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21

Reitera y sintetiza su postura en sus notas en la edición de las OC, t. 5 2570-2571 n. 4 y 5.

 

22

Fray Bartolomé, 126-127.

 

23

Para las evoluciones históricas que tuvieron las diferentes denominaciones geográficas africanas, cf. «Estudio», 57-79 y 127-144.

 

24

Historia, Lib. III cap. 129; en OC, t. 5 2324-2325; concluye con esta constatación de la inseguridad de aquellas poblaciones, señalada por otras fuentes: «así no viven muy seguros los chicos pueblos desta isla, que es otra plaga que vino sobre ella».

 

25

Cf. p. e., Historia, Lib. I caps. 25.26 y 27. Frías de Albornoz, como su maestro Tomás de Mercado, también tuvo cierta delicadeza tanto para la Corona española como para la portuguesa respecto al trato de los negros, pero sin dejar limpia de toda culpa a la última; postura condenatoria mucho más clara en otros miembros -un poco posteriores- de la Escuela de Salamanca como son Miguel de Palacio o Luis de Molina (cf. A. ESPONERA CERDÁN, «Teoría anti-esclavista de Bartolomé Frías de Albornoz (1573)», publicado en Ética y Teología ante el Nuevo Mundo. Valencia y América. Valencia 1993, 109-110).

 

26

Historia, Lib. III cap. 102; en OC, t. 5 2191.

 

27

Historia, Lib. III cap. 129; en OC, t. 5 2324.

 

28

Me parece que en este libro aparecido en 1995 hace esta presentación demasiado sintéticamente (cf. Fray Bartolomé, 144-146), cuando para mí es una de sus aportaciones más fundamentales al tema.

 

29

Considero insuficiente el análisis que de él hace (cf. Fray Bartolomé, 192-194), pues cuando este tratadista estudia cada una de las tres maneras de hacer esclavos que su maestro Tomás de Mercado entiende justas, llega a la misma conclusión: no encuentra razones que le convenzan de sus dudas al respecto y menos todavía que le hagan aprobarla; pero muy probablemente por sus problemas con la Inquisición, esta impugnación y denuncia suya no tuvieron eco (cf. A. ESPONERA CERDÁN, «Teoría», 93-114).

 

30

En el segundo Apéndice (pp. 205-208) se pregunta acerca de qué habría hecho Las Casas de no haber muerto hasta el siglo XIX, siglo en que fue abolida la esclavitud.

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