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ArribaAbajoCapítulo XXXVI

Donde se comienza a tratar del levantamiento de Quito, y de lo que me pasó en él.


Fui llamado a Quito, como ya tengo dicho, por el licenciado Pedro de Zorrilla y por el provisor, el licenciado don Francisco Galavis, vicario general. Llegué y posé en su casa, donde me dijo grandes cosas acerca de las alcabalas y cuan odiadas eran de toda género de gente y cómo el virrey don García de Mendoza, marqués de Cañete, por mandado expreso envió a mandar que se recibiesen en Quito, y cómo el pueblo estaba alterado, habían nombrado por el procurador general al depositario Bellido, y este fue a la Audiencia con algunas peticiones, pidiendo le concediesen apelación para España, con fianzas que si Su Majestad mandase otra cosa, las recibiría, y pagaría desde aquel día el tiempo que fuesen, según se cogiesen el primer año, no concediéndose, antes lo mandó prender y entrar en un aposento de los de la casa real. Juntáranse una noche todas las mujeres de la ciudad, de todas calidades, y se fueron tapadas, sin consentir fuese hombre con ellas, y entraron en las casas reales, y después de pasados muchos razonamientos y chistes, sacaron al procurador Bellido a pesar del Presidente, que no le aprovechó decir que no era por las alcabalas la prisión, sino por otras cosas; a lo cual respondían, que después lo prenderían y otras razones muy pesadas. Todo esto escribió la Real Audiencia al Virrey, y junto con ello lo que me contó el oidor, el licenciado Pedro de Zorrillo, que por ser casos tan graves los pongo, aunque alguno sea fuera de la historia, que pasó así.

Juntáronse quince hombres principales en un convite, y allí cada uno prometió su día. Acabada la huelga de la espléndida comida, ordenaron un juego, y para que uno mandase y los demás obedeciesen, salió por rey el   —506→   depositario Bellido, que según su nombre, le debió de parecer que era verdad; nombrolos en cargos: al uno, príncipe de la libertad, al otro duque de Popayán, a otro de las Charcas, y de esta manera a todos los demás; el secretario de su real persona era un guerrero Sayago, hombre muy valiente y que había sido muy rico, y con sus inquietudes estaba pobre; como no le dieron título de grande, como a los demás, juntó a los otros convites, que llamaban cortés; a la cuarta vez, a alguno de ellos les pareció mal, o por ganar gracias fueron y declararon en la Real Audiencia lo que pasaba. El Presidente de ella envió a pedir al Virrey gente y mosquetes y arcabuces, por lo que podía suceder. Envió por general al que lo era del Callao, que era un astuto varón, que su nombre era Pedro de Arana, y por capitán y sargento mayor al valiente y gran soldado Francisco Zapata Vicente; y por capitán de a caballo a don Francisco Proaño.

Al quinto convite, trató el secretario que él iría por Buenos Aires a Inglaterra y traería socorro de gente, y entonces dijeron todos que ya parecía traición y que se quedase allí y no se descubriese, para lo cual buscaron un sacerdote que con una hostia los comulgó a todos. En los demás convites, hasta los quince, aunque se trataba, no era sino risa y haciendo burla de lo que se había tratado.

Pasados algunos días, desembarcó la gente en Guayaquil, que venía de Lima, y con secreto caminaron hasta Chimbo, por un río arriba veinte días y otros cuatro de montaña. Llegado a la sabana vio un mestizo la gente y mosquetes, y corriendo la posta llegó a Quito día de santa Bárbara y dio la nueva. Juntese el cabildo y fue acordado entre ellos que fuesen y preguntasen a la Real Audiencia qué gente era, y nombraron oficiales de guerra y pedían los confirmase la Audiencia.

Y respondió que no sabía que gente era, y confirmó todos los oficiales, salvo el general que éste dijo que había de ser el licenciado Pedro de Zorrilla, y su valeroso y prudente hijo, el licenciado Diego de Zorrilla su   —507→   teniente y coadjutor, porque era muy querido de toda la ciudad; fue maestre de campo el depositario Bellido; capitán de a caballo el licenciado Martín Ximeno; alcalde ordinario, que entonces era capitán de infantería, Juan de la Vega; Francisco de Olmos y Pedro de Llerena, contador de la real caja y sargento mayor; el capitán Calderón, un gran soldado de Flandes y otros oficiales, tocaron pífanos y cajas, y se juntaron más de dos mil hombres españoles.

Fui a ver al Presidente y me recibió preguntándome que era lo que me parecía del nombramiento del general y oficiales, en que respondí que a un cuerpo que parecía que sus miembros se querían corromper, fue justa cosa ponerle cabeza tan leal y sana, porque realmente el general y su hijo eran grandísimos servidores del Rey. Querer contar por menudo todas las cosas que pasaron en estos alborotos, sería comenzar historia nueva; tocaré algunas cosas, y sea la primera:

Que sobre estar el estandarte real en las casas reales, donde se había pasado como general el licenciado Zorrilla, las banderas y cuerpo de guardia estaban en la plaza, junto a las puertas del cabildo, tuvieron su consejo y se determinó que trajesen allí el estandarte; salieron tocando alarma y fueron a la Audiencia, y después de grandes cosas bajaron el estandarte. Asiose de él el licenciado Cabezas, oidor de aquella Audiencia, y diciendo: «Aquí del Rey», acudió toda la gente. Puesto a caballo marcharon la plaza y de allí a la iglesia, que cierto era de ver todos los del pueblo, como en diciendo: «Aquí del Rey», aunque fuese una criatura acudían todos, porque es lealísima aquella ciudad y provincia.

No quiso el oidor llevar el estandarte a las casas del cabildo, sino a las suyas, que eran una esquina de la plaza, y subido en su ventana pidió que callasen todos, que así se hizo, como si fuera en un sermón, y dijo: «¿Creéis que el rey don Felipe nuestro señor, es nuestro Rey y señor natural?». Todos respondieron «Lo creemos»; y con esta otras muchas preguntas, que a todas respondieron   —508→   «Creemos»; y así quedó nombrado el día del símbolo de cabezas. Quedese el estandarte allí algunos días.

Pasados algunos días, en otro consejo y junta, determinaron, que pues eran tan fieles, que saliese el general con ellos a pasearse. Fueron todos, y estaban en acuerdo y pidiéndoselo y diciendo que no era justo, ni tiempo, se asieron de la ropa dos cuñados: Ortiz y Ribas, y se la quitaron, y a su pesar, dando voces que eran fieles y que sobre sus hombros lo llevarían como a su general y cabeza. Pusiéronlo sobre un caballo y le dieron un bastón, como a general, y lo pasearon por todas las calles con gran regocijo y a este día llaman la prisión del acuerdo. Y a estos dos tristes, que no supieron lo que se hicieron, les mandó dar garrote después, el alcalde ordinario, García de Vargas. Despacharon al capitán Arcos con provisiones y mandatos que no pasase a Quito, e hizo alto en Chimbo el general Pedro de Arana y su gente; y Arcos se quedó en Atacunga, y mandó hacer pólvora, que sabido por el general Pedro de Arana le envió a mandar so pena de la vida y traidor, que no la hiciera. Enojose el viejo, y escribiole una carta de este tenor:

Carta al General Pedro de Arana.- Pedro de Arana, bien sabéis que fuiste mi criado, y que se dice en todo el Pirú mis grandes servicios a nuestro Rey, y mis hazañas os constan, que he igualado con los mejores capitanes y soldados de estos Reinos; noventa y tres años tengo, y vos no tenéis cumplidos sesenta, os desafío y reto, venid si os parece, veréis quien es el capitán Arcos; y si no venís, no hago caso de cobardes; vos sois el traidor.



El Alcalde Martín Ximeno escribió otra carta al Virrey, de parte de la ciudad, que se cometió a él y en toda ella con ir bien criada, no le dice merced, ni señoría, ni excelencia. Por las cuales cartas les quitaron las vidas, como después se dirá.

Un día hicieron alarde, como lo hacían todos los domingos y fiestas; pasaron por la Audiencia y porque cerraron las puertas la cercaron, y el capitán Olmos tomó   —509→   un arcabuz de un soldado y por arriba de su hombro lo disparó, que entrando la bala por una ventana dio en un cuadro de Abraham y dijo: «no debe más un buen capitán»; fue gran milagro no disparar todos y perderse aquella ciudad. A este día le llaman el cerco chico.

Otra vez fueron tocando alarma y cercaron las casas reales, todo a no más decir que no las cerrasen y que saliesen y no los hiciesen traidores; y un soldado, visto por una ventana descubría una cabeza a mirar, le tiró y pasó la bala por la frente, y mató a un honradísimo mozo, llamado Fernando Lagarto, sobrino del oidor general. A este día llaman, el cerco desgraciado.

En este tiempo dieron un arcabuzazo al maestre de campo Bellido, y le quebraron una pierna y como no murió quiso curarlo un médico portugués, y lo acabó con una purga. Díjose que todo había sido por mandado del general Pedro de Arana, y que fue su grande amigo Olmos el que se la tiró, porque de secreto hacia grandes servicios, y para lo público se halló después con cartas del Pedro de Arana, en que decía él lo mandaba y por ello se libró.

Otro día, que llaman del cerco grande, que fue un día de juicio y pasaron cosas maravillosas, y que parece que la divina providencia acude con sus misericordias a manos llenas, que vide milagros, si así se pueden nombrar. En todos los días acudía la Real Audiencia e hice todo aquello que un fiel capellán pudiera hacer, porque con recaudos del general oidor iba al provisor, y lo atraje, que no fue poco, porque iba con el vulgo que no se recibiesen alcabalas, hasta que se diese aviso a Su Majestad y los oyese, aunque en lo demás era un excelente varón, como se verá en el hecho de este día del cerco grande. Llamome el general en secreto y me dijo que la noche antes su cristianísima mujer doña Francisca Sanguino, que certifico como sacerdote que era una santa, y que le revelaba Dios muchas cosas, que le parecía que otro día se había de ver en grande agonía y estrecho, y que me llamase y preguntase qué sabia y qué   —510→   había oído aquella noche en el cuerpo de guardia del cabildo (porque muchas noches me disfrazaba y ponía un cuello de seglar, y me iba a escuchar, y otras veces como amigo de los capitanes Juan de la Vega y Martín Ximeno iba como clérigo). Respondile: «Yo lo que sé es que mañana hay reseña, y vendrán a esta plaza de las casas reales a armar escuadrones»; entré dentro y me dijo aquella santa mujer: «Padre mío, ¿qué juicio será el de mañana? Si no nos libra el Santísimo Sacramento, todos moriremos. Vaya y reduzca al provisor y diga que traiga al señor y venga a librarnos, que Su Divina Majestad se lo pagará, y el Rey nuestro señor se lo gratificará». Salí de allí, sin responderle cosa, que como la miraba con ojos de santa me pareció que hablaba con espíritu profético. Fui pensando lo que le diría al provisor, y fue que si había alboroto llevase el Santísimo Sacramento, para que con su respeto se refrenasen todos, y así lo hizo. Tocan de improviso las cajas alarma, y en un instante las campanas, que parecía hundirse el pueblo. Acudieron dos mil y ochocientos hombres marchando hacia las casas reales, con voz de que los oidores se encerraban, y los hacían con aquello traidores; llegados, piden que abran las puertas; hubo grandes demandas y respuestas. Tenían hecho dentro grandes prevenciones de guerra, que todo era poca para contra tanta gente, que no había dentro más de cien personas, hombres y mujeres. Acordeme del arcediano y provisor, y salgo por un postigo con Juan de Aldaz, un vizcaíno que sirvió mucho en estos negocios. El provisor estaba ya apercibido y hubiera ido a la iglesia por el señor, sino que estaban las calles de la plaza tomadas. Dije entrando «Ea señor Provisor, por Dios por su Rey y su ciudad, acuda a lo tratado». Dijo: «¿A dónde iremos que todos los conventos e iglesias están cerradas?». Dije: «A la Compañía de Jesús, que para servir a Dios y al Rey siempre está abierta»; y era la verdad, porque aunque todos acudieron, estos santos religiosos se aventajaron. Fuimos allá y luego abrieron y salió el padre rector con la santa custodia escondida; venimos a tiempo que si nos tardáramos un rato más fuera imposible entrar, porque ya   —511→   cercaban todas las casas reales a la redonda, que son cuatro esquinas. Entramos por el postigo, que fue por donde habíamos salido; pedían vigas para echar las puertas principales abajo, y el que más hacía era el sargento mayor Calderón, que como soldado viandante no miraba lo que los honrados capitanes le decían. Visto que si más se tardaba fenecería todo, puse las gentes en sus puestos, que aunque de rigor era aquel oficio de los soldados que estaban dentro, ninguno sabía lo que se había de hacer, aunque por el postigo entró a aquel tiempo Diarto Marroquín y otros que ayudaron.

Era la vocería tanta, que no se entendían y todo era pedir que abriesen las puertas o que las echarían abajo y los matarían; sobre las puertas principales estaba una ventana grande.

Mandó el general Zorrilla que las abrieran y el provisor sacó el Santísimo Sacramento, que fue cosa milagrosa; que fuera ni dentro no chistó persona ni habló más, sino que arrodillados lo adoraron un gran rato con lágrimas de alegría. Y el general dijo: «Ea, acompañemos a Dios», y dio de mano que se pusiesen en orden de marchar, y al momento se obedeció y fueron en procesión a la iglesia mayor. Acudieron los cantores y música, que pareció una procesión del cielo. El provisor lo colocó en el sagrario y el rector hizo una plática de la veneración del Santísimo Sacramento, y acabado acompañaron al general hasta las casas reales, sin haber soldado que entrase de las puertas, antes cuando pasaba le hacían reverencia hasta el suelo y decían: que a un tan buen cristiano y esposo de una santa y su general, todo aquello y más se le debía.

De allí adelante no hubo más cercos, ni contiendas, y porque era cerca de Semana Santa, se escribió a Pedro de Arana que viniese y llegó víspera de Ramos y el domingo no hubo oficio. Prendió hasta veinte personas. Aquél Lunes Santo amaneció colgado el buen viejo Arcos y Martín Ximeno, por las cartas arriba referidas, que fue un espectáculo grandísimo ver un viejo   —512→   con una coleta como la nieve, de noventa y tres años, y que tanto había servido al Rey, y un mozo gentilhombre, muy galanamente vestido, y de lo más granado de la ciudad y Lunes Santo amanecer así.




ArribaAbajoCapítulo XXXVII

Donde se concluye la historia, y se trata de los castigos que se dieron.


Entre Lunes y Martes Santo se miraron las causas que algunos tenían en esta revolución, y Miércoles Santo, el contador Pedro de Lerena y el soldado que mató a Hernando Lagarto y el otro sobre cuyo hombro disparó el arcabuz el capitán, cuando pedía la venganza el Presidente de haber rompido a Abraham con la bala; y al sargento mayor Calderón y a otros tres compañeros suyos, que llaman de los yumbos, porque salieron por una provincia que la gente tiene este nombre; y escaparon siete de un navío que se perdió en aquel Mar del Sur, que vinieron a morir por solo hablar y decir dichos, como dicen los necios: «Diga yo esto y cuésteme la vida».

Llegarían hasta veinte todos los justiciados, y con esto cesó, porque le oí decir al general oidor y al general Pedro de Arana la poca culpa que toda aquella ciudad tenía, fuera de haber tomado las armas; y así envió perdón general el Virrey, y dice en él: «Para si por ventura alguno hubiere hablado, que en todo lo demás se sabe la lealtad de esta ciudad».

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Y por ser a propósito, acabaré estos alzamientos de las Indias, con decir que hubo muchas ciudades, como fue la de Santa Fe y Tunja, Nuevo Reino de Granada, que juntándose en Cabildo los veinticuatro regidores, y proponiendo el oidor las alcabalas, se vestían sus capuces de luto y sobre un bufete sacaban una fuente y un cuchillo, y no respondían cosa, y al fin recibieron a dos por ciento, y aún de aquello quitó nuestro cristianísimo y el católico rey don Felipe Tercero una gran parte, que en todas las provincias no quiere más que las pagas de las justicias y oficiales reales. A muchos hicieron en aquella ocasión grandes mercedes, y yo también fui gratificado en el beneficio del pueblo de Pimampiro, donde lo fui ocho años, como lo diré.

Acabadas las cosas de Quito, llegó Su Señoría don fray Luis de Solís, que venía de Lima. Agradeciome mucho el trabajo pasado, porque le dijo el oidor general lo que había hecho, que eran íntimos amigos, porque los buenos y santos suelen tener entre sí siempre unión y vínculo de amistad. Puedo decir ciertas cosas rarísimas de este santo obispo y pregoneros de su virtud, y no sólo de oídas pero de vista, que hacen más feo, pero por no ser de esta historia las dejaré; y por pagar en algo la deuda que a los buenos debemos, diré sólo una, y es que un día de viernes me dijo: «hijo, estas noches vamos a Guápulo, que es una legua del pueblo, donde está una imagen con la invocación de Nuestra Señora de Guadalupe»; y vine a la oración y disimuladamente nos salimos a pie del pueblo. En llegando a la cruz de la entrada, se quitó la capa de San Agustín, que había sido fraile de aquella sagrada religión, y me la dio, y ya venían las espaldas puestas en orden para su disciplina; se descalzó y sacó una cadena de hierro con tres ramales y una carrucha grande, que es a modo de las disciplina del glorioso Santo Domingo, y con ella se fue azotando con grandísima fuerza, que yo me espanté de ver tanta perfección en un viejo, y el ver cuando llegaban a las cruces que hay en el camino, cómo se postraba y lloraba, que me parecía que veía a su padre San Agustín   —514→   o a San Nicolás de Tolentino; y cierto que en todas aquellas cruces donde hacía aquellos actos, besaba yo sus zapatos y capa, como reliquias de santo. Llegados a Guápulo lo curé con agua de altamisa y polvos de arrayán. Aquella noche dormimos allí y muy de mañana dijo cantada la misa a la Virgen, y luego en su mula se volvió a la ciudad; y esto hacía muchas sábados, y por esto se podrá pensar la gran penitencia de este santo obispo, el cual aquel sábado me dijo que la mejor doctrina de su obispado era Pimampiro, y que me fuese allá, pues, yo estaba malo, que había dos años que de los grandes y excesivos trabajos de los quijos tenía abiertas las ingles y la barriga, y piernas con llagas de los mosquitos, y las espaldas con mil señales de los gusanos, que me duró esta prolija enfermedad cinco años.




ArribaAbajoCapítulo último

Del tiempo que estuve en Pimampiro y de mi venida a España.


Acabadas todas estas cosas ya dichas y concluido este último hecho, que fue el de mayor provecho que en aquellas partes pude hacer, salí de Quito para el pueblo de Pimampiro, que fue el que dio por mejora el señor obispo el tiempo que allí estuve.

Los indios quijos es gente agradecida y que reconocen lo que por ellos se hace, y así me venían a visitar más de cuatro años después que salí de entre ellos, no se contentaban con la visita, sino que me traían muchos regalos de micos y papagayos, vivos y secos, y pescado seco y puercos de monte y granadillas de los quijos y   —515→   de estas dos cosas diré dos maravillas singularísimas. Los puercos del monte son como los de acá, sólo que tienen la barriga arriba y el ombligo, y en matándolos se lo han de sacar luego porque sino es tanto el mal olor que de sí despiden y es tan malo el sabor de la carne, que no se puede comer.

De las granadillas digo que absolutamente es la mejor fruta del mundo, y comiéndola sale un olor por las narices de almizcle, y un sabor mejor que de nuestras granadas. La hechura de la fruta es a modo de una cidra pequeña del grandor de una mano, sin punta o pezón y en medio algo más gorda que en los extremos, y el de abajo un poco más grueso. La cáscara es gruesa como el dedo y de ella se hace conserva; los granos son a modo de nuestras granadas, no muy maduras, y todos están juntos sin repartimiento, dentro de una tela muy delgada. La flor de esta fruta es misteriosísima, porque contiene en sí todos los misterios y pasos de la Pasión de Cristo; es de la manera de una azucena, con una campana blanca por defuera y pintas leonadas, por dentro de color rosa, contiene dentro de sí toda la Pasión. En el círculo bajo salen unos ramales de color de sangre, que parecen azotes; en medio del centro inferior se levanta una columna verde y al pie de ella tres hojas, que hacen hechura de tres clavos, y la misma campana de la flor es a modo de corona con espinas; dentro de sí las venas están dispuestas de tal manera que vienen a hacer a la vista lanza, caña con esponja, escalera y cruz.

Cuando me venían a visitar y me traían estas cosas, en correspondencia les daba yo grandes dádivas y les enviaba muchas cargas de algodón, para se hiciesen de vestir, que era lo que más habían menester, que hubo año que les envié doscientas arrobas de algodón y en particular a los indios que yo rescaté y los dejé libres y poblados, como dije. Y para que se sepa este rescate y cautiverio, lo diré en breves razones.

Todas las provincias referidas, y otras muchas naciones que hay, porque hay provincias que tienen debajo de   —516→   un nombre tres y cuatro lenguas, y estos son todos enemigos unos de otros; y así están en los altos o en las quebradas muy fuertes y se guerrean y cautivan, y se sirven de ellos de noche y de día, con excesivos trabajos, y malos tratamientos de obras y palabras, como lo vi por mis ojos, y que era una obra de gran caridad. Traté con estos indios, que cada provincia me diese tantos esclavos, y motos los más maltratados; y así rescaté a los dichos, y los catequicé, bauticé y poblé, como es dicho de todos, hasta que me vine a España; salían a verme y les daba, y casi todos me traían los hijos para que me sirviese de ellos, y de estos rescatados llevé ocho a Pimampiro, y casé allí algunos.

El pueblo de Pimampiro está distante de Quito veinte leguas; es tierra templada, porque pasa cinco leguas de allí la línea equinocial y por ser más caliente que fría y no haber invierno ni verano, todo el año hay frutas, así de las de Castilla como de la tierra, en tanta abundancia y tan buenas como las de España; es tierra muy rica, porque tiene infinidad de cocales, que es una yerba como lentisco que los indios comen y para el trabajo les ayuda, según su uso, y sin esta coca no trabajarían; con sólo mascarla y tenerla en la boca les sustenta, conserva la dentadura de manera que aunque sean muy viejos jamás les falta, y dicen los naturales que con esta cosa y con la chicha que beben, que es hecha de maíz, como cerveza, jamás les da piedra ni mal de orina.

Tiene esta tierra tantas yerbas medicinales, que casi todas lo son. Hay arbolillos que tienen unas hojas pequeñas y muy blandas, y de suave gusto, que el purgarse está en la mano de quien las come saber los cursos que ha de hacer, porque con cada una es uno. Hay otra purga, que llaman mosquera, que es de otros arbolillos, y es con la cáscara de la raíz, que es extremo.

Es tierra abundantísima de comidas, porque el trigo de España se da a tres reales la fanega. Las carnes son en extremo y muchas, porque hay infinito ganado; las vacas valen a veinte reales; un gran carnero vale cuatro;   —517→   un cebón muy bueno, veinte y cuatro; una gallina o capón, tres cuartillos; conejos o perdices dan tres por un real y todo lo demás de esta manera; y por esta causa y ser tierra de tantos tratos, acuden de ordinario muchos españoles y indios, y con ser pueblos de ochocientos vecinos, parece de más de dos mil.

Había en aquel pueblo falta de agua, y así estaban perdidos grandes campos, y como los sacerdotes pueden tanto como los naturales, que por ellos se gobiernan, así en lo espiritual como en lo temporal, junté al Gobernador y caciques y les dije que con deseo de remediar la falta de aquel pueblo, yo y el maestro Pedro Ferrer (que era aquel genovés gran artillero que fue en el viaje a Cochinchina), habíamos ido por aquellos altos a buscar agua, y descubrimos unas acequias de los tiempos del Inca y vimos cómo podía venir gran golpe de agua, que yo daría el gasto y que pusiesen ellos el trabajo, y así se hizo, y gasté cien ducados en herramientas, y compré una manada de cuatrocientas ovejas y doscientas fanegas de maíz, y acudieron tantos indios, que en quince días hicieron cinco leguas, una acequia de vara y media de hondo y otro tanto de ancho, que vinieron dos bueyes de agua, que fue de tanto valor y riqueza para los indios que no se puede numerar.

Juntos todos estos caciques e indios ladinos, me hicieron una pregunta: «Padre queremos saber de ti ¿por qué gastaste más de cuatrocientos pesos y tanto trabajo y solicitud por esta agua?». Y sobre esto, otras muchas razones. A las cuales respondí: «Hijos sólo una razón tengo y esta lo veréis, que es así; pues no hay otra de mi interés, que fue por vosotros y por el bien común de este pueblo». Y cierto podré decir que fue una grande obra y muy agradecida de todo este pueblo, en tiempo de ocho años que estuve en él. Y para persuadirles cualquier obra de la iglesia, con sólo decirles que era para ellos lo hacían con mucho gusto, tanto que se acrecentó la iglesia en más de seis mil pesos. Y por ser notorio el dicho de los caciques indios de Pimampiro, lo diré. Vino un oidor a visitar (como es de costumbre cada tantos años)   —518→   y porque hay mandato no se les haga repartimiento a los indios para cosa. Visto un retablo nuevo que costó dos mil ducados, preguntó al cacique principal cuanto había costado, y respondió con juramento que cinco pesos; y llamados a los demás dijeron que tres y a la postre que uno y medio y con hacer grandes diligencias, no se pudo sacar otra palabra de ninguno, que solo cada uno decía lo que había dado.

Hice a los caciques no hiciesen agravios a sus indios; y a ellos que obedeciesen a sus caciques, con que les sustenté en paz y fui muy querido de ellos. No consentí que español ninguno fuese en casa de los indios, y así tenía todos los días cincuenta y sesenta de mesa, en que gasté muchos ducados y evité infinidad de agravios y pecados. Catequicé muchos viejos y viejas. Entablé las confesiones, que no había remedio con penas y castigos, y con dádivas, que había Cuaresma que les repartía ciento y cincuenta fanegas de pan, y cien paños de agujas. Curaba por mis manos los enfermos, y todos los españoles chapetones, que son los recién llegados a aquella tierra, tenían allí hospital para curare. Con ser este pueblo de Pimampiro de los mejores y más provechosos de todo el distrito del obispado de Quito, gané de provechos y salarios por cuenta en los ocho años, sesenta mil reales de a ocho; cuando vine a España sólo me quedaban veinte mil y siempre pedía a Dios lo que el rey Salomón: que no me diese riqueza ni pobreza, y me dejase volver a Jaén, y estar en un rincón sin que me conociesen los prelados, y en compañía de una santa beata, llamada Ana Gutiérrez (que por ser una sierva de Dios digo su nombre) que me crió siendo niño; Su Divina Majestad me lo ha concedido. Diez años ha que llegué a esta ciudad, y por huir de la ociosidad me he ocupado de estos tratados, con confianza de que sólo mi blanco y deseo ha sido acertar en algo del servicio de Dios y provecho de mis prójimos.

La tercera cosa que pedí al señor, es que en falleciendo sea mi cuerpo enterrado en la iglesia del señor San Pedro, y tengo confianza en su divina misericordia,   —519→   pues, ha sido servido que en la tierra haya peregrinado tanto, y dado vuelta al mundo, se ha de dignar perdonarme y llevar mi alma a gozar de su santa gloria.

Desde que salí de Pimampiro caminé nueve meses hasta llegar a Sevilla; y de todo el viaje no tengo cosa que escribir; sólo la entrada de La Habana que fue milagrosa, y tanto como se verá en la vida del famoso general don Jerónimo de Torres y Portugal, y los trabajos de tanto viaje del mar y tierra; como se habrá visto y por experiencia los que los pasan los ven. Y a los que no le han visto, la razón les dará conocimiento de ellos; y con razón puedo decir muy de corazón a Dios que soy «El Clérigo Agradecido» y darle infinitas gracias y ponerle en memoria de las gentes, para que todos, como criaturas suyas, se las den.







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ArribaAbajoFray Antonio Vázquez de Espinosa

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ArribaAbajoBiografía de fray Antonio Vázquez de Espinosa, carmelita descalzo

El más grande acontecimiento bibliográfico, de carácter histórico, del siglo veinte en que vivimos, es, sin duda alguna, el hallazgo en la sección de manuscritos de la Biblioteca Vaticana; dentro de la llamada Colección Barberiniana, de una obra inédita, y completa que allí repasaba desde el siglo décimo séptimo, escrita por un carmelita descalzo, español, que recorrió América desde 1608 hasta 1622 y que, de regreso a su tierra natal, redactó un libro extraordinario llamado: Compendio y descripción de las Indias Occidentales.

El autor se llamaba Antonio Vázquez de Espinosa y la gloria del hallazgo correspondió a un norteamericano: Charles Upson Clark, latinista y filólogo eminente, graduado en la Universidad de Yale, profesor en el Instituto Americano de Estudios Clásicos de la ciudad de Roma.

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El mismo profesor Upson Clark ha narrado cómo descubrió, por pura casualidad, el precioso manuscrito de Vázquez de Espinosa, y así sabemos que tan feliz y extraordinario acontecimiento se debió a las investigaciones que llevaba a cabo en la Biblioteca Vaticana el mentado sabio americano, por cuenta de la Smithsonian Institution, con el propósito de encontrar documentos sobre los mayas.

Quiso su buena fortuna que topara con el manuscrito que contenía la obra completa del carmelita Vázquez de Espinosa, la misma que había ingresado a la Biblioteca Vaticana por compra que de la Colección Baberiniana había verificado el gran Pontífice León XIII, para enriquecer aquella.

Encontrado el manuscrito e identificado su autor, el profesor Upson Clark recibió la orden, para nosotros extraña, de traducir el texto español en que estaba redactado, al inglés, a fin de editarlo en este último idioma. Así se hizo y en el mes de setiembre de 1942 la Smithsonian hizo aparecer en inglés una obra que interesaba profundamente a todos los países de América española. Hubo que pensar de inmediato en traducir del idioma inglés al español los diversos capítulos que se referían a cada uno de los países de América. Don Adrián Recinos, consiguió que se le franqueara en fotocopia los capítulos relativos a la Audiencia de Guatemala y publicó a su costa y en hermoso libro todo cuanto se refería a la misma. El eminente historiador mexicano padre Mariano Cuevas, de la Compañía de Jesús, tradujo al español y publicó en un tomo los capítulos relativos a México; y el que escribe estas líneas también se atrevió a verter del inglés los relativos a la Audiencia de Quito. Esos capítulos se publicaron en el número 64 del «Boletín de la Academia Nacional de Historia», correspondiente a los meses de julio a diciembre de 1844. Forman el Libro Tercero de la obra del gran carmelita.

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La Smithsonian, en vista de que todos los estudiosos de América iban a seguir este camino, acordó, en hora buena, editar el libro en el idioma en que había sido escrito, que era justamente lo que había deseado el que lo halló, desde el primer momento, y es así cómo en el año de 1948 se imprimió el fuerte volumen número 108 de la Smithsonian Miscellaneous Collection, que contiene el Compendio y Descripción de las Indias Occidentales del gran Carmelita que en su humildad, propia del verdadero sabio, ya que todo orgulloso está muy lejos de serlo, no se consideraba a sí mismo como historiador, según anota Upson Clark, sino que se refería «A las historias y a los historiadores de Indias». Una obra inmensa que había permanecido inédita durante tres siglos, venía así a ponerse en manos de la gente culta en dos idiomas: el castellano en que fue escrita y el inglés en que había sido traducida. Los índices que para su fácil manejo enriquecen ambas ediciones son un modelo perfecto y acabado de lo que es y debe ser una edición para merecer el calificativo de «sabia». Esos índices trabajados por el eminente profesor Upson Clark servirán de modelo para quien acometa una edición de libros de historia, no por miserables intereses comerciases, sino por amor desmedido a la cultura, el único amor digno de las mentes elevadas, en materias del espíritu.

El libro de Vázquez de Espinosa se escribió el año de 1628 y fue corregido por el autor en 1629. La licencia para imprimirla se obtuvo en ese mismo año 1629. Seguramente obstó tan noble propósito la enfermedad del autor, que murió en Sevilla en 1630. Necesario fue que pasaran tres siglos para que pudiéramos tener en nuestras manos un libro que interesa por igual a los historiadores y a los geógrafos; a los naturalistas, en especial a los botánicos; a los geólogos, a los antropólogos y a los especialistas en asuntos indígenas de América. Dice Upson Clark:

No estoy seguro, sin embargo, de que la más grande contribución de Vázquez corresponda a la geografía,   —526→   a la botánica o a la antropología, sino al campo de la administración eclesiástica y colonial de España. En esta materia su descripción es tan completa que su libro deberá ser leído precisamente por todo investigador de historia panamericana.



Nació fray Antonio Vázquez de Espinosa en Jeréz de la Frontera en el último tercio del siglo dieciséis, sin que podamos precisar la fecha. De su ciudad natal pasó a América, en la que permaneció catorce años.

Don Miguel Muñoz de San Pedro, conde de Canilleros, ha dedicado muchas vigilias a encontrar el mayor número de datos sobre este insigne hijo de Santa Teresa de Jesús, y es así como en la Revista de Indias, año VIII, números 33-34, de diciembre de 1948, nos ha dado un estudio titulado: «La relación de Indias de fray Antonio Vázquez de Espinosa».

Dice Muñoz de San Pedro que Vázquez fue un ferviente misionero y que Nueva España, Honduras, Nicaragua y el Perú, fueron campo de su celo apostólico. El año de 1614 estuvo en tierras de la Audiencia de Quito, que la visitó en toda su extensión. Predicó más de dos mil sermones y bautizó tres mil indios. Tuvo aptitud portentosa para las lenguas indígenas, muchas de las cuales llegó a dominar por completo. Se dice que el aimara lo aprendió en poco más de mes.

Además de su obra principal, redactó otras de doctrina religiosa y de historia, así el Sumario de las indulgencias, que publicó en Madrid en 1623, al año de haber retornado de América, de la que regresó en 1622. Nicolás Antonio ha elogiado el libro de las indulgencias como obra llena de erudición y de piedad. Compuso también un Confesonario general y una Guía del cielo y método para poder confesar.

En la ciudad de Málaga, en el año de 1623 publicó su libro titulado: Viaje y navegación del año 1622   —527→   que hizo la flota de Nueva España y Honduras, y en la misma ciudad el año de 1624 su tratado de las Circunstancias para los tratos y contratos de las Indias del Perú y Nueva España.

Nos ha revelado el conde de Canilleros que Vázquez de Espinosa hizo en el año de 1627 un resumen previo del gran libro que se proponía publicar y que lo redactó por extenso el año de 1628. Ese breve resumen lo presentó al Consejo de Indias. Escribe el señor Muñoz de San Pedro:

Cuando en 1627 presentó el Padre Vázquez al Consejo de Indias el primer manuscrito, en que recoge impresiones de su viaje, actuaba como consejero en ese organismo un hidalgo extremeño, natural de Trujillo, llamado don Luis de Paredes, hombre culto y ordenado, que formó una colección de documentos de Indias, llamada luego la «Colección Tapia y Paredes», que encuadernó en pergamino, en gruesos tomos. Anotó así que el primer Relato de Antonio Vázquez, lo vio el día 22 de julio de 1627.

Por la corte se movía el padre Vázquez buscando recompensa para sus servicios. Es posible que se hiciera amigo del consejero Paredes, que estaba en el de Indias, luego de haber servido en el de Castilla. Es lo cierto que la Relación del Padre la conservó en su Colección con otros escritos, el referida Paredes.

Los dos trabajos de Vázquez, semejantes en contenido, difieren fundamentalmente en amplitud. El primer trabajo es un breve anticipo, con detalladas listas estadísticas y un mapa de América, trazado en pliego de doble folio, por fray Antonio. Este llama «Relación» al escrito de 1627 y «Descripción» al del año 1629.

Los dos manuscritos son igualmente curiosos. El primero tiene un mapa y 34 folios. Le acompañan estadísticas que ofrecen un panorama completo de la estructura colonial.



  —528→  

Sería de desear que se publicara a la brevedad la Relación a que se hace antes referencia y de la que no ha dado noticia Charles Upson Clark, que procuró reunir cuantos datos pudo conseguir sobre el carmelita, como se puede ver en la introducción que escribió para su libro y que es preciosa para poder aquilatar lo que ella significa en el campo de la historia y cuán eminente fue su autor.

En la Colección Tapia y Paredes hay dos escritos del carmelita Vázquez de Espinosa, que por ser de interés muy grande para conocer a este ilustre viajero, los incluimos aquí, poniéndolos en español moderno. Los ha publicado el señor conde de Canilleros, con lo que ha hecho un gran servicio a la cultura, pues, permiten también conocer a miembros de la familia Vázquez.

Fray Antonio Vázquez se dirige a Luis de Paredes y le dice:

«El Maestro Fray Antonio Vázquez, Calificador del Santo Oficio y Vicario Provincial del Orden de Nuestra Señora del Carmen, ha servido a Su Majestad catorce años en las Indias, en la predicación y conversión de indios, donde predicó más de dos mil sermones, catequizó y bautizó más de tres mil indios y les administró los Santos Sacramentos; y en la conquista y reducción de los Tabalosos gastó en servicio de Su Majestad más de cuatro mil pesos en ornamentos y lo demás necesario para el culto divino, y en llevar dos soldados con armas y caballos a su costa y en bastimentos y municiones. Y en los altos de Arica doctrinó dieciocho poblaciones, reduciendo a los indios al servicio de Dios y de Su Majestad, enseñando la doctrina cristiana y buenas costumbres y para entenderlos y confesarlos aprendió la lengua Aymara en poco más de un mes, con que hizo muy grandes bienes a aquella tierra y a los nuevos fieles; lo cual también hizo en las provincias de la Nueva España y Honduras, procediendo siempre con cristiandad y   —529→   buen ejemplo, como consta todo de los testimonios e informaciones que tiene presentados en el Real Consejo de las Indias, de Jueces y Ministros de Su Majestad, de Obispos y prelados de todas las religiones, y ha compuesto dos libros de importancia para la buena doctrina y enseñanza de los de aquella tierra, y ha hecho otros muy calificados servicios como consta de sus papeles, y en esta Corte los ha hecho a Su Majestad en Juntas de Guerra y otros pareceres que ha dado que son notorios; y en el donativo sirvió con tres mil reales a Su Majestad, y tiene conocimiento de todas las cosas de las Indias, por haberlas visto y andado, y sabe las lenguas de ellas, y siempre su religión le ha honrado por sus letras y partes con cargos honrosos.

Y el Capitán Juan Vázquez y Francisco Vázquez, sus hermanos, sirvieron a Su Majestad cuarenta y seis años en el Armada Real y en la Carrera de las Indias, haciendo muy valerosos hechos en las ocasiones que se hallaron y ofrecieron, y defendieron la fuerza y ciudad de Santo Domingo dos veces, en tiempo de Diego Gómez de Sandoval y de don Diego de Acuña, y el año de 625 pelearon con dos naos holandesas y las desparejaron y le mataron mucha gente, y el tercer día de esta victoria pelearon con un galeón de turcos que decían era la capitana de Argel y le echaron a fondo, y el año pasado de 626 pelearon con tres naos de holandeses y por haber huido nuestra capitana estuvieron solos, peleando con las tres naos de holandeses el Viernes Santo del año pasado, desde la mañana hasta la media noche, en el cual tiempo echaron, una urca a pique, de las que habían tomado los enemigos y otra de los dichos enemigos la pusieron en el mismo peligro, y andando peleando el dicho capitán su hermano, le dieron un balazo en los riñones y aunque se vio tan mal herido se ciñó un paño de manos a la herida y anduvo peleando todo el día y animando a su gente, hasta que a media noche varó la nao y murió de la dicha herida, y a su hermano   —530→   Francisco Vázquez, en la refriega, andando peleando con valor, a imitación de su hermano y de sus pasados, le llevaron de un balazo ambas piernas y de otro un brazo, donde murieron como valerosos soldados en servicio de Su Majestad y defensa de la fe, y donde perdieron sus haciendas, sin haber sido premiados de tan calificados servicios, como consta de las informaciones hechas ante el Conde de la Puebla, Presidente de la Contratación de Sevilla, y se halla el dicho Padre Maestro con obligaciones y ha cuatro años que está en esta Corte esperando se le haga merced, y Su Majestad se la ha hecho de un decreto para que el Consejo se consulte, conforme a sus partes, servicios y calidad».



El otro escrito es del tenor siguiente:

Fray Antonio Vázquez se dirige a Luis de Paredes y le expone:

«El Maestro Fray Antonia Vázquez de Espinosa, Calificador del Santo Oficio y Vicario provincial del Orden de Nuestra Señora del Carmen, (expone todos los servicios que han prestado él y sus hermanos Juan y Francisco que murieran el año de 1626 peleando con enemigos de Su Majestad) y dice: "Nunca se les han gratificado tan calificados servicios y tiene hermanas y sobrinas pobres que remediar, por lo cual suplica a Vuestra Merced en consideración a tan calificados servicios y de sus partes, le haga merced conforme a ellos, favoreciéndole y honrándole, en lo que recibirá merced."».



Señalemos, en bien de los estudiosos que ansían reunir cuantos datos sea dable sobre fray Antonio Vázquez de Espinosa, que el notable investigador peruano don Guillermo Lohmann Villena publicó en el Boletín bibliográfico de la Biblioteca Central de la Universidad Nacional de San Marcos -Lima números 1-4, de diciembre de 1956, un artículo titulado: «Unos datos inéditos sobre fray Antonio Vázquez de Espinosa». En ese estudio se hace caudal del trabajo del señor conde de Canilleros, que ya nos es conocido y   —531→   como cosa nueva se cita unta cédula dada a favor del carmelita, el 15 de diciembre de 1629, que es una recomendación al virrey del Perú conde de Chinchón para que, previo examen de las condiciones e idoneidad del padre, se le diera alguno de los curatos que él había solicitado. También se menciona que fray Vázquez se opuso en ocasión memorable a que la Armada se enviará por el estrecho de Magallanes al océano Pacífico, por los riesgos e inconvenientes que ello comportaba, sugiriendo a la vez los medios de evitarlos. La oposición la formuló en cuatro reuniones celebradas bajo la presidencia del gran prior de la Orden de Malta, Diego Brochero y el conde de la Puebla del maestro. Se basó en los conocimientos que había adquirido en las cosas de las Indias, por la larga permanencia que tuvo en ellas.

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Compendio y descripción de las Indias occidentales
por fray Antonio Vázquez de Espinosa carmelita descalzo
(versión directa del inglés por: J. Roberto Páez)
Boletín de la Academia Nacional de Historia Número 64, julio-diciembre de 1944. Páginas 226 a 252



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ArribaAbajoSegunda parte

Libro tercero


Del distrito de la Audiencia de Quito


En que se trata de la descripción de sus provincias y de lo que ellas comprenden. (Las diferentes clases de tierras y su naturaleza; los productos así autóctonos como procedentes de España que se producen; sus minas de oro y plata; sus paños y tejidos; los ritos y costumbres de los indios; las ciudades y aldeas de españoles y su establecimiento; los cargos de gobernadores, corregidores y otros oficios otorgados por Su Majestad en consulta con el Supremo Consejo de las Indias, con los salarios que se pagan; los corregimientos y otros oficios dados por el Virrey, juntamente con otras curiosas y notables características de esta región).   —536→  


ArribaAbajoCapítulo I

De la ciudad de Popayán, capital de esta gobernación y obispado.


1065.- La ciudad de Popayán se halla a cuarenta leguas de Timaná y a 100 de Bogotá hacía el Sur. Está edificada en una colina o ladera de cerro que llaman «M», por la semejanza de su forma con esa letra.

Al rededor de la ciudad corren dos pequeños ríos que toman su origen una legua antes. Estas provincias fueron conquistadas por el adelantado Sebastián de Belalcázar, y después que las pacificó fundó la ciudad en el año 1536, en el sitio antes descrito, a los 2º 30' Norte. Tiene clima primaveral y se halla muy bien abastecida de provisiones. Se producen cantidades de trigo, maíz y muchos otros cereales y vegetales, tanto originarios de la tierra como de España, como ocurre también con las frutas. Hay también mucho ganado, ovejas, granjas de cerdos, excelentes caballos y mulas.

1066.- La ciudad cuenta con trecientos vecinos españoles, a más de los individuos de servicio, indios yanaconas, negros y mulatos. Es asiento del Gobernador y del obispo de esta provincias; existe en ella una hermosa catedral, con obispo y prebendados con residencia fija, para su servicio. Hay tres conventos de dominicos, franciscanos y agustinos; un convento de monjas agustinas; hay hospital que sirve como iglesia parroquial para los indios yanaconas que residen en la ciudad y sirven los españoles; algunos de ellos son artesanos. En la ciudad hay oficiales del tesoro real, un contador y un tesorero.

1067.- A once leguas de la ciudad hay un páramo llamado Papallacta, cálido e inhospitalario para todo lo que está debajo del Ecuador, formando un altísimo recorrido   —537→   cuya ascensión ocupa cinco largas leguas; en su parte más alta se halla un lago de tamaño mediano que es fuente y origen de los dos famosos y grandes ríos, empedrados de oro, el Magdalena y el Cauca. El Magdalena corre al Norte a través de la región más oriental, hacía abajo del valle de Neiva; el Cauca al Oeste, al costado hasta el término de la gobernación de Popayán. Naciendo en este pequeño lago y recorriendo más de 200 leguas, se unen finalmente a cuatro leguas de Tenerife, en el obispado de Santa Marta, algo como a treinta leguas antes de desembocar en el mar, en el cual entran formando uno de los inmensos y poderosos ríos del mundo. Después de su reunión toman el nombre de Río Grande.

1068.- Esta ciudad y gobernación contiene en su distrito las siguientes poblaciones: la ciudad de Cali, a 22 leguas de Popayán y 28 del Pacífico; fue fundada en el año 1537 por el capitán Miguel Muñoz bajo las órdenes del adelantado Benalcázar, al pie de una sierra, en un valle placentero e igual, de ardiente clima. Tiene abundancia y excelencia de abastecimientos de carne, fruta y pescado. Posee iglesia parroquial y dos conventos, de agustinos y mercedarios. Los indios de esta región son buenos cristianos y de excelentes disposiciones. El primer señor de esta tierra se llamaba Peteylili. Hay en este distrito buenas plantaciones de caña de azúcar y haciendas de ganado y dentro de esta jurisdicción se halla el puerto de Buena Ventura en el Pacífico a 3º 3' Norte.

1069.- La ciudad de Buga está a 12 leguas al norte de Cali; tiene clima primaveral y excelentes provisiones y frutos. Posee admirables pastos en su distrito y muchas haciendas con abundantes cabezas de ganado. La fundó el adelantado Sebastián de Belalcázar en el año 1537, tiene iglesia parroquial y convento de dominicos.

1070.- La ciudad de Toro está a 14 leguas de Guadalajara de Buga; la fundó igualmente el adelantado   —538→   Belalcázar. Goza de buen clima, y en su distrito hay rico oro mineral en capas y depósitos; abundantes haciendas de ganado, deliciosos frutos, pescado y otros víveres.




ArribaAbajoCapítulo II

De la ciudad de Cartago y otras provincias del distrito de Popayán.


1071.- La ciudad de Cartago está a 10 leguas de Toro. Se fundó en 1540 por el capitán Jorge de Robledo, bajo las órdenes del adelantado Sebastián de Belalcázar. Se halla a más de 30 leguas de Popayán. Tiene en su distrito minas ricas y depósitos aluviales de oro los cuales son llevados hacía abajo dentro de los ríos desde las hondonadas de estas sierras por las continuas lluvias. Viven allí muchos tigres, leones, tapires y otros animales feroces que hacen grandes daños en los ganados, yeguas y cerdos de las haciendas. Crecen allí cantidades de maíz y otros cereales y la provisión de frutas el país es excelente. En esta ciudad hay iglesia parroquial, convento de franciscanos y otras capillas.

1072.- Entre esta ciudad de Guadalajara de Buga y Toro, yace la aldea indígena de Rondanillo, a la que el gobernador de Popayán da un corregidor. El distrito de la Audiencia de Popayán y Quito toca con su circunscripción.

1073.- La ciudad de Santa Ana de Anzerma se halla el distrito de la Audiencia de Bogotá, y en la gobernación   —539→   y diócesis de Popayán. La fundó el capitán Jorge Robledo por orden de Lorenzo de Aldana el año de 1540 en las riberas del río Cauca, para prevenir los daños causados por los indios de este distrito, que eran caníbales muy salvajes. Su clima es cálido, muy propenso a los rayos y a menudo insalubre, pero tiene rico oro mineral y depósitos aluviales. Posee iglesia parroquial y convento de franciscanos.

1074.- La ciudad de Santiago de Arma está situada en el distrito de la Audiencia de Bogotá, a 50 leguas nordeste de Popayán, a cuyo obispado pertenece, en la gobernación de Antioquia. Tiene clima ardiente y fue fundada por el mariscal Jorge Robledo. En su distrito tiene oro mineral y depósitos aluviales ricos. Hay pocas granjas y ganados y haciendas con cerdos. Sus frutas son las ordinarias en las Indias.

1075.- Cincuenta leguas nordeste de Santiago de Arma y 65 de Popayán se halla asentada la población de Caramanta, asentada en atractivo y excelente sitio cerca del río Cauca. Pertenece al distrito de la Audiencia de Bogotá y a la gobernación de Antioquia; en lo eclesiástico depende del obispado de Popayán. Los indios de esta región fueron muy brutales, y se comían unos a otros, por lo cual muy pocos indios hay en el día de hoy fue una fundación del adelantado Benalcázar, que hizo cortar la cabeza al mariscal Jorge Robledo en Arma. Esta población tiene clima cálido, en su distrito hay ricos depósitos aluviales de oro y también oro mineral; cantidad de maíz, otros cereales y vegetales; hay haciendas de ganado, yeguas y mulares.



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ArribaAbajoCapítulo III

De la ciudad de Almaguer y otras ciudades del distrito de Popayán.


1076.- La ciudad de Almaguer está a 24 leguas sudoeste de Popayán y tiene clima cálido. En su distrito se encuentran minas de oro ricas y depósitos aluviales. Hay pacas haciendas ganaderas y granjas con mulares, abundando la provisión de frutos nativos. Tiene iglesia parroquial y convento de franciscanos. Al otro lado de la cordillera viven los indios paeses y pijaos; la población de Neiva se edificó allí cerca, pero hubo de abandonarse por los atropellos de estos salvajes que destrozaron, robaron y asesinaron en aquel tiempo y de nuevo movieron guerra; aunque muchos de ellos fueron muertos, perecieron de frío o fueron vendidos como esclavos, aquello no fue suficiente para aquietarlos y apaciguarlos, pues, acostumbran ir de un punto a otro como fieras bestias salvajes haciendo cuanto daño pueden y no ha habido acción decisiva con ellos siendo este un país fragoso, con abundancia de selvas, bosques, ríos y pantanos. En la ciudad de Almaguer el corregidor es nombrado por el gobernador de Popayán, tanto para la administración de justicia como para la defensa del territorio contra estos salvajes.

1077.- La ciudad de Mocoa en esta gobernación está en el mismo paralelo de Pasto hacia el Este. Pocos españoles residen allí; el clima es cálido y se cultiva bastante algodón en su distrito; pose ricas minas de oro y depósitos aluviales.

1078.- La ciudad de Calacoto en la frontera con los indios Ppaeses está a 16 leguas este de Popayán, su clima es cálido. Pocos españoles viven allí. Cerca de esta ciudad   —541→   está el asiento de la tribu de Sucumbíos, en donde se ha establecido la población de Agreda. Todas estas provincias son ricas en minas de oro y depósitos aluviales, pero, por falta de trabajo no pueden sacar gran cosa ni gozar de su abundancia que para todo este país es exuberante, entre las riquezas del mundo en oro.

1079.- Hay algunas haciendas ganaderas y de cultivo de maíz y frutas nativos; el clima es cálido. Además en todas las hondonadas y corrientes de agua de este estado el oro se halla en abundancia, hasta tal punto que en las ciudades las basuras y barro de las casas cuando ellas se limpian dan de sí oro, porque todo está empedrado de este metal. Este oro muestra la más grande variedad en calidades que se conozca u observe en cualquiera otra parte del mundo; para los productos de las minas, desde 12 quilates hasta más de 23, y si hubiera trabajadores en vez del presente abandono de labores, dada la abundancia de mineral, el país se contaría entre los más ricos del mundo.




ArribaAbajoCapítulo IV

Continúa la descripción del distrito de Popayán y en especial de Pasto y de las fuentes del gran río Orinoco.


1080.- La ciudad de San Juan de Pasto fue fundada por el capitán Lorenzo de Aldana en 1539. Le llamó Villa Viciosa, porque en el sitio en que se halla establecida es verdaderamente agradable y atractiva con amplios pastos para ganado. Está un poco más allá 1º Norte   —542→   y tiene clima primaveral. Se halla en el camino real entre Popayán, 40 leguas hacia el Norte y Quito, 44 hacia el Sur. Se halla en el distrito de la gobernación de Popayán, y eclesiásticamente en el del obispado de Quito. El Pacífico se extiende a 40 leguas al Oeste; su ubicación es opuesta a Gorgona.

1081.- El país es muy productivo; las provisiones baratas y excelentes. Se cultiva mucho trigo, maíz y otros cereales en abundancia tanto indígenas como de España. Hay muy buenas plantaciones de azúcar y toda clase de frutas nativas y de España, con grandes haciendas de ganado y ovejas e innumerables cerdos con que se atiende a las necesidades del lugar, y ordinariamente se exporta mucho a Lima, a distancia de 400 leguas; hay también fincas con yeguas y mulas, gran cantidad de aves de corral y rico mineral de oro aunque de pocos quilates. En esta jurisdicción junto con la de Pasto hay más de 24 000 indios, que no han ido desapareciendo como en otras provincias. Estos indios trabajan en labores agrícolas y en los criaderos o fincas de cerdos.

1082.- La ciudad cuenta con más de trecientos vecinos, con excelente iglesia parroquial y conventos de dominicos, franciscanos, agustinos y mercedarios, un convento de monjas y hospital para la atención de los pobres. La ciudad está bien situada y provista de víveres baratos y excelentes. El gobernador de Popayán nombra aquí un corregidor, para el buen gobierno y la administración de justicia. En esta provincia se encuentra una corriente de agua caliente muy agradable de gustar; es situada en el camino real de Pasto a Popayán. Después de este río viene la sierra desde la cual Gonzalo Pizarro persiguió al virrey Blasco Núñez Vela en el año 1545, hacia arriba del río Angasmayo, que fue el límite de las conquistas del Inca Huayna-Capac. El río de agua caliente procede de un volcán que está lanzando continuas llamas y humo, más allá de la sierra; hizo erupción en tiempos pasados y causó graves daños en el país.

  —543→  

1083.- En el páramo de Papallacta, cerca del lago donde el Magdalena y el Cauca tienen origen, otro lago de nacimiento al río de Saqueta, que corre al Este y a 40 leguas de su fuente se introduce a través de la ciudad de Agreda, que ha sido establecida en la provincia de Mocoa en sitio cubierto de bosques; tiene 10 encomenderos con 400 indios para su servicio. Pertenece a la gobernación de Popayán.

1084.- Más allá de esta ciudad, el río Saqueta, llega a ser muy grande y corre a través de un territorio plano, aunque rodeado por montañas. Este río es el principal afluente del gran río Orinoco que atraviesa la provincia de Guaiana y desemboca en el Atlántico, con tantas bocas que forma un mar. Atravesando la cordillera hacía el oeste de la ciudad, se llega a la ciudad de San Juan de Pasto a distancia de 38 leguas; ocho leguas antes de llegar a la ciudad, hay una llanura o valle llamado Sinbundoy, en donde se originan tres ríos, denominados San Pedro, Santiago y San Francisco, todos los cuales son además componentes del gran río Orinoco; al final del valle con una distancia a 2 leguas, todos tres se unen, rompen a través de la cordillera y corriendo al Este reciben el nombre de Purumayu. A seis leguas de este valle y dos leguas antes de Pasto hay un páramo en cuya cima se extiende un profundo lago que debe tener diez leguas de circunferencia. Da nacimiento a otro río que es también afluente del Orinoco. Corre en línea recta al Este y a 14 leguas de su origen para cerca de la ciudad llamada Nuestra Señora del Valle de Ecija en la provincia de Sucumbíos gobernación de Popayán. Es país montañoso, la provincia contiene 500 indios, bajo servidumbre de 18 españoles encomenderos.



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ArribaAbajoCapítulo V

Continúa la descripción de este país y del río Orinoco.


1085.- Veinte leguas abajo de esta ciudad hacia el Este, el río de La Laguna se une con el río Purumayu para formar una enorme corriente con suave curso en su recorrido a través de un territorio plano. Desde Ecija corre a lo largo de la vertiente de la cordillera hacia el Sur y a 10 leguas de distancia se une con otros dos ríos, el Azuela y el Rodela; allí forma enorme corriente que los españoles llaman río San Miguel; este corre hacia el Este y desemboca en el río Purumayu, 45 leguas más abajo de la ciudad de Ecija, formando un enorme, anchuroso y profundo río, que a veces tiene más de una legua de orilla a orilla con gran número de islas.

Cincuenta leguas al Sur se llega a otra unión de dos ríos llamados Zimba y Aguarico, de la provincia de Puzi, y Cofanes. La unión de estos dos grandes ríos forma el ancho caudal que los españoles denominan río del oro, por ello hay mucho oro en esta provincia; corre al Este. Hállase aquí el término del obispado de Quito. Caminando tres leguas al sur desde este río, se llega a la ciudad de San Pedro de Alcalá del río Dorado, en la gobernación de los Quijos, una región con pocos indios; habrá unos 300 bajo servidumbre de 10 encomenderos. La región es toda montañosa y llena en extremo de bosques.

1086.- Desde esta ciudad hasta Baeza, capital de la gobernación de los Quijos, debe haber 30 leguas hacia el Sur; desde Baeza hasta Quito que está al Oeste, 20 leguas. Dentro de estos límites hay un páramo llamado de Antisana cuyos declives dan origen a dos ríos; uno en el norte, se llama río de la Coca, corre hacía el Este   —545→   pasando cerca de la población de Baeza. El otro nace por el declive sur a poco más de 1º al Norte y se llama el río Napo; se une con el río de la Coca como a 50 leguas más abajo de su origen y corre hacia el Este (cerca de la confluencia de estos dos, Orellana se embarcó por orden de Gonzalo Pizarro en el año 1541 en un bergantín, para explorar el país en busca de alimentos para el ejército, por cuyo hecho este gran río tomó el nombre de río de Orellana).

Después de su reunión como a 70 leguas aguas abajo, se juntan con el río de oro, formando un caudal inmenso, ancho y profundo que es el Orinoco. (Nota del traductor español: es el río Caquetá, que muchos han tenido por el Orinoco en el siglo XVII en que escribe nuestro autor), sus aguas corren con uniformidad hacia el Este. En todo lo largo de este curso hacia abajo hay muchas provincias y establecimientos de indios; hay gentiles idólatras que se diferencian en sus vestuarios y ceremonias. Algunos, llamados icaguates, son caníbales desnudos y salvajes, si bien este país produce abundancia de alimentos en forma de venados, dantas y otros animales, y variedad de caza y pescados así de los que viven en los ríos como de los que vienen desde el Atlántico. Hay otras tribus: las llamadas omaguas, pueblo que usa vestido, ingeniosos y civilizados; (otros llamados) Buaques; (y otros) Abalios; (otros) Micuaras; (y otros) Quillibinas; y (otros) Apalaques, con muchas tribus más, cuyos nombres son desconocidos; son numerosas las tribus y su territorio muy extenso. Algunos indios van desnudos; otros se cubren con cortezas de árboles, otros con algodón grueso; algunos adoran un árbol, otros una roca, otros el río y otros hacen sus dioses de los animales. Las armas que usan son lanzas o saetas de madera de palma y pequeños escudos hechos de madera y en algunos casos de pellejo de danta. Entran en guerra para tomar víctimas para sus fiestas de caníbales, o para despojar a sus enemigos de tierras y mujeres.

1087.- Entre este río y el río Purumayu hay una isla de suelo firme que está a 30 leguas al través en el   —546→   punto más ancho. Estos ríos se unen a 270 leguas abajo de la cordillera y al fin de esta isla arriba del punto de confluencia hay una provincia de tamaño grande que se extiende de un río a otro y se llama Aricana; los nativos usan vestidos y se singularizan por tener sus trajes de algodón pintado con brocha; las mujeres indias usan para cubrirse los pies medias botas pequeñas y medias calzas hechas de algodón, trabajadas con gran destreza y ennegrecidas con una especie de barniz de tal manera que a la distancia parece aquello como cuero; llevan el cabello escondido con cintas rojas de algodón, muy aseadamente; su persona la adornan con joyas y plumajes. Sus casas las construyen con mucho cuidado; sus vasijas las hacen con mucho esmero de arcilla muy decorada. Es pueblo que gusta mucho de la guerra; a veces atraviesa los ríos en anchas piraguas de una sola pieza, parecidas a grandes botes; estas constituyen sus navíos contra otras tribus. Sus armas de guerra son lanzas, saetas de arrojar, que ellos llaman estolica, que son como saetas de torneo; usan pequeños escudos redondos hechos de cuero de danta.

1088.- En este país las colinas tienen poca altura y desde aquí, aguas abajo se extiende una pradera igual, apellidada San Juan de los llanos. Abajo de la unión de estos ríos se verifica la unión con el río de Saqueta; la isla entre este río y el Purumayu debe tener unas 50 leguas a través y la longitud desde este punto de unión hasta el San Miguel sobre 100 leguas. Dentro de estos límites de longitud y latitud no hay una legua de tierra baldía, toda ella está ocupada en forma de poblados o pequeñas aldeas, cada media legua o cada cuarto de legua o menos, algunas a distancia de tiro de fusil, por tribus. Cada aldea tiene 10, 20 o treinta casas; cada casa, o seis hogares familiares o más: todo este pueblo usa vestido y es muy inteligente. Hombres y mujeres tienen sus cabezas trasquiladas en forma de corona como frailes. Sus armas son lanzas o saetas de madera de palma con puntas de hueso de pescado; ponen en ellas veneno que no es mortal y que sólo paraliza a la persona   —547→   que fue herida, durante 24 horas. Los escudos que usan son gruesos, levantados y forrados, de más de una yarda a través. Es gente muy industriosa; usan hachas de piedra y con ellas cortan árboles muy gruesos. Siembran, cultivan y cosechan mucho maíz, habas, maní y otros cereales y vegetales en abundancia; fabrican cazabe de yuca silvestre; comen carne y pescado, que abundan en aquellas provincias.

1089.- Cuando parten para la lucha marchan en tropa y en cada batallón de sus escuadrones colocan a lo largo muchos indios cargados con atados de flechas de disparar para que estén a la mano de los que las han llevado consigo. En cada una de sus aldeas hay un tambor, y cuando llaman a las armas en él, en un instante se conoce a 100 leguas a la redonda, porque este es el modo como se avisan unos a otros.

1090.- Es costumbre de ellos incinerar a los muertos y dar a beber las cenizas a los más valientes; éstos las reciben de buena gana y para ello reúnen a todos sus parientes, amigos y vecinos. Hay una sola lengua hablada en diferentes provincias; algunos se llaman asimismo neguas, otros seños, otros tamas, otros acanecos, otros altuares y hay todavía otras tribus más.

1091.- Desde esa última unión de los ríos yendo aguas abajo hacia el Este, Noroeste y Sudeste, hay extensos poblados detrás de una pequeña cordillera, que viene a terminar sobre aquella reunión; se dice que hay gran abundancia de oro y plata allí y que a su pie hay otra aldea o ciudad que tiene más de tres leguas de habitaciones y que la mayoría de sus habitantes son joyeros, que trabajan muchas piezas de joyería y curiosidades de moda entre ellos, en oro y que los pueblos de los contornos tienen con ellos comercio de víveres y otras comodidades; se cree generalmente que hay extensos asientos de pueblos y otras tribus que son enteramente civilizados; con ricos vestidos de lana y algodón muy diestramente tejidos; y todas las construcciones en estas   —548→   ciudades y sus casas son de piedra y muy atractivas (hay razones que vuelven esto creíble porque el corazón de este país tiene excelente clima y topografía; y ello es cierto) hay en estas grandes provincias un rey al cual todo le está sometido como ocurría con los incas en el Perú y Motezuma en Nueva España. (Y hace poco escribí acerca de esta región cuando describí la ciudad de Moyobamba en el obispado de Trujillo, cuando traté de la expedición encabezada por el general Pedro de Ursúa; lo que escribí de esta materia basta al presente).




ArribaAbajoCapítulo VI

De la ciudad de San Francisco del Quito y de las características más notables dentro de su distrito.


1092.- (Viajando al Sur desde Popayán) la ciudad de San Francisco del Quito está a 80 leguas al sur de Popayán a 0º 20' de la línea (o zona tórrida) que pasa a través de Mira a cinco leguas de la ciudad, en donde nació el rey Atahualpa, hijo de Huayna-Capac; debe haber 60 leguas desde el Pacífico. Fue fundada por el adelantado don Sebastián de Belalcázar en el año 153 en medio de la cordillera en una llanura en las faldas de la sierra del Pichincha. Allí el emperador de aquellas regiones, Topa Inca, edificó algunas fortalezas famosas y una ciudad según la ciudad asiento de su corte (de Cuzco) la que después fue ennoblecida y embellecida con suntuosos edificios por su hijo Huayna Capac para su hijo Atahualpa a quien dejó aquel reino (habiendo ordenado y mandado cuando murió que su hijo el inca Huáscar el primer heredero nacido y legitimado de este reino,   —549→   tómase el reino de Quito quitándolo a su hermano Atahualpa) y más tarde los dos hermanos entraron en guerra entre sí, precisamente cuando Francisco Pizarro llegó con sus españoles; capturó a (este) Atahualpa o Atabalipa en cajamarca en diciembre del año 1531, y más tarde, por razones que anotan los historiadores, en marzo de 1532, le cortó la cabeza.

1093.- La ciudad tiene clima frío (temperatura) con cielo claro y sereno y llueve como en España, de octubre hasta marzo. Se halla densamente poblada; debe haber más de tres mil españoles vecinos, con los mestizos, que son hijos de españoles y de mujeres indias, sin contar los (muchos) transeúntes, por ello es una región con activo comercio y en los caminos reales un punto obligado de tránsito para todos los que llegan de España y desde el Nuevo Reino de Granada al Perú. Hay en la ciudad abundante gente de servicio, indios, negros y mulatos y dentro de un distrito de cinco leguas (desde la ciudad) hay más de 40 poblaciones indígenas, (muy grandes y densamente pobladas en realidad) bien provistas de maíz, trigo, maní, habas pequeñas y otros cereales, con gran variedad de frutas así nativas como originarias de España que fructifican en abundancia.

1094.- Hay en la ciudad Audiencia con presidente y magistrados, para asuntos legales y para asuntos administrativos concernientes al virrey del Perú; en esta ciudad (y su jurisdicción) es en donde comienza el reino del Perú. Hay obispo con muy hermosa catedral y prebendados que allí residen y atienden a los servicios con muchos clérigos. Hay siete iglesias parroquiales, San Sebastián, San Marcos, Santa Bárbara, San Blas, San Roque y Santa Prisca (y otras cuyo nombre no recuerdo). Todas tienen el Santísimo Sacramento y lo administran a los parroquianos españoles e indios. Hay dos buenos conventos dominicanos, uno en la ciudad, y otro, de muy estricta observancia que se llama convento de la recoleta, al salir de la ciudad de para Lima; dos conventos de franciscanos, el principal en el centro de la ciudad, y   —550→   el otro de recoletos, en una altura suburbana sobre la ciudad, llamada San Antonio, y capaz de rivalizar en excelencia y acabado arquitectural con cualquiera otro en cualquier parte; dos conventos de agustinos, el uno (muy hermoso) perteneciente al padre y provincial de capítulo para la provincia y el otro de recoletos, de reciente establecimiento; y (es muy hermoso) el convento mercedario. Todos estos conventos sostienen escuelas. Hay un (muy hermoso) convento de jesuitas con un (muy bueno) colegio que es (como) un seminario, cuyos estudiantes usan ceñidores y estudian artes y ciencias. Hay un (excelente) convento de monjas, La Concepción, con doscientas monjas, y además otro de Santa Clara y Santa Catalina de Sena, (muy bueno); además uno llamado Santa Marta, que es una casa de corrección. Hay (muchas) otras iglesias y capillas, y (excelentes) hospitales donde se atiende a los enfermos. La ciudad tiene corregidor que es nombrado por (el Real Consejo) Su Majestad para la administración. (oficiales reales), un consejo de regidores y otros funcionarios, acrecen la importancia de esta ciudad. Cerca de ella hacia el Norte, se halla el campo o valle de Añaquito, donde Gonzalo Pizarro libró batalla con el virrey Núñez Vela y le derrotó a medio día del lunes 18 de enero de 1546, en cuya batalla el Virrey y muchos otros del servicio de Su Majestad perdieron sus vidas.

1095.- La ciudad se halla abundantemente provista de excelentes víveres (y) tan baratos que libra y media de hogaza de pan se vende por un real; veinte huevos por un real; un gallo, un real; un borrego, cuatro reales; un jamón, tres; y así para todo lo demás (de alimento). (Está muy bien provista y la plaza de mercado llena de todas las cosas. Hay variedad de frutas deliciosas, como peras). Tiene muchas especies de frutas deliciosas, como manzanas, duraznos, higos, melocotones pequeños y otras (de esta suerte), (todas) en tal abundancia y tan baratas que por un real le dan a usted un gran canasto de manzanas o duraznos, que pesa más de media arroba; frutas del país (que son igualmente abundantes   —551→   y baratas, como) plátanos, paltas o aguacates, piñas (nativas) pepinos, aunque diferentes de los nuestros y mejores, y agranadillas de los quijos; legumbres excelentes y baratas; y durante todo el año hay allí rosas, claveles, claveles dobles, y otras flores de España (como en general en muchas partes de las Indias).

1096.- En todo el distrito se produce mucho maíz y trigo; se vende allí muy barato judías, garbanzo, maní y otros cereales. Hay grandes criaderos de ganado, borregos y cerdos. Comienzan a tener el borrego peruano (llamas) del que no hay otro en el mundo; son como pequeños camellos del tamaño de ciervos; su lana es parecida a la del borrego merino de España; su cuello largo y no tienen cuernos; los hay de varios colores, parecidos a los nuestros. En los campos, como en todas las Indias, hay muchos venados, gran cantidad de yeguas y criaderos de mulas, (y muchas) cabras por lo cual preparan mucho cuero en esta ciudad (lo cual es un importante negocio; él es) exportado a la ciudad de Los Reyes (Lima) y otros puntos. El precio en Quito y su distrito de un par de zapatos de cordobán con tres excelentes suelas de espesor, es de tres o cuatro reales.




ArribaAbajoCapítulo VII

En que se continúa la descripción del obispado de Quito.


1097.- En el distrito de esta ciudad, hay muchas minas de oro y plata en explotación. Hay minas de azogue y otros metales; muchas plantaciones de azúcar y en   —552→   todo el distrito (muchas) fábricas en donde se trabaja cantidad de telas de lana y cordellate. Algunas pertenecen a las comunidades de las aldeas de indios y ellas pagan sus tributos a los encomenderos con lo que producen. En este distrito hay algunos volcanes que continuamente lanzan humo y llamas; el Pichincha está cercano a la ciudad; el Tungurahua (muy) alto y escarpado lanza afuera llamas y aunque está bajo el Ecuador, siempre se halla cubierto de nieve; es lo que pasa con otras sierras que permanentemente tienen nieve, en particular con el Chimborazo que es (siempre) cubierto de nieve blanca y muy visible si se toma en cuenta su altura (y blancura).

1098.- La jurisdicción de la Audiencia de Quito está limitada al Norte por la de Panamá en el puerto de Buena Ventura que está en la costa del mar opuesta a la ciudad de Cali; es un país inhabitable, montañoso, lleno de bosques y de corrientes de agua, allí llueve prácticamente todo el tiempo. Hay algunas tribus paganas en aquellas regiones, que viven como salvajes, aunque tienen caseríos; algunas habitan en los árboles, construyendo en ellos sus casas, así cuando los ríos crecen no se ven anegadas.

1099.- Al Noreste toca con el territorio del Nuevo Reino de Granada en el corregimiento de Rondanillo de la gobernación de Popayán, y en el de Timaná. Al Sur es limítrofe con la Audiencia de Lima, en el río de Calvas, en la provincia de los calvas y paltas, cerca de la aldea de Ayabaca, que pertenece a la Audiencia de Lima, al obispado de Trujillo y al corregimiento de Palta.

1100.- Del puerto de Buena Ventura, que se halla en el golfo de Panamá a lo largo de la costa hasta el puerto de Paita, primero en las llanuras del Perú y 12 leguas desde Piura, de donde todo el reino del Perú toma su nombre, hay como trescientas leguas; y desde Paita hasta Popayán, en donde termina la jurisdicción de la Audiencia   —553→   cerca de Timaná y Rondanillo hay más de 300 leguas casi en línea recta Norte y Sur; en la latitud Este y Oeste es muy estrecha, en parte solo 20 leguas y en la parte más ancha 60. Al Este hay grandes regiones y provincias que deben ser convertidas a la fe; hay paganos bien establecidos y ricos; la Audiencia encierra dos obispados, Quito y Popayán, tres gobernaciones, cuatro corregimientos, cuyos nombramientos corresponden a Su Majestad y nueve corregimientos cuyos beneficiarios los nombran el virrey y el gobernador de Popayán (y fuera de la gobernación de Popayán un corregidor nombrado por el Gobernador antes mencionado, en Rondanillo) en el distrito del obispado de Quito, dos gobernaciones y cuatro corregimientos cuyos nombramientos lo hace el consejo: la gobernación de los Quijos y de Zaguarzongo y los corregimientos de Quito, Cuenca, Loja y Guayaquil; y otros cinco corregimientos cuyos beneficiarios son nombrados por el Virrey, que son Otavalo y tacunga; el gobernador de Popayán asigna para cuatro corregimientos que están en Popayán, 400 pesos; Pasto 500; Almaguer 300; Rondanillo 100): Riobamba, Chimbo y Los Yumbos, en país caliente, como a 6 leguas al Oeste de Quito, que están administrados por el corregidor de Quito (como ha sido descrito y relatado con la brevedad y claridad de la que he sido capaz).

1101.- En la ciudad de Quito hay oficiales real y un tesorero real. Este obispado es sufragáneo de arzobispado de Lima. La ciudad tiene atmósfera brillante y saludable, favorable para la vida. Los días y las noches son de duración y temperatura igual, por ello no hay invierno que angustie con su frío, ni verano para, probarle a uno con su calor, ni esos cambios extremos que se experimentan en otras comarcas y en particular en las nuestras en Europa.

1102.- El obispado mide en longitud de Norte a Sur, a lo largo del camino real del Perú desde la ciudad de Pasto que es la última en el obispado, al Norte a 45 leguas de Quito, hacia abajo hasta la provincia de los   —554→   calvas y paltas, la última del obispado hacia el Sur, y hacia el corregimiento de Loja, ciudad que limita con el obispado de Trujillo y con la Audiencia de Lima, más de 150 leguas; y en la misma dirección hacia el Este (sobre) 170 leguas, hasta Neiva, Santiago de las montañas y Valladolid; y desde Quito hasta Puerto Viejo en el Oeste (el cual está a 7 leguas del puerto de Manta) en el Pacífico, más de 120 leguas.

En el distrito del obispado hay más de 20 ciudades y pueblos con vecinos españoles y muchos con grandes provincias de indios (con ricas aldeas). Todas estas provincias han aumentado de población desde el descubrimiento y conquista al contrario de lo que ha ocurrido en odas las otras provincias en las Indias.

1103.- La ciudad de San Juan de Pasto está a 44 leguas al norte de Quito. Debe tener 400 vecinos españoles, sin contar con el contingente de indios, negros y mulatos de servicio. En lo civil hay un corregidor nombrado por el gobernador de Popayán. Tiene una muy elegante iglesia parroquial y posee conventos de dominicos, franciscanos, agustinos y mercedarios; excelente convento de monjas y capillas y muchas aldeas en su distrito.

1104.- A veinte leguas de Quito en la provincia de Carague yace la ciudad de San Miguel de Ibarra. El país es (muy) fértil y productivo, con cosechas de maíz, trigo, patatas y otros cereales y con ganado. Cerca de esta provincia y ciudad está la de Otavalo (muy) rica y pródiga, con un corregidor nombrado por el Virrey. Todo este territorio se cuenta entre lo mejor y más densamente poblado de las Indias.

1105.- Cerca de la ciudad de Quito hacia el Oeste se halla la provincia de los Yumbos, en país caliente y con densos bosques; hay allí plantaciones de azúcar (que producen mucho azúcar) y en los bosques panales   —555→   de miel y cera. Esta tribu se halla bajo la administración del corregidor de Quito. Planta y cosecha algodón y teje muy hermosas telas para vestirse con ellas.




ArribaAbajoCapítulo VIII

En que se continúa la descripción del obispado de Quito y la provincia de los Quijos.


1106.- A veinte leguas al este de Quito en la provincia de los Quijos se halla asentada la ciudad de Baeza, residencia del Gobernador de esas provincias, que es nombrado por el Consejo. El país es cálido (y) sumamente boscoso y lleno de árboles; allí no crece el trigo. Se cosecha maíz y mucho algodón, por lo cual se hacen (muchas) telas y (en especial) bellos toldos de cama (pabellones) célebres en todo el reino del Perú, por las cantidades que de ellos se fabrica en esta gobernación y por su exportación para la venta en todo el reino. El país es muy desapacible y hay solo pocos indios. Se cosecha (muchas) frutas muy delicadas y en especial las granadillas conocidas como las granadillas de los quijos, (pasionarias). Son unas de (grandes golosinas) las mejores frutas de las Indias; la enredadera en que crecen parece yedra que se tuerce alrededor de un árbol; da (muchas) flores que son misteriosas porque cada flor de estas es una vívida representación de las cinco llagas de Cristo Nuestro Salvador. Produce un fruto en forma de huevo pero más grande, semejante a un limón, y cuando está maduro su corteza toma color anaranjado; se le pela un poco y se chupa el contenido que   —556→   es acuoso con unas pocas semillas melosas que despiden olor; no hace daño aunque se lo coma en cantidad y da mucha fragancia cuando se lo come. Aun cuando este fruto, que es uno de los más deliciosos de las Indias, se encuentra en otras regiones, los de esta provincia y gobernación son los mejores de todos.

1107.- En esta provincia y gobernación hay (muy bueno) laurel canela; es un árbol muy hermoso, parecido a un laurel pero más alto y más vistoso. La canela nace en las yemas; toda la región en la que crece es muy olorosa y fragante con su perfume. Más allá de Baeza a 20 leguas al sureste está la ciudad de Archidona, con el mismo clima y pocos vecinos. La ciudad de Ávila está a 24 leguas al norte de Archidona; (la ciudad de San Pedro de Alcalá está situada en la provincia de los cofanes, país cálido, lleno de bosques a 30 leguas de Baeza (y) en la misma gobernación, que está cruzado con anchos ríos; corren de Norte a Sur más de 100 leguas hacia la ciudad de Sevilla de oro en la provincia de Macas; cuando traté de Riobamba toqué de ella; es un país montañoso. Unidas con ésta hacia el Este hay extensas provincias de gentiles. En todo el país las abejas fabrican mucha miel silvestre en los bosques. (Hay muchas otras cosas notables que se podrían escribir, pero las omito para pasar al corregimiento de Latacunga).

1108.- La ciudad de Latacunga se halla a 12 leguas de Quito en el camino real que va al Perú. Tiene clima frío y está abundantemente dotada con provisiones excelentes y baratas. Es una (muy) gran plaza para los indios y muchos españoles se han avecindado también en ella. Tiene iglesia parroquial, buen convento (el primero de franciscanos, uno de dominicos y otro de agustinos. Es asiento de un corregidor nombrado por el virrey del Perú, que tiene jurisdicción sobre esta plaza y las provincias de Mulaló, Panzaleo, Aloasí y la provincia de los Sigchos (aproximadamente) hacia el Oeste. Todo el país es frío, con abundancia de productos excelentes; hay enormes criaderos de ganado en el distrito y   —557→   especialmente de borregos merinos, por cuya causa hay muchas fábricas de tejidos de lana en el país; la más importante es una poseída por la comunidad de indios de la ciudad, en la que se hace una pieza completa de tela cada día; los indios pagan su tributo con ello.




ArribaAbajoCapítulo IX

En que se continúa la descripción anterior.


1109.- La ciudad tiene otro distintivo notable, no igualado en cuanto yo conozco por otro en el mundo; todas sus casas se hallan construidas con la abundante piedra pómez arrojada por el vecino volcán Tungurahua; aun cuando se halla en la Zona Tórrida (y es) emitiendo constantemente llamas, siempre se halla cubierto de nieve; a sus pies tiene excelentes, baños de agua caliente, a donde acuden numerosos inválidos para recobrar la salud. Casi toda la región de Latacunga y Sigchos se halla bajo la instrucción religiosa de los franciscanos (todo el país es frío).

1110.- A cinco leguas de Latacunga se encuentra la población de Ambato, situada a nueve leguas de Riobamba, para la cual el corregidor nombrado por el virrey del Perú delega un representante. Esta plaza tiene clima primaveral y está dotada de provisiones excelentes y baratas, con variedad de frutas locales y de España, higos, duraznos, manzanas, etc., en cantidad; hay mucha frutilla de Chille, semejante a la fresa (aquí nativa), más grande y mejor (allí) que nuestro árbol de frutillas (son muy dulces para comer). Cerca de esta población   —558→   están las de Pelileo y Patate, en donde hay un puente de cuerdas para cruzar el río, el cual es un poco correntoso y abundante. Hay plantaciones de azúcar y otras poblaciones como San Andrés y Chambo, y muchas otras en la provincia de los Puruaes, que es muy fría y habitada por los indios, con mucho ganado y en especial majadas de ovejas, por ello debe haber sobre 600 000 ovejas en este distrito. A cinco leguas de Ambato y en la misma llanura se halla el tambo de Mucha, en donde los incas tuvieron aposentos en construcciones de veras imponentes; y a cuatro leguas se halla la Villa del Villar don Pardo o Riobamba. Se halla edificada en valle fértil y frío, 25 leguas al sur de Quito y en el camino real a Lima. Allí fue donde originariamente se principió a establecer Quito en la provincia de los puruaes donde los gobernantes incas tuvieron aposentos extensos. Es el lugar donde el capitán Belalcázar tuvo gran batalla con los indios y los derrotó y aquí fue donde Almagro y Pedro de Alvarado hicieron su convenio a propósito de la flota que éste había traído. En este valle hay una ciudad con más de 400 vecinos españoles; tiene comercio activo (y es muy rico). Hay excelente iglesia parroquial, conventos de dominicos, franciscanos, agustinos y mercedarios, convento de monjas de La Concepción y otros hospitales e iglesias. Hay allí y en muchos lugares de este vecindario, numerosas fábricas de tejidos de lana, particularmente en Chambo en donde se fabrican telas y cordellate. La ciudad está en sitio plano y el país bien provisto con trigo, maíz, patatas (que son una clase de trufas de tierra), frutas de España, tales como duraznos, membrillos, manzanas, higos y otras clases de frutos del país. Los indios de este lugar son muy dóciles y hábiles. En el convento de monjas de esta ciudad hay una pequeña imagen traída de Macas, por cuya intersección Dios ha obrado muchos milagros; es una santa reliquia y se la venera mucho en el país. Se halla impresa en un papel.



  —559→  

ArribaAbajoCapítulo X

De la ciudad de Sevilla del Oro en la provincia de Macas.


1111.- A treinta leguas de esta ciudad hacia el Sudeste se halla la ciudad de Sevilla del Oro en la provincia de Macas; es país montañoso, y después de cruzar la cordillera para llegar a esta ciudad hay un páramo llamado Suña (que significa sierra fría) en el cual hay dos grandes lagos. De los ríos que nacen de ellos uno corre al Oeste y pasa cerca de Riobamba, se llama río Chambo; después de correr a través de la cordillera su corriente tuerce al Este y llega a ser un gran río; los indios de la provincia le llaman Coriño, los de la segunda, Parosa. A 180 leguas de su nacimiento se une con el gran río de Orellana; hay provincias extensas en ambos lados del río pero poco pobladas.

1112.- El otro río sigue su curso en línea recta hacía el Este, corriendo cerca de la ciudad de Sevilla del Oro y se llama Opano. De está ciudad su corriente va hacia el Sur y atraviesa la provincia de los jíbaros. El país es uno de los más ricos en oro de las Indias. Las nativos son caníbales y muy belicosos, devastaron la ciudad de Logroño de los Caballeros, matando a los españoles e incendiando las iglesias. Todo fue causado por la mala administración, negligencia e injurias inferidas por altas autoridades a algunos vecinos de esta ciudad.

1113.- Estas provincias están situadas entre el río de Cuenca y el río de Sevilla hay 25 leguas a lo largo y otro tanto a través. En la vertiente oriental de la cordillera general del territorio de esta provincia, una estribación de poca altura corta en dirección oriental, desapareciendo finalmente más allá del punto de unión del río de Orellana y del río de Pano, los cuales desembocan   —560→   dentro del Puncu, que en nuestra lengua significa puerta, y de la del Santiago.

Este río serpentea al rededor de la cordillera en su frente meridional y el río Coriño en su frente septentrional; esta cordillera debe tener 50 leguas de extensión desde este río hasta el río de Santiago, en cuyas orillas se hallan la provincia de Maynas y otras tribus; y 150 leguas, aguas abajo, desde el Puncu, otros ríos desembocan dentro de él (descendiendo desde el Cuzco) y más de 120 leguas antes de esto el río de los Chachapoyas desemboca dentro de él, llamándose tierra adentro y más lejos río de los Chachapoyas. Cerca de este punto se halla aquel en donde están asentadas todas las ricas y populosas tribus, en donde hay un poblado de tres leguas de largo y muchos indios hábiles en labrar la plata y otros artesanos, todos civilizados, inteligentes y razonables. Todos estos ríos se unen para formar el gran río Marañón, a cerca del cual puedo escribir lo que se conoce en este mismo lugar (cuando trate de Chachapoya y Moyobamba; ahora desea volver al relato de la jurisdicción de Quito y en particular del corregimiento de Chimbo que está a 7 leguas de Riobamba).

1114.- Desde Riobamba al Oeste hay 7 leguas hasta Chimbo, capital de esa provincia. Hay sobre 100 españoles vecinos que viven allí, con la iglesia parroquial y un convento franciscano. Se halla en el camino real al desembarcadero del río, la vía a Guayaquil. Hay en este lugar corregidor nombrado por el Virrey. La mayoría de los españoles que allí habitan son arrieros ocupados en transportar el vino y otras mercaderías de España desde Guayaquil a Quito y otros lugares del país; tienen gran número de mulas. Los primeros dos días de jornada desde el desembarcadero son el peor camino que pudiera hallarse en cualquier parte del mundo; es muy empinado y llueve todo el tiempo, las mulas logran sostenerse en el fango y en los camellones que les llega hasta la barriga, tanto que parece imposible que pudieran moverse; de hecho muchas mueren en el camino.

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1115.- La aldea indígena de Chimbo tiene clima frío y se halla bien situada; en todas las poblaciones de esta provincia (en las cuales) se cosecha mucho trigo, maíz, y otros cereales; (y) hay mucho ganado y criaderos de borregos y con la lana manufacturan sus telas y cordellate; también hay granjas de cerdos. Cosechan patatas en gran escala, lo que es gran recurso y provisión así para indios como para españoles. También se da quinua que es una planta semejante a nuestro chual de España; sus pepitas son menudas parecidas a las de la mostaza pero de color blanco. Con ella se elaboran excelentes guisados tanto como tortas y platos de cereales que son deliciosos y alimenticios.

1116.- Los indios de esta región llevan el cabello arreglado hacia arriba en forma de corona (cerquillo) como los italianos. Ellos (la mayor parte) usan sus camisas de lana con (casi tan grande) una abertura de la parte de atrás y otra al frente (como en el) de estilo turco (pero) sin mangas; tienen muchas clases de ellas. Por lo general se agachan (en cloquillas), para tejer la lana con sus ruecas, lo que cuando lo vi me llamó mucho la atención. Toda la provincia es fría, como la de los Puruaes de Riobamba, pero casi entre estas dos provincias se halla la provincia de Pallatanga con el clima ardiente; tiene (muy buenas) plantaciones de azúcar, allí y hacen excelentes confites. Cerca de Chimbo hacia el Este hállase el volcán Chimborazo que siempre está cubierto de blanca nieve. Esta descripción debe bastar para el obispado de Quito y su jurisdicción que es de veras extensa.



  —562→  

ArribaAbajoCapítulo XI

En que se continúa la descripción del distrito y obispado de Quito.


1117.- Desde Chimbo se va (15 leguas) a la desembocadura que está a 20 leguas de Guayaquil en donde hay (varias) construcciones y almacenes mantenidas (allí) y tomadas por los vecinos de Guayaquil para almacenar sus vinos y otras especies hasta que de Chimbo y otros lugares lleguen las recuas de mulas para acarrearlas hacia Quito y hacía otros destinos. La región vecina al desembarcadero es de clima ardiente, densamente poblada de bosques y florestas. Hay 15 leguas a Chincho (Chimbo) a dos días de jornada en país cálido y por sendero execrable (y) desierto; de Chimbo a Riobamba, 7 leguas (y) de Riobamba a Quito, 25, lo que hace 47 leguas entre todo y con las 30 leguas hacia abajo del río, llegan a 77 leguas desde Guayaquil a Quito.

Estas mercaderías se embarcan en botes de tamaño mediano con cubiertas llamados botiquines (cajas para transportar medicinas). El río es muy ancho y sus aguas agradables y muy saludables, siendo además ligeras al tacto, corren por encima de minerales de oro y pasan por donde crece la zarzaparrilla más fina del mundo, así abajo en este país (y ciudad) puede detener y curar uno mismo con facilidad los tumores (sífilis) con sólo beber el agua. El río corre a través de un terreno plano mansamente; a lo largo de sus riberas hay muy hermosos árboles de follaje tupido, y en ellos centenares de especies de hermosos y atractivos pájaros, de variadísimos colores; muchos de ellos son cantores; tales como los conotes, ruiseñores y sinsontes (arrendajos) los cuales producen una armonía dulce y melodiosa, que para los ojos y los oídos semeja parte del paraíso terrenal. El deleite de la vista se acrecienta con la entrada de otros ríos pausados   —563→   dentro de su corriente. A lo largo de las orillas hay muchas plantaciones o chacras que pertenecen a los vecinos de Guayaquil, con árboles de cacao cargados de vainas de almendras de cacao y otros excelentes frutos, como naranjas en abundancia y limas. Estos árboles de cacao no se cultivan con la dedicación y cuidados con que lo son en la Nueva España y en Honduras; (pero) la plantación de ellos ha enriquecido a muchos pueblos y aumentado sus vecindarios y entradas. Hay también mucho ganado y criaderos de cerdos a lo largo de las orillas de este enorme río. Pero tanto como puede ser agradable a la vista semejando un delicioso paraíso, es al tacto desagradable en igual grado. Además del calor de intensidad excesiva, porque está tan sólo aproximadamente a 1º del ecuador, y el hecho de estar en territorio bajo, cubierto de arboledas y bosques, que cierran la circulación del aire, hay infinidad de mosquitos de numerosas variedades que normalmente causan la tortura del viajero; durante el día hay jejenes y rodadores (moscas de agua) que son muy penosos y pican muy fuertemente en la piel dejándola inflamada; hay otros mucho más pequeñas que difícilmente pueden ser espantados pero cuyos piquetes se ulceran; hay otros de una especie de color azul que obligan a los que viajan en bote durante el día a permanecer bajo un lienzo incapacitados para gozar del amable escenario de las orillas y florestas a lo largo del río, cuyas claras y cristalinas aguas al correr blandamente, producen armonioso y placentero ruido.

Cuando estos insectos están durmiendo por la noche, otros se remontan y preparan a salir; son los zancudos (mosquitos nocturnos) que hacen un ruido fastidioso y penoso y tratan de hallar alguna parte del toldo por donde puedan picar a la persona que está debajo. A estas incomodidades se añade el cuidado con que uno debe proceder en el río, cubierto como se halla de feroces lagartos, muchos de ellos comedores de carne humana, habiendo ya devorado seres humanos, caballos y ganado. Hay tal número de ellos en el río que en sus orillas he visto una grande manada extendida al sol, justamente de   —564→   más de 500. A la distancia parecían gran cantidad de maderas o vigas, pues, siendo de color gris oscuro, se asemejan a madera podrida. Se multiplican en gran número en estos ríos; este es uno de los que más tienen con excepción del Río Grande de la Magdalena. Las hembras salen del agua a las orillas y cavan la arena haciendo en ella un hueco, en el que depositan treinta o cuarenta huevos, del tamaño del de los ganos o patos (y) del mismo color; los cubren (entonces) con arena y (como es un lugar caluroso de natural) en quince días salen del cascarón (como las hembras son perezosas para cavar con sus garras la arena, matan muchos pequeños lagartos y esto es una providencia divina).

Tienen entonces al rededor de seis pulgadas de largo (un pie) y corren al agua muchos arrastrando sus cascarones; y cuando entran al agua, los lagartos grandes que tienen la costumbre de tragar y comer peces, también los comen y tragan a ellos; pero acontece que los ríos están cubiertos con ellos como si estuvieran flotando en el agua maderas de construcción; son los que han escapado a las mandíbulas de sus padres o a las de otros lagartos (cuando salen de los huevos) porque es tanta su bestialidad que no tienen instinto para ver y apreciar que se trata de su propia prole (y la come).- Si así no lo hubiera dispuesto el cielo habría sido imposible vivir en esas regiones, o se hubieran comido unos a otros. Este río de Guayaquil se junta cerca de la ciudad con el río Daule y con el río de Vola, ambos muy anchos y de la misma naturaleza que él; de este modo, cerca de la ciudad llega a ser un inmenso río, muy agradable a la vista. En sus orillas hay unas pocas aldeas indígenas, como Pimocha y Daule, de donde toma su nombre el otro caudaloso río que pasa por allí; Daule está asentado sobre atractiva ribera en una meseta alta cubierta de árboles frutales, bananos, aguacates; una especie de ciruela diferente de las de Nueva España en sabor y color (siendo menos jugosa y con menos comida, y) dos semillas; naranjas y otras variedades de frutas. En este inmenso río hay gran variedad de pescado.

(Este breve relato debe ser suficiente).



  —565→  

ArribaAbajoCapítulo XII

De la ciudad de Santiago de Guayaquil y su distrito.


1118.- La ciudad de Santiago de Guayaquil, se halla a 77 leguas de San Francisco de Quito. La fundó el adelantado Sebastián de Belalcázar a orillas de este hermoso y grande río, a 2º del ecuador y unas 18 leguas desde el mar y de la isla de Puná, aunque cerca de la ciudad el río parece un mar, habiéndose aumentado en todo su recorrido con otros (como el Daule y el Vola). El asiento de la ciudad se abandonó a causa de una rebelión de los indios en la que murieron muchos españoles; restableció la ciudad Francisco de Orellana en 1537. La ciudad está edificada a orillas del agua en una sección plana de tierra, que asciende a una colina poco alta; en el extremo de la colina se halla la iglesia parroquial; la ciudad continúa abajo de la colina en las faldas corriendo aproximadamente al Este, hacía otra orilla del agua en el otro lado; los astilleros se hallan en este sitio; se levantan buques que cuentan entre los mejores del mundo, siendo los materiales de construcción muy buenos y fuertes (allí se construyen muy hermosos vapores y los de la flota de Su Majestad para la protección de ese reino y mares). En la ciudad hay corregidor nombrado por el Consejo, con el título de capitán de milicia. Es el principal puerto de todo el reino de Quito. Mantiene comercio activo con todas las tierras del interior del país, a las que procura mucha harina, jamón, queso y otras comodidades, y no solo para la ciudad sino también embarcándolas a Lima y a toda la tierra del Perú a la que manda telas, cordellate, cordobanes, cueros, etc. Se exporta también desde esta ciudad tablas y madera aserrada para las edificaciones de Lima y de otras localidades de ese país en las que no tienen madera de construcción adecuada; exporta también mucho cable que se trabaja   —566→   y manufactura en la ciudad y aldeas de esta jurisdicción con la fibra del henequén. También exporta (grandes) cantidades de cacao cultivado en sus plantaciones (o chacras) de propiedad de los vecinos de la ciudad a lo largo de las orillas de los ríos; se manda al Perú, Nueva España y a la misma España. Llegan muchos vapores al puerto con carga para Lima y los valles de Ica y Pisco, con grandes cantidades de vino para consumo del reino de Quito (porque aquí no hay viñedos), así este puerto se comunica con todo el reino del Perú, con España y Nueva España; y es de aquí de donde parte el navío que lleva el oro del reino de Quito.

1119.- En este puerto y ciudad hay (los) oficiales del Patrimonio Real y un Tesorero Real; hay conventos de dominicos, franciscanos y agustinos y un (muy buen) hospital con otras iglesias y capillas. La ciudad debe tener por lo menos 400 vecinos españoles. El clima es ardiente y húmedo; (pero) el país es saludable, en razón de sus brisas y aguas buenas para la salud; se halla sumamente provisto de bosques y maderas; hay (gran) abundancia de (muy) deliciosas frutas del país. A doce leguas de distancia se halla la isla de Puná, que es tan famosa y celebrada en este reino porque sus habitantes indígenas que vivían con gran comodidad, se defendieron por sí mismos de los reyes incas. Recogen gran cantidad de zarzaparrilla, allí, de las mejores y de más alto precio entre las que se encuentran en las Indias. Los isleños cultivan mucho algodón y otros productos apreciados; sus jefes y señores fueron poderosos y pródigos.

1120.- En la tierra firme al otro lado del río desde Guayaquil (y) cerca del mar se halla la población de Túmbez, que fue el punto de partida de la grandiosidad y abundancia descubiertas por los españoles; allí los reyes incas tuvieron (algunos) castillos reales y templos, dedicados al Sol; con gran abundancia de oro y plata a él consagrados, juntamente con una casa de vírgenes nobles dedicadas a él, merced a la ceguera debida al Demonio   —567→   . La magnificencia que allí existía la describieron largamente el inca Garcilaso y otros historiadores. Ahora es una pequeña población de indios, cuya instrucción religiosa corre a cargo de frailes mercedarios. Tiene clima ardiente, pero aunque en Guayaquil llueve mucho, aquí no llueve; aquí comienza la llanura y no llueve hasta una distancia de 600 leguas hasta Coquimbo en el reino de Chile (como lo he anotado detalladamente en su lugar). (Mucha) Excelente casi se cultiva aquí la que se exporta a todas partes del reino, y hay otros valiosos productos; pero de lo que fue en tiempo de los incas en sus construcciones paganas sólo han quedado indicios y ruinas.




ArribaAbajoCapítulo XIII

De la ciudad de Puerto Viejo.


1121.- Desde Guayaquil hay más de 30 leguas sobre terreno igual al que cubren muchos bosques y arboledas (de muchas clases de árboles), hasta la ciudad de Puerto Viejo, este-nordeste de Guayaquil; la fundó el capitán Francisco Pacheco bajo las órdenes del adelantado don Diego de Almagro, en el año de 1535; día 12 de marzo. Está situada casi bajo la Línea, desde que ella pasa a través de Pasado, que está en este distrito y el primer puerto en el Perú. Desde Puerto Viejo al Este hacia Quito, sobre el camino traficado hay 120 leguas, mientras que en línea recta no hay, 50, pero no se puede ir directamente en razón de los numerosos ríos y montañas (y de los grandes pantanos que hay allí). Viniendo   —568→   de España es la primera ciudad del Perú. Tiene clima cálido; debe haber 60 españoles avecindados, tiene iglesia parroquial y (un) convento mercedario. Se cultiva mucho maíz (y habas y muchas mieses) y otros productos del suelo. Siete leguas más allá está el puerto de Manta que es puerto acostumbrado para reparar los navíos que vienen de España, y ellos toman (allí) algunos abastecimientos de aves de corral, pan, frutas, etc. En su distrito hay otras aldeas como Picoasá y Jipijapa, en donde se cultiva mucho henequén y se hace gran cantidad de cordaje para los navíos de estos mares, Charapotó y muchas otras poblaciones. El corregidor de Guayaquil designa un representante para el gobierno de esta ciudad. A lo largo de la costa hay muchos criaderos de perlas (muy finas), aun cuando cogen (y sacan afuera) muy pocas por falta de trabajo y porque el mar es aquí frío como hielo a pesar de que está en la línea.

Las provincias de las barbacoas y las esmeraldas se unen a ella, de indios paganos (muy ricos) ricos, montañosas y sumamente pobladas de bosques. Viene después la provincia de los mulatos descendientes de paganos de un buque cargado de negros que naufragó allí y origen de esta tribu. Hay bien parecidos y todos traen puestos tarugos de oro en las ventanas de la nariz, placas de oro en los pechos y aros de oro en las orejas. Yo mismo los vi a ellos de esa manera; y en cuanto a esmeraldas es cierto que hay muy ricas minas en la provincia y que las hay (mucho) más finas que en las de Muzo. No están pacificadas estas provincias porque los que pueden hacerlo no quieren arriesgar la salud en este esfuerzo y la pobre gente que se necesita para ello es enteramente incapaz. La Audiencia de Quito debe cuidar de su pacificación ofreciendo honores y galardones a quien quiera que lo haga; estas subvenciones deben ser de verdadera importancia. (Esto es lo que puede apuntarse brevemente acerca del distrito de Puerto Viejo, puesto por escrito con mucho cuidado).

1122.- En la punta de Santa Elena de este distrito, hay una corriente de gran declive la que puede ser de   —569→   mucha importancia. En esa región (hay una tradición que) habitaron gigantes (este país) de gran estatura; por justos juicios de Dios fueron exterminados, como se anota en las historias escritas sobre las Indias. De donde procedían es dudoso; en Nueva España en Puebla de los Ángeles se encontraron huesos de gran tamaño cuando se cavaron los cimientos de la iglesia parroquial, lo que indicaba que los hombres habían sido inmensos; también se los ha encontrado en otros lugares. Cerca del estrecho de Magallanes tierra adentro de la costa de los césares, viven hombres enormes llamados patagones; son como salvajes y usan pieles de venado para vestirse. Puede ser que sean descendientes de los que estuvieron aquí y vivieron en la punta de Santa Elena.

1123.- Para concluir con el distrito del corregidor de Guayaquil quiero escribir por último, y ello puede servir como postre, un acontecimiento que es notable y digno de ser contado.- En el poblado de Daule que se asienta en las orillas de este río, lleno de lagartos como es usual en los países cálidos, hay una mujer india que es la capitana y señora del lugar, llamada doña María, mujer de mucha inteligencia y buenas maneras. Un día ella fue (nadando) a bañarse en el río y como hay muchos lagartos y muchos de ellos comedores de carne humana y voraces, se puede llegar hasta ellos sin verlos, por lo que ella no puso atención. La mujer india que los vio aproximarse gritó para salarse de un feroz animal que estaba encaminándose haca ella; tuvo como una sacudida nerviosa al salir corriendo a la ribera; pero tan pronto como se vio fuera del agua se sintió tan avergonzada que volvió al agua con un palo escasamente de algo más de un pie de largo, desconcertada por haber fugado delante de su pueblo. Así ella vino a enfrentarse con el terrible monstruo, cuando él la vio venir se fue directamente hacia ella, levantando su cabeza sobre el agua y abriendo sus mandíbulas; entonces ella tendió su brazo y lo introdujo dentro de la boca de monstruo con el palo, poniéndolo al través de tal manera que el animal no pudiera cerrar la boca (y como estas feroces criaturas   —570→   no tienen lengua, el obstáculo causado por el palo hace que el agua penetre dentro de su barriga) y así se destripó y volvió el vientre para arriba. La mujer india muy alborozada con la victoria que había alcanzado sobre el feroz monstruo acuático y el valor que había mostrado en su muerte salió del agua y ordenó a sus súbditos sacar afuera el animal que había causado su sacudida nerviosa- un episodio digno de conservarse como apunte histórico, como ejemplo y como recuerdo, aunque muy peligroso.

1124.- En este país hay toros muy feroces y salvajes, criados en esas selvas y crecidos sin ver gente; pero por feroces que sean, los indios, negros y mulatos vaqueros son demasiado diestros para ellos. Con la más grande facilidad cogen a los toros salvajes que hay allí -como no lo sé- los derriban en el suelo y con un cuchillo u otro instrumento perforan la membrana que conecta las ventanas de la nariz y pasan una correa o pequeña cuerda a través de él y en esa forma conducen afuera los toros salvaje tras de ellos (y los toman con la mano) como si fueren borregos.




ArribaAbajoCapítulo XIII

En que se continúa la misma materia.


1125.- En esta jurisdicción (desde que es llena de bosques) hay muchas valiosas especies de maderas de construcción y cañas silvestres gruesas como vigas, en cada juntura hay una arroba de agua. Hay culebras inmensas (muchas muy enormes y) tigres feroces, furiosos saurios (y muy traicioneros se ha visto tigres ir   —571→   a un río o lago a beber, y ser agarrados por el hocico por caimanes, siguiéndose sangriento combate que ha terminado con la muerte de ambos combatientes).

Como es país cálido y lleno de bosques, al medio día los toros tratan de escapar al calor yendo a sus guaridas en busca de la sombra de ciertos árboles, donde se recogen para pasar la siesta; y estos tigres salvajes trepan por el árbol bajo cuya sombra se hallan los toros y cuando están tranquilos y dormidos en su siesta saltan encima de los toros y desgarran el lomo con sus garras; cuando están abajo y se retuercen dando vueltas alrededor con el dolor, tratando de librarse de su carga, en el momento en que exponen sus flancos, las garras del tigre abren su vientre y los matan; con esta maniobra traidora los acaban con mucha frecuencia. Hay también muchos leones, pequeños y de color gris oscuro; no son muy feroces y huyen de las gentes y de los perros que los ladran. Hay muchos otros animales en esta inmensa selva; hay conejos parecidos a los de España, y (muchas) variedades de pájaros, especialmente el caracará o zopilote que se encuentra en (todas las Indias de Barlovento y) todas las Indias. Es un pájaro negro de veras repugnante de tamaño de un gallo (grande doméstico) con cabeza pelada. Estas aves son la salvación (y saneamiento) de las Indias, porque limpian el suelo de todo cadáver (y todo desperdicio) devorándolo. Cuando no tienen alimento a la vista se elevan en el aire muy alto, puede ser que con el propósito de divisar y descubrir caballos muertos, vacas, perros u otros animales; y estos pájaros que se llaman también auras (buitres), tienen vista y olfato muy finos, de suerte que apenas ha muerto un animal ya están ellos para devorarlo. No causan daño alguno, por ello viven en donde quiera, y en algunas partes de las Indias desde que son tan usados para limpiar (y para ayudar a sanear) hay multa para el que los mata. No es fácil conocer (exactamente) como se multiplican. Hay otra circunstancia misteriosa a propósito de ellos y cuando la supe quedé asombrado, por ello aunque oí hablar de ello no lo quise creer. Es que estas   —572→   aves tienen un rey y jefe entre ellas, una ave de su mismo tamaño pero (aunque ellas son negras, ella es) blanca; le obedecen y respetan; y cuando haya (un) animal muerto para ser devorado, a pesar de que estas aves son tan, voraces, no comienzan a comerlo hasta que el zopilote blanco haya llegado. Él da principio y come los ojos del animal (y) los otros no se mueven hasta que él haya dado la señal, y cuando se aleja del festín los demás le acompañan. Nunca me habría atrevido a escribir esto, aún cuando me hablaron de ello, pues, yo no lo vi con mis ojos.

1126.- Hay otra especie de apariencia general con este pájaro, pero mucho más grande que nuestro buitre; su cabeza se halla desprovista de plumas (y carne), casi parecida a la de los pavos (y así es la de los zopilotes también), y es muy repugnante. Se llama cóndor, y muchos de ellos tienen barbas encima y debajo coma gallos. Los hay negros, parduzcos y variedad de blancos. Los hay muy grandes y salvajes. Los huevos que ponen son tan grandes como los del avestruz. Sus alas extendidas miden aproximadamente cuatro varas; las plumas de las alas son del grueso de un dedo y cada pluma tiene más de una vara de largo. Los hay salvajes y carniceros; como los zopilotes, viven y se mantienen alimentándose con animales muertos, y acostumbran elevarse a las regiones del aire para explorar y allí se están largamente balanceándose en su vuelo, seguramente con el propósito de descubrir si hay abajo algún animal muerto, para devorarlo (porque ese es su único interés). Cuando se están alimentando de algún animal muerto y hay zopilotes al rededor, estos últimos parecen pollos alrededor de la gallina; y cuando hay multitud de ellos, es posible cazarlos con un palo, como lo experimenté yo mismo en el desierto, porque no pueden volar mientras no hallen una roca o sitio elevado desde el cual tomar vuelo. Cuando nada hallan para comer, recorren las planicies en donde las vacas han acabado de parir y antes de que hayan esos animalitos mamado de sus madres llegan dos cóndores, uno se coloca delante del ternero y   —573→   otro detrás; este último le da un tremendo picotazo y en el momento que abre su boca para bramar por el dolor, el cóndor que está adelante le agarra de la lengua, de suerte que no pueda llamar a su madre y así lo matan y comen, lo que acontece a menudo; así hay muchas vacas que no se separan de sus crías y están siempre alerta por el conocimiento que han adquirido y el miedo que tienen de estas aves salvajes. Esto parece bastante. Ahora pasemos a tratar del corregimiento de Cuenca.




ArribaAbajoCapítulo XIV

De la ciudad de Cuenca y sus provincias, y de sus ríos y distrito.


1127.- La fundación de Cuenca la ordenó el marqués de Cañete cuando fue virrey del Perú; dio comisión a Gil Ramírez de Avalos para que la colocara entre la provincia de los cañares, a 55 leguas desde Quito en el camino real a Lima, en el año de 1557. La ciudad está asentada en valle igual de más de 10 leguas de largo, entre dos ríos que corren cerca de allí, y todas aquellas sierras, muchas de ellas que pertenecen a los cañares; encierra muy ricas minas de plata, oro, azogue y otros metales. Cuenta la ciudad con más de 500 vecinos españoles; tiene clima primaveral con brillante firmamento y buena tierra; el país es muy placentero y atractivo con víveres en abundancia, excelentes y baratos, como en la ciudad de Quito, hay cantidad de ganado en sus inmediaciones. Se cultiva mucho trigo y maíz y se hace (mucha) harina que se exporta a la ciudad de Guayaquil por el puerto de Vola, excelente queso   —574→   y jamón hechos en el distrito se exportan a las minas de San Antonio de Zaruma que están a 22 leguas desde el corregimiento de Loja. Hay corregidor en esta ciudad nombrado por el consejo Su Majestad; gobierna la ciudad y todas las provincias que son: Paute, Los Cañares, Girón y Alausí, que es la más lejana al Norte, en los límites del corregimiento de Riobamba. Hay muy suntuosos edificios en el distrito, a semejanza de los de Tomebamba y otros del tiempo de los reyes incas. La ciudad tiene hermosa iglesia parroquial, convento de dominicos, franciscanos, agustinos y mercedarios y un convento de monjas de La Concepción, todos excelentes y piadosos; hay hospital para enfermos y otras iglesias y capillas; más de 50 clérigos hijos de los vecinos de esta ciudad; de hecho desde que hay tantos, la llaman Cuenca de los clérigos. La ciudad y sus provincias contiguas sintieron deplorable necesidad en los largos períodos en que permanecieron sin visitas episcopales o confirmaciones y suplicaron les fuera otorgado un obispo puesto que se hallaban en el centro de partes remotas del obispado de Quito; a este se le podría dar por jurisdicción a más del propio de Cuenca, los de Guayaquil, Loja y Zaguarzongo; así sería posible y fácil tener visitas episcopales y confirmaciones y obviar otros males, que hoy existen, ambas iglesias tendrían rentas sobradas (y serían muy ricas) desde que la vida es allí barata y abundante.

1128.- Corriendo del este al oeste y al norte de la ciudad hay un pequeño río de agua cristalina clara, en cuyas orillas hay muchos molinos y huertos frutales, de variedades así del país como de España (como) peras, duraznos, manzanas, membrillos, etc. En el distrito hay plantaciones de caña de azúcar, de las que se saca azúcar y jarabes de que se disfruta en la ciudad y confites que se mandan a Guayaquil. El país produce cantidades de trigo, maíz y otros cereales; ganado, yeguas y mulas. Un excelente caballo para coche o silla se vende allí por doce reales, más o menos. Se fabrica y produce excelentes baquetas, las mejores de todo el reino. La ciudad se   —575→   halla situada a 2º 30' Sur; a 12 leguas al Este se halla la provincia de los jíbaros, sometidos al gobernador Juan de Salinas al propio tiempo con los de Zaguarzongo; en ella estableció la ciudad de Logroño de los caballeros, cuyo continuo mal gobierno acarreó el asalto de los indios jíbaros, que mataron a todos los españoles e incendiaron las iglesias; por más de 30 años continuos estos salvajes han causado muchos daños en el territorio de este corregimiento de Cuenca y en aldeas de esta jurisdicción, que ellos habían destruido como los cuyes, y en el año de 1621 la aldea del Cóndor, causando muchos otros perjuicios en este territorio y en el de la provincia de Macas que también linda con ellos. Los indios de esta tribu son muy belicosos y han llevado a cabo toda empresa que han acometido; así han llegado a ser muy arrogantes y en extremo insolentes no habiendo recibido nunca castigo. Son caníbales de costumbres horribles y salvajes.

1129.- La provincia en la que viven es una de las más ricas en oro en todos los territorios hasta ahora explorados, tanto que los indios sacaron toda la riqueza en oro poseída por los incas de las faldas de las minas de Santa Bárbara. Este país fue sometido y puesto en orden por 2 años, y en este período el 20 por ciento correspondiente a Su Majestad fue reunido. Desde entonces, por las razones expuestas, no hay seguridad con estos salvajes, y así sería de la mayor importancia para el Real Consejo confiar la pacificación y sometimiento de estos indios al corregidor de Cuenca, tanto porque está cerca y a la mano cuanto porque el país es barato y abundante en cuanto a abastecimientos; tendrían eso a mucha honra y los someterían con facilidad.

Hay en este distrito mucha plata, mercurio, hierro y minas de azufre y otros metales; a una legua de la ciudad hay peregrinación a una capilla y al lado de ella se hallan excelentes baños de agua caliente que devuelven la salud a los inválidos que van a ellos.



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ArribaAbajoCapítulo XV

De la ciudad de Loja y sus provincias.


1130.- Hállase la ciudad de Loja a 33 leguas al sur de Cuenca y a 88 desde Quito a los 3º 30' Sur, en el camino real de Quito a Lima y a todo el reino del Perú. La fundó el capitán Antonio de Mercadillo a instancias de Gonzalo Pizarro, en el año de 1546, en valle grande y fértil, entre dos ríos con excelentes aguas que acarrean arenas de oro. El clima es primaveral; se dan dos cosechas de trigo al año y de hecho lo plantan en todo tiempo gracias a su clima igual; también crece el maíz, patatas y mucha clase de frutas, así del lugar como traídas de España (pero el mercado de Cuenca en general es más abundante y barato). Hay corregidor en esta ciudad, nombrado por el Real Consejo y oficiales del Patrimonio Real y de la Tesorería Real. (La ciudad) tiene muy buena iglesia parroquial y conventos de dominicos, franciscanos y agustinos; un convento de monjas de La Concepción y otras iglesias y capillas.

1131.- Tiene la ciudad más de 300 vecinos españoles, sin contar los indios, negros y mulatos de servicio. A cinco leguas al sur de la ciudad el río Catamayu corre a través de un grande y anchuroso valle cubierto de ganado, ovejas y haciendas con mulares. Crece allí trigo en abundancia en sus inmediaciones, con maíz y otros cereales y vegetales y abundancia de frutas nativas y de España. Más allá del Catamayus se halla la provincia de los paltas y calvas y la aldea de Garruchamba; esta es la última hacia el Sur en el distrito y corregimiento de Loja y parte límites con la provincia de Ayabaca en el corregimiento de Piura; y en el río de Calva que se halla a 100 leguas de Quito se encuentra la Audiencia del distrito de Lima y la de San Francisco de Quito; Lima se halla a 330 leguas de Quito.



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ArribaAbajoCapítulo XVII

De la ciudad y minas de San Antonio de Zaruma.


1132.- La ciudad de San Antonio de Zaruma se halla a 13 leguas oeste-noroeste de la ciudad de Loja; es el centro de muy ricas minas de oro todo en vetas; hay 36 molinos para triturar y beneficiar el metal; se saca un gran producto, además de la plata de 16 y medio o 17 quilates. Todo el país se halla cubierto con muy ricas vetas de oro mineral, desde el cerro de Tomagatos por más de 4 leguas a la redonda, según lo que me dijeron los mineros en esta ciudad en el año de 1614 cuando estuve allí; es suficiente para que ellos puedan estar perpetuamente ocupados. Gran bien les vino a estas minas en particular por obra de Juan de Montesdeoca y Alonso de Montedoca (!) su hijo; ellos dieron generosamente muchas dádivas para los pobres trabajadores y construyeron la iglesia de la ciudad, sosteniendo también el convento de franciscanos.

1133.- La ciudad está edificada en una ladera alta sobre una colina que toda ella se halla sustentada con oro; la mayor parte de ella está horadada con los túneles que siguen las vetas. Hacia el Sur corre un pequeño río que arrastra mucho oro corriente, de uno o dos quilates más alto que el de las minas. Muchos indios van allá a lavar arena de oro y lavándola en sus bateas sacan por término medio el valor de 40 o 50 pesos o más a la semana. La ciudad tiene 200 vecinos españoles, 50 de los cuales son mineros, atrae muchos negociantes con mercaderías y vino, ansiosos del provecho que logran comprando el oro y llevándolo fuera; lo compran de los indios a 9 reales el peso oro, y en cantidades a 10; y sacan mucha ganancia llevándolo afuera. Los pulperos, o sea los que manejan las tabernas cohechan a los indios y hacen que defrauden para conseguir bolsas de oro en polvo; hay una parte de engaño en esto, y Su Majestad es defraudado en real veinte por ciento, por ello nadie deja de practicar esta forma de fraude.

1134.- La ciudad y toda la región tiene clima cálido y no hay árboles; todo el país es desapacible, lleno   —578→   de camellones y hondonadas. Se halla bien abastecido con provisiones y mercaderías, porque con el ansia del oro llegan de Cuenca y otros lugares harina, jamón, queso, etc., conducidos por todos aquellos a quienes seduce el metal, tan tratado de obtener y perseguido por la raza humana.

1135.- El corregidor de Loja nombra un alcalde mayor para este campo minero, tanto para la administración de justicia como para el repartimiento de los indios, que vienen para su mita (servicio forzado) en las minas, desde la provincia de los cañares y de otros puntos, tomando cada minero el número designado por la fianza que tiene o por el número que corresponda a él por el repartimiento (asignación de indios). Estas minas están a 3º 30' Sur. El equipo de los molinos es parecido al de las minas de plata de los que difieren sólo en la pulverización; tienen una caja con una corriente de agua que pasa a través de ella, en la cual se vacía el mineral, de suerte que éste se halla en el agua; allí se le macera con martillos de acero, tienen un tamiz menudo y grueso a través del cual la greda y lodo salen afuera; el mineral como es más pesado queda detenido; entonces ellos dejan que salga el agua y el lodo, y el mineral corre a través de un canal detenido, de ladrillo, hacía un tanque en donde el oro por ser más pesado se sumerge al fondo y el agua fangosa sale afuera.

Entonces, cuando han molido la cuota o quintales señalados para cada molino, vacían el agua del tanque y unen o amalgaman el metal con mercurio y después de la unión y amalgama comprimen aquello bajo fuerte presión, sacan afuera el mercurio y benefician el residuo. Este es el procedimiento con que manipulan el metal precioso en estas minas. En las vecindades hay unas pocas haciendas y fincas con ganado y cerdos. Hay 60 leguas hasta el puerto de Paita.




ArribaAbajo Capítulo XVIII

En que se continúa la descripción de la Audiencia de Quito, de la ciudad de Zamora y de las provincias de Zaguarzongo.


1136.- La ciudad de Zamora se halla en el corregimiento   —579→   de Loja del cual dista 20 leguas hacia el Este, y al otro lado de la cordillera; es una hoya, varios ríos corren al Oeste hacia el Pacífico como aquellos que pasan cerca de Loja, y otros hacia el Atlántico, atravesando más de 1000 leguas de país habitado por diferentes tribus. Estableció la ciudad de Zamora el capitán Mercadillo en el año de 1549; tiene la misma elevación y paralelo que Loja, pero hacia el Este. El clima de la ciudad es cálido y algo insalubre, pero es muy rico en oro de alta calidad; en efecto se han encontrado pepitas de oro virgen que pesaban 12 libras y muchas pepitas de 1 libra, 4 libras y aún más. Pero aunque la provincia y sus vecindades son tan ricas en este metal, es pobre y escasa en población bastante para explotarlo.

1137.- La ciudad cuenta con pocos vecinos españoles, con iglesia parroquial y convento de franciscanos. El país es lleno de bosques y llueve mucho en el año. Se cultiva maíz y otros cereales, tubérculos y otros frutos; los higos de Zamora son famosos en todo el reino. Todos los ríos y corrientes de agua acarrean mucho oro de alta calidad. Posee excelentes depósitos de sal y de ella provee a todo el país. Tiene otros notables caracteres que no es posible enumerar.

1138.- La provincia y gobernación de Zaguarzonga que fue sometida por el gobernador Juan de (en blanco: ¿Salinas?) está a 20 leguas de Zamora a través de la cordillera y a 40 este-sudeste desde la ciudad de Loja. Todo el país es cálido con abundancia de pepitas de oro de alta calidad, que se las halla dondequiera porque está empedrada de este metal.

1139.- La ciudad de Valladolid se estableció en esta provincia y en esta gobernación; tiene pocos vecinos españoles; se halla a 40 leguas de Loja, a 6º Sur. Esta ciudad de Cumbinamá se halla a 16 leguas al este de Valladolid y a 50 leguas más lejos al Este se halla la ciudad de Santiago de las Montañas en cuyo punto se encuentra el lindero con el distrito de la ciudad de Jaén de Bracamoros. Así la ciudad de Santiago de las Montañas esté a 194 leguas desde Quito, sobre muy escabrosos y muy difíciles senderos, gran parte de la vía a través de territorios   —580→   inhabitados; y por esta razón el pueblo de este país, tanto españoles como indios, jamás ha visto un obispo y consiguientemente jamás gozó de la confirmación.

1140.- Es circunstancia desafortunada que por esta razón carezcan de consuelo y provecho espiritual sus habitantes; pero ello puede remediarse estableciendo otro obispo en la ciudad de Cuenca o en la de Loja; se encuentran equidistantes y por ello podría el obispo visitar y confortar con facilidad a los parroquianos que crecen en estas provincias, porque los indios fronterizos de ellas pueden convertirse al conocimiento de nuestra Santa Fe.

1141.- En esta región de Santiago de las Montañas hay muchas clases de oro, todas de alta calidad, sobre 23 quilates. Hay muy ricas minas de oro, oro en mineral y en vetas; como en Zaruma el mineral se pulveriza continuamente con el oro. Hay oro virgen en pepitas que no necesita tratamiento, y en polvo de oro, que es el que se lava y saca de los ríos y corrientes de agua, que en esta provincia lo acarrean todos en abundancia. Si hubiera gente para extraerlo sería de las más abundantes y prósperas provincias del mundo. Se cultivan trigos y otros frutos, tubérculos y excelente tabaco.

1142.- El distrito de está gobernación incluye 90 leguas hacia el Este ya pacificadas y limitan extensas y ricas provincias de paganos para ser convertidos a la fe; pero es un territorio muy duro y difícil, con montañas empinadas y enormes ríos.

Todos ellos pertenecen al distrito de la Audiencia de Quito, que limita hacia el Sur con la Audiencia de Los Reyes o Lima.




ArribaCapítulo 17 (sic)

En que se enumeran los corregimientos y curatos del territorio del obispado de Quito.


1143.- En el distrito del obispado de Quito hay 10 corregimientos y una gobernación, Su Majestad, en consulta con el Supremo Consejo de las Indias, designa   —581→   los de Quito, Guayaquil, Loja y Zaruma, Cuenca y la gobernación de los Quijos; el virrey del Perú nombra los de Riobamba, Chimbo, Latacunga, Otavalo y además Zaguarzongo; el gobernador de Popayán nombra el de Pasto. Hay también 170 curatos, 100 bajo presbíteros y 70 bajo frailes, como sigue.

1144.- En el corregimiento de la ciudad de Quito y en sus cinco leguas, 20 curatos, clérigos de iglesias parroquiales, Santa Bárbara, Santa Prisca, San Blas, San Marcos, San Sebastián, San Roque, en la aldea indígena de Machángara, Machangarilla, Chillogallo, Conocoto, Sangolquí, Cumbayá, Tumbaco, Puembo y Pifo, Yaruquí, Quinche, Huaillobamba, Zambeza, y en Los Yumbos, un fraile de la Orden mercedaria.

1145.- En el corregimiento de Guayaquil y Puerto Viejo, 7 curatos de clérigos y 3 de frailes mercedarios en el distrito de Puerto Viejo y Puná. En el corregimiento de Loja, 5 curatos de clérigos y 4 de frailes dominicos.

En el corregimiento de Cuenca, 11 curatos de clérigos y 3 de frailes dominicos y franciscanos. En la gobernación de los Quijos, 5 curatos de clérigos y 3 de frailes mercedarios.

En el corregimiento de la ciudad del Villar don Pardo, conocido como Riobamba, 13 curatos de clérigos y 9 ó 10 de frailes franciscanos, en las poblaciones de Chambo, San Andrés y otras de la provincia de los puruaes, y 4 de dominicos en las aldeas de Pelileo, Quero, Patate y otras. En la gobernación de Zaguarzongo, 11 clérigos y unos pocos frailes.

1146.- En el corregimiento de Latacunga, 3 curatos de clérigos, 3 de dominicos en las aldeas de Pansaleo y sus contornos y 7 de franciscanos en las poblaciones de Latacunga, Mulaló y las de la provincia de Los Sigchos.

En el corregimiento de Otavalo 5 clérigos y 3 frailes franciscanos.

En el corregimiento de Chimbo, 6 clérigos y 4 ó 5 franciscanos y frailes dominicos.

  —582→  

En el corregimiento de Pasto, Mocoa y Macas, 14 clérigos y 4 frailes mercedarios.

Esto es todo lo comprendido en esta diócesis aunque algunas poblaciones no puedan ser especificadas.

2022.- Tabulación de audiencias, gobernaciones, corregimientos y otros cargos civiles (de pluma) y de los arzobispados y obispados que designa Su Majestad en consulta con el Supremo Consejo de Indias en el distrito de la misma España y del Perú, y de aquellos que nombran el virrey, presidentes y gobernadores, con indicación de los salarios y rentas que ellos reciben.

2024.- La Audiencia de Quito tiene presidente con 4.000 pesos contrastados; 4 miembros de justicia que son también alcaldes de Corte y un fiscal, cada uno de ellos con 2.000 pesos contrastados; hay también otros funcionarios y oficiales necesarios.

2037.- Lista de gobernaciones, corregimientos y oficios civiles que Su Majestad nombra en consulta con el Supremo Consejo de Indias, para la Audiencia de Quito y salarios que reciben ellos.

El gobernador y capitán general de Popayán tiene como salario 2.000ducados
El gobernador y capitán general de la provincia de los Quijos 1.000 ducados 1.000ducados
El corregidor de Quito, 2.000 ducados 2.000ducados
El gobernador y capitán general de las provincias de Zaguarzongo y Jaén de Bracamoros 1.000 ducados1.000ducados
El corregidor de Cuenca 800 pesos800 pesos
El corregidor de Guayaquil y sus provincias 1.000 pesos contrastados 1.000 pesos
El corregidor de Loja y Zaruma, 1.500 ducados1.500 ducados
Contador y tesorero de la ciudad de Quito; cada uno el salario de 500 pesos 500pesos
Contador y tesorero de Popayán, a 400 pesos400 pesos
Contador y tesorero de Loja a 600 pesos600 pesos
Contador y tesorero de la ciudad de Guayaquil, cada uno con salario de 300 pesos300pesos

2045.- En la Audiencia y obispado de Quito, el Virrey nombra para los 5 corregimientos, como sigue:

  —583→  

Provincia de Otavalo500 pesos
Ídem ídem los Yumbos 500 pesos
Provincia y ciudad de Latacunga 500 pesos
Ciudad de Riobamba 500 pesos
Provincia de Chimbo 500 pesos

2051.- El obispado de Quito recibe con sus rentas, aun cuando no se sabe a ciencia cierta 14.000 pesos.

El obispado de Quito 14.000 pesos.

XX obispo, fray Bernardo de Ubiedo de la Orden de San Bernardo. La Iglesia tiene 5 dignatarios:

Deán1.858 pesos
Arcediano, chantre, maestrescuela y tesorero, a1.610 pesos
5 canónigos a 1.240 pesos
4 prebendados a 900 pesos

2059.- El virrey del Perú nombra 29 puestos de protectores y abogados de indios, sin contar con otros protectorados de menor importancia; las Audiencias en que recaen, son las siguientes:

  • Audiencia de Quito:
    • Protector de indios de Riobamba.
    • Protector de indios de Guayaquil.
    • Protector de indios de Loja.
    • Protector de indios de Puerto Viejo.
  • Audiencia de Quito:
    • Administrador de las fábricas de tejidos de lana de Riobamba y Puruaes.
    • Administrador de Sigchos, Píllaro y Patate.
    • Administrador de Alausí.
    • Administrador de fábricas de tejidos de lana de Chambo.
    • Administrador de fábricas de tejidos de lana de Otavalo.
    • Administrador de fábricas de tejidos de lana de Latacunga.
    • Administrador de fábricas de tejidos de lana de Chimbo.
    • Administrador de fábricas de jarcias de Guayaquil.

Todos los de la Audiencia de Quito son administradores de fábricas de tejidos de lana.