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Volumen 4 - carta nº 393

De EMILIA PARDO BAZÁN
EMILIA
A   MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

La Coruña, 22 marzo 1881

Mi ilustre é inolvidable amigo: deseando estaba un motivo plausible para escribir á V., cuando su Discurso en la Academia vino á ofrecérmelo -No quiero unir mi voz al concierto unánime de alabanzas que todo el mundo canta al famoso discurso: es una aprobacion general, que debe lisonjear á V. porque amigos y enemigos están ahora de acuerdo- Pero yo, por distinguirme de los demás, voy á apartar los ojos de la hermosura de su obra de V. y a fijarlos solamente en dos lugares de ella que me han excitado la bilis: a saber, lo que se refiere á Jacopone y el Stabat , y lo que concierne a S. Francisco como poeta. En mi obra de S. Francisco, al tratar de la poesía franciscana, aduciré los datos que he podido recojer y que, en mi concepto, confirman la opinion de que Jacopone es autor de los dos Stabat , el de la Cruz y el del Pesebre, y de que S. Francisco no solo compuso el himno de «Frate Sole» sino aquel otro: «Amor de caritate» & y el «In foco amor mi mise». Los cuales (dicho sea con el debido respeto) me parecen superiores á cuanto hizo el horaciano atildado Leon (ya solté la herejía. Ahora mi amigo Marcelino me escomulga de vez.)

Otra observacion. He visto que el correcto, elegante y de V. predilecto Valera, emplea en su contestacion la palabra proceso, y no en el sentido de causa criminal , sinó en el que yo le daba, de série, sucesion ó werden de algo. ¿Porqué no le tira V. de las orejas?

Pasando á otros asuntos diré á V. que estuve no muy bien de salud y eso retrasó algo la terminacion de mi novela,

que por fin ha salido para esa á imprimirse.-Ahora me dedico á terminar el S. Francisco, que ya va pareciendo, a juzgar por su lentitud en salir, el cósmico discurso del canario que precedió á V. en el sillon académico.

Deseo mucho saber de V. directamente, porque noticias indirectas me las da todo el mundo: mis amigos de esa se esmeran en hablarme de V. siempre, llamándole á V. mi sabio, porque pretenden que V. es para mí el sabio por excelencia, y todo se les vuelven bromitas y gracejos apropósito de mi sabio .-Digame si sigue V. levantándose a la 1, trasnochando hasta las 4, haciendo esa vida de perdido que hará que hoy ó mañana sus biógrafos de V. se asombren de que haya podido estudiar, escribir y hacer algo tan disipado estudiante. Si á eso se añade el mérito de tener tiempo para escribirme a mí, su asombro subirá de punto.

Mi marido saluda á V. afectuosamente, y yo le ruego no olvide á las desterradas hijas de Eva, entre las cuales la mas desterrada es su amiga

J. Emilia

P.D. Como sé que esto será parte á que V. me mire con buenos ojos, le diré que trato de estudiar un poco griego.-Para parecerme á don Hermógenes no me faltaba sinó ese requisito. Veremos si esto me desaficiona de los poetas alemanes: pero ¡quia! aquellas nubes que á V. no le gustan, á mí me encantan.