171
Juan Eduardo Cirlot, Diccionario de símbolos (Barcelona: Labor, 1988), 7a edic., pág. 392.
172
El pequeño mundo del hombre. Varia
fortuna de una idea en la cultura española (Madrid: Alianza, 1986),
edic. corregida y aumentada. Para el hombre como imagen pintada por Dios,
vid. págs. 138 y 141. En el
Prólogo de la
Excelencia de la vida solitaria [Madrid,
1553], fol. ii, el Licenciado Peña (citado por Rico, pág. 138,
160n.) afirma: «Una de las principales y más heroicas cosas y
de más alta y subida perfección que el omnipotente y
sapientísimo artífice debuxó en la máquina
inferior..., y la que más me admira y espanta en mi muy recóndita
consideración, es la compostura del menor mundo, que Aristóteles
y los griegos nombran 'microcosmos' y en nuestro romance 'hombre' se
llama...»
. Cfr. E. R. Curtius, «Dios como
artífice»,
Literatura europea..., op. cit., vol. II,
págs, 757-9. Emilie L. Bergmann, «Imitatio
Christi and
Deus Pictor en Lope, Cervantes and
Calderón»,
Art Inscribed: Essays on Ekphrasis in Spanish
Golden Age Poetry (Cambridge, Massachusetts: Harvard University Press,
1979), pág. 48, cita una de las octavas que Feliciana había
cantado ante una imagen de la Virgen (III, 309) como refrendo de su
gestación «as perfect reflection of
God's formal Idea with the material form of a divinely inspired work of
architecture»
. La idea del origen divino de la Pintura
como supuesto para una teoría teológica del arte se difunde entre
escritores y tratadistas. Para su fortuna en Lope, cfr. Aurora Egido,
«Lope de Vega, Ravisio Textor y la creación del mundo como obra de
arte»,
Fronteras..., cit., págs. 198-215.
Véase el importante complemento bibliográfico. Indudablemente, el
autor que fundió ambos temas -el del
Deus Pictor y la correspondencia
analógica de los mundos- fue Calderón:
vid. E. R. Curtius, «La
teoría del arte en Calderón y las artes liberales», cit.,
págs. 776-790.
173
Aurora Egido, «Lope de Vega, Ravisio Textor...», art. cit., pág. 211.
174
«-Bien quisiera, señor, rogaros que os
detuviérades un poco en este lugar, siquiera hasta la noche, porque mi
pintor con comodidad y de espacio pudiera sacar el retrato del rostro de
vuestra hermana; pero bien os podéis ir a la paz de Dios, porque el
pintor me ha dicho que de sola una vez que la ha visto la tiene tan aprehendida
en la imaginación, que la pintará a sus solas tan bien como si
siempre la estuviera mirando»
(III, 370).
175
Feliz procedimiento en la pintura del siglo. Cfr. Julián Gállego, «Cuadro, clave del cuadro», El cuadro dentro del cuadro (Madrid: Cátedra, 1978), págs. 153-173. La desatención crítica en torno al Persiles [véanse los trabajos de Rafael Osuna, «El olvido del Persiles», Boletín de la Real Academia Española XLVIII (1968): 55-75 o el completo estudio de Emilio Orozco, «Recuerdos y nostalgias en la obra de Cervantes (Una introducción al Persiles)», Cervantes y la Novela del Barroco (Granada: Universidad, 1992), edición, introducción y notas de José Lara Garrido, págs. 263-323] ha omitido en algunos casos la mención de la novela al analizar la simpatía de Cervantes por algunas técnicas plásticas, luego llevadas a la maestría por Velázquez: vid. «Artistic Parallels in Cervantes and Velázquez», Estudios dedicados a Menéndez Pidal, III (1952), págs. 265-297, reeditado como «Barroco literario y Barroco artístico comparados: Cervantes y Velázquez», Estudios sobre el Barroco (Madrid: Gredos, 1972), 3a edic. aumentada, págs. 406-435 y Miguel Herrero García, «Confrontación entre Velázquez y Cervantes» en Antonio Gallego (ed.), Varia Velazqueña, Madrid, 1960, t. I, págs. 613-617. Nuevos estudios toman la base del Quijote para el análisis de la «pictoricidad» de la lengua cervantina: cfr. Helena Percas de Ponseti, «Ideologías. El lenguaje como pintura», Cervantes y su concepto..., cit., vol. II, págs. 305-406, y María Alejandra Zanetta, «Las Meninas y El Quijote o los planos de la representación», Anales Cervantinos XXIX (1991): 179-190.
176
Antonio Vilanova, «El peregrino andante en el
Persiles de Cervantes»,
Erasmo y Cervantes (Barcelona: Lumen,
1989), págs. 326-409. Las citas corresponden a las págs. 379 y
378, respectivamente. Avalle-Arce alegaba que el criterio de relativismo del
Quijote está sustituido
aquí por el de la certeza y la verdad absolutas, conseguido por la
universalización y la abstracción de las que dota a la
experiencia del peregrinaje. Los personajes se convierten así en
«el símbolo permanente y válido de todos sus
semejantes»
, de modo que son «abstracciones que están
construidas con toda firmeza sobre los inconmovibles cimientos del dogma
católico»
. A la luz de esta estrategia novelesca
también se explican los sucesos
milagrosos o misteriosos acontecidos en
la narración: cfr. «Conocimiento y vida en Cervantes»,
Nuevos deslindes cervantinos
(Barcelona: Ariel, 1975), págs. 15-72 (especialmente págs. 58
ss.). Las citas pertenecen a la pág. 59.
177
«El final del itinerario del Persiles y Sigismunda», Mímesis conflictiva. Ficción literaria y violencia en Cervantes y Calderón (Madrid: Gredos, 1974), pág. 130.
178
Respectivamente, «La pintura en la narrativa de Cervantes», Boletín de la Biblioteca Menéndez Pelayo XLVIII (1972): 293-325; «Persiles y Sigismunda: Notes on Pictures, Portraits and Portraiture», Hispanic Review 41 (1973): 305-312 y «La memoria y el arte narrativo...», art. cit. Han de añadirse: Ricardo del Arco, «Estética cervantina en el Persiles», Revista de Ideas Estéticas VI (1948): 167-173; eiusdem, «Las artes y los artistas en la obra cervantina», Revista de Ideas Estéticas VIII (1950): 365-388; Emilio Carilla, «Naturaleza y retórica en el Persiles», Universidad Pontificia Bolivariana XIX (1954): 209-215; Diana Chaffe, «Pictures and Portraits in Literature: Cervantes as the Painter of Don Quijote», Anales Cervantinos XIX (1981): 49-57 y Joan Cammarata / Bruno Damiani, «'Actio' in Cervantes' Galatea and the Visual Arts», Arcadia XXI, 1 (1986): 78-83.
179
«Magias parciales del Quijote», Otras inquisiciones [1952] en la edición de sus Obras completas (Barcelona: Círculo de Lectores, 1992), vol. II, pág. 261.
180
Aurora Egido, «La memoria y el arte narrativo...», art. cit., págs. 297 ss.