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ArribaAbajoII. Manuscritos de autores árabes españoles existentes en Túnez

Por el Dr. Wüstenfeld, en su obra Los historiadores árabes y sus obras2, teníamos noticia de la existencia muy probable en Túnez de manuscritos sumamente importantes para la historia de España, pues que se trata nada menos que de las obras del príncipe de los historiadores árabes-españoles, Aben Hayyan, el Matin y el Almoktabis, las cuales se dicen existentes en la mezquita mayor de Túnez, sin dar detalles que nos hagan comprender si ambas obras existen completas, lo que no es muy probable, atendido á que la primera constaba de 60 tomos y de 10 la segunda, no conociéndose de ambas más que un tomo existente en la Biblioteca de Oxford, del cual hay copia en nuestra Biblioteca nacional.

Muy recientemente, dos ilustres arabistas franceses, MM. O. Houdas y René Basset acaban de publicar el resultado de una   —10→   Misión científica en Túnez3, y nos dan noticia, aunque sucinta, de otros manuscritos árabes de autores españoles, si no tan importantes porque no era posible, poco menos; ya que, si el Dr. Wütenfeld nos dió noticias de la existencia de las obras del príncipe de los historiadores, estos nos la dan del príncipe de los biógrafos y de algún otro que figura en primera línea.

El cordobés Abu Alwalid Abdallah ben Mohammad ben Yuçuf ben Nasar el Azdí, conocido por Aben Alfaridí, puede ser reconocido como el príncipe de los biógrafos españoles: así que el célebre Aben Pascual se propuso á éste como modelo, aspirando solo á que su obra fuese considerada como apéndice de la de Aben Alfaridí, y hasta cierto punto como compendio: pues bien, de este autor existe en Túnez en la Aljama Zeituna un ejemplar de la obra Biografías de los jurisconsultos de Alandalus, que quizá sea la que Aben Pascual llama Historia de los sabios de Alandalus.

No será mucho menor la importancia de otra de las obras de que nos dan noticia los sabios MM. Hondas y René Basset, como existente en la misma mezquita, pues pertenece al conocido escritor Abu Mohammad Alí ben Ahmed ben Çaîd, designado generalmente por la imagen Aben Hazam, de quien se conocían dos obras, aprovechadas grandemente por el difunto M. Dozy, á saber, su Historia ó tratado de las religiones y su Tratado del amor, manuscritos ambos existentes en la Biblioteca de Leyden: pues bien, de éste cita además Hachi Jalifa su imagen Colección de las genealogías, ó sea Genealogías coleccionadas, cuya obra resulta existente en la Mezquita Zeituna de Túnez con el número 118.

En la misma mezquita existen también otras obras españolas que, ó son ejemplares únicos ó poco comunes en las bibliotecas; pues los AA. que tenían á la mano los Catálogos de los manuscritos árabes de la mayor parte de las bibliotecas de Europa, indican casi siempre los puntos donde se encuentran obras iguales   —11→   ó que lo parecen, y de algunos de estos como de una obra de nuestro Aben Aljathib y otra del Xeque Abumran el cordobés, no indican que se encuentren en otras bibliotecas.

Por las circunstancias especiales en que los AA. hicieron su viaje á Túnez, no tuvieron las facilidades que fueran de desear para hacer sus estudios, hasta el punto de que les fué imposible ver bibliotecas, y solo de una consiguieron se les facilitasen ver, los catálogos, de uno de los cuales por estar impreso ya, nada tomaron, pues hubieran tenido que limitarse á esto, no pudiendo ver los manuscritos.

Los expedicionarios de Túnez no limitaron á esta ciudad sus exploraciones literarias, sino que lambien en Kairowan trataron de explorar los manuscritos que pudieran conservarse, habiéndose convencido de que en la gran mezquita nada había de lo que podía suponerse; pero no por eso fueron completamente infructuosas sus investigaciones, pues en poder del Xeque Aben Athun muftí de los Hanefíes, encontraron libros de alguna importancia, si bien ninguno de los españoles parece que se encuentra en este caso.

He querido llamar la atención de la Academia sobre la existencia de tales manuscritos en Túnez porque, si bien hoy quizá nada pudiera hacerse para proporcionarnos copias, aunque contáramos con recursos pecuniarios para ello, es preciso estar apercibidos para el día en que, calmada la agitación de los pueblos musulmanes, pueda con probabilidad de éxito intentarse que nos franqueen sus bibliotecas.

FRANCISCO CODERA.

Madrid 13 de Junio de 1884.