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251

Sardá y Salvany, «¿Qué exigen las circunstancias?», Revista Popular, 14 junio 1873.

 

252

Sardá y Salvany, Boletín Oficial del Apostolado de la Prensa, enero de 1872, p. 2.

 

253

Carta del Excelentísimo Pantaleón Montserrat a Primitivo Sanmartí, Boletín Oficial del Apostolado de la Prensa, n.º 1, enero de 1872, p. 2.

 

254

Sánchez Isidro, en su estudio «La Iglesia española y el desarrollo de la Buena prensa», alude al desarrollo de la prensa católica española en el siglo XIX y menciona los primeros esfuerzos que se hicieron desde 1836 para fomentar el periodismo católico. Creemos, sin embargo, que habrá que esperar a la segunda mitad del siglo XIX para que cuajen de manera duradera los primeros intentos de organización local y nacional de la prensa católica. En la primera mitad del siglo, varios católicos habían denunciado las carencias de la prensa católica, Donoso Cortés, en una carta dirigida al Conde de Montalambert el 26 de mayo de 1849 decía: «En cuanto a la manera de combatir, no encuentro más que una pueda dar provechosos resultados: el combate por medio de la prensa periódica».

 

255

«Por medio de esta organización, que la junta diocesana de Tortosa ha llamado muy bien federativa, podemos tender sobre el suelo de la patria una verdadera red de propaganda que la cubra toda». Boletín Oficial del Apostolado de la Prensa, p. 2.

 

256

«La Biblioteca parroquial debe ser una sucursal de todas las librerías religiosas de España, el conducto por donde vayan a parar a manos del pueblo desde la más oscura novena o devocionario que pide una mujer, hasta la obra de alta polémica que solicite el letrado», ibíd., p. 5.

 

257

Este aspecto de la comunicación impresa ha sido analizado por Jean-François Botrel en su estudio: «L’Eglise et la communication imprimée: doctrine et pratiques», Metodología de la historia de la prensa española, Madrid, Siglo XXI, 1982.

Conviene mencionar la existencia en Barcelona de una Biblioteca Popular, también promovida por Pantaleón Montserrat en los años 1869-1870 y que colabora con la Tipografía Católica, calle del Pino, 5. Esta biblioteca, mencionada en el Manual del Apostolado de la Prensa, distribuye «dos o tres libros cada mes sólo por cuatro pesetas al año en España».

 

258

A principios del siglo XIX varios depósitos de «buenas lecturas» fueron creados en Francia. Cabe mencionar el caso de Limoges donde se fundó en 1833 bajo la iniciativa del clero una de las primeras Oeuvres des Bons Livres. El fundador de esta obra, el padre Rousier, escribe: «Je cédais à une double conviction: j’étais intimement persuadé que la lecture est un des besoins de la societé actuelle, et que la religion et les bonnes moeurs ont beaucoup à craindre ou à espérer selon la direction qui leur est donnée». Bibliographie Catholique, Tome II, 1842-1843, Paris, Bureau de la Bibliographie Catholique.

 

259

La Maison de la Bonne Presse difundía publicaciones católicas como La Croix, Le Pélerin, Les Contemporains y contaba con un millón de suscriptores en 1890. La Obra de Buenas Lecturas de Barcelona hace muchas referencias a esta asociación francesa en su boletín del año 1899.

 

260

Tenemos un testimonio del interés de los católicos españoles por las iniciativas de los católicos franceses en materia de prensa en la obra de un escritor y periodista catalán, Sicars y Salvado. En su obra Misión del periodista católico en nuestros días, Barcelona, Tipografía Católica, 1909, este escritor, que colabora en el Semanario Católico de Reus, proporciona datos exhaustivos e interesantes acerca de publicaciones católicas francesas como Le Pélerin, 873, y La Croix, 1880.