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541

Además de la simpática semblanza trazada por Gómez de la Serna, citada en la primera parte del presente trabajo, quisiera recordar otras páginas que completan el retrato del escritor: César González Ruano, Siluetas de escritores contemporáneos, Madrid, Editora Nacional, 1949, 123-127. (N. del A.)

 

542

Enrique Díez Canedo («Provincia, Bohemia, Hampa», Estudios de poesía española, México, 1965, 95-102) advierte que por extraña paradoja Carrère fue bien recibido como colaborador en los seminarios gráficos y en las revistas más burguesas (98-99). Entre paréntesis, y como mera curiosidad, Díez Canedo es autor de un poema titulado «Bohemia» que se incluye en La corte de los poetas, antología editada por Carrère a principios del siglo. (N. del A.)

 

543

Cansinos-Assens, a quien no le gustaba la persona de Carrère, se pregunta a qué se debe esa popularidad de una labor poco original y poco renovadora que por cierto no atrae por su simpatía y que exalta la fealdad. Según Cansinos esa difusión corresponde «...a la multiplicidad de elementos ajenos que ha acogido en su obra, prestándose sucesivamente a todas las modas literaria, tan cambiantes como las femeninas [...] Su obra es un mosaico de todo lo que ha gustado una vez [...] (204). Carrère es, pues, un escritor libresco, es decir, formado en los libros, y en esto quizá estribe su valor y su secreto de difusión [...] (209). Circunstancias casuales, una más asidua colaboración en las revistas ilustradas, esas revistas que no faltan en las peluquerías, un género de vida más callejero y más anecdótico, sin el retraimiento sacro de un Juan Ramón, ni las sacras soledades de un A. Machado, le han convertido en el portaestandarte más visible y en el momentáneo sustentáculo de tendencias literarias que no tuvieron en él su origen, Carrère es hoy el faro de fascinación para los noveles...» (212-213), La nueva literatura, I, 201-213. (N. del A.)

 

544

Así lo afirma también José María de Cossío al editar una antología popular de la poesía de Carrère (Antología poética, Col. Austral 891, Buenos Aires, 1949, 11), aunque se incluyen muestras de otros aspectos de su lírica. (N. del A.)

 

545

La nueva literatura, II, Madrid, Sanz Calleja, 1925, 311-323. El mismo texto sirve de prólogo para el segundo libro de Puche Corazón de la noche, Madrid, Tipografía Yagues, s.a., ¿1918?, VII-XVI. Se completa la bibliografía del poeta con otros dos títulos: Libro de los elogios galantes y los crepúsculos de otoño y Motivos líricos, ambos libros publicados en Madrid en 1917. Además Puche fue traductor de Verlaine y tres tomos de prosa del poeta francés le correspondían en las Ediciones Mundo Latino: Volúmenes III (1921), VI (1923) y IX (1923). Sobre Puche (quien creía que por ser borracho tenía derecho a ser traductor privilegiado de Verlaine) y el Mundo Latino véase Cansinos-Assens, «La lenta agonía de Mundo Latino», La novela de un literato, II, Madrid, Alianza Editorial, 1985, 351-363 y especialmente las páginas 354-355. (N. del A.)

 

546

Ramón Gómez de la Serna (Nuevos retratos contemporáneos, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1945) recoge el poema de Alfonso Camín titulado «Tertulia de Cansinos» (305-308).

Hay en la edición de 1918 de Pombo (Imprenta Mesón de Paños, sin paginación) una breve referencia a Eliodoro Puche como «poeta interesante de alma verdadera e intensa, amigo de la borrachera y de la noche». (N. del A.)

 

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César González Ruano, Memorias: mi medio siglo se confiesa a medias, Madrid, Tebas, 1979, 233-234. Del mismo hay otros comentarios similares en su Antología de poetas españoles contemporáneos, Barcelona, Editorial Gustavo Gili, S.A., 1946, 205. (N. del A.)

 

548

Cansinos-Assens, La novela de un literato, II, 113-114. (N. del A.)

 

549

La nueva literatura, II, 311-323. (N. del A.)

 

550

José Alonso, Madrid del cuplé, Madrid, 1972, 237. (N. del A.)