Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Anterior Indice Siguiente






ArribaAbajoDivisión primitiva del tiempo entre los bascongados usada aún por ellos. Tratado del abate D. Lorenzo Hervás, bibliotecario, etc., dedicado a la ínclita gente bascongada


ArribaAbajo[Introducción, formada por tres apartados numerados, I al III]

I. Por vascongados en España se entienden los naturales de las provincias de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava y del reino de Navarra, porque en estos países se conserva la lengua llamada vascuence, que es la primitiva de sus primeros moradores y la propia de los progenitores de la nación española. La lengua vasca ha empezado a desaparecer en muchos pueblos del reino de Navarra y de muchos más de la provincia de Álava. La dicha lengua, con poquísima diferencia, se conserva en los países de Francia confinantes con Guipúzcoa y Navarra, y antes se habló en toda la Gascuña, cuyo dialecto francés conserva toda la pronunciación y muchas palabras del vascuence, y como también de éste son innumerables nombres topográficos de ella. El lenguaje vascongado que se habla en Francia se suele llamar «labortano».

II. La división del tiempo usada al presente por los vascongados es la primitiva de sus progenitores, como claramente se infiere de la calidad y significación de los nombres que dan a las partes en que dividen el tiempo, las cuales son el año y sus partes, esto es, el año dividido ya en cuatro estaciones y ya en dos períodos, uno mayor, que es de meses, y otro menor, que es de semanas. El nombre que en vascuence se da al año indica claramente que éste es solar, pues alude a la época o temporada ánua en que suceden las lluvias mayores.

Asimismo, el nombre que en vascuence se da al mes conviene radicalmente con el vasco de la luna, por lo que se conoce que el curso de ésta arregla la duración del mes, lo que ha sido común entre las naciones antiguas.

Los nombres que en vascuence se dan a los meses aluden a algún efecto sensible del tiempo respectivamente en algunos de ellos y a algunos ejercicios corporales para mantener la vida. Y esta alusión, que es la más natural, es la primitiva entre las naciones.

Los nombres que en vascuence se dan a los días de la semana, indican la antigüedad del uso de ésta y el orden de ellos.

Proponiéndome yo exponer la división indicada del tiempo entre los vascongados, trataré primeramente de los nombres de los días de la semana y después de los nombres de los meses, de la luna, de sus cuartos, del sol, del año y de sus estaciones o temporadas.

III. Para escribir esta obra impulso total me ha dado el señor don Tomás de Sorriguieta (sic, Sorreguieta), enviándome graciosamente sus tomos sobre la Semana Hispano-bascongada271 con una carta en que me pide mi parecer sobre su obra; y mi respuesta ha sido tomando luego la pluma para escribir esta obra, porque yo no podía dar mi parecer sobre la del señor Sorreguieta sin empeñarme en impugnar lo que en la misma no me agrada; y por genio soy contrarísimo a la ocupación de impugnar [...]272 pareciéndome que el mejor método de impugnarlas con uti[lidad sin] fastidiar a los lectores [consiste en] procurar establecer [clara]mente la que parece se juzga más verdadera. Por ello me determiné practicar esto mismo exponiendo mi modo de pensar, no solamente sobre la semana vascongada, mas también sobre los meses y el año de los vascongados.

Sobre los dichos meses y semana ha escrito eruditamente el señor don Pablo Astarloa273, que también me ha favorecido regalándome su obra.

Yo, respetando la opinión de estos escritores vascongados, expondré la mía, Sin las ayudas particulares que ellos tienen en el vascuence, su lengua nativa, a cuyas palabras se necesita acudir a consultar para decidir casi todas las dudas que en el asunto presente ocurren.




ArribaAbajoCapítulo I. Nombres que en vascuence se dan a los días de la semana y explicación del nombre de ésta en vascuence (ap. IV al IX)

IV. La semana en vascuence se llama astea y los nombres que, en vascuence, se dan a los siete días de ella son los siguientes:

Días de la semana y nombres que a ellos se dan en vascuence:
Domingo igandea iandea domeca
Lunes astelena ilena
Martes asteartea martitzena
Miércoles asteazquequena eguastena
Jueves osteguna orceguna eguena (egüena274)
Viernes ostirala orcirala baricua
Sábado larumbata iracoitza zapatu

V. Los nombres puestos se usan en los dialectos vascos de España y varios de ellos se usan en el l[aborta]no.

El nombre de la semana es astea, en que la final a es artículo que denota el nominativo del singular; por lo que el nombre está compuesto del dicho artículo a y de la dicción aste, que parece significar «comienzo» o «principio», porque se supone provenir del verbo asi, que significa «principiar» o «comenzar» y se conjuga de este modo: asten-det, «empiezo yo»; asten-dec, «empiezas tú»; asten-deu, «empieza aquél». En labortano se dice astea «empezar» y astea, «semana»: astean, astecoa, «lo necesario para la semana».

La semana fue el primer período del tiempo, que empezó con la creación mundana, y es el menor de los períodos en que se divide el tiempo. Habiendo sido la semana el primer período de éste, con mucha propiedad se puede dar a ella un nombre que significase principio. Según la Historia Sagrada de la creación del mundo, éste se crió en seis días por Dios, que cesó de criarlo en el día séptimo. Y esta creación en el texto hebreo se llama sabbat, que también significa «descanso». Del nombre sabbat, que, con propiedad, se dio al séptimo día, se derivan el nombre español sábado y los nombres que a éste se dan en muchas lenguas europeas, asiáticas y africanas. Los hebreos, asimismo, a la semana dieron el nombre de sabbat y contaban los días de la semana diciendo: el día primero, segundo, etcétera, de sabbat. Así, en San Marcos (XVI. 9) se lee prima sabbati, esto es, «el primer día de sabbat» o de la semana; y en el evangelio de San Lucas (XVIII. 12) se lee jejuno bis in sabbato, esto es, «ayuno dos veces o días en el sabbat» o semana.

Si en el hebreo a la semana se dio nombre alusivo a lo que sucedió el séptimo día de la Creación, el cual es el sábado, último de la semana, no hay dificultad en conjeturar que en el vascuence a la semana se dio nombre alusivo al haber sido ésta principio del tiempo. En las lenguas curdistana, armenia y georgina los días de la semana se cuentan como en hebreo, mas el sábado se llama schambi en el curdistano, schaepat en armenio, savathon en georgiano. Todos estos nombres, schambi, schapat y savathon proceden del hebreo sabbat.

VI. El señor Astarloa, que larga y eruditamente trata de la semana bascongada, le da el nombre bascuence astia, que hace provenir de asi, «empezar o principiar» y supone que sea alteración o corrupción de ilastia, «Lunar principio», que se compone de il o ila, «luna» y de astia, «principio»275. Y, de consiguiente, infiere que el nombre astia, corrupción vulgar de ilastia reducido a su primitiva significación, significa «lunar-principio» o «de la luna-principio». Este ofrecimiento sirvió de base al señor Astarloa para conjeturar que los nombres vascos de los días de la semana aludían a los días de la luna.

VII. Observo yo que en los diccionarios del vascuence usados en los dialectos de España la semana se llama constantemente asteá y no astiá. Los vizcaínos, alaveses, guipuzcoanos y navarros en España la llaman astea y así también se llama en labortano; y en éste y en el vascuence hay muchos nombres derivados de aste, alusivos a las cosas de la semana.

Este uso constante del nombre de asteá no hace creíble que astea sea alteración del nombre ilastiá, que Astarloa supone usado primitivamente por los vascongados. En las palabras de toda lengua se advierte generalmente que las vocales se mudan con el uso más frecuentemente que las consonantes, por lo que fácilmente se pudo mudar astiá en asteá, o al contrario; y más difícilmente se pudo mudar ilastiá en astiá o asteá. Para suponer mudanza tan notable es necesario alegar alguna prueba cierta o verosímil.

VIII. Astarloa usa, como se ha dicho, el nombre astiá suponiéndolo alteración de ilastiá. Y contra esta suposición, en caso de haberse llamado primitivamente astiá «la semana», yo alego una conjetura diversa, y es que, quizá, se usó el nombre astiá que es antiguo vascuence, y que con el uso fácilmente degeneró en asteá. El nombre astia, según el Diccionario de Larramendi276, en el vascuence significa «tiempo o espacio», y en el dialecto labortano significa «tiempo, oportunidad, ocio». Si por ventura la semana primitivamente se llamó atiá en vascuence, se le dio nombre vascongado que significa «tiempo», y esta significación conviene bien a todo período temporal: así etos (palabra griega) significa «tiempo y año», según Suidas en su Lexicon277 y proviene de la caldea eth, «tiempo», como bien advierte Gerardo Vosio en su [...]278. Los antiguos escritores griegos con frecuencia usan el nombre chornos para significar «Saturno, el año y el tiempo». Y en las lenguas tagala, bisaya y javana, que son dialectos malayos, el año y el tiempo se llaman taong, tuig, fawan. No obstante de llamarse «tiempo» el año en estas lenguas y de ser tan fácil la mudanza de astiá en asteá, no me atrevo a afirmar que el nombre primitivo de la semana vascuence fuese astiá «tiempo». Parece que debió ser asteá, de uso general entre los vascongados, como también lo son sus derivados astelariá, «semanero», astelarintzá, «semanería» y los nombres que se dan en vascuence a los siete días, y se han puesto antes en las tres columnas, se leen en el Diccionario vasco de Larramendi. Y algunos de ellos hallo en un pequeño diccionario labortano manuscrito que debo al favor del señor barón Humboldt, ministro prusiano en esta corte de Roma279, el cual, al conocimiento de las lenguas griega, latina, inglesa, alemana nativa, añade el del vascuence.

Hay dos que claramente no son del vascuence; estos son: domeca «domingo» y martitzena «martes». Domeca proviene claramente del latino dominica; y martitzena proviene del español Martes. Del nombre zapatua, que es el tercero que se da al sábado, se podrá dudar si proviene del hebreo-latino sabbatho o del nombre numeral280 zaspi, que en vascuence significa «siete». Y este nombre conviene al sábado, que fue y es el séptimo día de la semana, mas era el sexto de la semana vascongada (XIV).




ArribaAbajo Capítulo 2. Significación de los nombres vascongados que se dan al domingo y al lunes. Orden de los días de la semana entre las naciones ilíricas, la húngara (que es escítica) y la turca (que es tártara) (ap. X al XIX)

X. Paso ya a explicar los nombres bascongados que se dan a los días de la semana. Y, para inteligencia de su explicación y de las consecuencias que se infieren se debe tener presente la distinción que se hace entre los nombres astronómicos y entre los populares o primitivos de los días de la semana. Los nombres astronómicos son los alusivos a los siete planetas Sol, Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno, conocidos desde la más remota antigüedad; y los populares o primitivos son los que no aluden a dichos planetas; y deben ser los más antiguos, porque se debieron usar antes del estudio astronómico que dio a conocer los planetas; y aluden a ideas naturales de tiempo o de números, contándose por su orden los siete dias de la semana.

XI. El «domingo» en vascuence y en labortano se llama igandea, y también en vascuence se le da vulgarmente el nombre de iandea, el cual parece ser claramente contracción o abreviatura de igandea, del que, dejándose la letra g, resulta iandea. El nombre igandea en vascuence se usa también para significar «subida» en general, y no fácilmente se podrá conjeturar la alusión que esta significación pueda tener con el domingo o el sentido en que a éste pueda llamarse «subida».

¿El domingo en la semana vascongada era su último o su primer día? Hay motivo para conjeturar que fuese el último día, porque el nombre [del] lunes, como después (XIV) se probará, indica que el primer día era el lunes, pues su nombre significa «principio primero o tiempo primero» y, según, estas significaciones del nombre del lunes, debiendo este ser el día primero, el domingo debería ser el último. Cómo, pues, al último día de la semana pueda convenir un nombre que signifique «subida», no se entiende. Si el domingo entre los vascongados era el primer día de la semana, como lo era entre las demás naciones, no se entiende tampoco el sentido o alusión con que al domingo se pudo dar nombre que significase «subida». Yo conjeturo que Igandea es un nombre compuesto, alterado o corrompido con el uso vulgar, como después (XIII) diré.

El señor Astarloa281 dice que Igandea es nombre compuesto del verbo igon que también se dice igan y significa «subir», y del adjetivo andia «grande», por lo que igandia significa «subida grande». Y añade que esta significación aludió a la subida grande de la luna en el plenilunio.

Asimismo dice que el nombre igandia, alusivo al plenilunio, se usó antes de usarse el período semanal; y que después de empezar el uso de éste, se dio al domingo.

Para conjeturar todas estas cosas se necesitan pruebas, a lo menos verosímiles, que no hallo. El nombre igandea del domingo se usa aún al presente en el vascuence con la simple significación de «subida», por lo que no hay necesidad de figurárselo compuesto para darle esta misma significación. Asimismo, la semana, desde el principio del tiempo o desde la creación del mundo, fue el primer período que del tiempo hubo y que se halla usado por las más antiguas naciones. Por lo que, entre los antiguos vascongados, no se debe suponer posterior al período lunar ni a ningún otro período de tiempo.

XIII.282 Yo había conjeturado, como he dicho antes, que el nombre, igandea se ha alterado y que primitivamente, en lugar de la dicción inicial igan, se diría egun que en vascuence significa «día, hoy»; y, porque la sílaba de se usa aún para significar la palabra «es», el nombre egunde o egundea significará «día-es u hoy-es», esto es, «tenemos día». Y estas expresiones no desdicen del domingo, que fue el primer día del tiempo o fue principio de éste.

Después de habérseme ofrecido la dicha conjetura, en que supongo haberse usado antiguamente egun en lugar de la dicción inicial igan del nombre igandea, he leído la nueva conjetura del señor Sorreguieta283 que lee egun-bea, en lugar de igandea; y porque egunbea componiéndose de egun «día» y de be «bajo», significa «dia bajo», supone que el domingo era el último día de la semana. Si el domingo hubiera sido el último día de la semana, bien le convendría la expresión de «día-bajo», mas el domingo fue ciertamente el primer día de la semana al empezar el tiempo, y es el primer día de ella entre todas las naciones que han usado, y usan, la semana ya astronómica, ya popular o primitiva, por lo que es verosímil que también lo fuese entre los vascongados.

Además de esto, el nombre egun-bea que pone Sorreguieta, se diferencia de igandea más que el nombre egundea de mi conjetura. Yo me inclino a conjeturar que los vascongados primitivamente contaron los días de la semana según el orden que universalmente les dan todas las naciones que la usan y, de consiguiente, el domingo entre ellos debió ser el primer día de la semana, aunque por algún motivo no se diese el nombre de primer día o porque no entrase en el número de los días de trabajo, o porque no se conociese como día aislado. Este pensamiento se conformará después (XVI) con el ejemplo de las naciones ilíricas y una escítica.

XIV. Al lunes en el Diccionario vascongado de Larramendi se dan estos dos nombres: astelena e ilena. El primero, que es de uso común, debe ser el primitivo; y el segundo parece aludir claramente al nombre que al lunes se le da en la semana astronómica con alusión a la luna, pues ilena se compone de la sílaba inicial il, que es radical de illa, ille «mes» y de ilargua, illargua «luna», por lo que el nombre ilena dado al lunes debe significar «día lunar» o «día de la luna». Este nombre, que es de la semana astronómica inventada por los brahmanes indostanos (XXVII) y hecha común entre muchísimas naciones, es de uso ciertamente posterior al de los nombres populares o primitivos de la semana.

A la clase de los nombres primitivos pertenece el de astelena, que los vascongados dan comúnmente al lunes y que, según Sorreguieta, significa «comienzo del principio».

Este astelena, según Astarloa284, significa «primer día de la época llamada astía», esto es, «primer día de la luna», según su interpretación o sistema.

XV. Según Larramendi en su Diccionario citado, en vascuence «primero» se dice lenena, lenengoa, y «antes» se dice len, lenago. Según estas significaciones, si aste significa «principio» (V), parece que astelena, siendo lo mismo que es aste-lenena, con alguna contracción, significaría «principio-primero» o astelena como compuesto de len, «antes»; sin contracción, significará «principio de antes».

Si aste es corrupción de asti, que significa «tiempo» (VIII), astelena significará «tiempo primero». Las dos expresiones de «principio-primero» o de «tiempo-primero» en el asunto presente, hallo ser casi sinónimas. Mas, ¿cómo, o por qué el lunes, que es segundo día de la semana, por los vascongados se pudo llamar «principio primero» o «tiempo primero», constando, por la Sagrada Historia y por la opinión general fundada en el orden que a los días de la semana dan las naciones, que el domingo fue el día primero de los tiempos?

Difícil me hubiera sido conjeturar con probabilidad el sentido en que el lunes, segundo día de la mañana, se llamó por los vascongados «principio-primero» o «tiempo-primero» si, para conjeturarlo, no me hubieran dado luz o motivo los nombres de los días de la semana en lenguas de naciones antiquísimas que aún ocupan países grandes de Asia y Europa. El lunes, pues, por los vascongados se debió llamar «principio» o «tiempo primero» con alusión a trabajar, porque entre los vascongados debía ser el primer día de trabajo en la semana.

Las naciones polaca, lusática, boema, croata, esclavona y, en general, las ilíricas, que convienen con las demás en común origen y en hablar dialectos de una misma lengua, y asimismo la nación húngara (escita por origen y lengua), hasta ahora dan a los días de la semana nombres que hacen conocer que ellas empezaron a contar los días de la semana desde el lunes, porque éste era el primer día de trabajo, como evidentemente se infiere de la significación de los nombres que ellas dan al domingo y al lunes. Pues las naciones ilíricas al «domingo» dan un nombre que significa «no trabajar», y algunas de ellas al lunes llama «día primero»; y todas ellas al jueves llaman «día cuarto» y al viernes «día quinto»; y el jueves y el viernes no pueden llamarse cuarto y quinto día sin suponerse que el lunes era el día primero.

Asimismo, la nación húngara al domingo da el nombre de «día de mercado»; y al lunes llama «cabeza o principio de la semana».

La nación turca (tártara de origen y lengua) al domingo llama también «día de mercado».

Pondré los nombres de los días de la semana en las lenguas de todas las naciones nombradas. En primer lugar, pondré los que usan las naciones ilíricas. Y porque estos nombres tienen la alteración que es común en palabras de dialectos diversos de una misma lengua madre, añadiré la significación de ellos solamente en un dialecto ilírico, que será el polaco, pues la significación de los nombres polacos hará conocer fácilmente la de los nombres respectivos en los demás dialectos ilíricos. Después pondré los días de la semana en las lenguas húngaras y turca con la significación respectiva de ellos.

XVI. Semana en las lenguas:

Polaca: Domingo: Niedziela (no trabaja); Lunes: Poniediziele (después de no trabaja); Martes: Wtorek (segundo); Miércoles: Srzoda (medio); Jueves: Crwartek (cuarto); Viernes: Piatek (quinto); Sábado: Sobota (Sábado).

Lusática: Se copiarán del tomo de la Historia de la creación285.

Boema: Se copiarán del tomo de la Historia de la creación.

Croata: Se copiarán del tomo de la Historia de la creación.

Esclavona: Se copiarán del tomo de la Historia de la creación.

Dialectos ilíricos:

Dialecto ilírico I: Se copiarán del tomo de la Historia de la creación.

Dialecto ilírico II: Se copiarán del tomo de la Historia de la creación.

Dialecto ilírico III: Se copiarán del tomo de la Historia de la creación.

En las expuestas semanas de las naciones ilíricas, sus días claramente se empiezan a contar desde el lunes, pues en las lenguas de todas ellas el jueves se llama «cuarto» y el viernes se llama «quinto». Y esto solamente se puede verificar suponiéndose que el lunes es el día primero. De llamarse el domingo «no trabaja», claramente se infiere que los demás días, desde el lunes, eran de trabajo; y que desde el primer día de trabajo se empiezan a contar los días de la semana.

He aquí la etimología de algunos nombres polacos. Todos los he copiado del diccionario polaco, latino y griego del jesuita Cnaepio286. No debe causar maravilla la diferencia y alteración que hay entre los nombres puestos en los dialectos ilíricos: la misma se halla en los dialectos de otras lenguas. Por ejemplo, de la latina son dialectos el español, el francés y el italiano; y el jueves se dice jeudi en francés, giovedi en italiano; y el viernes se dice vendredi en francés y venerdi en italiano.

El domingo en polaco se llama niedziela, que se compone de nei «no» y de dziala, que debe significa «trabajar», pues en polaco se dice dzielo «hecho, obra», que debe provenir del verbo ilírico delam «trabajar», delo «trabajo». De delam provienen claramente los nombres nedele y nedelia, que se dan al domingo en boemo y esclavón.

El lunes en polaco se llama poniedziele, que, literalmente, significa «después de niedziela». El martes se llama wtorek, nombre que aún se usa para significar «segundo» y «uno diverso del último». En los demás dialectos ilíricos no se da particular significación a los nombres del martes. El miércoles se llama srzoda, que proviene de srzode'k, «medio» en polaco. En los dialectos ilíricos se dice rrida, sreda, sredgni, etc., «medio», «mediano». El jueves se llama crwartek, que proviene de las palabras polacas cwarta, crwartka, «cuadrante», «cuarta parte», crtarten, «cuarto», etc. El viernes se llama piatek, de piek, «cinco» en polaco.

Los nombres que, de los días se ponen en tres dialectos ilíricos, se usan en varios países que la nación ilírica ocupa en Dalmacia, Ragusa y tierra adentro. Y se ponen en el Diccionario italiano-ilírico del jesuita Bella287, en el ilírico-latino del jesuita Roncali288 y en el ilírico-latino-alemán y húngaro del jesuita Sambresnch289.

XVII. Esto mismo sucede en la semana de la nación húngara. Ésta desciende del ejército más formidable en Europa visto, que Atila, rey de los húngaros o escitas, capitaneó atravesando casi toda Europa hasta los Campos Cataláunicos, en que fue vencido el año de 451, muriendo en la batalla Teodoredo290, rey godo. Atila retrocedió con su ejército, que se estableció en el país llamado Panonia por los romanos y dio origen a la nación húngara o de los Hunos. La semana de esta nación en su lengua, que es dialecto escítico, es la siguiente, como se lee en el diccionario de Sambresnch citado y en el húngaro de Pariz291:

Domingo Vasar-nap, «de mercado-día».
Lunes Het-fii, het-fo, «de semana cabeza o principio».
Martes Kedo, «gracioso».
Miércoles Szerda, «medio» (nombre ilírico).
Jueves Tsotordok, «cuatro» (nombre ilírico).
Viernes Pentek, «cinco» (nombre ilírico).
Sábado Szombat (nombre ilírico).

De la lengua húngara, totalmente diversa de la ilírica, son los nombres del domingo, del lunes y del martes. El domingo se llama «día de mercado», por lo que en él no se podía trabajar. El lunes se llama «cabeza o principio de la semana», por lo que era primer día de ésta. El martes se llama «gracioso». No entiendo la alusión de este nombre. Los nombres del miércoles, jueves y viernes claramente son de dialectos ilíricos (XVI) y están bien aplicados a estos días, porque, siendo el lunes la cabeza de la semana húngara, el jueves y el viernes deben ser los días cuarto y quinto de ella.

Consta de la historia profana que, sobre el Ponto Euxino292, detrás de los godos, estaban los ilirios y escitas, y luego se seguían los tártaros. Entonces los húngaros, que son escitas, debieron recibir de los ilirios los nombres del miércoles, jueves y viernes, quedándose con los nombres que en su lengua daban al domingo, lunes y martes.

Del nombre Szombat se pudiera dudar si alude al nombre hebreo sabbat, aunque en la lengua húngara Tirnavies se llama Nagy-Szombat «grande-Szombat» y Sarwar, llamada por los antiguos griegos y latinos Sabaria de Panonia [...]293 Szombat-hely («Szombat-lugar»); mas Szombat debe aludir al nombre de sábado, como alude el nombre schenbeh usado por los turcos, Schanbe por los persas y schanbi por los curdistanes.

XVIII. La semana de los turcos es la siguiente:

Domingo Bazar guni (de mercado día).
Lunes Bazar estessi (de mercado a otro día).
Martes Sali guni vacante día.
Miércoles Char Schenbeh (cuarto de sábado).
Jueves Perschenberh. Peuge Schenbeh (quinto de sábado).
Viernes Giuma guni (de asamblea día).
Sábado Sebt guni (Sábado día).
Giuma ertessi (de asamblea otro día).

Los turcos, de origen y lengua tártaros, vinieron a Europa después de los hunos o escitas, junto a los cuales estaban en Asia, y recibieron de los árabes el mahometismo y los nombres de los cuatro días últimos de la semana, esto es, tomaron la expresión «cuarto de sábado», etc., mas los numerales char, per son curdistanos. El viernes para los mahometanos es el día festivo, y por los turcos y árabes se llama «día de asamblea o junta».

El nombre que los turcos dan al domingo lo tomaron claramente de los escitas. Éstos lo llamaban vasar-nap «de mercado-día» y los turcos lo llaman Bazar-guni «de mercado o comercio día». Tomaron de los escitas la palabra vasar, que ellos pronuncian basar, y el vulgo suele pronunciar pazar.

XIX. Según lo expuesto, tenemos naciones ilíricas, escíticas y tártaras que el domingo no trabajaban. Y las ilíricas y escíticas empezaban a contar los días de la semana desde el lunes, como los vascongados; esto es, empezaban a contarlos desde el primer día de trabajo. Los vascongados, verosímilmente, convenían con dichas naciones en no trabajar en el domingo, pues en todas las naciones, después de cierto número de días de trabajo, había uno destinado para el mercado y descanso. Terencio Varrón294 y Columela295, en sus obras de agricultura, dicen que, según la institución de los romanos, había seis días de trabajo entre los días de mercado, que llamaban mundinas, que eran mercado. Para los hebreos el sábado era día de descanso. Se podría dudar si las naciones ilíricas y la húngara el domingo hicieran día de descanso después que recibieron el cristianismo, que santifica el domingo. Mas, si esto hubiera sucedido, no es creíble que ellas, mudando el nombre del domingo, no hubieran mudado los nombres de los demás días de la semana.

Además de esto, los nombres del jueves y del viernes, que se llaman «cuarto y quinto día», nos dicen claramente que entre ellas el lunes era el primer día de la semana; y no podía ser primer día de ésta sino con alusión a los días de trabajo.

Asimismo, los turcos en Asia, antes de ser mahometanos, tomaron de los escitas el nombre que daban y aún dan al domingo, como a «día de mercado»; y los húngaros no recibieron el cristianismo en Asia, mas después de haberse establecido en Hungría el siglo V296. Los hebreos hicieron el sábado día de descanso con alusión a haberse concluido el sábado la creación del mundo; y las dichas naciones hicieron día de descanso el domingo, probablemente con alusión a haberse empezado en este día la creación del mundo.




ArribaAbajoCapítulo 3. Significación de los nombres que en vascuence se dan al martes, miércoles, jueves, viernes y sábado (ap. XX al XXVII)

XX. El martes en bascuence se llama astearteá que, según Astarloa y Sorreguieta, significa «principio-medio».

Aastearteá se compone de aste «principio» y de artea, que, según Larramendi citado, significa «medio», el cual también se dice erdia. Asimismo, artea, según Larramendi, también significa «tiempo»; por tanto, aste-artea puede también significar «principio-medio» y «principio de tiempo». La significación de «principio-medio» parece ser la más propia y conveniente al martes, que se sigue al lunes, porque si este día es «principio-primero» o primer día de trabajo, el día siguiente, que es el martes, en propiedad se pudo llamar «principio para día medio».

En las semanas ilíricas antes puestas (XVI) y en la húngara (XVII) el miércoles se llama «día medio» y ciertamente no era la mitad de la semana que empezaba en lunes, como lo demuestran los nombres de varios días de dicha semana.

XXI. El miércoles en vascuence se llama asta-azquena y eguastena. Dicen Astarloa y Sorreguieta que aste-azquena significa «principio último». A la verdad, según el uso presente, azquena, y atquena significan «último» en vascuence, y esta significación por Larramendi se da a estas palabras. Mas, reflexionando yo sobre la raíz de donde se derivan las dichas palabras, juzgo que su significación propia y primitiva es «posterior» o «detrás», y no la de «último». Atquena y azquena provienen de atzean, que significa «poner detrás», «estar detrás», por lo que el nombre asta-azquena primitivamente significó «principio-detrás» o «primero inmediatamente posterior»; y con este nombre o expresión se quiso significar el día que estaba detrás o después de aste-artea «principio medio», que es el martes. No debe causar maravilla este modo tosco de contar, pues su tosquedad nos dice que se usó inmediatamente después de la confusión de las lenguas297 y antes de inventarse los nombres numerales, cuya invención fue algo tardía. Las primeras ideas entonces eran como las de los infantes que empiezan a hablar y no saben contar. Ellos dicen el día antes, el día del medio y el día de atrás. Y los mudos en su mente piensan también de esta manera298.

El segundo nombre del miércoles es eguastena, que claramente se compone de egun «día» y astena, hastena «puesto atrás».

XXII. Al jueves en vascuence se dan tres nombres. El primero, que es osteguna, compuesto de egun o eguna «día» y de oste, que debe significar «más detrás». Según Larramendi, se dice ostean, «atrás»; osterá, «atrás a»; ostetic, «atrás de»; ostecoa, «posterior». Y con alusión a otras significaciones: osticatu, «cocear»; osticoca, «a coces»; osticaria, «coceador»: el cocear es acción que se hace por detrás.

Aquí se debe hacer oportunamente la siguiente observación: al presente atquena y azquena se usan en vascuence para significar «último», mas se derivan, como se ha dicho, del verbo aztean, que significa «poner» o «estar atrás, o detrás». Asimismo, oste y ostean significan «atrás» o «detrás»; mas porque el nombre azquena se da al miércoles y el nombre oste se da al jueves, que está detrás o después del miércoles, se infiere que azquena debe significar «inmediatamente detrás» o «posterior», y aste debe significar «más atrás» o «más posterior». Se infiere, asimismo, que asquean, como nombre del miércoles, no puede significar «último», porque el jueves se llama oste «atrás» y detrás del último no hay nada.

En vascuence se había dado vulgarmente a atquena y azquena la significación de «último», aunque propiamente significan «detrás», porque el último está siempre detrás.

El nombre segundo que se da al jueves es orceguna, que juzgo ser corrupción vulgar de osteguna.

El tercer nombre que se da al jueves es egüena, que parece ser contracción de egubena, que se compone de egun «día», de be «bajo» [y] de la partícula na, que hace más expresiva la significación de be «bajo»; por lo que egüena o egubena significa «el día más bajo», esto es, «el día más detrás» y esto mismo significa por el primer nombre antepuesto del jueves.

XXIII. Al viernes se dan tres nombres. El primero es ostirala, que, según Astarloa299 equivale a osterailla, que se compone de oste «atrás», de irago o igaro o «pasar» y de la terminación participal la; y significa «pasador del día de atrás», esto es, «el día que está detrás» de osteguna.

Esta interpretación es muy violenta, ya por mudarse ostirala en osterailla, ya porque no parece que igaro entre en la composición de ostirala.

Según Sorreguieta300 ostirala se compone de oste «detrás» y del adverbio ala, que tal vez es conjunción. Esta explicación parece ser la más verosímil. Oste, como se ha dicho antes, significa «más atrás» o «más posterior»; y, según Larramendi, ala, alan y aletan significan «así». Ostirala se compone de oste y de ala con la interposición que de la r en vascuence, para evitar la cacofonía, se hace comúnmente entre dos vocales diversas de nombres compuestos, y significa «posterior asimismo» o «más atrás asimismo». Estas significaciones equivalen a esta expresión «otro más atrás» y el viernes es «otro día más atrás» que el jueves.

El segundo nombre del viernes es baricua. Sospecho que es moderno este nombre usado con alusión a la costumbre que de ayunar tenían los cristianos de los primeros siglos en el viernes, pues parece que baricua proviene de baraua o barava, «ayuno»; barautu, «ayunar»; barautia, «ayunador». El nombre baricua autoriza la costumbre bastante general del ayuno en los primeros siglos e indica que los vascongados la observaban.

XXIV. El sábado en vascuence se llama larumbata, iracoitza y zapatua y en labortano se llama barunbata, ebiacoitza y eguicoizza (Laurembata se pone por Larramendi en un índice al fin de su Diccionario).

Sorreguieta, citado, por larumbata lee lanunbat, compuesto de lan, «trabajo», y de bat, «uno», y conjetura que significa «uno de los cuartos de luna», según su sistema, que forma haciendo aludir a los días y cuartos de luna los nombres que en vascuence se dan al domingo, lunes, martes, miércoles y sábado.

Yo no hallo fundamento para leer laurembata ni lanunba, porque aunque el nombre larumbata parece ser de explicación algo difícil, no obstante supongo que sea el propio del sábado en vascuence, pues lo hallo usado por los vascongados de España y de Francia.

En vascuence larru-batu literalmente significa «piel coger». Se compone de larru o larrua, «piel», y de batu, «coger, agregar». En guipuzcoano larruba significa «piel» y «becerro», por lo que larrubatu significa también «agregar» o «juntar los becerros»; y si el domingo era día de descanso, como se ha dicho, en el sábado se debía recoger el ganado, o quizá el sábado era el día destinado para recoger las pieles, que fueron la tela de los primeros vestidos usados por los hombres, cuya ocupación más general era la de pastorear ganado, que les daba vestido y comida.

El segundo nombre del sábado en vascuence es iracoitza, cuya significación yo no sé determinar. «Entender» se dice iraciquitcea en labortano e iracegui en vascuence, en el que también se dice iraci o iragaci, «colar» iracigoa, iragazgoa «coladura». Y parece que con estos últimos nombres tiene analogía el dicho nombre iracoitza del sábado. Quizá este nombre, con alusión a la coladura, se dio al sábado después que el domingo fue día festivo por precepto cristiano, pues aún es no poco común en España la costumbre de colar la blanquería en sábado.

Del nombre zapatua, que es el tercero del sábado, se trató antes (IX).

En labortano, además del nombre larumbata, se dan al sábado los nombres ebiacoitza y eguicoitza. Ignoro la significación de estos dos nombres; en el segundo, parece derivarse de egun, «día», su sílaba inicial egu.

XXV. En la expuesta aplicación de los nombres de los días de la semana en vascuence no hay otro sistema sino el indicado claramente en la literal y genuina significación de ellos, según la cual se deberá decir que los dichos nombres son equivalentes a los numéricos que aún usan algunas naciones y que probabilísimamente se usaron primitivamente por todos.

El uso del período septenal o de siete días llamado semana, contracción del nombre latino septimana, [es] de uso inmemorial entre las naciones y claramente alusivo a la primera semana en que se crió el mundo; y la idea natural y primitiva de nombrar los días fue dándoles nombres numéricos. Así lo practicaban los hebreos, que llamando sábado a la semana301, contaban los días de ésta diciendo: el primero, el segundo, el tercero dia del sábado. Los etíopes, los persas, los curdistanos, los georgianos, los armenios y los árabes de Egipto hasta ahora cuentan o nombran numéricamente los días de la semana, empezando desde el domingo. Y a los nombres numéricos «primero», «segundo», «tercero», etc., equivalen las expresiones «principio-primero», «principio-medio», «principio-posterior», «detrás», etc., que se significan por los nombres dados en vascuence a los días de la semana y que, probablemente, se usaron antes de inventarse los nombres numéricos que se usan en vascuence. La invención de los nombres numerales, como fácilmente se puede observar en mi tomo de la Aritmética de las naciones302, en éstas ha sido tardía y ellas comúnmente al principio la reducían a los cinco dedos de la mano.

XXVI. Astarloa, citado, juzgando no convenir al lunes, martes y miércoles los nombres vascongados astelena, «principio-primero», asteartea, «principio-medio» y asteazquena, «principio-detrás», se figuró que primitivamente se usaron estos nombres para expresar una semana tridual, esto es, los tres primeros días de la luna. Esta conjetura, que parece ser arbitraria, no se puede establecer sin pruebas convincentes, que no se alegan.

El primer día de la luna, llamado neomenia por los griegos y latinos, se celebraba comúnmente por las naciones, y no el segundo y menos el tercero.

Conjetura asimismo Astarloa que igandea, nombre ahora del domingo, se dio primitivamente al día del plenilunio, porque igandea significa «subida» y ésta se hace por la luna en el plenilunio. Esta conjetura también parece ser arbitraria.

Sorreguieta conjetura que primitivamente se usaron los dichos nombres astelena, asteartea y asteazquena para denotar el principio, el medio y el fin de la semana. Esta conjetura tiene algún fundamento en la significación material de dichos nombres, y también en el vulgar uso de dividir el tiempo en tres partes, según el cual decimos al principio, medio o fin de la semana, mes o año y siglo. Así también dividimos el día solar en tres partes, que llamamos «mañana», «mediodía» y «tarde». Y los chinos, a su hora (que es el doble de la astronómica o europea de 60 minutos) dividen en tres partes, que llaman puen, «principio», chum, «medio» y mo, «fin». Dividimos también comúnmente los sólidos en tres partes, que llamamos «superior», «media» e «inferior».

No obstante estas reflexiones, parece que los dichos nombres vascos astelena, «principio-primero», asteartea, «principio-medio» y asteazquena, «principio de atrás o posterior», no se inventaron para expresar el principio, medio y fin de la semana; porque la significación de estos nombres conviene bien al lunes, martes y miércoles, que son el principio o los primeros días de la semana, y porque el nombre dado al martes dice solamente estar el martes entre el lunes y miércoles y no indica en el martes mitad de la semana; así como el llamarse medio el miércoles por las naciones ilíricas (XVI) y por la húngara (XVII) no indica que el miércoles caía en la mitad de la semana que empezaba por el lunes. Últimamente, dándose dichos nombres al lunes, martes y miércoles en vascuence y en labortano, se debe juzgar que en todos tiempos han dado los mismos nombres a los días.

XXVII. De lo expuesto se infiere que la nación vascongada es una de las pocas que han conservado los nombres primitivos que ella dio a los días de la semana y ha usado siempre ellos. Los griegos dividían el mes en tres décadas y los romanos en periodos llamados «calendas», «nonas» e «idus», que eran enfadosos y confusos de contar. El más general ha sido, y es, el de la semana, que antes (X) llamé astronómica, en la que los nombres de los días de la semana son los de los siete planetas. Dion Cassio303, antes de la mitad del libro 37 de sus Historias romanas dice sobre la semana astronómica que, usada no poco tiempo ha por los egipcios, se había propagado por las naciones y que no sabía que de ella tuviesen noticia los griegos antiguos. La semana astronómica se usa en las Indias Orientales por casi todas las naciones que son de la religión brahmánica, en la que ciertamente ha tenido su origen; y ya Filostrato304, en la Vida de Apolonio Tianeo, había dado motivo para juzgar que la semana astronómica se inventó por los brahmanes, pues dice que Iarca (famoso mago indiano, esto es, brahmán) dio a Apolonio siete anillos con los nombres de los siete planetas, para que se los pusiese sucesivamente según los nombres de los días. Y en Europa las naciones teutónicas y célticas usaron la semana astronómica que, en Asia, debieron recibir mediatamente de los indios orientales.



Anterior Indice Siguiente