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ArribaAbajoAdiciones a un catálogo de dramaturgos españoles del siglo XIX

Juan A. RÍOS CARRATALÁ


Universidad de Alicante

La tarea de elaborar catálogos de autores es tan arriesgada como necesaria. Todos los que nos dedicamos a la historia de la literatura conocemos la importancia de unas obras que a menudo se convierten en referencia inexcusable para nuestras investigaciones. Autores semidesconocidos, títulos de difícil localización, datos de estrenos o ediciones, trayectorias biográficas y un largo etcétera de informaciones suelen estar recopiladas en unos tomos fruto de un arduo y poco reconocido trabajo. La carencia de más catálogos especializados por géneros y épocas es, además, una rémora que dificulta o imposibilita numerosas investigaciones. Por lo tanto, la publicación de cualquiera de estas obras ha de ser recibida con beneplácito porque se puede convertir en un eficaz instrumento de trabajo.

Sin embargo, los riesgos también son evidentes. A las dificultades con que se suelen enfrentar unos autores que trabajan en una red de bibliotecas y archivos todavía deficiente, se suma el hecho de que es difícil dar por culminada la elaboración de cualquier catálogo. Por muy exhaustivo que sea, siempre aparecerá algún nuevo dato o será preciso corregir otro ya incluido. La necesidad de publicarlos entra en relativa contradicción con el hecho de ser unos trabajos que nunca se pueden dar por culminados. No obstante, las adiciones o correcciones deben ser consideradas como algo lógico y hasta indicativo de la pertinencia del catálogo. Sólo aquellos trabajos de escaso interés y que apenas son consultados se sitúan al margen de este proceso de ampliación y corrección, que debe quedar plasmado en las posibles reediciones.

En este sentido quisiera sugerir algunas adiciones al reciente Catálogo de dramaturgos españoles del siglo XIX publicado por Tomás Rodríguez Sánchez (Madrid, Fundación Universitaria Española, 1994). Una obra útil, como la de Jerónimo Herrera Navarro dedicada al teatro del siglo XVIII350 y editada por la misma institución, pero que se enfrenta al riesgo de recoger los datos de una actividad que se multiplicó hasta extremos espectaculares durante el período decimonónico, sobre todo en sus últimas décadas. Y, como ocurre con otros géneros, es en el mundo literario de las provincias donde ese fenómeno adquiere unas proporciones hasta ahora poco conocidas y valoradas. Los casos de Madrid, Barcelona y unas pocas ciudades más tal vez los conozcamos relativamente bien, pero no cabe duda de que en las numerosas Vetustas y Orbajosas de la España decimonónica proliferaron legiones de poetas, novelistas y dramaturgos. Intentar catalogarlos es una tarea imposible por la pérdida irreparable de buena parte de la documentación necesaria, pero todo acercamiento histórico a las letras del período ha de tener en cuenta esta realidad. Por lo tanto, investigaciones como la de Tomás Rodríguez Sánchez deben enfrentarse a un difícil reto partiendo de un minucioso escrutinio de otros catálogos de ámbito local o regional.

Así se hace en buena medida en el citado trabajo. El doctor Amancio Labandeira Fernández da cuenta en el Prólogo de los materiales bibliográficos utilizados y el propio autor explica la metodología empleada para intentar ser exhaustivo dentro del género y la época seleccionados. Sin embargo, por error comprensible dado el volumen de información manejado, hay un fallo que afecta gravemente a un ámbito que conozco por trabajos publicados hace ya algún tiempo: la provincia de Alicante.351 Aparte de otros catálogos de carácter más general, se ha utilizado la edición del Ensayo biográfico bibliográfico de escritores de Alicante y su provincia de Manuel Rico García.352 Los dos volúmenes publicados en 1888 y 1889 son, sin embargo, la primera parte de un trabajo de más de 15.000 folios repartidos en 14 tomos e inédito hasta 1987. El paciente y voluntarioso erudito local llevó a cabo una incansable labor que se extendió a otros ámbitos de la cultura provincial353 hasta su fallecimiento en 1913, sin que por falta de apoyos pudiera ver publicados los tomos que deberían haber completado la citada edición. Gracias al Instituto de Cultura «Juan Gil Albert» de la Diputación Provincial de Alicante, actual propietario de la obra manuscrita, junto con otros compañeros pude participar en la edición de una versión abreviada de los miles de folios escritos por Manuel Rico García completando así una tarea interrumpida en 1889.354 Sin embargo, Tomás Rodríguez Sánchez no tuvo en cuenta esta edición y sólo utilizó los citados volúmenes.

La consecuencia de este comprensible error bibliográfico en el que también han incurrido otros especialistas es obvia: faltan autores y las entradas correspondientes a otros carecen de datos básicos como el lugar de nacimiento o las referencias bibliográficas de las obras publicadas e inéditas. Tomás Rodríguez Sánchez incluye 59 autores alicantinos en su catálogo con indicación del lugar de nacimiento (véase Apéndice I), pero otros 11 aparecen sin que se aporte dicho dato (véase Apéndice II). Por último, hay 49 dramaturgos alicantinos de la época de la Restauración que fueron catalogados por Manuel Rico García, y no figuran en el trabajo de Tomás Rodríguez Sánchez (véase Apéndice III). En consecuencia, y de acuerdo con los criterios cronológicos utilizados por este último, hay un total de 119 autores alicantinos, de los cuales sólo 70 han sido parcial o totalmente catalogados.

Las cifras pueden parecer espectaculares para una provincia como la de Alicante. Pero no lo son tanto si tenemos en cuenta la actividad literaria desarrollada sobre todo en la segunda mitad del siglo y la minuciosidad del trabajo de Manuel Rico García. Aunque su formación fuera autodidacta y la metodología empleada caótica, circunstancia que nos hizo incurrir en algunos errores cuando preparamos la citada edición, este oscuro funcionario local recogió hasta la más mínima huella de la actividad literaria desarrollada por los alicantinos.355 Desde un artículo en la prensa local hasta un poema publicado o leído con motivo de una festividad pasando por informes sobre los más variados e insólitos temas, la redacción de cualquier texto constituía un motivo suficiente para justificar la condición de autor. Así se comprende que tantos personajes locales engrosaran los folios de su catálogo. No hay ningún criterio de selección. Todo el que escribiera, lo publicara o no, tenía derecho a formar parte de un trabajo fruto de un elemental positivismo y un amor a lo alicantino.

No creo que el caso del teatro en la provincia de Alicante sea diferente o que haya una predisposición especial de mis antepasados hacia las artes escénicas.356 La razón de esta proliferación de autores hay que buscarla en la propia tarea de Manuel Rico García. Si en cada provincia hubiera habido un sujeto de similares características, si se hubieran conservado sus trabajos, estoy seguro de que en estos momentos un catálogo como el de Tomás Rodríguez Sánchez contaría con varios cientos más de autores. Por desgracia, el caso de este oscuro erudito local es poco frecuente. Y es probable que algunos trabajos similares se hayan perdido o hayan quedado olvidados, como de hecho lo estuvieron los 15.000 folios redactados por Manuel Rico García o los otros miles que dedicó a diferentes temas locales con similares intenciones y criterios. El resultado es lamentable para cualquier historiador de nuestra literatura, sobre todo para aquellos que consideramos imprescindible ir más allá de las grandes figuras y tener en cuenta la a veces intensa vida literaria de las provincias, especialmente en un período como el de la segunda mitad del siglo XIX.

No obstante, también en el caso de Alicante las pérdidas son irreparables. Una gran parte de los títulos reseñados en el catálogo de Manuel Rico García ha desaparecido definitivamente. Esta circunstancia es lógica en lo que respecta a los manuscritos, pero resulta lamentable que las ediciones conservadas sean una minoría. A pesar del trabajo de búsqueda realizado por un equipo de bibliotecarias alicantinas,357 de consultas propias en diferentes bibliotecas nacionales y de que un equipo de investigadores ha recopilado y catalogado toda la prensa provincial,358 apenas conservamos una parte significativa de lo publicado en Alicante durante el siglo XIX. Por lo tanto, muchas veces la única referencia es la de Manuel Rico García, escrita a menudo gracias a la información facilitada por los propios autores en respuesta a una especie de formulario que les remitía el incansable erudito.

No creo que estas pérdidas incluyan importantes obras o que nos impidan conocer a destacados autores. Pero para el historiador hay otros centros de interés al margen de la calidad literaria. Los textos conservados nos dan a veces una información fundamental para comprender la mentalidad de aquellos cientos de autores provincianos, nos permiten saber cómo captaban las tendencias y los géneros para intentar imitarlos dentro de sus posibilidades. Una información imprescindible para argumentar una verdadera teoría de la recepción y trazar con rigor la sociología del mundo literario de aquella época. Piénsese, por ejemplo, en lo poco conocido de una actividad tan extendida como la de las representaciones particulares o domésticas, a las cuales iban destinados bastantes de los textos escritos por los alicantinos. Por desgracia, estamos ante unas pérdidas que nos obligan a trabajar con demasiadas hipótesis o a centrarse en un número muy limitado de autores y obras que constituyen un canon no siempre paradigmático.

En cualquier caso, y al margen del hecho puntual que supone la adición de una serie de autores al catálogo de Tomás Rodríguez Sánchez, sería conveniente que las decenas de jóvenes investigadores que realizan sus tesinas y tesis en las universidades volcaran su atención en estas áreas desconocidas de nuestras letras decimonónicas. Catálogos, vaciados de publicaciones periódicas, investigaciones sobre autores de segunda fila, recuperación de muchos textos de interés aparecidos en la rica prensa de la época... son algunas de las directrices que podríamos recomendar a nuestros jóvenes investigadores. Creo que merece la pena siempre y cuando se supere el localismo o el provincianismo que a menudo limitan el valor de estos trabajos. El objetivo no debe ser el rescate de unos valores locales que se suponen injustamente olvidados, sino aportar una tesela más del mosaico que constituye nuestra historia literaria del siglo XIX. Si no lo completamos corremos el riesgo de estar construyendo sobre el vacío o a partir de una subjetividad basada en el azar.

APÉNDICE I

Relación de autores alicantinos incluidos como tales en el Catálogo de dramaturgos españoles del siglo XIX de Tomás Rodríguez Sánchez:

- Alarcón Maciá, Vicente

- Andrés, Juan

- Arniches y Barrera, Carlos

- Ausó Monzó, Manuel

- Blasco y Moreno, Rafael

- Botella y Andrés, Francisco

- Calvo Rodríguez, Carmelo

- Campos Vasallo, Rafael

- Cantó Villaplana, Gonzalo

- Capdepón Maceres, Mariano

- Caracena y Torres, Pascual

- Carbonell Botella, José

- Carratalá, Rafael

- Clavel y Bosch, Tomás

- Cortés y Fuster, Juan Mª

- D'Aigueville y Gómez, Nicolás Mª

- Díez Coves, Asunción

- Domingo, Francisco *

- Espí y Ulrich, José

- Espinós y Moltó, Víctor

- Flores, Antonio

- Gadea y Grau, Rafael León

- García Pastor, José

- Gea Martínez, Rufino

- Gómez García, Carmelo

- Guijarro y Esclapez, José

- Jover Pierron, Nicasio Camilo

- Just y Valentí, Francisco

- Llofriu y Segrera, Eleuterio

- Llorente de las Casas, Luis Gonzaga

- Loma Corradi, Luis **

- López, Joaquín Mª

- Maestre Pérez, Tomás

- Martí y Peydró, Pedro

- Martínez Colomer, Vicente

- Martínez Torrejón, Antonio

- Mestre y Pérez, Tomás

- Milego Inglada, José Mariano

- Miguel, Vicente Eugenio

- Montengón y Paret, Pedro

- Mora Picó, José Victoriano

- Muñoz Maldonado, José

- Pacheco y Vasallo, Cristóbal

- Palanca y Roca, Francisco ***

- Pascual Caracena, Francisco Antonio

- Pérez Aznar, Juan

- Pérez Sánchez, José

- Peyret y Bosque, José

- Pons Semper, José

- Puig Pérez, José

- Puig Pérez, Julio

- Rico y Amat, Juan

- Saquero, Antonio

- Soriano, Francisco

- Thous Orts, Gaspar

- Tordera y Lledó, Francisco

- Trigo y Samper, Carlos

- Villaplana, Melchor

- Villaplana y Sempere, Antonio

- Zapater y Ugeda, José

* Figura Francisco Domingo natural de Alcoy (Valencia). Debería corregirse, pues es Francisco Domingo Roca natural de Alcoy (Alicante).

* El nombre correcto es Blas de Loma Corradi.

*** Este autor valenciano figura, por error, como alicantino al considerarse que Alcira está en la provincia de Alicante.

Buena parte de las entradas de los autores arriba relacionados deberían ser revisadas a la luz del trabajo del erudito alicantino. Los tomos manuscritos de Manuel Rico García añaden una importante información no recogida por Tomás Rodríguez Sánchez para los dramaturgos que estrenaron o escribieron durante la segunda mitad del siglo XIX. Debe tenerse en cuenta que los datos relacionados con autores fallecidos antes de 1830 fueron obtenidos por Manuel Rico García de otros repertorios bibliográficos, por lo que su aportación se circunscribe a los autores cuya fecha de nacimiento -dato que tomaba para su peculiar clasificación- es posterior a 1810-20 aproximadamente.

APÉNDICE II

Relación de autores alicantinos incluidos en la obra de Tomás Rodríguez Sánchez sin indicación del lugar de nacimiento y otros datos. A la derecha se da el número de la página del Ensayo biográfico bibliográfico... de Manuel Rico García donde aparecen reseñados:

- Alemany y Limiñana, Juan Bautista, p. 234.

- Arques Escriñá, Joaquín, p. 247.

- Asencio Más, Ramón, p. 330.

- Campos y Carreras, Antonio, p. 82.

- Cid Rodríguez, Francisco, p. 347-8.

- Hernández de Padilla, Cayo, p. 374.

- Mingot y Gozalvez, Pedro, p. 394.

- Rubert y Mollá, Manuel, p. 285.

- Sánchez y Palacio, Ricardo, p. 159.

- Sellés González, Salvador, p. 169.

- Tafalla Campos, Vicente, p. 194.

APÉNDICE III

Relación de autores alicantinos no incluidos en el catálogo de Tomás Rodríguez Sánchez y presentes en el de Manuel Rico García, con indicación de la página de este último:

- Alofrín, Rafael, p. 234.

- Ayarra, Alonso, p. 330.

- Belda Gómez, Francisco, p. 188.

- Borrás y Mario, José, p. 338.

- Botella Carbonell, Juan, p. 334.

- Bruneto García, Manuel, p. 337.

- Brunetto, Eulalio, p. 340.

- Cabrera Ivars, Francisco de Asís, pp. 181-3.

- Calatayud, Antonio, p. 346.

- Campillo y Balle, Ginés, pp. 37 y 345.

- Cánovas Martínez, Luis, pp. 216-7.

- Charques Navarro, Rafael, pp. 205-6.

- Collado Pallarés, Francisco, pp. 238-9.

- Coloma Pellicer, José, p. 349.

- Estañ, Pascual Mª, p. 353.

- Esplá, Trino, p. 354.

- Ferrándiz y Ponzó, José, p. 233.

- Gálvez y Cruz, Ramón, pp. 150-1.

- Garriga Lillo, José Mª, p. 366.

- Garrigós y García de Terol, Adamina, p. 246.

- Gómez Meseguer, Higinio, p. 367.

- Guillén Pedimonti, Emilio, p. 372.

- Hernández Villaescusa, Modesto, pp. 239-40.

- Jordá Martínez, Edilberto, p. 225.

- Juan Ocaña, Aquilino, pp. 166-7 y 378.

- Lagier, Ramón, pp. 112-3.

- Laliga Gorguez, Francisco, pp. 236-7.

- Llofriu, Rafael de, p. 382.

- Maciá Orts, p. 388.

- Mayor Morales, Gaspar, p. 388.

- Miquel y Nadal, Francisco W., p. 221.

- Mira Perceval y Muñoz, Antonio, pp. 395-6.

- Montero Pérez, Adalmiro, pp. 244-5.

- Mora Bellver, José, p. 403.

- Morcat Aleman, José, p. 193.

- Morón Limiñana de Azor, José Agustín, pp. 398-9.

- Orts Ramos, Ramón, pp. 220-1.

- Pastor Aicart, Juan Bautista, pp. 173-4.

- Plaza, José Juan, p. 203.

- Puig Caracena, José, p. 417.

- Ramírez Payá, Vicente, pp. 268-9.

- Ruiz Cárceles, Sebastián, p. 428.

- Serrano, Francisco, pp. 272-3.

- Soler y Mora, Juan de Dios, p. 191.

- Tarín, Jaime, p. 438.

- Torres y Mas, Manuel, p. 192.

- Truyol Solano, Francisco, p. 439.

- Vera Navarro, Joaquín, pp. 206-7.

- Villar Miralles, Ernesto, pp. 175-6.