Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

61

En Retrato de dama con perrito encontramos al personaje doble Gran Dama/Benito. Incluso llega a utilizar un triple personaje, Mayordomo/Cocinero/Portero Mayor en El Palacio de los monos.

 

62

Los ejemplos de este tipo de abuso de la autoridad de los criados son innumerables. Uno más tempranos y conocidos es el de Calisto que desde el comienzo de La Celestina (1987, pp. 95-96) y atacado por la locura de amor y lleno de soberbia arremete verbalmente contra su criado Sempronio, que aunque se burle de su amo, le sigue en el juego. Su destino final será la muerte.

CALISTO.-  ¡Maldito seas! Que hecho me has reyr, lo que no pensé ogaño.

SEMPRONIO.-  ¿Pues qué? Toda tu vida avías de llorar?

CALISTO.-  Sí.

SEMPRONIO.-  ¿Por qué?

CALISTO.-  Porque amo a aquella ante quien tan indigno me hallo, que no la espero alcançar.

SEMPRONIO.-  (¡O pusillánime, o fi de puta! ¡Qué Nembrot, que magno Alexandre; los cuales no sólo del señorío del mundo, más del cielo se juzgaron ser dignos!

CALISTO.-  No te oy bien esso que dixiste. Toma, dilo, no procedas.

SEMPRONIO.-  Dixe que tú, que tienes más coraçon que Nembrot ni Alexandre...



 

63

El mismo Riaza en la entrevista que le hizo Ángel García Pintado (1974, pág. 11) había señalado: «Estimo que el teatro ceremonial puede atacar más la conciencia del espectador burgués». Algunos puntos sobre el aspecto ceremonial en la dramaturgia de Luis Riaza los desarrolla Peter L. Podol (1982).

 

64

Sobre la escenificación de símbolos Riaza comenta «más que símbolos son situaciones. Para mí es más importante la sugerencia que la anécdota. Su esencia es la ambigüedad». (Ramos, 1982, pág. 20).

 

65

Creemos se está haciendo referencia a todo tipo de revoluciones ideológicas (que conlleva, a su vez, una revolución teatral misma) y sociales; sobre todo las modernas, tanto reales como las ideales propuestas por los diferentes filósofos y grupos de vanguardia. Pero no menos significativo es el hecho de que ya desde la tradición se haya mencionado la fuerza de presión del vulgo, como peligro para la alteración del orden establecido. Cervantes en el prólogo de Quijote I ya presenta su preocupación por la reacción del pueblo ante su libro: «¿cómo queréis vos que no me tenga confuso el qué dirá el antiguo legislador que llaman vulgo...?». Lope de Vega escribe en Amar sin saber a quien: «Diciendo el vulgo en voz alta/que era el que mató a don Pedro» y en Amigo hasta la muerte: «Es el vulgo desigual/con razón le tenéis temor». En los dramas de comendadores, el pueblo se subleva e incluso mata al tirano y señor. También Calderón se acordará del vulgo. En Ni amor se libra de amor escribe: «¿Quién a un vulgo desbocado/determinado y resuelto/a raya podrá parar» y en La vida es sueño encontramos «vulgo, soberbio y atrevido». Finalmente queremos apuntar que esta idea de alzamiento del vulgo no es exclusivamente española; en Hamlet, por ejemplo, se menciona en tres ocasiones al pueblo sedicioso y se le llama «lawless resolutes» (I, 1, pág. 98); «He’s loved of the distracted multitude» (IV, 3, pág. 4); «The rabble call him lord» (IV, 5, pág. 101). Para más detalles véase Porqueras Mayo (1972, pp. 114-127).

 

66

En las obras cuyo tema base es el poder es común la aparición de un personaje que será heredero del poder. En la trilogía mencionada tenemos: Para El desván, y El Palacio de los monos, Ti Prins; Retrato de Dama con Perrito, Artista Adolescente. Y de otras dos obras donde el tema del poder adquiere un valor significativo: Drama de la dama que lava entre blancas llamas, Señorito; y en Los perros, Pequeño Rey. La sublevación es producida por la hija, pero si tenemos en cuenta que toda la obra representa un juego de intercambio de roles, la idea -expuesta por humanistas italianos y españoles, sobre todo, desde el Renacimiento- de que es el heredero el que se alza contra el poder puede ser aceptada y entendida aquí en su contenido y no en su forma.

 

67

Para Calderón y su público un rey científico es un rey absurdo. Sin embargo sabemos que Basilio sí creía en el poder de la determinación de los astros. También es muy frecuente en toda la literatura clásica, sobre todo en el Renacimiento, tras los avances de ciencias como la Astronomía y la Astrología, encontrar ejemplos del determinismo que se tenía ante el cosmos. Para no entrar más en detalles queremos mencionar los estudios de Pedro Ciruelo (1978), Antonio Hurtado Torres (1984) y Mario N. Pavia (1959). No olvidemos otras obras como la de Calderón El astrólogo fingido y de Alfonso X «el Sabio», Libro de las cruzes.

 

68

Ya desde la época medieval eran comunes los tratados o espejos de príncipes (speculum principis), sobre todo a partir de finales del siglo XV por las circunstancias políticas entre las que cabría destacar la subida de los poderes monárquicos y las transformaciones de intelectuales en cortesanos hacia 1480 Diomene Carrafa publica De regis et boni principis officio; hacia 1481 Platina, De vero príncipe; hacia 1494 Francesco Patrizi, De regno et regis institutione; alrededor de 1503 Pontano, De principe liber. En España los tratados sobre príncipes que destacaron fueron los de Rivadeneira (1595) contra Maquiavelo y Mariana (1599) quien aceptará el tiranicidio. La obra maestra de estos tratados es, no obstante, Il Principe (De principatibus, 1513) de N. Maquiavelo de la que queda un cierto recuerdo en Riaza en El desván... y en otras obras como en El Fernando (1971). Con este primer origen y otras resonancias más tardías referentes a otros «príncipes» hace Riaza una refundición de su nuevo personaje.

 

69

Maquiavelo insiste, entre otros puntos, en los primeros capítulos de Il Principe en la división de los principados en hereditarios y mixtos (ereditarii o nuovi). En los principados hereditarios son menores las dificultades de su conservación.

Dico, adunque, che nelli stati ereditarii et assueffati al sangue del loro principe, sono assai minori difficultà a mantenerli che ne’ nuovi, perché basta solo non preterite l’ordine de’ sua antinati, e poi temporaggiare con li accidenti...


(De principatibus hereditariis)                


Éste se mantendrá en su poder, establecido por los predecesores. Existe la posibilidad de lo que pierda en un acontecimiento inesperado pero lo recobrará en el primer descuido del «usurpador».

... se tale principe è di ordinaria industria, sempre si manterrà nel sou stato, se non è una estraordinaria et eccesiva forza che lo privi; e, privato che ne fia, quantenque di sinistro abbi l’occupatores, lo riacquista.


(De principatibus hereditariis) (Machiavelli, 1963, pág. 6).                


En los principados mixtos (De principatibus mixtis) existe la posibilidad de rebelión contra el gobernante. Luis Riaza en el «prólogo» de El desván (Riaza, 1978, pág. 57) apunta la posibilidad de que el príncipe se subleve:




TEORÍA DEL PRINCIPITO TRAIDOR


(subcapitúnculo en el que se trata de cómo
el hijo de papá puede mediar entre el apestado
(de próxima aparición)
y la guillotina
que solamente de los cuervecitos criados por
papá y a leche bendita de papá cabe esperar el
reventado de ojos de papá
porque de ellos es el inicio de la revolución
...


 

70

Además de esta incapacidad de distinguir un silogismo elemental tenemos las constantes referencias en las que se le manda ir a su «rincón» y se la trata siempre como una alimaña. En algunas ocasiones se utiliza un tono paternalista que da un toque irónico a la maldad de DON (Lucero, hijo mío, mi niño...). Pero pronto el fingido paternalismo desaparece y se da paso a la crueldad.

DON.-  ¡Húndete de una vez en tu cueva o terminaré por olvidarme de quien eres!


(Riaza, 1978, pág. 48)