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Ampliación sobre los mozárabes con ocasión de la lectura del informe del Sr. Chabás en la Academia

Francisco Fernández y González





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Acertado está el académico correspondiente, Sr. Chabás, al establecer en su Memoria la existencia de mozárabes valentinos durante los siglos XI, XII y XIII. A la caída del califato de Córdoba, mozárabes y judíos lograron notable importancia en la administración de los reinos llamados de Taifas, testificándola privativamente la autoridad, que ejerce en Granada y en la España oriental Samuel Abennagrela, alguacil mayor de los príncipes sinhegses, y Rubení de Gerona, Sahib Ax-Xorta, ó prefecto del rey Mogehid de Denia.

No tiene indiscutible fundamento la preocupación autorizada por algunos doctos, al suponer que la barbarie almoravide y el rigorismo almohade concluyeron, á consecuencia de la atrevida racia de D. Alfonso el Batallador, con los mozárabes que vivían en los estados de los muslimes españoles. Ali Ben-Yusuf, hijo del fundador de la primera dinastía mencionada, extremó su amor y protección á los cristianos1 de España, yendo aún más lejos la inclinación á los adoradores del Mesías, que mostrara la generalidad de los monarcas del imperio fundado por el Mahdi, según lo puntualizó un erudito individuo de este cuerpo en discurso de recepción ampliado por brillante contestación del Director actual de la Academia2.

Lo que hay de verdad en el asunto de la traslación de mozárabes á Africa, ha sido el aprecio con que miraron las milicias cristianas los príncipes de la dinastía de Yusuf Ben-Tesufin y de la fundada por Abdelmumen. Agradecido este á los cristianos que le   —51→   habían abierto las puertas de Marruecos en 1146, procuró engrosar con ellos sus ejércitos, y como señala Muratori, al año 1160, verificada la toma de Mahdia, invitó á los valientes sicilianos, que defendían la ciudad, á que entrasen á su servicio. Su hijo Yusuf firmó un tratado de paz, navegación y comercio con los pisanos y otro con los genoveses. En una de las cartas dirigidas por él á Ubaldo, arzobispo de Pisa, se leen estas cariñosas frases: «Nosotros, vuestros fieles amigos, apreciamos vuestra alianza y amistad sobre todas las que pudiéramos tener.» Yacub Almanzor maltrató algún tanto á los mozárabes, trasladando á Marruecos, para colocarlas á la entrada de una mezquita, las puertas de la Iglesia mayor de los mozárabes sevillanos, y llevándose muchos cristianos del Algarbe; pero según Ambrosio de Morales, existían testimonios de la conservación de mozárabes en Córdoba hasta la época de la conquista.

Desconocemos si realmente era cristiano bautizado, aunque es muy probable que lo fuese el famoso rey D. Lupo de la España, llamado Abo-Abdi-l·lah, hijo de Saad Aben-Merdenix ó Aben Mardenis, general de los ejércitos de los hijos del Emperador Alfonso VII, y que hasta su muerte en 1172 conservó buena parte de los Estados de Valencia y Murcia con independencia de los Almohades; pero no es dudoso que pertenecía á una antigua familia española, ora se interprete su apellido, según pretende Aben-Jalican, por una voz latina de significado soez, ora por Aben-Martinus, que es la explicación adoptada por D'Slare.

Por último, cristiano valentino hubo de ser, y al parecer floreció en el siglo XII, el docto mozárabe Abo Amir Aben-García, quien dirigió al insigne Abo-Abdi-l-lah Aben Alhaded la eruditísima epístola sobre las excelencias de los Agemíes, esto es, de los Persas, Griegos y Latinos sobre los árabes, escrito objeto de grandes controversias, que contestó con otro llegado á nosotros el docto valenciano Abo-Giafar Al Valencí3.





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