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ArribaAbajoIV. Antigua mezquita en Ávila

Francisco González Rojas


En el número del Boletín de esta Real Academia, correspondiente al mes de junio de 188871, publicáronse por el Sr. Fita unas inscripciones árabes grabadas en dos lápidas que hoy todavía se encuentran formando parta de una pared ó pequeño pretil en la fachada meridional de la parroquia de Santiago en la ciudad de Ávila. Aquellas inscripciones fueron magistralmente interpretadas por el Sr. Saavedra, y como explicación á las mismas transcribió   —208→   el Sr. Fita algunos párrafos del libro de las Grandezas de Ávila del P. Fr. Luis Ariz.

Todavía se ven aquellos pilarcicos labrados en redondo de que habla el P. Ariz, y que, según él, servían de asiento y señal en las sepulturas de los enterramientos árabes, no solamente en la cerca inmediata á Santi Espíritus, á la mano derecha saliendo á la puerta toledana72, sino muy especialmente en otra colocada á la margen del Adaja, al Sur de la población, por bajo de lo que hoy es Hospital Provincial, y se nombra la huerta del Vado. Y además de esto, muy próximo á la parroquia de Santiago, ha parecido, hace pocos años, embutido en los cimientos de una casa, un asiento de piedra de formas árabes, sin respaldo, pero con dos brazos ó pilarcitos, que tienen en sus caras superiores labradas en uno la estrella y en otro la media luna.

Pero además advertíase en el número del Boletín antes citado, que para completar los fragmentos de la inscripción y proceder á nuevos adelantos históricos, importaba no desaprovechar los indicios que daba el P. Ariz diciendo que «el Monasterio de Santa María de Gracia, de Monjas Agustinas, había sido antes iglesia de la vocación de San Justo y Pastor, y muchos años antes Mezquita de Moros. De lo cual dió bastante testimonio una madera que se quitó del antiguo edificio. En la cual decía el año y su ministerio; que computada la Higera73 y año de los Moros, con el que hoy corre, pasará de quinientos»74.

El Sr. Carramolino hablando de esta iglesia dice75: «Era esta la antigua iglesia parroquial de los niños mártires San Justo y Pastor. Es sabido que durante la ocupación de la ciudad por los sarracenos fué mezquita; porque así lo demostró una inscripción arábiga que se hallaba esculpida en la techumbre del antiguo templo, y que se derribó para hacerle de nuevo, y de la cual se deducía una antigüedad de construcción de más de 500 años, lo cual equivale á ser obra del siglo X.»

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No ha sido posible hasta ahora hacer un estudio tan detenido como fuera necesario en el edificio de este convenio, tan célebre en la historia de Ávila y de recuerdos tan gratos, no ya sólo por los precedentes de su fundación, sino por haber servido de morada á mujeres eminentes en virtud y nobleza, entre las cuales figura en primer término el blasón más preciado de la noble ciudad de la vieja Castilla, Santa Teresa de Jesús, que durante dos años recibió de las religiosas santa educación y se afirmó más en el camino de la virtud, del que nunca se apartó completamente, porque siempre la holgaban las pláticas de Dios76, con la buena y santa conversación de Sor María de Briceño, como dice el señor don Vicente de la Fuente en su edición de las obras de la Santa77. Y célebre también por haber sido vicario de este monasterio por algún tiempo Santo Tomás de Villanueva.

Como se ve, tanto el P. Ariz como el Sr. Carramolino dicen que la iglesia del convento de Santa María de Gracia fué mezquita en lo antiguo, y se fundan para decirlo en que la ermita de los niños mártires Justo y Pastor puso en descubierto una madera con caracteres árabes. No creo yo, sin embargo, que este dato aislado sea lo bastante para afirmar la preexistencia de una mezquita; y mucho menos la antigüedad de la iglesia, como lo hace el Sr. Carramolino en el párrafo transcrito; toda vez que si la mezquita y la ermita de los Santos Mártires estuvieron en un mismo edificio, la existencia de aquella se hubiera conocido en algo más que en una sola madera de la techumbre.

Esto hace suponer que la iglesia de los Santos Justo y Pastor fué edificada después de la mezquita, ó por lo menos variada radicalmente; y en variaciones de tal importancia parece lo más natural que los vestigios del antiguo edificio, ó aquellas partes que no han sufrido variación, se conserven, no en la techumbre, sino en la fábrica del mismo, porque si esta se derriba ó varia, puede no conservarse aquella, y por consiguiente, es muy posible que aquella madera fuera traída de alguna otra construcción árabe inmediata, acaso de alguna mezquita.

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Viene á confirmar esta hipótesis el texto de un documento que se conserva en el archivo de este monasterio, y del cual nadie sé que haya hecho mención. Su título es el de Protocolo. En él se contienen algunas noticias interesantes de la historia del convento.

Este códice fué escrito en el año de 1700 por el religioso agustino P. Fr. Miguel Verona, que era por entonces capellán de las monjas, el cual tuvo sin duda á la vista documentos de aquel archivo.

En el cap. II, que trata de lo material del convento, dice así:

«La casa que Jorge de Nágera por su testamento mandó á su esposa Mencía López, junto al convento de S.to Thomás con su güerta y casas acessorias, fue la 1.ª situación donde las hijas del Augustino erigieron monasterio pobre en temporales bienes para Vivir ricas de Virtudes; cuya alaja tan preciosa, por auer sido el Vínculo sobre que fundó la V.ª Sra. Mencía de S.n Augustino tan inmortales memorias, se desapropió el convento de Gracia de ella y (según refieren los P.es Dominicos) se la Vendieron las Religiosas; aunque por un papel que ay en el archivo deste convento cuyo rótulo es: S.º Thomás y tiene en la cubierta esta señal T. parece que no está Vendida esta possesión.

»Porser aquel sitio pues tan des acomodado, así para la asistencia del Capellán y P.es espirituales, que gobernasen sus espíritus, como por lo poco sano del puesto, tomó resolución, (acaso inspirada del cielo) la V.ª S.ra y prelada de aquella casa, donde ya vivían en tan buen espacio de sido, la V.ª Mencía de S. Augustino Priora, de ir comprando casas deVajo del Alcázar de la ciudad, siendo la segunda una, que era la más espaciosa, de un moro que la tenía junto á una hermita de los gloriosos Mártires infantes S. Justo i Pastor. Vírgenes solicitan ser vecinas de estos Mártires de Christo, sí que Una pureza que es casta, con natural propensión siempre apetece al martirio. Y aun parece que san Cipriano contemplaba esta casa quando dijo: que el mayor de los martirios en la gracia permanece.

»Rara mutación de teatro. Habitación gentil de un moro, donde bárbaramente se tributaron por más de 300 años falsos cultos á Maoma, permiten el cielo y nuestra Venerable M.e Fundadora   —211→   que sea el Sancta Sanctorum, y donde hasta el fin del mundo se den á Dios de dia y de noche tan continuas alauanzas; sí que sabe la prouidencia hacer que del veneno que mata se haga triaca que dé la vida.»

Anterior debió ser al año 1508 esta compra de la casa del moro, porque el códice en el mismo capitulo dice.

«Solicitó asimismo la V.e Fundadora con la sancta yglesia cathedral, que le hiciesen sus prebendados donación de la hermita de los gloriosos mártires Justo i Pastor para que tubiese la comunidad (que ya constaba de trece religiosas) donde celebrar los oficios divinos. Negóse por algunos de los capitulares su pretensión, que aunque fueron pocos los votos que negaron como para materias de gracia es forzoso que todos los Vocales la concedan, salió desairada la V.e M.e Mas no por eso desistió la mujer fuerte de la empresa; antes bien el tiempo de dos años, desde el de 1508 asta el de 1510 gastó en captar la venevolencia de todo el cavildo, quien auiéndose juntado en su sala capitular, todos, némine discrepante por su acuerdo cedieron al convento la hermita, con la condición de que los dos S.os mártires los auia de colocar el cavildo en su S.ª Iglesia, como sea executo, que como el beneficio era para la Gracia, no le hico de lleno quien le hizo promediado en sentir de mi gran P.e Aug.º78».

Resulta por lo tanto evidente, según este documento, que en el sitio que hoy ocupa este monasterio de Santa María de Gracia, hubo antes una mezquita, la cual no se dice cuándo dejó de serlo ni cuando fué destruída; y esto viene en primer término á corroborar lo que se decía por el Sr. Saavedra, y á fijar más el interés en este convento, del cual acaso procedan las inscripciones de Santiago, y en segundo lugar, á poner más en duda lo dicho por P. Ariz y el Sr. Carramolino cuando afirman de una manera tan terminante que la iglesia de los Santos Justo y Pastor había sido antes mezquita.

Bien pudo suceder que, derribada la antigua mezquita, fuesen aprovechados parte de sus materiales para construir aquella pequeña   —212→   capilla que, según dice el documento á que antes me he referido, «aun no tenía treinta pies de largo ni doce de ancho».

Y muy posible es que partiendo de este dato, ya algo más esclarecido, de la existencia de una mezquita que ocupó el lugar que ocupa, no la iglesia, sino parte del convento de Nuestra Señora de Gracia, puedan averiguarse con el examen, ya del edificio, ya de documentos á él relativos, datos interesantes para la historia de Ávila, y tal vez la verdadera procedencia de aquellas inscripciones.

Madrid 1.º de Febrero de 1889.

Francisco González Rojas



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