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- II -

         

Auto del Amor

 
 
Jardín de un carmen en la Alhambra, cuyos torreones se ven en el fondo. Puesta de sol. �Alma� habla con un canario en una jaula haciéndole mimos: canta bajo en tono de granadinas.
 
ALMA                �Echame niña bonita
lágrimas en un pañuelo
y las llevaré a Granada
que las engarce un platero�.
 
(Una voz dentro: �Alma! Se va con la jaula.)
 
AURELIO (Subiendo por la escalinata del fondo y contemplando el paisaje.)
Vergel tranquilo y riente 5
que Dios creó en un ensueño,
edén donde el amor mío
vive de amor prisionero,
valle umbroso, donde habita
el encantado silencio, 10
río en que ninfas de oro
con sus amantes los genios
vienen, y en noches de luna
bailan sus desnudos cuerpos. [65]
Torres, de rojo, encendidas: 15
�Rubor que enciende en secreto
la palabra que al oído
os dice amoroso el cielo!
Yo os saludo en la hora santa
en que muere el sol...
ALMA (Saliendo.)
                                    �Aurelio! 20
Cuánto has tardado esta tarde
(Le tiende las manos.)
hace mucho que te espero.
(Mirándole con atención.)
�Qué tienes Aurelio mío?
AURELIO �Nada...! No sé... Nada tengo.
Es decir... me apena ver 25
sombras en tus ojos bellos.
ALMA No se aparta de mi mente
ese triste pensamiento...
AURELIO Ojalá toda tu vida
ignoraras el secreto... 30
ALMA �Oh! �Qué triste desventura!
Hallar un padre y perderlo.
Antes le tenía huérfana
y ahora vive y no le tengo...
AURELIO Quién sabe aún, si algún día 35
querrá deshacer su yerro
y volverá arrepentido... [66]
si vive... todo es incierto...
(Pausa.)
Yo aun confío averiguar
cual sea su paradero; 40
dicen que estuvo en Italia.
Mas hace ya tanto tiempo...
y después se pierde el rastro
y �quién sabe si habrá muerto?
(Hablando consigo.)
Triste es que se malograra 45
un hombre de tanto mérito:
dicen cuantos hablan de él
que era un artista de genio.
 
(Se oye tocar una guitarra en el fondo, y los novios se acercan a la escalinata para mirar. Después de una pausa canta el ciego desde abajo.)
 
�Una virgen la más bella
tengo yo de fina talla, 50
y voy a ponerle al pie
como ofrenda una guitarra�.
�La guitarra de oro puro,
las cuerdas, hilos de plata,
los trastes de pedrería 55
y las clavijas de nácar�.
�Cuando los ángeles bajen
la tocarán con sus alas
y alegrarán a la Virgen
los sones de la guitarra�. 60
(AURELIO saca unas monedas, y ALMA las toma y se las echa al ciego que vuelve a cantar.)
�Tu padre que está en la tierra
y tu madre desde el cielo
te premien tu caridad
con el pobrecito ciego�.
 
(Vuelven los novios de la mano.)
[67]
ALMA �No te has fijado en la copla 65
que ha cantado el pobre ciego?
�Tu padre que está en la tierra
y tu madre desde el cielo�.
AURELIO Son coplas improvisadas...
ALMA (Sentándose.)
�No...! El corazón está inquieto. 70
Desde que te oí decir:
Tu padre vive, me creo
que lo tengo ya delante
y un vago presentimiento
me dice que le he de ver 75
y que le he de ver sufriendo...
 
(Aparece subiendo por la escalinata EL ESCULTOR vestido como un mendigo, con larga cabellera y barba entrecanas, y aire envejecido.)
 
AURELIO �Otro mendigo! Ya ves
que no se puede ser bueno.
(Saca unas monedas.)
Ahora vamos a tener
desfile de pedigüeños 80
pues los pobres olfatean
donde reparten dinero...
(ALMA toma las monedas y va a darlas al mendigo.)
EL ESCULTOR Guarda, hija mía, ese cobre
para el que busque riqueza.
Yo he hecho voto de pobreza 85
y por mi gusto soy pobre...
(Humilde.) [68]
Sólo pido el pan que sobre
para ir matando esta vida
miserable y dolorida...
y ahora ya no pido nada 90
porque tu bella mirada
me da, sin que yo te pida.
ALMA (Entrando a buscar pan.)
Hermano, espere un instante.
(Pausa.)
AURELIO (Después de mirar al pobre con atención.)
�Sois quizás un peregrino
que dicen que ha poco vino 95
como pobre mendicante
de Roma, por penitencia?
EL ESCULTOR No sé. Acabo de llegar
tras de mucho caminar
y después de larga ausencia. 100
AURELIO �Sois de aquí?
EL ESCULTOR                          Sí, de aquí soy.
AURELIO �Y qué habéis hecho esos años?
EL ESCULTOR Estuve en países extraños...
AURELIO �Y acabáis de llegar hoy?
EL ESCULTOR Ahora mismo. Y mi primera 105
visita fue a estos lugares: [69]
estos son mis patrios lares
y aquí es mi casa postrera.
AURELIO �Hace mucho que faltáis?
EL ESCULTOR Quince años.
AURELIO                       �Y por qué os fuisteis? 110
EL ESCULTOR Por correr mundo.
AURELIO                                �Y corristeis?
EL ESCULTOR Corrí...
AURELIO                �Y ahora mendigáis?
EL ESCULTOR Mendigo.
AURELIO                   �Porque queréis?
EL ESCULTOR Porque quiero.
AURELIO                          �Por pereza?
EL ESCULTOR He hecho voto de pobreza. 115
Lo he dicho. �No lo sabéis?
AURELIO Sois hombre de mucha historia.
�Cuánto debéis de saber!
EL ESCULTOR Algo diera por perder
la mitad de la memoria. 120 [70]
AURELIO �Y halláis esto muy cambiado?
EL ESCULTOR Las cosas siguen igual...
(Indiferente.)
Sólo cambia el personal...
Todavía no he encontrado
ningún rostro conocido... 125
AURELIO Entonces, conocería
a un escultor que vivía
aquí...
EL ESCULTOR             Amigos hemos sido.
AURELIO (Viendo volver a ALMA hace gesto de silencio y dice en voz baja.)
Tenemos que hablar... Le espero...
(Señalando.)
allí, en el carmen de enfrente. 130
EL ESCULTOR Si mi memoria no miente
allí vivía un caballero
llamado don Juan de Dios
Alfan...
AURELIO                �Mi padre!
EL ESCULTOR                                   Y su esposa
doña Aurelia... �dama hermosa! 135
AURELIO �Mi madre! �Muertos los dos!
 
(ALMA le da al mendigo un pedazo de pan y él se sienta a comer en la escalinata. Los novios se retiran hablando bajo, como para dejarle en libertad.)
[71]
EL ESCULTOR (Se levanta y va examinando el jardín, y recita poco a poco.)
El tierno rosal... ya añoso
vive... y la gruta cerrada...
y la fuente sosegada...
y el viejo ciprés medroso... 140
y el estanque bullicioso,
donde los peces corrían
cuando a mi amada veían
(Parte el pan en pedazos y lo echa.)
venir a traerles pan...
Todas las cosas están 145
como estaban aquel día.
(Irguiéndose.)
Y yo también soy quizá
el mismo que entonces era...
Blanca está mi cabellera,
y el cuerpo encorvado va 150
y el alma deshecha está...
Pero aún golpea el corazón
con tan robusta pasión
que de este cuerpo maldito
trasmutándolo en granito 155
hará una nueva creación.
(Se sienta en el banco de hierro de espaldas a la gruta y después de contemplar los torreones del fondo:)
(Muy lento.)
�Qué silenciosos dormís
torreones de la Alhambra!
Dormís soñando en la muerte
y la muerte está lejana. 160
Sale el sol y vuestros muros
tiñe con tintas doradas;
sale la luna y os besa [72]
con sus rayos de luz blanca,
y vosotros dormís siempre 165
y la muerte está lejana.
La noche serena os cubre
con su túnica estrellada
y la noche tenebrosa
os prende en sus negras alas; 170
y vosotros dormís siempre
y la muerte está lejana.
Puras gotas de rocío
vuestras almenas esmaltan;
la lluvia, cruel, azota 175
vuestras macizas murallas
y vosotros dormís siempre
y la muerte está lejana.
La brisa amorosa os trae
dulces caricias del alba; 180
sopla el vendaval airado
y a las viejas puertas llama;
y vosotros dormís siempre
y la muerte está lejana.
Un sueño de largos siglos 185
por vuestros muros resbala;
cuando llegue a los cimientos
vuestra muerte está cercana.
�Quién fuera como vosotros
y largos siglos soñara 190
y desde el sueño cayera
en las sombras de la nada!
 
(Se oyen pasos de los novios que vuelven, y el mendigo se retira detrás de la puerta.)
 
ALMA (Mirando a todos lados.)
�Querrás creer que ese hombre [73]
de la barba, me dio miedo?
AURELIO �Por qué?
ALMA                   Te vas a reír 195
si lo que he visto te cuento.
AURELIO �Qué has visto?
ALMA                            Todas las noches
(Se sienta junto a la puerta.)
se me aparece entre sueños
la imagen de un hombre extraño
no es joven... y no es muy viejo... 200
nunca puedo retener
su imagen, aunque me esfuerzo...
Es un señor venerable
barba larga, noble aspecto;
se sienta aquí en el jardín 205
(Volviéndose a mirar.)
en aquel banco de hierro
mirando a unos lindos niños
que le distraen con sus juegos...
Yo salgo, y veo a aquel hombre
y le digo: -�Caballero, 210
�busca usted a mi marido?
No -contesta- sólo vengo
a ver a estos niños... Llora
y se va, y se acaba el sueño...
�Quién sabe si esto será 215
algún aviso del cielo?
AURELIO (Se sienta frente a ella.)
Siempre imaginando estás... [74]
Raras escenas urdiendo...
y lo que es vano fantasma
crees que es anuncio profético... 220
Antes, siquiera, tenías
ensueños más lisonjeros:
gratas visiones de amor
que oía con embeleso...
Ahora tu padre es tu amor 225
de él tu espíritu está lleno...
no le has visto y tanto le amas
que harás que de él tenga celos...
(Se acerca más.)
�Ya no piensas nunca en mí!
Fijo está tu pensamiento 230
y clavado en esa idea
que siempre en tus ojos leo...
Yo también perdí a mis padres
y aunque era niño, recuerdo
sus rostros y muchas veces 235
delante de mí los siento.
Mas pronto las sombras pasan
y caigo bajo el imperio
de tu amor que es mi ilusión
y en todas partes te encuentro... 240
(Poetizando.)
Sonando en las ondas de aire...
y en las estrellas luciendo...
de la flor en el perfume
y del ave en el gorjeo...
en el latir de mis venas 245
y el respirar de mi pecho...
ansia de mi corazón...
idea de mi cerebro... [75]
�Luz celeste de mis ojos!
�Del alma divino fuego! 250
(Pausa.)
Otras veces me contabas
tus más ocultos deseos
y hablando de nuestro amor
los dos, uno solo eramos:
uno el corazón latía... 255
uno solo nuestro aliento:
nuestras manos se enlazaban
formando eslabón estrecho,
se buscaban las pupilas
dándose callados besos... 260
y las almas se veían
y se amaban en silencio.
(Triste.)
Ya no somos los dos uno...
yo oigo suspirar tu pecho...
tus manos abandonadas 265
quedarse en mis manos siento.
Tus bellos ojos, velados
me miran, sin darme besos...
y nuestras almas se hablan
por no mirarse en silencio... 270
(Pausa.)
Luego yo te recitaba
poesías que el sentimiento
no el arte, me iba dictando...
y era mi mayor contento
que tú después las guardaras 275
como amoroso recuerdo
en el viejo relicario
que tienes junto a tu lecho.
Y tú también me leías [76]
tus versos, divinos versos... 280
sonrisas de tu mirada
y suspiros de tu seno...
dulces plegarias de niña...
del alma puros acentos...
(Pausa.)
�No te acuerdas ya que un día 285
me hiciste un ofrecimiento?
(Fingiendo seriedad.)
Fue solemne compromiso
�No te rías! �Hablo en serio!
ALMA (Emocionada y forzando la risa.)
�Hubo algún contrato escrito?
�Hubo testigos al menos? 290
AURELIO Eran testigos los peces
y a su testimonio apelo...
Fue hablando junto al estanque...
Verás que bien lo recuerdo.
Llevabas un traje rosa 295
con lazo de seda negro
y en la cabeza un clavel
que te traje de mi huerto...
Estabas de pie en el borde...
ALMA (Levantándose.)
No sigas por Dios, Aurelio; 300
serás capaz si te dejan
de estar hablando un día entero.
AURELIO (Levantándose también.)
Pero el hablar no me impide
que cumpla lo que prometo. [77]
�Si todos fueran lo mismo...! 305
Parece que tienes miedo
de que yo te exija el pago
de la promesa que has hecho...
Si pronto has de ser mi esposa
�Por qué mostrar tal despego? 310
(Yendo detrás de ella.)
Me vas perdiendo el cariño...
ALMA Prueba es de que te lo pierdo
que hoy he escrito una poesía
dedicada a mi amor nuevo.
AURELIO �A ver! �Dame que la lea! 315
ALMA �No es posible! �Estése quieto!
(Fingiéndose ofendida.)
La poesía la leerá
aquel a quien la he compuesto.
AURELIO Léela tú... mas léela pronto...
ALMA (Sacando el papel y sentándose en el centro del jardín.)
Antes me harás juramento 320
de no exigirme que cumpla
promesas que acaso fueron
hechas, sin pensar cumplirlas,
como infantil pasatiempo...
AURELIO Eres de veras cruel 325
Alma, cuando quieres serlo...
�Qué de hacer? Olvidaré...
�Palabras! Se os llevó el viento.
(Trae una silla y se sienta enfrente de ALMA.) [78]
ALMA (Lee.)
�Si quieres que te cante una canción
dame la inspiración! 330
Tus negros ojos en mis ojos clava,
mírame con pasión
y sienta yo el gemir de tu alma esclava.
Escuche yo tu acento condolido
murmurarme al oído 335
quejas de amor, ardiente e insaciable
y con fuerte latido
tu corazón junto a mi pecho hable.
Así cuando mi alma esté anegada
en la mar encrespada 340
de tus ojos �Aurelio!, mi amargura
en deleite trocada
soñará por tu amor nueva ventura.
Luego juntas tu boca con la mía
oirás la melodía 345
de una canción, que suave y vaga suena,
suspirada poesía
que los ojos de llanto de amor llena�.
(Dobla el papel para guardarlo.)
AURELIO No la guardes, yo la quiero
(ALMA se levanta y él va detrás.)
�Anda! �Dámela! Sé buena... 350
Si no me la das, te exijo
que me cumplas la promesa.
ALMA Si pides con condiciones
no hay cuidado que la tengas...
Miren pues, los tiranuelos 355
qué pronto asoman la oreja. [79]
AURELIO �Quieres que te lo suplique
de rodillas...?
ALMA                        Me da pena
de verte tan humildito.
�Vaya! Toma... y no la leas... 360
AURELIO (Leyendo.)
Si ya la has leído tú,
�por qué no? �Ah! �Estás descubierta!
No es �mírame con pasión�
lo que has escrito �perversa!
Es �bésame con pasión� 365
(Mostrándolo.)
lo que has escrito a la letra...
Sí... �Bésame con pasión!
(Le coge la mano y se la besa.)
�Te besaré hasta que muera!
ALMA No seas imprudente �Aurelio!
Que alguien puede vernos. �Deja! 370
AURELIO Perdóname...
ALMA                        Adiós.
AURELIO                                     �Mi Alma!
ALMA No estás bien de la cabeza...
�vete ya...! Te lo suplico.
(Queriendo soltar la mano.)
O harás que me ponga seria. [80]
AURELIO Ya te obedezco, me voy. 375
Adiós... Perdona la ofensa.
(De repente le da un beso en la boca.)
ALMA Aurelio. �No te perdono!
 
(AURELIO huye por la escalinata y ALMA se quita una flor de la cabeza y se la arroja.)
 
AURELIO (Desapareciendo.)
�La promesa! �La promesa!
 
(ALMA se echa de pechos en la verja para verle. El mendigo sale con sigilo y se sienta en el banco de hierro. ALMA se vuelve y al entrar en casa ve enfrente al viejo de la barba y retrocede temerosa.)
 
EL ESCULTOR �Buena niña! �Huyes de mí?
�No apartes de mí los ojos! 380
Si el verme te causa enojos,
aunque nunca te ofendí,
dímelo y saldré de aquí...
Mas tal muerte no me des.
�Mírame! �Qué crimen ves 385
en mi rostro envejecido?
Huellas hay de haber sufrido,
mas sufrir �qué crimen es?
(Pausa.)
Quizás te enciende en rubor
pensar que alguien ha mirado 390
cuando tu amante te ha dado
su primer beso de amor
�y el castigo fue una flor!
(Se tapa los ojos.)
Mas no temas, no vi nada...
Yo también tuve mi amada 395 [81]
e hice de amor la experiencia.
Y ahora, al fin de mi existencia
amor es agua pasada...
(Pausa.)
Años ha que en esta umbría
vi yo a una niña muy bella, 400
�tú pareces hija de ella!
�Cuál su primor no sería!
ALMA (Acercándose.)
�Mi madre! Decid �qué hacía
cuando la visteis?
EL ESCULTOR                               Rezando
debía de estar o soñando... 405
pues sus labios murmuraban
y se diría que estaban
con alguien del cielo hablando.
Y aún creía sola hallarse
en aquel dulce embeleso 410
cuando oyó el rumor de un beso
en sus labios deslizarse...
Y no vio al hombre acercarse.
�Siempre hay galanes traidores
rondando nidos de amores 415
con vuelo de mariposas...
y siempre hay niñas piadosas
que cambian besos por flores...
ALMA (Dominando su vergüenza.)
�Y recordáis cómo era
el hombre que se acercó? 420
�Era mi padre! Mas yo
nunca le vi y aún creyera [82]
que murió si no tuviera
fijo este presentimiento:
(Preocupada.)
Voz, que aunque es muda, la siento 425
hablar en todo mi ser,
y decirme �Le has de ver
y ya se acerca el momento�.
(Se acerca más.)
�No recordáis su figura?
�Cómo era?
EL ESCULTOR                      No tan gentil 430
como Aurelio... Más viril
y más tosca era su hechura...
(Le coge la mano.)
Alto... así... de mi estatura...
(Irguiéndose.)
�Bella pareja formaban.
los amantes que aquí estaban! 435
Acaso la dicha tuya
envidiar deba a la suya
la pasión con que se amaban...
Pues que de aquella pasión
naciste tú, hija, que eres 440
única entre las mujeres
que embellecen la creación...
�flor de una santa ilusión!
(La mira con arrobamiento.)
ALMA (Candorosa.)
Breves fueron tus desvelos
�Madre! Te fuiste a los cielos 445
a poco de yo nacida...
y me has dejado sumida [83]
en estos tristes anhelos...
(Con unción.)
�Contempla esta soledad
en que vivo, e intercede 450
con El que todo lo puede!
�Implora al Dios de bondad
para que tenga piedad
e infunda amor en la mente
de mi pobre padre ausente! 455
Que con su luz le ilumine
y a mis brazos le encamine
que ya le aguardo impaciente.
(Pausa.)
�Y no volvisteis a verle?
EL ESCULTOR Sí... mas luego me marché 460
lejos... muy lejos... no sé...
ALMA �Y podréis reconocerle
si le veis?
EL ESCULTOR                   Sin vacilar.
ALMA �Y por qué os fuisteis tan lejos?
EL ESCULTOR Esos son recuerdos viejos 465
muy penosos de contar.
(Se sienta abatido.)
Aquí en Granada empezó
mi vida de peregrino...
de aquí la voz del destino
imperiosa me apartó, 470
y a otras tierras me llevó... [84]
�Cuántas gentes conocí!
�Mas donde quiera que estaba
conmigo siempre llevaba
un amor que murió aquí! 475
(Pausa.)
ALMA �Qué triste debe de ser
que nuestro amor se nos muera!
�Yo digo que más valiera
para eso... no nacer!
Yo también tengo mi amor 480
y si ese amor me faltara
quizás, loca, me matara
de no matarme el dolor.
EL ESCULTOR A mí la suerte me hirió
pero no quiso matarme... 485
Quiso sin piedad probarme
y sin piedad me probó...
�y con crueldad se ensañó!
�Pero yo! Nunca cedí...
siempre firme, resistí 490
y al cabo de mi camino
bajo este cielo divino
hallo el amor que perdí...
ALMA (Se sienta a su lado.)
Entonces, pues vuelve a hallarla,
su novia no moriría. 495
(Con aire de reconvención infantil.)
�Ya comprendo! Ello sería
que debisteis engañarla...
y arrepentido, al volver
ella os habrá perdonado [85]
pues, �quien de joven ha amado 500
viejo guarda algún querer!
EL ESCULTOR No, hija mía, se murió...
quizás la maté yo mismo
y en prueba de mi heroísmo
(Sarcástico.)
este nuevo amor me dio. 505
(Le coge a ALMA la mano. Pausa.)
 
(Esta décima y las tres siguientes, en tono descriptivo, señalando unas veces al rosal, otras a los torreones, según el texto.)
 
�Ves aquel viejo rosal
que está junto a la ventana?
Mira la rosa temprana
que al beso primaveral
abrió el cáliz virginal. 510
Ya el sol, su amante, la deja
y tras la torre bermeja
esconde su disco ardiente,
y ella se apoya doliente
en los hierros de la reja. 515
(Pausa.)
En ese mismo rosal,
cuando aún vivía mi amor
vi yo una rosa de olor
que a la caricia estival
abrió el seno virginal... 520
También su amante la deja
y tras la torre bermeja
se hunde, su fuego ocultando
y ella se muere llorando
en los hierros de la reja. 525
(Pausa.)
�Pasan fugaces los años [86]
nuevos años, nuevas flores,
nueva flor, nuevos amores!
Nuevo amor, nuevos engaños
y más hondos desengaños. 530
�Sigue el sol su luminosa
carrera, y rosa tras rosa
se abre, viendo al sol salir
y muere al verle morir
tras de la torre ruinosa! 535
(Pausa.)
Quien pudiera rosa ser
que en naciendo se deshace
y muere allí donde nace...
�Para qué tanto saber
y luchar, y padecer, 540
si al cabo en la hora postrera
cuando la muerte certera
me hiere, todo lo olvido
y sólo un sepulcro pido
en el lugar que naciera. 545
(Oculta el rostro entre las manos.)
ALMA �Tristeza me da escucharos!
Soy niña, apenas entiendo
qué es vivir; �pero comprendo
qué es sufrir! Quisiera hablaros
con el alma y consolaros. 550
(Piadosa.)
Mas tampoco sé explicarme.
EL ESCULTOR �Cómo podrás consolarme
bella niña, si el pesar
que sufro, nace de amar [87]
a quien nunca podrá amarme? 555
(Se pone el sol.)
ALMA �Y por qué no os ama, hermano?
�Porque sois de humilde cuna?
(Niega él con la cabeza.)
�Porque no tenéis fortuna?
(Niega también.)
�Quizás porque sois anciano
no acepta ya vuestra mano 560
la nueva amada que os dio
la amada que se murió?
(Niega también.)
EL ESCULTOR Soy noble, y rico, y pudiera
hacerme amar si quisiera...
No es esa la causa, no. 565
ALMA Bien al oíros se entiende
que como noble pensáis
y como prudente habláis...
mas si esa dicha depende
sólo de vos, me sorprende 570
no la queráis alcanzar...
Decís que no os podrá amar
y decís que si queréis,
haceros amar, podéis.
�Cómo este enigma aclarar? 575
EL ESCULTOR En verdad que eres aguda
más que a tus años conviene...
La vida misterios tiene
que ante ellos la razón duda
y el alma se queda muda... 580 [88]
Yo a tus puertas he llegado
y tú limosna me has dado
pensando que era un mendigo,
y traigo un caudal conmigo
que jamás nadie ha igualado. 585
(Saca un collar.)
Mira este collar de perlas...
Cada perla es un tesoro.
Mil veces su peso en oro
he pagado por tenerlas...
�No te da gozo de verlas? 590
(Mostrando una por una.)
Mira qué engarce más bello
(Se lo pone en el cuello a ALMA.)
Cada perla es un destello
de luz, que bajó a bañarse
al mar, a purificarse
para acercarse a tu cuello. 595
ALMA (Con sobresalto.)
Bellas vuestras perlas son
mas tomadlas, no las quiero
(Se quita el collar.)
A esas perlas yo prefiero
la paz de mi corazón.
 
(La escena queda casi a oscuras, gradualmente.)
 
EL ESCULTOR (Guarda las perlas y saca un grueso diamante.)
Mira este hermoso diamante 600
no hay en el mundo otro igual.
(En tono narrativo.)
�De noche... en un arenal
africano, un caminante
vio lucir su luz brillante [89]
como en el cielo una estrella! 605
Siguió de la luz la huella
y la luz ante él huía,
y él tras de la luz corría
hasta que al fin dio con ella.
Largo rato, embelesado 610
estuvo, en sus manos viendo
aquella piedra luciendo...
y como estaba rendido
luego se quedó dormido.
Cuando a poco en sueños vio 615
que del diamante salió
un espectro luminoso
que con acento imperioso
de esta manera le habló:
(Se levanta.)
�Yo soy el alma de un padre 620
que piensa en su hija amada.
Levántate que ya pronto
asoma la luz del alba.
Atraviesa este arenal,
sube a las altas montanas, 625
a las llanuras desciende,
recorre todas las playas,
navega en todos los mares,
entra en todas las moradas,
y por todas partes mira 630
si está mi hija adorada...
La has de conocer al punto:
su belleza es sobrehumana;
su rostro es el limpio espejo
en que su alma se retrata 635
y su alma es la más bella [90]
que en el mundo fue creada.
La has de conocer al punto
y al conocerla has de amarla.
Lleva contigo el diamante 640
donde oculta está mi alma
y pónselo sobre el pecho
a mi hija idolatrada.
(Se lo pone.)
Verás brillar con más fuerza
del diamante la luz clara... 645
Es que mi alma se alegra
brillando junto a su alma�.
ALMA (Se levanta, sin atreverse a mirar el diamante.)
�Señor! �Por qué este misterio?
�Quién sois? Decidme, �os lo pido!
EL ESCULTOR Un esclavo que ha sufrido 650
largo y duro cautiverio.
ALMA �Mas si sabéis donde está
mi padre, por qué calláis?
�Por qué así me atormentáis?
EL ESCULTOR Ten esperanza... El vendrá... 655
ALMA (Dirigiéndose a él ansiosa.)
No sabéis la pena cruel
que sufre mi pecho amante
siempre soñando, anhelante
en el padre amado... y él
jamás se acuerda de mí. 660
Muy niña me abandonó [91]
y acaso ya me olvidó...
Se fue muy lejos de aquí...
No sé adónde. �Oh! �Si volviera!
�Sí... volverá! Y al hallarle 665
con más pasión he de amarle
que si siempre le tuviera.
(Pausa.)
�Qué es un padre? No lo sé...
Sé que por él soy deudora
a Dios, del bien que atesora 670
mi alma, que obra suya fue.
(Enajenada.)
�Por qué en la angosta caverna
en que el alma esclava gime
nace esta luz que redime
y guía a la gloria eterna? 675
�Por qué en mi pecho mezquino
labrado de tosca arcilla
este amor tan puro brilla
como un destello divino?
�Y por qué en mi mente oscura 680
que llena de sombras siento
nace el claro pensamiento
que se remonta a la altura?
(Pausa.)
�Quién es mi padre? Lo ignoro,
mas sé que mi amor es suyo. 685
EL ESCULTOR (Marcando por primera vez su amor oculto.)
�No es de Aurelio el amor tuyo?
�No le amas?
ALMA                          Sí, le adoro...
Cada amor tiene su nombre [92]
Se ama a un padre, yo imagino
con algo de amor divino... 690
Y a un esposo como a un hombre.
Por Aurelio amor sentí
después de verle y hablarle,
y a mi padre empecé a amarle
de niña, y nunca le vi. 695
Mi padre me abandonó
sin que mi amor se entibiara...
�Y si Aurelio me dejara?
�Podría quererle yo?
Aurelio es como un hermano 700
con él me gusta jugar...
Por el jardín pasear
puesta mi mano en su mano...
y hacer con él travesuras...
y cantar con él canciones... 705
y hablar con él de ilusiones...
y soñar con él locuras...
Y mi padre... �qué sería?
(Infantil.)
�Dios mío! Si no lo sé.
�Cómo a mi padre amaré? 710
(Mirándole.)
�Sí, creo que le amaría
con religioso fervor,
como a un ángel que viniera
y del cielo me trajera
un mensaje del Señor! 715
EL ESCULTOR Yo tampoco sé, hija mía,
aunque mucho he meditado
sobre el amor, y aunque he amado [93]
mucho, qué amor le tendría
a una hija, si la hallase; 720
mas pienso que mi cariño
sería como el de un niño
que en su cuna despertase,
y al abrir los ojos viera
que su madre cariñosa 725
le contempla silenciosa
sentada a la cabecera...
(Se interrumpe exclamando.)
�Detrás del vivir soñado
viene el morir sin soñar!
�Ay de aquel, que al despertar 730
no tiene a su amor al lado!
(ALMA se acerca solícita.)
Mas yo no quiero un amor
que de mí se compadezca,
quiero que por mí padezca,
que sufra con mi dolor... 735
que vea en mí el mundo entero
como yo en él lo veré,
yo en él sólo pensaré;
que en mí solo piense, quiero.
(Pausa.)
�Cómo podré yo vivir 740
si está en brazos de otro dueño?
�Ni cómo turbar su ensueño
con ayes de mi sufrir...?
Tengo un solo corazón
y amo en una sola parte... 745
Ese amor que se comparte
es una triste ficción... [94]
ALMA (Con serenidad compasiva.)
Vuestro amor es egoísmo
y es locura y es pecado...
que al prójimo está mandado 750
amarle como a sí mismo...
Amar a todos debemos,
a cada cual a su modo,
y amar a Dios sobre todo
si el cielo ganar queremos. 755
Solo a Dios hay que adorarle
y el hombre que audaz pretende
igualársele, le ofende
pues sólo debe imitarle.
EL ESCULTOR Si yo a una hija encontrara 760
haría de ella un Dios...
Lejos del mundo los dos
�Quién nuestra dicha igualara?
Sus más pequeños antojos
cumplir �qué noble delicia! 765
�Sentir su suave caricia
y ver la gloria en sus ojos!
Contarle mis aventuras
del tiempo en que loco fui
y en que por loco sufrí 780
tan amargas desventuras...
y luego satisfacer
su inquieta curiosidad
mostrándole una verdad:
�la sola que hay que saber! 785
�Verdad que yo he descubierto!,
de los sabios ignorada... [95]
Verdad que hallé sepultada
en la arena del desierto.
(ALMA cubre el diamante con la mano.)
No es la verdad el diamante 790
también en él hay ficción;
un diamante es un carbón,
arena con luz brillante...
(Reanuda sus ideas.)
Esa verdad la diría
cuando en amor abrazadas 795
y a los espacios lanzadas
juntas su alma y la mía
fueran, y allá desde el cielo
vieran aquí a los humanos
cual enjambre de gusanos 800
que hormiguean por el suelo...
(ALMA retrocede.)
�Qué es el hombre? Un muladar
en donde cae una perla.
�Ay del que no sabe verla
y la deja mancillar! 805
�Amor! Eterna mentira,
sólo un amor me fue fiel:
el odio duro y cruel
que a mi alma el mundo inspira.
(Como corrigiéndose.)
Y este odio es amor santo 810
es la flor de la belleza
que sacude la impureza
que manchó su limpio manto.
�Ah! Si yo tuviera fe
también en Dios pensaría 815
y pensando en Él, vería [96]
con amor cuanto se ve...
Mas �dónde, en qué, mi amor fundo
si estoy con el cielo en guerra?
�Creando un Dios en la tierra, 820
para amar en él al mundo!
(ALMA que ha ido retrocediendo, se esconde cerrando la puerta diciendo:)
ALMA �La tentación!
EL ESCULTOR                         �Abre!
ALMA (Desde adentro.)        No.
EL ESCULTOR Abre. Te voy a decir
un secreto que al morir
tu madre me confió. 825
ALMA �Venid mañana de día!
EL ESCULTOR (Golpeando.)
�Abre!
ALMA              �Quién sois? Tengo miedo.
EL ESCULTOR Decirte quien soy no puedo...
(Golpea varias veces, y al fin se retira y se sienta en el banco.)
Si yo dijera: �Hija mía!
(Pausa.)
Nunca en mi vida he mentido 830
y hoy he mentido cobarde.
�Qué fuego es este que arde
en mi pecho dolorido [97]
ofuscándome el sentido?
�Es del alma un resplandor? 835
�Es de la carne un clamor?
�Quién conoce los linderos
que separan los senderos
de un amor y de otro amor?
 
(Pausa. Aparece una luz sobre el torreón donde antes estaba el sol poniente.)
 
(Levantándose.)
Veo una luz peregrina 840
que allá de lo alto desciende...
Luz que mi espíritu enciende
con una llama divina
que a los cielos me encamina.
 
(Se extingue la luz y aparece otra, sobre la gruta cerrada.)
 
Veo una luz fatua que yerra, 845
flor de un sepulcro que encierra
cenizas que yo adoré
y por esa flor iré
(Se acerca a la gruta.)
�a los centros de la tierra!
 
(Desaparece detrás de la gruta.)
 
Telón

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