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21

En la zamba Yerba Buena, por M. Gómez Carrillo, el estribillo dice:


Aura! si la fortuna
mi negra,
mañana muere,
así viene y se acaba
donosa,
lo que uno quiere.

Como se ve, se trata de una lección bastante defectuosa, pues los tres primeros versos no están de acuerdo con el pensamiento de los otros tres. Ya que estamos con ese texto de Gómez Carrillo, he aquí la versión española de su primera copla:


Yo sembré peregilar
y se me volvió culantro;
que son capaces los hombres
de pegarle un palo a un santo.

Lleva el número 6137 de la Colección citada de Rodríguez Marín. Texto que, con alguna variante, se recoge en Venezuela:


Yo sembré mi yerba buena
y se me volvió culantro
yo no sé vidita mía,
por qué nos queremos tanto.

(Ex José Machado, Cancionero popular, etc., op. cit., página 57).                


(N. del E.)

 

22

Otra copla española (n.º 2808) citada por Rodríguez Marín en su Cancionero, a más de la que lleva el número 2995, que es la variante de la nuestra, se relaciona también con el mismo pensamiento:


Ay que me muero de sé
teniendo un pozo en mi casa
y no lo puedo beber
porque la soga no arcanza!


La nuestra -o su correspondiente española- parece la respuesta. (N. del E.)

 

23


Mujer que muere queriendo
como hachazo va a la gloria.

Aunque se destruya la asonancia del verso, suele oírse esta variante.

Véase cuánto es diferente la correspondiente copla española:


Déjalos que digan, digan,
y de mí ponen historia;
qu'er que se muere queriendo
se ha derecho a la gloria.

(Ex Rodríguez Marín, Cantos populares españoles, op. cit., n.º 3083).                


(N. del E.)

 

24


Así cantan los que saben,
yo canto por aprender.


Con otros dos versos hay una variante (n.º 1357). (N. del E.)

 

25

Este motivo del triste desdén se representa con un verso que se oye varias veces en estos cantos gauchescos:


Te han de pisar y pasar...


En contraria demanda, el amador insinúa en cierto caso (n.º 2079).


Vidita de mi vida
pase y no pise,
yo soy aquel que cuida
sus alelices.


Después de haber dado (n.º 700) un texto varias veces recogido con la misma forma con la cual Ciro Bayo, en su Romancerillo del Plato, op. cit., página 150, la encontré también en Buenos Aires la lección verdadera de la copla:


Yo no soy de este pago,
soy de Arrecifes,
yo traigo un refrancito:
pase y no pise.


En la cual aquel mismo motivo se insinúa. (N. del E.)

 

26

Es curioso el contraste que significan las varias coplas donde se trata del dinero en el amor. En general el sentimiento del desdén por aquél prevalece siempre. Basado el amor en la pura necesidad emocional, pasa por sobre el dinero -que en la andariega pobreza del paisano es si no innecesario, al menos fácilmente desdeñable- y hasta sobre lo espiritual del amor mismo. (N. del E.)

 

27

El añasco es el zorrino. (N. del E.)

 

28

Véase bajo el número 1460 la variante que conservan los dos primeros versos. (N. del E.)

 

29

Véase la variante número 182.


Desde arriba me he venido
como caballo sin freno,
comiendo pastos ajenos
dejando el tronco pa'l dueño.


(N. del E.)

 

30

Texto parecido a la copla de Carnaval, número 1304:


Ya sea ha muerto el Carnaval,
ya lo llevan a enterrar,
echenlé poquita tierra
que se güelva a levantar.

(N. del E.)

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