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Don Francisco de la Torre y Sevil: nacimiento y familia

Manuel Alvar


Real Academia Española



En el triste reinado de Carlos II, muere don Francisco de la Torre y Sevil, gran poeta que enmudece con tantas cosas. Queda como eslabón último de una preciosa cadena. Tras él se hizo el silencio. Cambió la dinastía, la vida de España y el sesgo de nuestra cultura. Su voz quedó en esos espléndidos Entretenimientos de las musas, en la excepcional traducción de las Agudezas de John Owen, en las versiones de Causino, en sus obras teatrales, en las fiestas literarias que solemnizó y en una teoría de amigos, que fueron los principales ingenios de su tiempo. Sin embargo, nada sabíamos de su vida. Rebuscos por archivos me han dado bastantes motivos con los que fijar la cronología sobre hitos seguros. El comienzo de sus días vino a estar vinculado -y con cuán firme vínculo- con el Maestrazgo. Creo que a los lectores de esta revista podrá interesar que recuperemos como muestra esta voz, tan alta, de la poesía del siglo XVII. Más aún, para que mi investigación tenga calor humano, el proceso que nos lleva al hallazgo de los datos que aquí transcribo se inicia en Benicarló, mi pueblo natal, porque de allí era la línea materna de su linaje.

Pocos y confusos son los datos que se vienen manejando para fijar los hitos a que referir la vida de don Francisco de la Torre y Sevil. Gallardo1, La Barrera2, Blecua3 y yo mismo4 dimos informes sobre los trabajos y los días de nuestro poeta, aunque no pocas sombras quedaron sin iluminar. Sin embargo, estos datos positivos tuvieron otras contrapartidas, pues con frecuencia se confunden escritores que son homónimos. Incluso unos versos bien sabidos de Lope de Vega han dado lugar a algún error, que viene desde lejos5, pero ahora no son los Francisco de la Torre del XV y del XVI los que nos interesan6, sino el del XVII, alguna vez torcidamente identificado7. Hubiera bastado con hojear la nueva Biblioteca de Nicolás Antonio para que se aclararan las cosas, por más que se limite a transcribir algún dato de la portada de sus libros (como el «eques ordinis Calatravensis») y a facilitar alguna escueta, e insuficiente, referencia bibliográfica8. Dejemos aquí las cosas y atengámonos a la información segura que ahora puedo aducir.

En la Sección de Órdenes Militares, el Archivo Histórico Nacional guarda un legajo (2.604) que, inexplicablemente, nadie ha utilizado y del que vamos a extraer no poca información9. El expediente para probar la limpieza de sangre del poeta, que aspiraba al hábito de Calatrava, empieza el 27 de febrero de 1649: la exhortación fue hecha por don Francisco de Quevedo y los informes de los testigos comenzaron poco después en Benicarló y Morella (Castellón), Monroyo y Alcañiz (Teruel) para concluirse en Madrid. La lectura de estos expedientes me permite la siguiente ordenación de datos: 1) La requisitoria de Benicarló se inició el 30 de marzo de 1649 y los autos terminaron el 2 de abril10; 2) la de Morella se inicia el 4 de abril y comprende las declaraciones de diez testigos11; 3) la de Monroyo, el 9 de abril y termina el 12, tras la deposición de trece informantes12; 4) la de Alcañiz, que se atuvo a comprobar los libros de la cofradía de San Jorge13, se realizó el día 13 de abril.

De todos estos informes deduzco el siguiente árbol de los ascendientes más próximos de nuestro poeta:

Árbol genealógico

14 - 15 - 16 - 17 - 18

Al parecer, don Francisco Esteller, baile y alcalde de Morella, estuvo presente en el desposorio de Francisco Sevil con Francisca Jordán y en el bautizo de nuestro poeta; según él, los Sevil son linaje establecido en Tortosa desde la conquista19. El escribano Salvador Agud habló de dos hermanos de don Juan de la Torre (padre del poeta) que fueron cofrades de San Jorge en Alcañiz, hermandad a la que sólo pertenecen hidalgos y nobles. Según ésta y otras declaraciones del expediente, se trata de don Diego20 y de don Sebastián21.

Fuera de este cuadro genealógico, figura otro miembro de la familia, varias veces aducido en el expediente. Se trata de don Jerónimo de la Torre22, primo hermano de don Juan (el padre del poeta), que por entonces era noble en Aragón (f. 22r)23, pues, en efecto, además de ser señor de Almudáfar (partido judicial de Fraga, prov. de Huesca), tenía el cargo de lugarteniente general y tesorero del rey en el Reino de Aragón. Felipe IV le dio título de nobleza y dos mil florines, según consta en un documento de Zaragoza del 10 de octubre de 1643. Don Jerónimo residía en Zaragoza, a cuya casa iban a parar don Juan de la Torre y nuestro don Francisco cuando visitaban la capital24. Cuando en 1654, se publica el Entretenimiento de las musas en esta baraxa nueva de versos25, nuestro poeta busca el amparo del familiar ilustre, y, en la dedicatoria de un Romance, hace constar los títulos de su pariente: barón de San Juan Castillo, señor de Almudáfar (según sabemos) y Mezlofa y regidor del hospital de Nuestra Señora de Gracia (en Zaragoza). En el romance, el poeta va glosando todos estos títulos y, airosamente, remata,


   Torre soy y Torre eres,
piedras de valor eternas
te coronen, porque duren
mis cantos entre tus piedras.



En cuanto a don Juan de la Torre, padre del poeta, sabemos que fue jurado en cap de Tortosa, cargo reservado a los nobles26. Un hermano suyo, ya aludido, don Diego de la Torre, también figura con su linaje minuciosamente consignado en el expediente; de la información que recojo, puedo ordenar la siguiente genealogía:

Genealogía

27

El último de estos miembros se presentó a la orden de Montesa el 30 de diciembre de 1634 y se le dio el hábito en Zaragoza, el año 1645.

En cuanto a la familia de doña Petronila Borrás, abuela paterna del poeta, puedo establecer la siguiente genealogía (vid. nota 15):

Genealogía

28 - 29

En el expediente hay información sobre Damián de Brusca y Despuig, que fue señor de Ortells (partido de Morella, prov. de Castellón); sobre don Joseph Borrás, primo de don Francisco de la Torre, agraciado con el hábito de Montesa, que le concedió Felipe IV el 30 de junio de 1604, y sobre don Felicio Borrás, que, el 8 de enero de 1636, se presentó en San Juan de los Panetes, la conocida iglesia de Zaragoza, para recibir el hábito de San Juan de la Justicia. (Verificadas las pruebas, se aceptaron por unanimidad el 14 de junio del mismo año).

Tras interrogar a 19 testigos sobre la familia La Torre y su condición de nobleza en Aragón, se cerraron las pruebas en Madrid el día 10 de julio de 1649. De todo ello inferimos:

1.º Las ocho personas ancianas que fueron examinadas en Benicarló dijeron que doña Petronila Borrás, abuela paterna de don Francisco, era «noble, hidalgo, limpia de toda mala raza».

2.º «Los apellidos Seviles y Jordanes son y an sido de los más nobles de la dicha ciudad de Tortosa»30.

3.º Que hay miembros de estas familias investidos de diversos hábitos.

4.º Que don Francisco de la Torre y Sevil nació en Tortosa; que en 1649 tenía unos 23 años según seis informantes; 22, según uno y unos 24, según tres, entre los que cuenta el clérigo que le administró las aguas bautismales. Por tanto, puede fecharse su nacimiento en 1625-1626.





 
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