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351

Boman, obr. cit., págs. 492 a 495.

 

352

D'Harcourt, obr. cit., pág. 121. Respecto a la palabra siku dice D'Harcourt. «En los aymaras la denominación siku ha formado sikuris, tocadores de siringa», obr. cit., pág. 53.

 

353

Me fue dictada esta versión del romance La fe del Ciego conocido comúnmente con el nombre del primer verso, en el barrio de la Estación ferroviaria de Jujuy por la Señora Filomena Ávila viuda de Molina. En enero de 1928. Lo había aprendido por tradición oral a otras señoras de Jujuy.

Este romance se canta en Navidad en las iglesias y en las reuniones de los «Pesebres» domésticos, que la gente del pueblo hace en sus casas en el tiempo que va desde la víspera de Navidad hasta Reyes (6 de enero).

Los pesebres que yo he visto y he ayudado a hacer, en Catamarca, Salta y Jujuy son la reproducción imaginaria del pesebre que había en el portal de Betlehem y que sirvió de cuna al Niño Dios. Reproduce una gruta en la montaña a manera de alcoba, con tres personajes, María, José y el Niño Dios. A esta humilde cabaña vienen los reyes de Oriente, Gaspar, Melchor y Baltazar en camellos, por una cuestecilla que se ve trazada en la montaña guiados por una estrella de oropel que pende de un hilo. Rústicos pastores con traje de colla, llamas, vicuñas, guanacos, alpacas y burritos pueblan las faldas de las lomas. El arte natural de los paisanos luce sus galas en el modelado en cera o arcilla de las figuras de los personajes de la sagrada familia y en la hechura, de los paisanos y animales. Es de ver cómo distinguen también las distintas familias de camélicos citados. Así en esa loma pintada de color de los cerros que se extiende por encima de unas ramas bien dispuestas reproduce la gente sencilla el escenario del inefable cuadro de la Natividad de Nuestro Señor.

Para el estudio comparado de este romance véanse:



    • En España

    • Fernán Caballero: Cuentos Populares Andaluces, pág. 367.
    • Julio Cejador y Franca: La Verdadera Poesía Castellana, t. III, p. 95.
    • Francisco Rodríguez Marín: Cantos Populares Españoles, n.º 6505.
    • Marcelino Menéndez y Pelayo: Antología de los Poetas Líricos, Cast. números 59 y 60.
    • Alberto Sevilla: Cancionero Popular Murciano, n.º 98.


    • En Chile

    • Julio Vicuña Cifuentes: Romances Populares y Vulgares, n.os 75 y 79.
    • Ramón A. Laval: Contribución al folklore de Carahue, pág. 26.


      R. Argentina

    • Juan Alfonso Carrizo: Cancionero Popular de Catamarca, n.º 1 y Cancionero de Salta, n.º 1.

 

354

Lo oí cantar a niñas en la ciudad de Jujuy.

 

355

También se lo copié a unas niñas en otro «pesebre» de Jujuy.

 

356

Oí esta versión del romance modificado de La Aparición, conocido comúnmente con el nombre de Alfonso XII, a unas niñas, en la Ciudad de Jujuy en 1928. Para su estudio puede verse:



    • En España

    • Agustín Durán: Romancero General, tomo I, pág. 158.
    • M. Menéndez y Pelayo: Antología citada, tomo 9, pág. 220, t. 10, pág. 132.
    • Aurelio de Llano, R. de A.: Esfoyaza, n.º 1149.
    • Alberto Sevilla: Cancionero P. Murciano, n.º 93.


      En Tánger

    • R. M. Pidal: El Romancero, pág. 148.


      En Cuba

    • J. M. Chacón y Calvo: Ensayos de Literatura Cubana, pág. 152.


      R. Argentina

    • Canc. P. de Catamarca, n.º2 y Canc. P. de Salta, n.º 2.
 

357

A esta versión del romance de Las Señas del Esposo que no tiene otro nombre en el noroeste argentino, la oí a unas niñas de la ciudad pues es sumamente conocido. Para su estudio, puede verse:



    • En España

    • Agustín Durán: Romancero General, tomo I, n.º 318.
    • Fernando J. Wolf: Primavera y Flor, tomo 8, n.º 156.
    • M. Menéndez y Pelayo: Antol. de P. L., tomo 9, pág. 238, t. 10, nos. 27, 28 y 56.
    • Julio Cejador y Frauca: L. V. P. Castellana, tomo II, n.º 1283.
    • Sergio Hernández de Soto: Juegos infantiles de Extremadura, pág. 89.
    • Aurelio de Llano, R. de A.: Esfoyaza, n.º 1152.
    • Alberto Sevilla: Canto Popular Murciano, n.º 91.
    • De Cossío y Maza: Romancero P. de la Montaña, tomo I, pág. 196.


      En Tánger

    • R. Menéndez Pidal: El Romancero, pág. 150.


      En Chile

    • Julio Vicuña Cifuentes: Romances P. y V., n.º 15 a 23.
    • R. A. Laval: Cont. al Folklore de Carahue, pág. 147.


      En Perú

    • R. M. Pidal: El Romancero, pág. 191.


      En Bolivia

    • Ciro Bayo: Romancerillo del Plata, pág. 25.


      En Méjico

    • P. Enríquez Ureña y Bertrán D. Wolg: Romances Tradicionales, pág. 382.


      En Cuba

    • J. M. Chacón y Calvo: Literatura Cubana, pág. 105.


      En la R. Argentina

    • J. A. Carrizo, Cancionero de Catamarca, n.º 4 y Cancionero de Salta, n.º 4.
 

358

Esta versión del romance La Dama y el Pastor me fue dictada en 1930, en el Hospital de Jujuy por el cantor conocido con el moto de «Negro Pardo» guitarrero de alguna fama. Para su estudio puede verse:



    • En España

    • Fernando J. Wolf: Primavera y Flor, tomo VIII, n.º 145.
    • Menéndez y Pelayo: Antología de P. L., tomo X, pág.193, n.º 25.
    • Julio Cejador y Frauca: L. V. P. Castellana, tomo II, n.º 1302.
    • Aurelio de Llano, R. de A.: Esfoyaza, N.os 548 y 549.


      En Chile

    • Julio V. Cifuentes: Romances P. y V., N.os 51 al 54.


      En la R. Argentina

    • J. A. Carrizo: Cancionero P. de Salta, n.º 14.
 

359

Estas estrofas me fueron dictadas por el señor Ignacio Carrillo, hombre de 60 años, en Jujuy, en 1928. Me dijo Carrillo que eran los únicos versos que recordaba de una larga canción llamada: Proclama de Urquiza.

Las personas citadas en el último verso fueron Jefes que militaban a las órdenes de Rozas.

 

360

A esta canción la oí en Navidad, en 1928, la cantaban unos chicos al Niño Dios que se adoraba en una casa en la ciudad de Jujuy.