1
Debemos a Allen W.
Phillips, además de su ya clásico libro
(Ramón López Velarde, el poeta y el
prosista, México, INBA, 1962), el
texto «Un poema de Ramón López Velarde»,
donde el crítico norteamericano observa en el «Mi
prima Águeda», «un tono
conversacional y un lenguaje en el que se mezcla, con la imagen
poética, un intencionado prosaísmo. Han desaparecido
del léxico las palabras prestigiosas de antaño, para
dejar lugar a un vocabulario en general cotidiano y alejado de todo
modernismo de escuela»
. En Cinco estudios sobre
literatura mexicana moderna, México, SEP,
Sep-setentas 133, 1974.
2
Gabriel Zaid, «Un amor imposible de López Velarde», Vuelta, n.º 110, enero de 1986, pp. 7-17.
3
«En Kierkegaard, en Kafka, en López
Velarde, el amor imposible se vuelve aún más moderno.
El trovador no es el personaje romántico que desafía
un No social para triunfar o para perderse diciendo No a la
sociedad. La realización de la pareja no es el
paraíso prohibido cuya negación provoca la auto
destrucción o la auto afirmación, porque el
protagonista se va a hacer méritos, hazañas,
posición, dinero; se va a tierras lejanas a matar dragones,
hacer la América, triunfar en la capital o sacar su
doctorado: a conquistar el mundo para ofrecérselo a su dama,
y volver por ella y merecerla, como en la Historia de un gran
amar de Jorge Negrete y Gloria Marín, y tantas
otras.
Ninguna prohibición impide la pareja en estos
escritores que mueren relativamente jóvenes y solteros
(1813-1855, 1833-1924,1888-1921). No se casan porque tienen que
escribir. El No de los trovadores modernos se vuelve íntimo,
vocacional. No es algo externo lo que impide la plena
realización de uno en la pareja: es la pareja la que impide
la plena realización de uno».
Gabriel Zaid,
«Un amor imposible...», p. 7.
4
Kierkegaard nace en 1813 y Regina diez años más tarde. El noviazgo comienza el 10 de septiembre de 1840, es decir, cuando Kierkegaard tiene 27 años de edad y Regina 17. Marguerite Grimault, Kierkegaard, p. 184.
5
Sören Kierkegaard, Diario de un seductor, Traducción de Valentín de Pedro, Barcelona, Editorial Fontamara, 1980, p. 13.