31
Cf. Kerkhof (2009: 106, n. 607), que reenvía al texto de Jerónimo según De preconiis Hispaniae.
32
En realidad, pese al despliegue de fuentes de Enrique de Villena (entre ellas las glosas de Arnulfo a Lucano), la presencia de Séneca en el Tratado es menor de la esperable, y se limita a unas pocas tragedias (Troades y Thyestes, sobre todo), De beneficiis y el pseudo-Séneca De remediis fortuitorum. En su edición (1976-, 43, n. 12), cree poder identificar un eco de Ad Marciam, pero sin resultar concluyente.
33
Se verá más claro tras la lectura del sólido panorama establecido por Baglio (2010) y su comparación con el caso ibérico.