Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

1

Corta o no tanto, de cierta entidad; nunca en el estilo del cuento moral, de dos o tres páginas; tampoco demasiado extensa. Si son largas, muchas veces se sigue el simple procedimiento de dividirlas en dos o tres parte. No incluye novela epistolar.

 

2

Según el expediente conservado en el Archivo Histórico Nacional. Preciso los datos correspondientes en un estudio que espero publicar en fecha próxima.

 

3

Lecturas morales para la juventud; siguiendo, en líneas generales, el pensamiento católico de Olavide, que también pone de manifiesto en el prólogo; y que, en los textos de las novelas, se resuelve en contra de «filósofos» y libertinos (El secretario filósofo. El matrimonio infeliz, etc.).

 

4

En lo que se refiere a España y al teatro, a veces relacionadas con el tema de los bandidos, en el teatro de la época (Palacios, 1993). Sin olvidar, una vez más, que se habían dado en épocas anteriores; en determinado tipo de novela corta y en el teatro de horror del Siglo de Oro.

 

5

A veces muy apreciables y, por su importancia, deben ser tenidos en cuenta; pero no, en mi opinión, de manera que desdibujen el sentido del conjunto que da identidad a una obra o movimiento literario. No podemos extendernos aquí sobre el lema, ni analizar múltiples ejemplos de las Lecturas que establecen relaciones con obras románticas posteriores. Para todo ello remito a mi edición de La conjuración de Venecia, año de 1310 (1993). También, desde un punto de vista general, respecto al artículo de J. Herrero (1989) que no pude incluir entonces; no es posible ahora, en el espacio de que disponemos y al estar centrado el artículo no en el Romanticismo en relación a los modelos góticos antecedentes sino, prácticamente, en el aspecto contrario, entrar en un análisis detallado, por el mismo interés del tema; esperamos poder hacerlo próximamente con la atención debida, igual que con la cuestión de las relaciones de las obras románticas con las sensibles del XVIII.

 

6

Me refiero fundamentalmente a Agustín Pérez Zaragoza. Su colección, generalmente conocida por el título abreviado, Galería fúnebre de Espectros y Sombras Ensangrentadas, incluye -también- el más largo de Obra nueva de prodigios, acontecimientos maravillosos, apariciones nocturnas, sueños espantosos, delitos misteriosos, fenómenos terribles, crímenes históricos y fabulosos, cadáveres ambulantes, cabezas ensangrentadas, venganzas atroces y casos sorprendentes, que corresponde al de la obra de P. [J.P.R.] Cuisin, Les Ombres Sanglantes, galeries funèbres de prodiges, événements merveilleux, apparitions nocturnes, songes épouvantables, délits mystérieux, phénomènes terribles, forfaits historiques, cadavres mobiles, têtes ensanglantées et animées, vengeances atroces et combinaisons de crimes, etc... puisés dans des sources réelles. Recueil propre à causer les fortes émotions de la terreur, 2 vols., Paris, Vve. Lepetit. 1820 (Lévy 1968, pág. 513). El eco de la última parte del título de Cuisin aparece al final de la «Introducción analítica» de la colección (Cuenca, 1977, pág. 65). Una prueba añadida de la dependencia de este tipo de literatura con los modelos italianos es la historia de la condesa de Amalfi, que se incluye, y que ya aparece en Bandello -como anota Cuenca-, con algunas formulaciones posteriores (1977, pág. 203). Como dato curioso, por esas fechas se publica La princesa de Amalfi (París, David, 1830), «Por el Conde Fedor Golowkin: traducido al español por la señora Hermancia de Ayala». Con respecto a esto, tiene interés la transmisión francesa de los temas de Bandello en España y el carácter de los mismos (Arredondo, 1989a y 1989b); el papel especial de Camus en Francia, que se introduce en el siglo XVIII (Godenne 1985a).

 

7

Algunas señaladas (Carnero, 1985: Glendinning. 1994).

 

8

Es el caso de la reseña que publicó el Memorial Literario con motivo de la traducción de Oderay, por Zavala y Zamora. En ella, traído tangencialmente a propósito de la proliferación de obras desenfrenadas después de algunas importantes que marcan la imposición de un género, se muestra el avance de la sensibilidad gótica, en concreto en la novela: «Cuando Madama Radcliffe publicó los Misterios de Udolfo y el Italiano o el Confesionario de los Negros, y Madama la Roche Los Niños de la Abadía, la Inglaterra se vio inundada de novelas: las que, queriendo imitar a aquellas, solo fueron una serie de embrollos y de disparates los más absurdos: sean ejemplo El Conde de Santerre, El espíritu de Turretwille o La semejanza misteriosa, y otras varias» (M[ariano] C[arnerero] 1805, pág. 166). Ha llamado mi atención hacia esta reseña Carlota del Amo Cabezas que, bajo mi dirección realiza actualmente una tesis sobre novela y prensa en España en el primer tercio del siglo XIX, dentro de esa línea de investigación que considero de gran interés, en los trabajos de que me ocupo sobre la novela de la época. Con respecto a los textos que cito, modernizo ortografía y puntuación, manteniendo los nombres propios y títulos tal como aparecen. En las citas de obras de Olavide se indica sólo tomo y pagina.

 

9

Con las que presentan otras coincidencias de interés, aunque también debamos renunciar a entrar ahora en ello.

 

10

Con este criterio no incluyo obras a las que se negó licencia de impresión, ni otras, como Cornelia Bororquia, publicadas en el extranjero. Tampoco se tiene ahora en cuenta reediciones de novelas cortas del siglo anterior (Fernández Insuela, 1992). No anoto, salvo excepción, que la traducción de obras inglesas está hecha a través de las versiones francesas. Manejo como fuentes fundamentalmente -a las que me remito para completar los datos de las ediciones, mientras no exprese otra cosa- la obra de Montesinos (1972), importantísima, pero en la que hay que retrotraer fechas de traducciones y completar en autores y obras: Demerson (1976) -los textos de los anuncios son tan sugestivos como despistantes a este propósito; pero los datos, del mayor interés: la imprescindible Bibliografía de Aguilar Piñal (1981), en curso de publicación: así como mi propia documentación sobre el tema. Resulta de gran utilidad, en su conjunto la obra de Álvarez Barrientos (1991).