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Correspondencias

Ricardo Gullón





La vida literaria continúa teniendo en Francia una vitalidad magnífica. Testimonio de esa vitalidad lo dan con frecuencia los epistolarios de escritores, acogidos con singular avidez. Descontando lo que en algunos casos pudiera ser curiosidad «morbosa», por lo general en estas cartas busca el lector un conocimiento mejor y más justificado de personas que no le son indiferentes, de almas hacia las cuales se siente atraído o que le interesan por alguna razón.

En poco tiempo se han publicado epistolarios abundantísimos de Voltaire, Balzac, Maupassant y cien más, entre los clásicos, y las correspondencias aleccionadoras entre Gide y Jammes, y Gide y Claudel. En estos días aparecen las cartas Claudel-Suares, y no ha mucho hemos conocido las cruzadas entre Louis Gillet y Romain Rolland. Se anuncia para pronto la publicación de la correspondencia Gide-Valery y del epistolario de Alejandro Dumas padre; un adelanto de éstas puede verse en el número de mayo de La Table Ronde.

En las cartas, el hombre se retrata con libertad; no siempre sin reservas, pero con más desembarazo del que suele advertirse en los escritos inmediatamente destinados al público. Este inmediatamente quiere decir que en muchos casos las cartas publicadas parecen escritas con la convicción de que algún día serían libradas a la publicidad y por eso la sinceridad puesta al redactarlas es (y no existe contradicción en los términos) una sinceridad intencionada, rebuscada incluso. Quizá como documento, ningunas tan reveladoras como las cambiadas entre Claudel y Gide, pero reconociendo que será difícil encontrar entre los epistolarios actuales ninguno parangonable con ellas en el apasionante interés del debate que les opuso, queremos señalar el encanto de las dirigidas por Alejandro Dumas a su hijo y homónimo, el autor de La dama de las camelias; pocas veces una persona se ha mostrado tan por entero y con tal sencillez como Dumas padre lo hizo en esas epístolas que conservan la frescura y la viveza. de los movimientos más espontáneos del alma.

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