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Aquella vieja calle,
tranquila, |
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dulcemente acostada a la
sombra, |
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con sus sencillas tiendas (los
ultramarinos |
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de Yonte, |
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el carbón de Parrondo, |
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el bar de Frutos...) |
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y con sus acacias cada año
tan nuevamente jóvenes |
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fue el lugar de mis primeros miedos
en la vida, por la vida, a |
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o para la vida. Estaba un poco
enfermo. Dormitaba |
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en mi hamaca rayada frente a la
puerta bajo una acacia que yo recuerdo grande |
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(y Paca la portera, y doña
Carolina). |
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Enfrente la larga tapia roja del
convento |
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(y Tino) |
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y en un viejo entresuelo mis cosas
más queridas, mis juguetes. |
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(Y la guerra. Cuánta
angustia recuerdo |
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de bombardeos cuando papá no
estaba y sonaban estruendos, lejanas explosiones. |
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Ya no bajaban los tranvías
por Santa Engracia paralizados por el horror del bombardeo. |
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¿Y papá?
¿Dónde estarás, papá? Así
cuánto temor, temblor hasta el alivio |
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de los pequeños
tranvías bajando otra vez ruidosamente. |
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Pero ¿qué
habrá ocurrido? Pero ¿por dónde iría?
¿Dónde |
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han caído las bombas que nos
volvieron pálidos? Alguien dice, comenta |
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que trasladaban heridos en el
metro, que había mucha sangre y que uno |
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llevaba toda la cara rota. Pero
¿y papá? ¿Qué hace que no viene? |
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El oído finísimo
reconocía |
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con vuelcos del corazón,
enormes sobresaltos, los pasos de mi padre en la escalera. |
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Era entonces morir |
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de alegría, morirme
enteramente, el escuchar el ruido de su querida llave |
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en la antigua cerradura de la
puerta. Mamá, ¿te acuerdas? ¿Verdad que no
podemos contarlo? ¿Verdad |
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que era morir y luego otra vez
nacer? Yo gritaba: Papá... |
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No. No puedo seguir. Tenéis
que perdonarme). |
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Hablaba de juguetes y añado
la presencia de mis padres |
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velando, cuidando todo,
envejeciendo. |
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El tiempo era mis padres |
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envejeciendo sin saberlo. |
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(El tiempo todavía es mis
padres |
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envejeciendo y yo sin poder nada,
irremediable testigo |
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de una espantosa decadencia; y
menos mal que yo |
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empiezo a sentir algo de
años, de vejez, calva, canas, hijos, y eso alivia |
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considerablemente pues ya uno
empieza a presentirse |
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sobrevivido por sus hijos y eso
alivia |
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-repito la cuestión- |
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considerablemente). |
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