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Desarrollo urbano de una pequeña ciudad minera. Laviana (Asturias)

Alberto J. Rodríguez-Felgueroso


(Departamento de Geografía. Universidad de Oviedo.)

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Resumen

Pola de Laviana es una pequeña ciudad, cabecera del municipio del mismo nombre, ubicada en la Comunidad Autónoma de Asturias. Su desarrollo urbano está vinculado a la aparición de la actividad carbonera y a la sustitución paulatina del monocultivo agrario por el carbonero. Su estructura urbana se organiza en torno a las plazas y a la principal vía de comunicación. Palabras clave: Pequeña ciudad, actividad minera, desarrollo urbano.




Abstract

Pola de Laviana is a small town, the head community of the equally titled municipality, situated in the Autonomous Community of Asturias. Its urban development is linked to the existence of coal mining activity and to the gradual substitution of agrarian monoculture by coal monoculture. Its urban structure is organized around town squares and the main street of the community. Key words: Small town, mining activity, urban development.






El desarrollo urbano de Pola

El desarrollo morfológico de las entidades territoriales refleja aspectos significativos de la estructura y dinámica de las mismas; análisis que se afronta desde diferentes perspectivas metodológicas.

Algunos autores (George, 1974) consideran la forma como el estudio prioritario en el análisis urbano, estudian el modo en que las fases del desarrollo urbano se reflejan en la configuración del plano de las ciudades. Otros insisten en el análisis de los edificios y calles como expresión artística de «las condiciones económicas y culturales de los habitantes», de manera que los «elementos estructurales del plano» serían el reflejo de los fenómenos socioeconómicos como el «resurgimiento de la burguesía» (Rossi, 1976).

En una situación intermedia entre quienes priorizan el análisis morfológico y quienes lo reducen a un complemento, Murcia (1978) considera «que los aspectos sustanciales de la morfología territorial (urbana o rural), tales como el   —152→   trazado del plano, la edificación y los usos del suelo, reflejan algunos de los aspectos de moderada relevancia relativos, sobre todo, a la funcionalidad de las unidades territoriales significativas y sus cambios históricos».

El desarrollo urbano de Laviana, realizado partiendo de unas fuentes limitadas, nos permite diferenciar las fases de expansión urbana a lo largo de los últimos 130 años, asociados a los movimientos económicos y el florecimiento de la actividad minera. La expansión del plano está condicionada, en el área del «Sutu», a los intereses económicos de la principal empresa asentada en las inmediaciones de Pola: Coto Musel y en la orilla derecha del río por otras empresas mineras, constituyéndose hoy en la zona de mayor intensidad edificativa; en el resto de las manzanas son prioritarias la antigüedad del poblamiento o la incidencia del relieve.

La morfología actual es el testimonio de «estados estructurales antiguos» que han condicionado el comportamiento de la estructura urbana actual. El crecimiento urbano de Pola va indisolublemente unido al desarrollo minero y al cambio en la base económica de sus habitantes. Esto permite a Pola evolucionar, en un tiempo relativamente corto, desde una villa con menos de mil habitantes y un caserío semidiseminado, a la ciudad actual casi seis veces superior.




Hitos del crecimiento urbano


Un poblamiento antiguo

A lo largo de los siglos XIII y comienzos del XIV se desarrollan en Asturias 27 pueblas, entre ellas ocupando el lugar vigésimo tercero: Laviana (Ruiz de la Peña, 1981). Todas ellas gozaban de un privilegiado ordenamiento jurídico y autonomía concejil; eran, a su vez, aglutinadoras de la vida económica y administrativa de las áreas rurales de su alfoz.

Ruiz de la Peña no se inclina sobre la cronología fundadora, ya que considera necesario retrotraerse a Alfonso XI e incluso anterior a Alfonso X. Hay, no obstante, citas tales como las que acompañan la afirmación anterior y que transcribimos: «9-11-1343 Gonçalo Ferrández, notario público del rey en la Pobla de Laviana» (A.M.S.P., F.S.V., núms. 1.373 y 1.472). Hay otra referencia más antigua, de 1284, donde se alude a los jueces de Laviana y al sello de su concejo, pero sin hacer referencia a la puebla, de donde se puede inferir que aún no estaba constituida (A.M.S.P., F.S.V., núm. 1.205).

Ello no niega que antes pudo haber habitantes, aunque no conste documentalmente y pudieran ser consideradas «ex novo». También el ser vértice de una zona particularmente rica. El autor citado valora, en el caso de Laviana,   —153→   Langreo, Aller y Sobrescobio, la propia situación geográfica, adecuada para la función centralizadora de las pueblas con respecto a su área rural circundante y capaz de afirmar la vocación aglutinadora, asegurando la concentración de la población dispersa y centralizando la vida económica y administrativa.

A mediados del siglo XV la superficie del alfoz de Laviana era de 100 kilómetros cuadrados aproximadamente; siendo el número de habitantes entre 500 y 700.

Quizá los primeros vestigios históricos sobre Laviana correspondan a la cultura de los castros ya que hay dos yacimientos: El Cerco, próximo a la Pumarada, en la parroquia de Villoria y el Castrillón en la parroquia de Pola (Alvargonzález, 1978) que testimonian su existencia.

En el reinado de Juan II, año 1400, según consta en varias escrituras, era ya villa. Cien años después, 1504, aparece como cabeza del municipio del mismo nombre, teniendo potestad para elegir representantes en la Junta General del Principado.

En tiempos de Felipe II, y en relación mandada hacer sobre las parroquias existentes en todas las diócesis de España, figura Laviana perteneciente, al igual que la de Riaño de Langreo, al Arcedianato de Gordón y dotada de 17 iglesias (Rodríguez, 1982). El mismo rey manda hacer un censo en 1594 en el que el Concejo de Laviana figura con quinientos vecinos pecheros.




La ciudad preindustrial

El primer plano histórico conocido de la villa de Pola es de mediados del siglo XIX, publicado en el Atlas de Francisco Coello (1870). La realización pudo estar a cargo de Martín Ferreiro (Quiros, 1985).

En él podemos constatar la inexistencia de carretera de acceso, que se realiza en ese momento, la exigüidad del poblamiento, concentrado en torno a las dos plazas -antigua y nueva- y la existencia, citada en la cartela del plano de servicios administrativos, judiciales y policiales (fig. 1).

La parroquia, referida al edificio de la iglesia, ocupa una posición marginal, al igual que la casa del presbítero, respecto al resto de la villa polesa.

En esta época Pola de Laviana es ya una villa en la que se esboza el carácter administrativo, cobrando importancia la función comercial, como testimonia Madoz. La conocida publicación estadística (Madoz, 1840) nos permite conocer la base económica, fundamentalmente agraria, hasta bien adentrados en el siglo XX. En el citado libro figura «Polo de Labiana (sic) como ayuntamiento del partido judicial del mismo nombre en la provincia y diócesis de   —154→   Oviedo... Tiene una población de 1.196 vecinos 4.913 almas». Las cifras económicas manifiestan las características propias de una ciudad preindustrial, dado que del total de riqueza imponible, el conjunto formado por la industria y el comercio, supera levemente el siete por ciento.

La función administrativa de Pola emana tanto de ser la capital municipal, como, y, sobre todo, porque desde 1835 era cabeza de partido judicial. De este modo puede conservar el poder de atracción que ejercía sobre los municipios vecinos y asegurar el incipiente desarrollo urbano del núcleo.

Plano de Pola de Laviana

Figura 1. Plano de Francisco Coello, publicado en 1870.

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Esta funcionalidad queda reflejada en el plano levantado a finales de la década de 1900 en el que los principales edificios públicos, administrativos y religiosos, destacan sobre el conjunto del caserío y marcarán puntos de referencia en el posterior desarrollo del plano. Los tres principales edificios públicos: Casa Consistorial, juzgados e iglesia parroquial ocupan lugares marginales en el casco urbano, pero disponen de amplias plazas en la fachada principal de los mismos. Ante el Ayuntamiento, en la actual plaza de Palacio Valdés, se levantaba el quiosco de la música, común a la mayoría de las principales poblaciones del valle, rodeado de una zona ajardinada, quedando delimitado el espacio por algunos edificios en las zonas frontal y lateral norte, ya que en dirección oeste se dispone de espacio suficiente para una gran avenida que lleve hasta la iglesia parroquial.

A finales de la primera década del siglo actual, Pola de Laviana contaba con un caserío reducido, unos doscientos solares edificados, construido en torno a las calles de Abajo y de Arriba. La calle principal está trazada en dirección NO-SE y marca el límite del poblamiento más denso situado por encima de la cota de los 297 metros, percibiéndose un diseño inicial siguiendo la disposición de las curvas de nivel, originando consiguientemente un trazado viario no regular.

En el plano que se adjunta elaborado en diciembre de 1909, a escala 1:2.000, (fig. 2) puede observarse la mayor ocupación residencial del suelo en el área triangular alargada determinada por las calles de Arriba y de Abajo. Destacan asimismo las edificaciones en la calle Sol, constituyendo el barrio de Otero Norte.

Plano de Pola de Laviana

Figura 2. Plano del ingeniero Enrique Galán, año 1909.

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El poblamiento permanece alejado del cauce fluvial y en las cotas más altas del fondo de valle. El río Nalón no estaba canalizado entonces y las crecidas anegaban las tierras más próximas al curso fluvial, hecho que disuadía del uso de la rivera como lugar de residencia permanente, ya que las inundaciones llegaban hasta la iglesia de Pola.

Las plazas constituyen la característica más común en la disposición del parcelario. Su ubicación y denominación están vinculados a la función. Así, la plaza del ganado, hoy de La Pontona, lugar de realización del mercado de animales los jueves de cada semana. La del Mercado abastecía a la población de los productos hortofrutícolas, comercializados directamente por los campesinos productores, exentos de pagar impuestos municipales por tal actividad. La plaza del Sol -hoy de la Encarnación- marcaba la confluencia de la calle de Arriba y la del Sol dirigiéndose al barrio del Otero. La de la Iglesia favorecía la concentración y relación social vinculada a los actos religiosos colectivos. El conjunto originaba un triángulo perceptible en el plano urbano gracias a la proximidad de los edificios públicos anteriormente citados.

La mejora de las comunicaciones se manifiesta por la presencia de la estación del ferrocarril de Langreo, emplazada en la salida hacia Oviedo. Cobra importancia la carretera a Campo de Caso, que será la gran avenida de la villa.




El plan de ensanche de 1929: primer intento de delimitación del suelo urbano

La planificación del crecimiento urbano de Pola es consecuencia de un hecho económico: el incipiente desarrollo de la minería. Ésta origina oferta de empleo y propicia la inmigración.

Las plazas, y los consiguientes edificios públicos que las justifican, constituyen los focos de atracción del auge constructor, a finales de los años 20, debido a su centralidad administrativa y al espacio abierto disponible ante los edificios.

Mejoran las comunicaciones con la orilla del río opuesta al poblamiento, debido al trazado del puente del «Sutu» sobre el río Nalón que facilita la salida de carbones de Coto Musel hacia el cargadero del ferrocarril de Langreo y acerca la otra margen del río a la población. Pola experimenta un incremento de edificaciones en estas primeras décadas (Canella, 1927). En el año 1929 se proyecta el «Plano de urbanización y ensanche del Casco de Población de Pola de Laviana».

En él puede adivinarse el embrión del futuro modelo de crecimiento del núcleo de Pola, supeditado a dos realidades: física la primera y económica la segunda. La hidrografía tanto por parte del Nalón, cuyas crecidas no se controlan,   —157→   como el arroyo de La Pontona, no canalizado, marca la delimitación en la expansión. El hecho económico viene dictado por los intereses y propiedades de las dos empresas más importantes del momento: Coto Musel y Charbonnages de Laviana.

Se persigue consolidar el espacio construido comprendido entre las calles de Arriba y de Abajo, la parte más arcaica, y continuar la expansión urbana en manzanas de forma rectangular.




La consolidación de la expansión urbana y el auge de las viviendas obreras

En la década de los cincuenta continúa el ritmo de crecimiento iniciado en los años veinte y consolidado en los cuarenta; se siguen completando las manzanas antiguas y las inmediaciones de la arteria principal. La iniciativa pública se hace eco de la demanda social de viviendas en este período.

Las largas gestiones municipales ante la Administración central culminan con un resultado positivo: La barriada de Fontoria y el barrio de Blanca Nieves. Ambas están promovidas por «la Obra Sindical del Hogar» que construye dos tipos de viviendas (Estebanez, 1989). El primero son cuatro pabellones idénticos, constituyendo una manzana cerrada y con patio interior, conocidos por el topónimo del lugar de edificación: Fontoria. Las segundas son casitas unifamiliares adosadas, situadas en las inmediaciones de la anterior barriada, bautizadas popularmente con ese nombre, dado lo diminuto de las mismas y lo cuidado de su diseño, que hace recordar el conocido cuento de los enanitos si se las compara con los bloques en altura de la barrida vecina.

En los años cincuenta se aprueba e inician las obras del encauzamiento del río Nalón desde La Chalana hasta El Sutu y se propone la construcción de una playa fluvial en el primero de los lugares citados.

No se desarrollan algunas de las propuestas del Plan de Ensanche de 1929 como los parques y jardines previstos en el mismo. Tan sólo debe constatarse la realización de un campo de deportes y un frontón en la zona ajardinada prevista.

En enero de 1953 se propone otro proyecto de «Ensanche y Nueva Ordenación de Pola de Laviana», obra del arquitecto Félix Cortina Prieto, cuya característica más interesante respecto al de 1929 es no condicionar el crecimiento a intereses de propietarios como Coto Musel y superar la limitación física del arroyo de la Pontona. Planifica globalmente el territorio de la vega de una forma paralela al crecimiento consolidado ya en la carretera Oviedo-Caso, dilatándose hasta el río. Se prevé la construcción de una calle de circunvalación bordeando   —158→   la orilla derecha del Nalón, con entrada por las inmediaciones de la estación de ferrocarril y salida al final de Pola en dirección al puente de La Chalana.

Las manzanas son de tipo rectangular, con calles ortogonales e incluyendo algunas rotondas en las confluencias más importantes.

Podemos destacar como previsiones más interesantes la ampliación del área destinada a parque, jardines y quiosco de música, previéndolo como una gran superficie única ubicada en la parte central de la villa y próxima a los principales edificios y equipamientos públicos. De hecho se propone la instalación de las principales dependencias de servicios municipales, plaza y matadero, en las inmediaciones del parque. Se mantiene el área destinada a deportes y se instalan en su proximidad los centros escolares y de salud, así como las dependencias policiales.

Entre los años sesenta y setenta se produce un crecimiento destacado de Pola de Laviana tanto en habitantes -con un incremento de 1.533 en el decenio- como de viviendas que alcanza la cifra de 632. Es un desarrollo centralizado en la capital municipal en detrimento del resto del territorio. Fenómeno asociado a la cada vez mayor especialización ocupacional de la población activa agrupada en torno al primario-minero y el terciario.




La expansión del crecimiento en los terrenos de la vega. La consolidación de la expansión propuesta en 1953

El crecimiento espacial de la villa cobra un nuevo impulso a partir de los años setenta, continuando el auge iniciado en los años cincuenta en el concejo y, particularmente, en Pola. Este apogeo es un reflejo del desigual crecimiento de las parroquias del Concejo; hay una preferencia locacional por asentarse en el núcleo de Pola en detrimento de otras áreas rurales.

Se levantan algunos edificios de gran altura consecuencia del afán especulador y la preferencia por ocupar zonas céntricas, aprovechando el derribo de viejas edificaciones. La zona más alejada del centro es la conocida como de «Los Palomares» en la que se inician entonces las edificaciones y es hoy la de mayor intensidad constructiva.

La calle principal presenta diversidad de alturas, relacionadas con la antigüedad de los inmuebles, siendo los más vetustos de dos y tres plantas y los de construcción más reciente oscilan entre las cuatro y las seis alturas. Podemos resaltar que se elige como opción el crecimiento en altura frente a otras posibilidades como las viviendas de tipo unifamiliar, que quedan relegadas al exterior del núcleo urbano. Las dos grandes barriadas Fontoria y Fontoria Nueva están constituidas por bloques de tres y cuatro alturas.

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El 3 de febrero de 1977 se aprueba por la Comisión Provincial de Urbanismo la «Delimitación del suelo urbano de Pola de Laviana» (García Fernández, 1980), basándose en el trazado propuesto en 1953, cuya característica más notable pudiera ser la ya citada demarcación de la carretera de circunvalación del núcleo de la villa polesa, le sirve para delimitar el área de expansión urbana, coincidente «de facto» con el límite impuesto desde antaño por el cauce fluvial.

La delimitación de suelo urbano propuesta por García Fernández, se inscribe en un proyecto más amplio que comprende otros muchos núcleos del Principado especialmente de las zonas central y costera, pero en el caso de Laviana tiene una particularidad que es preciso resaltar. Se consideran como núcleos urbanos todas las poblaciones que superan los quinientos habitantes de hecho. Esta actuación de previsión de crecimiento se consagra en las Normas Subsidiarias de 1983 que contempla la actuación conjunta.




Situación de la década de los ochenta

A comienzos de la década se realiza un inventario de las características de las viviendas (cuadro 1) que adjuntamos por su interés. En el mismo, extractado de la Memoria que acompaña a las Normas Subsidiarias, se señala la existencia de 3.240 viviendas de las que el 83,4% corresponde a viviendas colectivas, siendo esta cifra cercana al 90% en el núcleo urbano de Pola.

Tabla sobre tipos de viviendas

Cuadro 1. Características de la edificación y la vivienda.
B: bueno, R: regular, M: malo y M.M.: muy malo. Fuente: Inventario de Usos de Suelo y Edificación. 1980.

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El proceso de delimitación del suelo urbano culmina con las «Normas subsidiarias de planeamiento del Concejo de Laviana» aprobadas por la Comisión de Urbanismo de Asturias el 16 de enero de 1984.

El núcleo urbano ha ido creciendo dentro de los límites marcados por las normativas urbanas citadas hasta la fecha, conservando el criterio del crecimiento en manzanas regulares.

Podemos destacar como más notable, el aumento de edificios destinados a equipamientos y usos colectivos en áreas periféricas. Tal es el caso de la construcción del polideportivo en las cercanías de la estación de FEVE, colindante con el campo de fútbol de propiedad municipal. En la zona este, en dirección a la Sertera, se levanta el mercado de ganados, ocupando una superficie considerable, asentando en sus proximidades algunos servicios de extensión agraria. Se edifican nuevas unidades educativas en el barrio Virgen del Otero y se inaugura la sede de los nuevos juzgados en el inicio de la calle de los Palomares. Todas los equipamientos citados tienen en común, al igual que el reciente centro de salud y la residencia de ancianos, su ubicación en las zonas periféricas del casco urbano.

Asistimos al derribo de inmuebles antiguos de poco volumen edificado que ocupaban un lugar central, preferiblemente en la arteria principal; a la construcción de nuevas viviendas en los antiguos solares, intensificando notablemente el volumen edificado, superando los cuatro pisos previstos en la actual normativa urbanística. Los bajos de estas nuevas edificaciones van siendo ocupados por una floreciente y, cada día, más especializada actividad comercial.

Las edificaciones de nueva planta se levantan, además de en los solares no construidos, en las manzanas centrales, en la zona sur de la villa, en el área delimitada por la carretera a Campo de Caso y el cauce del Nalón. La calle de Los Palomares asiste a una edificación importante tanto en volumen como en superficie, participando conocidas empresas constructoras del Principado y siendo promovidos algunos de los edificios por el Patronato Minero. El tipo de vivienda elegida son los bloques de pisos de cuatro alturas.








Conclusión

La observación de las densidades nos permite afirmar que las más altas corresponden a los barrios populares, de iniciativa pública, ocupadas por familias numerosas y de ingresos reducidos, mayoritariamente trabajadores del sector minero. La calle-carretera principal tiene una densidad media de ocupación, como de ingresos medios pueden considerarse quienes la ocupan, principalmente trabajadores cualificados y comerciantes.

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No existen fuertes contrastes sociales, siendo el más acusado el de las barriadas descritas en Pola y Barredos que acogieron a numerosos inmigrantes, debido a que la mayoría de la población es asalariada y el abanico de ingresos no es muy amplio en el sector mayoritario: el minero.

Existe una correlación entre alturas y cronología de las edificaciones, según aludimos con anterioridad, así los edificios de cuatro plantas son en general los más recientes, los que igualan o superan las cinco son de la década de los setenta o principios del ochenta y el caserío de una o dos plantas corresponde a las zonas de más antigua ocupación, con la excepción de barrio de «Blancanieves» coetáneo de Fontoria Nueva.

A lo largo de poco más de un siglo Pola ha pasado de ser un pequeño pueblo de caserío reducido a un núcleo urbano con casi cuatro mil viviendas. Su desarrollo espacial se articula inicialmente en torno a las plazas y, posteriormente, se completa con calle-carretera principal en sentido norte-sur. Luego en dos fases, la primera hacia el este, ocupando las laderas elevadas, y, la segunda, hacia el oeste, utilizando las inmediaciones del curso fluvial, una vez superados los inconvenientes de las crecidas y las limitaciones de las empresas mineras establecidas en los solares urbanos.

El trazado previsto en 1953 marca las pautas del rápido desarrollo urbano posterior. El plano actual, excepción hecha de las edificaciones emplazadas más al sur, confirma la vocación de ocupación de los terrenos de la vega. No han experimentado un crecimiento los espacios de uso público y ni siquiera el parque actual ocupa toda la superficie prevista hace casi media centuria. La filosofía de dotar de menor equipamiento de zonas verdes aludiendo a la proximidad de espacios libres de carácter rural nos parece, cuando menos, discutible.

Pola de Laviana se ha convertido en el núcleo urbano aglutinador de la mayoría de la actividad comercial y administrativa del Alto Nalón; ofrece una buena parte del empleo terciario del área, es un lugar residencial preferido en el ámbito de la Mancomunidad del Nalón en que está inscrita, según se desprende de los resultados censales últimos. Frente a la crisis de empleo, especialmente minero, no se percibe paradójicamente una recesión en la actividad constructora en el núcleo urbano, debida seguramente al menor precio de las viviendas respecto a otros lugares del ocho asturiano y la mejora en las comunicaciones. Es preciso destacar que la oferta de empleo local satisface a poco más del 20% de los ocupados del área territorial, siendo mayoría los residentes que trabajan fuera de la zona estudiada y que la prefieren como lugar de residencia.



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Referencias bibliográficas

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