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1

José Ortega y Gasset, «Socialización del hombre», en El Espectador, 1934, Obras completas, Madrid, Alianza Editorial, 1983, T. II, p. 744.

 

2

Creemos que esta fuente es cierta, aun considerando la posible parodia de un episodio inserto en el Palmerín de Inglaterra (I, 76).

 

3

Soneto incluido en el libro El otro, el mismo [1964], Jorge Luis Borges, Obras completas, Buenos Aires, Emecé, 1974. A título de curiosidad conviene recordar algunas palabras del «Prólogo»: «De los muchos libros de versos que mi resignación, mi descuido y a veces mi pasión fueron borroneando, El otro, el mismo es el que prefiero... Este libro no es otra cosa que una compilación. Las piezas fueron escribiéndose para diversos moods y momentos, no para justificar un volumen... La poesía quiere volver a esa antigua magia. Sin prefijadas leyes, obra de un modo vacilante y osado, como si caminara en la oscuridad. Ajedrez misterioso la poesía, cuyo tablero y cuyas piezas cambian como en un sueño y sobre el cual me inclinaré después de haber muerto».

 

4

Vid. Antonio Vilanova, Erasmo y Cervantes, Barcelona, 1949, pp. 38-39.

 

5

Maxime Chevalier, L'Arioste en Espagne (1530-1650). Recherches sur l'influence du «Roland Furieux», Bordeaux, Institut d'Études Ibériques et Ibéro-Americaines de l'Université de Bordeaux, 1966, p. 472.

 

6

«El verso del romance ("En un lugar de la Mancha") y la fórmula de cuento tradicional ("de cuyo nombre no quiero acordarme") dan al principio del Quijote un estilo llano y popular, buscado con toda intención, y que no deja de ser el primer palmetazo a los libros de caballerías que se iniciaban con pompa y solemnidad y situando la imaginaria acción en tierras lejanas o imperios exóticos. El Quijote no empieza ni en Persia, ni en Constantinopla, ni en la Pequeña Bretaña, ni en el Imperio de Trapisonda, sino, sencillamente, "en un lugar de la Mancha"». (Vid. Martín de Riquer, «"Introducción a la lectura del Quijote, en El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, Barcelona, Labor, 1967, p. LXVIII). Estas palabras, que resumen lacónica y concluyentemente un largo y debatido tema, no niegan la fantasía que, al mismo tiempo, se observa a lo largo del libro.

 

7

Cervantes profesó en la Orden Tercera de San Francisco, a la cual pertenecía junto con su mujer; él, desde 1613. El Sábado Santo, 2 de abril de 1616, en su casa de la calle del León, se celebra la tocante e íntima ceremonia de su profesión. En tanto que hermano terciario, fue inhumado con el sayal franciscano, en ataúd y rostro descubierto.

 

8

Jorge Luis Borges, «Análisis del último capítulo del Quijote», en Revista de la Universidad de Buenos Aires, quinta época, año I, N.º 1, Buenos Aires, enero-marzo 1956, p. 30. Tuve el privilegio de escuchar al mismo Borges cuando leía este «Análisis», en Mendoza, con ocasión de su Doctorado Honoris Causa que le otorgó, en 1956, la Universidad Nacional de Cuyo. No es mera casualidad que la «Parábola de Cervantes y de Quijote», esté fechada en enero de 1955. Aunque durante toda su vida le apasionó el tema, es dable observar que por estas fechas su preocupación adquiere especial relieve.

 

9

Jorge Luis Borges, op. cit., p. 32.

 

10

Texto incluido en el libro El hacedor [1960], Jorge Luis Borges, Obras completas, Buenos Aires, Emecé, 1974.