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ArribaAbajoCanto III

El bosque de las Ardeñas




Es el juzgar con tino cosa rara,  1465
y más, de lo distante y de lo oculto;
que si en materia a veces simple y clara,
y que delante vemos y de bulto,
ilusiones que nadie sospechara
sacan de quicio a un pensamiento adulto,  1470
¿qué tiene de difícil o de extraño,
de lejos y entre sombras, el engaño?
   Cumple juzgar con reflexión madura
que a nuestra mente limitada alumbre;
y no, tras una débil conjetura,  1475
dejarnos ir, siguiendo una vislumbre;
cosa que en muchas partes la Escritura
—310→
condena como pésima costumbre,
porque hace a la jineta andar los cascos,
y da a los hombres infinitos chascos.  1480
   Lo cual proviene (como nadie ignora
que haya leído a Condillac y a Locke)
de que el alma, embestida, a cada hora,
de objetos mil, no los ensaya al toque
de una análisis escudriñadora  1485
que todo lo averigüe, observe, toque,
cale, registre, husmee, persiga, atrape,
de manera que nada se le escape.
   Inobservado un mínimo accidente
sucederá que del nivel se aparte  1490
de la razón el hombre que no cuente
con él, o como inútil lo descarte;
a que se agrega este otro inconveniente,
que si a la observación no ayuda el arte
del raciocinio, todo cuanto apaña  1495
la mente, en vez de aprovechar, le daña.
   Al presentarse Astolfo en el palenque,
¿imaginarse puede que resista
aquel garzón pulido, muelle, enclenque,
a un corpulento gigantón? Que embista,  1500
es demasiado ya; que venza, ¿quién que
tenga razón, y sobre todo, vista,
no pensará que en lo imposible toca?
Pues todo el que lo piensa se equivoca.
   Fiaos, pues, de autoridad tan vana;  1505
venga contra este ejemplo, y argumente
y filosofe el sabio hasta mañana.
Hay en la vida una fatal pendiente
en que gravita la razón humana
hacia lo insustancial y lo aparente,  1510
y en la ilusión encuentra su elemento.
Ya basta de sermón; vamos al cuento.
—311→
   Oye el jayán soberbio al arriscado
paladín, y se abrasa en rabia loca,
como quien cree que el ser desvergonzado  1515
es cosa que tan sólo a él le toca
«Acaba, charlatán», dice enfadado;
a su contrario cada cual se aboca;
Astolfo, que otra lanza no tenía,
blande, ya lo sabéis, la de Argalía.  1520
   «Verás cómo te ensarto por la punta,
dice el jayán, menguado lechuguino».
El mismo Astolfo algún desmán barrunta,
y confesara, a lo que yo imagino,
si hacérsele pudiese la pregunta,  1525
que el jayán no iba fuera de camino.
Embiste, empero, denodado, y sólo
a un tiento de la lanza derribólo.
   El que viese a una torre apuntalada
con picos y hachas demoler la base,  1530
y hacer que los puntales que apoyada
la tienen, poco a poco el fuego abrase,
y con súbito estruendo desplomada
el campo henchir de escombros la mirase,
—312→
figurarse pudiera el repentino  1535
fragor con que Grandonio a tierra vino.
   Sonó como un arcón que de armas lleno
desde algún alto mirador cayera.
Mudo ha quedado, y cual de vida ajeno,
el campo todo, cuan extenso era.  1540
Ven rendido en la tierra al sarraceno,
y hubo quien a sus ojos no creyera.
Carlomagno lo mira y lo remira,
y lo tiene por sueño y por mentira.
   Como Grandonio, al ser descabalgado,  1545
cayese por la mano de la rienda,
el ancha grieta que en aquel costado
—313→
le abrió el marqués, una laguna horrenda
hizo de sangre. Asístele un criado,
y en árabe a Mahoma lo encomienda,  1550
pues tanto era profunda aquella herida
que a poco más costárale la vida.
   Campeaba el inglés en muestra ufana,
cuando se ven llegar con regia enseña
dos caballeros de nación pagana.  1555
Feo y de catadura zahareña,
montaba el uno dellos negra alfana,
cuatralba, velocísima, extremeña:
es Felixmarte, rey de los Algarbes,
famoso entre los príncipes alarbes.  1560
—314→
   El otro infante, a la francesa corte
recién venido, Ormundo se nombraba,
joven de blanca tez y bello porte,
cuya estirpe real señoreaba
de la Tartaria lo que mira al norte,  1565
y la Albarrosia y cuanto el Volga lava.
Nada vale el denuedo, nada el arte:
muerden el polvo Ormundo y Felixmarte.
   Pero, mientras la lanza prodigiosa
derriba cuanto encuentra por delante,  1570
y llora Carlomagno y le rebosa
de inesperado júbilo el semblante,
y de tan nueva y tan extraña cosa
estupefacto el vulgo circunstante,
ya enmudecido al noble duque otea,  1575
ya estrepitoso aplaude y victorea;
   Al conde Gano el caso notifica
un paje, que partió como un venablo
a darle cuenta. Galalón replica:
«Si borracho no estás, lléveme el diablo».  1580
—315→
El paje se le afirma y ratifica,
jurando por San Pedro y por San Pablo
que, con sus propios ojos, de la tela
vio sacar a Grandonio en parihuela.
   Tanto que Gano al fin tragó la cosa;  1585
y como se le acuerda que él es Gano,
y materia no cree dificultosa
darle gato por liebre a Carlomano,
resuelve entrar en danza, y a la rosa
o por fas o por nefas echar mano;  1590
cuanto más, que una justa con Astolfo
no era pedir cotufas en el golfo.
   Catorce condes Galalón apresta,
y llévalos a todos de reata;
con gran prosopopeya va a la fiesta,  1595
y de lucir la personilla trata.
Llegado a Carlomagno, le protesta
con voz meliflua y cara mojigata
que haber venido a tales horas siente,
mas que en servicio suyo ha estado ausente.  1600
—316→
   Dudo que Carlos le creyese; empero
atención le prestó benigna y leda.
Gano diputa al duque un mensajero
diciéndole que entre ellos (si no queda
algún otro pagano caballero)  1605
a terminar la justa se proceda;
y que viene tan guapo y tan lucido,
porque hacerle desea honor cumplido.
   «Mira, repuso Astolfo (la paciencia
no era su fuerte), le dirás a Gano  1610
que no hallo entre él y un turco diferencia;
que yo siempre le tuve por pagano,
hombre sin ley, sin alma y sin conciencia;
que venga, y llevará una buena mano;
y que con su privanza y su guapura  1615
le estimo en lo que a un saco de basura».
   Oyendo el conde Gano tanto ultraje,
apela a su genial filosofía;
—317→
finge reír de lo que dice el paje.
«Tiene el inglés gracioso humor, decía,  1620
todo blandura el exterior visaje;
toda el alma rencor y felonía.
Verás, dice entre dientes, casquivano,
si es saco de basura el conde Gano».
   Hincando a su bridón el acicate,  1625
dispara contra Astolfo, cual saeta.
«Pagarásmela, dice, botarate».
Pero el buen Galalón no era profeta.
También Astolfo las espuelas bate,
y los ijares al roano aprieta;  1630
y a Galalón tocando con la lanza,
le hace en el barro hundir la oronda panza.
   ¿Visteis tal vez un figurón de paja,
tirado al cielo, revolver liviano,
y el gesto imperturbable con que baja,  1635
y caído, no mueve pie ni mano?
Pues ninguna o poquísima ventaja
le lleva en el caer al conde Gano.
—318→
A levantarle el bando infiel venía,
mientras Macario al duque arremetía.  1640
   Éste de Galalón era pariente,
y acompañóle al punto en el desaire.
Pinabel, de la misma infame gente,
alzar también las piernas quiso al aire;
satisfízole Astolfo cortésmente,  1645
y echóle a tierra con gentil donaire;
bien que el traidor, después que estuvo abajo,
no mostró agradecer el agasajo.
   Que Astolfo ciertamente el prez alcanza
ya por el campo todo se susurra.  1650
«¿No queda, campeones de Maganza,
dice el inglés, quien a la lid concurra?
Venid, amigos, a probar mi lanza;
venid, que yo os prometo linda zurra».
Esmeril, provocado de este insulto,  1655
sale, y también da en tierra con el bulto.
   Pero Falcón, que a todo está presente,
pensó con una treta alzar la baza;
en apartado sitio, conveniente
a poner en efecto lo que traza,  1660
se hizo a la silla atar bonitamente
con gruesas cuerdas, y volvió a la plaza.
—319→
Astolfo vino sin sospecha, y trajo
la mejor voluntad de echarle abajo.
   Y con la lanza del astil dorado  1665
dióle un golpe tal cual en la cabeza.
Entre caigo y no caigo el amarrado
campeador se tuerce y se endereza,
tanto que el vulgo malicioso ha dado
en el ardid, y a rebullirse empieza,  1670
y a reír y a gritar: «Dale al perjuro;
dale, que está amarrado, dale duro».
   Échale a voces y silbidos fuera;
de que mostró quedar nada contento.
«Venga, dice el inglés, venga el que quiera  1675
que le sacuda el polvo, y al momento
le serviré de la mejor manera;
si no basta una cuerda, traiga ciento;
y átese bien, que con menor fatiga
a un bribón de ese modo se castiga».  1680
   Anselmo de Altarripa, confidente,
primo de Galalón, y paniaguado,
con Ganil de Valclosa, otro valiente
de la misma ralea, ha concertado
que a embestir vaya al duque frente a frente,  1685
y él le acometerá del otro lado.
«Por detrás, dice, yo, tú por delante,
le hemos de hacer que en otro tono cante».
   En tanto, pues, que el paladín lozano
endereza a Ganil su lanza hermosa,  1690
le viene Anselmo por detrás pian piano;
—320→
y cuando Astolfo, hiriendo al de Valclosa,
ir se dejaba el cuerpo tras la mano,
hácele el de Altarripa la forzosa,
dándole en la cerviz con gracia tanta,  1695
que en el suelo de bruces me le planta.
   Piense el que tenga hiel y entendimiento
si los brazos Astolfo pondrá en jarras.
Cual jabalí, cual toro truculento,
cual preso tigre, que saltó las barras,  1700
de un alevoso tiro al sentimiento,
se enfurece, y con dientes, cuernos, garras,
con lo que puede a su ofensor se arroja,
y ni aun verle morir le desenoja;
   Tal o mayor la cólera semeja  1705
de Astolfo, acuchillando a la pandilla.
Vio a Grifón (de quien dicho ya se deja
que le sacó Grandonio de la silla),
y diole de revés en una oreja
tan a sabor, que a grande maravilla  1710
se tuvo no le hubiese el casco hendido;
pero cayó el pobrete sin sentido.
—321→
   Allí es la gresca, allí la barahúnda,
allí el gritar los condes, mata, mata.
Parece que la plaza toda se hunda;  1715
de asesinar al pobre inglés se trata.
Métese Carlomagno entre la tunda,
(que por cierto fue acción poco sensata;
el ser emperador le vino a cuento);
y haciendo relumbrar su espada al viento,  1720
   «Aparta, Astolfo, grita, aparta, Gano;
¿de ese modo mi corte se respeta?
¿no veis que está delante Carlomano?
¿o me tenéis quizá por un trompeta?».
En esto el buen Grifón, que con la mano  1725
la oreja cercenada se sujeta,
se echa a los pies de Carlos, y afligido
dice que Astolfo a sinrazón le ha herido.
   Pero Astolfo, que un áspid está hecho,
sin que el respeto a Carlos fuese parte  1730
a contenerle, clama: «Hoy a despecho
del mundo, vil Grifón, he de matarte.
El corazón te he de sacar del pecho;
y aún no es, cual tú mereces, castigarte».
Grifón le dice: «En poco te estimara,  1735
si lejos de este sitio te encontrara;
   «Mas callo, porque el amo está delante
no por ti, que sabemos bien lo que eres».
«¡Desvergonzado malandrín! ¡bergante!
repuso Astolfo, ¡voto a Dios que hoy mueres!».  1740
Carlomagno, inmutado en el semblante,
—322→
«¿Donde yo estoy, le dice, tal profieres?
Si urbanidad no sabes, ¡vive el cielo!
la aprendas a tu costa, bellacuelo».
   Pero Astolfo no ve, no oye, no siente;  1745
antes se arroja con violencia extrema
a cuanto magancés está presente,
cada vez más frenético en su tema.
En esto asoma Anselmo, aquel valiente
que fraguó la villana estratagema.  1750
Astolfo, al verle, brinca, cual manchada
onza, y tírale al pecho una estocada.
   Y le horadara como blanda pulpa,
si a punto el rey del brazo no le asiera.
Todos ahora al duque echan la culpa;  1755
Carlomagno mandó que preso fuera.
Llevado es el mezquino a do le esculpa
un cincel doloroso en la mollera;
que es propio fuero de Fortuna aleve
que uno merezca el prez y otro lo lleve.  1760
—323→
   Aquella rosa de valor divino
que con tanto peligro fue buscada,
por quien tanto barón a tierra vino,
y tanta noble lanza fue quebrada,
no a Ricarte se dio, no a Serpentino,  1765
no a Urgel fue, no a Oliveros otorgada,
ni a tantos otros de gallarda prueba;
y Anselmo de Altarripa se la lleva;
   ¡Aquel traidor Anselmo de Altarripa
de magancesa estirpe, atroz, villana!  1770
¡Oh ilusión que tan tarde se disipa,
loor, aplauso, admiración humana!
¡Cuán necio aquel que por ganaros hipa
y si os alcanza al fin, ¡cuán poco gana
Dígalo el noble paladín que ahora  1775
en una torre aprisionado llora.
   Mas consolarse pudo bien, pensando
cuánto más grave pena ha dado el cielo
a Ferraguto, a Montalbán y Orlando,
que atormentados de febril anhelo  1780
errantes por el mundo van, tirando
amor a todos tres de un mismo anzuelo.
A las Ardeñas cada cual dirige
su curso; mas diversa senda elige.
—324→
   Primero el paladín Reinaldos llega,  1785
y por el verde yermo se aventura.
Atravesando una escondida vega
por una selva entró de gran frescura,
poblada de altos árboles, que riega,
serpeando entre guijas, onda pura,  1790
que al fin en un estanque duerme mansa,
y fatigada de correr, descansa.
   Era el brocal de cándido y pulido
mármol, labrado de sutil relieve,
do el cincel los amores ha esculpido  1795
de Iseo y de Tristán en punto breve.
Y bajo signo tal fue constrüido,
que si un amante de sus aguas bebe,
lo que ama olvida; dije mal, con presta
mudanza lo aborrece y lo detesta.  1800
   Merlín se dice haberlo fabricado,
porque Tristán, que de la bella Iseo
andaba locamente enamorado,
bebiendo allí, su abrasador deseo
—325→
trocase en aversión. ¡Vano cuidado!  1805
Por más que en vagoroso devaneo
tanta parte del mundo visitara,
no quiso Amor que por allí pasara.
   Reinaldo hacia el estanque el paso mueve,
casi rendido a la calor ingrata,  1810
desmonta; y viendo aquel licor aleve,
puro a la vista como tersa plata,
abrasado de sed se inclina y bebe,
y la sed y el amor a un tiempo mata;
a la inquietud, al ansia furibunda,  1815
fría calma sucede y paz profunda.
   El mirar que en el alma trajo impreso
se le borró; la célica hermosura
que en cien lazadas le ha tenido preso,
mentirosa ilusión se le figura;  1820
y empieza a discurrir con grave seso
en la majadería y la locura
de andar un hombre así de ceca en meca
tras una mujercilla, hecho un babieca.
   Aquel bello semblante ya no es bello:  1825
la boca era un coral, ya es otra cosa;
ya no hay oro de Ofir en el cabello,
ni en las mejillas azucena y rosa;
Reinaldos finalmente cayó en ello;
encuentra ser la que adoraba diosa  1830
una mujer no más. ¡Tirana suerte!
A la que idolatraba odia de muerte.
—326→
   En conclusión, Reinaldos resolvía
dar a París la vuelta en derechura;
y en esto vio otra fuente que corría  1835
con apacibles ondas, tersa y pura.
Cuantas abril pintadas flores cría,
esmaltan de su margen la verdura:
un olmo erguido, un arrayán, un boldo
a jazmines y lirios hacen toldo.  1840
   Esta fuente Merlín de otra manera
encantó: el que en su linfa el labio pone,
a la persona que ha de ver primera
de opuesto sexo, es fuerza se aficione,
y dulcemente esclavizado, entera  1845
la voluntad le rinda y le abandone.
Reinaldos no hace caso de esta fuente,
que ya en otra templó la sed ardiente.
   Mas del silencio y del frescor sabroso
de aquella verde selva convidado,  1850
a Bayardo dejando el oloroso
trébol pacer de un solitario prado,
a gozar un momento de reposo
reclínase; y apenas ha cerrado
—327→
los ojos, la Fortuna (que se niega  1855
al que la busca, y si la esquivan, ruega).
   Lo que Reinaldos ya no le pedía,
ahora por lo mismo le depara;
aquella por quien antes se moría,
aquella, que tan ciego le arrastrara,  1860
hacia el paraje en que el barón dormía
viene derecha, y junto al agua para
que amor infunde, y junto al joven bravo.
Al asno muerto la cebada al rabo.
   La dama arrienda al olmo su rocino,  1865
y aplícase a los labios una caña,
con que el licor sorbiendo cristalino
que los sentidos dulcemente engaña,
muy otra se sintió de lo que vino,
—328→
merced al gran profeta de Bretaña;  1870
y, visto el adormido caballero,
harto más calorosa que primero.
   Al verle reposar tan blandamente
sobre la fresca florecida cama,
parécele sentir un clavo ardiente  1875
que el pecho enciende en repentina llama.
Aquel rostro dormido, aquella frente
bella y serena, un no sé qué derrama
que suspensa la tiene y embebida
con todos los sentidos, alma y vida.  1880
   Tal en la selva un can de buena raza,
que en seguimiento va de liebre o ave
(y es de las cosas que Natura traza
cuya causa no pienso que se sabe),
si de pronto la ve, no le da caza,  1885
mas, cual si allí la vida se le acabe,
queda improvisamente mudo y quieto,
fijos los ojos en aquel objeto.
   Con rostro está, de un ansia intensa lleno,
ante el barón la bella peregrina;  1890
luego a coger por el distrito ameno
—329→
flores que echarle, acá y allá se inclina;
ora en puntillas, palpitando el seno,
suspenso el respirar, se le avecina;
ora hacia atrás cobarde el paso mueve;  1895
quisiera despertarle, y no se atreve.
   Después que una hora larga ha reposado
el joven paladín en la floresta,
recuerda; ve la damisela al lado,
y extrañamente el verla le molesta.  1900
Ella le saludó con mucho agrado,
y él no sólo al saludo no contesta,
mas, como si un vestiglo allí mirase,
apresuradamente monta y vase.
   Como era natural con tanta priesa,  1905
tomó de todos el peor sendero.
Seguíale de lejos la princesa
diciendo: «Para, para, caballero;
escúchame un instante». Mas no cesa
—330→
Reinaldos de romper con su ligero  1910
Bayardo por el bosque, y así para,
como si el diablo mismo le llamara;
   Mientras siguiendo esotra al que lejano
casi se pierde en el ramaje umbrío
clamaba: «¿Por qué huyes, inhumano?  1915
¿Qué causa he dado a tan crüel desvío?
¿Qué significa ese desdén tirano?
Amor a ti me arrastra, dueño mío;
y si te sigo ahora, y si te llamo,
porque te adoro es, y porque te amo.  1920
   «Te sigo amante, y tú de mí te alejas,
y aun el darme un adiós te es cosa dura.
¿Te importuna el acento de las quejas?
¿Te es ofensa una cándida ternura?
Vuelve, y mira a lo menos lo que dejas;  1925
que no es, no, tan horrible mi figura;
ni suele ser mi edad menospreciada,
sino con rendimientos halagada.
   «¡Ah! no vayas (que el verlo me da espanto),
no vayas por tan áspero sendero,  1930
que si el hüir de mí te obliga a tanto,
dar otro paso en pos de ti no quiero.
¡Desgraciada! mis voces y mi llanto
—331→
¿a quién derramo así? ¿qué más espero?
Huyó; se lleva el viento mis querellas;  1935
y van mi vida y mi esperanza en ellas».
   Así sembraba mísero lamento,
que se repite en eco dolorido,
y hasta las fieras mueve a sentimiento,
mas no aquel corazón empedernido.  1940
Confuso más y más cada momento
se oye en el bosque el cuádruple sonido,
y cuando al cabo en la distancia expira,
con doble pena Angélica suspira.
   «¿Conque el afecto, exclama, cariñoso  1945
que en París me mostraste, era falsía?
¿Pude pensar que en cuerpo tan hermoso
un corazón desamorado había?
¿Qué pecho hay tan arisco que piadoso
no fuese a una pasión como la mía?  1950
¿O cuál se vio tan intratable fiera
a quien más el halago embraveciera?
—332→
   «¿Qué te costaba concederme, ingrato,
una palabra sola, e irte luego?
Que el placer de tu vista, un breve rato  1955
templado hubiera este importuno fuego.
Mas ¡ay! quedó en mi pecho tu retrato,
enemigo mortal de mi sosiego;
cebo de una pasión que nada calma,
porque borrarla es imposible a el alma».  1960
   Diciendo así, los bellos miembros echa
sobre la verde yerba; ayes arroja;
suspira, y suspirar no le aprovecha,
el impío dolor ni un punto afloja.
—333→
Ahora calla, ahora se despecha,  1965
y de copioso llanto el suelo moja.
Mas a la grave cuita que padece
se siente al fin rendida, y se adormece.
   Descanse enhorabuena el angelito.
¿No será bien os hable de Gradaso,  1970
que acaudillando ejército infinito
las regiones devasta del Ocaso?
Dejarémosle estar otro poquito,
que ya se nos vendrá más que de paso.
A Ferraguto es menester se vuelva,  1975
que viene echando chispas por la selva.
   Está el moro de cólera, que brama,
y enamorado está, que se derrite;
ira le enciende, y sopla amor la llama;
y por el mundo no dará un ardite,  1980
sino acierta a topar la esquiva dama,
que jugar le parece al escondite,
o no topa a lo menos al hermano
para enseñarle a ser más cortesano.
—334→
   Pues como en la espesura entrar le place  1985
y por lo más tupido da una vuelta,
ve que a la sombra un caballero yace;
es Argalía, y duerme a pierna suelta.
Al ver que atado su caballo pace,
desmonta, arrienda el suyo, al otro suelta  1990
y con un palo dándole en las ancas
le hace volar por riscos y barrancas.
   Ansioso de volver a la pelea,
a despertar al joven se encamina;
mas parecióle acción grosera y fea;  1995
aguardar que él despierte determina;
mira abajo y arriba, se pasea;
ora se sienta y ora se reclina;
al diablo daba aquel dormir tan largo,
que a su justa venganza pone embargo.  2000
   Recordando por fin el caballero,
halla que Rabicán tomó el portante,
y andar le es fuerza a pie, como un palmero;
con que se puso de asaz mal talante.
«Aquí estoy yo, le dice el altanero  2005
Ferraguto parándose delante;
hoy uno de nosotros aquí muere;
mi caballo será del que venciere.
   Yo el tuyo, si lo ignoras, he soltado
por impedirte que a la fuga apeles.  2010
Anduviste conmigo malcriado;
mas otra no me harás de las que sueles;
ahora que la tierra te he cerrado,
es menester que por el aire vueles.
¡Ánimo, pues! resiste al brazo mío;  2015
que está en el pecho, no en la espalda, el brío».
—335→
   En voz alta el mancebo y faz serena
responde: «Es por demás que te conteste
si aquélla fué crianza mala o buena,
porque no es tiempo de argumentos éste.  2020
Sólo diré que tú, ni una docena
de Ferragutos, ni una entera hueste,
hüir me hiciera, y que si pude hacello,
fue por tener mi hermana gusto en ello.
   «Y el que con lengua diga zafia y tosca  2025
que temí, mentirá por el gargüero».
A Ferraguto le picó la mosca;
como pintada sierpe que a un ligero
tiento de incauto pie se desenrosca
y acomete, silbando, al pasajero,  2030
así furioso el español se lanza
al Argalí, sediento de venganza.
   Ni el otro en el furor le cede nada.
Trábase pavorosa batahola,
y del estruendo horrísono asustada,  2035
se estremece la selva opaca y sola.
—336→
Sabiendo el Argalía que a su espada
es Ferraguto invulnerable, alzóla;
ya que sacarle sangre es vano intento,
privarle imaginó de sentimiento.  2040
   Sobre el testuz le esgrime un altibajo;
mas entendióle Ferragú la traza;
súbito se le cuela por debajo,
y entre sus brazos al contrario enlaza.
Tiene Argalí para el marcial trabajo  2045
más firme el pulso, y con más fuerza abraza;
pero destreza tuvo el moro mucha,
y un tanto más experto fue a la lucha.
   No es mucho, pues, que al del Catay postrara;
bien que bregando el vigoroso infante  2050
encima se le monta, y en la cara
golpes le da con el ferrado guante.
Mas otra ofensa a Ferragú prepara;
—337→
empuñando la daga rutilante,
por un oculto ojal del coselete  2055
hasta los gavilanes se la mete.
   Brota de rojo humor copiosa fuente,
y la forma gentil se desmadeja,
como lacia se dobla tristemente
una flor que al pasar tronchó la reja.  2060
Con apagada voz y balbuciente,
como a quien ya mortal angustia aqueja,
«Un solo don, decía, pues que muero,
te pido me concedas, caballero.
   «Ruégote por tu mérito excelente  2065
y a fuero de leal caballería
que a un hondo río arrojes juntamente
este mi cuerpo y la armadura mía;
no sea que al mirarla alguno afrente
mi nombre y fama, y diga acaso un día:  2070
Ruin caballero es fuerza que haya sido
el que con estas armas fue vencido».
   El yelmo Ferragú le suelta y quita,
tornada en compasión la furia brava,
y ve en los ojos y en la tez marchita  2075
que el aliento de vida se le acaba.
Vanamente la sangre solicita
restañar, que las ricas armas lava;
en sus brazos apoya al infelice,
—338→
ya cercano a expirar, y así le dice:  2080
   «¡Desventurado joven y dichoso
en tan temprana y tan honrosa muerte!
La alegre vida en el albor hermoso
de juventud te arrebató la Suerte.
Pero renombre dejarás famoso  2085
de cortés caballero, osado y fuerte.
¡Ay! a quien da Fortuna edad más larga,
suele enojosa hacérsela y amarga.
   «Y pues ya estás en sosegado abrigo,
y miras la tormenta desde el puerto,  2090
generoso perdona, si contigo
loco de amor, he peleado a tuerto.
Al grande Alá poniendo por testigo,
del triste don que pides te hago cierto;
tu yelmo, si te place, solamente  2095
reservaré, para cubrir mi frente.
—339→
   «Préstame el uso de esta sola pieza,
mientras que de otra a proveerme llego».
Inclinóse la pálida cabeza,
como dando a entender que accede al ruego.  2100
Oculto el español en la maleza
se estuvo hasta expirar el mozo, y luego
lo prometido a ejecutar se apronta,
y en su corcel con el cadáver monta.
   Habiéndose a la frente acomodado,  2105
separada la espléndida cimera,
aquel yelmo fatal, que destinado
a un porvenir más venturoso fuera,
lleva con lentos pasos el helado
cuerpo de un ancho río a la ribera,  2110
y do más honda y rauda es la corriente,
suelta la infausta carga blandamente.
—340→
   Un rato el agua se quedó mirando,
y luego por la selva solitaria
pensativo se fue, mientras Orlando  2115
cruzaba el yermo en dirección contraria.
En busca de la dama jadeando
llegaba el conde, y plugo a la voltaria
Fortuna, o fuese el diablo, que la viera;
para hacerle tal vez la burla entera.  2120
   Profundamente Angélica dormía,
jugando el viento en el brïal de seda;
rosas el campo alrededor abría,
y susurraba amores la arboleda.
Al verla Orlando, ¿qué pensáis que haría?  2125
Embebecido, estupefacto queda,
la boca abierta, la mirada fatua;
más que hombre vivo, inanimada estatua.
   Tal el que inspira el hálito que el cielo
por arma, infecta boa, darte quiso,  2130
torpe la vista y turbio el cerebelo,
enajenado queda de improviso.
«¿Qué es esto?, dice el conde medio lelo,
¿es la vida mortal? ¿o el paraíso?
¿es de mi caro dueño aérea copia  2135
con que me engaña Amor? ¿o es ella propia?».
—341→
   Pasándosela en éstas y otras flores,
se echa a tierra a mirarla el necio amante.
En batallas más ducho que en amores,
ignoraba, bisoño cortejante,  2140
ser doctrina común de los doctores
que el que ve la ocasión y en el instante
no la agarró de la fugaz guedeja,
se tira luego de una y otra oreja.
   Ferraguto, que viene cabalgando  2145
por aquella mismísima ladera,
mira, mas no conoce al conde Orlando,
que sin divisa estaba y con visera.
Maravillóse; mayormente cuando
reparó en la dormida compañera;  2150
quién ella sea un breve instante duda;
luego horrorosamente se demuda.
   Pensando que a guardarla atendería
aquel desconocido, en altaneras
y descompuestas voces prorrumpía,  2155
y dícele de buenas a primeras:
«Esa dama no es tuya, sino mía,
y serte ha sano que dejarla quieras;
donde no, vida y dama todo junto
has de dejar en este mismo punto».  2160
   Hacia el recién venido alzó la testa
Orlando, y le responde algo mohino:
«Tengamos, camarada, en paz la fiesta;
ve, por amor de Dios, ve tu camino.
¿De dónde sabes tú qué dama es ésta?  2165
—342→
Naturalmente yo a la paz me inclino;
pero, si he de decirte lo que siento,
no me pareces hombre de talento».
   El español, que luego se mosquea,
«¡Hola!, le respondió, ¿conque al acero  2170
quieres que apele? Bien que no se vea
señal en ti de noble caballero,
de igual a igual la competencia sea;
fácilmente, ladrón, probarte espero
que es el contradecirme empeño vano».  2175
Y esto dicho, a la espada puso mano.
   Salta con vista entonces fulminante
el conde, que un volcán de furias era.
«Yo soy Roldán», poniéndose delante
dice, y alzando a un tiempo la visera.  2180
Hácele extraños visos el semblante;
catadura jamás se vio tan fiera.
Ferraguto quedó medio aturdido;
pero tomó al instante su partido.
   Con acento responde resoluto:  2185
«No piense hombre mortal que me intimida;
—343→
si Roldán eres tú, yo Ferraguto;
a espada al punto el pleito se decida».
Monta Roldán en su alentado bruto,
y se juega en efecto la partida  2190
de igual a igual, pues tienen al acero
ambos a dos impenetrable el cuero.
   Al espantoso estrépito despierta
la dama, y viendo, como claro veía,
que era por causa suya la reyerta,  2195
huye despavorida y medio muerta,
por do sus pasos la Fortuna guía.
Y no hubo andado bien medio minuto,
y que las costas ella pagaría,
notan su fuga Orlando y Ferraguto.  2200
   «Distante va, no hay hoja que rebulla
(el conde dijo, echando atrás la espada).
En vano el uno al otro se magulla,
cuando el vencer no ha de valernos nada;
que en dejar que nos plante y se escabulla  2205
perdemos uno y otro la parada.
—344→
Si una amorosa súplica te obliga,
permíteme, te ruego, que la siga».
   Con risa amarga y mal disimulado
enojo dice el español adusto:  2210
«Ciertamente que es raro el desenfado
con que de mí dispones a tu gusto.
Hubiérasme a lo menos convidado
a seguir la batida; pero ¿es justo
que uno deje la res y otro la corra?  2215
Pelea, conde, y súplicas ahorra.
   «De paces ni de treguas no se trate,
que si eres duro tú, yo no soy blando».
«Pardiez que es un solemne disparate
argumentar contigo», exclama Orlando.  2220
Con doble furia trábase el combate,
y finalizará Dios sabe cuándo.
Mas al canto siguiente se difiera,
que nuevo asunto y grande nos espera.

  —345→     -[309]-  

1465-1477:



Es el juzgar difícil cosa y rara,
y más, de lo distante y de lo oculto;
que si es tan corto nuestro alcance, aun para
lo que el sentido externo ve de bulto,

V y en la materia más sencilla y clara
prestigios hay que a un pensamiento adulto
ofuscan, cuanto menos, será extraño,
de lejos y entre sombras, el engaño.
Debe a los juicios preceder madura

X meditación, que a nuestra mente alumbre,
y no por una vana conjetura
dejarnos ir en pos de una vislumbre;
cosas que en mil lugares la Escritura

1463:



y que el sentido externo ve de bulto

C:



hacen torcer el pensamiento adulto

vi



suelen turbar a un pensamiento adulto

xiii



cosa que en varias partes la Escritura

  -[310]-  

1483:



de que el alma, cercada, a toda hora

1488:



de manera que nadie se le escape

1490:



sucederá que de la ley se aparte

1508-1511 B y C:



Asunto no hay tan llano y tan patente
en que no dé traspiés la mente humana,
y no resbale, y no se desoriente,
y no caiga en error cada momento.

  -[311]-  

1513-1521:



Oyendo el tal Grandonio al arriscado
paladín, se abrasaba en rabia loca;
porque piensa el ser desvergonzado
es cosa que tan sólo a él le toca.

V «Responde charlatán», responde airado;
y a su contrario cada cual se aboca,
llevando Astolfo que otra no tenía
la lanza que os he dicho de Argalía.
«Verás cómo te ensarto con la punta,

ii-iii



competidor, se abrasa en rabia loca;


campeón, y se abrasa en rabia loca;
figúrase que el ser desvergonzado

viii



blandiendo Astolfo que otra no tenía,
la susodicha lanza de Argalía.

1520 C:



blande como sabéis la de Argalía.

1526:



que el jayán no va fuera de camino.

1531-1532 B y C:



y a los puntales en que está apoyada
seguidamente hacer que el fuego abrase,

C:



y hacer que los puntales que apoyada
la tienen, mientras tanto el fuego abrase

  -[312]-  

1535:



imaginar, pudiera el repentino

1537-1544:



Sonó como un arcón que de armas lleno
desde algún alto mirador cayera,
y si al caer no desfondó el terreno
hizo que en derredor se estremeciera.

V Hay quien ve derribado al sarraceno
y aún duda si es verdad o si es quimera.
Carlomagno lo mira y lo remira
y lo tiene por sueño y por mentira.

iii-vi



Mudo quedó, cual si de vida ajeno
el campo todo, cuan extenso era
de todo cristiano y agareno
un estupor profundo se apodera


un silencioso pasmo se apodera


ven tendido al gigante sarraceno,
y aún dudan si es verdad o si es quimera


tendido yace el fiero sarraceno,


tendido ven al fiero sarraceno
y hubo quien a sus ojos no creyera.

1538-1539 C:



desde un alto mirador cayera.
Mudo quedó, cual si de vida ajeno,
Mudo ha quedado, si de vida ajeno,
Mudo ha quedado, cual de vida ajeno,
Mudo ha quedado o cual de vida ajeno,

1541 C:



Tendido ven al fiero sarraceno,
Tendido ven al bravo sarraceno,

1545-1552:



Como aquel baladrón fue trabucado
(que lo fue por la mano de la rienda)
se abrió la herida que en aquel costado [313]
-[313]-
le dio el marqués, y una laguna horrenda

V hizo de sangre: asístele un crïado,
y en árabe a Mahoma lo encomienda
pues tanto rojo humor la herida vierte
que se creyó a las puertas de la muerte.

i



Cuando fue el baladrón a tierra echado

  -[313]-  

iv



le abrió Oliveros, bocanada horrenda

vii-viii



pues profunda la herida era de suerte
que le puso a las puertas de la muerte


tanto rojo humor vertió la herida


profunda de manera fue la herida



Cuando Grandonio al suelo fue arrojado
(que lo fue por la mano de la rienda)
por la honda grieta que en aquel costado
abriérale Oliveros copia horrenda

Va brotó de sangre. Asístele un crïado
y en árabe a Mahoma lo encomienda
pues era tan profunda aquella herida,
que, a un punto más quitárale la vida.

1553-1560:



Campeaba el inglés en muestra ufana;
y apenas de sí mismo lo creía.
Dos caballeros de nación pagana
en el palenque a la sazón había.

V Ambos eran de estirpe soberana:
Giafarte el uno de ellos se decía;
y su padre, famoso entre los reyes
de ultramar, a la Arabia daba leyes.



Campeaba el inglés en muestra ufana
cuando se ven llegar con regia enseña
dos caballeros de nación pagana
de cara el uno fosca y zahareña.
Felixmarte le nombran: negra alfana
cabalga, velocísima, extremeña;
era hijo del rey de los Algarbes,
famoso entre los príncipes alarbes.

  -[314]-  

1562-1563:



recién venido, Ormundo se llamaba,
lindo mancebo y de gallardo porte

1567-1568:



Uno tras otro embiste al de Inglaterra
de sendos golpes van los dos a tierra
Prueban los dos; y en menos de un segundo
tras Felixmarte, es derribado Ormundo.
De nada sirven el valor y el arte:
al suelo van Ormundo y Felixmarte.

1568 C:



trabuca Ormundo en pos de Felixmarte.

1569-1584:



Pero mientras el asta prodigiosa
derriba cuanto encuentra por delante,
y de tan nueva y tan extraña cosa
admirada la plebe circunstante

V no sabe qué pensar, y le rebosa
al duque el regocijo en el semblante
y por el ancho circo se pasea
y todo el mundo aplaude y victorea;
Al conde Gano el caso notifica
-[315]-

X un paje, que salió como un venablo,
a darle cuenta. El conde le replica:
«Así es verdad, como me lleva el diablo».
El paje le protesta y ratifica,
jurando, por San Pedro y por San Pablo

XV que ayuno está, que vio a Grandonio en tierra,
y le ha vencido Astolfo de Inglaterra.

viii-ix



y la turba le aclama y victorea;
Al conde Gano un paje notifica

C:



«Si borracho no estás, me lleve el diablo»

  -[316]-  

xii



«Quiero que si es verdad me lleve el diablo»

1586 C:



y como se le ocurre que él es Gano

1588-1591:



a dar gato por liebre a Carlomano,
resuelve entrar en danza, y que la rosa
por nefas o por fas venga a su mano;
pues ir a derribar al duque Astolfo
porque descabalgar al duque Astolfo
que, al fin, descabalgar al duque Astolfo
cuanto más, que vencer al duque Astolfo
tanto más, que una justa con Astolfo

1598:



con catadura humilde y mojigata

  -[316]-  

1601-1608:



Dudo que Carlos le creyera; empero
con cara le escuchó benigna y leda.
Gano diputa al conde sin mensajero,
mandándole decir que si no queda

V ningún otro pagano caballero
la justa entre ellos dos cerrarse pueda
y que si tan guapo ha conducido
es porque quiere hacerle honor cumplido.

i-iii



No afirmaré que Carlos le creyera
si bien con mucho agrado le veía.
Con frente...

1609-1616:



«Mira, responde Astolfo (la paciencia
no era su fuerte) le dirás a Gano
que dél a un turco no hago diferencia;
que yo siempre le tuve por pagano

V y por hombre sin alma y sin conciencia;
que venga y llevará una buena mano;
y que le estimo a él y a su guapura
lo mismo que a un saco de basura».

iii C:



que no hay entre él y un turco diferencia;

1617-1624:



Gano, al oír tan descortés lenguaje,
mostró su natural filosofía
-[317]-
finge reír de lo que dice el paje,
como que a burla o chanza lo tenía;

V todo blandura al exterior visaje,
toda el alma rencor y villanía.
«Verás, dice entre dientes, casquivano,
si es saco de basura el conde Gano».

i B y C:



Oyendo Gano tan civil mensaje

i-ii C:



Oyendo el conde Gano este mensaje


Oyendo nuestro conde tanto ultraje,
muestra su natural filosofía:

  -[317]-  

iv-vEstos versos figuran también en el manuscrito C.

1625-1632:



Hinca a su buen bridón el acicate,
y contra Astolfo parte, cual saeta.
«Pagarásmela, dice, botarate».
Pero el buen Galalón no era profeta.

V Parte así mismo el ánglico magnate
que espuelas ambas al roano aprieta,
y a Galalón tocando con la lanza
le hace en el barro hundir la oronda panza.

iii



«Le haré rodar, decía, por el prado».

v-vi



Astolfo con garboso desenfado
ambos talones al roano aprieta,


y los ijares al roano aprieta,


y las rodillas al roano aprieta,

viii



sobre la tierra la hace dar [de panza]


le hace luego en el barro hundir la panza,

1635:



y de brazos arqueado y piernas, baja

  -[318]-  

1642:



y acompañóle luego en el desaire

1647:



bien que el traidor, después que vino abajo,

1649-1654:



Ya el duque ciertamente el prez alcanza
¿qué contratiempo es dable que le ocurra?
«Campeones, decía, de Maganza
¿ninguno queda que a la lid concurra?

V Venid, amigos, a probar mi lanza
Venid, que quiero daros una zurra».
Venid que quiero terminar [la] zurra».

1657-1662:



Pero Falcón temiendo otro accidente
pensó con una treta alzar la baza;
en apartado sitio, ocultamente
se hace al corcel atar y va a la plaza.



de ambos arzones cautelosamente
hácese atar, y vuelve ya a la plaza



con gruesas cuerdas cautelosamente
se hace atar, y va a la plaza

  -[319]-  

1666:



le dio un famoso golpe en la cabeza;
le dio un famoso oste en la cabeza;

1668-1669:



campeador se inclina y se endereza
hasta que el vulgo malicioso ha dado

1675:



«Salga, dice el inglés, salga el que quiera

1677:



será servido de gentil manera

1680:



de ese modo a un bellaco se castiga».

1691:



le viene el otro por detrás pian piano;

  -[320]-  

1694 B y C:



hácele el conde Anselmo la forzosa,

1699-1703:



Cual jabalí, cual toro, cual violento
tigre o león, que salta por las barras,
del alevoso tiro al sentimiento,
y con diente, con cuernos o con garras
embiste al ofensor, sobre él se arroja

1706:



de Astolfo, arremetiendo a la pandilla

1707 B y C:



a Grifón (de quien dicho ya se deja

C:



ve a Grifón (de quien dicho ya se deja

1709-1712:



halló delante, y diole en una oreja
un revés, que se tuvo a maravilla
no le pasase hasta la banda opuesta;
pero en el polvo le hizo hundir la testa.

B y C:



encontró acaso y diole en una oreja
un revés, que se tuvo a maravilla,
no le pasase hasta el opuesto lado
mas hízole caer desacordado.

C:



y diole de revés en una oreja
de modo tal, que a todos maravilla
no le hubiese la frente rebanado;
mas hízole caer desatentado

1710 C:



tan a sabor, que a todos maravilla

  -[321]-  

1716:



de hacer al duque salpicón se trata
de dar la muerte al paladín se trata

1718:



(que fue por cierto acción poco sensata;

1725-1728:



Grifón que al mismo tiempo, que la mano
sobre la oreja trae, que casi neta
le tronchó el duque en lágrimas bañado
dice que Astolfo le ha desorejado

1730-1731:



sin que respeto alguno fuese parte
a contenerle, grita: «Hoy a despecho

1739-1741:



dícele Astolfo: «¡Pícaro! bergante,
«¡Pícaro!, el duque respondió, bergante
-[322]-
«¡Pícaro!, el duque interrumpió, bergante
¡Voto a... (redondo lo arrojó), que hoy mueres!».
Carlomagno, alterado en el semblante,

1740 B y C:



responde Astolfo, «¡voto a Dios que hoy mueres!».

1745-1752:



Pero Astolfo no ve, no oye, no siente;
antes creyendo que razón tenía,
como la tuvo verdaderamente,
a Falcón y a Macario desafía.

V En esto asoma Anselmo, aquel valiente
que le hizo la villana fechoría.
Astolfo al verle, brinca, cual manchada
onza, y le tira al pecho una estocada.

iii-iv



a cuanto hay de Maganza allí presente,
a Grifón y a Macario desafía.

vi



que por detrás acometido había

1746-1748 C:



antes creyendo que razón tenía,
como la tuvo verdaderamente
a Grifón y a Maganza desafía.

1750 B y C:



que le hizo la villana felonía

1753-1757:



Y lo pasara como blanda pulpa
si Carlomano el brazo no le asiera.
Todos ahora al duque dan la culpa;
mandó el emperador que preso fuera;
y llevado es el triste a do le esculpa

1759 B y C:



que es propia ley de la Fortuna aleve

  -[323]-  

1765-1766:



ni a Ricarte se dio, ni a Serpentino,
ni a Urgel fue, ni a Oliveros otorgada,

1772:



gloria, loor, aprobación humana!

C:



gloria, loor, aclamación humana!

1774-1779:



y si os llega a tener qué poco gana
dígalo el bravo paladín que ahora
injustamente aprisionado llora.
Mas consolarse deberá pensando

V en cuanto mayor pena y mayor duelo
Reinaldos vive, y Ferragú y Orlando
atormentados de amoroso anhelo.

vi



el buen Reinaldo, a Ferraguto, a Orlando

vii C:



que atormentados de ardoroso anhelo

1783-1784:



de Ardeñas a la selva se dirigen
y sendas cada cual diversa eligen.
de Ardeñas a la selva se dirige
cada cual, mas diversa senda elige.

  -[324]-  

1785-1794:



Primeramente el buen Reinaldos llega,
y se interna veloz en la espesura.
Atravesando florecida vega
por una selva entró densa y oscura,

V a que los corpulentos troncos riega
saltando entre peñascos onda pura
que en un estanque a recogerse viene
a que la tierra toda igual no tiene.
Es el brocal de cándido y pulido

X alabastro blanco, que adorna alto relieve

ii



y se embosca anheloso en la espesura

iv-viii



por una selva entró frondosa, oscura,
cuyos agigantados troncos riega
retozando entre guijas onda pura,
que en un hermoso estanque se adormece
y fatigada descansar parece

ii-viii C:



y se embosca anhelante en la espesura;
atravesaba una escondida vega
matizada de flores y verdura
a que los troncos y los tallos riega


llena de hermosos árboles que riega,
serpeando entre guijas, onda pura
que en un vecino estanque se adormece,
y fatigada descansar parece.



1801:



Dicen que por Merlín fue fabricado

1803-1808:



perdidamente andaba enamorado
en aversión cambiase allí el deseo.
-[325]-
Pero el cielo no quiso que el cuitado
aunque es su distraído devaneo
tanta parte del mundo visitara
a la selva de Ardeñas aportara.
tanta parte del mundo visitase
no quiso Amor que por aquí pasase.

1809-1811:



Reinaldos, para dar un plazo breve
a la fatiga y la calor ingrata
se apea; y mira aquel licor aleve

1816:



calma su sed ahora y paz profunda

1813-1819:



se le borró la angélica hermosura
que con mil lazos le ha tenido preso,

1823:



de andarse corriendo así de ceca en meca

1830:



encuentra ser la que juzgaba diosa

1832:



lo que antes adoraba odia de muerte

  -[326]-  

1835:



mas otra fuente por allí corría

C:



y en esto ve otra fuente que corría

1838-1840:



matizan de su margen la verdura:
un alto pino a la mullida alfombra
un olmo erguido a la mullida alfombra
de claveles y lirios hace sombra
de jazmines y lirios hace sombra

1841-1842:



Esta fuente encantó de otra manera
Merlín: pues el que en ella el labio pone,
Merlín: el que en su linfa el labio pone,

1845:



y dulcemente avasallado, entera

1848:



que ya en otra ha templado el ansia ardiente.

B y C:



que ya ha templado en otra el ansia ardiente.

1852-1853:



trébol pacer del solitario prado,
reclínase a gozar breve reposo
reclínase; y no bien hubo cerrado

  -[327]-  

1857-1864:



Lo que Reinaldos ya no le pedía,
ahora por lo mismo le depara.
Aquella dama por quien él daría,
poco antes ha los ojos de la cara,

V a la selva llegó, mientras dormía,
toda sedienta; y junto al agua para
que amor infunde, y junto al joven bravo;
al asno muerto la cebada al rabo.

iii-vi



Aquella dama por la cual daría


La adorada beldad por quien daría


Esa beldad por quien se desvivía


Esa mujer por quien se desvivía


La que momentos ha le desvivía


un momento ha, los ojos de la cara


la que con tal poder le cautivara
sedienta llega, mientras él dormía,


llegó ardorosa, mientras él dormía,


llegó a la misma selva en que él dormía,


llegó al paraje mismo en que él dormía,


hacia el paraje mismo en que él dormía,


toda sedienta y calurosa; y para


sedienta y ardorosa; y cerca para;


toda sedienta y ardorosa; y para

1867-1868:



con que el licor sorbiendo peregrino



que los sentidos dulce[mente engaña]



que los sentidos blandamente engaña,

  -[328]-  

1873:



Al verle reposar tan dulcemente

1876:



que le traspasa el pecho y se lo inflama
que le traspasa el pecho y que la inflama

B y C:



que le traspasa el pecho y se le inflama

1881-1885:



Como en la selva un can de buena raza,
que tras la liebre corre o tras el ave
(y es de las cosas que Natura traza,
por qué causa no pienso que se sabe)

V en llegándola a ver no le da caza;

iEste verso aparece también en el manuscrito C.

ii B y C:



si en seguimiento va de liebre o ave,

v



de súbito la ve, no le da caza

1888-1896:



los ojos fijos en aquel objeto.
Así arrobada, palpitante el seno
mira al barón la bella peregrina.
Llégase y el pudor la tiene en freno;
-[329]-

V arde, y de sí no sabe la mezquina.
De flores aquel prado estaba lleno;
las más hermosas a coger se inclina
y (ileg.) queriendo y no que despertara
ya al pecho se las tira y ya a la cara.

ii



Tal, el pudor tirándole del freno


Así arrobada, palpitando el seno

  -[329]-  

ix



mas se las tira al pecho y a la cara

1894:



recogido el aliento se avecina

1897-1904:



Después que una hora larga ha reposado
el joven caballero en la floresta,
recuerda, en fin, y al ver la dama al lado,
suspenso duda qué mujer sea ésta.

V La dama le saluda con agrado;
y tanto el escucharle le molesta,
que como si una sierpe allí mirase,
sin responder palabra monta y vase.

iii C:



despierta; al ver la damisela al lado


despierta; y ve la damisela al lado


recuerda; al ver la damisela al lado


recuerda; y ve la damisela al lado

vii C:



mas, como si una sierpe allí mirase,

1905-1912:



Como era natural yendo de priesa
tomó de todos el peor sendero,
y va tras él la mísera princesa
diciendo: «¿De quién huyes, caballero?
-[330]-

V escúchame un instante»; mas no cesa
Reinaldos de romper con su trotero
Bayardo por las breñas, y así para,
como si algún vestiglo le llamara.

iii-iv



siguiéndole de lejos la princesa,
«para, le dice, para caballero

  -[330]-  

viii C:



como si el tal vestiglo le llamara

1913-1920:



Ella corriendo en pos del que lejano
no puede oírle ya, «Detente impío,
clamaba, ¿Qué recelas, inhumano?
¿Qué significa tan cruel desvío?

V No hay zalagarda aquí del conde Gano.
Amor a ti me arrastra, dueño mío;
y si te busco, si te sigo y llamo
porque te adoro es, y porque te amo».

1913 C:



Mientras hablando esotra al que lejano

1924:



¿Es ofensa una cándida ternura?

1926:



que no es tan horrorosa mi figura;

1928:



sino con rendimientos obligada

1932-1933:



ya no daré otro paso caballero
¡Desgraciada! mis quejas y mi llanto

  -[331]-  

1935-1936:



(ileg.) mi ruego no le alcanza;
y se llevó mi vida y mi esperanza».

1941-1944:



Bayardo corre ahora como el viento
corre ahora Bayardo como el viento
y mientras a lo lejos el sonido
se oye de su carrera en la campiña,
vuelve a su llanto y su dolor la niña



él traspone alta sierra en un momento,
no se oye más el cuádruple sonido
de la veloz carrera
torna ella a su dolor, torna a su llanto

1942:



se deja oír el cuádruple sonido

1945-1952:



¿Conque el halago tierno y amoroso
que en París me mostraste, era falsía?
¿Pudo caber en cuerpo tan hermoso
un corazón altivo, un alma fría?

V ¿Qué pecho hay tan adusto que piadoso
no respondiera a la ternura mía?
¿O cuál se vio tan intratable fiera
a quien su halagada embraveciera?

i C:



¿Conque el afecto, dice, cariñoso

viii C:



a quien más halagarla embraveciera?

  -[332]-  

1953-1960:



«¿Qué te costaba detenerte, ingrato,
para que yo te viera e irte luego?
que el placer de tu vista, un breve rato
pudo templar este importuno fuego.

V Mas ¡ay! quedó en tu pecho mi retrato
enemigo mortal de mi sosiego.
¡Vuelve, cruel! O vuélveme la calma
de que gozaba, antes de verte, el alma».

1953 C:



«¿Pudiste al menos concederme, ingrato?

1955 C:



y el placer de la vista un breve rato

1960:



porque el borrarla es imposible al alma»

C:



porque extinguirla es imposible a el alma»

La estrofa que se trascribe a continuación no figura en la redacción definitiva de este poema, por haber sido tachada por Bello:



Y volviendo otra vez al sitio ameno
do reposar le vio, llorosa exclama:
«¡Oh suelo herboso, de ventura lleno,
alegres flores, deleitosa grama,

V que tocar merecistes aquel seno
y al más hermoso huésped diste cama!
¿Por qué a vosotros mi sentir no es dado?
¿O por qué el vuestro me es a mí negado?

iii



«¡Oh suelo hermoso, de ventura lleno,

vi



al más hermoso cuerpo diste cama!

1961-1968:



Diciendo así los bellos miembros echa
sobre la tierra y oyes mil arroja.
Suspira, y suspirar no le aprovecha
el tirano dolor ni un punto afloja,
-[333]-
ahora calla, ahora se despecha,
o de llanto otra vez el suelo moja
mas la pena la postra y la enflaquece
hasta que al fin rendida se adormece.

ii



sobre la yerba; un ay tras otro arroja;


sobre la yerba; y ayes mil arroja;

1964 C:



el tirano dolor ni un punto afloja

  -[333]-  

1969-1976:



Descansa enhorabuena el angelito.
¿No deseáis saber de aquel Gradaso,
que trasportando ejército infinito
hace en España un bárbaro fracaso?

V Dejarémosle estar otro poquito;
que ya se nos vendrá más que de paso.
Es menester que a Ferraguto vuelva,
que viene entrando ahora por la selva.

ii



¿No deseáis saber del rey Gradaso,


¿No deseáis que os hable de Gradaso,

B y C:



¿No será bien que os hable de Gradaso

iv



hace en España un horrífico fracaso

vii C:



A Ferraguto es menester que vuelva,

1977-1984:



Está el moro colérico, que brama;
y de amor (ileg.) se derrite.
Prende la ira y sopla amor la llama;
y por la vida no dará un ardite

V si no acierta a topar la hermosa dama,
que jugar le parece al escondite
y si no topa al menos al hermano
para enseñarle a ser más cortesano.

vii



o no encuentre a lo menos al hermano,

  -[334]-  

1985:



Pues como de la selva examen hace
(ileg.) entretejida está y envuelta

1995-1996:



mas parecióle acción villana y fea;
aguardar que despierte determina.

2001:



Despierta a poco rato el caballero,
Despertando por fin el caballero,

2006:



Ferraguto poniéndose delante;

2008:



mi caballo será de quien venciere

2018:



responde: «Es por demás que yo conteste

  -[335]-  

2022-2032:



de caballeros, ni una entera hueste
huir me haría que si pude hacello
fue por llevar mi hermana gusto en ello.
«Y el que con lengua dijo zafia y tosca

V que miedo fue, mintió por el gargüero».
A Ferraguto le picó la mosca;
como manchada sierpe que al primero
toque de incauto pie se desenrosca
y se lanza, silbando, al pasajero,

X así el airado moro arremetía
ávido de venganza al Argalía.

iv-v



«Y el que a decir que miedo fue,
se arroje, diga que mentirá por el gargüero».

viii



y cual pinta[da] sierpe que al primero

ix-xi



y se avienta silbando, al pasajero;
el ofendido moro así se lanza


el irritado moro así se lanza


el provocado moro así se lanza
a su ofensor, sediento de venganza


el Argalía al moro así se lanza

B y C:



así al catayo el español se lanza

2033-2040:



Ni en el furor le cede el otro nada.
Arman los dos tremenda batahola,
y del estruendo horrísono asustada
enmudece la selva opaca y sola.
-[336]-

V Sabiendo el del Catay que era a su espada
invulnerable Ferraguto, alzóla;
privarle imaginó de sentimiento
ya que sacarle [sangre] es vano intento.

v y viAmbos versos figuran en el manuscrito C.

2041-2048:



Y le aturdiera el pavoroso tajo;
mas viendo el moro el daño que amenaza,
súbito se le cuela por debajo
y al enemigo en nudo estrecha enlaza.

V Tuvo Argalí para el marcial trabajo
cuerpo más fuerte en más fornida traza;
pero destreza el moro tuvo mucha,
y más experto acaso, fue a la lucha.

i-iv



Y le aturdiera el poderoso tajo;


Y bien lo hiciera el poderoso tajo,
y presintiendo el daño que amenaza,


mas Ferragú le adivinó la traza
y al Argalí, metiéndose por bajo
del raudo acero en nudo estrecho abraza

C:



y en firme nudo a su contrario enlaza;
mas Ferragú que le entendió la traza
y lo hiriera el terrífico altibajo;
mas Ferraguto que entendió la [traza]

vi



cuerpo más fuerte en más esbelta traza;
pulso más firme y más fornida traza;

viii



y quizá más experto fue a la lucha.

2049:



No es maravilla, pues, que le postrara

  -[337]-  

2054-2056:



saca la daga, y del arnés brillante
por no sé qué fatal costura oculta
hasta la guarnición se la sepulta



por un oculto ojal del coselete,
hasta el pomo, en el pecho se la mete.

2057-2062:



Pálida se tornó la faz rosada;
la figura gentil se desmadeja,
como lacia se dobla, delicada
flor que del tallo separó la reja.

V Con balbuciente voz y desmayada
como a quien la mortal angustia aqueja,

i



Brotó de rojo humor copiosa fuente

iii-iv C:



como lacio se dobla brevemente
cárdeno lirio que tronchó la reja

2074:



cambiada en compasión la furia brava,

2077-2088:



Restañarle la sangre solicita
que en roja fuente el cuerpo hermoso lava;
pero es en vano; (ileg.) al infelice
-[338]-
que ya apenas respira, así le dice:

V «¡Desventurado joven y dichoso
en tan temprana y tan gloriosa muerte!
Al mundo te arrebata, en el hermoso
oriente de tu vida, inicua Suerte;
mas nombre al mundo dejarás famoso

X de cortés caballero, osado y fuerte.
Pudo anublar Fortuna un sol más largo
y destemplar lo dulce con lo amargo.

vii-ix C:



De tu existencia en el albor hermoso
te arrebató a la tierra inicua Suerte;


arrebatarte quiso inicua Suerte,
mas nombre al mundo dejarás famoso

2087-2088:



Y suele el cielo, a quien la vida alarga,
infortunada hacérsela y amarga.

B y C:



Y la fortuna a quien la vida alarga

2089-2096:



«Y pues de locas iras al abrigo,
echaste el ancla en sosegado puerto,
generoso perdona, si contigo,
he contendido o peleado a tuerto.

V Al grande Alá poniendo por testigo
de la merced que pides te hago cierto:
déjame usar tu yelmo solamente
para cubrir mi desarmada frente.

i-ii C:



«Y pues que sus rigores al abrigo
no temes ya de sosegado puerto,

iv C:



ciego de amor, he peleado a tuerto.

vi C:



del don que me has pedido te hago cierto

  -[339]-  

2097-2104:



«Un día, un día solo, esta fineza
débate yo; pasado, te lo entrego».
Inclinóse la pálida cabeza,
como en señal de que otorgaba el ruego.

V El español, oculto en la maleza
se estuvo, hasta expirar el mozo; y luego
que el yelo de la muerte el cuerpo embarga
levántale en los brazos y le carga.

i-ii



«Débate un solo día esta fineza
pasado el cual a ti la prenda entrego

2098 C:



mientras que de otro a proveerme llego».
en tanto que otro a procurarme llego».

2101-2102 C:



El español se estuvo en la maleza
hasta expirar el mozo...

2105-2112:



Habiéndose a la frente acomodado,
separada la lúgubre cimera,
el yelmo del mancebo malogrado,
que de oro fino y leves mallas era.

V Monta a caballo entonces, y el armado
cadáver, paso a paso la ribera
anduvo; y donde ve que la corriente
más honda está, lo suelta blandamente.

v



a pasos lentos va con el armado

vii-viii



a do más honda y mansa es la corriente
y (ileg.) lo deja blandamente

2108-2110 C:



a un porvenir más venturoso fuera.
Con lentos pasos lleva al malogrado
joven a un ancho río a la ribera,

2112 C:



suelta la noble carga blandamente.

  -[340]-  

2115-2116:



pensativo se va, mientras Orlando
cabalgando se fue, mientras que Orlando
corre la selva es dirección contraria.

2118:



llegaba el conde, y quiso la voltaria

2120-2124:



por hacerle quizá la burla entera
¡Oh la linda actitud en que dormía,
jugando el aura con cendal y seda!
Rosas el prado al derredor abría
y amores susurraba la arboleda

2123 C:



Rosas el campo al derredor abría

2126:



Embebecido, estático se queda

2131-2132:



embargada la acción, turbio el cerbelo,
queda como sin vida de improviso.

2135:



¿es de mi caro dueño falsa copia?

  -[341]-  

2137-2144:



Pasándola en éstas y otras flores
se echa en tierra a mirarla el pobre amante,
que en batallas más ducho que en amores,
ignora el abecé del princi[piante].
No sabe cuánto encargan los autores
que a la calva ocasión se le eche el guante;
que quien para después la dicha deja
se tira luego de una y otra oreja.

2142 C:



que el que teniendo la ocasión delante

2145-2146:



Ferraguto que viene galopando
por aquella mismísima ribera,

2151:



quién es la dama un breve instante duda;

2159-2160:



que de no hacerlo, en este mismo punto
dejarás vida y dama, todo junto».

  -[342]-  

2169-2176:



El español, que luego se mosquea
«¡Hola!, le respondió: ¿conque el acero
quieres que entre los dos árbitro sea?
Aunque de bien nacido caballero,

Vno miro en ti señal, mantén pelea;
mas fácilmente probarte espero,
ladrón, que el oponérseme es en vano».
Esto dicho a la espada puso mano.

ii-iii



«¡Hola!, le respondió: ¿conque al acero
será fuerza apelar? Aunque no vea

C:



presumes apelar? Bien que no vea

2179 B y C:



«Yo soy Roldán», parándose delante

2183-2184:



Ferraguto quedó medio aturdido:
mas, como cuerdo, toma [su partido]



El moro, aunque aturdido, atrás da un paso
toma el partido que requiere el caso.
El moro retrocede sorprendido:
pero tomó al instante su partido

2185-2192:



De la necesidad virtud hacía:
«Si eres, dice Roldán, yo Ferraguto».
Orlando monta; y bárbara porfía

2185:



Con ánimo responde resoluto
-[343]-
se traba entre ellos, cual jamás dio luto

V esposa o madre: el uno parecía
un Satanás, y el otro un Belcebuto.
Mientras el uno amaga, el otro hadado
presto se han el arnés despedazado.
Mostrándose a su vez dice altanero:
«Si te llamas Roldán, yo Ferraguto».
El paladín de un salto, en su trotero
monta, y el moro embiste resoluto.

Va Pero como, a pesar del fino cuero,
de ambos lo invulnerable era atributo
la furia de los tajos y reveses
no hizo más que abollarle los arneses.

2187 B y C:



«Que si eres tú Roldán, yo Ferraguto».

C:



«Y si eres tú Roldán, yo Ferraguto».

2197:



Huye despavorida y casi muerta,

2199:



No hubo pasado bien medio minuto,

2202-2206:



(el conde dice, echando atrás la espada).
Y si hemos de dejar que se escabulla,
con esta lid no ganaremos nada.
cuando la lid no ha de valernos nada.
y que la lid no nos reporta nada.
Mientras el uno al otro se magulla,
perdemos uno y otro la parada.

  -[344]-  

2209-2211:



«Has muy poca retórica estudiado
(responde el español de genio adusto)
y ciertamente es raro el desenfado

2215 C:



que uno siga la res y otro la corra?

2216:



Pelea, pues, y súplicas ahorra

2217:



«De treguas ni de paces no se trate,

2220:



ser contigo discreto, dice Orlando.



argüir contigo, respondióle Orlando.

2221:



sigue otra vez el hórrido combate

2224:



do nuevo asunto y grande nos espera.