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Volumen 7 - carta nº 404

De MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
A   JUAN VALERA

Madrid, 28 diciembre 1885

Mi muy querido amigo: Recibí sus dos últimas cartas, y antes habían llegado a mi poder los versos traducidos de Whittier y Story. Unos y otros me gustan mucho, pero los de Story me parecen simplemente bonitos; los de Whittier, bellos, tan bellos que pueden andar al lado de los de El fuego divino, que es, a mi juicio, la obra maestra de Vd. como poeta lírico. No menos que los méritos de la traducción donde descubro la huella del numen propio del traductor, me llaman la atención las bellezas de la poesía de Whittier, profundamente mística y profundamente cristiana. Es lástima que este gran poeta no sea conocido entre nosotros, tan exhaustos andamos ahora de verdadera y ferviente inspiración religiosa. Haría Vd. muy bien en traducir otras composiciones suyas con el mismo primor y arte y la misma unción piadosa con que ha traducido ésta.

Tanto los versos de Whittier como los de Story, han llegado muy a tiempo para el tomo. La impresión de éste no se ha interrumpido, pero va algo despacio. Con todo, ya han acabado la sección de los versos originales y van a empezar la de paráfrasis y traducciones. A mi entender, el tomo sale muy variado y ameno. Las notas irán todas juntas al fin. Desearía ver alguno de los poetas norteamericanos que Vd. ha traducido y que aquí no tenemos para decir algo de ellos en las notas. Yo, en cambio, mandaré a Vd. desde aquí los libros que desee.

Por fortuna, no se ha realizado ninguno de los temores que hizo nacer la muerte del pobre Rey. Ha sido ejemplar la sensatez en todos, menos en Romero Robledo, a quien se le ha ocurrido armar, sin ningún motivo razonable, una disidencia absurda y odiosa. Creo, sin embargo, que esto trasciende muy poco fuera de Madrid. La gente está cansada de todo y sólo quiere paz, de cualquier modo que sea.

Estos días he acabado de imprimir un nuevo volumen de Historia de la Estética, y en cuanto tenga ejemplares se lo he de enviar a Vd. Todavía me faltan lo menos tres para acabar la obra tal como yo la concibo.

Vi a su mujer de Vd. y a sus niños y los encontré muy buenos. La niña, sobre todo, está muy guapa y muy crecida.

Nuestros compañeros de Academia suelen preguntarme mucho por Vd. y agradecen sus recuerdos. El P. Mir ha presentado ya su discurso, y yo tengo que contestarle. El tal discurso me gusta. Versa sobre los caracteres del florecimiento de las letras castellanas en el siglo XVI, y a pesar de la poca novedad del tema logra exponer algunas consideraciones nuevas en muy puro y elegante estilo.

Corina Rivas está todavía en Galicia. Las demás amigas suelen preguntarme por Vd., especialmente Catalina y Ródopis.

Pienso como Vd. respecto de los versos de Ferrari, poeta de mérito, diga lo que quiera Clarín, que le ha escogido por una de sus víctimas predilectas.

Escríbame y quiérame mucho, como de todo corazón le quiere su verdadero amigo

Marcelino Menéndez y Pelayo

 

Valera-Menéndez Pelayo, p. 245-247.

SÁNCHEZ DE MUNIÁIN, JOSÉ M.ª: Antología de Menéndez Pelayo, p. 695 (fragmento).