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ArribaActo III


[Escena I]

 

Sale DON DIONÍS.

 
[DON DIONÍS]
    Basta, que fingido ha sido
este fuego o este encanto;
pero desto, ¿qué me espanto, 2255
si ha sido amigo fingido
don Ramiro fementido?
    Otra vez me traen los celos
a averiguar mis desvelos;
haced que venga, esperanza, 2260
Don Ramiro, y mi venganza
satisfaga a mis recelos.
    Para sí mismo ha ganado
la amorosa empresa mía;
quisiera verme vengado; 2265
mas quien de amigos se fía,
merece hallarse engañado.
    Y siendo así, yo he tenido
la culpa, que mi esperanza
por mal fundada he perdido, 2270
y no tomaré venganza,
aunque me sienta ofendido.
    Pero cuando no la espada
se vengue de su enemigo,
la lengua disimulada 2275
puede darle algún castigo,
de su esperanza engañada.
    Vuelvo al terrero y deseo
que en él don Ramiro esté,
porque si a solas le veo, 2280
sin vengarme le diré
que me agravia y no lo creo.
    Y con esta cortesía
castigo su atrevimiento
y la confianza mía, 2285
sin que del rigor violento
pueda quejarse otro día.


[Escena II]

 

Sale RAMIRO. -DON DIONÍS.

 
RAMIRO

  (Sin ver a DON DIONÍS.) 

   Dos contrarios movimientos
de un mismo cuerpo en la nave,
se hallan no ser violentos, 2290
y el amor hacerlos sabe
del cuerpo y los pensamientos.
    Yo salía del terrero,
y el pensamiento volvía;
y como yo considero 2295
que él tiene razón, querría
volverme aquí todo entero.
DON DIONÍS

  (Aparte.) 

    Éste es don Ramiro; él fue
falso a mi fiel esperanza;
yo llego y me vengaré; 2300
mas de mí pido venganza
que el secreto le fié.
RAMIRO
   Yo llego al balcón y sigo
mi dichosa voluntad.
Mas... ¿Quién es?
DON DIONÍS
Vuestro enemigo,
2305
porque en la prosperidad
nadie ha menester amigo.
RAMIRO
    Es prosperidad pequeña
la mía, y se desengaña
que es la fortuna que sueña, 2310
y la próspera me engaña;
pero la adversa me enseña.
    Decid quién sois.
DON DIONÍS
Bien pudiera
decir quién soy y también
mis padres, si yo quisiera. 2315
RAMIRO

 (Aparte.)  

Yo no tengo tanto bien.
¡Quién sus padres conociera!
DON DIONÍS

  (Aparte.)  

   Ansí me puedo vengar,
porque como el Sabio advierte,
si en la lengua se han de hallar 2320
juntas la vida y la muerte,
por ella se pueden dar.
    Dice Salomón que tiene
manos la lengua, y con ellas
se venga cuando conviene; 2325
y ansí mi lengua a usar dellas,
y no de mi espada, viene.
RAMIRO
    Decidme ya, caballero,
pues podéis, quién sois.
DON DIONÍS
Yo soy
un amigo verdadero2330
de don Ramiro, que estoy
por él guardando el terrero.
RAMIRO
    ¿Amigo?
DON DIONÍS
Sí: ¿es cosa nueva?
La amistad del poder nace,
y los amigos se lleva; 2335
la prosperidad los hace,
y la adversidad los prueba.
RAMIRO
    Si sois su amigo, obligado
estaréis a su defensa.
DON DIONÍS
No sé si soy bien pagado, 2340
porque no estima ni piensa
que le sirven el privado.
    Don Ramiro me perdone,
porque es muy noble en su trato,
y la fama le corone. 2345
RAMIRO
Señor, quien le llama ingrato,
todas las faltas le pone.
DON DIONÍS
    Pésame si le he llamado
ingrato, y si alguna queja
de su olvido me ha quedado; 2350
no por ingrato me deja,
sino por enamorado.
    Que al amor algún discreto
le puso venda en los ojos,
por disculparle en su efeto; 2355
que no ve si causa enojos,
ni ve si guarda respeto.
RAMIRO

  (Aparte.) 

    ¡Oh, cortesana elocuencia!
¡Qué sabiamente ha culpado
mi mala correspondencia, 2360
disculpado y condenado
con una misma sentencia!
    No me quiero declarar,
porque si la he de romper,
¿qué palabra le he de dar? 2365
Las prendas debe poner
quien determina pagar.
DON DIONÍS
    Mucho os detenéis, señor.
Ea, salid del terrero;
que es muy celoso en su amor 2370
don Ramiro, y yo no quiero
que lo atribuya a temor.
RAMIRO
    Yo me iré, si me decís
quién sois.
DON DIONÍS
Seré don Ramiro.
RAMIRO
Pues ¿en su nombre venís? 2375
DON DIONÍS
¿Qué os admiráis
RAMIRO
No me admiro.

  (Aparte.) 

¡Qué discreto es don Dionís!
DON DIONÍS
    ¿Conocéisme? ¿Sabéis cosa
contra esta verdad que digo
y defiendo, sospechosa? 2380
¿No es don Ramiro mi amigo?
¿Es su amistad cautelosa?
    ¿Trátame en ausencia mal,
o pretende por ventura,
siendo amigo desleal, 2385
trasladarse la hermosura
que adoro, en original?
    ¿Hame ofendido siquiera
en amar a quien yo quiero?
Que aunque parezca ligera, 2390
para un noble caballero
es la ofensa verdadera;
    que yo no le he menester
para que a su Rey le pida
la merced que me ha de hacer; 2395
que soy quien soy, y en mi vida
usé de ajeno poder.
RAMIRO
    No os alteréis; que si yo
no sé quién sois, mal sabré
si ese hidalgo os ofendió, 2400
y don Ramiro yo sé
que no se desvaneció
    por la privanza; que en suma
sabe que el Rey es un mar
donde el privado es la espuma, 2405
y algún viento ha de llegar
que la deshaga y consuma.
    No es don Ramiro avariento
de honras; que antes las deja;
que el propio conocimiento 2410
sirve de piedra a esta abeja,
porque no la lleve el viento.
    No es hombre que habrá usurpado
vuestro amor; que es tan querido,
y de todos tan amado, 2415
que no es, y siempre ha sido,
envidioso y envidiado.
DON DIONÍS
    No digáis más; que parece
que sois más amigo suyo
que yo, y ninguno merece 2420
más su amistad...
RAMIRO
Restituyo
su amor a quien se le ofrece.
DON DIONÍS
    Pues sois su amigo también,
dejadme solo, y decid
a don Ramiro cuán bien 2425
con mi prudencia y ardid
guardo a quien él quiere bien,
    que ansí le pienso obligar,
si no es ingrato y cruel
y al mar pretende imitar, 2430
que entra el agua dulce en él
y la vuelve amarga el mar.
    Que ansí le aviso, y no quiero
parecer, si no lo digo,
mentiroso lisonjero; 2435
que es más verdadero amigo
quien habla más verdadero.
    Que soy su espejo, y no dejo
de prevenirle su mal
con mi industria y mi consejo. 2440
RAMIRO
No es buen amigo y leal
para su amigo el espejo.
    El amigo ha de imitar
al agua, que quien en ella
su mancha llega a mirar, 2445
se da a sí misma, y con ella
se puede también quitar.
    Que el espejo que declara
la mancha, y no da el remedio,
no es amistad noble y clara, 2450
sino envidia, que por medio
honesto sale a la cara.
DON DIONÍS
    Yo a don Ramiro después
a solas le pienso dar
el remedio.
RAMIRO
Voyme pues.
2455
DON DIONÍS
Será el remedio olvidar.
RAMIRO
Él se olvida que lo es.

 (Vase.) 

DON DIONÍS
    Muy grande satisfacción
he recebido y le he dado.
Grande arma es la discreción, 2460
panal dulce, al fin, labrado
en la boca de Platón.


[Escena III]

 

DOÑA FELIPA, a la ventana. -DON DIONÍS.

 
DOÑA FELIPA
    Parece el sueño a la muerte
en no venir pretendido,
y ansí de ninguna suerte, 2465
aunque al sueño llamo y pido,
quiere que con él acierte.
    Vuélvome al balcón; que, en él,
por ventura, el adivino
corazón, que siempre es fiel, 2470
quiere descubrir camino
menos áspero y cruel.
DON DIONÍS

  (Aparte.)  

   La Infanta es ésta, quisiera
salir desta confusión,
aunque no fue la primera; 2475
pero hasta la posesión
tendré esperanza siquiera.

  (Llegando a la ventana.)  

    Señora, ¿estaré seguro?
DOÑA FELIPA
Sí; llegad.
DON DIONÍS
Dudo si llego,
porque es de fuego este muro 2480
del paraíso, aunque es fuego,
como el del infierno, oscuro.
    Pero es fuerza que me atreva,
mi querubín, a llegar;
que para mí es cosa nueva 2485
que a Adán mandéis desterrar,
cuando guardéis dentro a Eva.
    Querubín enamorado,
mirad que servís a Dios
con la espada que os ha dado, 2490
que vamos juntos los dos
con un amor y un estado.
    Eva, ¿no me respondéis?
Hablad, dulce compañera,
y pagad lo que debéis, 2495
pues antes que os conociera,
os di el alma que tenéis.
DOÑA FELIPA
    ¿Qué he de hablar, si no he sabido
quién sois?
DON DIONÍS
¿Qué decís, señora?
¿Por vos soy desconocido? 2500
¿No era Don Dionís agora
por vuestro amor admitido?
    Don Dionís soy: ¿este nombre
ignoráis y la ocasión
de hablar tan claro el que es hombre 2505
por vuestro amor y afición
para que el amor se asombre?
    ¿No me queréis Don Dionís?
Llamadme, señora mía,
otro nombre, si os servís, 2510
pues soy Dionís desde el día
que aqueste nombre admitís;
    porque no era yo primero
que os quisiese, hermosa Infanta,
Don Dionís, ni caballero, 2515
ni tuve el ser que levanta
el vuestro a quien tanto quiero.
DOÑA FELIPA
    ¡Qué lisonjero venís!
DON DIONÍS
¡Qué verdadero!, diréis.
DOÑA FELIPA
Bien hacéis a Don Dionís. 2520
DON DIONÍS
Vos, señora, le hacéis,
pues el alma le infundís.
    Estábame yo en la aldea
de vuestra ausencia -y no hay corte,
ausente vos, que lo sea-; 2525
acerté a ver ese norte,
que en dulce tálamo vea;
    comencé en aquel instante
a levantarme del suelo,
y a ser Don Dionís amante, 2530
como cuando el sol del cielo
levanta su flor gigante.
    Y ansí, mirándoos a vos,
tengo de andar por extremos,
hasta que permita Dios 2535
que mude el nombre y estemos
flor y sol juntos los dos.
DOÑA FELIPA
   ¿Quién puede a palabras tales
resistir? Digo, señor,
que si prendas y señales 2540
no las siente el pagador,
se acaben ya nuestros males.
    Mañana en la noche quiero
que entréis conmigo en palacio.
No digo más; que no espero 2545
beber la purga despacio,
cuando de vergüenza muero.
DON DIONÍS
    Dame, mi señora, en prendas
de tal dicha, algún favor
con que más mi amor enciendas. 2550
DOÑA FELIPA
Tomad; que al buen pagador
jamás le dolieron prendas.

 (Dale una banda, y vase.) 



[Escena IV]

 

DON DIONÍS.

 
DON DIONÍS
    ¡Oh, banda, cuyos despojos
echan en esta conquista
a una banda mis enojos, 2555
y para darme a mí vista,
la quita amor de sus ojos!
    Ya de mi esperanza blanda
será cierta la demanda,
pues para la posesión 2560
sois carta de obligación:
¡mil veces dichosa banda!


[Escena V]

 

Sale RAMIRO. -DON DIONÍS.

 
RAMIRO
    En obligación me ha puesto
el día largo y prolijo,
si no le divierto en esto, 2565
porque como César dijo,
quien hace bien hace presto.
    A Don Dionís quiero hablar;
que el aplacar enemigos,
cuando es menester usar 2570
de verdaderos amigos,
siempre es digno de estimar.
DON DIONÍS
    Mil veces seáis bien venido
Don Ramiro; que jamás
con más gusto he recebido 2575
a amigo, ni los demás,
respeto de vos, lo han sido.
    Considerad si en el mar,
contra un vaso frágil roto,
sin prevenir ni pensar 2580
tan gran tormenta el piloto,
se comienza a levantar.
    ¡Qué gran contento tuviera
si entonces saliera el sol,
y el norte reconociera, 2585
porque del muerto farol
las muchas faltas supliera!
    Yo, amigo, en el mar de amar,
en un vaso harto pequeño,
comenzaba a navegar; 2590
llegó la noche, entró el sueño,
turbóse confuso el mar.
    Era el vaso el corazón,
la Infanta el mar, la esperanza
el farol; y a una ocasión 2595
faltaron luz y bonanza,
y creció mi confusión.
    No sabía yo de mí,
ni estaba cierto de vos;
de vuestra lealtad temí; 2600
pero vino el sol que Dios
crió y formó para mí.
    Halléme desengañado,
reconocí luego el puerto,
reparé el vaso quebrado; 2605
ya estoy de mi dicha cierto,
y de vos muy confiado.
    Conocí que no os amó
la Infanta, y no pretendéis
su amor, ni ella me ofendió, 2610
que esta noche me veréis
entrar en su cuarto yo.
    Voyme; que estoy prevenido
para esta noche; que en ella,
Don Ramiro, he merecido 2615
gozar a mi Infanta bella.
Adiós: el secreto os pido.

 (Vase)  



[Escena VI]

 

RAMIRO.

 
RAMIRO
    Lo que yo más deseaba
era esa nueva, dichosa
para quien della gozaba; 2620
ya mi esperanza engañosa,
aleve Infanta, se acaba.
    Antípodas me parece
que somos Dionís y yo,
pues que cuando en mí anochece 2625
el sol de amor, le salió,
y en su ventura amanece.
    Pero, no puedo creer,
Infanta, tan gran mudanza.
Engaño debe de ser, 2630
o lo será mi esperanza,
porque la tengo en mujer,
    aunque mi corta ventura,
y tu nobleza me asombra;
pero no hay prenda segura; 2635
que es la mujer y la sombra
de cualquier color, oscura.
    Mal dije; que mi señora
es leal: temor, mentís,
pues la memoria no ignora 2640
que en nombre de Don Dionís
os favoreció hasta agora;
    y con el nombre sin duda
deste engañoso recelo
mi competidor se ayuda; 2645
que es la Infanta como el cielo
glorioso, que no se muda.
    Y si es por mí su afición,
bien le puedo yo quitar
mi hacienda toda al ladrón. 2650
La bendición le he de hurtar,
pues me llama la ocasión.

 (Vase.) 



[Escena VII]

 

[Salón de palacio.]

 
 

Salen DON DUARTE y SANCHA.

 
SANCHA
    Por Dios, señor Don Duarte,
que vos sólo me faltáis
de mi copia, y ya llegáis 2655
a darme memoria y parte
    de vuestros deseos ardientes,
que en palacio no son pocos,
porque esta jaula de locos
no cabe de pretendientes. 2660
    El Rey está aficionado
a una niña que es como él,
la Infanta Doña Isabel
con quien está concertado.
    Don Ramiro y Don Dionís 2665
están perdidos los dos.
DON DUARTE
¿Por quién?
SANCHA
Dadme cuenta vos
de la dama a quien servís,
    porque no quiero yo agora
que améis los tres a una dama, 2670
y dar celos a quien ama,
en riesgo de tal señora.
DON DUARTE
    Vargas, tu mano es tan buena
que al órgano he comparado
la corte, que no tocado 2675
desas tus manos, no suena.
    Una tecla vengo a ser
del órgano cortesano;
si tú no pones la mano,
no he de sonar ni tañer. 2680
    Quiero bien a Doña Inés;
por ella, Vargas, suspiro.
Don Dionís o Don Ramiro,
¿preténdenla?
SANCHA
No, otra es.
DON DUARTE
    Pues, Vargas del alma mía, 2685
dile mi pena mortal.
Toma esta joya en señal.
SANCHA
Tomar es bellaquería,
    porque alcahuete por toma
no se imagina bien dél, 2690
y una mitra de papel
le dan sin bulas de Roma;
    y alcahuete que lo usa
por su deleite no más,
o no le culpan jamás, 2695
o no falta quien le excusa.
   Dadme vos una memoria,
porque o no ha de ser quien es
Vargas, o con Doña Inés
habéis de hacer pepitoria. 2700
DON DUARTE
    Pues adiós, tercero mío.

  (Vase.) 

SANCHA
La Infanta viene: hoy sabré
en qué punto está la fe
que en Don Ramiro confío.


[Escena VIII]

 

Sale DOÑA FELIPA. -SANCHA.

 
DOÑA FELIPA
    Vargas, muy quejosa vengo 2705
de vuestra prolija ausencia.
SANCHA
Sabe Dios la diligencia
que yo en vuestras cosas tengo.
DOÑA FELIPA
    No se me luce, en verdad.
SANCHA
Bien parece, mi señora, 2710
que no sabéis vos agora
mi cuidado y voluntad.
DOÑA FELIPA
    ¿Es cuidado que os desvela?
SANCHA
Esa palabra me agrada;
que viene bien comparada 2715
mi diligencia a la vela,
    pues yo me consumo y quemo
para alumbraros a vos;
que os sirvo, y bien sabe Dios
lo que lo siento y lo temo. 2720
DOÑA FELIPA
    No sé cómo puede ser,
supuesto que vos no amáis
al galán por quien terciáis,
porque vos no sois mujer.
SANCHA
    Es verdad, muy bien decís; 2725
pero importa diligencia,
como tienen competencia
Don Ramiro y Don Dionís;
    pues cada cual forma queja
y se pretende ofender, 2730
y otra fábula han de ser
de la lechuza y corneja.
    que una a otra se rompía
el nido y los huevos dél,
y de un rigor como aquél 2735
ningún polluelo nacía.
DOÑA FELIPA
    Pues yo, que consideré
que, en ocasiones de amor,
quien lo siente habla mejor,
por mí misma negocié. 2740
    Y al fin pues he negociado
por mí misma, yo también
quiero conseguir el bien
que he por mí misma alcanzado.
    Con nombre de Don Dionís, 2745
volvió Ramiro al terrero
y aquesta noche le espero
por mi esposo.
SANCHA
¿Qué decís?
DOÑA FELIPA
    Que queda ya concertado
el tiempo en que le he de ver, 2750
sin tener que agradecer
a vuestro poco cuidado.

 (Vase.)  



[Escena IX]

 

SANCHA.

 
SANCHA
   Espera, enemiga mía,
sirena del mar, escucha,
pues de la grave tormenta 2755
que yo lloro y siento, gustas.
¿Que ya el concierto está hecho?
¿Que ya me llevas y usurpas
en un día cuanto el alma
abrasada en tantos busca? 2760
Suspiros y pensamientos
que ya se encuentran y juntan,
vientos han de ser que paren
en tempestades confusas.
Loca estoy: bien estoy loca; 2765
que a quien faltó la ventura,
falta el juicio, y no siente
el rigor de su fortuna.
Juicios enamorados
con facilidad se turban; 2770
que como es poca su luz,
quedan con un soplo a escuras.
¡Ah, de palacio! Hola, gente,
guardaos; que suelta su furia
la tormenta de mis celos 2775
en el mar de mis injurias.
    Ayuda, amor, que la tormenta es mucha.
Mas ¿cómo puede dar un ciego ayuda?


[Escena X]

 

Sale CABELLO. -SANCHA.

 
CABELLO
    ¿Quién da voces por aquí?
Vargas o Sancha, ¿qué angustias 2780
te obligan a que alborotes
la gente que nos escucha?
SANCHA
Tente, necio, no te anegues
en el mar donde fluctúan
las desdichas que me llevan 2785
al puerto de mis locuras.
Tente, que te mojas, tente.
CABELLO
¿Ya tenemos garatusas?
¿Adónde diablos me mojo?
O estás sin seso, o te burlas. 2790
SANCHA
¿No ves en el mar de agravios
las olas negras y turbias
de mis celos, que combaten
la casi rota chalupa
de mi burlada esperanza? 2795
Échate a nado, si gustas
de ayudarme en la tormenta.
CABELLO
Tu juicio las afufa.
SANCHA
¡Ah, perro! ¿Anegar me dejas?
Lealtad al fin como tuya. 2800
Yo te mataré, villano.

  (Golpéale.) 

CABELLO
¡Ay! ¡Que me pelas! Escucha.
SANCHA
Conmigo te has de embarcar.
CABELLO
¿Cómo, si está más enjuta
la tierra que están tus cascos? 2805

  (Aparte.)  

-En creciente anda la luna-.
SANCHA
No me repliques, traidor.
CABELLO

 (Aparte.) 

-¿Quién me trujo aquí?-
SANCHA
Desnuda
la ropa y échate a nado.
 

 (Quítanse las capas los dos.)  

CABELLO
Échome a nadar, con Judas. 2810
Válgate el diablo por Vargas.
SANCHA
Ea, nada.
CABELLO
Si me empujas.
¡Cuerpo de Dios, y qué amarga
que estaba el agua, y qué sucia!

 (Escupe.) 

SANCHA
Ea, sube en mi galera. 2815
CABELLO
¿Ésta es galera?
SANCHA
¿Eso dudas?
La galera de mi amor,
que cortando las espumas
de imposibles y de estorbos,
a vela y remo procura 2820
llegar a buena esperanza.
CABELLO
Yo llego a mala ventura.
SANCHA
Ea, ¿no tomas un remo?
CABELLO
Luego ¿vengo a ser en suma
galeote?
SANCHA
Soylo yo,
2825
villano, ¿y eso preguntas?
En la galera de amor
todos reman, todo es chusma;
que aunque no hay amor forzado,
forzadas almas injuria. 2830
Ea, que no faltará
bizcocho negro de angustias
que en vinagre de sospecha
mojes, que es comida suya.
Vaya.
CABELLO
Vaya con el diablo.
2835
SANCHA
¿Remas?
CABELLO
¿No lo ves?
SANCHA
Procura
no dar enojo al agravio,
que es cómitre de la trulla.
Buen viaje.
CABELLO
Buen viaje.
¡Heme aquí sin tener culpa, 2840
de lacayo, galeote!
SANCHA
¡Qué bien que la quilla surca
las olas de mis temores!
Mas ¿no ves cómo se ofusca
entre nubes de sospechas 2845
el cielo de mis venturas?
CABELLO
    Ya lo veo.

 (Aparte.)  

-¡Oh si se hiciese
pedazos ya, y mi fortuna
me librase desta loca,
que me ha de matar sin duda!- 2850
SANCHA
Perdidos somos.
CABELLO
Seamos.
SANCHA
¿No ves las galeotas turcas
que nos vienen dando caza?
CABELLO
¡Y cómo!
SANCHA
¿Cuántas son?
CABELLO
Muchas.
Una, dos, veinte, doscientas. 2855
SANCHA
Mientes, perro, no es más de una;
pero ésa llena de celos,
que son turcos.
CABELLO
Sean lechuzas.
SANCHA
Huyamos. Boga, canalla.

 (Dale.) 

CABELLO
Quedo.

  (Aparte.) 

-¡Mal haya la puta
2860
de mi abuela!- ¡Que me matas!
SANCHA
Lo que se usa, no se excusa:
esto se usa en la galera.
Rema apriesa; que se junta
el enemigo y dispara 2865
balas de agravios y injurias.
La galera se va a fondo;
ya la han entrado, ya busca
a mi don Ramiro ingrato
la infanta: ¡amor la destruya! 2870
Capitán de la galera
la ha hecho mi desventura,
y si cautiva a mi amante,
que ha de matarme ¿quién duda?
¡Oh! ¿Quién se volviera agora 2875
la cabeza de Medusa
para convertille en piedra?
Mas ¿por qué, si es piedra dura?
Sólo un remedio hay, Cabello,
que en aquesta coyuntura 2880
pueda esconder a Ramiro,
y hacer mi dicha segura.
CABELLO
¿Y es?
SANCHA
Que te hagas ballena,
y pues que la infanta busca
a Ramiro, te le tragues; 2885
que no hallándole, no hay duda
que se vaya y que nos deje.
¡Linda traza!
CABELLO
Como tuya.
¿Cómo diablos he de ser
ballena yo?
SANCHA
No haya excusas.
2890
Abre la boca.
CABELLO
Ya la abro.
SANCHA
Ea, trágale: ¿qué dudas?

 (Hace que se traga una cosa grande.)  

CABELLO
Vaya.
SANCHA
¡Ah, perro! no le muerdas.
CABELLO
Que no le muerdo, con Judas.
Sin ser de Madrid, me has hecho 2895
ballenato. ¿Hay mayor burla?
SANCHA
Ya le busca mi enemiga,
y a todos por él pregunta:
no le ha hallado; ya se fue;
venció mi amorosa industria. 2900
Bien puedes volverle a echar:
escúpele aquí.
CABELLO
¿Que escupa?
Ves, aquí escupo.
SANCHA
¿Qué es dél?
CABELLO
¿Qué diablos sé yo?
SANCHA
¿Tú le hurtas,
traidor?
CABELLO
¿Yo? Pues, ¿para qué
2905
le quiero?
SANCHA
Échale.
CABELLO
Sin duda
que como entró por la boca
salió por la puerta sucia.
SANCHA
¡Ah, villano! ya te entiendo;
ya sé que esta noche gustas, 2910
llevándosele a la infanta,
hacer que sea esposa suya.
Concierto es de entre los dos:
ser su alcahuete procuras.
CABELLO
¿Quién vio ballena alcahueta, 2915
por más cuentos o aventuras
que haya visto en Amadís?
SANCHA
Ballena infame, no huyas:
dámele, pues le tragaste,
que es carne, y no tienes bula. 2920
CABELLO
Quedo, con todos los diablos;
que eres de casta de bubas,
que me vas pelando todo.
Barrabás te aguarde.

  (Vase.)  

SANCHA
Escucha.
    mas huye, cruel Ramiro; que aunque huyas, 2925
adonde sobra amor, vence la industria.

 (Vase.) 



[Escena XI]

 

[Parque con vista exterior del palacio. -De noche.]

 
 

DOÑA FELIPA, en el parque.

 
[DOÑA FELIPA]
    El que te pintó con alas,
amor, fue su pensamiento
decir que en atrevimiento
a cualquier monstruo te igualas. 2930
    Bien te puedes disponer
a darme en esta ocasión
tus alas; que el corazón
otras dos ha menester;
    y con cuatro alas querría 2935
ser efimerón de amor,
aunque es gusano, en rigor,
que nace y muere en un día.


[Escena XII]

 

Sale RAMIRO. -DOÑA FELIPA.

 
RAMIRO

  (Para sí al salir.)  

    El reloj que traigo al pecho,
que es la memoria y cuidado, 2940
la hora pienso que ha dado
que señala mi provecho.
    ¿Si hallaré ya prevenida
a la infanta, en quien deseo
hacer el dichoso empleo 2945
para el caudal de mi vida?
    Ella es; quiero llegar.
DOÑA FELIPA
¿Es don Dionís?
RAMIRO
No, señora:
que si lo he sido hasta agora,
ya no es tiempo de engañar. 2950
DOÑA FELIPA
    Determinado venís.
RAMIRO
Si ya os gozo, no es razón
usar la equivocación
del nombre de don Dionís.
    Hasta agora mi temor, 2955
mi cuidado y mi secreto
usaba este ardid discreto,
y era este nombre mejor.
    Hasta agora en ser tercero
tenía, señora, gusto; 2960
pero desde aquí no es justo
sino el nombre verdadero.
DOÑA FELIPA
    Decís muy bien, don Ramiro;
desengañado venís;
pero el nombre de Dionís 2965
con buenos ojos le miro;
    que como por aquel nombre
vengo hoy a adquirir mi bien,
justo es que le quiera bien;
que ese nombre os ha hecho hombre. 2970
RAMIRO
   Yo quiero el nombre por mío:
llamadme ansí, si conviene,
pues un mismo nombre tiene,
con ser diferente, el río.
    ¿No es río, señora mía, 2975
las aguas y la corriente
que lleva? Y ¿no es diferente
agua y río cada día?
DOÑA FELIPA
   Claro es.
RAMIRO
¿No llega a tener
cada día nombre nuevo? 2980
Pues ansí soy río que llevo
al mar de amar y querer
    mi larga corriente y curso,
haciendo con su mudanza
más fértil a mi esperanza, 2985
y más caudal mi discurso.
    Nombre pudiera mudar
el río y yo cada día;
mas si vos, señora mía,
el mismo me queréis dar, 2990
   juzgaréis como prudente
que yo soy río, y no quiero
mudar el nombre primero,
aunque ya soy diferente.
    Si dese nombre os servís, 2995
y en él mis provechos miro,
góceos a vos don Ramiro,
y llamadme don Dionís.
DOÑA FELIPA
    ¡Qué bien lo decís!
RAMIRO
Señora,
perdonadme, cuando sea 3000
mi pensamiento de aldea,
que no la olvido hasta agora.
    Y mal la pienso olvidar,
pues pienso, señora mía,
que allá fui un tronco que había 3005
en el campo por labrar,
    y a vos, divino escultor,
os parecí de provecho,
pues de un leño me habéis hecho
un ídolo del amor. 3010
DOÑA FELIPA
    Vuestra soy, y ansí no os puedo
alabar, porque es muy poca
la gloria en su misma boca.
Gente viene, y tengo miedo:
    entrad, esposo y señor; 3015
que, con esa confianza,
hoy se muda la esperanza
en la posesión de amor.
RAMIRO
    Vamos, que vuestra hermosura
aumentará el ansia mía, 3020
como el agua clara y fría
que aumenta la calentura.
    Y porque mi amor entiendas,
te doy la mano.
DOÑA FELIPA
Señor,
como eres buen pagador, 3025
nunca te dolieron prendas.
 

(Vanse.)

 


[Escena XIII]

 

Sale SANCHA, de mujer. -En el parque.

 
SANCHA
    Permitido es el engaño,
conforme a ley de derecho,
contra aquél que hubiere hecho
por otro engaño algún daño; 3030
    y si es sola la intención,
ya dispuesta y prevenida,
por ley justa y permitida,
puedo robar al ladrón.
    Don Ramiro ha de venir 3035
por la infanta, a quien gozar
pretende; aquí me ha de hallar:
su dama me he de fingir.
    Alma, a buen hora venís:
ya he entendido la cautela 3040
con que su amor se desvela
con nombre de don Dionís.
    Aunque finja aqueste nombre,
pues en sus engaños miro,
ya sé que con don Ramiro 3045
viene encubierto el renombre.


[Escena XIV]

 

Sale DON DIONÍS. -SANCHA.

 
DON DIONÍS

  (Para sí al salir.) 

    La hora es ésta esperada
de un alma que aguarda en ella
gozar de su infanta bella
la posesión deseada. 3050
SANCHA

  (Aparte.) 

Él es; que no puede ser
haber entrado hasta aquí
otro galán.
DON DIONÍS
¿Sois vos?
SANCHA
Sí.

  (Aparte.) 

-¡Oh amor! grande es tu poder-.
DON DIONÍS
    ¿Cómo, mi bien, no venís? 3055
SANCHA

 (Aparte.)  

¡Que mi gloria ha de ser tanta!
Pero llámale la infanta
por su gusto don Dionís,
    y ansí le he de llamar yo
por gozalle con recato, 3060
que es, siendo Ramiro, ingrato,
y siendo don Dionís, no.
DON DIONÍS

  (Habla algo bajo.)  

    Señora, esa dilación
me ofende; que descubierto
tras de la tormenta el puerto, 3065
la gloria tras la pasión,
    ya parece tiranía
dilatarme tanto el bien.
SANCHA
Eso digo yo también.
DON DIONÍS
Venid, pues, infanta mía; 3070
    que no soy dueño de mí
desde que el alma os miró.
SANCHA
¿No tenéis voluntad?
DON DIONÍS
No.
SANCHA
¿Y yo en vuestro nombre?
DON DIONÍS
Sí.
SANCHA
Pues yo os mando que me deis 3075
    la mano.
DON DIONÍS
¿Mándasme a mí?
Alma y mano vesla aquí,
y los brazos, porque entiendas
cuán poco me duelen prendas.
¿No soy buen pagador?
SANCHA
Sí.
3080
 

(Vanse.)

 


[Escena XV]

 

[Salón de palacio.]

 
 

El REY, DON PEDRO, DON ALFONSO, acompañamiento.

 
REY
   Vengáis con bien, gran Prior.
DON ALFONSO
¡Señor! ¿Vuestra majestad
me recibe? ¡Gran favor!
Aunque se debe a mi edad,
y con mi edad a mi amor. 3085
REY
    A los servicios lo debo
también, y si es tan debido
favor, justa causa llevo,
y ansí los brazos os pido
para pagaros de nuevo. 3090
    ¿Cómo llegó mi señora
la reina?
DON ALFONSO
Con mucho gusto
de Castilla que la adora,
aunque lleva con disgusto,
Señor, vuestra ausencia agora. 3095
    Mil regalos os envía,
y quisiera mil abrazos.
REY
¡Ay, madre del alma mía!
DON PEDRO
También esperan mis brazos,
Prior, su nueva alegría. 3100
DON ALFONSO
    Señor, deme vuestra alteza
sus manos.
DON PEDRO
El rey nos mira.
Basta ya.
DON ALFONSO
De su grandeza
la fama misma se admira
por su valor y nobleza. 3105
REY
    ¿No se dice allá en Castilla
el gobierno y la prudencia
de mi tío?
DON ALFONSO
Es maravilla
del mundo, que en su presencia,
no se permite decilla. 3110
DON PEDRO
    Hasta agora, gran señor,
no se ha podido mostrar
sino la paz y el favor:
agora comienza a usar
vuestra majestad valor; 3115
    que en la guerra que publica
contra el África, sospecho,
si envía a quien le suplica,
que ha de mostrarle mi pecho
una voluntad muy rica. 3120
REY
    No quiero yo que vais vos,
señor infante, a la guerra,
no yendo juntos los dos.
DON PEDRO
Si por ángel de la tierra
y del mar os puso Dios, 3125
    que el ángel que vio San Juan
en mar y tierra, mostraba
que el buen rey y capitán
en tierra y en mar estaba
diestro, animoso y galán, 3130
    bien podéis cuando tengáis
edad, salir en persona;
pero agora no salgáis;
que vuestra edad os perdona
por el valor que mostráis. 3135
REY
   Ya veremos en consejo
lo que más conviene. Adiós:
bien acompañado os dejo.
Dichoso el rey que en los dos
tiene su amigo y consejo. 3140
 

(Vase con el acompañamiento.)

 


[Escena XVI]

 

DON PEDRO, DON ALFONSO.

 
DON PEDRO
    Divino y raro valor
muestra el rey.
DON ALFONSO
Con tal maestro
no puede menos, señor.
DON PEDRO
Por merecerlo, le muestro
tantos extremos de amor; 3145
    pero de alguna tristeza
parece en el rostro noble
la señal y la aspereza.
Decilda; que siento al doble
esa pena.
DON ALFONSO
Vuestra alteza
3150
    me ayude a sentir también
mi desconsuelo.
DON PEDRO
¿Qué ha sido?
¿Quién os ha ofendido?
DON ALFONSO
¿Quién,
sino el cielo? Que he perdido,
señor, la mitad del bien. 3155
A Don Ramiro envié
DON PEDRO
a la corte...
Ya está en ella,
de suerte, que en él se ve
ser la más luciente estrella
de Portugal.
DON ALFONSO
Ya lo sé;
3160
    mas Doña Sancha, su hermana,
a quien yo dejé en la aldea
no parece; que inhumana
nuestra fortuna, desea
hacer mi esperanza vana. 3165
    En Momblanco estuve ayer,
y no he tenido otro indicio
de cuantos pude tener,
sino decir que es oficio
la mudanza en la mujer. 3170
DON PEDRO
    Ese justo sentimiento
no sabré decir, prior,
con cuánto extremo lo siento.
DON ALFONSO
Y yo me espanto, señor,
que no me mate el tormento. 3175
DON PEDRO
   De Don Ramiro sabré
si tiene noticia alguna.
DON ALFONSO
No se lo digáis...
DON PEDRO
¿Por qué?
DON ALFONSO
Hasta ver si mi fortuna
me ampara y me guarda fe. 3180


[Escena XVII]

 

Salen CABELLO y TABACO. -Dichos.

 
TABACO

  (Hablando con CABELLO, sin ver al Infante y al Prior.)  

    ¿Hablas de veras, Cabello?
CABELLO
¿No te lo dice su cara?
TABACO
¡Que Sancha es el enanillo!
¡Válgate el diablo por Sancha!
Digo que es la piel del diablo. 3185
¿Mas que la corte enmaraña?
CABELLO
No lo has de decir a nadie.
TABACO
No hablaré más que una urraca.
Pero, el gran prior, ¿no es éste?
¡Oh, señor de mis entrañas! 3190
Vengas con los buenos años,
pon en mi boca esas patas.
Triste estás; ¿qué es lo que tienes?
DON ALFONSO
No sé, Tabaco; levanta.
TABACO
Acá está también Cabello. 3195
Llega.
CABELLO
¿Qué haces, diablo? Calla.
DON ALFONSO
Cabello, ¿qué haces tú aquí?
TABACO
Pues, ¿no sabes lo que pasa?

 (Hácele señas CABELLO de que calle.)  

No lo diré, si esta vez,
a nadie: sabrás que Sancha 3200

 (Aparte al Infante.) 

la pastora de Momblanco,
que a todos nos enredaba,
y tú, señor, querías tanto,
ya no es Sancha, sino Vargas.
DON PEDRO
¿Qué dices?
TABACO
Lo que éste dice.
3205
CABELLO
¡Qué bien el secreto guardas!
DON PEDRO

  (Aparte.) 

Tiene razón. El enano
es Sancha; desde que en casa
entró, me ha tenido en duda
y sospechoso su cara. 3210
Bien dije yo que otra vez
la había visto.
TABACO
¡Hay tal muchacha!
DON ALFONSO
¿Pues qué es aqueso, señor?
DON PEDRO
Que ya ha aparecido Sancha,
por el modo más notable 3215
que en este siglo oyó España.
DON ALFONSO
¿De qué modo?
DON PEDRO
Está en palacio,
y, con la mejor maraña
que vio el mundo, sirve al rey,
en enano disfrazada. 3220
DON ALFONSO
¿Cómo es aquesto, Cabello?
CABELLO

  (Aparte.)  

-Agora colgarme manda-.
Lléveme el diablo, si tengo
más culpa yo que una albarda.
Murió un enano en Momblanco, 3225
vistióme de aquesta traza,
y con las enanas ropas,
sin saber do me llevaba,
me trujo aquí a Santarén.
DON ALFONSO
Desde hoy se alegran mis canas. 3230
¡Extraordinario suceso!
Vayan a llamarla.
DON PEDRO
Vayan.


[Escena XVIII]

 

Salen el REY y DON DUARTE. -DON PEDRO, DON ALFONSO, TABACO, CABELLO.

 
REY
¿Qué alboroto es éste, infante?
DON PEDRO
Si un rato, señor, aguardas,
verás de un agudo ingenio 3235
marañas extraordinarias.


[Escena XIX]

 

Sale SANCHA, de dama. -Dichos.

 
SANCHA
¿El gran prior ha venido?
REY
¡Señor mío!
¡Vargas!
DON ALFONSO
¡Sancha!
REY
¿De mujer?
SANCHA
Sí, mujer soy.
Rey y señor, ¿qué te espantas? 3240
DON ALFONSO
¿Qué atrevimiento ha sido éste?
SANCHA
De amor, que como tiene alas,
las toma para emprender
los imposibles que alcanza.
Robóme el alma Ramiro 3245
desde mi primera infancia;
vínose aquí, y yo tras él
vengo en busca de mi alma.
Con tu licencia, es mi esposo.
DON ALFONSO
¿Qué dices?
SANCHA
Agora acaba
3250
de consumarse, señor,
matrimonio y esperanza.
DON ALFONSO
¿Qué dices, loca? ¿No ves
que eres de Ramiro hermana?
DON PEDRO
¡Jesús mil veces!
SANCHA
¡Ay, cielos!
3255
Engañóme la ignorancia.
Mano me ha dado de esposo,
y poniendo su palabra
por obra, al fin me gozó.
TABACO
Pues averígüelo Vargas. 3260
DON PEDRO
Llamad a Ramiro aquí.
SANCHA
Encerrado está en la cuadra
que ha sido de aqueste incesto
tercera muda.
DON DUARTE
¡Desgracia
notable!
SANCHA
Aqueste es que sale.
3265


[Escena XX]

 

Sale DON DIONÍS. -Los mismos.

 
SANCHA
¡Don Dionís!
DON DIONÍS
Infanta amada...
SANCHA
Luego ¿no eres Don Ramiro?
DON DIONÍS
Luego ¿no eres tú la infanta,
que gozando por esposa
aseguró mi esperanza? 3270
DON PEDRO
¿Cómo es eso, don Dionís?
DON DIONÍS
Pudiera ser, ya no es nada.
SANCHA
Señor, lo que pasa es
que Ramiro sirve y ama
a la infanta, mi señora; 3275
supe que habían dado traza
de desposarse esta noche,
y yo, que celosa estaba,
creyendo ser Don Ramiro
don Dionís, dentro la cuadra 3280
de la infanta, como esposo,
le di posesión del alma.
DON PEDRO
Del mal, lo menos.
DON DIONÍS
¿Quién es
mujer que a todos engaña?
SANCHA
Yo soy Sancha, una pastora. 3285
DON DIONÍS
¡Ay, cielos! Mujer tan baja,
¿ha de ser mi esposa?
DON PEDRO
Paso,
don Dionís, que es Doña Sancha,
hija del rey Don Duarte,
y del rey Alfonso hermana. 3290
DON DIONÍS
¡Válgame el cielo!
SANCHA
¿Qué dices?
DON PEDRO
La verdad.
DON ALFONSO
Y confirmada
por mí, señor, que a Ramiro
y a Doña Sancha, la infanta,
he criado en traje humilde, 3295
por mandado del rey.
REY
Basta.
Dadme, hermana, aquesos brazos.
CABELLO
Válgate el diablo por Vargas.
DON DIONÍS
Perdonad, infanta hermosa.
SANCHA
Ya doy por bien empleada 3300
la burla que me hice a mí,
pues sois dueño de mi alma.


[Escena XXI]

 

Sale RAMIRO. -Dichos.

 
RAMIRO
Vos seáis muy bien venido.
DON ALFONSO
Don Ramiro...
RAMIRO
Doy mil gracias
al cielo, que ven mis ojos 3305
mi contento en esas canas.

  (Al REY.)  

Gran señor, si amor disculpa,
si me anima tu privanza
y si merece el amor
con que al cielo me levantas 3310
perdón de un yerro amoroso,
sabrás que soy de la infanta
tu prima, del infante hija,
tu tío...
REY
¿Qué eres? Acaba.
RAMIRO
Esposo. Dame la muerte. 3315
REY
Los brazos te doy. Levanta.
RAMIRO
¿Los brazos?
REY
De hermano.
RAMIRO
¿Cómo?
DON PEDRO
Y mi sobrino.
RAMIRO
¿Qué aguarda
mi dicha?
DON PEDRO
Llamad aquí
a Doña Felipa.


[Escena XXII]

 

Sale DOÑA FELIPA. -El REY, DON PEDRO, DON ALFONSO, RAMIRO, SANCHA, DON DIONÍS, DON DUARTE, TABACO, CABELLO.

 
DOÑA FELIPA
Es tanta
3320
mi vergüenza, gran señor...
DON PEDRO
Ya vuestra vergüenza tarda.
Don Ramiro es vuestro esposo,
y don Dionís de la infanta
Doña Sancha.
SANCHA
Tus pies beso.
3325
DON DUARTE
Si hoy es día de hacer gracias,
a doña Inés te suplico
que me des.
DOÑA FELIPA
Inés, mi dama.
será, conde, vuestra esposa.
REY
Y yo prometo dotalla. 3330
DON DUARTE
Vivas infinitos años.
TABACO
Pues que nadie a mí me casa,
Cabello, casaos conmigo.
DON PEDRO
No más enanos en casa.
Dad a Doña Felipa, Ramiro, 3335
la mano en prendas del alma.
RAMIRO
Si al buen pagador, señor,
no le duelen prendas, bastan
aquestas para obligarme
a darlas con justa paga, 3340
como en la parte segunda
prometo, si ésta os agrada.