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21

Aristóteles, Poética, op. cit., versos 51 b6-7.

 

22

Luzán, La Poética, op. cit., pág. 170.

 

23

M. Fabio Quintiliano, Instituciones oratorias, VIII, 3, 60-62. Cito por la traducción de Ignacio Rodríguez y Pedro Sandier, Buenos Aires, Joaquín Gil, 1944, pág. 359. Sobre este tópico, véase, Mario Puppo, Critica e linguistica del Settecento, Verona, Fiorini, 1975, págs. 142-143.

 

24

Luzán, La Poética, op. cit., pág. 166.

 

25

Ibídem, pág. 249. En cuanto a las imágenes fantásticas artificiales, Luzán opina que la fantasía del poeta «forma una nueva caprichosa imagen, que por ser toda obra de la fantasía del poeta la llamamos imagen fantástica artificial» (pág. 261). Según Puppo, estas opiniones de Luzán proceden de Muratori, Mario Puppo, Critica, op. cit., pág. 238. Sobre las fuentes de Luzán, véanse, entre otros, Russell P. Sebold, El rapto de la mente. Poética dieciochesca, Madrid, Prensa Española, 1970, y Luigi di Filippo, «Las fuentes italianas de la Poética de Ignacio de Luzán», en Universidad. Zaragoza, 1956, XXXIII, págs. 207-239.

 

26

Luzán, La Poética, op. cit., pág. 256. Son varios los pasajes de este libro en los que Luzán se sirve de este tópico; véanse las páginas 156-157, 168, 174 y 176.

 

27

Arteaga, Investigaciones, op. cit., págs. 47 y 48. Eva Rudat explica, justamente, que Arteaga «coincide con Harris, Diderot y Lessing en su oposición a la fórmula horaciana ut pictura poesis sostenida por la estética neoclásica, especialmente Batteux, quien identificaba poesía y pintura» (Eva M.ª Rudat, Las ideas estéticas de Esteban de Arteaga, Madrid, Gredos, 1971, pág. 106). También Menéndez Pelayo se refirió a la oposición de Lessing, en su Laocoonte, al «lugar común repetido por todos los preceptistas, y erigido en sistema por Batteux y el abate Du-Bos: Ut pictura, poesis: la poesía pintura para el oído, la pintura poesía para los ojos» (M. Menéndez Pelayo, Historia, op. cit., pág. 1067).

 

28

Burriel, Compendio, op. cit., págs. 104-110. Burriel comienza con una poca afortunada división de la imitación en «dramática», «fantástica» e «icástica» (págs. 15 y 16), para más adelante afirmar, contradiciéndose con sus anteriores palabras, que la imitación puede ser «icástica» y «fantástica» (págs. 104-110).

 

29

Díez González, Instituciones, op. cit., pág. 3. Asimismo, Díez ejemplifica con la idea de «justicia», idea «universal», porque no se refiere a los individuos singulares, sino que es «común a todos ellos por su aptitud a hallarse en todos» (pág. 3).

 

30

Arteaga, Investigaciones, op. cit., págs. 53-54.