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Crítica de la pasión pura

Ensayos


Jorge Majfud


1998


ArribaAbajoPreliminares


ArribaAbajoNota preliminar

Lo que sigue es un conjunto ordenado de reflexiones libres; no pretenden enseñar ninguna Verdad sino una visión del mundo (creo que la diferencia entre una y otra consiste en que la primera es siempre una versión pretenciosa de la segunda). Pido disculpas a todos aquellos que, en el error, tengan la poca fortuna de coincidir conmigo.

Valle Edén, agosto de 1998.

* * *



Sabemos que hay un planeta recubierto de vidas y entre ellas hay unos seres inquietos y extraños que no podemos definir. Sólo sabemos que se distinguen del resto porque se han creado a sí mismos o Alguien los ha creado con algo diferente del polvo cósmico. Por eso la hemos llamado Creatura metafísica.






ArribaAbajoEsquema simplificado

Camino gnóstico-evolutivo


CIELO TIERRA
IV Cuarto Milagro: ?
Logro D. Más allá Vida eterna (Occidente)
Cese de la existencia (Oriente)
4. Sobrevivencia del individuo y de la sociedad.
Progreso material.
Efecto C. Beneficio de los dioses 3. Beneficio de las creaturas
Ético-teológico
Nivel racional
TEOLOGÍA
B. Reflexión sobre la Verdad incuestionada.
ÉTICA
2. Reflexión sobre los deberes incuestionados
III Tercer Milagro (Neolítico.)
Conciencia problemática del individuo
Moral
Nivel irracional
A.
3, Culto a los dioses
2, Renuncia-sacrificio
1, Pecado del placer
Primera Tabla
1.
Normas de convivencia, pudor, tabúes y tolerancia.
Segunda Tabla
Represión del sexo
II Temor al devenir mediato
Rechazo a la muerte
Temor al devenir inmediato
Instinto de sobrevivencia
Segundo Milagro: Conciencia de la especie (Paleolítico)
Experiencia individual y social del sexo
Aparición del sexo: 2.000 millones de años
I Primer Milagro: Vida (3.400 millones de años)
EXPERIENCIAS EXISTENCIALES







ArribaAbajoI. Historia y naturaleza

1, CORRIENTES. Diferentes verificaciones (como la posibilidad de que todas las razas humanas se puedan cruzar) demostraron la monogénesis biológica de las creaturas de Gea. Absolutamente todas las creaturas humanas poseen un origen común y es probable que, por algún misterioso o grave acontecimiento, todas desciendan de un hombre y una mujer que vivieron en África hace 200.000 años. Por éste y por otros descubrimientos, los lingüistas han llegado a la conclusión de que también todas las lenguas que se hablan en el planeta poseen un origen único. No muy diferente utilidad prestan los mitos para la antropología y para la idea de un nacimiento común o restringido de la humanidad. -Por su parte, la moderna teoría de los paradigmas supone unidades de pensamientos independientes, pero al mismo tiempo se pueden ver cómo unos derivan de otros. El proceso que lleva de un pensamiento a otro es similar al seguido por los idiomas: cada uno deriva de otros anteriores y, con frecuencia, varios nacen de una misma raíz. El bantú y el latín son las raíces de por lo menos diez lenguas africanas y europeas; el sánscrito y el mandarín, dicen los asiáticos, son la raíz de por lo menos todas las lenguas. El pensamiento posee un comportamiento semejante, y esa es una de las hipótesis que subyacen en el fondo de este informe.

2, INTERIOR. Todos los seres vivos son el resultado de una historia exterior y se refiere a la evolución biológica. Las plantas y los animales evolucionan influyendo y adaptándose al medio. Su historia es dictada por agentes exteriores. Diferente, la historia de la creatura metafísica es, sobre todo, consecuencia de su propio espíritu; es decir, de su universo interior. Solo esta creatura es el resultado de ambas historias. -Cada creatura piensa y siente condicionada por la historia colectiva interior, tanto como lo está por su historia personal. Un uruguayo de nuestro tiempo lleva dentro suyo la dialéctica de Sócrates, el cristianismo y el gobierno de Adolf Hitler. Aunque lo ignore, debe ver el mundo a través de todo ese polvo histórico. Su perro, si tiene uno, sólo habrá recibido del perro de Hitler alguna que otra mutación genética (que nada tendrán que ver con la guerra y con su amo). -Lo que diferencia a una sociedad de otra, a un individuo de otro, está en la historia interior de la especie: en la historia colectiva de su espíritu. Por ella, un occidental del siglo XX piensa y ve diferente el mundo a un hindú contemporáneo; piensa y ve diferente a otro occidental del siglo XI. Es la historia interior la que diferencia a la creatura metafísica con el resto de los otros animales y consigo misma.

3, SALTOS. La historia interior de Occidente consiste en un flujo de cambios permanentes e irreversibles, lo que configura el modelo de una «verdadera» historia. En oposición a esta imagen está la historia interior de Oriente y de los pueblos llamados primitivos que, por negar el cambio y afirmar la repetición, decimos que no tienen historia. Pero negarle una historia interior a los pueblos mitológicos es una imprecisión. Sería como igualar a un maya o un hindú con un tigre. -También los pueblos mitológicos poseen historia interior, no formada por flujos sino por saltos. Toda la estructura social de India y Nepal (me refiero al sistema de castas) y muchos de sus mitos fundadores fueron producidos por las invasiones de los jinetes arios. También el mundo mitológico de Homero se basaba en hechos concretos y puntuales, como la guerra de Troya. -Tanto los hindúes actuales como aquellos griegos del siglo VII a. C. vieron el mundo a través de las tradiciones nacidas de hechos concretos y protagonizadas por las mismas creaturas -hechos históricos.

4, CONDICIÓN. Una persona no nace con un idioma o con el teorema de Pitágoras. Pero nace con la capacidad de aprender y desarrollar esos productos culturales. De igual forma, no nace con una determinada moral, pero sí con la capacidad biológica para aprenderla del medio, capacidad que comenzó a desarrollar en un determinado período de la evolución. Advirtiendo proto-facultades morales, culturales y hasta políticas en ciertos grupos de monos, algunos biólogos han deducido que la moral es una formación neuronal más que cultural. A esta dicotomía virtual o analítica, otro científico, Frans de Waal, respondió en su reciente libro, Good natured: «La moral ¿es un fenómeno biológico o cultural? No existe una respuesta sencilla para este tipo de preguntas, que es como preguntarse si los sonidos de percusión son producidos por los tambores o por los tamborileros». Y luego pone un ejemplo metafórico: Una planta puede crecer alta y fuerte si está expuesta al sol, mientras otra no lo hará de igual forma si está condenada a la sombra. El tamaño de cada planta no depende solo de sus genes o del medio en el que se desarrolla sino de ambos. -Pero aún aclarando este punto quedan otras interrogantes. ¿En qué medida los tabúes y las características psicológicas de la creatura pertenecen a su historia exterior y en qué medida se perpetúan en su historia interior? ¿Existe una transferencia de datos desde la historia interior (cultura) a la historia exterior (biológica)? Una institución como la prohibición del incesto, ¿pudo haberse perpetuado por milenios sin la intervención de la herencia genética? -Algunos creyentes encuentran repugnante y hasta inmoral el que un sacerdote católico tenga relaciones sexuales con una adolescente. El celibato sacerdotal es una institución resuelta por la Iglesia hace menos de dos mil años y no existe una razón biológica para sentir repugnancia por un acto semejante, como no existe una razón biológica para condenar el incesto. Pero si la prohibición del incesto es una institución varias veces más antigua que el celibato, ¿cómo no habría de ser más universal y profunda? El mecanismo cultural que provoca el rechazo a la sexualidad del sacerdote, ¿no es semejante al que universalizó el rechazo al incesto? -La teoría del inconsciente colectivo considera una especie de historia interior heredable por un camino interior e inevitable. Ese material mnemónico, que supuestamente poseemos todos, o casi todos, es el bosquejo básico del inconsciente. Esto significaría que no sólo nacemos con una moral ability, como lo definió Frans de Waal, sino, incluso, con algunos megabytes incluidos; algo así como si naciéramos con language ability incluyendo algunas palabras en ruso, francés y algún que otro ideograma chino, dependiendo de los viajes de alguno de nuestros ancestros. -De cualquier forma, lo que conforma y condiciona casi toda la libertad de la creatura es la historia interior que se hereda por un camino exterior y no del todo inevitable. Se da la paradoja, entonces, de que la historia exterior es interior al organismo, porque radica en la herencia genética; mientras que la historia interior (la historia del espíritu) es exterior al organismo en gran medida, porque radica en la herencia cultural. De haber existido los atlantes, hoy tendríamos de ellos algún «sedimento mnémico», según un jungiano. Pero nuestras vidas y nuestra visión del mundo no estaría condicionada por aquella cultura perdida como sí lo está por la historia del pueblo hebreo.

5, HISTORICISMO. Ya en el siglo XVIII Giambattista Vico había considerado que las creaturas nada son fuera de la historia que ellas mismas producían. También G.E. Lessing entendió que la pretensión de conocer la verdad absoluta era absurda. Lo admirable no consiste tanto en esta primera observación sino en otra que pretende confirmarla: porque alcanzar la verdad absoluta significaría salirse de la historia. Es decir, acabar con el esfuerzo por buscarla. En Humano, demasiado humano, Nietzsche reprochaba a los filósofos de su tiempo de negligencia histórica. No hay una creatura eterna, como no hay verdades eternas, sino una creatura que se procesa. Más tarde, en La decadencia de Occidente, Oswald Spengler repitió una advertencia semejante: Immanuel Kant no había considerado en sus reflexiones más que a la naturaleza, cuando la creatura metafísica era un ser marcado por el tiempo, un ser histórico. (Este reproche resulta un poco paradójico e injusto, ya que es fácil concebir ideas como «paradigma», «mentalidades» e «historicismo» después del análisis de los juicios sintéticos a priori, de Kant.) En 1951, Jaspers había entendido que «el carácter inconcluso de la creatura y su historicidad son la misma cosa». En 1962 T.S. Kuhn introdujo la historia y la polémica en las ciencias o, mejor dicho, en la epistemología científica: las realidades objetivas dependían de una perspectiva mental llamada «paradigma» (creo que un siglo antes Dilthey había pronunciado «weltanschauung» para nombrar una idea semejante). Después de la polémica, es decir, después del éxito del paradigma tskuhniano, el concepto y su nombre se esparcieron al resto del pensamiento, y representaron la más radical alternativa a los prestigiosos sistemas cerrados del siglo XX. Ahora, observemos que el paradigma historicista supone no solo el aprendizaje de una nueva forma de ver el mundo; también implica el olvido de la forma anterior. Suponemos que no podemos ver la «realidad» de la misma forma que la veían los antiguos babilonios. Sólo podemos sospechar que ellos la veían diferente, de la misma forma que podemos entender los actos de un psicópata asesino pero no podemos experimentar su naturaleza anímica, su propia visión del mundo. Es decir que si bien la creatura es un ser «inacabado», seguramente lo será siempre. O, por lo menos, lo será mientras el olvido, la estupidez o la perfección no acaben con la historia.

6, CONTINGENTE. El nuestro ya no es el universo congelado de Laplace. No solo el espacio absoluto ha sido destruido por la relatividad del espacio-tiempo; también las leyes de la física perdieron su antigua condición de eternidad. Porque el paradigma histórico extendió su comprensión también a las ciencias naturales y ahora el darvinismo se enseña en las cátedras de física: sus leyes evolucionan. Pero, como las especies, la evolución de las leyes del Universo es histórica. Ello significa que el acontecimiento B1 puede ser la consecuencia de A, pero no es una consecuencia necesaria: a A también pudieron seguir B2, B3 o Bn. Una vez producido el efecto B1, el proceso es irreversible: sucederán entonces C1, C2 o Cn. La historia del Universo está construida de contingencias: vivimos en un momento cósmico en que la velocidad de la luz es c y la energía de los electrones es e. Pero bien esas constantes pudieron ser otras, y un día lo serán. La contingencia destruye un orden y crea otro imprevisible que no puede ser calculado ni concebido por las leyes del orden anterior. Este paradigma se asemeja, de alguna forma, al pensamiento kierkegaardiano: la realidad no es un proceso racional único; es un conjunto indefinido de posibilidades, incluida la nada. -Alguna vez el Universo estuvo concentrado en un punto de extensión cero y densidad infinita (a muchos esta idea les puede resultar fantástica, pero consideremos que una teoría astronómica puede ser refutada de muchas maneras menos por exagerada; la exageración no existe para la astronomía moderna como no existía para los antiguos hindúes). Para que ese punto haya sido perturbado en una explosión habrá que suponer una acción exterior. Lo que nos lleva a la idea de un Megauniverso o al reconocimiento de un Creador. Pero si ni las leyes de la física son significantes en esos umbrales del tiempo, ¿por qué habría de serlo el resto de nuestra comprensión racional?

7, DESAMPARO. Nuestro tiempo ya no usa la historia para predecir el futuro y condicionar el presente. No solo porque entendió que el futuro es impredecible sino porque además ha renunciado a los Grandes Proyectos. El futuro de la humanidad ya no importa más que el presente del individuo. -La nueva historia es una sinfonía de historias, coherentes o contradictorias pero ya no estructurada; no explica el todo sino cada una de las partes, desde infinitos puntos de vista. Cada momento es el resultado simultáneo de imprevisibles contingencias. Rige la ley física de la indeterminación. -El paisaje contemporáneo casi no incluye a la naturaleza. Casi todo lo que rodea a la creatura posee memoria y conciencia del cambio. Ya todo es el resultado de alguna evolución. No solo la creatura y los seres vivos; también la naturaleza muerta: me refiero a La evolución de las especies, a Una breve historia del tiempo. Después de Charles Darwin y Alexander Friedman la naturaleza dejó de ser el mundo del ser, de lo estático y de lo eterno, para tener su propia historia. Una historia con escala sobrehumana o hindú. Las formas y las leyes físicas ya no son sino que se encuentran en tránsito perpetuo. Como la aparente naturaleza humana. Cada vez que la creatura se replantea la anacrónica interrogante ¿qué somos?, recurre a la historia para ver cómo éramos. Ahora toda experiencia humana tiene su significado en su propia historia. Se han escrito y rebuscado la historia de la locura, del amor, de la sensibilidad, de la privacidad, del sexo, del odio, de la belleza, de la imagen. Hay una historia del Bien y una historia del Mal, una historia de la felicidad y una historia de la historia. Es decir, toda experiencia humana tiene un significado relativo. Para la creatura posmoderna, todo es relativo a la historia; el mundo del debe-ser y el resto también. No hay acontecimientos novedosos que estén sometidos a ley alguna. Ahora son los acontecimientos (físicos y espirituales) los que dictan sus propias leyes. Y en su dictado y abolición está la Historia y su muerte provisoria. Ya no hay filósofos griegos que reflexionen sobre el ser y aquellas ontologías ahora son capítulos inocentes de la historia de los paradigmas. -La Verdad les fue revelada a los hebreos; cada griego la encontró un día en el ágora; los modernos llegaron a ella después de siglos de acumular conocimiento. Los que vinimos después la relativizamos en la historia, o simplemente la perdimos. Decía Karl Jaspers que en casi todos los tiempos existió la duda, pero que en nuestro siglo no fue sólo un problema de individuos solitarios sino el gran problema de la «masa». Claro que también es posible que esas famosas Certezas del pasado nunca hayan sido tan populares como parecen; y que lo nuevo sea, por algún misterioso motivo, nuestra obsesionante conciencia de desamparo.

8, IMPROBABLES. ¿Por qué la «flecha del tiempo» apunta siempre al futuro? Según el pensamiento científico, ello se debe a la segunda ley de termodinámica; porque siempre pasamos a un estado cada vez más desordenado; porque en todo proceso cósmico se va perdiendo información de forma irreversible (el big crunch no será idéntico al big bang; o no será, porque el Universo es abierto y nunca dejará de expandirse). ¿Y por qué? Porque partimos de un estado ordenado del Universo y cualquier cambio apuntará siempre al desorden, al caos. Porque un rompecabezas tiene solo un orden y muchísimos desórdenes; y si partimos del primero cualquier cambio nos conducirá más adentro del segundo (el futuro). Es decir que estamos en un momento cósmico particular, o partimos de él para vivir y entender algo del Universo. -El físico Ludwig Boltzmann relacionó la entropía (S) y la probabilidad (P) de un acontecimiento en la fórmula: S = k . (lnP). Lo que significa que cuanto más improbable es una cosa, menor es su entropía. Schrödinger propuso el término negentropía para designar la inversa de Boltzmann: N = 1/S. Entonces, los científicos estuvieron de acuerdo de que el fenómeno con mayor negentropía era la vida; aunque bien pudieron comenzar diciendo que la vida era lo más improbable o absurdo que conocían del Universo. Además, sería pertinente recordar otra extravagancia de ese mismo fenómeno: los seres vivos excretan entropía, como el dióxido de carbono en la respiración, etcétera. -La vida en Gea comenzó hace 3,6 x 109 años. Considerando la naturaleza radioactiva del planeta, los científicos opinan que ese fenómeno fue provocado por otra explosión: una supernova. Pero observemos que no solo la vida en Gea es un fenómeno extraño y tal vez único; también la creatura metafísica es un fenómeno extraño en Gea. La aparición de la conciencia en un animal sólo es comparable con la aparición de la vida en el Universo. Como lo describió el biólogo Julian Huxley, para la aparición del pensamiento conceptual fue necesaria la confluencia de muchísimas condiciones en una de las innumerables especies que habitaban el planeta. Condiciones que reunió o fue reuniendo la creatura metafísica. -Si nos hubiesen obligado a deducir un juicio lógico sobre las creaturas de Gea, hubiésemos dicho que no existen o no pueden existir. Todos estos fenómenos son un milagro o la convergencia de infinitas improbabilidades. Lo que hace de la creatura metafísica un misterio de segundo o de tercer grado.




ArribaAbajoII. La escritura

9, MEMORIA. Está bien, con la escritura nació la historia; pero no lo digamos por su simple significación historiográfica. La invención de la escritura (3.500 a. C.) no solo posibilitó el registro de datos; también provocó una revolución metafísica, difícil de igualar por cualquier otro invento: el tiempo mitológico fue reemplazado por otro «histórico», y con ello todo un mundo se derrumbó para dejar paso a otro. -No es cierto de que con la escritura comenzó el registro de las acciones humanas. Mucho antes las creaturas conservaban su pasado en un tipo de memoria colectiva, transmitida de forma oral. Para su conservación, este tipo de memoria implicaba una perpetua repetición y en este tránsito los registros sufrían modificaciones. Sabemos que estos cambios no eran arbitrarios y que se producían en beneficio de cierto arquetipo: el mito. Como lo mostró el rumano Mircea Elide, las culturas arcaicas no soportaban la historia; la anulaban traduciendo los hechos reales en arquetipos mediante la repetición. Incluso en nuestro tiempo, un acontecimiento concreto no persiste dos siglos en la memoria colectiva sin perder su particularidad histórica, tiempo que deberíamos reducir a unos pocos años si consideramos los grandes ídolos populares del siglo XX. La mentalidad arcaica sólo conserva lo general y echa al olvido los datos particulares. Esa costumbre de la mente humana está aún entre nosotros. En su Historia de la eternidad, J. L. Borges, libre de las supersticiones de la modernidad, olvidando o contradiciendo el existencialismo de la época, observó: «Lo genérico puede ser más intenso que lo concreto». Acababa de analizar el platonismo y recordaba: «De chico, veraneando en el norte de la provincia, la llanura redonda y los hombres que mateaban en la cocina me interesaron, pero mi felicidad fue terrible cuando supe que ese redondel era pampa y esos varones gauchos». -Así como en diferentes culturas encontramos las mismas pirámides, también encontramos el relato de la Creación como las diferentes versiones de una misma historia. La memoria oral, imprecisa y fugaz, recurría al arquetipo, a la estructura «natural» de las primeras culturas. La invención de la escritura supuso un largo proceso y sus consecuencias no fueron tan inmediatas como las que provocó Edison con cualquiera de sus juguetes. Los antiguos mitos y, sobre todo, la conducta mitológica de la mente arcaica se conservaron en las novedosas tablas de arcilla de Sumeria y en los papiros de Egipto. Pero desde entonces el tiempo dejó de ser circular e impreciso. Los hechos individuales comenzaron a ser ordenados según su orden de precedencia. Los semidioses e intelectuales del Nilo ampliaron y elevaron la antigua obsesión de conservar el cuerpo de sus muertos: mejor, comenzaron a conservar sus memorias; hazañas, desdichas, historias familiares e historias del imperio. Más al oriente, Sargón y Hammurabi se sumergieron en las profundidades del tiempo, pero ya no dejaron de ser hombres concretos, los autores de leyes y victorias en el campo de batalla. El olvido ya no era posible y ellos, que no querían ser olvidados como sus vecinos hindúes, se ocuparon en anotar hechos, fechas y nombres.

10, IMPRECISIONES. Cuando Hegel describió el espíritu indiano (hedonista, sensual y onírico), lo que hizo fue describir las propias fantasías europeas sobre aquel país exótico de donde provenían los más intensos aromas, no el espíritu hindú. Pero advirtió una característica significativa: los hindúes carecían de las preocupaciones historiográficas de otras naciones. Con frecuencia los describe como desproporcionados mentirosos. «Los indios -escribió- no pueden comprender nada semejante a lo que el Antiguo Testamento refiere de los patriarcas. La inverosimilitud, la imposibilidad no existen para ellos». Luego recuerda que, según la memoria hindú, existieron reyes que gobernaron miles de años. Cuenta, por ejemplo, que el reinado de Wikramâdiya fue un momento glorioso en la historia de India. Pero también se supo que hubo ocho o nueve reyes con este mismo nombre en un periodo de 1500 años. Inverosímil, se lo atribuye a un defecto de la numeración decimal que toma fracciones por números enteros. Señor, a cualquier pueblo se le puede atribuir este desliz matemático, menos a los inventores del cero. Bueno, pero Hegel hizo otras observaciones importantes: los hindúes, que alcanzaron gran fama en literatura, álgebra, geometría, astronomía y gramática, descuidaron por completo la historia. La mayor parte de lo que se conocía de la historia india en tiempos de Hegel había sido escrita por extranjeros. -Este desinterés por la historia de los hindúes se explica por su propia concepción del tiempo: profundamente mitológico, circular como el samsara. Porque en India, aún hoy, la realidad más concreta está vista a través de la doctrina de los ciclos cósmicos que lleva a las almas a transmigrar y al Universo a regenerarse eternamente, incluyendo en la misma rueda a las creaturas, a los dioses y a las piedras. «El hombre indio -observó Spengler- lo olvida todo. En cambio, el egipcio no podía olvidar nada. No ha habido nunca un arte indio del retrato, de la biografía in nuce. La plástica egipcia, en cambio, no conoció otro tema». Hay que agregar otros ejemplos: la escultura idealista de la Grecia clásica y la escultura retratística de Roma. El primero, un pueblo mitológico; el otro, obsesivamente histórico. -El sánscrito es una de las lenguas más antiguas de Gea. En su uso y perfección maduró una poderosísima cultura, la india, mucho antes de la aparición del sánscrito escrito. El pueblo hebreo, en cambio, está marcado por la escritura, y ello se debe a que se formó y maduró (no antes del 1250 a. C.) sobre una poderosa tradición escrita; tanto si consideramos la tradición egipcia en Moisés como la civilización sumeria en Abraham.

11, REVOLUCIÓN. En tiempos de Homero, Grecia aún estaba inmersa en una cultura mitológica. Es decir que aquellos griegos no reconocían el pasado concreto ni el futuro diferente. Por ello, hasta el noveno siglo antes de Cristo, no dejaron inscripciones ni grandes obras como en Egipto y en Sumeria. Sólo poco después de que Homero completase su famosa recopilación mítico-poética apareció en Grecia la escritura alfabética, traficada por los marineros de Fenicia. La Ilíada y la Odisea no fueron indiferentes a este arribo. No son pocos los que han visto en estos poemas épicos la espontaneidad del verso oral y la complejidad de la escritura. Poco después (si consideramos que entonces cuatrocientos años no eran esa inmensidad de tiempo histórico que es en nuestro tiempo), se produjo en Grecia una revolución no solo cultural: nació un nuevo espíritu que luego los europeos llamaron occidental. Tal vez sea Platón el representante más carismático de este cambio que va de una cultura oral a otra escrita. Casi todos conocen sus ataques a los poetas y su proselitismo en favor de los filósofos como educadores de Grecia. Pero entre Platón y Homero están los «primeros filósofos»; Zenón es un adelanto de Sócrates, y si no fuese anterior diría que es su caricatura; Sócrates mismo no fue un filósofo escritor, pero participó en la nueva cultura en mayor medida que Parménides, que sí dejó pensamiento escrito. Sócrates liquidó toda simplificación arquetípica; porque la dialéctica busca lo nuevo, la verdad aún desconocida por quien la usa. Por el contrario, el mito no es un camino hacia una verdad aún incompleta; es la expresión de esa verdad oculta. Para sostener que una flecha lanzada por el aire no se mueve, como lo hicieron Parménides y Zenón, es necesario estar dispuesto a contradecir toda nuestra intuición de la realidad. Diferente, el mito solo puede sostener aquello que es intuible. La intuición podrá mostrarnos, sin intermedios, un caballo con alas tirando por los cielos un carro de fuego. Pero nunca podrá lanzar una flecha que no se mueve.

12, IRRETORNABLE. Con la escritura comienza a incubarse el germen de una espiritualidad histórica y dialéctica. El dios bíblico es un dios histórico, más allá de que participe de elementos mitológicos. Yahvé se diferencia de los dioses arcaicos por lo que tiene de histórico, no por compartir mitos antiguos con los infieles. Desde el Génesis o desde la creación del mundo, dejó en claro que el tiempo es lineal, con un principio y un final; no redondo como una rueda hindú. Por el contrario, los dioses orientales son víctimas de la rueda que los contiene y los hace girar, eternamente. La jerarquía de los dioses hindúes es defectuosa o está atenuada por una especie de triunvirato o colegiado parlamentarista. Pero, sobre todo, están sometidos a una especie de Supernaturaleza que los desmerece. Creaturas y dioses se disuelven en el remolino de los ciclos, porque ni siquiera el Brahman es definitivo. La memoria insobornable del signo sobre el papel hace casi imposible la confusión del pasado con el presente. Si cada acontecimiento es único y cada uno tiene un antes y un después, entonces el tiempo perdido es irrecuperable. No es una rueda sino el trazo terrible de un dios -y conduce hacia alguna parte.

13, EVENTO. Para la mente mitológica todo era circular y el deber de las creaturas era conservar ese Orden. No podía haber nada nuevo en el mundo y si lo había no podía haber mundo. Lo único nuevo en los Ciclos es el fin de los Ciclos. Pero como el tiempo es los Ciclos (no los contiene), lo nuevo y el Fin están en todas partes y en ninguna. Diferentes, los pueblos históricos están formados en el hábito de la escritura. La escritura fija un pasado concreto y de esta percepción nace la conciencia de la novedad. Lo nuevo es lo que no está escrito. El tiempo lineal está hecho de novedades y de obsesiones de novedades. El pueblo romano fue un pueblo histórico por excelencia, según Eliade, y vivió obsesionado con el «fin de Roma». Para la mente histórica, el Fin no es la única novedad que puede ser en el mundo, pero es la única inevitable. En el Occidente cristiano, el Fin sólo puede ser remediado con un presente eterno; no por la repetición Oriental. Porque nunca nada se repite y lo que está escrito será leído una sola vez.




ArribaAbajoIII. Mente y espíritu

14, MENTE. Para Homero, la creatura era un campo de batalla donde confluían fuerzas exteriores de origen divino y contradictorio. Más tarde, Platón inventó la mente y sus divisiones modernas. Ordenó que la razón debía dominar a las pasiones; porque una estaba sobre la otra en rango de virtud y este orden significaba salud y equilibrio. Siglos más tarde, cuando Pedro Abelardo reflexionó sobre ética, no recurrió exclusivamente a los demonios para explicar y justificar a la creatura; heredero cautivo de los griegos, como casi todos, el escolástico prefirió involucrar a la naturaleza también. Esta vez referida a la mente humana. No hace mucho, Freud retomó el modelo platónico de la psiche para desarrollar su filosofía positivista. Sólo que ahora el orden de los factores se había invertido y el famoso equilibrio era otro: la salud consiste en liberar al inconsciente de la antigua condena racionalista. Eso sí, con cierta mesura -con una mesura platónica.

15, MENTALIDADES. En tiempos arcaicos, todo fenómeno mental pertenecía a la naturaleza exterior: ríos, hombres, fantasmas. Anaxágoras y Heráclito imaginaron una especie de mente universal que llamaron Nous y Logos. (La palabra «logos» también podía significar «discurso» o «pensamiento».) Cuando Platón inventó la mente humana la hizo depositaria de alguno de esos fenómenos. Hasta que llegó Berkeley y puso todo en ella. Por entonces, para el obispo y para sus seguidores, no sólo los demonios y los fantasmas eran fenómenos mentales; también los árboles y las piedras. Es decir, la física era una rama de la metasicología humana.

16, ESTRUCTURA. Para nuestros contemporáneos, todas las sociedades en todos los tiempos han creado mitos, en apariencia diferentes pero semejantes en el fondo. La obsesión de los investigadores modernos ha sido encontrar los elementos comunes que componen esa estructura platónica. Y lo han hecho con éxito o por lo menos con elegancia. Pero como esa estructura no podía ser de origen divino (premisa científica), no le quedaba otra que ser la expresión de la mente humana. Según esta prestigiosa visión del mundo, Hércules y Sansón son al encéfalo lo que la bilis es al hígado. Así, destilando mitos, advirtiendo lo similar en lo diverso, se dibujó el esqueleto psicológico. -El mito de la Creación y el mito del Diluvio se repiten en África negra, en la antigua Mesopotamia y en la Polinesia. Pepe Rodríguez, académico español y exitoso vendedor de libros, escribió en 1997: «Dios, por poner un par de ejemplos más, tampoco estuvo muy acertado cuando adjudicó a Moisés la misma historia mítica que ya se había escrito cientos de años antes referida al gran gobernante sumerio Sargón de Akkad (c. 2334-2279 a. C.) que, entre otras lindezas, nada más nacer fue depositado en una canasta de juncos y abandonado a su suerte en las aguas del río Eúfrates hasta que fue rescatado por un aguador que le adoptó y crió. Este tipo de leyenda, conocida bajo el modelo de "salvados de las aguas", es universal y, al margen de Sargón y Moisés, figura en el currículum de Krisna, Rómulo y Remo, Perseo, Ciro, etc. ¿Sabía Dios que estaba plagiando una historia pagana?». Este tipo de observaciones es clásico en la literatura antropológica del siglo XX, aunque no siempre es tan soberbia. En otro tiempo, las mismas verificaciones hubiesen testimoniado a favor Dios; ahora sirven para refutarlo, vaya a saber por qué.

17, SEMEJANZAS. La creatura moderna está tan condicionada por su memoria que los antropólogos, siempre a la procura de la estructura inmanente, deben ir a sociedades más primitivas para simplificar o purificar el problema. Durante todo el siglo XX, cada vez que algún antropólogo procuraba comprender la locura europea, invariablemente se trasladaba a Nueva Guinea o algún sitio semejante. Allá, entre los papúas, se imponía la tarea de estudiar en vida a nuestros supuestos antepasados. (No hace mucho me he tropezado con dos o tres antropólogos en África. Excelentes europeos, dicho sea de paso.) La antropología es una ciencia que pretende estudiar a la creatura humana, física y moralmente. Pero a ninguno de estos estudiosos se le ocurriría quedarse en París estudiando a los parisinos, que todavía son humanos; no, en semejante enredo ¿cómo distinguirían los elementos fundamentales? Aquello que se repite entre los papúas es más fácil de observar, es más fácil de imaginarlo verdadero, auténtico. Y no cuesta nada importarlo al inconsciente del francés más racionalista. -En las ciencias de facto, la metodología recurrente consiste en «buscar las semejanzas». El estudio de la mente y el cuerpo recurre especialmente a los elementos comunes que intervienen en diferentes individuos. Y de esta actividad surgen la medicina, la psicología y la charlatanería.

18, SIGNIFICADOS. Los antropólogos estudian decenas de culturas con el fin de descubrir elementos comunes. Es decir que la antropología es la ciencia que estudia las culturas con el fin de anular el significado de cultura. Cuanto más común es un elemento, más verdadero y profundo debe ser; tanto para un papúa como para un japonés. Luego de aislado dicho elemento se lo atribuye a la prehistoria. Como la prehistoria parece bastante uniforme (gracias a nuestra erudita ignorancia), se supone que las creaturas repitieron las mismas costumbres por cientos de miles de años. Se deduce, entonces, que lo que allí se formó en la mente humana debe pesarle ahora a cada creatura por igual. Así comienzan las tentadoras comparaciones:

a. Las sociedades nómadas de la prehistoria salían a la caza y la recolección; así también, después de la revolución industrial se sale a la caza del dinero y los alimentos fuera del hogar.

b. Los chimpancés machos cambian comida por sexo, como lo hacían los cavernícolas; así también un ejecutivo que invita a cenar a una mujer la está cortejando y es probable que terminen en la cama.

c. El fútbol es una repetición de la práctica de la caza.

d. Mientras las mujeres hablan (y hablan) cara a cara, los hombres lo hacen de costado, casi siempre atendiendo a un juego u otra actividad; así como lo hacían cuando salían a cazar juntos.

Cada uno puede agregar otros ejemplos. Por ejemplo, los Estados modernos representaron la autoridad concentrada del rey o del faraón, mientras que las sociedades actuales representan un regreso a las épocas tribales, ya que el poder está repartido entre los dueños de las grandes empresas privadas; y, como entre los jefes de aquellos clanes, sus intereses son contrapuestos. -Todas estas observaciones pueden ser válidas. Pero, ¿es justo extraer de ellas predicciones sociales, morales y psicológicas? Justo o no, eso es lo que se hace. Bien, consideremos que todas esas tendencias o impulsos conforman gran parte de nuestro esqueleto psicológico; pero veamos que el acto que impulsan ha cambiado de significado (que es lo que realmente debería importar). Esa estructura no determina más nuestro comportamiento social que nuestra cultura; sólo es la vieja estructura de un edificio reconstruido. Pensemos que la antigua cárcel de Punta Carretas de Montevideo hoy es un shopping center, y que ninguno de sus visitantes lo notaría si careciera de esa información antropológica previa. Sacarse el sombrero e inclinarse ante una persona alguna vez significó sumisión absoluta a un soberano; ¿cuándo significa lo mismo en nuestro tiempo? Ha quedado la práctica del acto, la costumbre o el reflejo, pero el significado ha cambiado del todo. -Lo mismo podríamos decir de los ritos religiosos. Muchos, o casi todos, significaron en algún tiempo sacrificio o sumisión temerosa; todo lo que no impide que luego hayan pasado a significar Iluminación o amor místico. Y ese proceso espiritual debe ser significante; es decir, no ha de ser un cambio azaroso o arbitrario, sino necesario o, por lo menos, histórico.

19, COMPLEJIDAD. En primera instancia, el conocimiento concreto consiste en el reconocimiento de las diferencias. En una etapa posterior, el conocimiento abstracto significó lo contrario. El reconocimiento de lo común en la diversidad fue un progreso intelectual. Sábato observó que «El intercambio comercial tiene siempre un germen de abstracción, ya que es una especie de ejercicio metafórico que tiende a la identificación de entes distintos mediante el despojo de sus atributos concretos. El hombre que cambia una oveja por un saco de harina realiza un ejercicio sumamente abstracto». Años después, le hace decir a uno de sus personajes: «Un genio es alguien que descubre identidades entre hechos contradictorios. [...] Alguien que descubre que la piedra que cae y la Luna que no cae son el mismo fenómeno». -Pero hay complejidades y complejidades. El prestigioso método hipotético deductivo necesita de las menos variables posibles. Por algo comenzó por brillar en astronomía primero y en física después. Hasta que encontró un verdadero problema en la conducta humana. El psicoanálisis, por ejemplo, necesita (y de hecho posee) más de dos mil hipótesis de partida, particularidad que no lo refuta pero lo excluye de la simplicidad del rigor. Y no hablemos de la sociología, la cual debe lidiar en el diverso y multimilenario campo de las culturas.

20, ESPÍRITU. La sola mención de la palabra «espíritu» pone nerviosos a los reduccionistas que tienen todo traducido a aminoácidos y complejos de Edipo. ¿Quién, a esta altura de la Civilización, puede creer en el alma? Claro, el alma no se puede pesar ni medir. Tampoco es deducible. La refutación por la impotencia de la ignorancia no es novedosa. Antes, a todo lo desconocido se le atribuía la existencia de algún dios o demonio. Ahora, como los dioses y los demonios tomaron la costumbre de huir del lugar de los hechos, se deduce que adonde no alcanza la luz del Método se encuentra vacío. ¿Cómo, entonces existe el alma o algo llamado espíritu? Bueno, pensemos (como en el siglo XIX) que los sueños son fenómenos fisiológicos, y que esa verificación no descarta que además sean un fenómeno psicológico. Entonces, si verificamos que son un fenómeno psicológico, ¿descartaría eso que además fuesen una manifestación del alma? De igual forma, el hecho de que la Caaba sea un meteorito no excluye que haya sido enviada por Alá. Es perfectamente válido estudiar los mitos y la metafísica a partir de una perspectiva psicológica, igual que estudiar los sueños con instrumentos electrónicos. Pero eso no debe significar un reduccionismo. El intelecto sin neuronas no funciona, pero el cristianismo, Sartre o el teorema de Lagrange son algo más que un simple orden neuronal.




ArribaAbajoIV. Ante la muerte

21, EXPERIENCIA. Debo reconocer que no sé qué es la muerte; apenas se me ha permitido descubrir su máscara y no sin las emociones que perjudican el entendimiento. Pero si fuese inmortal no tendría ninguna autoridad para hablar de ella; y si bien no tengo ninguna experiencia en morirme, sí la tengo en convivir con la conciencia de ese futuro inexorable.

22, SOCIOS. Uno vive rodeado de personas y animales y en ellos va depositando sentimientos; se asocia emocionalmente con ellos para espantar la irremediable soledad cósmica a la que fuimos condenados. Pero luego esos seres van desapareciendo, uno a uno. Porque los que se mueren son siempre los otros. Entonces la sociedad se disuelve, los antiguos pilares que sostenían al mundo se derrumban y caemos al vacío donde los recuerdos son inútiles espejismos de agua para el que agoniza en el desierto. Luego traemos hijos al mundo con la esperanza de que los nuevos pilares nos sobrevivan. Porque el destino de la creatura metafísica no es del todo terrible.

23, FRACASO. Es en la infancia el único momento en que la creatura es capaz de vivir plenamente el presente. Más tarde, en la madurez, ya no podrá hacerlo, porque el futuro irrumpirá siempre sin una forma definida. Hasta que sea hecho y, entonces, en la vejez, será el pasado el que reclame su derecho: completar la obra del tiempo; que la creatura nunca muera satisfecha. -Se podría decir que muchas creaturas sólo se preocuparon por el presente, como Omar Khayyam. Pero no fueron esta clase de creaturas las responsables de casi toda nuestra historia metafísica y material. Para bien o para mal, toda la acción de la creatura tiene su motivación en el futuro. En ese tiempo está depositado todo «porque», todo sentido, material o metafísico. La muerte no solamente significa, en principio, la negación de todo futuro; también es la negación de todo pasado, porque con ella todo logro anterior se opaca y se derrumba. Un poema del siglo XII lo expresa así:


¿Dónde está tu gloria, Babilonia?, ¿dónde el terrible
Nabucodonosor, y el poderoso Darío, y el famoso Ciro?
¿Dónde está Régulo, dónde Rómulo, dónde Remo?
La antigua rosa es sólo un nombre, sólo nombres nos quedan.



¿Cómo no entender, entonces, la respuesta religiosa? La exploración metafísica es lo único que puede levantar a la creatura vencida por su propia conciencia, por el poderoso poder interrogativo de su memoria. Definitivamente, su grandeza no está en la tierra sino en el cielo. Pero ¿todo eso significa que la creatura inventó a Dios para llenar sus carencias o que, simplemente, lo descubrió al transitar por la experiencia de su destino metafísico? De igual forma, ¿inventó las matemáticas para comprender el mundo o las descubrió después de una experiencia milenaria?

24, ATEOS. Supongo que ante la muerte ni Demócrito ni Lucreciano debieron experimentar angustia alguna. Por lógica, cerebros como los suyos (casi digo «espíritus») deberían registrar este suceso como uno más: con la muerte de un hermano un nuevo orden molecular se ha establecido en el Cosmos, semejante a una piedra que se parte o un árbol que se incendia. Y sin embargo...

25, NEOMITOLOGÍA. La muerte de una persona célebre o simplemente famosa, conocida como un familiar pero sin serlo, replantea en la creatura el misterio de la desaparición, de la partida, del abandono. Pero sin el dolor irreflexivo que acompaña la muerte de un amigo o de un familiar. Por ello es vivida por el pueblo como una tragedia griega.

26, RESPUESTAS. Pero, ¿acaso hay respuestas para la incomprensible muerte? Es decir, ¿acaso hay respuestas para el misterio de la vida? Bien, si alguna respuesta hay, demos por seguro de que las creaturas ya las han explorado después de enfrentarse durante milenios a la misma experiencia. Porque, vaya casualidad, estos seres se vienen muriendo desde hace mucho tiempo, y desde hace casi tanto que se angustian por ello. -Esas instituciones contestatarias son, sin duda, las religiones. Respuestas imprecisas, es cierto. Pero ¿qué más se puede esperar de unos seres precarios e imperfectos que son deglutidos cada día por el insondable abismo? El cuerpo nunca puede negar la muerte; el espíritu, en cambio, aunque equivocado, es el único capaz de semejante osadía. Y es allí donde radica su grandeza. La creatura, ante la vida y la muerte, es un ser dubitativo. Por lo menos en comparación a un tigre o a un rinoceronte. ¿Qué hacer, qué sentir? Cuando uno de esos pobres seres deciden ser guiados por un determinado credo religioso, delega la responsabilidad de equivocarse a un líder; o, mejor aún, a todo un pueblo y a toda una tradición milenaria. Aún advirtiendo que otros millones de creaturas se guían por credos diferentes y hasta opuestos, al individuo ya no le angustia la idea de equivocarse en soledad. Si Buda, Cristo o Mahoma lo dijeron, ¿qué Juez los condenaría?

27, TRAUMAS. El espíritu moderno no olvidó las tradiciones y los tabúes sino todo lo contrario. Pero los violó. Porque su épica fue «desvelar» y subvertir el orden antiguo, olvidando que esas tradiciones y esos tabúes no estaban allí por casualidad. Los antiguos no inventaron sus mitos fundadores porque entonces no había televisión. Los mitos, como los tabúes y el resto de las tradiciones espirituales, respondieron a estrictas necesidades: significaron protección psicológica al tiempo que respuestas metafísicas. Desde hace miles de años, las creaturas se vienen enfrentando a las mismas experiencias de sexo, vida y muerte. Nada de eso ha cambiado, pero entonces lo hacían con alguna protección y ahora se encuentran totalmente desnudos. -La pretensión de verdad irrestricta (que siempre es una ilusión) conduce habitualmente a un exceso de exposición psicológica. Y los más expuestos son, como siempre, los niños. Ante el sexo, la vida y la muerte, los niños de hoy hacen las mismas preguntas que hacían en tiempos de Hammurabi o del rey Arturo. Sólo que ahora se les explica la realidad «tal cual es», porque no es bueno engañarlos con historias fantasiosas (por algo mito y tabú significan engaño y censura represiva). No hace falta ser Jean Piaget para darse cuenta que la mente de un niño no es como la de un adulto. Difícilmente una experiencia terrible altere de forma permanente la psicología de un adulto, pero sabemos que cualquier experiencia puede marcar la futura personalidad de un niño. En algunos casos «marca» puede significar «trauma». Difícilmente una ficción, una historia fantástica, provocará algún trauma en un individuo; hasta ahora los traumas han sido provocados todos por la realidad. Entonces, si el mayor problema está en la «realidad», ¿qué tiene de perverso encararla con alguna defensa? ¿No son, acaso, los propios sueños los primeros que comprendieron esa necesidad al servirse de símbolos para aludir a la realidad? Decir que una historia fantástica, como Alicia en el país de las maravillas, puede afectar la salud mental de un niño, es casi como decir que sus sueños pueden afectar su futura personalidad. Decirle a un niño que una persona que muere se va al cielo no puede ser peor que explicarle cómo el alma desaparece y el cuerpo se queda en un ataúd. No solo porque el cielo es más hermoso que el ataúd, sino, sobre todo, porque ni los adultos sabemos para dónde va el alma cuando el cuerpo se queda solo.

28, LIBERACIÓN. Todas las religiones significan un rechazo a la muerte. Todas suponen el dualismo cuerpo-alma. El primero está destinado a la vejez y a la corrupción; eso lo sabemos. Por lo tanto, nada bueno puede esperarse de él a largo plazo. El alma, siempre perfeccionable, puede llegar a ser virtuosa, tanto en el cuerpo de un enano como en el cuerpo de un gigante. -Desde los tiempos en que los hombres escrutaban el silencio y la oscuridad de las cavernas, el alma ha sido eso que está presente en un cuerpo vivo pero que no modifica su peso cuando lo abandona. Por lo tanto, es una cualidad sin peso; o pesaba lo que el aire, según el griego. Y como el aire o como todo lo que no tiene peso, su destino es el alto cielo. Pero claro, había algo que no estaba bien: el hecho de que las creaturas continuaran naciendo significaba que, por algún motivo, las almas volvían a caer. Porque esa es su naturaleza, según los indianos, o porque ese es su castigo divino, según los otros. De cualquier forma, el alma es «un extraño en la Tierra», y sólo puede liberarse o regresar a su estado original a través del conocimiento de su condición actual, no por la simple muerte. Según todas las religiones.




ArribaAbajoV. Sexo y castigo

29, PUDOR. El poder está diversamente relacionado con el sexo. Dominar es monopolizar el objeto de deseo. Pero como el dominio es una pretensión universal, es inevitable el conflicto. Por ello, se debe ocultar el objeto de deseo o caer en el temido desorden. A los niños se les permite caminar desnudos por la calle, pero al resto de la humanidad se la condena por lo mismo. En casi todos los países se encarcela a los exhibicionistas y se penaliza el ejercicio de la cópula en lugares públicos. El ocultamiento del sexo es una práctica milenaria traducida en pudor. No conformes con ocultar el sexo, algunos excitados islámicos suprimen también la existencia corporal de sus mujeres y las castigan por mostrar los labios, los brazos o cualquier otra minúscula área del cuerpo que sea capaz de provocar el deseo en el macho. Porque el Caos es el mal y el Orden es de Dios.

30, CONDENA. En las primeras religiones, en los cultos a la diosa Madre y a la tierra fértil, en las sociedades agrícolas y en las primeras ciudades, en Babilonia, la castidad era considerada un pecado. Y la esterilidad una maldición. Luego esas consideraciones cambiaron; es obvio, fueron invertidas. ¿Cuándo y por qué el espíritu religioso comenzó a condenar el sexo con tanta furia? ¿Por qué María era virgen si estaba casada? Todos los líderes espirituales fueron a su tiempo considerados hijos de madres vírgenes, desde Krishna hasta Confucio, desde Buda hasta Jesús. (Algunos blasfemos pretenden explicar este hecho considerando que sólo un espíritu santo puede embarazar a una mujer sin penetrarla; y que éste era el recurrido argumento de las adúlteras. Pero veamos que hay otras historias, tan vulgares como ésta, que nunca ingresaron en la celebridad mitológica.) Las santas se suponen vírgenes, los santos deben ser castos, and so on. Ejemplos concretos sobran y algunos de ellos son caricaturescos. Algunos han atribuido la austeridad sexual del cristianismo a su reacción original contra la cultura pagana de Roma. Otros han apuntado motivos económicos para la imposición de medidas castradoras como el celibato. Por ejemplo, los sacerdotes solteros son más económicos, ya que una familia implicaría un presupuesto mayor para la Iglesia o, de lo contrario, la distracción del sacerdote en la producción civil. Por otro lado, por lo menos en tiempos más religiosos, los sacerdotes podían heredar bienes de sus familias pero al morir debían donarlos a las arcas del Papa, ya que no tenían descendencia. -Sin embargo, podemos decir que la austeridad cristiana es común a casi todas las religiones, si cometiésemos la imprecisión de llamar religión al tantra. El espíritu religioso antes que nada es renunciante, y pocas renuncias hay más valiosas y significativas que la renuncia al sexo. La renuncia al sexo posee un doble significado, uno religioso y el otro social: la renuncia del presente en favor del devenir, y la renuncia de la promiscuidad a favor del orden. Ambas suponen una victoria sobre los instintos más básicos. Un divorcio ya irreversible de la creatura con el resto del reino animal. Si el hombre primitivo renunció a una mujer en el sacrificio ritual porque era el símbolo preciado de la vida, el hombre religioso renunció a la mujer, símbolo despreciado de la vida precaria, como tributo a una cantidad mayor de lo que se renunciaba: la vida eterna. Pero como es una renuncia demasiado cara para una creatura que fue animal, el renunciante debe protegerse de la tentación. Unos se defienden de los demonios, otros se autoflagelan. Otros, como el monje Pedro Abelardo, recurren a una especie de alter ego: la razón. Con ella el escolástico justifica el condenable deseo hacia las mujeres. «Pongamos el caso de un religioso -escribió- atado con cadenas y obligado a yacer entre mujeres. La blandura del lecho y el contacto con las mujeres que le rodean lo arrastran a la delectación, no al consentimiento. ¿Se atrevería alguien de calificar de culpa esta delectación nacida de la naturaleza?» -La historia de las religiones enlista no solo ascetas y mártires voluntarios; también creaturas con la costumbre de arrancarse cosas: ojos, lenguas, testículos. Orígenes de Alejandría, por ejemplo, no conforme con el ascetismo que practicaba, se castró a sí mismo como forma de interpretar correctamente los Evangelios.

31, DESAFÍO. ¿Acaso es necesario ser ateo o blasfemo para reconocer el carácter neurótico de la renuncia religiosa? ¿No será que al hacerlo estamos dando un paso hacia una espiritualidad más auténtica? ¿No es ese paso el paso más importante en la evolución humana? ¿No es la evolución espiritual la única con algún sentido? ¿No es ese, acaso, el mayor objetivo de un Dios que aún se preocupa por sus creaturas?

32, OFRENDA. ¿Por qué los sacrificios eran realizados preferentemente con mujeres vírgenes? Está claro que no se las mataba porque se las despreciara, sino todo lo contrario. Las vírgenes son aquellas mujeres que aún no le han robado a la vida su cuota de placer. El progreso que lleva del sacrificio del mejor buey al sacrificio de una joven pura es el progreso de una neurosis colectiva. La economía de los dioses comienza a sufrir inflación y, como siempre, la solución es oprimir al pueblo con tributos más altos. Y lo más que podían ofrecer los hombres sin ofrecerlo todo era una de aquellas partes que simbolizaban lo más deseado: el placer del sexo. Como observó Bronislaw Malinowsky, en la memoria humana el testimonio de un caso positivo siempre hace sombra sobre el caso negativo. (Por lo menos en la mente supersticiosa, porque la ansiedad moderna refutó esta ley con las de Murphy.) Sin embargo, los frecuentes casos negativos de la ineficiencia mágica debieron conducir a un escepticismo solapado, el cual se refleja en la inflación de las ofrendas. Consumado el sacrificio, los dioses agradecidos debían responder con beneficios terrenales: buenas cosechas, caza abundante, lluvias -seguridad, sobrevivencia del grupo.

33, OSADÍA. En el placer excesivo no hay renuncia y por ello sólo el espíritu estético puede celebrarlo sin remordimientos. El sexo es la consumación del mayor deseo del hombre primitivo -y, en casos, del moderno también. Pero luego de obtenido y consumado se recae en la vida común, la cual es siempre menos placentera y, con frecuencia, dolorosa. Aún el más próspero agricultor estaba amenazado por un futuro temible e imprevisible: la mala cosecha, la vejez, las enfermedades y la insoslayable muerte. El exceso de placer era una osadía contra la realidad, siempre amenazante e imprevisible, frente a la cual se debía pagar tributos en «dolores». El sacrificio de las vírgenes posee un inequívoco significado mágico-religioso: petición del bienestar en la tierra a través de un acto simbólico (mágico), pero a los dioses del cielo (religioso). ¿Y por qué mujeres y no hombres vírgenes? -Bueno, casi todas las culturas son las expresiones de los temores y deseos del macho, tierno y brutal tirano desde hace miles de años. De la misma forma que los enemigos vencidos servían para el ritual fatal, dentro de la misma comunidad las más vulnerables eran las mujeres. Por otra parte, la mujer genérica representa para el hombre el misterio de la vida, de la fertilidad para las sociedades agrícolas. Por lo que era simbólicamente más poderosa en el ritual. Si el sacrificio significaba renuncia, la mujer era la renuncia más valiosa. Por esta razón, la veneración del cuerpo femenino en el paleolítico y su posterior sacrificio posee una misma dirección y sentido. -Resumiendo: el sexo humano, o su represión, posee un doble significado, moral y metafísico, social y religioso. El pudor y los tabúes familiares procuran controlar su excesiva energía en beneficio del orden social. La abolición del placer procura la abolición del dolor en Gea y el logro de la verdadera felicidad, el placer eterno, más allá.

34, EXPERIMENTACIÓN. El fetichismo femenino de la televisión es la traducción comercial de esa relación flechada, asimétrica: el dominio del macho. Aunque ahora ya no se la condena; se la obliga a bailar, otra vez. Es el espíritu estético el que se expresa en el ejercicio de lo sensual. Su única «renuncia» consiste en no ir mucho más rápido que los cambios éticos que siempre se están operando, a su favor o a favor de su opuesto, el espíritu religioso. Así, se salva del caos para prolongar su ejercicio. Mientras tanto, el espíritu religioso, renunciante por naturaleza, lo condena. Y el mercado se sirve de él y de sus mujeres.

35, SENSIBILIDAD. En nuestra cultura occidental las relaciones sexuales están pseudoliberadas. El coito está rodeado de traumas, complejos, juicios y prejuicios, pudores y derechos rigurosos, reglas que lo regulan, lo protegen y lo castran. En culturas menos reprimidas, como las africanas, simplemente se lo practica.




ArribaAbajoVI. Los últimos mandamientos

36, AMENAZA. Ya Darwin había observado que la lucha por la sobrevivencia es más intensa entre los individuos de una misma especie. La creatura no podía ser una excepción y vivió este problema como individuo, familia, clan, tribu, raza y, finalmente, como nación. En toda la historia civilizada, y desde mucho antes, la creatura se ha enfrentado, con obsesión, a una única amenaza exterior: las otras creaturas.

37, INCESTO. Existe una innegable relación entre la prohibición del incesto y la formación de las sociedades humanas. Generalmente se acepta la idea de que semejante prohibición disparó el gatillo de la cultura y la civilización en Gea. Pero no ha de ser menos cierta la relación inversa: la necesidad de sociedades más grandes que la familia exigió la exogamia, como pacto o signo de familiaridad. -Durante cientos de miles de años, las creaturas fueron animales cazadores y recolectores. Tomaban de la naturaleza aquello que la naturaleza les ofrecía y por ello debían desplazarse de un lugar hacia el otro en grupos no mucho mayores al número familiar. De esa forma se evitaba, en lo posible, la competencia. Por entonces, no debieron ser infrecuentes los asaltos de machos vecinos en búsqueda de nuevas hembras o de más poder. El incesto debió ser la práctica común y la exogamia el delito ya que, a la inversa de lo que se cree, el incesto es lo normal en la naturaleza y su prohibición una anormalidad fundamental de las creaturas metafísicas. (Algo semejante ocurre con la homosexualidad. No se puede decir que esta condición humana sea «contra natura», porque, para la naturaleza, la homosexualidad no es más desviación que el ponerse ropas o prohibir el incesto.) Un clan más o menos cerrado por la necesidad de sobrevivencia y conflictivo por el desarrollo sexual de sus miembros menores, debió imponerse reglas sexuales, es decir, tabúes. Luego, las creaturas ensayaron sociedades convenientes pero inestables; se asociaron a mayor escala para la defensa o para la caza. Hasta que, no hace mucho, sobrevino la más grande de las revoluciones que cambiaría un millón de años de prehistoria: la agricultura. Entonces las creaturas debieron aceptar al vecino, el otrora enemigo. El antiguo celo indogámico ya no fue sólo un factor de conflictos familiares; se transformó en el primer elemento anti-social, una amenaza para la unidad de la comunidad. La exogamia, en cambio, pasó a ser una institución de vital importancia para la sociedad; y el incesto, un recuerdo oscuro. -Desde entonces, la cooperación entre las creaturas fue más importante que la competencia; la familia o el clan se expandió en tribu, aldea y ciudad. No sin paradoja, se puede decir que el primer paso hacia la civilización, hacia el zoon politikón (animal cívico), fue la agricultura. Porque no solo aglomeró creaturas sino que las obligó a organizarse, moral y legislativamente; y también posibilitó la división del trabajo y el comercio gracias a la sobreproducción.

38, MOISÉS. Según el Antiguo Testamento, Moisés escribió el Decálogo en el monte Sinaí; probablemente 1450 años antes de Cristo. Con la Ley se realizó para los hebreos el frustrado esfuerzo de Amenofis IV: el monoteísmo. Sin embargo, los últimos cinco mandamientos (no asesines, no cometas adulterio, no robes, no mientas, no codicies) son anteriores a los primeros y anteriores al faraón hereje. Los mismos ya eran conocidos entre los hindúes como «Deberes de orden general». También el budismo posee cinco preceptos, cuatro de los cuales coinciden con los últimos de Moisés. No hace mucho, el teólogo alemán Hans Küng escribió que mucho antes de lo que en la Biblia se anuncia como Mandamiento de Dios ya estaba escrito en el código de Hammurabi (siglo XVIII a. C.). -Se las mire por donde se las mire, salta a la vista que la Primera tabla y la Segunda poseen orígenes y significados diferentes. Seguramente, si abandonásemos a una pareja de niños en un planeta distante y semejante a Gea, con el tiempo las nuevas generaciones de creaturas repetirían todos nuestros mitos, fundarían religiones semejantes a las nuestras, ideologías y muertes de ideologías. Pero antes que nada volverían a comenzar por el dictado de los últimos cinco Mandamientos. En la actualidad, no son pocas las autoridades religiosas que reconocen que una creatura sin religión puede vivir según una «ética humana», y en ellas están concentradas las esperanzas de un fin de las «guerras santas».

39, PROHIBICIÓN. La insistente preposición no indica la preexistencia de su contrario. Porque, como decía Freud refiriéndose al tabú, «no vemos qué necesidad habría de prohibir algo que nadie desea realizar; aquello que se haya prohibido tiene que ser objeto de un deseo». Exactamente lo mismo dice Lévi-Strauss en Las estructuras elementales del parentesco: «No habría razón alguna para prohibir lo que, sin prohibición, no correría el riesgo de ejecutarse». El origen de la prohibición (dice) debe buscarse en la existencia de un peligro que amenaza al grupo. «... Aún debemos descubrir las razones por la cual el incesto implica un perjuicio para el orden social». Precisamente, el psicoanálisis nos dice que este tipo de prohibiciones se hayan interiorizadas en forma de horror al acto que se prohíbe. Pensamos que en las profundidades de la prehistoria las creaturas vivían en permanente conflicto con la naturaleza y consigo mismas -aún en tiempos de paz, la seguridad y el conflicto debieron estar presentes como preocupación. Como aún lo hacen el resto de los animales y algunas creaturas, los machos luchaban entre sí respondiendo a los instintos más básicos y por respeto a las leyes de Darwin. El macho vencedor asesinaba (6) al vencido, fornicaba (7) con sus hembras y tomaba (8) lo que dejaba su adversario o su vecino. Más tarde, las creaturas más evolucionadas e inteligentes se valieron para esto mismo de instrumentos más sutiles: codiciaron (10) y mintieron (9) en beneficio propio. -Queda otra cuestión: ¿por qué la prohibición más universal de todas (según los etnólogos), el incesto, no aparece referida de forma explícita en el Decálogo? Ni en el Decálogo ni en ninguna otra Ley extranjera. ¿Tal vez porque lo está de forma implícita?

40, GRIEGOS. En La república de Platón se expone la tesis, conocida de la época, según la cual la naturaleza es injusta por naturaleza y la justicia es producto de un contrato social, algo así como un pacto de no-agresión. Glaucón argumenta ante Sócrates: «... cuando los hombres comenzaron a cometer y sufrir injusticias, y a comprobar la consecuencia de estos actos, decidieron los que no tenían poder para evitar los perjuicios ni para lograr las ventajas, que lo mejor era establecer mutuos convenios con el fin de no cometer ni padecer injusticias. Y de ahí en delante comenzaron a dictar leyes, y llamaron legal y justo a lo que la ley prescribe». (Estas palabras del griego no están lejos de la afirmación freudiana según la cual la justicia nace del sentimiento de impotencia, propio de la infancia). Después, cuando Sócrates responde a Glaucón, lo que hace es argumentar a favor de la justicia como poder superior a la injusticia. Sin embargo, la intuición griega había hecho una observación antropológica que Sócrates deja de lado y no refuta. Por su parte, Glaucón ve este contrato más como un papel escrito que como una exigencia interiorizada, y por ello subestima (como Trasímaco) la perseverancia de la creatura justa ante la hipotética abolición de las «leyes». Esta abolición ya no es un problema legal o político sino psicológico, y para hacerla efectiva no es necesario un dictador anarquista sino un lavado de cerebro. Lo cual no es imposible y la historia registra muchos de ellos.

41, PRECIO. La máxima confuciana «no hagas a los demás lo que no quieres hagan contigo», formula el principio básico de la tolerancia. Jesús la confirmó luego a su manera o a la manera del Padre. Los pitagóricos prescribieron lo mismo; Sexto lo formuló así: «Todo lo que quieras que tu prójimo sea para ti, sé tú para tu prójimo». Si no existiera en lo más profundo de las creaturas la propensión a obviarla y el temor a que la obvien los demás, estas recomendaciones nunca se hubiesen perpetuado de la forma que lo hicieron. (Los tres hombres dijeron lo mismo: el individuo y el grupo son uno. Si el individuo está enfermo la sociedad lo está también. Y sobre todo lo inverso: ningún individuo está totalmente sano en una sociedad enferma.) Estas fórmulas que podríamos llamar éticas, poseen traducciones legislativas; entre las más célebres y antiguas están el Código de Hammurabi y la Torah: «Ojo por ojo y diente por diente». Ambas obligaciones, unas interiores a las creaturas y otras interiores al papel, son determinantes en el funcionamiento de una sociedad.

42, CASTIGO. En una sociedad con alta consciencia ética los reos son escasos. También son menos en aquellas sociedades en donde la ley castiga con mayor rigor. Cuando después de la guerra Mozambique cayó en una ola de delincuencia, ésta fue contrarrestada con ajusticiamientos públicos de extrema crueldad. A un simple ladrón o a un inocente se lo podía quemar vivo en medio de la excitación popular, y la memoria de este espectáculo terminó por desalentar a un conjunto numeroso de futuros delincuentes. Un ejemplo inverso lo encontramos en un país vecino y más civilizado. El fin de un régimen injusto y riguroso y la mayor permisividad del nuevo gobierno, convirtieron a Johannesburgo en la ciudad más violenta y peligrosa del mundo. Y para darse cuenta de ello no es necesario caminar por George street.

43, RENUNCIA. La renuncia al beneficio propio siempre es bien vista por las creaturas de Gea, y no tiene más límites que la propia resistencia del renunciante. Las sociedades aplauden y veneran a los mártires que se sacrifican en beneficio de un grupo, o simplemente por otra persona. A eso las creaturas llaman altruismo o Che Guevara. Por el contrario, el egoísta significa una amenaza para el grupo, por efecto o por mal ejemplo. -En todas las sociedades, uno de los elementos más apreciados es el orden que la mantiene con vida. Cuando uno anda en un país desconocido, la primer palabra que se procura aprender es la que significa agradecimiento, a pesar de no tener una utilidad inmediata; la segunda, para dar los buenos días o para saludar. Ambas representan la voluntad de no-agresión. También los llamados «buenos modales» reflejan ese pacto secreto. No hablar en secreto en una reunión, no usar un idioma extraño al grupo no es sólo un problema de forma o de «mala educación»; también significan una renuncia a favor del otro.

44, ESPÍRITU. Con todo, las creaturas de Gea no se reducen a las simples leyes que las ayudaron a surgir de su estado más primitivo. También su espíritu es un logro, y está formado no solamente en su relación con el otro sino también consigo misma. Las creaturas de Gea no sólo son la consecuencia de una más elevada complejidad ética, sino también de una metafísica variable y a veces contradictoria. Karl Jaspers lo resumió así: «El primer paso para la represión de los meros instintos es la violencia exterior, que produce terror y angustia. Luego viene la violencia, ya indirecta, del tabú; después la adecuada superación de la creencia del hombre que se domina a sí mismo mediante el sentido de su hacer emanado en la creencia». -Los últimos cinco Mandamientos se refieren a la supervivencia por la convivencia; los cinco primeros pertenecen a un nivel metafísico; son posteriores a los últimos cinco y la base primera de las tres grandes religiones monoteístas -la verdadera contribución de Moisés a la historia y a las creaturas de Gea.

45, TIEMPOS. La tesis de un origen común o restringido de la humanidad se afirma o se confirma con el peso de dogmas religiosos y de indicios científicos: Adán y Eva, la naturaleza monogenética de los seres humanos, la convergencia retrospectiva de las lenguas y de los mitos, los hábitos intelectuales en su búsqueda de la verdad. Veamos que algo semejante ocurre con lo que entendemos por ética y moral. Existen principios morales, escasos y comunes a todas o casi todas las creaturas, y están resumidos, con alguna omisión, en la segunda Tabla: el incesto, el homicidio, el adulterio, el robo. Las éticas, en cambio, son mucho más diversas y complejas, como lo son las culturas y las lenguas: la ética culinaria de India, la ética protestante, la ética socialista, la ética militar, si la hay. Se podría decir que los principios morales son prehistóricos, inconscientes y más estables; mientras que las éticas se formaron dentro de la complejidad cultural de la historia interior, están afectados de cierta racionalidad, son más recientes y vulnerables. De los primeros, de los tabúes y prohibiciones, se ocupó la antropología; de los segundos, la ciencia o la filosofía sociológica.




ArribaAbajoVII. La conciencia de la especie

46, CONSERVACIÓN. Según los más antiguos fósiles, la vida en Gea surgió, por lo menos, hace 3500 millones de años. Durante gran parte de este tiempo, los habitantes de Gea fueron organismos unicelulares, semejantes a las bacterias. Como las bacterias actuales, aquellos organismos eran muy simples (en comparación con los animales superiores) por lo que no podríamos hablar que existía en ellos algo parecido al «instinto de conservación». Sin embargo, estas misteriosas unidades celulares luchaban contra la muerte como lo hace ahora un tigre o Amnistía Internacional. Las bacterias actuales poseen un miembro casi insignificante que, por un movimiento de rotación, les permite acercarse a un medio favorable o huir de uno peligroso. Es decir que el impulso de conservación no es exclusivo de los animales superiores, dotados de una compleja red de neuronas. La lucha por la sobrevivencia es un dato informático que nació con la vida misma. La vida es una lucha a favor de sí misma; de otra forma nunca hubiese sido, o habría retornado inmediatamente a su origen mineral o inorgánico. -Los impulsos de conservación y destrucción forman parte de la naturaleza animal; pero la predominancia del impulso de conservación de la vida es siempre mayoritaria a su opuesto y ello se demuestra con nuestra propia existencia. Casi la totalidad de las creaturas en Gea se mueren sin quererlo. -La moral y las religiones, de formas diferentes, niegan la muerte. Una se resiste a la muerte física; la otra se resiste a la muerte verdadera. Las religiones, que en un principio son independientes de la moral, responden a un mismo impulso vital, casi siempre negándolo. Un ejemplo extremo y paradójico predica el budismo: en su intento de negar la muerte niega la vida también. Pero ya no sólo esta vida; la otra también. Por su parte, las morales son las expresiones culturales de ese impulso común de supervivencia y han existido, diversamente, antes y después de los preceptos religiosos. Los últimos Mandamientos mosaicos son anteriores y posteriores a Moisés y la base de casi todas las éticas que pululan por Gea. -Bueno, entre las creaturas existen muchas y diferentes definiciones de ética, lo que me resulta casi imposible precisar una definición consensuada. Pero la precisión y el consenso no han de ser las principales virtudes de este informe ni una característica de las creaturas de Gea. Yo, por lo menos, entiendo la ética como un código de deberes y conductas que, a diferencia de la moral, consiste en un discurso racional. O, por lo menos, pretende serlo. Ética y moral deben conformar, de esa forma, un solo cuerpo, jerárquico y coherente en su discurso interno. Los últimos cinco Mandamientos son los elementos apriorísticos de todo discurso ético, el cual procurará confirmarlo desde los niveles más bajos hasta los más complejos. Y es tal vez por esa misma complejidad del discurso que, con frecuencia, las creaturas llegan a éticas diferentes y hasta contradictorias. Y se matan por ello.

47, ANIMALES. Las prescripciones morales consisten en hacer inefectivas las leyes de Darwin entre las creaturas metafísicas. Lo que es bueno en el reino natural es malo entre los animales productores de cultura. Las guerras, el dominio del más fuerte y la supresión de los débiles son repudiadas cuando se practican entre los hombres y admiradas cuando los protagonistas son dos renos. En las reservas ecológicas de todo el mundo, las creaturas han reimpuesto la Ley de la selva. Para ello prescribieron que los animales se maten unos a otros, según la medida que los vencedores impongan. Y para que este antiguo e inocente mecanismo de conservación funcione, las creaturas humanas se declararon a sí mismas fuera de competencia, dado su alto profesionalismo en materia de poder y exterminio. Claro que el genocidio se sigue practicando entre las creaturas al mismo tiempo que se lo repudia. Pero ello sucede porque si bien son animales culturales no dejan de ser animales simplemente.

48, RESPUESTAS. Está claro que la mayor fuerza de la creatura metafísica reside en su propia debilidad. Por ella desarrolló no solo toda su cultura material, que la sobrepuso a las dificultades del medio; también toda su cultura ética y metafísica, que la sobrepuso a los conflictos sociales y a los conflictos existenciales consigo misma. Cuando una creatura se desplaza por Gea hacia un medio inhóspito, o éste viene hacia ella, no perece ni se adapta según las leyes de Darwin: se protege con ropas y modifica su entorno según las leyes de la inteligencia y la cultura. Con las religiones respondió a los enigmas existenciales; y con los preceptos morales organizó sociedades más vastas y más complejas que las primitivas hordas.

49, AUTORIDAD. A medida que el discurso ético asciende desde los Mandamientos básicos, aumenta su complejidad y la unanimidad se va diluyendo. Obviamente, las discusiones surgen por los corolarios y suelen ser discursos intelectuales, religiosos o políticos en procura de justificar un determinado código de conducta. Todos estamos de acuerdo en que robar y matar es malo, pero sobre la explotación del obrero y la pena de muerte existen discusiones. Muchas veces la conducta correcta a seguir no le resulta clara al individuo, por lo que recurre a una autoridad o líder, no siempre de forma inconsciente. La autoridad intelectual o el líder religioso se encargarán entonces de dictar la conducta «correcta», no siempre a pedido del interesado. Si bien el axioma que prohíbe el asesinato es universal, no es menos universal la costumbre de obviarlo en nombre de una determinada ética. Según una especie de revolucionario moderno matar es malo, pero cuando se lo hace como medio para alcanzar un fin más justo (muerte del burgués explotador) entonces es bueno. Para este tipo de racionalidad, existen crímenes éticos y crímenes inmorales.

50, EQUILIBRIO. La conciencia moral repudia el desequilibrio de las fuerzas. Por ello repudia el poder concentrado en grupos o individuos. Claro que la discusión surge cuando se trata de identificar esos grupos o individuos. Incluso, las dictaduras y los tiranos acaban por ser justificados por esta misma racionalidad, en estos casos paradójica. Salvo «inmoralistas» como Nietzsche, los moralistas siempre estarán del lado de los más débiles. La sensibilidad grupal no es diferente. Las discriminaciones, por ejemplo, son ferozmente repudiadas cuando provienen de grupos que tienen el poder. Las muy frecuentes expresiones racistas de un negro pobre en África nunca tienen el mismo efecto que las de un inglés o las de un americano blanco. A los primeros se los suele tomar con una sonrisa; a los segundos, con profundo o superficial desprecio. Por otra parte, recordemos cómo se acepta o se tolera el feminismo al tiempo que se repudia cualquier expresión machista.

51, ANTIRRACISMO. También la ética y la moral se basan en prejuicios. Lo que debemos esperar es que sean siempre prejuicios saludables. No matarás, no robarás, son prejuicios básicos porque no dependen de ningún discurso que los justifique. El antirracismo también. Una vez comenté a unos amigos las investigaciones de Charles Murray y Herrnstein sobre «ethnic differences in cognitive ability», y otros estudios estadísticos hechos en Canadá que mostraban gráficas de coeficientes intelectuales claramente favorables a la raza blanca. De forma automática, mis amigos reaccionaron exaltados, insultando a Murray, Herrnstein, el racismo norteamericano y la Coca Cola. Reconozco que las conclusiones de aquellos profesores de Harvard me produjeron el mismo rechazo. Pero, ¿acaso era un rechazo científico? ¿Qué argumentos teníamos mis amigos y yo para refutar unas investigaciones que desconocíamos completamente? -Arthur Schopenhauer una vez escribió: «El que los negros hayan caído de preferencia y en grande en la esclavitud, es evidentemente una consecuencia de tener menos inteligencia que las demás razas humanas, lo cual no justifica, sin embargo, el hecho». Bueno, nadie puede negarle inteligencia al filósofo alemán; pero tampoco imprecisión. Porque el hecho de que haya razas o pueblos que fueron más veces sometidos no significa que sean más o menos inteligentes. En cualquier caso significaría que tienen menos inteligencia esclavista. Eso sería como decir que los asaltantes de bancos son los intelectos más brillantes de una sociedad. Todo lo cual es posible, pero el razonamiento no deja de ser una imprecisión. Y a un filósofo profesional se le puede perdonar que se equivoque de cabo a rabo; menos que sea impreciso. En otros casos no es la precisión lo que falta: por ejemplo en el Diccionario de psiquiatría de Antoine Porot (tercera edición española, 1977). Allí se define una enfermedad como «psicopatología de los negros», y se refiere a las incapacidades intelectuales de los indígenas de África. Después de enumerar diferentes síndromes, que yo imaginaba cualidades culturales (como el onirismo), «soma-psicosomáticos» (como la depresión, el alcoholismo) y económicos (como el parasitismo intestinal y la sífilis), el especialista recomienda la repatriación de los negros enfermos, no sin un número crecido de escoltas, dada su peligrosidad. -Ahora, supongamos que un día se demuestre que hay razas menos inteligentes (y que se defina exactamente lo que quiere decir eso de «inteligencia», sin recaer en una explicación escolar o zoológica). En ese caso, las creaturas deberán estar mejor preparadas para la verdad. Esto quiere decir que debemos esperar que las razas se traten entre sí como si no estuviesen unas por encima de otras sino en la misma superficie redonda de Gea. Es decir, que no se traten como ahora se tratan suponiendo una inteligencia racial uniforme.

52, INTELIGENCIA. Durante los tiempos más salvajes, la fuerza física fue determinante en la selección de los padres, pero después de lograda las sociedades y la civilización el factor determinante del éxito pasó a ser la inteligencia. Desde el neolítico hasta no hace mucho, la descendencia numerosa era una aspiración de toda creatura en Gea porque, entre otros motivos, esa era la única forma de Previsión Social. Si consideramos la teoría evolucionista, estaremos de acuerdo que primero se reprodujeron los más fuertes y luego los más inteligentes. Esto también nos está sugiriendo algo más: los pueblos de culturas más antiguas deberían ser los pueblos más «inteligentes»; es decir, serían aquellos pueblos que han invertido más tiempo en la selección de sus miembros por su inteligencia y no por su fuerza. (Sabemos que la inteligencia es una característica heredable. Una creatura con un alto coeficiente intelectual generalmente es miembro de una familia con un promedio de inteligencia superior al resto.) Bien, pero no olvidemos que la inteligencia humana no nació al mismo tiempo que sus ciudades y sus culturas. El cerebro de la creatura viene desarrollándose desde hace cientos de miles de años, mientras la civilización y las culturas más antiguas no tienen más de diez mil años. Es decir, que en todo caso estuvimos más tiempo desarrollando la inteligencia salvaje que la inteligencia culta o civilizada. Por lo tanto deberemos pensar que, si bien la antigüedad de un pueblo puede reflejarse en la inteligencia promedio de sus miembros esta diferencia no ha de ser muy importante entre distintos pueblos o razas.

53, PENES. No son pocos los especialistas que han repetido la misma observación: en la autoestima del hombre, el pene y su inteligencia son los dos elementos más importantes. Yo estoy de acuerdo, y además sospecho que en el racismo blanco estos dos elementos juegan un papel especialmente importante: como no se sospecha la inferioridad sexual de los negros, se opta por insistir sobre sus deficiencias intelectuales. A veces, cuando veo en un informativo que en alguno de esos países ricos un blanco arrastró a un desconocido con su camioneta hasta desangrarlo, sólo porque era negro, no puedo evitar pensar que el impulso que provoca ese acto de ira es el mismo que mueve a un marido que descubre a su mujer con un amante en la cama.

54, CONCIENCIA. Un perro descubre un hueso del otro lado de un cerco metálico. Acto seguido comienza a escarbar debajo del cerco, pero pronto da con un impenetrable suelo de piedra. Su objetivo está cerca, pero la piedra le impide pasar por allí. Cansado, el perro decide bordear el cerco, alejándose en principio de su objetivo, hasta que descubre una entrada y finalmente logra tomar el hueso. -Esta es una definición simple de inteligencia. Ahora, lo que nos importa es su análisis. En seguida advertimos la existencia de una renuncia; y el proceso que la contiene se ordena así: Inteligencia-Renuncia-Conciencia. El perro que estuvimos observando aún no demuestra conciencia. Pero veamos que, sometido varios días después a una situación semejante, nuestro perro renuncia al primer intento de escarbar (auto-negación) y comienza a buscar una entrada. Es en este momento en que podemos comenzar a pensar en algún principio de conciencia. -El mero desarrollo de la inteligencia en la creatura metafísica no explicaría el surgimiento de la conciencia si no se recurre al intermedio de la renuncia. Es en la auto-negación que los procesos del mundo exterior comienzan a realizarse y madurar dentro del individuo. Y a esto yo le llamo conciencia.

55, RENUNCIA. La moral significa una renuncia del individuo en favor del grupo. La religión, una renuncia del mundo en favor del individuo. El acto que liga la moral a la metafísica religiosa es la renuncia.

56, CONSCIENTE. El científico británico, James Lovelock, piensa que las cosas vivas tienen una particular capacidad para asociarse. Un órgano de un cuerpo animal, por ejemplo, alimentado artificialmente, puede vivir aislado; pero junto a otros conforman una unidad. «Las entidades transformadoras de energía que actúan en las células animales (las mitocondrias) y las células de las plantas (mitocondrias y cloroplastos), fueron otrora bacterias viviendo de modo independiente». Y luego, Lovelock resume: «La vida es algo social». -Pero no confundamos una sociedad de órganos con una sociedad de conciencias, aunque ambas signifiquen un mismo proceso. En el mundo animal existen sociedades de órganos que se confunden con sociedades de individuos. Por ejemplo, pensemos que los hormigueros y las abejas no son «sociedades» de individuos; son individuos, porque ambos funcionan como un organismo único. ¿Por qué, en ocasiones, las hormigas se transforman en un ejército criminal, para atacar, robar, asesinar y esclavizar a otro hormiguero, sin motivos aparentes? ¿Actúan realmente como un ejército de voluntades o como un único guerrero? (Los ejércitos humanos, ¿no poseen la voluntad artificiosa de actuar como un único individuo, donde se espera que una sola cabeza piense y el resto actúe sin hacerlo?) Entre las abejas, las obreras no tienen actividad sexual, pero la colmena y el hormiguero sí: la cabeza y el sexo en ambos es la reina. Matar a la reina es cortarle la cabeza al individuo, y es de la misma carencia de sexos individuales en la colmena de donde deriva su buena organización. De otra forma, existirían terribles y permanentes conflictos internos que los amenazarían como unidad. Conflictos como los que ha tenido que superar, aunque sólo sea en parte, la creatura metafísica, exuberante animalito que se encuentra en celo durante todo el año y durante casi toda su vida. -Un pájaro que vuela al sur y una colmena son dos animales. Ni en un hormiguero ni en una colmena sus integrantes ejercitan algún tipo de renuncia. Una gorila que protege a su cría o a una cría ajena está moviéndose por un sentimiento positivo: el amor. En ello no hay ninguna renuncia. Diferentes, las sociedades de humanos no funcionan como un organismo; no son un cuerpo sino una conciencia. Cada integrante bien podría no renunciar a muchos de sus deseos, pero comúnmente lo hace en beneficio del grupo. Porque la moral radica en acciones negativas de la creatura en beneficio de un grupo o de la especie; no es un sentimiento original sino una conciencia. Y la conciencia, conjeturo, nació del conflicto psicológico provocado por la auto-negación, por la renuncia de la creatura a ciertos impulsos instintivos (pensemos en el más trascendente de los tabúes: el incesto). A ese consciente colectivo yo le llamo ética y moral.

57, SOCIOBIOLOGÍA. La teoría de la lucha salvaje por la sobrevivencia del más apto fue objetada por otras teorías que se habían formado en la observación de cierta cooperación entre los animales. El ruso Kropotkin, tal vez, fue uno de los primeros en observar la importancia de la cooperación entre los individuos de una misma especie para la defensa de un enemigo en común (Mutual Aid, 1906) Pero, ¿de qué tipo de asociación estamos hablando? Cuando un grupo de hienas se asocian para la caza, cada una da al grupo lo que el grupo le da a cada una, y el acto de dar-y-recibir se resuelve de forma inmediata. Un caso aún no resuelto es el de aquellos animales que emiten sonidos de alarma al advertir a un depredador, salvando a sus camaradas y perdiéndose a sí mismo. («a chicken is an egg’s way of making other eggs»). Yo creo que para explicar este carácter humano de la víctima no es necesario recurrir al humanismo de los animales; basta con considerar sólo el instinto. El surgimiento del instinto de cooperación entre los animales aún se puede explicar con la teoría de Darwin: los «cooperantes» sobrevivieron más veces que los «egoístas» en un régimen de dar-y-recibir de efecto inmediato, y así sus características se fueron transmitiendo con preferencia a las de aquellos que se quedaban solos. De esa forma, el animal que da la vida alertando a sus compañeros de un peligro cercano, no lo hace por altruismo (renuncia) sino porque no puede evitarlo, así como algunos peces no pueden evitar suicidarse en la costa para desovar y asegurar así la conservación de la especie. En algunos otros mamíferos superiores, como los chimpancés, se han observado que son capaces de entregar algo de su alimento en beneficio de otro integrante del grupo; pero esta «renuncia» significa siempre una inversión a corto plazo, cuando el donante no está afectivamente ligado al receptor; o es un acto instintivo de amor, cuando se trata de un familiar cercano o de una hembra a la que se está cortejando. Incluso, en situaciones especiales de cautiverio (y cuando el alimento no es escaso) se han observado que algunos monos dan algo de su comida sólo a aquellos compañeros que acostumbran devolver el favor en la misma cantidad. Pero, si bien la observación es por demás interesante, el entusiasmo suele pasar por alto otra observación más común: este comercio es casi inexistente en estado natural, donde se sigue cumpliendo con preferencia la ley del más fuerte y el «egoísmo» es abrumadoramente superior al altruismo socialista. En los humanos, el egoísmo y el altruismo existen, pero la moral reprime a uno y prescribe el otro hasta convertirlo en la regla y no en la excepción, como en los chimpancés. Esto nos hace pensar que la máxima de Confucio y de tantos otros «no hagas a los demás lo que no quieres que los demás hagan contigo» es cientos de veces milenaria y forma parte de ese «Camino gnóstico-evolutivo». En las creaturas metafísicas, la moral ha dilatado este tiempo de dar-y-recibir de forma ilimitada, hasta el extremo de imponerse y exigir la obligación de no esperar recompensa por la renuncia. «La mejor recompensa de una buena acción -dice un consejo popular- es la acción misma». Esta idea es una fórmula ética, es decir, es una enseñanza que pretende confirmar una actitud favorable al grupo desde el nivel consciente (madurez) al nivel inconsciente (infancia). Es una renuncia y no es un instinto porque el individuo puede quebrantar la ley si se lo propone. (Aquí derivamos sobre el valor teológico de la libertad: de la elección anti-natural, de la renuncia a los instintos, depende la salvación o el caos). Y, sobre todo, porque para que funcione se la debe predicar. No es una observación; es un consejo. Es decir, que la cultura (ética) tomó de la naturaleza una excepción (la solidaridad democrática) y la contradijo convirtiéndola en regla. Por lo que sería absurdo decir que la moral es un producto de la naturaleza y no de la renuncia de esa naturaleza: aún las creaturas metafísicas estamos inclinadas a hacer aquello que el inconsciente prescribe y la conciencia (moral e individual) prohíbe. Y por lo común no lo hacemos. -Pero todavía queda una dimensión de terrible importancia. La etología más reciente ha demostrado que las relaciones entre animales no se basa exclusivamente en la fuerza y la competencia a muerte, como en el capitalismo, sino que incluye un repertorio de sentimientos muy semejante al de los humanos: clemencia, solidaridad, amistad. Pero aún así estas conductas responden a una razón de «simpatía» y no aún de renuncia, tal como la definimos en la creatura metafísica. Una responde a un impulso positivo y la otra a uno negativo. También la creatura metafísica responde por simpatía (rescate de un niño en peligro, etc.) pero no vemos los indicios para pensar que otro animal superior es capaz de renunciar a alguno de sus impulsos sin una coacción más o menos próxima y exterior (sacrificio ritual de ese mismo niño). La sociobiología estudia la moral desde la etología con excelentes observaciones sobre algunas especies de animales superiores y de ahí extrae sus conclusiones sobre la ética humana ya que, inevitablemente, subscribe al evolucionismo. Pero, aún recorriendo el camino de la evolución humana, olvida una dimensión importante para la ética y la moral: la metafísica; su relación con el sexo, la vida y la muerte. Y eso no se estudia observando los monos.

58, PROGRESO. El progreso material de la creatura no radica únicamente en su inteligencia. Muchos otros animales poseen algo de lo mismo y nada de progreso material o espiritual. El poder de la creatura fue posible porque pudo canalizar esa inteligencia construyendo una historia exterior: su cultura. Pero toda esa construcción, movida por instintos de poder, de amor y destrucción, nunca hubiese sido posible sin una conciencia colectiva, sin una sociedad de conciencias, sin algún tipo de moral; es decir, sin la renuncia de lo bajo en beneficio de lo alto. Porque la creatura metafísica es el único animal que renuncia; y la humanidad la única conciencia de Gea.

59, CASTIGOS. El control social, que en un principio estuvo ejercido por el jefe de la horda, rey o faraón, terminó por aceptar una naturaleza intangible y menos precaria, personificada en los dioses o en Dios. En un principio, todos los dioses premiaban o castigaban las acciones humanas allí mismo en Gea. Pero, ante los aparentes fracasos de las justicias divinas, los mismos dioses terminaron por aplazar sus fallos para el más allá. De esa forma los fallos se hicieron inapelables. Y, por lo tanto, más eficaces. De esa forma, la conservación de la vida (moral) y la negación de la muerte (religión) fueron unificadas en un solo cuerpo; Dios y la Conciencia de la especie se hicieron Uno.

60, INDEPENDIENTES. Si de la conducta de cada individuo (moral) dependía el bienestar y la felicidad del pueblo, también de ella debía depender su suerte en el más allá. Desde el antiguo Egipto a Sumeria, la vida en los Infiernos dependía de la vida en Gea. Pero moral y religión vienen juntas porque se juntaron. No porque sean una y la misma cosa. Para darse cuenta de eso basta con observar que las creaturas metafísicas suelen tener el primer componente y carecer del segundo. Y lo inverso también. No son pocas las doctrinas «inmoralistas» que cada tanto surgen en Gea y no por ello dejan de ser religiosas. Carpócrates, por ejemplo, en el siglo II enseñó una sabiduría o superstición muy semejante al budismo. La diferencia estaba en los medios y no en los fines. Según esta secta cristiana, el alma podía alcanzar el conocimiento y la liberación no por el ascetismo sino por la comisión de todos los actos inmorales que una creatura pudiese cometer. Para Carpócrates, como para el más lejano Heráclito, el bien y el mal eran meras cuestiones de opinión. -Por otra parte, recordemos que para el budismo es preferible realizar una acción buena a una mala, porque en el peor de los casos una creatura bondadosa recibe en premio un mejor renacimiento. Pero aún mejor que una acción buena o una mala es ninguna. Y en esta elección radica el mayor logro budista: el abandono definitivo del kamma y de la pesadillesca serie de renacimientos -la liberación. Bien, todas las religiones tienen implicaciones morales, pero el Sentido de cada una no nace ni se agota en esas medidas provisorias. Moral y religión se confunden en el pensamiento de Pedro Abelardo, pero sin perder su orden jerárquico. Cuando el monje medieval reflexiona sobre el pecado no condena el deseo (interior) sino el consentimiento a ejecutarlo (efecto exterior sobre el prójimo). Pero antes subraya el valor de agradar a Dios como la mayor virtud. Porque a esa altura de la edad Media aún se seguía poniendo la Primera tabla sobre la Segunda.

61, RACIONALIDAD. La ética es a los últimos Mandamientos como la teología es a los primeros. Ambos, ética y teología, son reflexiones que procuran confirmar, con cierta racionalidad, preceptos a priori incuestionables.

62, SOCIOS. Antes de Platón, los más sensatos consideraban una virtud hacer mal al enemigo. No se puede decir que esta idea haya sido suprimida en Gea, pero desde entonces ha sido célebremente refutada. Confucio y más tarde Jesús, pasaron de una ética de tribus aisladas a otra de tribus convivientes. La máxima confuciana de no abusar del otro salió de la aldea para universalizarse. O por lo menos eso se pretendía. El enigma de la vida y la muerte conducen a la aceptación de Dios; el impulso de vivir y convivir, a la aceptación del otro. El sacrificio intrascendente del otro no sólo afecta la estabilidad del grupo; también representa nuestro propio destino: la muerte. Doble razón entonces, ética y metafísica, para solidarizarnos con él. Porque el otro es nuestro socio, en la vida y en la muerte.

63, BARBARIE. Ante la amenaza del desorden, las prescripciones religiosas han sido diferentes: castigo a los culpables (Ley del Talión, doctrina de Lutero) o pasividad ante la injusticia (el desinterés del Buda, la otra mejilla de Cristo). Ambas actitudes o recomendaciones procuran evitar el regreso de la barbarie, el imperio de los sentidos; el orden darwiniano o el caos de las temibles creaturas.

64, EQUILIBRIO. Existen dos metas básicas en toda sociedad: seguridad y libertad. La moral limita, controla y potencia la libertad, porque en sus orígenes la libertad se opone a la seguridad. Es en la libertad incondicional donde se expresan culturalmente los instintos sexuales y de poder. Si la creatura renunciara a todo moriría, como un buen jainista; y si no renunciara a una parte también. Es decir, el problema sanitario de una sociedad se concentra en el equilibrio entre la renuncia y la libertad.

65, TRADUCCIONES. En los primeros tiempos bíblicos y coránicos, la relación fundamental que unía a las creaturas de Gea con Dios era el temor. Una creatura fiel, antes que nada, era una creatura temerosa del Padre. Y esa era su mayor virtud posible. Fue Cristo el que puso el acento en el amor. Y aquí hay que distinguir lo que es amor a Dios y lo que es amor al prójimo. Ambos amores son traducciones al positivo de la Primera tabla y de la Segunda. En el Nuevo Testamento se lee que una vez preguntado Jesús sobre cuál mandamiento era más importante, respondió (Mateo 22-37): «Ama al Señor, tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el más importante y el primero de los mandamientos. El segundo es parecido: dice, ama a tu prójimo como a ti mismo. Estos dos mandamientos son la base de toda la Ley de Moisés y de las enseñanzas de los profetas». El antiguo Temor a Dios se traduce en Amor, y las prescripciones de no maltratar al prójimo se resume en la obligación de amarlos. Si no me equivoco, fue San Agustín el que escribió: «todos los demás preceptos se resumen en la fórmula: amarás al prójimo como a ti mismo», consejo ético que reconoce, indirectamente, que el egoísmo es más universal y más poderoso que el altruismo. -Sin traducción es el acto del bodhisattva que, habiendo alcanzado el nirvana, es capaz de renunciar a él para comunicárselo a los demás. Pero representa doblemente la conciencia de la especie.




ArribaAbajoVIII. La traducción de las emociones

66, EVOLUCIÓN. Si somos optimistas, tal vez sí podamos decir cómo o de dónde surgió tal o cual característica de la creatura metafísica. Pero esa característica será, en todo caso, consecuencia de innumerables e insospechadas progresiones que terminan por hacerla irreconocible con el supuesto origen. Tan irreconocible como lo es la civilización al tabú del incesto. -Para aceptar la idea de que las creaturas metafísicas son el resultado de una evolución, no es necesario negar la existencia de algo llamado espíritu o sucumbir a la doctrina materialista. Es cierto de que en un australopitecus no estaba la concepción de Dios ni alguna idea sobre la justicia. Pero tampoco estaban el cálculo infinitesimal o la teoría del Caos. Advertir que la mariposa surge del gusano no invalida su belleza ni su capacidad para volar. Porque una cosa es buscar el origen de las cosas y otra diferente es reducirlas a su origen.

67, REDUCCIONISMO. Podemos considerar la emergencia de algunos sentimientos humanos a partir de otros que le son anteriores. Conjeturo de que Malinowski tenía una idea parecida cuando apuntó que «el valor moral de la armonía y la buena voluntad se muestra en un plano superior a los tabúes meramente negativos que constriñen los principales instintos humanos». También Erich Fromm hacía derivar el sentimiento de justicia del sentimiento infantil de impotencia. Ahora, ¿son válidos estos «reduccionismos»? Sólo una mentalidad materialista del mundo puede reducirse al reduccionismo como método principal. Sin embargo, reducir unos fenómenos a otros puede ser fructífero en varios aspectos. Con mucha claridad, Claude Lévi-Strauss observó, en El pensamiento salvaje, que una reducción sólo puede ser legítima cuando no empobrece los fenómenos sometidos a reducción. «No podemos clasificar los niveles de reducción en superiores e inferiores. Por el contrario, hay que esperar que el nivel considerado superior comunique retroactivamente algo de su riqueza al nivel inferior al cual lo hemos reducido. [...] La explicación científica no consiste en el paso de la complejidad a la simplicidad, sino en la sustitución de una complejidad menos inteligible por otra más inteligible».

68, INCESTO. Ningún antropólogo explica el rechazo al incesto como irreductible. También el psicoanálisis acostumbra partir de una prohibición implicando un deseo previo. Y está bien. Sin embargo, la experiencia emocional en sí del individuo excluye todo lo anterior. El horror al incesto bien puede tener un origen social en la infancia del género humano (el primer no del hombre a la naturaleza y origen de todas las instituciones, según Octavio Paz; la institución más universal, según Lévi-Strauss y casi todos los etnólogos). Pero, para el individuo, el valor emotivo se refiere a sí mismo y todo lo anterior de nada importa. «Yo he visto y percibido -escribió Malinowski- cómo los salvajes se abstenían de una acción ilícita con el mismo horror y asco con los que el cristiano ferviente retrocede ante lo que él considera pecado. Pues bien, esta actitud mental en parte se debe a la influencia de la sociedad en cuanto que la particular prohibición viene estigmatizada por la tradición como repugnante y horrible. Sin embargo, funciona en el individuo y mediante fuerzas de la mente del individuo. De esto se deduce que no es exclusivamente social ni exclusivamente individual, sino una mezcla de ambas». Sartre, el cristalino Sartre, observó que el psicoanálisis había sido el primero en advertir de que todo estado de conciencia vale por algo que no es él, y que para la conciencia un deseo prohibido nunca se haya implicado en su realización simbólica. Y como era existencialista usó un ejemplo existencialista: Las presencias humanas no se hayan contenidas en las cenizas de una hoguera; están ligadas a ellas por una relación de causalidad, pero esos vestigios son lo que son -cenizas, eso es todo.

69, SENTIMIENTOS. Dicen los psicoanalistas que lo opuesto al amor no es el odio sino la indiferencia. Pero supongo que semejante valoración la extrajeron de esas musas inspiradoras que son sus pacientes. Porque es ontología de locos. -Para mí existen por lo menos cuatro sentimientos básicos. Amor y Odio, Seguridad y Temor. Dos pares de opuestos que pueden considerarse como los puntos de partida y de llegada de las normas comunitarias (moral) y de las religiones (metafísica). La moral puede prescribir el amor al prójimo o la obligación de no odiarlo, pero no es el origen de ninguno de ellos. Ambos ya venían incluidos en las creaturas de Gea. Recordemos, por ejemplo, que el saludo con la mano alguna vez significó no-agresión. El hombre que da la mano, como el que la alza abierta, pretendía demostrar que no iba armado. Ahora los mismos gestos significan amistad. Y lo mismo ocurrió con los llamados «buenos modales», como sacarse el sombrero o inclinarse ante una persona que siglos antes fue rey, tirano o Señor.

70, FACULTADES. Nuestros contemporáneos, cuando no pertenecen a alguna secta mística o hindú, tienen tendencia a ubicar las invenciones y los descubrimientos que los caracterizan en tiempos más recientes a los exactos. Todavía muchos se sorprenden de que los antiguos babilonios podían resolver ecuaciones de segundo grado y otros problemas matemáticos atribuidos a los griegos o al renacimiento. Sin embargo, si consideramos una escala de tiempo mayor, por ejemplo una que mida en milenios, estaremos de acuerdo de que entre los hombres de cro-magnon y el Gandi hay unas cuantas diferencias. El biólogo Julian Huxley escribió que «es perfectamente posible que las facultades llamadas supranormales del hombre actual se hallen en el mismo caso en que se hallaban sus facultades matemáticas durante la edad glacial [...] Aún operaciones tan simples como la multiplicación de dos números de tres cifras habrían parecido completamente mágicas para aquellos hombres de la edad de piedra». Bueno, estas palabras las escribió poco antes de la Segunda Guerra.

71, EMOCIONES. Así como consideramos el pensamiento abstracto posterior al pensamiento concreto, también podemos considerar unos sentimientos posteriores a otros. La caridad, por ejemplo, puede tener una raíz histórica (ofrenda y petición a los dioses o comercio de la buena voluntad entre las creaturas). Pero su significado actual bien puede referirse a un carácter que ha evolucionado. Tanto como para merecer un nombre propio. No se puede decir que los sentimientos de justicia, envidia o solidaridad sean comunes a todos los animales. Ética y estética son dos facultades humanas, producto de un aprendizaje tal vez milenario. ¿Por qué habríamos de suponer que cuerpo e inteligencia son resultado de una evolución, menos sus emociones? Hace cien mil años los sapiens y pre-sapiens ocupaban África, Asia y Europa, y se calcula de que no eran más de un millón y medio. Hace treinta mil años eran seis millones y ocupaban casi todo el mundo, la milésima parte de lo que suman hoy las creaturas. Si en la actualidad son seis mil millones y todavía sobreviven es gracias a una nueva conducta que regula una convivencia harto más compleja. Y si aún ocurren tantas barbaridades que las ofenden como creaturas metafísicas no es a causa de esos nuevos sentimientos sino en contra de ellos. Por ello, la urgencia de una ética más humana y rigurosa se justifica porque ahora las creaturas son más y poseen más poder de destrucción. Aquellas creaturas de cro-magnon que exterminaron a los neanderthales son sus antepasados. Es decir que, tanto para las religiones como para la antropología, las creaturas metafísicas son hijas del pecado homicida. Si cualquiera o unas cuantos de aquellos prehistóricos genocidas hubiesen tomado el poder en alguna de las potencias mundiales del siglo XX, seguramente hubiesen procedido como Adolf Hitler.

72, INVOLUCIÓN. Recordemos que Hitler no era un primitivo hombre de cro-magnon, pero su ética darwiniana poseía mucho de los atributos que desprecian la tolerancia y la compasión por el otro. Entre Hitler y el Gengis Kahn la diferencia es despreciable o es de forma. En el caso alemán o en el caso argentino el resultado es más complejo y apocalíptico. Porque no bastan un par de cavernícolas agresivos; también es necesaria una cultura de la agresión y del exterminio -con el correspondiente apoyo técnico y logístico.




ArribaAbajoIX. El más allá próximo

73, PREVISOR. Al principio, las creaturas de Gea tomaban de la naturaleza lo que tenían más a mano. Cuando la población creció y las praderas comenzaron el proceso que las olvidó en los desiertos de África y Medio Oriente, se hicieron sedentarios; entonces, de a poco, comenzaron a pensar en el futuro. Cultivaron y acumularon alimentos; construyeron diques, canales y pacientes murallas. Más tarde, por una inteligencia más desarrollada o por su cultura, la creatura levantó la mirada un poco más allá. Y entonces construyó templos, organizó y ordenó deberes más complejos, prohibiciones más sutiles y rigurosas. La creatura metafísica debió operar una doble renuncia al mundo. Entonces inventaron o descubrieron la existencia de los dioses con sus dos significados, uno sociológico y el otro metafísico: los dioses representaron la Ley y canalizaron las interrogantes sin respuestas.

74, SACRIFICIO. El ritual del sacrificio está en el origen de las sociedades agrícolas y de todas las religiones. Tanto Yahvé como los humanizados dioses del Olimpo exigieron este tributo en forma de bueyes y carneros inmolados; en Grecia dio origen a la tragoidía, que se refiere al sacrificio de un chivo (el futuro «bouc émissaire» o cabeza de turco) en honor de Dioniso. Los mayas y los aztecas fueron un poco más allá ofreciendo la vida de hombres y mujeres; y algo de la sangre genital de sus propios reyes. En la antigua Sumeria y en la no tanto Zimbabwe, era práctica común sacrificar periódicamente al miembro más valioso de la sociedad: se devolvía al rey a los planetas celestiales. Incluso en el origen védico del hinduismo, origen de las más famosas doctrinas de no-violencia, existió el sacrificio ritual. Nada de esto es extraño en Gea. El sacrificio de un animal valioso no solo canalizaba la violencia de las creaturas de una forma controlada; sobre todo posee un significado metafísico. -Era común entre los mitos, la idea de que la creación del mundo y de la vida habían sido producto de un sacrificio divino; el dolor y el fin de la inmortalidad, consecuencia de un delito original. La existencia no era otra cosa que el descenso en la imperfección, un estado muy por debajo de las aspiraciones de la creatura. Hay excepciones, claro: los griegos arcaicos y algunos sumerios, imaginaron un más allá gris y pantanoso; algo en todo caso peor que esta vida. Pero la regla general es otra, por lo menos para la creatura histórica. Los árabes y los alejandrinos creyeron que la vida eterna sólo podía alcanzarse con dolor; y en el siglo XVI, la célebre Santa Teresa estuvo de acuerdo:


En la cruz está la gloria
y el honor,
y en el padecer dolor
vida y consuelo,
y el camino más seguro
para el cielo.



Ni Oriente ni Occidente pudieron ya dejar de culpar a esta existencia por haber desplazado a otra más feliz. Porque, era evidente, la Paz y el Paraíso se habían escapado como un sueño.

75, TRIBUTO. El sacrificio del mejor novillo del rebaño nunca significó un autocastigo gratuito. Ya Lévi-Strauss demostró que el sistema del sacrificio era independiente del sistema de afinidades clánicas, lo que acompaña a estas reflexiones. En el totemismo, ninguna otra especie o fenómeno puede sustituir al epónimo: jamás se toma una bestia por otra. Pero en el caso del sacrificio ocurre lo contrario. Con nitidez, el antropólogo francés observó: «El principio fundamental es la sustitución. Una cosa puede sustituir a otra con tal de que persista la intención, que es la única que importa». El sacrificio es un proceso irreversible de dar la buena voluntad de la creatura mortal y recibir la gracia divina. A través del rito mágico o religioso, se le indica al dios el camino que debe tomar cuando administra el destino de las creaturas, el cual debe tomar la forma de ruego y sumisión. «El sacrificio sería la conexión entre dos dominios separados», y el esquema sería el siguiente: CREATURA -VÍCTIMA -SACRIFICIO {CARENCIA Y RESPUESTA} DIVINIDAD. También de esta forma, reconociendo la persistencia del pensamiento mágico en el rito religioso, entendemos por qué la renuncia no se efectuaba con un simple abandono del bien (como sí son los casos del chivo expiatorio hebreo y del pharmakòs griego): la única puerta hacia el más allá es el dolor y la muerte. Y si además ese más allá es identificado con las alturas, no queda mejor correo que el holocausto, para enviar el alma con el humo. Ahora bien, la costumbre de sacrificar a un animal ha cambiado con el tiempo. Lo que una vez fue el desprendimiento absoluto de un cordero ofrecido a Dios, ha pasado a ser más relativo a la interioridad del creyente. En el siglo VII los islámicos advirtieron: «Dios no presta atención a su carne y a su sangre, sino a vuestro temor a Él». Y para evitar el despilfarro de esas inmolaciones animales, se prescribió la distribución de las víctimas entre los más necesitados. Una vez más vemos que religión no es metafísica pura, sino una relación dialéctica entre los primeros cinco Mandamientos y los últimos.

76, LIMOSNAS. La prescripción de la limosna (uno de los cinco pilares del Islam y virtud según todas las religiones) tiene antes que un significado social un significado religioso: con la limosna las creaturas se desprenden de una parte para conservar el resto y, si es posible, ganarse la simpatía del Todopoderoso sin que Él y el propio donante se den cuenta de ello.

77, SEGURO. Como sus creaturas, los dioses griegos formaban una sociedad casi democrática. En la antigua Grecia, cada ciudad veneraba con preferencia a una diosa o a un dios. También una creatura podía mostrar su preferencia individual para con alguno de estos seres olímpicos y, por lo general, la elección dependía de su oficio. La relación entre los griegos y sus dioses era muy estrecha, casi material. En tiempos de Homero, los enfermos acudían a los santuarios para ser curados; e incluso podían interrogar a sus dioses a través del oráculo. En los ritos de sacrificio, cada griego ofrecía a sus dioses una parte de lo que deseaba conservar -el futuro siempre fue incierto. De esta forma, el griego se ganaba la gratitud del dios que debía proveerlo de aquello mismo en tiempos de escasez. Una especie de póliza de seguros, digamos metafísica. Esta misma relación material de la creatura con sus dioses, la encontramos en Sumeria. Allí el templo era el lugar donde se depositaba el exceso de producción, a la espera de tiempos peores.

78, PROMESAS. La institución de la renuncia es amplísima y posee versiones antiguas, como el sacrificio de un animal o de una mujer; y formas más en boga, como la limosna o la autoinmolación. Pero también posee modestas y hasta ridículas variaciones: si el santo invocado desde el polvo del sótano realiza la obtención del campeonato, el repentino creyente caminará cien metros de rodillas, se arrojará a un estanque con agua o saldrá travestido a la calle si no es travestí. Incluso el sacrificio se puede realizar con la exclusión del supuesto acreedor divino. Como en los actos públicos o en las inauguraciones oficiales donde se cortan cintas y se derrocha champagne, el rito está vaciado de significación trascendente y sólo importa la forma que las creaturas heredan por costumbre.

79, CONCIENCIA. Tal vez el devenir no preocuparía tanto a las creaturas metafísicas si nunca hubiesen despertado a la conciencia. -Ya en el paleolítico se advierte la presencia de armas y herramientas en las tumbas. Inequívoco símbolo de que el espíritu del muerto seguía viviendo y que su nueva vida no era muy diferente a la anterior. Sin más interrogantes sobre el más allá, esta sociedad de espíritus comunes conformaban el marco metafísico suficiente para la mente primitiva. Ahora, si esta imagen la repetimos para el más allá del nacimiento, estaremos a un solo paso de la doctrina de las reencarnaciones, que es la única que se ha ocupado algo del resto de los animales y de la metafísica prenatal. Pero por lo general las religiones hacen hincapié en lo que está más allá de la muerte y no más allá del nacimiento, lo que muestra qué importancia ha tenido el temor al devenir sobre cualquier otro.




ArribaAbajoX. Magia y religión

80, EVOLUCIÓN. El pensamiento moderno veía el mundo como la evolución de diferentes etapas. Freud las ordenó de la siguiente forma: animista, religiosa y científica. Antes, en el siglo de Darwin, Augusto Compte pensó que la evolución intelectual de la creatura metafísica provenía de su primitivo ascendente teológico. «El hombre asimiló el mundo físico a sus propios actos -escribió-, que son los únicos capaces de comprender. Así pobló la naturaleza con voluntades compatibles a la suya». Semejante pero fructífero fue el camino seguido por Max Webber.

81, HUMANIZACIÓN. Desde la prehistoria, las creaturas vieron a la naturaleza con sus propios atributos. Aún la gracia que nos provoca un chimpancé, sus gestos y sus movimientos, se explica por esa propensión que tenemos las creaturas a humanizarlo todo. Lo que nos divierte de un chimpancé no es lo que tiene de mono sino lo que tiene de humano. Porque al fin y al cabo, hace más de un millón de años que las creaturas venimos escrutando, con paciencia y obsesión, rostros humanos. Y aunque la memoria colectiva o mnemónica sólo fuese una ilusión, aún nos quedaría nuestra propia experiencia individual, que nunca es poca: las figuras que más nos ocupan tienen forma de seres humanos. Que una familia tomase al zorro como tótem no significaba -imagino- que adoptasen los atributos zorrinos, sino que identificaban en ese animal determinadas características grupales, las que luego eran representadas y confirmadas por los herederos. (Algo semejante ocurrió con algunos apellidos. Fumagalli, por ejemplo, significa «ladrón de gallinas», lo cual pudo haber sido cierto para un señor que vivió en Italia hace quinientos años, pero de ninguna forma lo es para aquellos que trabajan para el FMI.) Identificándose con un animal por alguna escasa similitud, se diferenciaban de sus verdaderos semejantes. (Posteriormente, las guerras intertotémicas posibilitaron la universalización de unos pocos símbolos vencedores, como en el caso de los antiguos egipcios, lo que permitió unir a un pueblo más basto y diferenciarlo de otros.) Porque si bien las creaturas son tan gregarias como cualquier otro animal, sus relaciones personales y de grupo están ordenadas según las diferencias.

82, INGREDIENTES. Una vez el cosmos fue una comunidad de espíritus. Tanto el mundo físico (truenos, ríos) como el metafísico (dioses, espíritus) poseían atributos humanos. Deformados o no, exaltados o disminuidos. No solo los posteriores dioses del Olimpo poseyeron nuestra psicología; también un dios más abstracto e inefable como Yahvé. Entonces, ¿qué diferencia hay entre la superstición de la hechicería y la creencia de un cristiano? Una vez, en una aldea de África, se me formuló la misma pregunta, no sin ironía. La respuesta es: muchas. Porque la magia o la hechicería significan una relación física de la creatura con la naturaleza, con las mismas pretensiones que la ciencia y la tecnología. Recordemos que el Renacimiento se caracterizó por un nuevo interés de la creatura por la naturaleza, y que ese interés se tradujo en la proliferación de protocientíficos y magos eruditos. Para ambos, importaba la exploración y la experimentación del mundo; no el circo o la trascendencia. -Una religión, en cambio, implica una relación metafísica de la creatura (renunciante) con su propio destino. De otra forma ya lo dijo Lévi-Strauss: «La religión consiste en la humanización de las leyes naturales, la magia es una naturalización de las acciones humanas. (Las acciones humanas como si fuesen parte del determinismo físico)». La religión sería, entonces, el resultado del antropomorfismo de la naturaleza, mientras que la magia sería lo inverso -el fisiomorfismo del hombre. Ambos tipos de pensamiento suelen aparecer simultáneamente, según diferentes proporciones. -También deberíamos recordar que ningún momento histórico estuvo desprovisto de magia, ciencia o religión. A un nivel superficial podemos advertir la persistencia de una especie de totemismo formal en las mascotas de clubes o de torneos deportivos, en las marcas de productos estandarizados (escudos, automóviles, ropa deportiva). Todos incluyen algún felino, alguna ave de rapiña. A otro nivel vemos cómo las culturas de brujos y hechiceros practican algún tipo de ciencia y las sociedades más tecnificadas son animistas. Esto último se ejemplifica con el miedo a las enfermedades psicosomáticas (mucha gente cree que por pensar en una enfermedad se la termina adquiriendo; por lo pronto, lo cierto es que el solo pensamiento es una forma de padecerla). O también, si retomamos la clasificación tripartita que hacía Freud de la historia, podremos ver que el curador ha pasado por diversos estadios: el brujo (animista), el sacerdote (religioso) y el psicoanalista (científico). Y cualquiera puede darse cuenta de que estos tres tipos poseen diferentes cantidades de lo mismo. Tampoco la fe ciega en el psicoanálisis deja de ser una suerte de superstición del mismo grado que la hechicería: el paciente se entrega a contar toda su infancia en la creencia de que el diálogo o la simple confesión operará una curación mágica. Porque así se lo exige la autoridad. Si el paciente no tiene fe en el analista, el milagro no se operará, y el descreimiento será científicamente definido como un caso de «resistencia». Actitud erróneamente atribuida a Jesús, ya que, si se presta atención a los Evangelios, el Mesías reprochaba a sus colegas curadores de no tener fe, no a sus pacientes.

83, TRASCENDENCIA. En el Egipto predinástico, los muertos eran enterrados junto con alguna de sus pertenencias. Incluso, se acostumbraba sacrificar al perro del amo para que le sirviera de compañía en el más allá. Por una condición mágica de las cosas, los animales de mayor valor como el ganado, las mujeres y otros miembros de la familia, podían ser sustituidos por representaciones de arcilla. En Xi’an, China, el emperador fue acompañado por el ejército más famoso de terracota. Sólo poco después se prefirió el sacrificio de personas para el mismo trabajo. Gordon Childe propuso que la idea de una vida más allá de la muerte en la cuenca del Nilo debió ser inducida por la buena conservación de los cadáveres en las arenas del desierto. Por mi parte, creo que esa particularidad de los cadáveres del desierto sólo condujo a otra particularidad de la civilización egipcia: la obsesiva práctica de la momificación. -No puede ser casualidad de que la primera gran civilización de Gea haya nacido bajo la obsesión de la muerte. Lo que diferenció a aquellos egipcios de otros pueblos no fue la idea de una vida más allá, sino la obsesión con la cual fue experimentada esa idea. ¿A qué se debe esta coincidencia? ¿Fue la obsesión de la muerte la que produjo esta gran civilización, o fue el mayor desarrollo espiritual de aquellas nuevas creaturas que las hizo capaces de levantar la mirada un poco más allá? -La idea de la sobrevivencia del alma no fue propiedad de los egipcios. Para darse cuenta de esto hay que echar una mirada a las tumbas de otros pueblos. Porque basta con la persistencia del recuerdo del muerto para impedir la idea de una desaparición definitiva. Los recuerdos son nuestras propias existencias sin sus cuerpos. En cambio, la nada es una metafísica, o anti-metafísica, mucho más reciente, producto de un cerebro dialéctico, más desarrollado pero tan impotente como siempre. La costumbre de proveer al espíritu de armas, estatuillas y otros símbolos es propio del pensamiento mágico. Pero éste es sólo un instrumento que primero sirvió para el mundo físico y más tarde para el metafísico -la otra realidad. De la misma forma como el arte y la magia primero sirvieron para la caza y la curación, más tarde lo hicieron para actuar sobre el nuevo mundo.

83, DIFERENCIAS. La religión es a la magia como la alquimia es a la química moderna. Sólo una mirada muy superficial podría hacer confundir unas con otras. Aún hoy en África la magia es un respetable instrumento para actuar sobre la naturaleza física, sobre la caza y el enemigo. Diferente, la religión surge de la experiencia de la muerte, de la advertencia de las interrogantes existenciales; del Enigma. Cada religión procura ser una Respuesta a lo inexplicable. En África y en América, los ritos mágicos hacia el moribundo son realizados para salvarlo de la muerte. Diferentes, los sacramentos cristianos se ofrecen al moribundo para proveerle una mejor suerte en el más allá. En el primer caso, el enfermo no espera otra cosa que la magia le devuelva la salud; en el segundo, cuando el enfermo escucha los cantos y las oraciones, ya puede ir abandonando cualquier esperanza de quedarse en Gea. Por eso, la magia primitiva no puede considerarse más religión que medicina. Es más una ciencia física que una metafísica.

84, INFALIBILIDAD. O la magia es una pseudociencia o la ciencia es una pseudomagia. Ambas actúan sobre el mundo físico, sobre las fuerzas de la naturaleza, pero son epistemológicamente irreconciliables. Por ejemplo: basta con un caso negativo para liquidar una prestigiosa teoría científica; y basta con un solo caso positivo para confirmar la fama de un hechicero. El mismo principio vale para la astrología. Pretender probar la cientificidad de la astrología por predicciones «verificadas» es como probar la validez de un teorema matemático por uno o dos aciertos. A nadie se le ocurriría demostrar que a² = b² + c² midiendo tres o cuatro triángulos rectángulos. Bien, es cierto que las leyes de Kepler fueron confirmadas por predicciones observables. Pero las leyes de este señor se consideraron porque podían ser confirmadas para cualquier caso posible. No para nueve o diez casos elegidos caprichosamente por los astrónomos. Pierce decía que las ciencias razonan de tres formas diferentes: inductiva, abductiva y deductiva. Ninguna de esas formas está presente en la ciencia adivinatoria. Está bien, la astrología también se basa en una observación científica: los astros influyen sobre la vida en Gea. En parte estoy de acuerdo. Efectivamente, creo que la Luna influye en el nacimiento de un pollo, como decía mi abuela. Pero no en su destino, porque eso ya es cosa de las creaturas que se dedican a la avicultura. Y supongo que para Marte o Saturno un pollo y un hombre son la misma cosa. -Recuerdo que una vez un adivino me predijo que viviría muchos años y otro que mi vida sería muy corta. Una gitana me aseguró que tendría dos hijos, otra uno y la última me dijo que no tendría ninguno. Estoy seguro que no todos eran buenos, y que el mejor de ellos pudo adivinar mi futuro, lo que pronto quedará demostrado para orgullo de la ciencia adivinatoria.




ArribaAbajoXI. Hombres y mujeres

85, FERTILIDAD. Aún en el paleolítico la creatura era un animal tímido y físicamente débil. Algunos antiguos huesos encontrados en cavernas demuestran que tomaba aquello que las fieras dejaban. Es decir que aún no eran los principales depredadores de Gea. Temerosas, en sus horas libres se dedicaron a un arte mixturado de magia y religión. La suerte en la caza las preocupaba, y como no se podía acumular caza se procuraba acumular suerte. Dibujar un bisonte herido realizaba la muerte simbólica de la bestia, la que debía preceder a la muerte real. -Otro tema recurrente de la época fueron esas pequeñas esculturas conocidas como venus paleolíticas, representaciones de mujeres con senos exuberantes, vientres y glúteos prominentes. Bien, alguien podría pensar que las mujeres de la época eran así. Pero notemos que esas imágenes son todas femeninas y no poseen ni rostros ni pies, dos características impensables para los antiguos habitantes de Gea. El tema que se exalta es claro: el sexo y la fertilidad. Los hombres y alguna mujer expresaron de alguna forma sus mayores deseos y su admiración por la vida física. Hace tiempo y allá muy lejos, la mujer era venerada y respetada. Para aquellas mentes primitivas, la lujuria aún no era un pecado. Más tarde, hacia el neolítico quizás, predominó una figura femenina más depurada. Hace siete mil años, en Mesopotamia y en Grecia se rindió culto a una especie de gran diosa Madre. En Creta fue la diosa de la reproducción, de la vida y de la muerte. Un símbolo característico de la antigüedad fue la serpiente, recurrente símbolo femenino ligado al culto de la Madre Tierra. Porque todo el culto de lo femenino está ligado a la antigua actividad agrícola. Y las sociedades agrícolas veneraban del universo todo aquello que tenía de fértil y vital.

86, ABSTRACCIÓN. De las machambas se pasó a los caballos y luego a las ciudades donde se desarrollaron el movimiento, la conquista, el comercio, las primeras formas de contabilidad y de escritura. Se avanza hacia la abstracción, elemento masculino por excelencia, según Ernesto Sábato. En el neolítico, y después, las divinidades femeninas fueron reemplazadas por otras masculinas, las que culminaron luego en el monoteísmo y en otras respuestas más abstractas. Al matriarcado sigue el patriarcado, ahora también ideológico. El elemento masculino será avasallante y la mujer pasará a ser la representante vitalicia del pecado, la culpable de todos los males de este mundo (la condena del cuerpo y el obstáculo para la iluminación). -El hecho de que casi todos los mitos tengan a hombres como protagonistas positivos y a mujeres como agentes negativos revela su origen masculino. Si consideramos a los mitos como la primera forma de pensamiento no-práctico, habría que atribuir al hombre la mayor actividad mental. ¿Por qué la hembra, más próxima a los niños, no fue la encargada que crear estos mitos o, al menos, modificarlos a su favor? Posiblemente porque existía un factor ideológico, impuesto por la fuerza del macho. Los mitos podían ser modificados y censurados cada vez que provenían de la imaginación femenina. O, más probable, la misma imaginación femenina trabajaba a favor de la autoridad del macho. -El relato de la Creación es verdadero o es machocéntrico. Lo revela un simple análisis económico: si Dios hubiese creado primero a la mujer, no hubiese sido necesaria una segunda intervención para explicar la existencia del otro sexo. Tampoco es casualidad que en el Apocalipsis San Juan identifique a Babilonia como la Gran Prostituta, una mujer inmoral vestida de rojo y púrpura. La condena bíblica a Babilonia es la condena del revolucionario espíritu masculino, abstracto y moralizante, al antiguo reinado femenino, sensual, fértil y vital. -Del reposo horizontal de la madre tierra se pasa a la inquieta verticalidad del obelisco erecto. Los ríos sagrados de Mesopotamia nacían de la matriz de la gran diosa (en algunas lenguas semíticas, «desembocadura» significaba «vagina de la gran diosa»). Lo horizontal es femenino y lo vertical masculino; madre tierra, padre sol. Las montañas pasaron a ser los lugares sagrados por excelencia, pero no por lo que tenían de tierra sino por lo que pretendían de cielo. Las montañas sagradas del taoísmo en china, el monte Sinaí, Sión, Jerusalén y La Meca son lugares altos. El ziggurat mesopotámico, la stupa hindú, los teocalis aztecas son montañas artificiales y más perfectas; mientras los minaretes de las mezquitas y las catedrales góticas apuntan al cielo. -En el antiguo Egipto, la llave de la vida era la configuración de un óvalo sobre una cruz; el primer elemento representa a Isis, diosa de la vida y la reproducción, y el segundo a Osiris, dios de los muertos y del eterno más allá. La vagina y el falo representan al coito, pero la cruz aislada es sólo lo masculino, la inquietante conciencia del más allá. No será Osiris, el dios de los muertos, el dios olvidado por la tradición, sino Isis -la diosa de la vida. Porque la mujer representa el mal, el elemento vida que ata las almas a la precaria tierra.

87, BRUJAS. No son pocos los mitos cosmogónicos que culpan a la mujer de todo el dolor en Gea. Cuando un mito comienza culpándola, uno ya puede adivinar que terminará proponiendo una visión trascendental de la muerte. Un ejemplo logotípico es el de la cruz esvástica. Casi todos saben que esta cruz perteneció a las más antiguas tradiciones orientales. Ahora no solo sirven para adornar todos los templos de Asia; también escandalizan al correcto turista de Occidente. Porque hay dos versiones cuya diferencia más terrible radica en un detalle demasiado sutil para la vista: la rotación en sentido horario simboliza la energía masculina y la femenina la rotación contraria. Uno de esos giros fue usado tradicionalmente como símbolo de la magia negra y la energía negativa. Como es obvio, ese giro es el que representa a la naturaleza femenina. -Por ser un continente selvático, vital y misterioso, a la mujer se la asoció siempre con las fuerzas de la noche. Ellas eran las sirenas que engañaban a los marineros para hundir los barcos entre las rocas; la terrible Medusa, las Furias o las Harpías. Cuando Dioniso llegó a Grecia desde los populosos cielos de Asia, ya era famoso por su irresponsabilidad, y antes que se dedicara a la bebida en Roma acostumbraba raptarse a las mujeres griegas para que danzaran en su honor. Incluso un pueblo adolescente y desinhibido como el griego mostró en su mitología el temor característico que producía la mujer, o el sexo de la mujer, que para la mitología y para Freud es lo mismo. Para el psicoanálisis, ello se debe al miedo del niño a la madre fálica. Pero eso sólo para el psicoanálisis. Recordemos que tanto para los griegos mitológicos como para un pueblo tan diferente como el árabe islámico, el orgasmo femenino y, por lo tanto, el deseo de la mujer es más intenso que el del hombre (ver mito de Tiresias y la historia de Kamaru-s-Semán). Lo cual no quiere decir que sea verdad, pero la idea deriva del mismo acto sexual: la mujer se expresa con menos control. -El hombre, seguramente el principal productor de mitos, expresó en su cultura su miedo y su admiración hacia la mujer. Ella representaba el deseo, la competencia a muerte, la fertilidad y la obligación de su propio rol de macho. En este sentido, considero que la represión de la mujer y la condena a la homosexualidad poseen un mismo significado: ambas son expresiones del temor masculino al orgasmo de su protegida, a no poder cumplir con su rol de miembro dominante y reproductor. No puede ser casualidad que todas las religiones originales hayan reprimido lo femenino y la sodomía. Tampoco ha de ser casualidad que para los grupos políticos más intolerantes (los cuales resurgen en tiempos de miedo e inseguridad) ser negro, judío y homosexual sea la misma cosa, además de repugnante. -Para los hombres de Gea, la mujer es la representación de lo irracional, lo más deseado y lo más temido, lo que no tiene control, lo que no puede ser comprendido ni dominado del todo. En los cielos de Europa las brujas se hicieron célebres y no los brujos. En pleno Renacimiento, período histórico identificado con la razón y el humanismo, se quemaron cientos de miles de estas temibles creaturas. Incluso, se consideraba la hechicería como un oficio femenino por excelencia, como el de secretaria o el de telefonista. Como era costumbre, la confesión de los crímenes como causar mal tiempo, era arrancada con la tortura. Los métodos eclesiásticos de martirio eran tan infalibles que para las interrogadas la muerte no solo era tolerable sino además una bendición del cielo. Claro, este tipo de limpieza teológica que se expandió desde el siglo XV hasta el XVII no fue copyright de los inquisidores católicos; también los protestantes, desde Alemania hasta Escocia, pasando por los puritanos del Támesis, fueron acérrimos defensores de esta muestra de temor machista.

88, REPRODUCCIÓN. Las sociedades agrícolas celebraban la fertilidad y la reproducción de la vida. Por lo tanto, el erotismo y la sensualidad eran buenos. En cambio, las religiones posteriores lo evitan cuando no lo condenan. El sexo es lujuria, algo así como un mal necesario. Y es la mujer la diosa gobernante de ese mundo. Aun cuando una creatura religiosa hable de la vida y del amor, ambas obligaciones de la segunda Tabla, nunca dudará en considerarlos asuntos secundarios en comparación con el verdadero objetivo: el más allá trascendente. Primero se relega el más acá, luego se lo condena por representar una distracción y un obstáculo hacia el más allá. Joseph Campbell escribió que «La vida, los actos de la vida, los órganos de la vida, la mujer en particular como gran símbolo de la vida, se vuelven intolerables para la extremada pureza del alma». Desde la más profunda antigüedad, los líderes religiosos pusieron resistencia a la otra mitad de la humanidad. No solo porque todas las grandes religiones fueron fundadas o dirigidas por hombres, sino porque el paso al estado religioso supone una abstracción y una renuncia al mundo. Ambas condiciones difíciles para un ser como la mujer que se aferra a la vida. Incluso Salomón, el más sabio de los reyes según Eclesiástico 47-19, tuvo un momento de estupidez cuando se entregó a las mujeres y les dio «dominio sobre su cuerpo». Fue entonces que el reino se dividió en dos y comenzó la decadencia hebrea. Más al oriente, Buda y Jina Mahavira se negaron por mucho tiempo a aceptar a budistas o jainistas mujeres. Porque Buda aspiraba a alcanzar la Iluminación, logro que implica la concentración en un objetivo abstracto -el inefable silencio. El paso previo de toda la serie que lleva al nirvana es la aniquilación de los deseos y la renuncia al mundo sensible. El amor estropea la vista y para un budista también estropea el resto. El espíritu que se enamora recaerá (lo sabemos) en lo que hindúes y gnósticos llaman la cárcel: el cuerpo. Finalmente Buda aceptó mujeres entre sus discípulos, pero fue por presión e indiferencia y no por agrado. Al fin y al cabo era un budista. Pero aún así, una tradición afirmaba que toda mujer debía reencarnarse en hombre antes de alcanzar la iluminación. Es decir, que antes debía ascender desde su lamentable estado. -También el Antiguo y Nuevo Testamento son predominantemente masculinos. O por lo menos patriarcales. Los judíos que escribieron los Evangelios dieron a la mujer mucho menos importancia de lo que ésta obtuvo más tarde en Europa. Según Richard Tarnas, el culto a la virgen María proviene de la sensibilidad pagana del antiguo Imperio romano, ya que en las Escrituras sólo fue una figura pasiva y secundaria. Sabemos que el cristianismo no se funda exclusivamente en los Evangelios; además es el resultado de una mixtura cultural que considera influencias judías, helénicas y romanas. El protagonismo de la virgen María marca la gran diferencia con los otros dos monoteísmos. Al decir de Erich Fromm, «catholicism signified the disguised return to the religion of Great Mother who has been defeated by Yahweh». Pero nada de eso impidió de que el espíritu religioso (o su patología) volviera contra la mujer. Recordemos que Dorneus, en 1602, logró demostrar teológicamente que el binario representa al mal (pérdida de la unidad) y a la mujer. Por lo que le pareció evidente la relación simbólica y carnal de la mujer con el Demonio. -Por estos tiempos, los católicos encabezados por el Papa también se resisten a la ordenación de mujeres sacerdotes argumentando que Jesús no tuvo discípulos pertenecientes a ese sexo. Bueno, Jesús no tuvo tantas cosas... Pero si vamos a usar ese tipo de racionalización teológica podíamos comenzar por preguntarnos: si María tenía marido ¿por qué las monjas no se casan? Sin entrar a considerar otros hechos y dichos del Maestro que se acostumbra pasar por alto. (Sabemos que en Gea la ortodoxia es la doctrina más coherente dentro de cada religión. Y la menos práctica también.) -El rechazo a las mujeres sacerdotes responde a una tradición, pero su raíz está en la amenazante naturaleza femenina. Y si bien los anglicanos fueron capaces de ordenar mujeres en lugar de hombres, no se debe a un impulso religioso sino a la ética predominante de Occidente: permisiva, como la antigua griega. Por la misma disgresión helenizante de la Iglesia, Lutero y sus protestantes fundaron una religión más libre e intolerante.

89, RENUNCIA. El famoso teólogo y filósofo danés Søren Kierkegaard estuvo enamorado de una joven hermosa y vital llamada Regina. Luego de un primer compromiso y otras vacilaciones, el danés decidió abandonarla a su pesar, porque a Regina le interesaba demasiado esta vida. Regina «no había superado la etapa estética en su ascenso espiritual». Y era incapaz de seguirlo. Al renunciar a Regina renuncia a este mundo precario y no se deja engañar por la felicidad. Opuesto al renunciante, el espíritu estético elige desafiar a la existencia, opta por la experiencia de ser. Y por eso le llamo también espíritu primavera. No debería sorprendernos, entonces, de que en todas las artes el amor y la mujer sean los temas más recurrentes. Se podría decir que en Gea muchas mujeres han sido figuras importantes para las religiones más populares; pero en comparación con los hombres, más bien han tenido papeles secundarios o de reparto. Por el contrario, en las artes ocuparon un puesto central, ya desde el paleolítico.



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