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ArribaAbajoSegunda parte

Ejercicios de dramatización


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ArribaAbajo3. Ejercicios de dramatización a partir de elementos básicos

Aceptados los anteriores principios, ya se puede pasar a ejercitar la creatividad y la expresión. Para ello habrá que aplicar los distintos tipos de ésta y las sucesivas fases de la creatividad a los elementos básicos del drama. Así se puede ir practicando sobre cada uno de ellos.


Sobre los personajes


Selección de personajes

Los alumnos enumerarán, sucesivamente y por orden, un personaje distinto cada uno, según su elección. Nadie puede repetir ninguno de los personajes propuestos ya. Estos pueden ser tanto reales como ficticios, tanto genéricos como concretos, tanto animados como inanimados.

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Ejemplo: un bombero, Napoleón, un payaso, un árbol, una monja, una gaviota, Don Quijote, un mendigo, un general, un limpiabotas...

La enumeración se hará indiscriminadamente. A pesar de no tener que representar en este ejercicio el personaje enumerado, los alumnos inconscientemente irán trabajando en su imaginación para buscar otros personajes distintos... e incluso pensarán cómo caracterizarlos...

Es fundamental que el ejercicio se haga en total silencio para que todos oigan los personajes propuestos por los demás.

En sucesivas enumeraciones, y según los niveles, se pondrán condiciones siguiendo las sugerencias de la nota 1, al final de este capítulo.

Así cada enumeración da pie a un ejercicio nuevo y distinto.




Caracterización de un personaje

Este ejercicio puede hacerse individualmente, pero suele dar mejores resultados elaborado por equipos de cinco o seis alumnos. Aunque esta fase debe suprimirse para alumnos muy pequeños, resulta muy interesante como ejercicio de reflexión y de observación para algunos niveles.

Consta de los siguientes pasos:

a) Cada equipo escoge un personaje entre los enumerados anteriormente o no.

b) Una vez escogido el personaje, todo el equipo se aplica a apuntar en un papel las características distintivas fundamentales que identifican al personaje en cuestión.

c) Cada equipo da el resultado de su trabajo, por medio de una sencilla lectura de tales características.

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Esta fase puede concluir de dos formas distintas:

1.ª Forma: Los grupos enuncian el nombre del personaje y luego los rasgos que lo distinguen. Todos juntos valoran el acierto total o parcial del intento.

2.ª Forma: Los grupos se limitan a enumerar los rasgos distintivos que, si están bien escogidos, han de proporcionar datos suficientes para que el resto de la clase adivine de qué personaje se trata. Debe huirse de la tentación de confeccionar acertijos. Lo importante es potenciar el espíritu de observación sobre lo fundamental.

Ejemplo: Dirá un grupo:

  • ·Viste de azul y lleva casco.
  • ·Hace gestos enérgicos y nerviosos.
  • ·Permanece de pie en medio de la calle.
  • ·A veces mira hacia un lado y a veces hacia otro.
  • ·De cuando en cuando dice: «Pasen».
  • ·Hace sonar un silbato con fuerza...

El resto de alumnos tiene que adivinar que se trata de un guardia de la circulación.

Notas:

·El profesor deberá seguir atentamente para encauzar las descripciones de forma que:

-las características respondan a los cuatro tipos de expresión, en cuanto sea posible. Lo ideal sería que se escogiera la palabra o frase más característica, el gesto más significativo, la prenda de vestir más distintiva y el sonido más representativo.

Debe hacer notar a los alumnos que expresiones como «es orgulloso», o «es bondadoso», no son válidas, porque lo perseguido, es decir, aquello que se capta en una instantánea, o sea, las imágenes, y estas expresiones se refieren a conceptos. Si la edad de los alumnos no permite el empleo de estos términos, pregúnteseles cómo notan que «es orgulloso». Y el alumno tendrá que aclarar, por ejemplo, por qué   —48→   levanta la voz cuando habla, o por qué lleva la cabeza erguida, lo mismo que demuestra «ser bondadoso» porque sonríe a los otros, o porque acaricia a un niño...

·La ejercitación sucesiva de las dos formas de enunciar un personaje da lugar a dos ejercicios distintos y progresivos que conviene practicar.




Representación de un personaje

Realizados varios ejercicios del segundo tipo, valorados los aciertos y corregidos los defectos, cada equi po escoge un personaje, que puede ser el elegido anteriormente u otro. Entre todos buscan de nuevo las notas distintivas y estudian la forma de representarlo. Todos juntos designan a un compañero del grupo para que lo interprete.

Al igual que en el ejercicio anterior, puede anunciarse primero el personaje para que los demás comprueben la perfección de la interpretación o puede representarse sin presentación previa para que los demás lo descubran.

Notas: Para el mayor aprovechamiento téngase en cuenta que:

-el ejercicio tiene que ser muy breve. Medio minuto basta;

-debe fomentarse el empleo de los cuatro tipos de expresión, incluida la lingüística. Pero pueden alternarse los ejercicios con los cuatro tipos de expresión con otros que utilicen sólo la expresión corporal y el mimo;

-al repetir el ejercicio conviene que lo realicen alumnos distintos sucesivamente. Lo ideal sería que pasaran todos los alumnos para interpretar diversos personajes;

-para estas interpretaciones no hacen falta objetos de utilería ni vestuario formal. Es preferible ejercitar la creatividad. Además, esta simplicidad contribuirá a la rápida intervención de muchos alumnos.





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Sobre el conflicto

Superados los ejercicios sobre personajes, resueltos individualmente, se pasará a estudiar el conflicto, con preferencia por grupos.

Debe tenerse presente que de ordinario no vemos un conflicto, sino las imágenes exteriores que lo definen. Por ejemplo, si dos personas hablan airadamente, deducimos que entre ellas se ha originado un enfrentamiento derivado de discrepancia de pareceres o de molestias que una ha inferido a la otra.

El conflicto se compone de tres fases: planteamiento, nudo y desenlace.

Convendrá que se enseñe a formular hechos con el fin de que el análisis de su desarrollo nos ayude a descubrir el conflicto subyacente que los motiva.

El planteamiento implica la presentación de las partes que intervienen en el hecho.

El nudo es el mismo hecho que se desarrolla.

El desenlace consiste en cómo termina el hecho.

Tras la consideración de estas tres fases, se deduce fácilmente el conflicto.

Ejemplos:

1. hecho:

-planteamiento: un joven con una moto y un guardia de la circulación.

-nudo: están discutiendo el guardia y el joven.

-desenlace: se le impone una multa al joven.

conflicto: ha habido una infracción al Código de la Circulación.

2. hecho:

-planteamiento: unas señoras y un niño en un salón de visitas.

-nudo: las señoras charlan animadamente sin hacer caso del niño.

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-desenlace: se rompe un jarrón empujado por el niño.

conflicto: el aburrimiento del niño.


Desarrollo de los ejercicios

Enumeración y formulación de conflictos

Se plantean y estudian los conflictos por equipos. Cada equipo tiene que formular uno y enunciarlo ante los demás para que lo valoren debidamente.

Representación de conflictos

El equipo estudia cómo se puede representar un conflicto que se plasmará en una escena. A ser posible convendrá que intervengan los cinco o seis alumnos que componen cada equipo o grupo. Cuídese también de que se empleen los cuatro tipos de expresión.

Notas: Para el buen aprovechamiento debe tenerse en cuenta:

-el planteamiento del hecho que entraña el conflicto puede desembocar en un desenlace lógico o en un desenlace absurdo o de otro cariz. Esto sirve para crear situaciones absurdas, poéticas o de otros matices;

-dado que la representación de un conflicto constituye ya una escena, para darle coherencia debe cuidarse que el desenlace del conflicto coincida con la conclusión de la escena. Este es importante desde el punto de vista educativo para acostumbrar al niño a que deje las cosas acabadas;

-la representación de un conflicto implica selección y caracterización de los personajes tal como se ha señalado en la serie precedente. Además debe escogerse y delimitarse el espacio y tiempo correspondientes. El educador tendrá que estar atento a las posibles dificultades que todo esto plantea.





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Sobre el espacio

Se trata de imaginar conflictos o escenas, dentro de los espacios escogidos. Por tanto, el procedimiento más directo será el que responda a qué conflictos pueden desarrollarse en espacios concretos que se señalan o escogen.

Esto implica ya la aplicación de lo asimilado respecto a los conflictos y a los personajes.

Recuérdese que el espacio es el lugar donde sucede una acción. Ejemplo: un aula, un campo de fútbol, un restaurante, el zoo...


Desarrollo de los ejercicios

1. Enumeración de espacios. Al igual que en la enumeración de personajes cada uno dice un espacio que no puede repetirse. Por supuesto que en esta ocasión más que en aquélla los alumnos escogerán los espacios con mayor «mentalidad dramática».

2. Situación de conflictos o escenas en un espacio. Puede plantearse este ejercicio de varias maneras y siempre con resultado positivo. Pero para mantener el ambiente de juego que ha de animar a las clases de dramatización; se recomienda dividir todo el curso en dos grupos: los pares y los nones.

Cada uno de los nones escoge un espacio, a lo que el correspondiente par contesta enunciando un conflicto.

Ejemplos:

Uno dice:El otro responde:
1. Un asiento en el autobús1. Dos señoras se lo disputan.
2. Ante un semáforo. 2. Se abre la luz verde y el niño que va con su madre no quiere pasar.
3. La mesa de un restaurante. 3. El camarero descuidado mancha a un cliente y dice que no es nada.

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Nota: En este ejercicio será conveniente que tras el enunciado de los conflictos, hecho lógicamente de forma rápida e incompleta, se dedique un tiempo a completar la formulación, incluyendo la conclusión o desenlace de cada uno de ellos o uno de los posibles desenlaces. Así, para el caso 1, el desenlace puede ser que las dos señoras se pongan de acuerdo cuando llegan al final del trayecto; para el caso 2, que cuando el niño por fin se decida a pasar, el semáforo cambia a rojo y vuelve a empezar la discusión; para el caso 3, que el cliente se marcha sin pagar.




Selección de conflictos

Se señala el mismo espacio para todos los grupos. Cada grupo tiene que situar en él un conflicto o escena diferente.

Bastará para ello que se vea que el mismo espacio puede presentar circunstancias distintas o que varíen los personajes que intervienen o que éstos desarrollen hechos distintos también.

Ejemplo.-Espacio: Un banco en el parque.

  • ·Puede estar totalmente ocupado y aparece un pelma empeñado en sentarse.
  • ·Puede estar totalmente libre, porque está recién pintado.
  • ·O totalmente libre, porque tiene una pata rota.
  • ·O está ocupado por dos personas, una muy pacífica y la otra muy nerviosa.
  • ·O hay un viejecito escuchando el transistor y un impertinente se empeña en cantarle todas las canciones que salen.
  • ·O un señor leyendo el periódico y otro que no para de importunar.



Selección de desenlaces

Se enuncia a todos los grupos el planteamiento del mismo conflicto. Cada grupo tiene que llegar a desenlace distinto.

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Ejemplo:

Planteamiento: Sentado en el banco de un parque un señor lee el periódico y otro no para de importunar «pegándose» a él para leer a la vez.

Desenlace:

  • ·El propietario del periódico se levanta y le compra otro al inoportuno.
  • ·Se marcha fastidiado y le deja el suyo.
  • ·Le pide que se lo lea en voz alta, así el uno pone el periódico y el otro el trabajo de leerlo.
  • ·Va corriéndose en el asiento hasta hacer caer al final al importuno, que no se da cuenta de que «se acaba» el banco.



Representación de la escena o conflicto a partir del espacio

Prácticamente es lo mismo que la representación de conflictos o escenas ya efectuada anteriormente.

Metodológicamente, no obstante, se exige que se parta en su formulación y estudio, no del conflicto, sino del espacio. Por tanto se ha de hacer mayor hincapié en la creación de espacios.

La creación de un espacio puede ser muy sencilla, pero requiere la recta utilización de elementos muy simples y a veces los mismos valen para determinar espacios distintos.

En efecto, por ejemplo, unas cuantas sillas colocadas en filas paralelas, tanto sirven para representar el interior de un autobús, como el de un avión, o la platea de un teatro o el auditorio de una sala de conferencias. Dependerá en cada caso de la actitud que adopten sus ocupantes simplemente, o de la escena que se desarrolle allí.

Sirva de sugerencia para algunos ejercicios de este tipo.

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Notas:

-A medida que el alumno va avanzando es conveniente alternar los ejercicios totalmente escogidos por él con otros para los que se le señale el punto de partida e incluso algunas circunstancias.

-Por supuesto que, tratándose de dramatización, es conveniente que se dé gran importancia a los ejercicios que implican movimiento como son los denominados de representación. Pero no conviene olvidar que los otros tipos de ejercicios, pese a su cariz más intelectual, tienen gran interés, sobre todo a determinados niveles, porque potencian mucho la creatividad.






Sobre el tiempo


Duración

Tomando la duración del tiempo como punto de partida, los ejercicios se reducen casi exclusivamente al desajuste provocado entre el tiempo dado y una acción cuya duración excede a dicho tiempo, o bien no lo llena completamente.

La formulación de ejemplos ayudará a comprender lo dicho.

a) El tiempo dado es inferior al exigido por la duración de la acción.

Ejemplos:

-Un orador tiene muchas cosas que decir y se le agota el tiempo.

-Una persona se acuerda de que tiene una cita dentro de unos minutos y todavía está vistiéndose y arreglándose.

-Un amigo detiene a otro para saludarlo con riesgo de hacerle perder el tren.

b) El tiempo dura más que la acción que tiene que encajarse en él.

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Ejemplos:

-A un examinando se le conceden cinco minutos para desarrollar un tema y en el primero ya ha agotado sus conocimientos.

-Un señor ha llegado demasiado pronto a una cita y no sabe cómo llenar la espera.

-Un señor espera una llamada telefónica que se retrasa.

-Uno espera que cambie el semáforo para poder pasar y tarda mucho.

-Alguien se aburre en la cola ante una ventanilla.

-Un portero de fútbol se duerme porque tarda en llegar la pelota a su área.

Notas:

-Aunque no se especifique con todo pormenor, puede seguirse el mismo sistema anteriormente indicado de ejercicios de enumeración, representaciones, etc.

-Estos ejercicios suponen la utilización de todo lo aprendido en las series anteriores y las creaciones parciales -personajes, conflicto a que dan lugar.




Época

Cabe plantearse estos ejercicios como respuesta a la pregunta: «¿Qué se puede hacer en una determinada época o momento?»

Por ejemplo, durante el Paleolítico, durante la Edad Media, durante un partido de fútbol, durante un viaje en barco...

Recuérdese que época es el momento en que sucede una acción.

La fijación de la época o momento implicará con frecuencia un espacio del que no se puede prescindir fácilmente. Y en cada caso la acción propuesta puede tener un encaje lógico -histórico- o disparatado -anacrónico-, con los correspondientes planteamientos.

Es el caso, por ejemplo, de «Un yanqui en la corte del Rey Arturo».

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a) Planteamiento histórico:

Ejemplos:

-Durante el primer viaje de Colón a América cabe

  • ·Ilusión en la tripulación.
  • ·Desaliento en la tripulación.
  • ·Sufrimientos por la escasez de víveres.
  • ·Discusiones sobre la redondez de la Tierra.
  • ·Peleas por creer que los habían engañado.

b) Planteamiento anacrónico:

Ejemplos:

-Un vaquero del Oeste durante una de las Cruzadas.

-Sancho Panza en el Madrid actual.

-Cantinflas en la corte de Luis XIV.

-Don Quijote en un campo de fútbol.

-Un automovilista en la Edad de Piedra.






Sobre el argumento y el tema

En realidad no hay que idear nuevos ejercicios para llegar a la creación de argumentos, porque se viene haciendo ya con los anteriores. Hay que convenir, no obstante, que éstos tienen que responder al nivel de los alumnos y, por descontado, tienen que ser breves.

No obstante, por motivos pedagógicos, conviene proponer ejercicios especiales sobre argumentos por varias razones:

-Para que se den cuenta los alumnos de la propia naturaleza del argumento que engloba todos los elementos estudiados anteriormente, pero condicionados por la acción.

-Para que aprendan a dejarlos bien acabados.

-Para que aprendan a distinguirlos de los temas.

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Ahora bien, a la vista de todo esto, conviene hacer algunos ejercicios que integren el argumento y el tema. Pueden ser de estos tipos:

1. De enumeración.

Enunciando el argumento y el tema al que puede servir. Para ello pueden formularse como en los ejemplos siguientes:

Ejemplos:

-Un mendigo se ve rechazado (argumento), para indicar la dureza de corazón (tema).

-Un estudiante olvida sus libros en casa (argumento), para indicar la falta de previsión (tema).

-Un obrero sufre un accidente laboral (argumento), para plantearse la necesidad de solidaridad humana (tema).

2. De preparación y representación.

Al tenor de lo propuesto anteriormente se preparan y montan estos ejercicios.

3. De análisis e indagación.

Pueden presentarse de tres maneras:

a) Enunciado un argumento, preguntarse qué tema quiere ofrecer.

Ejemplos:

-¿Qué quiere decirse con el caso de un tenista que se entretiene peloteando él solo en la cancha?

- ¿Qué quiere significarse con el caso de un violinista convertido en músico callejero mendicante?

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b) Intentando crear argumentos para expresar determinados temas.

Ejemplos:

-La soledad de un hombre.

-El hambre de un niño.

-La gratitud de una viejecita.

-La serenidad de un hombre ante el peligro.

-La necesidad de convivencia con sus semejantes.

c) Representar algunos argumentos y luego analizar a qué tema responden, si responden plenamente y por qué.

El contraste de razonamientos y pareceres es fundamental para aprender a penetrar en las realidades y para comunicarse con precisión y efectividad.

Notas:

1. Fácilmente se adivina que estos ejercicios pueden emplearse de distintas formas según los diferentes niveles y ocasiones.

Así, por ejemplo, tomando como punto de partida el ejercicio de selección de personajes, en vez de pedir la simple enumeración de cualquier tipo de ellos, puede pedirse:

Personajes sacados de los oficios de la vida ordinaria: un carpintero, un bombero, un estudiante, un albañil, un leñador...

Personajes históricos: El Cid, Carlos V, Cervantes, Santa Teresa...

Personajes de la literatura infantil: Pinocho, Riquete el del copete, Blancanieves, Caperucita Roja...

Lo mismo cabe hacer con los espacios, por ejemplo. Así podrán pedirse:

Espacios que ya no existen actualmente: un circo romano, la corte de los faraones, una cueva prehistórica, una venta cervantina...

Espacios que se encuentran en el campo: una fuente, una chopera, un coto de caza...

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Espacios que se encuentran en la ciudad: una plaza, un almacén de tejidos, una discoteca, una cafetería, una iglesia...

La diversificación de los ejercicios deberá provocarse a veces, incluso con orientaciones precisas, para evitar que se caiga siempre en el mismo tipo de personajes, espacios, referencias y demás, lo cual, a la postre, denota pobreza de ideas y falta de creatividad.

2. La representación de los ejercicios propuestos a partir de un conflicto da como resultado una escena. La mejor forma de conseguir que una escena quede acabada es aplicarse a que en ella se vean reflejadas las tres fases tradicionalmente imprescindible en toda acción dramática:

  • -planteamiento,
  • -nudo,
  • -desenlace.

Sólo con el desarrollo sucesivo de las mismas se alcanza que una acción quede verdaderamente terminada.

El planteamiento supone la aportación de datos para la acción, aportación que se da desde el principio de la misma. En el planteamiento se inicia el conocimiento de los personajes, el espacio y el tiempo, principalmente. Este conocimiento se va completando durante el desarrollo del conflicto.

El nudo queda ocupado por lo fundamental del argumento reflejado en la acción.

En el desenlace tiene que aparecer claro el tema.

La respuesta a tres preguntas sencillas ayudará a esclarecer estas fases y hacerlas comprender a los alumnos a la vez que se perfilarán sus límites:

-«¿Cómo empieza la acción?» equivale a situar los elementos principales del planteamiento.

-«Qué pasa?» fija la atención en el nudo.

-«¿Cómo termina?» ayuda a descubrir el desenlace.

En los ejercicios de reflexión que, de cuando en cuando, han de seguir a las representaciones convendrá echar mano de estas preguntas.

3. Dado un personaje, una forma sencilla de plantear el conflicto es colocarlo frente a un oponente. El conflicto   —60→   vendrá determinado por la respuesta a la pregunta ¿qué sucede entre ambos?

Si el personaje es el protagonista, el oponente será su antagonista. Se prefiere la denominación de oponente a la de contrario porque ésta restringe peligrosamente el concepto de conflicto al enfrentamiento, cuando sabemos que el conflicto admite más matices en su contexto dramático, ya que indica la relación que se establece entre dos personajes.

Ejemplo:

PersonajeOponente
policíadelincuente
leñadorárbol
perrogato
alegríatristeza
examinadorexaminando
liebretortuga
listotonto

Ejercicios:

1. Un alumno dice un personaje y otro su oponente.

2. Hecha una lista de personajes y sus oponentes, responder a la pregunta: ¿Qué sucede entre ellos?

3. Completar las respuestas obtenidas en el ejercicio anterior con el correspondiente planteamiento, nudo y desenlace, en cada caso. Luego, representarlo.





  —61→  

ArribaAbajo4. Ejercicios a partir de un objeto, de una palabra, de un hecho

Practicados los anteriores ejercicios, se puede pasar a otros de enunciado menos preciso que igualmente potencian la creatividad y la expresión.

La serie aquí propuesta es triple:

  • -A partir de un objeto.
  • -A partir de una palabra.
  • -A partir de un hecho brevemente enunciado.

A partir de un objeto

Hay dos tipos fundamentales de ejercicios:


Caso de un objeto real interpretado como tal

Un alumno recibe un objeto real. Con él y a partir de él tiene que improvisar una escena, muy breve, en   —62→   la cual se pueda ver alguno de los usos reales del objeto en cuestión. A efectos de este tipo de ejercicios el objeto ha de conservar su propia naturaleza e identidad, quien cambia es el sujeto que la utiliza.

Ejemplo.-A partir de una gorra uno pasa a ser:

-Un taxista que abre la portezuela del taxi a un cliente.

-Un mendigo que pasa la gorra para recoger algunas limosnas.

-Una persona que saluda a un superior.

-Un señor que se descubre al entrar en la iglesia.

-Un ladrón que quiere ocultar su rostro.

En un segundo estadio el tipo de usos a que se destina la gorra, para seguir con el ejemplo, siempre considerada como gorra, da lugar a una escena con personajes, conflicto, espacio, tiempo, argumento y tema.

El objeto, en el presente caso la gorra, tiene que desempeñar, en este tipo de escenas, papel fundamental.

Ejemplos:

-Un distraído busca la gorra que lleva puesta.

-Un señor va a comprarse una gorra para él y no la encuentra.

-Una señora va a comprar una gorra para su marido.




Caso de un objeto real que no debe interpretarse como tal

Los alumnos, puestos en fila, recibirán un objeto perfectamente conocido de todos. Se lo irán pasando rápidamente unos a otros después de haber actuado.

Al recibirlo, cada uno tendrá que improvisar una escena mimada, muy breve, en la que el objeto es susceptible de entenderse como cualquier cosa menos como lo que es realmente. Por supuesto que cada interpretación   —63→   del objeto tiene que guardar alguna relación con el objeto real, por su forma.

Es bueno hacer este ejercicio de manera que actúen en serie ocho o diez alumnos cada vez, mientras los demás observan y esperan, a veces ansiosamente, para pasar a improvisar lo que a ellos se les va ocurriendo. Por supuesto no debe anunciarse el objeto en que se transforma el real. Todos tienen que verlo y entenderlo, si el ejercicio está bien hecho.

Ejemplo.-A partir de un pandero, se mima una escena en la cual es:

-Un plato de sopa.

-La corona de un santo.

-El volante de un automóvil.

-Un espejo.

-Un aro de un niño.

-Un abanico.

-Una sartén donde se fríe una tortilla.

-Una bandeja de un camarero.

Por el mismo procedimiento, una baqueta de tambor puede ser:

-Un pincel.

-Una batuta.

-El arco de un violín.

-El arco de un contrabajo.

-Una lima.

-Una flauta.

Aunque este tipo de ejercicios puede arrancar de cualquier objeto que se lleve al aula con esta finalidad, es conveniente, para potenciar la creatividad, agotar en primer lugar las posibilidades que brindan los objetos constantemente permanentes en el aula:

-Un bolígrafo puede ser un cepillo de dientes, un termómetro, un cigarrillo.

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-El borrador puede convertirse en un transistor, un bocadillo, una pastilla de jabón, un estuche de aseo, una maquinilla de afeitar.

-Un puntero puede dar una pica, una escoba, un fusil, un apagavelas, una bandera, una caña de pescar, un paraguas.

-Un jersey puede transformarse en un delantal, en bebé, un turbante...

La serie que se sugiere es inagotable. Y se acrecienta cuando se pasa a utilizar dos objetos a la vez:

Ejemplo.-Las dos baquetas de un tambor dan:

-Un par de banderillas.

-Un par de agujas para hacer calceta.

-Un diávolo.

-Un violín y su arco.

-Los palillos de los chinos para comer arroz.

-El tenedor y el cuchillo.

Las combinaciones de objetos aumentan las posibilidades de nuevos ejercicios:

-Una baqueta y un pandero.

-Un borrador y un bolígrafo.

-Un puntero y una baqueta.

Todos los ejercicios de esta serie pueden repetirse añadiendo a los gestos los sonidos más significativos o una brevísima frase. Esto introduce en situaciones nuevas y más ricas.

Ejemplos:

-El bolígrafo convertido en termómetro puede provocar la expresión «¡Qué lástima! ¡Sólo treinta y seis y medio!», suficiente para indicar la desilusión del que desea estar enfermo   —65→   para librarse de un examen o para continuar en la cama.

-El pandero convertido en espejo puede hacer exclamar a la coqueta que envejece: «¡Otra arruga!»

Notas:

-Este tipo de ejercicios puede servir para introducir a otros de mayor complicación y suele ser excelente medio de calentamiento para entrar en ambiente. Convendrá a lo mejor recurrir a él cuando el grupo se halle apático o desinteresado.

-Si se mantiene el ritmo rápido, provoca la participación espontánea de todos, hasta de los más remisos. Es un buen sistema para desinhibir.

-La razón de la insistencia en la brevedad, tanto en la expresión corporal como en la oral, se basa en la necesidad de potenciarla expresión. El tener que recurrir a muchas palabras para decir algo suele ser prueba de poca expresividad.

Este mismo ejercicio admite variaciones. Por ejemplo: un alumno improvisa la escena mimada con el objeto presente y el siguiente tiene que dar el nombre del objeto creado. Se refuerza así con un nuevo ejercicio de expresión oral. Exíjase que el alumno diga el nombre correspondiente. En otros casos podrá ser el verbo que indique la acción; pero en cada caso, lo señalado.






A partir de una palabra

Este tipo de ejercicios es más reposado y se aviene perfectamente con el trabajo por equipos.

a) A cada grupo se le señala una palabra, por ejemplo la palabra cesta, mesa, banco, campana... En el seno del grupo debe seleccionarse una acepción entre las varias que puede tener la voz propuesta. Consecuentemente con ella debe prepararse un argumento para representarlo, y hacerlo a continuación.

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Ejemplo. Si la palabra escogida es mesa:

-Hay que seleccionar entre mesa de comedor, escritorio, pupitre de clase, mesa de operaciones, mesa petitoria, mesa de altar, mesa de despacho, mesa de bar...

-De acuerdo con la acepción escogida, en cuya elección indudablemente influirán los móviles del grupo -facilidades para la puesta en escena, conocimientos, originalidad-, se elaborará la historia que luego se representará.

Una vez dominado este sistema, será interesante proponer el mismo tipo de ejercicio, pero cuidando de que todos los grupos partan de la misma palabra. Las historias inventadas serán distintas no sólo cuando cada grupo haya tomado una acepción diferente, sino incluso cuando coincidan en la misma, porque quedan para su libre elección todos los restantes elementos dramáticos.

b) Se aumentan las dificultades y se limitan las salidas del ejercicio anterior cuando la palabra propuesta tiene algún modificador que concrete su significado. Esto supone mayor esfuerzo de creatividad.

Ejemplos: cesta de Navidad, banco comercial, mesa de trabajo, etc., ofrecen, sin duda alguna, menos salidas que cesta, mesa o banco, a secas, en cambio ejercitan más la creatividad.

c) Otro tipo de ejercicios más complejos parte de la asociación de dos palabras distintas:

Ejemplo: cesta y autobús, asociadas se prestan a:

-Crear una historia en torno a una cesta olvidada en el interior de un autobús.

-Montar la escena de una señora gorda que entra en el autobús con una cesta y no hay espacio para colocarse las dos juntas en el pasillo...

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d) La asociación puede extenderse a tres palabras y más, dando lugar a historias cada vez más complejas.

Ejemplo: lupa, zapato y cuadro se prestan a inventar una historia de investigación policial en la que se ha robado un cuadro artístico de mucho valor. Ha quedado en el suelo la huella de un zapato cuyas características, examinadas a través de una lupa, proporcionan la pista del ladrón...

Nota:

El ejercicio de creatividad que suponen las invenciones hechas a partir de varias palabras escogidas al azar, o entre las de una lista previa sometidas a distintas combinaciones, o seleccionando tres o cuatro palabras que ocupen una determinada posición en una página cualquiera...

Como ejercicio de reflexión en la composición del argumento puede practicarse individual o colectivamente. Los resultados de la práctica en grupo son más ricos, pero a determinados niveles habrá que intentar la creación individual.




A partir de un hecho


Un hecho real o posible

Este ejercicio no reviste particularidades especiales respecto a algunos de los enunciados anteriormente. La diferencia está en el punto de partida.

El hecho se enuncia en cuanto a lo estrictamente fundamental. Los alumnos, por grupos, tejen la historia completa que luego representan.

Ejemplo: Un pescador pesca y otro no pesca.

-Puede suceder que el que más presume no pesque nada; en cambio el otro pesca sin saber cómo.

-Que el uno con caña y equipo muy completos no pesque nada, mientras un mirón se mete de cuando en cuando en el agua y pesca... con la mano...

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-Que al uno le pican y no saca nada, mientras el otro saca sin picarle...

Muchas veces, para completar el argumento, bastará con establecer la causa del hecho. La respuesta a por qué sucede aquello es suficiente para dar la síntesis del argumento.

Ejemplo: Un matrimonio pierde el tren.

-porque ha tenido que esperar excesivamente en un semáforo... y al querer pasar, por las prisas, el guardia los ha detenido para ponerles una multa.

-porque se han equivocado de tren y se han acomodado en otro que sale más tarde en otra dirección.

-porque se entretienen demasiado en abrazar y despedirse de sus amistades en el mismo andén.

-porque han llegado muy justo y no acaban de subir los paquetes que tienen en el andén.

-porque llevan el reloj atrasado.




Un hecho fantástico

Si partir de un hecho real potencia la observación, partir de un hecho fantástico ejercita preferentemente la creatividad bajo variadas formas.

Para el desarrollo de este tipo de ejercicios valen las explicaciones anteriores. Y, por supuesto, el ejercicio no queda completo hasta que no se haya representado y hayan entrado en juego todos los elementos básicos del drama.

Baste como sugerencia el enunciado de algunos hechos fantásticos.

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Ejemplos:

-La casa que caminaba.

-El calendario que se apresuraba y se atrasaba.

-La nube que no quería llover.

-El caracol que quería correr.

-Los zapatos que querían volar.

-El despertador perezoso







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ArribaAbajo5. Ejercicios a partir de una acción o un movimiento


Representar distintas variaciones sobre una misma acción

Es un ejercicio muy apto para practicar colectivamente. Todos los alumnos a la vez van ejecutando la acción tras la indicación correspondiente o por imitación simultánea (niños y profesor al mismo tiempo). Sucesivamente se va pasando por las distintas variaciones.

Ejemplo: Caminar.

·Caminar como un animal:

  • -Un gato: a gatas, torso arqueado hacia adelante.
  • -Un perro: a gatas, torso arqueado hacia atrás.
  • -Un caracol: encogido hacia adelante.
  • -Un mono: de pie, pies hacia afuera y brazos arqueados.
  —71→  

·Caminar como una persona:

  • -Huyendo de alguien.
  • -Con miedo.
  • -A oscuras.
  • -Alegre.
  • -Triste.
  • -Cansado.
  • -Borracho.
  • -A disgusto.
  • -Rechazando a un fotógrafo impertinente.
  • -Salvando obstáculos imaginarios.
  • -Entre malezas.
  • -Acompañando a un señor que va muy de prisa.
  • -Paseando a un perro.
  • -Acompañando a un señor que va muy de prisa, pero que se para bruscamente con frecuencia porque está explicando algo.
  • -Como un detective que está siguiendo a alguien.
  • -Atravesando un río por un vado de piedras.
  • -Como si llevara una bandeja de bebidas.
  • -Con frío.
  • -Con lluvia.
  • -Con viento.
  • -Con calor.
  • -Despreocupado.
  • -Leyendo.
  • -Medio dormido.
  • -Cazando mariposas.
  • -Cazando pájaros.
  —72→  

Otras acciones

Se pueden buscar otras acciones en las que convendrá también procurar encontrar diversas variaciones; para establecer estas variaciones es conveniente que los niños aporten sus ideas y sugerencias hasta formar una tabla para cada una de ellas.

  • -Cortar leña.
  • -Pintar una pared.
  • -Segar trigo.
  • -Leer el periódico.
  • -Arreglar una bombilla.
  • -Pisar uvas en el lagar.
  • -Deshojar una margarita.
  • -Limpiar cristales.
  • -Pescar con caña.
  • -Arreglar el motor del coche.
  • -Tocar la campana.
  • -Pintar ante el caballete.
  • -Zurcir un calcetín.
  • -Sacar una fotografía.
  • -Freír una tortilla.
  • -Afeitar a un cliente.
  • -Arrancar una muela.
  • -Nadar.
  • -Herrar a una mula.
  • -Pasear en bicicleta.
  • -Conducir un coche.
  • -Conducir una moto.
  • -Cerner trigo.
  • -Poner una inyección.
  • -Guiar una cometa.
  —73→  

Al hacer estos u otros ejercicios, convendrá, sobre todo al repetirlos, acompañarlos del sonido correspondiente o adecuado. Lo cual ya implica otro ejercicio distinto.




Representar acciones condicionadas por un objeto

El objeto tiene que estar presente y utilizarse para la acción.

Ejemplo: Tomemos un pañuelo.

De las muchas creaciones que pueden realizarse con este pañuelo señalemos como punto de partida las que respondan a la pregunta:

«¿Qué haría con este pañuelo si lo tuviera en sus manos...?

  • -Un niño.
  • -Una viejecita.
  • -Un profesor.
  • -Uno que tiene calor.
  • -Un futbolista.
  • -Un prestidigitador.
  • -Un presumido.
  • -Un llorón.
  • -Un dormilón.

«El que tiene calor» lo empleará para secarse el sudor, o para abanicarse...; «el profesor» para limpiarse las gafas o para borrar la pizarra distraídamente...; «el futbolista» para atárselo a la cabeza...




Elaborar escenas a partir de acciones o movimientos

Partiendo de acciones como las señaladas en los apartados anteriores se pueden elaborar escenas. Para ello:

  —74→  

-Hay que considerar la acción individualmente.

-Hay que descubrir la presencia de los elementos básicos del drama.

-Hay que conseguir que la acción quede completa por el desarrollo sucesivo de sus fases: planteamiento, nudo y desenlace.

Un método muy sencillo para crear una dramatización es utilizar uno o más personajes que realicen dicha acción y hacerse las preguntas de rigor: «¿Cómo empieza?» «¿Qué pasa?» «¿Cómo termina?»

Ejemplos:

-Un individuo «camina huyendo de alguien».

«¿Cómo empieza?» Empieza porque ha robado una tarta y huye del pastelero que lo persigue por la calle.

«¿Qué pasa?» Que va corriendo con la tarta en la mano y, como huye mirando hacia atrás, está varias veces a punto de estrellarse con varias personas con las que se cruza.

«¿Cómo termina?» Termina por chocar contra una farola y ensuciar su vestido con la propia tarta que le había causado tanta ilusión. Y en ese momento lo descubre un guardia.

-Si se trata de un individuo que «atraviesa el río por un vado de piedras», puede suceder que, al terminar la travesía, se encuentre con que se ha olvidado los zapatos en la otra orilla.

-Si queremos introducir dos personajes, bastará por ejemplo que tomemos uno que «camina como un gato» y otro que «camina como un perro». El resultado puede ser variadísimo.





  —75→  

ArribaAbajo6. Ejercicios especiales sobre expresión y creatividad

Aunque todos los ejercicios propuestos hasta el presente tienden a favorecer y potenciar la expresión, convendrá ejercitarse en algunos que, por incidir más especialmente sobre un tipo de expresión, contribuyen a su mayor desarrollo.


Expresión lingüística

·Declamar dando todas las entonaciones posibles de una frase como, por ejemplo: «El ruido con que rueda la ronca tempestad.»

·Improvisar rápidamente una frase sobre cada una de las palabras de una lista dada: mesa, flor, perro, huracán, pluma, sombrero, cantimplora...

·Un alumno empieza un cuento de su propia invención. Al pronunciar involuntariamente la conjunción «y», que todos se han comprometido a evitar, tiene que ceder   —76→   la vez al siguiente, que proseguirá con el cuento, y así sucesivamente. Naturalmente debe haber empeño en guardar la palabra el mayor tiempo posible.

·Entregar una fotografía a cada uno de los alumnos y pedirles que cada uno describa lo que ve en ella o que componga un pie para la misma. Conviene limitar el tiempo o el número de palabras, según los casos.

·Poner títulos a gacetillas de prensa.

·A uno que permanece con los ojos tapados se le pasan objetos reales y él tiene que describirlos. Por ejemplo, una pelota de tenis, una naranja, una manzana...

·Mantener una conversación telefónica con un interlocutor que no está presente. Por lo que dice el presente, que es el único que se oye, pues el otro es simplemente imaginario, los oyentes tienen que enterarse del asunto objeto de la conversación. Debe evitarse el truco de repetir totalmente las supuestas intervenciones del otro.

·Promover debates ficticios. Se supone, por ejemplo, que cuatro o cinco alumnos son operarios de una fábrica de coches. Otro es el director y propone regalar un automóvil por Navidad al que alegue más motivos para merecerlo. El debate debe ser ficticio. Si es real, ya no es dramático.

·Declamar o leer un fragmento entre dos. El uno declama o lee; el otro, mientras tanto, hace los gestos correspondientes.

·Imitar la forma de hablar de algunos personajes típicos:

  • -Una viejecita.
  • -Un pedante.
  • -Un gitano.
  • -Un tartamudo.
  • -Un gracioso.
  • -Un pasota.
  • —77→
  • -Un tímido.
  • -Un valentón.
  • -Un orgulloso.
  • -Una coqueta.
  • -Un inseguro.
  • -Un astuto.
  • -Un satisfecho.
  • -Una abuelita.
  • -Un escurridizo.
  • -Un profesor.
  • -Un locutor deportivo.

La caracterización debe alcanzar tanto a la entonación y pronunciación como al contenido.

·Buscar formas de hablar y entonaciones para caracterizar a algunos animales:

  • -Un loro.
  • -Un perro.
  • -Un gallo.
  • -Un burro.
  • -Un pájaro.
  • -Un gato.
  • -Un conejo.

Para conseguirlo hay que tener en cuenta el tono convencional que se atribuye a tales animales. Pero, además, debe intercalarse oportunamente, aunque sin abusar, el sonido onomatopéyico con que también convencionalmente los caracterizamos o imitamos. En todo caso, si el animal interviene en un coloquio largo o en un monólogo de cierta extensión o en alguna escena, debe evitarse que la presencia de las onomatopeyas resulte pesada. Estas onomatopeyas caracterizadoras nunca deben entorpecer el entendimiento del discurso.

·Mantener una discusión o diálogo, ficticios, con el empleo de números en vez de palabras. Resulta de mucho efecto la variedad de matices en la entonación. La conversación debe ir acompañada, evidentemente, de los gestos y actitudes correspondientes hasta constituir una verdadera escena.

  —78→  

Ejemplo:

-Uno, dos y tres.

-¡Cuatro, cinco y seis!

-¿Siete, ocho y nueve?

-¡Diez! ¡¡Once!! ¡¡¡Doce!!!

Etcétera...

Al final se interpreta el diálogo o escena. Se puede cotejar el resultado de la interpretación con el original convenido entre los dialogantes y mantenido en secreto.




Expresión corporal

Aunque en algunos ejercicios anteriores interviene la expresión corporal, sugerimos aquí algunos específicos como muestra:

·Fingir un mareo.

·Representar una borrachera.

·Lavarse los pies con agua fría.

·Detectar un determinado olor.

·Acariciar a un perro.

·Oír un sonido hiriente.

·Beberse una bebida amarga.

·Comerse un trozo de turrón.

·Dirigir a una banda que interpreta una pieza musical.

·Improvisar las distintas maneras de presentarse las personas que actúan al servicio de otras:

  • -Un recluta.
  • -Un camarero.
  • -Un criado.
  • —79→
  • -Un botones.
  • -Un ordenanza.
  • -Un chófer.
  • -Un sereno.
  • -Un limpiabotas.

Adoptar los distintos comportamientos de los que:

  • -Siguen un partido de tenis.
  • -Ven un partido de fútbol.
  • -Se suman a un grupo de mirones ante un charlatán callejero.
  • -Participan en una subasta de pescado en un puerto.
  • -Leen un tebeo.
  • -Contemplan un espacio de televisión.
  • -Observan el proceder de un pintor callejero.
  • -Esperan en la cola del autobús.
  • -Miran escaparates.
  • -Visitan la feria del libro.
  • -Esperan la llegada del avión en un aeropuerto.

Nota: Las posibilidades de enriquecer la expresión corporal aumentan cuando los actuantes no sólo atienden a sus propias reacciones, sino también a las del grupo, llegando así a crear escenas por la mutua relación. Tal puede ser el caso, por ejemplo, de las personas que «contemplan un espacio de televisión, en familia, en un bar, en la calle ante el televisor de un escaparate... En estos casos se debe prestar atención a los distintos elementos básicos del drama y a las tres fases, planteamiento, nudo y desenlace.

-Imitar a personas en actuaciones conocidas:

  • -Al revisor del tren.
  • -Al funcionario de la ventanilla.
  • -Al vendedor de globos.
  • -Al profesor de matemáticas.
  • -Al orador.
  • -Al peluquero.
  • -Al charlatán callejero.
  • -A la gitana de la buenaventura.
  • -Al árbitro de boxeo.
  • -Al repartidor del periódico.
  —80→  

·Este ejercicio se puede repetir y completar añadiéndole un adjetivo a cada uno de los personajes citados anteriormente:

  • -El revisor de tren... desconfiado.
  • -El funcionario... comodón.
  • -El profesor... distraído... o suspicaz.
  • -El orador... campanudo.
  • -El vendedor de globos... sordo.
  • -El peluquero... miope.
  • -El charlatán... zazoso.
  • -La gitana... relamida.
  • -El árbitro de boxeo... bizco.
  • -El repartidor de periódicos... cojo.

·Tocar instrumentos imaginarios al son de la música o no:

  • -El violín.
  • -El violonchelo.
  • -La trompeta.
  • -La guitarra.
  • -El acordeón.
  • -El trombón.

Nota: Tratándose de expresión corporal, será conveniente que los ejercicios propuestos se desarrollen sólo con el gesto. Sin perjuicio de que luego se emplee en ellos también la palabra en una segunda vez.




Relación entre posiciones y actitudes en la expresión corporal

Las distintas posiciones del cuerpo humano nos revelan las actitudes del individuo. Estas posiciones pueden reducirse a dos tipos fundamentales:

a) Posiciones abiertas.

b) Posiciones cerradas.

Estas posiciones, a su vez, expresan las correspondientes actitudes abiertas y cerradas.

  —81→  

a) Las actitudes abiertas se manifiestan por posiciones tales como brazos extendidos, cabeza erguida, ojos abiertos, sonrisa, piernas abiertas y, en general, esquema corporal que no impide la integración de elementos externos.

Estas actitudes o posiciones abiertas significan afirmación del yo.

Y comunican: dominio, poder, exaltación, fuerza, seguridad, alegría, serenidad, bienestar...

b) Las actitudes cerradas, por el contrario, se sirven de posiciones opuestas a las anteriores: brazos cerrados, cabeza agachada, piernas encogidas, mueca de tristeza, párpados caídos y, en general, esquema corporal con tendencia a inscribirse en un círculo, «a la defensiva» frente a elementos externos.

Suponen la negación del yo.

Comunican: inseguridad, introversión, duda, tristeza, humillación, servidumbre, timidez, indecisión...

A partir de estas dos líneas corporales se pueden imaginar numerosos ejercicios.

Ejemplos:

-Adoptar, individualmente, con el propio cuerpo, posturas que indiquen:

  • Calor - frío.
  • Poder - sumisión.
  • Alegría - tristeza.
  • Agresividad - defensa.
  • Generosidad - avaricia.

-Buscar algunas plantas o animales que por sus posiciones habituales puedan traducir algunas actitudes; explicar su significación y representarlas:

  • El sauce llorón: tristeza o melancolía.
  • El águila: altanería.
  • El león: valentía.

-Idear composiciones plásticas a partir del cuerpo humano solamente, pero formando grupos que indiquen   —82→   distintas actitudes basadas precisamente en las posiciones abiertas y cerradas.

-Tomar algunas de estas composiciones plásticas como punto de partida para una dramatización. Estas composiciones plásticas pueden ser totalmente inventadas para tal efecto o reproducidas de monumentos, cuadros artísticos célebres y de más. Ejemplo: a partir de una interpretación de Los fusilamientos de la Moncloa, de Goya, o de ¿Y aún dirán que el pescado es caro?, de Sorolla.

Si representamos mediante una serie de sucesivas posiciones el paso de una forma cerrada a una forma abierta, se crea un ciclo dotado de movimiento de progresión. El punto máximo de esta progresión lo podemos denominar clímax.

Por el contrario, la representación de una serie sucesiva de posiciones que determinan el paso de una forma abierta a una forma cerrada determinará un ciclo de regresión. Y el punto mínimo de esta regresión podrá denominarse anticlímax.

Esto da pie a diversos ejercicios:

·Representar ciclos de progresión, como por ejemplo:

  • -El nacimiento de una flor.
  • -El paso del invierno a la primavera.
  • -El nacimiento y desarrollo de un rumor.
  • -Una hoguera.
  • -La elevación y explosión de un cohete.

·Representar ciclos de regresión, como por ejemplo:

  • -La muerte de un espantapájaros.
  • -La quema de una falla.
  • -La agonía de un árbol.
  • -Un naufragio.
  • -El desinflarse un globo.

La plasmación de estas representaciones en elementos básicos del drama deriva fácilmente en dramatizaciones completas con su planteamiento, nudo y desenlace.   —83→   Pensemos, por un momento, en «el nacimiento y desarrollo de un rumor». Si los personajes escogidos son las cañas de un cañaveral que está junto a un río (espacio), fácilmente puede imaginarse un conflicto entre un grupo de cañas que defienden el rumor y otro grupo que lo rechaza, etc. Bastará, para rematar la dramatización, hacerse las preguntas de rigor.

Nota: En este tipo de ejercicios, aun en los más sencillos, convendrá incorporar los distintos tipos de expresión; en particular la rítmico-musical puede ayudar mucho para matizar las distintas posiciones a través de las cuales se opera la progresión o regresión del ciclo en cuestión.

Los alumnos, por grupos o individualmente, deberán buscar otros ejercicios.




Expresión plástica

·Poner material muy sencillo y elemental a disposición del grupo, como papel de embalar, de periódico, o de colores, bolsas de comercio (de papel, no de plástico), algunas piezas de vestir u objetos recogidos entre los alumnos de la clase. A partir de esto pedir a los alumnos que improvisen vestuario para distintos personajes.

Pronto descubrirán que:

  • -Una bufanda sirve para un fajín de general.
  • -Una bolsa de comercio, para una carátula o más cara.
  • -Una bata abrochada por la espalda y un pañuelo en la boca, para un cirujano.
  • -Un jersey, para un delantal de una sirvienta o para un turbante.
  • -Una cartera, para un sombrero o gorro.

·Crear espacios escénicos a partir de elementos disponibles en el aula: cubos de colores, mesas de trabajo, pizarras móviles, algunas cortinas... y estudiar algunas de las posibles escenas en ellos y con los objetos empleados.

  —84→  

·Partiendo de un espacio concreto y de una escena imaginada para él, distribuir los distintos personajes que intervienen y sus posiciones en un momento determinado y cuando alguno de éstos varíe de posición. Empezar por un personaje e ir aumentando sucesivamente hasta llegar a cuatro, cinco o más.

·Lo mismo que en el ejercicio anterior, pero alternando personajes sueltos con grupos.

·Dar vida a las escenas imaginadas anteriormente.

·Partiendo de una fotografía, o de una diapositiva, con personas, animales o cosas:

  • -Descubrir la escena que representa.
  • -Insertar dicha escena en una historia de la que se supone que forma parte; representarla.
  • -Inventar otro argumento distinto del que se supone en la fotografía y representarlo.

·A partir de un elemento de vestuario, por ejemplo una pamela o un esmoquin, etc., crear un personaje que lo use y luego el resto de elementos o personajes hasta completar el argumento.

·A partir de un elemento de utilería, por ejemplo un cayado, un pincel, un maletín, una máquina de escribir, una máquina de fotografiar, un candelabro... crear un personaje, etc.

·Proponer ejercicios de maquillaje sencillos y efectivos y luego discutir su valor.

·Caracterizar, con vestuario y maquillaje, varios personajes distintos: un payaso, un extraterrestre, un aldeano, una niña... Luego crear para ellos una escena en la que intervengan todos.

·Leer un fragmento de un libro que suponga la descripción de un personaje. Luego buscar la manera de caracterizarlo.



  —85→  
Expresión rítmico-musical

Las posibilidades de ejercicios que ofrece este tipo de expresión, siempre teniendo en cuenta la dramatización que nos hemos propuesto como meta, son amplísimas. Baste pensar que se podrían imaginar muchos ejercicios semejantes a los propuestos para otros tipos de expresión, partiendo de un elemento simple o incompleto y luego completándolo. Quede apuntado.

Pero, para no repetirnos en el método, nos vamos a limitar a una serie de ejercicios enlazados y graduados que, partiendo de composiciones basadas en la expresión corporal y plástica, posteriormente incorporan el movimiento y luego la música, dando así cumplido el objetivo rítmico-musical.

El resultado final del proceso será la danza, a la que se dará aplicación dramática.

Ejercicios:

Los alumnos, dispuestos en grupos de cuatro, realizarán con sólo su cuerpo, composiciones plásticas variadísimas sucesivamente. Cada composición será el conjunto resultante de las posiciones del grupo, según el orden siguiente:

1. Composiciones estáticas, simétricas, no figurativas

Cada grupo debe conseguir el mayor número de variaciones y observar las diferencias entre unas y otras. Para ello podrán adoptarse sucesivamente todas las posturas que el grupo crea convenientes, bien de manera uniforme, bien alternada: de pie, tumbados en el suelo, sentados, de rodillas, en cuclillas, inclinados... con todas las combinaciones posibles, siempre que cumplan con los requisitos de estáticas, simétricas y no figurativas en su conjunto. Entran en juego los brazos, las manos, las piernas, el torso, la cabeza, los codos, los dedos...

Así pueden salir infinidad de composiciones, sobre todo de marcado carácter geométrico, como estrellas, círculos, polígonos, conos, combinaciones en el mismo plano y en el espacio.

  —86→  

2. Composiciones estáticas, asimétricas, no figurativas

Mismo proceso que en el ejercicio anterior.

3. Composiciones estáticas, simétricas, figurativas

Mismo proceso que en los dos ejercicios anteriores. Pero habrá que conseguir componer, por ejemplo, un banco, una fuente, una mesa, una cruz...

4. Composiciones estáticas, asimétricas, figurativas

Mismo procedimiento que los anteriores.

5. Composiciones en movimiento (sin música)

Partiendo del esquema anterior, a las composiciones obtenidas se les puede imprimir movimiento. El movimiento puede ser:

a) Rítmico y arrítmico.

b) Desde una posición estática y desde una posición en movimiento.

c) De rotación cada elemento alrededor de sí mismo (sin desplazamiento).

d) De rotación alrededor de un eje central del grupo (desplazamiento del grupo sin traslación).

e) De desplazamiento del conjunto (desplazamiento longitudinal).

f) Combinación de los distintos movimientos (rotación, traslación en diversos sentidos...).

Las variaciones de movimientos que se pueden lograr combinando todas estas posibilidades son numerosas. Convendrá ejercitarse sobre ellas. Bastará que a las composiciones obtenidas en los ejercicios anteriores se las dote de movimientos de manos, de piernas, de brazos, etc., según convenga o se quiera para cada caso.

  —87→  

6. Composiciones con incorporación de música al movimiento

Se actúa sobre los conjuntos en movimiento obtenidos en el ejercicio anterior. Puede hacerse de dos formas distintas que se ejercitarán sucesivamente:

a) Con empleo de música rítmica producida por los propios actuantes a partir del propio cuerpo: tarareo, palmas, pitos, chasquidos, etc., y sus combinaciones. Esta música marca y condiciona el ritmo impuesto al movimiento de rotación, de traslación y demás.

b) Con aplicación del movimiento a una melodía conocida que se tararea prescindiendo de la letra respectiva, si la tiene. Sirven muy bien para esto las melodías de canciones de corro que tararearán todos los actuantes completándolas con palmas, pitos, chasquidos, etc.

Resultarán útiles: Tengo una muñeca vestida de azul, El patio de mi casa, Quisiera ser tan alta como la luna...

El resultado de este acoplamiento de música, expresión corporal y movimiento será una danza.

Para ejercitar la creatividad se procurará que:

-La danza resultante se diferencie de la generalmente atribuida a la melodía que le sirve de base.

-Se modifique el movimiento cada vez que se cante la misma melodía.

-Los participantes actúen con total libertad e independencia de lo que hacen los demás.

-En fases sucesivas, cada grupo se ejercite sobre melodías distintas que ellos mismos pueden buscar y con movimientos que deberán estudiar y organizar.

7. Danza dramatizada de canciones

Conseguida la danza por el procedimiento del ejercicio anterior, se pasará a ejercitarse sobre canciones conocidas que tengan implícito un juego, como La tía Mónica, Cómo planta usted las flores, etc.

  —88→  

La canción se dramatizará respetando íntegramente la letra y la melodía, adoptando cada vez los movimientos y desplazamientos que parezcan más oportunos y haciendo los gestos convenientes.

8. Dramatización de canciones

Se escogerán para este menester canciones que tengan un fondo argumental, desarrollado ya de forma narrativa ya de forma dialogada.

Para conseguir su dramatización:

-Se empleará un movimiento de danza, o varios, según convenga, obtenido por los procedimientos anteriores.

-Se actualizarán los elementos dramáticos presentes en la canción y las situaciones que plantea la historia.

-Se dotará a cada uno de los personajes del movimiento individual que le corresponda para el desempeño del papel propio.

-Se enmarcará el conjunto en el ambiente de la canción y se desarrollará la acción al son de la misma, con las variaciones que convenga de ritmo, a boca cerrada, cantando la letra, sólo como fondo, etc., según las necesidades de la puesta en escena.

Pueden servir admirablemente canciones como Estaba el señor don Gato, Los tres alpinos, La señora gorda...

Notas:

1. Para todos estos ejercicios es conveniente que los grupos sean de cuatro alumnos al principio, para que el educador pueda observar y dirigir mejor el trabajo. Luego podrán ampliarse a seis u ocho.

2. A partir del ejercicio número 6 los grupos deben ampliarse o actuar conjuntamente todos los alumnos. Aunque desaparezcan momentáneamente, siempre será provechoso volver a los grupos cuando se trate de buscar   —89→   las formas más convenientes de movimiento y de puesta en escena.

3. El desarrollo del trabajo según el plan anterior parecerá muy minucioso, pero su puesta en práctica descubre las ventajas de ir graduando las dificultades superables por parte de todos y ordenando el proceso creativo.

4. Aunque no se descarte la posibilidad de emplear música grabada, es preferible, por lo menos en determinados momentos y siempre al principio, el uso de música producida por los propios alumnos de la forma indicada anteriormente, primero a partir de ellos mismos y luego con el concurso graduado de instrumentos escolares.

5. Algunos de los ejercicios, desde el 1.º, hasta el 5.º, pueden enriquecerse, en un segundo estadio, con elementos plásticos complementarios para realizar el juego: aros, cintas, bufandas, pelotas, guirnaldas, palos, lazos, globos..., procurando sacar partido no sólo del colorido y vistosidad de los mismos en relación con el ejercicio, sino aprovechar sus virtualidades dramáticas.

6. Por supuesto que antes de proceder a la dramatización de canciones, tal como se indica en el ejercicio número 8, será conveniente, sobre todo para determinados niveles, la dramatización libre. Para ello bastará cantar colectivamente la canción y que cada cual, dentro del grupo, adopte el movimiento que le inspire el ritmo de la misma, así como los gestos que crea oportunos y las entonaciones para caracterizar a los personajes que sucesivamente intervienen.

El ejercicio así concebido puede ser excelente punto de partida para dramatizaciones posteriores más acabadas.

7. Lo dicho aquí respecto a la dramatización de canciones se completa con lo expuesto en el capítulo 8. Algunas de las canciones aprovechables están en el apéndice.




Ejercicios especiales de creatividad y de improvisación

Dado que la creatividad es uno de los objetivos fundamentales perseguidos por la dramatización, se da por sentado que en todos los ejercicios propuestos se   —90→   prevé la creatividad en mayor o menor grado, según se viene exponiendo.

Así puede rastrearse:

-En la invención de la historia que se representa.

-En la forma de presentarla y de representarla.

-En el empleo de los recursos necesarios para la representación.

-En la creación por el gesto de los objetos requeridos.

-En la transformación de un objeto en otro.

-En los matices nuevos dados a la representación en cuanto a caracterización de personajes, identificación de espacios, tiempo, etc.

No obstante, a la luz de lo expuesto anteriormente (ver cap. 2) habrá que distinguir entre improvisación y creatividad, términos que no pueden emplearse como sinónimos siempre.

Lo que se toma como improvisación a menudo no es más que la rápida actualización de recursos ya conocidos y utilizados por el individuo, lo cual se convierte en destreza u oficio, pero no necesariamente en creatividad, sobre todo si falta el rasgo fundamental de la novedad.

La improvisación, sin embargo, es válida, y como tal debe ejercitarse, como exponente de rapidez de reflejos y de espontaneidad. En este sentido su cultivo no tiene por qué perjudicar a la creatividad.

Así por ejemplo, los ejercicios propuestos en el capítulo 4 (A partir de un objeto real que no debe interpretarse como tal) pueden seguir practicándose incluso cuando el alumno ya conozca su dinámica y los haya hecho alguna vez. Rapidez, agilidad, espíritu de observación le siguen siendo necesarios y cada vez en mayor medida.

Proponemos aquí otro tipo de ejercicios en los que se tenga que improvisar con rapidez, como sucede cuando se nos exige continuar una acción ya en desarrollo y falla algo de lo previsto o acontece algo inesperado.

  —91→  
La conversación alterada

Dos individuos están manteniendo una conversación telefónica, sin verse mutuamente. Uno de ellos se ve sorprendido sobre la marcha por algo que perturba el diálogo. En consecuencia tiene que resolver los lances que se le plantean inesperadamente, sin interrumpir la conversación.

Por ejemplo:

·Si habla desde una cabina pública, puede presentársele:

-Un gitanillo que insiste en pedirle limosna.

-Un borracho que se empeña en entrar en la cabina.

-Un atracador que lo amenaza, pistola en mano.

·Si es desde la oficina:

-Un compañero que le hace una broma inesperada.

-Suena otro teléfono y lo descuelga sin pensar y se encuentra con dos teléfonos que atender a la vez.

-Un compañero le enseña el periódico con una noticia sorprendente e inesperada.

-La secretaria le llama porque el jefe le reclama con urgencia.

·Si es en casa:

-El perro se acerca con ganas de jugar.

-Suena el timbre de la puerta insistentemente.

-Se pone en marcha el televisor a todo volumen.

-... Y es el padre, el niño se le mete entre las piernas con ganas de jugar.

-... Y es la madre, el niño reclama urgentemente su atención y ayuda.



  —92→  
El juego del descubrimiento

A un jugador se le confía seguir a otro, descubrir lo que hace y tratarlo oportunamente. El jugador seguido actuará de forma ambigua y equívoca, de manera que pueda parecer, por ejemplo, un ladrón o un policía.




El juego del tribunal

Se monta un juicio en el que están de acuerdo acusado, acusador, abogado y testigos. Todos están en el secreto menos el juez que tiene que escuchar e ir relacionando las acusaciones sucesivas y los testimonios, y al final dictar la sentencia.

Nota: Este tipo de ejercicios, por supuesto, debe prepararlos convenientemente el educador.







  —93→  

ArribaAbajo7. Juegos de campamento

Si destacamos este tipo de juegos es por dos razones:

a) Para que se caiga en la cuenta de que algunos de los juegos habituales en los campamentos tienen valores dramáticos aprovechables. Por esta razón se incluyen aquí muestras sólo de este tipo de juegos.

b) Para llamar la atención sobre las posibilidades de utilizar algunos juegos dramáticos para los campamentos. Así, al mero pasatiempo se añaden posibilidades educativas interesantes.

Reseñamos aquí algunos especialmente útiles.


El juego de la cadena

El animador entrega al alumno número 1 un objeto, por ejemplo un bastón. El alumno número 1, al tenor   —94→   de lo explicado en ejercicios anteriores, improvisa una acción en la que el bastón es una caña de pescar. El alumno número 2 debe interrumpir ahora la acción del pescador fingiendo, por ejemplo, que es un guarda que le pone una multa por ser época de veda o porque el pescador no tiene carné.

A continuación el número 2, en posesión del bastón, lo utiliza para una nueva improvisación, de acuerdo con su condición de guarda rural. Y así el bastón se convierte en una escopeta. No sabe resistir a la tentación que le presenta el paso de una perdiz y dispara contra ella. Pero interviene el número 3, un campesino que resulta herido por el disparo del guarda. Y el número 3, herido, se hace con el bastón que pasa a ser su muleta. Interviene el número 4 que es médico y cura al herido, a la vez que lleno de satisfacción por la curación obtenida transforma el bastón en una guitarra para tocar y cantar, o lo toma como pareja y se pone a bailar... y así sucesivamente.




El juego de los objetos perdidos

El profesor presenta a los alumnos varios objetos distintos: un sombrero, una cartera, una bufanda, un guante...

Anuncia que los objetos se han encontrado en la calle y pregunta quién los ha podido perder. A cada alumno que reclame uno de los objetos se le confía dicha prenda para que sólo o en colaboración con otros represente una escena en la cual se vea cómo se perdió el objeto.




El juego de la pantomima repetida

El animador hace salir del grupo a cuatro jugadores que quedan incomunicados de los demás, y por lo tanto   —95→   no pueden ver cómo él monta una pantomima ante el resto que permanece como público en silencio.

Ante estos mismos repite la pantomima, dando alguna aclaración, con el fin de que entiendan todos los pormenores, pero sin que los cuatro ausentes se enteren de nada.

A continuación el animador repite la pantomima, sin aclaración alguna, ante uno de los cuatro, que así se incorpora nuevamente al grupo. Este ha de observar con atención, porque luego tendrá que repetir la pantomima con la mayor fidelidad posible ante el segundo. Este la representa ante el tercero. El tercero ante el cuarto. El cuarto es el último en representarla.

Después cada uno de los actuantes, empezando por el último, y terminando por el primero, cuenta cómo ha visto él la pantomima a su anterior y cómo ha intentado imitarla. El último en explicarla es el animador que lo hace a la vez que va justificando lo que dice apoyándose en el gesto, fragmento por fragmento.

El juego sirve para ejercitar la imaginación, la memoria y otras facultades, a la vez que pone de manifiesto la insuficiencia del gesto como recurso expresivo, por lo menos en algunos casos

Argumentos de este tipo de pantomimas pueden ser:

a) El vaquero que entra en el establo, para lo cual abre y luego cierra la puerta característica, coge el cubo, acaricia a la vaca, se sienta en una banqueta y ordeña a la vaca. Luego manifiesta su gratitud a la vaca acariciándola de nuevo, toma el cubo, se marcha y sale después de abrir y cerrar nuevamente la puerta del establo.

b) Algo semejante puede hacerse con el empleado del parque zoológico que lava concienzudamente a un elefante, lo cual da pie a situaciones curiosas.

c) Otro semejante es el del guardia urbano que detiene a un coche que no ha respetado un paso cebra o se ha saltado un semáforo en rojo. Va a ponerle la multa correspondiente, pero, seducido por la belleza de   —96→   la conductora, se excusa y se despide muy amablemente. O si se trata de un personaje importante, presenta sus excusas el guardia y acaba haciendo reverencias serviles.

Nota: Es importante que los alumnos de determinados grados puedan llegar a crear juegos de este tipo.





  —97→  

ArribaAbajo8. Dramatización de poemas y canciones

Dado el común sentido rítmico de que participan poemas y canciones, su dramatización puede estudiarse conjuntamente, ya que los tratamientos son similares. Su adscripción a la expresión rítmico-musical hará destacar en ellos preferentemente el movimiento, que se convierte en recurso fundamental para algunos casos.

Para insertar este movimiento en la adecuada puesta en escena es necesario descubrir el ritmo y el contenido de cada texto. Algunas de las ideas expuestas en el capítulo 5 serán muy provechosas aquí.

Podemos dividir los textos dramatizables en dos grupos fundamentales:

  • -Textos dialogados.
  • -Textos narrativos.

Las técnicas de dramatización aquí apuntadas no agotan las posibilidades de cada caso. Tanto en esto como en la creación de espacios, ambientación y demás sugerencias,   —98→   objeto de las tradicionales acotaciones, se prefiere dejar la iniciativa a la creatividad de educadores y educandos. A veces lo propuesto para un caso lo será también para otro.


Dramatización de poemas


Textos dialogados

Los hay de dos tipos:

-Textos con sólo diálogo. Ejemplo: Soldadito, soldadito.

-Textos con diálogo y con narración. Ejemplo: La Virgen y el ciego.

En ambos casos el ritmo está condicionado por la intervención de los personajes.

·Soldadito, soldadito

Este tipo de poemas queda dispuesto para su dramatización con señalar al margen del texto la intervención de cada personaje, como hacemos aquí.

El resto es ya problema de puesta en escena.




Soldadito, soldadito



ISABEL

Soldadito, soldadito,
¿de dónde ha venido usted?

SOLDADITO

De la guerra de Melilla,
de servir allí al rey.

ISABEL

¿Ha visto usted a mi marido
por la guerra alguna vez?

SOLDADITO

No, señora, no lo he visto,
ni las señas suyas sé.

ISABEL

Mi marido es alto y rubio,
alto y rubio aragonés,
y en la punta de la lanza
lleva un pañuelo francés.
Se lo bordé siendo niña,
siendo niña lo bordé.
Uno que le estoy bordando
y otro que le bordaré.

SOLDADITO

Por las señas que usted ha dado
su marido muerto es;
—99→
lo llevaron a Valencia
a casa de un coronel.

ISABEL

Siete años esperando,
otros siete esperaré;
si a los catorce no viene,
monjita me meteré.
Seré monja de clausura,
de clausura yo seré,
y las tres hijas que tengo
monjitas serán también.

SOLDADITO

No llores, Isabelita,
no me llores, Isabel,
que soy tu querido esposo,
tú mi querida mujer.

· La Virgen y el ciego

Se trae aquí este ejemplo por ser indicativo de cualquier tipo de romance. Normalmente la estructura épico-lírica de los romances se presta mucho a la dramatización tal cual, sin necesidad de alterar para nada el texto.

Bastará, como en el presente caso, introducir un narrador y destacar el paso de un interlocutor al otro.

En esta ocasión, además, es fácil y obligado introducir el personaje del Niño que, aunque no hable, está presente en la acción. Su presencia debe resolverse en una participación moderada que no rompa el equilibrio.

Caracterización y escenografía, las correspondientes, vistas con sencillez y desde el ángulo creativo.




La Virgen y el ciego



NARRADOR

Camina la Virgen pura
de Egipto para Belén,
y en el medio del camino
pidió el Niño de beber.

VIRGEN

No pidas agua, mi vida;
no pidas agua, mi bien,
que los ríos vienen turbios
y los arroyos también,
y las fuentes se secaron
y ya no pueden correr.

NARRADOR

Más arriba en aquel alto,
hay un dulce naranjel,
cargadito de naranjas
que otras no puede tener.
El viejo que las guardaba
es un ciego que no ve.

VIRGEN

Deme, ciego, una naranja
para al Niño entretener.

CIEGO

Entre, usted, Señora, y coja
las que hubiere menester.

NARRADOR

La Virgen, como era Virgen,
no cogía más que tres;
el Niño, como era Niño,
no cesaba de coger.
Por una que coge el Niño,
cien vuelven a florecer.
—100→
Camina la Virgen pura
y el ciego comienza a ver.

CIEGO

¿Quién sería esa Señora
que me hizo tanto bien,
que me dio luz a los ojos
y en el corazón también?

NARRADOR

Era la Virgen María
que va de Egipto a Belén.

· Otros textos dialogados




La condesita romera



NARRADOR

Grandes guerras se publican
en la tierra y en la mar,
y al Conde Flores lo nombran
por capitán general.
Lloraba la condesita
no se puede consolar;
acaban de ser casados
y se tienen que apartar.

CONDESITA

¿Cuántos días, cuántos meses,
piensas estar por allá?

CONDE

Deja los meses, condesa,
por años debes contar;
si a los tres años no vuelvo,
viuda te puedes llamar.

NARRADOR

Pasan los tres y los cuatro,
nuevas del conde no hay:
ojos de la condesita
no cesaban de llorar.
Un día, estando a la mesa,
su padre le empieza a hablar:

PADRE

Cartas del conde no llegan,
nueva vida tomarás;
condes y reyes te piden,
te debes, hija, casar.

CONDESITA

Carta en mi corazón tengo
que don Flores vivo está.
No lo quiera Dios del cielo
que yo me vuelva a casar.
Dame licencia, mi padre,
para al conde ir a buscar.

PADRE

La licencia tienes, hija,
mi bendición además.

NARRADOR

Se retiró a su aposento
llora que te llorarás;
se quitó medias de seda,
de lana las fue a calzar;
dejó zapatos de raso,
los puso de cordobán;
un brial de seda verde,
que valía una ciudad,
y encima del brial puso
un hábito de sayal;
esportilla de romera
sobre el hombro se echó atrás;
cogió el bordón en la mano,
y se fue a peregrinar.
Anduvo siete reinados,
morería y cristiandad;
anduvo por mar y tierra,
no pudo al conde encontrar;
cansada ya la romera,
que ya no puede andar más.
—101→
Subió a un puente, miró al valle,
y un castillo vio asomar.

CONDESITA

Si aquel castillo es de moros,
allí me cautivarán;
mas si es de buenos cristianos,
ellos me han de remediar.

NARRADOR

Y bajando unos pinares
gran vacada fue a encontrar.

CONDESITA

Vaquerito, vaquerito,
te quería preguntar:
¿De quién llevas tantas vacas
todas de un hierro y señal?

VAQUERITO

Del conde Flores, romera,
que en aquel castillo está.

CONDESITA

Vaquerito, vaquerito,
más te quiero preguntar:
el conde Flores, tu amo,
¿cómo vive por acá?

VAQUERITO

De la guerra llegó rico;
mañana se va a casar:
ya están muertas las gallinas,
y están amasando el pan;
muchas gentes convidadas,
de lejos llegando van.

CONDESITA

Vaquerito, vaquerito,
por la Santa Trinidad,
por el camino más corto
me has de encaminar allá.

NARRADOR

Jornada de todo un día
en medio la hubo de andar;
llegada frente al castillo,
con don Flores fue a encontrar
y arriba vio estar la novia
en un alto ventanal.

CONDESITA

Dame limosna, buen conde,
por Dios y su caridad.

CONDE

¡Oh, qué ojos de romera,
en mi vida los vi tal!

CONDESITA

Sí los habrás visto, conde,
si en Sevilla estado has.

CONDE

La romera ¿es de Sevilla?
¿Qué se cuenta por allá?

CONDESITA

Del conde Flores, señor,
poco bien y mucho mal.

NARRADOR

Echó la mano al bolsillo,
un real de plata le da.

CONDESITA

Para tan grande señor,
poca limosna es un real.

CONDE

Pues pida la romerica
que lo que pida tendrá.

CONDESITA

Yo pido ese anillo de oro
que en su dedo chico está.

NARRADOR

Abriose de arriba abajo
el hábito de sayal.
—102→

CONDESITA

¿No me conoces, buen conde?
Mira si conocerás
el brial de seda verde
que me diste al desposar.

NARRADOR

Al mirarla en aquel traje
cayose el conde hacia atrás.
Ni con agua ni con vino
no lo pueden recordar,
si no es con palabras dulces
que la romera le da.
La novia bajó llorando
al ver al conde mortal;
y abrazando a la romera
se lo ha ido a encontrar.

NOVIA

Malas mañas sacas, conde,
no las podrás olvidar...
que en viendo una buena moza,
luego la vas a abrazar.
Malhaya la romerica,
quien la trajo para acá.

CONDE

No la maldiga ninguno,
que es mi mujer natural.
Con ella vuelvo a mi tierra,
adiós, señores, quedad:
quédese con Dios la novia,
vestidica y sin casar;
que los amores primeros
son muy malos de olvidar.

Para dramatizar este romance convendrá distinguir las tres partes de que consta la acción.

La primera va desde el principio hasta que el Narrador dice: «Y se fue a peregrinar».

Discurre en casa de la Condesita.

La segunda va desde «anduvo siete reinados» hasta el encuentro con el Conde. Discurre en el campo y frente al castillo.

La tercera va desde el encuentro con el Conde hasta el final, o sea, desde «Jornada de todo un día.»

Estas tres partes han de separarse de alguna forma, por medio de la música que puede llenar las pausas de separación y modificar el ritmo, o por la introducción de algún elemento escenográfico que sirva de ambientación para la parte siguiente.

Ayudará a enmarcar la acción el empleo de música al principio y al final.




Mañana es domingo


Mañana es domingo,
pintico mi gallo,
mi gallo montero.
Pasó un caballero
vendiendo romero;
le pedí un poquito
—103→
para mi chivita,
que estaba malita
de una patita.
-¿Dónde está la chivita?
-Cargando el agua.
-¿Dónde está el agua?
-La gallina se la bebió.
-¿Dónde está la gallina?
-Poniendo un huevo.
-¿Dónde está el huevo?
-El fraile se lo comió.
-¿Dónde está el fraile?
-Diciendo la misa.
-La misa se acabó.

En realidad, para dramatizar este texto basta descubrir que una niña se dirige al principio a su «gallo pintico» y la misma luego, como narradora, explica el paso de un caballero con el que mantiene el diálogo que sigue.

La puesta en escena permite la presencia de los animales y demás, sin desfigurar ni alterar el diálogo.

Nota: Aunque el educador ha de saber encontrar textos dramatizables de este tipo y de los demás, en el apéndice encontrará algunos que le servirán para ejercicios similares y para buscar otros igualmente válidos. Algunos se podrán dramatizar también como canciones.




Textos narrativos

Los textos narrativos son más difíciles de dramatizar, por eso hay que escoger textos en los que destaque fuertemente el ritmo y tengan posibilidades de introducir diálogo o recitado por coros alternantes.

Para dramatizar los textos narrativos puede echarse mano de varios recursos, empleados aisladamente o combinados:

-Música.

-Declamación alternada.

-Danza.

Por medio de la música puede cantarse este tipo de composiciones convirtiéndolas así en canciones. O pueden simplemente acompañarse. Para ello no hace falta que la música esté presente todo el tiempo. Bastarán algunas notas o compases en determinados momentos,   —104→   como al principio, en las transiciones, y al final para enmarcar la acción. En cuanto a la realización de esta música es preferible la directa a la grabada. Los mismos niños pueden interpretarla -y lo mejor, indudablemente, es que así sea- utilizando para ello algún metalófono, algún xilófono, o alguna flauta dulce. Incluso la boca cerrada, el tarareo u otros sencillos procedimientos consiguen efectos agradables y funcionales.

La danza se presta a combinarse con la música y con la declamación alternada. De esta forma se proporciona a la puesta en escena un movimiento irreal que le da el aire de juego infantil o de canción de corro muy convenientes para estos casos, sobre todo con niños pequeños.

La declamación alternada a la vez que ahuyenta la monotonía y favorece el ritmo y el movimiento ofrece la oportunidad de intervenir a mayor número de alumnos.

A todo esto hay que añadir, para completar el juego, los recursos derivados de la expresión plástica.

En modo alguno hace falta que los factores que se suman a la puesta en escena tengan que ser realistas. Tampoco los gestos o los movimientos han de ser objetivados en busca de verosimilitud. Tiene que predominar el sentido del juego y aprovechar las posibilidades de conjunción expresiva y de creatividad.

·Los números

El ejercicio es muy sencillo de forma que puede servir de pauta y sugerencias para niños muy pequeños.




Los números


Cuando da la una,
sales de la cuna;
cuando dan las dos,
le rezas a Dios.
Cuando dan las tres,
te mojas los pies;
cuando dan las cuatro,
te vas al teatro.
Cuando dan las cinco,
pegas un brinco.

  —105→  

Puede dramatizarse:

1. Con un solo actor en escena que ejecuta movimientos al ritmo de la declamación que desde fuera hace uno solo o un coro.

2. Con tres actores: uno que declama los versos impares empezados por cuando. Otro que contesta con los pares, sales de la cuna, le rezas a Dios, etc. Y el tercero que mima los versos pares de acuerdo con el contenido.

Evidentemente esto impondrá un ritmo más lento que el de una simple lectura. Y se presta a:

· Utilizar la música con:

-unos lentos compases como introducción al principio;

-una campanada cada vez que se anuncie el toque (bastará una campanada cada vez o un juego fijo de ellas; no hacen falta tantas como las enunciadas: esto entorpecería el ritmo del juego);

-unos compases más alegres y movidos al final que permitan a los tres actores esbozar unos pasos de danza.

· Introducir el movimiento: Si el actor que mima los versos pares se sitúa en el vértice de un triángulo isósceles o equilátero y en los otros dos están los otros actores, se puede:

-variar de posición intercambiándose cada vez que intervienen, creándose así un movimiento de danza entre los dos extremos y acercándose el del centro hacia el que hable o apartándose de él, alternativamente.

3. Con cinco actores que declamen sucesivamente cada uno de los aleluyas más otro actor que, como en el caso anterior, mimaría los versos pares.

  —106→  

· En la calle del Carmen

Para la dramatización de este poema pueden seguirse procedimientos similares a los expuestos para el caso anterior.




En la calle del Carmen


En la calle del Carmen,
número uno,
vive mi amante,
piso segundo.
Las escaleras
son de tomate
para que Paco
suba y resbale.
Las barandillas
son de marfil
para que Pepe
pueda subir.
La campanilla
es de cristal
para que Pepe
pueda llamar.
El ventanillo
es de oro fino
para que Pepe
hable conmigo.

Pueden intentarse otros procedimientos:

1. Cinco actores se colocan en semicírculo. Cada uno dice los dos primeros versos de una estrofa. Y responde en el centro otro actor quieto con los versos tercero y cuarto. O bien al responder actúa de acuerdo con lo que dice. Puede animarse la acción con música y con movimiento.

2. Con un grupo indefinido de niños que recitan a coro los dos primeros versos de cada estrofa, a los que responde otro coro con los dos siguientes.

· Canción con eco.

Lo que se diga respecto a este poema puede aplicarse a otros donde el eco puede producirse por la repetición del último verso o del primero, según la estructura de cada poema.




Canción con eco


Por la carretera sube
¿quién sube?
¿quién sube?
Facundo con un farol,
farol,
farol.
—107→
¡Socorro, guardias civiles,
civiles,
civiles.
Que en mi casa hay un ladrón,
ladrón,
ladrón.
Que ha roto siete tinajas,
tinajas,
tinajas,
un barril y un garrafón,
garrafón,
garrafón.
Y va a robar los cristales,
cristales,
cristales,
la ventana y el balcón,
balcón,
balcón.
Y la maceta de albahaca,
albahaca,
albahaca,
que es lo que más quiero yo
y yo,
y yo.

Partitura

1. Para aprovechar el ritmo que suponen las repeticiones del eco, pueden colocarse en semicírculo, al fondo o al lado, un grupo de alumnos que intercalan el eco, de forma lenta o cantada, entre los versos que constituyen el soporte de la narración que recita o canta otro u otros.

También puede colocarse el coro como formando un bosque. Este bosque se anima recitando los versos que constituyen el eje de la narración. Y otro personaje, que encarna a Facundo, contesta con el eco, moviéndose entre los árboles como suspicaz y aturdido.

2. A todo esto cabe añadir efectos musicales y de movimiento. El coro puede estar compuesto por vecinas cotillas, o formar como una nube de la que sopla el viento con fuerza, etc.

  —108→  

· El burro enfermo

Como los poemas anteriores, tiene condiciones para dialogarlo fácilmente.




El burro enfermo


A mi burro, a mi burro,
le duele la cabeza.
El médico le ha puesto
una corbata negra.

A mi burro, a mi burro,
le duele la garganta.
El médico le ha dado
una bufanda blanca.

A mi burro, a mi burro,
le duelen los zapatos.
El médico le ha dicho
que compre otros más largos.

A mi burro, a mi burro,
le duelen las orejas.
El médico le ha puesto
una gorrita negra.

A mi burro, a mi burro,
le duelen las pezuñas.
El médico le ha puesto
emplasto de lechugas.

A mi burro, a mi burro,
le duele el corazón.
El médico le ha dado
gotitas de limón.

A mi burro, a mi burro,
le hacen daño las patas.
El médico le ha dado
jarabe de manzana.

A mi burro, a mi burro,
ya no le duele nada.
El médico le ha dicho
que a trabajar mañana.

Partitura

Algunas sugerencias:

-Con un coro y dos actores. El coro recita en cada estrofa los versos 1.º y 3.º El actor que representa al burro recita el 2.º, y el que hace de médico el 4.º

  —109→  

Puede completarse la puesta en escena con utilería de mano que represente el objeto que constituye el remedio de cada estrofa: corbata negra, bufanda blanca, zapatos largos... Cada objeto puede ser presentado por uno de los personajes del coro.

Las posiciones, movimientos, empleo de música, etc., ofrecen muchas posibilidades y se prestan a variadas combinaciones.

-También puede intentarse la creación de personajes populares: el dueño del burro que siempre se lamenta; el burro que se queja falsamente; la vecina cotilla que se escandaliza por los remedios; el médico muy doctoral y pedante; el boticario sorprendido por los remedios que tiene que servir ante la prescripción del médico...

Naturalmente no todos estos personajes tienen que recurrir al lenguaje oral, pues resultarían excesivos para texto tan corto.

Todo esto se presta a intentar caracterizar a los personajes y a utilizar los distintos medios de expresión sin descuidar la música y la danza.

· El cazador

Este poema reúne características presentes en los dos casos anteriores. No hace falta que se destaquen ahora, ya que el educador encontrará fácilmente distintas formas de montarlo.




El cazador


Un cazador, cazando,
perdió el pañuelo,
perdió el pañuelo.
Y luego lo llevaba
la liebre al cuello,
la liebre al cuello.

El perro al alcanzarla
se lo arrebata,
se lo arrebata.
Y con él se hace el nudo
de la corbata,
de la corbata.

Al cazador la liebre
muerta de risa,
muerta de risa,
la escopeta le quita
más que de prisa,
más que de prisa.

El cazador se queda
-¡vaya una treta,
vaya una treta!
a más de sin pañuelo,
sin escopeta.

  —110→  

Partitura

· La botella de vino

Propiamente no se trata de ningún poema ni de ninguna canción, sino de un juego recogido por Casona en La dama del alba.

Su capacidad de dramatización se basa en las posibilidades de:

-Personificación de los objetos nombrados. Por tanto puede desecharse la utilería y que cada actor encarne el objeto correspondiente.

-Intervención sucesiva de cada personaje, como en los poemas dialogados. Por ello nos permitimos en la reproducción de este texto señalar el nombre de cada uno de ellos.

-Intervenciones de extensión creciente. Esto marca un ritmo distinto del usado en los casos anteriores.

-Composición de un cuadro plástico como resultado final de la aparición de todos los personajes.

-Utilización de la música al principio y al final, como presentación y cierre, e incluso durante el desarrollo determinando así movimiento de danza.

  —111→  

La botella de vino

BOTELLA.
Esta es la botella de vino
que guarda en su casa el vecino.
TAPÓN.
Este es el tapón
de tapar
la botella de vino
que guarda en su casa el vecino...
CORDÓN.
Este es el cordón
de liar
el tapón
de tapar
la botella de vino
que guarda en su casa el vecino...
TIJERA.
Esta es la tijera
de cortar
el cordón
de liar
el tapón
de tapar
la botella de vino
que guarda en su casa el vecino...
BORRACHO.
... Y éste es el borracho ladrón
que corta el cordón
que suelta el tapón
que empina el porrón
y se bebe el vino
que guardaba en su casa el vecino...




Dramatización de canciones

Muchas de las sugerencias para la dramatización de poemas son válidas para la dramatización de canciones. La formación de coros que se contestan y dialogan, la alternancia de coros y solos, los movimientos de danza, los coros que cantan y los actores mudos que miman la acción... Todo esto supone un arsenal de recursos de los que se escogerán los mejores para cada caso.

A esto debe añadirse la posibilidad de emplear instrumentos musicales y sus diversos usos dentro de la dramatización:

  —112→  

-Para acompañar el canto.

-Para llenar los silencios entre las estrofas, dando así más posibilidades a prolongar el juego de la acción.

-Para alternar canto y música.

-Para facilitar la danza.

Hay que pensar en el empleo de instrumentos fijos, como el metalófono o el xilófono y en otros más manejables como la flauta, los panderos, los platillos, la caja china, el triángulo, las maracas... Todo esto brinda la oportunidad de enriquecer las puestas en escena y de facilitar la participación de mayor número de niños.

Algunos de los textos incluidos como poemas son canciones y, en consecuencia, como tales pueden emplearse también. Esta labor se verá facilitada con las melodías que van en el apéndice.

Para aumentar el repertorio a continuación van algunas canciones.

· Padre capuchino, ven a bailar

No deben desaprovecharse las posibilidades de potenciar la expresión corporal que tiene este juego.




Padre capuchino


IPadre capuchino,
ven a danzar,
unas botas altas
te voy a dar.
Yo no sé danzar,
yo no sé cómo se baila,
yo no sé la danza vuestra,
yo no sé danzar.

IIPadre capuchino,
ven a pescar,
una caña larga
te voy a dar.
Yo no sé pescar,
yo no tengo una barquilla,
yo no sé cómo se pesca,
yo no sé pescar.

IIIPadre capuchino,
ven a cazar,
con esta escopeta
del sacristán.
Yo no sé cazar,
yo no sé cómo se carga,
yo no sé cómo dispara,
yo no sé cazar.
—113→

IVPadre capuchino,
ven a jugar,
quítate la barba
que estorbará.
Yo no sé jugar,
yo no tengo maquinilla,
yo no quiero que me afeiten,
yo no sé jugar.

VPadre capuchino,
ven a fumar,
una pipa larga,
pipa de paz.
Yo no sé fumar,
yo no tengo tu mechero,
yo no tengo mi tabaco,
yo no sé fumar.

VIPadre capuchino,
ven a cantar,
como los canarios
de tío Juan.
Yo no sé cantar,
yo no tengo voz de tiple,
yo no tengo voz de bajo
yo no sé cantar.

VIIPadre capuchino,
ven a pintar,
toma los colores
y el delantal.
Yo no sé pintar,
yo no sé dónde hay pinceles,
yo no tengo caballete,
yo no sé pintar.

VIIIPadre capuchino,
ven a estudiar,
toma el cartapacio,
y a trabajar.
Yo no sé estudiar,
yo no tengo libros nuevos,
yo no sé dónde comprarlos,
yo no sé estudiar.

IX Padre capuchino,
ven a nadar,
en el mar tranquilo
de este lugar.
Yo no sé nadar,
yo no sé cómo flota,
yo no quiero tragar agua,
yo no sé nadar.

XPadre capuchino,
ven a rezar,
en la ermita vieja,
de San Julián.
Vamos a rezar,
de rodillas o sentados,
manos juntas o cruzadas,
yo sí sé rezar.

(Ver partitura en página siguiente.)

  —114→  

Partitura





  —115→  

ArribaAbajo9. Dramatización de cuentos

La dramatización de cuentos conocidos por el alumno puede revestir tres formas:

1. Puesta en escena sin guión escrito.

2. Lectura directa y textual del texto narrativo.

3. Puesta en escena de un guión resultado de la dramatización de un texto narrativo.

En el primer caso, muy útil para niños pequeños, se supone revivir a su manera el cuento conocido encarnando cada cual un personaje. Para que la realización sea posible hace falta estrecha colaboración por parte de todos. El problema más difícil es el del ajuste a cada personaje y en cada situación. El juego ha de ser necesariamente dirigido, aunque la dirección, más que vinculada al criterio de una persona, conviene que lo esté al relato que todos han de conocer muy bien. Para ello, en la mayoría de los casos, lo mejor será contarles de nuevo el cuento a los chicos o leérselo antes de la   —116→   dramatización. Es la única forma para conseguir que todos coincidan en lo mismo.

La lectura directa y textual adquiere matices de transmisión radiofónica. Puede ceñirse a la simple lectura dialogada, en cuyo caso la dramatización se limita al juego de voces de los personajes que contrastan sus peculiaridades con el tono aséptico y neutro, por narrativo, que suele adoptar el narrador.

Pero puede adoptar distintas modalidades. Que los personajes realicen las acciones o gestos pertinentes mientras el grupo de lectores más experimentados lee el texto. En este caso los actores tan sólo miman la acción. Así los esfuerzos inherentes al aprendizaje del diálogo se suavizan. Lo que facilita que el ejercicio se pueda repetir con bastante frecuencia.

También puede confiarse la lectura de los pasajes narrativos a un lector en funciones de narrador, mientras los demás personajes actúan y pronuncian los parlamentos que les corresponden.

La tercera forma supone la guionización previa del texto narrativo. Para este tipo de ejercicios existen abundantes muestras impresas, de variada calidad, por supuesto. En todo caso, como el educador a menudo se ve precisado a escribir sus propios guiones, conviene que conozca sus clases fundamentales y algunas técnicas rudimentarias de elaboración.

Hay dos tipos principales:

a) Cuentos semiescenificados.

b) Cuentos totalmente dramatizados.

Los textos semiescenificados se limitan normalmente a dramatizar fragmentos dotados de diálogo. El ensamblaje entre unos y otros queda salvado por la intervención del narrador que, por una parte une dichos fragmentos y, por otra, elimina los aspectos de mayor dificultad para la representación que permanecen así narrados.

  —117→  

Este sistema, parecido al anteriormente incluido en el clasificado como lectura, puede dar resultados verdaderamente pobres, por estar expuesto a repeticiones y aclaraciones innecesarias que condicionan el ritmo y dejan la acción sin atractivo.

El resultado es distinto cuando el narrador adquiere presencia y categoría verdaderamente dramáticas como sucede en el teatro épico.

Los textos totalmente dramatizados en realidad tienen las mismas características de cualquier texto dramático, si bien interesa destacar el proceso por el que han llegado a la dramatización completa.

Se requiere:

1. Estudio previo del texto narrativo

En esta fase se descubrirán inmediatamente:

-Abundancia de personajes, posibles en la narración, pero con dificultades para la puesta en escena.

-Repetición de hechos. La literatura narrativa infantil, sobre todo cuando procede de tradición oral, es eminentemente reiterativa ya que cuenta con la palabra como único recurso para atraer la atención del niño.

-Presencia de elementos inaprehensibles dramáticamente. ¿Cómo representar caravanas de caballos? ¿O batallas de ejércitos? ¿O saltos que permiten franquear un río por el aire? ¿O escenas violentas y desagradables?

2. Condensación del texto narrativo

Con los supuestos anteriores débese redactar nuevamente el cuento, pero prescindiendo de todo lo que no sea fundamental, reduciendo el número de personajes, si es posible, fijando la acción en el menor número de espacios, eliminando directamente los elementos inaprehensibles innecesarios o poniéndolos en boca de los personajes cuando no se deba prescindir de ellos.

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Esto nos dará un nuevo texto que ya no será simple extracto del primitivo, sino una condensación en la que por fuerza han de destacarse las líneas de la acción, favoreciéndose así la dramatización subsiguiente.

3. Formación de partes

De acuerdo con el texto condensado recién obtenido, se estudiará a fondo la evolución de la acción para distinguir las tres partes fundamentales: planteamiento, nudo y desenlace.

Si estas tres partes están bien definidas y conseguidas, su simple yuxtaposición es suficiente para dar la sensación de acción continua, pese a la supresión de nexos lógicos presentes en la narración y ausentes en el texto dramático. Es normal que estos nexos se supriman. El relato lo recompone el espectador al contemplar la representación.

Esta separación de partes es el primer paso, indispensable además, para que la siguiente fase de la dramatización sea posible.

4. Escenificación

Una vez hecha la división en las tres partes citadas, para conseguir el movimiento oportuno dentro del desarrollo de la acción hay que separar nuevamente cada parte en fragmentos más cortos, cada uno de ellos expresión de una situación. Son las denominadas escenas. El hecho de que cada salida o entrada de un personaje se haya tomado siempre en teatro como indicativo de cambio de escena es precisamente porque dicho movimiento de personajes -el más elemental- implica cambio de situación.

Tampoco aquí los nexos entre escena y escena son necesarios para dar la sensación de continuidad. La lógica de la acción une más que las explicaciones, que, por obvias, sólo contribuyen a hacer premioso el desarrollo de la misma.

El adaptador debe guiarse por un principio dramático tan elemental como válido: sobre el escenario lo que no es estrictamente necesario está de sobra.

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Por otra parte, para que el diálogo sea dramáticamente funcional no sólo ha de hacer progresar la acción, sino que ha de estar conectado con la escenografía y demás elementos expresivos. La palabra adquiere así un valor contextual mucho más vinculado y vinculante con el entorno que en la narración.

Como recurso práctico para entender mejor lo dicho puede resultar oportuno el cotejo entre el cuento Los músicos de Brema, de Andersen, y una sencilla dramatización suya incluida en el apéndice. O bien otra dramatización, ésta más libre, de El príncipe feliz, sobre el cuento de Oscar Wilde, del mismo nombre, también incluida en el apéndice.

Pueden tomarse éstos como ejemplos de texto semiescenificado, con presencia de narrador, con la particularidad de que la escenificación total puede lograrse fácilmente suprimiendo al narrador. Basta para ello expresar lo que él dice mediante la acción de los personajes, acotada por juegos de luces, empleo de música y demás. Tal vez haría falta tan sólo en alguna ocasión alguna frase más para completar el diálogo. A veces algunas palabras o modificaciones muy leves en las mismas frases bastan2.

Si en el ejercicio libre la creatividad tiene su manifestación en la improvisación e interpretación personal, ante el texto escrito la creatividad tiene su mayor ejercitación   —120→   en la resolución de los problemas que plantea el guión, superando así las dificultades anejas a este tipo de ejercicios.

Son dos formas de potenciar la creatividad nada despreciables y por tanto necesarias.