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Este artículo condensa las ideas desarrolladas en el primer capítulo de mi libro The Ethics of Autobiography. Replacing the Subject in Modern Spain, Nashville, Vanderbilt University Press ©2000.

 

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Traduzco al castellano todas las citas para facilitar la lectura.

 

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Las citas de las obras de Miguel de Unamuno que irán apareciendo en este breve ensayo (exceptuando las correspondientes a la primera publicación de Recuerdos) proceden de susObras Completas (1966-1971), preparadas por Manuel García Blanco, y publicadas en Madrid, Escelicer, S.A. Para facilitar su identificación, detrás de cada cita figura entre paréntesis las siglas O.C., seguidas por el número del tomo y el de la página.

 

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Véase la Introducción de Manuel García Blanco al tomo VIII de las Obras Completas, cit., pág. 11.

 

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Souvenirs d'enfance et de jeunnese. A juicio de Francisco Pérez Gutiérrez (1988, pág. 209) «se trata de dos obras sin posibilidad alguna de comparación entre sí».

 

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Los cinco artículos de la serie «Tiempos Antiguos» se publican entre el 28 de septiembre -víspera del cumpleaños de Unamuno- y el 30 de noviembre de 1891. Los siete artículos de «Tiempos Medios» ven la luz desde el 24 de enero hasta el 18 de abril de 1892. El «Epílogo» aparece el día dos de mayo (Véase, Ereño 1999, p. 241).

 

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Los hallazgos, las revelaciones o las emociones que van siendo identificadas y evocadas en este libro nunca se manifiestan como anécdotas pasajeras; son experiencias trascendentes que ponen al descubierto rasgos sustanciales de su carácter. El prof. Cerezo Galán (1996, p. 88) comenta y valora como significativo el episodio de congoja y llanto que sobreviene al joven Unamuno en la contemplación del campo al atardecer (O.C. VIII, p. 163), y apunta que «sería superficial rebajar el acontecimiento a un episodio ocasional de una sensibilidad adolescente».

 

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«Si en España hubiese entrañable cariño al tradicional consuelo de nuestra poesía, serían los lugares que inspiraron a nuestros poetas y los que éstos de cualquier modo consagraran, términos de visita, como lo son en otros países los lugares allí poetizados».


(O.C.I, p. 57)                


 

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Parece irradiar una emoción más intensa en esta prosa trémula con la que evoca la escena que el poema dedicado al mismo recuerdo. Véase «Las magnolias de la Plaza Nueva de Bilbao», recogida en sus Poesías de 1907 (1975, pp.119-120). La estrofa final puede ser un buen resumen: «Mi Plaza Nueva, fría y uniforme,/ cuadrado patio de que el arte escapa,/ mi Plaza Nueva, puritana y hosca,/ ¡mi metafísica!»

 

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Sin embargo, el profesor Blanco Aguinaga utiliza muy poco en su libro (1975, pero 1ª ed. 1959) estos Recuerdos de niñez y de mocedad, tanto a lo largo de la obra como en el capítulo, excelente, dedicado a la idea de la niñez, y califica sus páginas de «frías y corticales».