dormiré, ¡ay de mí!,
porque me ha de hallar así 785
el crepúsculo del día.
TOSCO
¡Pésete quien me parió!
¿Qué es lo que dices, señora,
con eso sales ahora?

 [Aparte.] 

No en vano le temo yo. 790
ESTELA
Soy de mi honor centinela
y a no dormirme me obligo,
que está cerca el enemigo
y importa pasarla en vela.
 

(Llaman.)

 
TOSCO
A la puerta siento ruido. 795
ESTELA
No abras sin saber a quién.
TOSCO
El crepúsculo es sin duda.
ESTELA
Enrico debe de ser.
 

(Llaman.)

 
TOSCO
Otra vez vuelve a llamar.
ESTELA
Abre la puerta.
TOSCO
Voy pues.
800

 [Aparte.] 

Pero si este es el ladrón,
y me zampa, ¿qué he de her?
Porque hoy só Tosco y mañana
Dios sabe lo que seré.
 

(Sale LUDOVICO y el REY rebozados.)

 
TOSCO
¡Señora Estela, señora!, 805
él es, y tan descortés,
que se ha entrado sin licencia.
LUDOVICO
¡Qué atrevido es el poder!
Ni pone límite al miedo,
ni guarda al respeto ley. 810
Aquí está Estela.
ESTELA
¡Ay de mí!
¿Qué es lo que miro? ¿Quién es
quien desta suerte se atreve...?
Hombre, ¿quién eres?
REY
El Rey.
ESTELA
¡Qué mal hice en preguntarlo!, 815
que si no fueras tú, ¿quién
tuviera este atrevimiento?
REY
Óyeme Estela.
ESTELA
Detén
el paso y mira que ofendes11
el vasallo más fïel, 820
el honor más invencible
y la más constante fe.
TOSCO

 [Aparte.] 

Acercándose va a ella,
él la zampa desta vez,
antes de haberme comido, 825
pienso que no huelo bien.
¿Por dónde podré escaparme
mientras la come? Pues yo,
—227v→
que en mí por diferenciar
hará lo mismo después. 830

 (Vase.) 

REY
Estela, nunca he querido
con imperios ofender
de tu hermosura el respeto
de quien hago al cielo juez.
Obligarte y persuadirte, 835
siempre mi deseo fue,
más amante con finezas,
que tirano con poder.
De amor es mi atrevimiento,
que más atrevido es 840
un humilde enamorado
que no poderoso un rey.
Y porque veas que soy
pues todo lo vengo a ser,
como señor generoso 845
y como galán cortés,
dispón de todos mis reinos,
que solamente ha de ser
el poder para servirte,
usa generosa dél. 850
El cetro y corona de oro,
que con bello rosicler
ciñe mis dichosas sienes
en el supremo dosel.
Y cuando en campaña armado, 855
envidia del sol tal vez,
es Marcial cetro un bastón,
rica corona un laurel,
todo a tus pies lo consagro.
Y porque veas también 860
que soy rey y soy amante,
mírame humilde a tus pies.
LUDOVICO

 [Aparte.] 

Temiendo estoy y dudando.
¿Quién ha padecido, quién,
mayor tormento de celos, 865
o quién ha llegado a ver
más claramente su engaño?
Hablando, hablando está el Rey,
y está oyéndole, ¡ay de mí!
Amor, no consideréis 870
que es, si queréis que yo viva,
él señor y ella mujer.
ESTELA
Señor Vuestra Majestad
mire quién soy y quién es,
pues lo que por sí se debe, 875
me debe por mí también.
No se atreva poderoso,
que si en un vasallo fiel
no hay contra el poder espada,
hay honor contra el poder. 880
LUDOVICO

 [Aparte.] 

(Dejadme, celos, un rato,
no apretéis tanto el cordel
que en el tormento de amor
confieso que quiero bien.
¡Quién supiera lo que dicen! 885
¡Qué amigos son de saber
los celos! No puedo más.)
¡Señor!
REY
¿Qué queréis?
LUDOVICO
No sé.
¿Cómo Estela te responde?
REY
¿No lo supieras después? 890
Con desprecio a mis regalos,
a mis ruegos con desdén,
con rigor a mis amores,
con honor a mi poder.
LUDOVICO

 [Aparte.] 

(¡Buenas nuevas te dé Dios!) 895
¿Eso responde? ¿Quién cree
tal rigor... ni tal ventura?
Vuelve a hablarla.  [Aparte.]  Y volveré,
aunque más desesperado
a sufrir y padecer. 900
REY
Estela.
ESTELA
Señor advierte
que soy...
REY
Estela, mi bien,
quien me da la muerte y puede
darme la vida. ¿Por qué
a un rey desprecias que humilde 905
te adora?
ESTELA

 [Aparte.] 

(¡Cielos! ¿Qué haré?
Porque al más leal vasallo
ofendes, que tuvo rey.)
  —228→  
REY
No tiene término amor. 910
ESTELA
Ni el honor tiene interés.
LUDOVICO

 [Aparte.] 

(¡Qué mal sosiega un celoso!
¡Quién vio encontrados el ver
y el oír en un sujeto!
Y pues que los ojos ven 915
su agravio supla el oído
su pesar con su placer.)
Señor, ¿cómo va?
REY
Muy mal.
LUDOVICO

 [Aparte.] 

Mejor dijeras muy bien.
REY
Nunca ha sido más ingrata. 920
LUDOVICO

 [Aparte.] 

Nunca más hermosa fue.
REY
Porque no preguntas más
más ingrata y más crüel,
dice que aunque su rey soy,
en honor no hay interés. 925
LUDOVICO

 [Aparte.] 

(Eso sí, partid oídos
con los ojos este bien
y disimulad amor.
¡Hay más constante mujer!)
No la obligues ya con ruegos, 930
mézclale el decir y hacer,
con desprecio en los favores
y enfádate.
REY

 [A LUDOVICO.] 

(Dices bien.
Pero en mirando sus ojos,
no sé cómo puede ser.) 935
Mas, Estela, ya faltó
el sufrimiento, porque
un poderoso ofendido,
es ira, si favor fue.
Cierra, Ludovico, luego 940
esa puerta.
LUDOVICO

 [Aparte.] 

Y cerraré
los ojos a mis desdichas.
ESTELA

 [Aparte.] 

(¡Piadosos cielos! ¿Qué haré?
Si doy voces y despiertan
a Enrico, será poner 945
en contingencia su vida,
venza la industria al poder.)
¡Qué presto, señor, te ofendes
de la esperanza! ¡Qué bien
sufrieras amante firme 950
las dilaciones de un mes!
Presto del honor te ofendes,
todos los hombres queréis
fáciles mujeres antes,
pero Lucrecias después. 955
Obligarte con honor
siempre mi deseo fue,
pero si fácil te obligo
espérame aquí veré
qué gente hay en esta sala 960
para que tú entres después,
adonde mi amor te espera.

 (Vase.) 

REY
Aquí espero, porque dé
esta breve dilación
por pensión a tanto bien. 965
¡Ah Ludovico!
LUDOVICO
Señor,
¿qué hay de nuevo?
REY
Que llegué,
vi y vencí, ya Estela hermosa
se ha declarado.
LUDOVICO

 [Aparte.] 

¡Ah crüel!
REY
Por no disgustarme fácil, 970
todo su desprecio fue.
Pero ya me espera.
LUDOVICO

 [Aparte.] 

¡Ay cielos!
Mas ¿qué me espanto? Es mujer.
 

(Golpe dentro.)

 
REY
¿Cerraron la puerta?
LUDOVICO
Sí.
 

(Dentro ESTELA.)

 
ESTELA
¡Eduardo!
REY
Llegaré
975
a ver quién me llama.
ESTELA
Entra.
REY
Está cerrado.
ESTELA
Esta es
la industria contra la fuerza
y el honor contra el poder.
REY
Vengose de mi porfía, 980
hoy con mis ojos pondré
fuego al Castillo.
LUDOVICO

 ([Aparte.] 

Volvió
el alma a su propio ser.)
Sosiégate.
  —228v→  
REY
¿Cómo puedo?
¿De qué me sirve ser rey, 985
si hay contra la fuerza industria
y hay honor contra el poder?

IndiceSiguiente