101
OC, V, 1025. Más adelante, al escuchar el discurso del banquete, dirá Morentín, «Pues tiene un no sé qué de elocuente este animal. Rebuzna oratoriamente» (OC, V, 1101).
102
Rafael dice para sí, «Soy el pasado, un pasado que gravita sobre ellas, que nada les da, que nada les ofrece; y el niño es el presente, risueño, y un porvenir... que interesa como incógnita» (OC, V, 1088-89).
103
Rebelión, pp. 57-58 (subrayado de Ortega).
104
Rebelión, p. 102.
105
Rebelión, p. 103.
106
Rebelión, p. 104.
107
Aquí y en otras partes Galdós relaciona con simbolismo pre-freudiano el lucro y el excremento. Uno de los vocablos predilectos de Torquemada es evacuar; otros, estiércol, estercolar y abonar (véase OC, V, 972, 1030, 1038, 1093, 1099, 1100, 1110, 1155). Rafael hace decir al Torquemada de su burlesco discurso lo siguiente:
Y mientras vosotros me aclamáis con delirio, yo mugiré, repito que soy becerro, y después de felicitarme de vuestro servilismo, viendoos agrupados debajo de mí, me abriré de las cuatro patas y os agraciaré con una evacuación copiosa, en el bien entendido de que mi estiércol es efectivo metálico. Yo depongo monedas de cinco duros y aun billetes de Banco, cuando con esfuerzos de mi vientre quiero obsequiar a mis admiradores. Y vosotros os atropelláis para cogerlo; vosotros recogéis este maná precioso... (OC, V, 1093).
Y en su último diálogo con Don Francisco, momentos antes del suicidio, dice Rafael, «No sé quién dijo que la nobleza esquilmada busca el estiércol plebeyo para fecundarse y poder vivir un poco más... Pues yo, añado que la ola de estiércol ha subido tanto que ya la Humanidad huele mal» (OC, V, 1110).
108
Rebelión, p. 166.
109
A continuación Galdós sigue su paráfrasis de los pensamientos del esperanzado padre: «Era la encarnación de un Dios, de un Altísimo nuevo, el Mesías de la ciencia de los números, que había de traernos el dogma cerrado de la cantidad, para renovar con él estas sociedades medio podridas ya con la hojarasca que de tantos siglos de poesía se ha ido desprendiendo».
110
Rebelión, p. 132.