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Bretón ha preparado personalmente todas las ediciones de sus composiciones poéticas: Poesías de D. M. Bretón de los Herreros, Madrid, Imp. de D. P. Ximénez de Haro, 1831; Poesías, en M. B. de los H., Obras, Madrid, Imprenta Nacional, 1851, t. 5; Poesías, en Obras escogidas de D. M. B. de los H., París, Baudry, 1853; Poesías, en Obras, Madrid, Ginesta, 1883, t. 5. A ésta vamos a referirnos en el presente ensayo, indicándola con Obras.

 

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Al presentar al público la edición de sus poesías de 1831, Bretón afirma: «el género satírico, que de suyo, siendo de ley, aspira a doctrinal, y aquí quizá lo sea, domina esta composición... Es al que más inclinado se ha sentido siempre el editor, y para el que se considera menos inepto» (Advertencia a la edición de 1851. Al público, en Obras, t. 5, p. 7).

 

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Al reseñar la primera edición de las poesías de Bretón, M, Carnerero (en Cartas Españolas, 183 1, t. 3, p. 299), afirma: «Lo que a nuestro entender distingue las poesías de Bretón, es la facilidad con la que están escritas: se ve desde luego que el versificar no le cuesta gran pena y que todos los metros se someten dóciles a su flexibilidad poética...». Expresando su elogio de la poesía de Bretón, E. de Ochoa exalta «la extraordinaria facilidad en la versificación y la natural soltura con que maneja a su antojo las más difíciles combinaciones de verso» (Don Manuel Bretón de los Herreros, en «Galería de Ingenios Contemporáneos», en El Artista, II (1836), III, p. 3). Le hace el eco A. Gil de Zárate, al decir que Bretón en sus composiciones poéticas «... ensayó aquella facilidad y soltura que en medio de las mayores trabas de la versificación y de la rima ha brillado tanto después en sus producciones, y forma la prenda característica de este poeta» (D. Manuel Bretón de los Herreros, en Galería de Españoles Célebres, Madrid, 1842, p. 18). J. Valera aprecia del autor «...la maravillosa facilidad y maestría en el manejo del idioma, de la rima y del metro» (La poesía lírica en la España del siglo XIX, en Obras Completas, Madrid, Aguilar, 1949, p. 1200). La opinión de estos contemporáneos de don Manuel, es compartida por M. Menéndez Pelayo quien define a Bretón: «... poeta... de singular facilidad y rica vena, versificador maravilloso como, desde Lope, no había producido otro igual España» (La historia externa e interna de España en la primera mitad del siglo XIX, en Estudios y discursos de crítica histórica y literaria, Santander, CSIC, 1942, t. 8, p. 265) y por J. L. Alborg que reputa que «... la habilidad versificadora (de Bretón) es incomparable» («La comedia moratiniana durante el Romanticismo. Bretón de los Herreros», en Historia de la literatura española, Madrid, Gredos, 1980, t. 5, p. 648).

 

394

Cfr., G. Le Gentil, Le poète M. Bretón de los Herreros et la société espagnole de 1830 à 1860, París, Hachette, 1909, pp. 216-230.

 

395

Especialmente crítico se muestra J. Hesse (Introducción a: M. B. de los H., Marcela o ¿A cuál de los tres?, Madrid, Taurus, 1969, p. 26), para quien no puede considerarse a Bretón «... como un gran poeta, ya que le falta no sólo profundidad, sino ese algo indefinible que da valor y califica a la verdadera poesía».

 

396

Escribe J. Martínez Villergas (Juicio crítico de los poetas contemporáneos, París, Rosa y Bouret, 1854, p. 15) que Bretón: «... a pesar de todo deja siempre algo que desear: festivo más que punzante y hablista más que pensador, suple con una verbosidad sui generis a las dotes epigramáticas que le faltan». P. A. de Alarcón (La Desvergüenza. Poema joco-serio de D. M. B. de los H., en Obras Completas, Madrid, Ediciones Fax, 1954, p. 1785) opina que el autor: «... cuanto más acre quiere ser, su sátira no corre, no excita, no indigna, no subleva». Del mismo parecer se muestran E. Piñeyro (El Romanticismo en España, París, Garnier, 1904, p. 150) y G. Flynn (The Poems, en M. Bretón de los Herreros, New York, Twayne Publishers, 1978, p. 127): «... his verses have no sharry teeth; he writes to delight, not to correct...»

 

397

M. Bretón de los Herreros, «De la rima», en Correo Literario y Mercantil (6-X- 1833).

 

398

Véase, p. ej., la letrilla «Cosas vitandas»: «De imaginar que Tiburcio / Con leer sólo a Rengifo, / Como a hacer un logogrifo / A hacer poemas aprenda/Dios me libre y me defienda» (en Obras, p. 140) y los epigramas «A un recién poeta de pocas esperanzas» (ibid., p. 319) y «A otro mal poeta» (ibid., p. 319).

 

399

El Marqués de Molins (M. Roca de Togores, Personajes ilustres. Bretón de los Herreros, Madrid, La España Moderna, 1893, p. 33), afirma que don Manuel: «... hablaba en prosa con más dificultad que improvisaba en verso Mesonero Romanos, en sus Memorias de un setentón (Obras, B. A. E., 203, Madrid, 1967, t. 5, pp. 175-176) recuerda «... su prodigiosa facultad para versificar, aunque fuese una noche entera,...».

 

400

«De la rima», ob. cit., p. 283.