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El Mercurio galante

Pedro de Peralta y Barnuevo

PERSONAJES



MERCURIO.
UNA NÁYADE.
Cinco galanes.
Cinco damas.

Descúbrese el teatro, y aparece MERCURIO al compás de instrumentos, cantando.

MERCURIO

(Canta.)

    Yo, que del ínclito Jove
soy supremo embajador,
como diputado vengo
a que se celebre hoy,
y se habrá gustosa feria
5
en el comercio de amor.

(Recitado.)

Por lo que en sonoros, sublimes ecos
publica mi sacra, luminosa voz,
que los galanes las telas me compren,
con que el afecto se viste del esplendor.
10

(Desciende una NÁYADE por el lado de un monte.)

NÁYADE

(Canta.)

Hoy que Mercurio, entre gozos
y festiva aclamación,
hace la feria de amantes,
pechos que exhalan ardor,
las sacras, supremas diosas
15
me mandan venga veloz

(Recitado.)

a hacer de la gloria, que busca el deseo
de las damas que solicitan favor,
medianera que obligue a las dichas
ofrezcan al gusto rendida oblación.
20
MERCURIO
    Hermosa ninfa, que al monte
le formáis con tu presencia
de luces nueva eminencia,
de rayos nuevo horizonte:
    llevad mi acento divino,
25
informen sus suaves voces
en dulces ecos veloces
mi noble, sacro destino.
NÁYADE
    A asunto tan prodigioso
pronta llego a obedecer,
30
pues soy nuncia del placer,
y mensajera del gozo.

(Atraviesa el teatro poco a poco, cantando.)

    Ea, que gloria pregono
a precios de admiración,
que sólo el asombro puede
35
ser paga de su valor.

(Recitado.)

Y así en peregrino, ardientes afectos
ocurran las dichas a mi inspiración,
pues se vende un prodigio de ardores,
que ofrece a las damas mi sonora voz.
40
¿Quién llega a comprarme,
asunto de glorias, empeños de honor?
MERCURIO

(Canta.)

Ea, lleguen los galanes,
pero con tal condición
que, con el caudal del genio,
45
me han de comprar el primor;

(Recitado.)

que soy el nuncio feliz que publico,
en copia de luces la gala mejor,
y que, siendo de mi voz el influjo,
formará el acierto mi iluminación.
50
¿Quién compra, que vendo
géneros de lustre, telas de esplendor?

(Sale por el otro lado la NÁYADE, cantando.)

NÁYADE
¿Quién quiere comprarme
noticias de incendios, sucesos de ardor?

(Sale el GALÁN 1.º)

GALÁN 1.º
   Yo soy un hombre, Mercurio,
55
que a invenciones galanteo,
y hago en todas que me sirva
de voluntad el ingenio.
La ficción es mi tercera,
la ostentación, mi dinero,
60
mis dádivas la promesa,
y la mentira mi afecto.
Quiero una beldad creída,
y una confianza a buen precio.
MERCURIO
¿De qué nación es usted?
65
¿de qué provincia?
GALÁN 1.º
Quiteño.
MERCURIO
¿Quiteño? mucho negocio
que de sus trazas al miedo
se me espeluzan las alas,
y me tiembla el caduceo.
70
NÁYADE
Pues es muy hombre de bien.
GALÁN 1.º
¿De qué hace usted aspavientos?
MERCURIO

(Canta.)

Es que a usted no se puede
fiar lo que anhela,
pues de su empleo a todos
75
juega las piezas.

(Sale cantando la DAMA 1.ª)

DAMA 1.ª

(Canta.)

Yo soy, Mercurio, una dama
que a nadie rindo mi pecho,
plaza que el ruego no sitia,
ni la asalta el embeleco;
80
que, de los que ofrendas me hacen,
me refrescan los incendios
y, sin pegárseme el humo,
dejo arder el rendimiento.
MERCURIO

(Canta.)

Mucha mujer es usted.
85
Y pues ¿qué quiere?
DAMA 1.ª

(Canta.)

¿Qué quiero?
Un amor, cera y pabilo,
con un pecho al pensamiento.
    Que mandar a su modo un amante
es de un alma el donaire mayor,
90
porque así se mantiene constante
de sujeto más fino el ardor.
NÁYADE

(Canta.)

Sí, señor;
que es mucha razón
el que una hermosura
95
gobierne un amor.
MERCURIO

(Canta.)

    Mi reina, tener paciencia,
que en el reino de Cupido,
quien deje sin resistencias
gobernarse de potencia
100
no se halla por un sentido.

(Sale el GALÁN 2.º)

GALÁN 2.º
    Yo soy, amigo, un buen amante
que con buenas barras vengo;
y, aunque soy trampa adelante,
gasto sobre lo que espero.
105
Con lo blanco de la plata
cubro al corazón lo negro,
y equivoco lo perdido
del genio con el afecto.
Y, cueste lo que costare,
110
busco un amor de gran precio.
MERCURIO
¡Buen marchante! pero, diga,
¿qué oficio tiene?
GALÁN 2.º
Minero.
NÁYADE
Éste es buen metal de amor,
Mercurio, y es bien que, siendo
115
deidad azogue, le vayas
a recoger el afecto.
MERCURIO

(Canta.)

Buscarele una linda
que, con mi ciencia,
del buitrón de la bolsa
120
saque la pella.

(Sale DAMA 2.ª cantando.)

DAMA 2.ª

(Canta.)

Yo soy, volante deidad,
una dama, que no tengo
otro amor que el de mi gala,
siendo mi pompa mi anhelo.
125
El encaje es mi pasión,
el tisú mi devaneo,
las joyas son mis suspiros,
y la plata mis requiebros.
Busco amor que dé de sí
130
finezas de punto suelto,
y un pecho que esté a la mano,
aun más que a la flecha abierto.
    Porque estar sin ofrenda en el ara
es desaire del mismo esplendor,
135
y si pobres no brillan los cultos,
sólo es humo lo que hace el fervor.
NÁYADE

(Canta.)

Sí, señor;
que es mucha razón
que siempre en las aras
140
esté la oblación.
MERCURIO

(Canta.)

    Mi dueño, usted se despida;
pues lo que pide, es exceso,
que en mi tienda, aunque florida,
a beldad tan sin medida,
145
no hay amor de tanto peso.

(Sale el GALÁN 3.º)

GALÁN 3.º
Yo soy, Sacro Embajador
del Olimpo, un caballero
que de alta nobleza subo
todo aquello que desciendo,
150
y, siendo mis atenciones
cariños de privilegio,
quiero con ejecutorias,
y enamoro con abuelos.
Busco una beldad de lustre
155
que venga bien a mi genio,
y se pague con la gloria
de entroncarse con mi afecto.
MERCURIO
¿De dónde es usted, que aun tiene
con los dioses parentesco?
160
GALÁN 3.º
Soy de Pisco.
MERCURIO
En eso estaba.
NÁYADE
Es un personaje excelso
que a cualquiera linda hará
los primores caballeros.
MERCURIO

(Canta.)

    Mire que no son plazas
165
nuestras beldades que pretenda
llevarlas a fuego y sangre.

(Sale DAMA 3.ª, cantando.)

DAMA 3.ª

(Canta.)

    Yo, Mercurio, galante,
soy una dama que con modo esquivo
tanto con Venus privo
170
que sin mí no concede a pecho amante,
no otorga a las más altas perfecciones,
ni ella bellezas, ni Cupido harpones.
    Pregunto si tienes
porque me idolatren con cultos perenes,
175
porque me perfumen
cortinas que guarden, inciensos que ahumen.
NÁYADE

(Canta.)

    ¡Hay tal fantasía!
querer dios, que es dios,
meterse a divina,
180
sin más que «allá voy».
MERCURIO

(Canta.)

    A tantas grandezas
no tengo esplendor,
que a tantas bellezas
no se hallan finezas
185
en todo el amor.
No, no, no;
que cuando el primor
revienta de bello, se rompe el ardor.

(Sale el GALÁN 4.º)

GALÁN 4.º
Yo soy un hombre que vivo
190
todo dentro de mi pecho,
porque me quiero de amores
y para mí me pretendo.
Los encajes son mis ansias,
las cintas mis embelecos,
195
los brocados mis suspiros
y, en fin, la gala mi incendio.
Sin embargo, solicito
que, a título de lo bello,
me sirva alguna hermosura
200
de victoria, no de empleo.
MERCURIO
¡Fuego de amor en lo lindo!
¿De dónde es usted?
GALÁN 4.º
Limeño.
NÁYADE
A éste se le deben dar,
más que bellezas, espejos.
205
Mi dueño, recelo
que no hay en verdad
qué darle a su anhelo,
pues no hay en el cielo
tan grande deidad.
210

(Sale DAMA 4.ª cantando.)

DAMA 4.ª

(Canta.)

Yo, mi señor don Mercurio
soy de hermosura un portento,
y me quieren de tal data
que beben por mí los vientos.
Pendencias hay que se cruzan,
215
y toda me estoy hirviendo
de enamorados, de suerte
que no sé dónde ponerlos.
Mire usted, si entre sus cosas,
tiene algún género bueno
220
que sea rico, y algún
amor que tenga buen cuerpo.
MERCURIO
¡A fe que es discreta!
DAMA 4.ª
¡Y mucho!
NÁYADE
¡Lindo! ¿De dónde sale esto?
MERCURIO

(Canta.)

Mi señora, usted no viene
225
ahora del uso del cielo;
    porque allá entre los astros
no usan las damas
de claridades bobas
sino ajustadas.
230

(Sale el GALÁN 5.º)

GALÁN 5.º
Dios, diptongo de Mercurio
y Cupido, monstruo etéreo,
yo soy un pecho a la moda
que gasto sólo el buen genio;
y, sin querer las mujeres,
235
tas con tas adoro el sexo,
porque me entiendo por todas,
y por ninguna me quemo;
que envió de sayón el chiste,
tapado con un afecto;
240
y, suspirando en romances,
en redondillas me muero.
El calor de las razones
me sirve siempre de incendio,
y con el garbo y la copla
245
no he menester el dinero.
Busco de cualquier belleza
un generito ligero.
MERCURIO
Apuesto que le conozco;
¿y qué es usted?
GALÁN 5.º
Madrileño.
250
NÁYADE
Esto no sirve, Mercurio,
y así, que se vuelva fresco.
MERCURIO

(Canta.)

    Vaya, usted, y la feria
no me destruya,
pero con los tormentos
255
no muchas burlas.

(Sale DAMA 5.ª, cantando.)

DAMA 5.ª

(Canta.)

    Yo, correo divino,
soy dama de un afecto peregrino,
pues sólo en mi beldad sirven de norte
modos de discreción, genios de norte.
260
Porque sólo mi atenta beldad
del ingenio se forme el amor,
que se adora mejor la deidad
cuando el humo se exhala esplendor.
NÁYADE

(Canta.)

    A ésta no hay sino darle
265
devanadores
donde recoja el hilo
de las razones.
MERCURIO

(Canta.)

    Mire usted, que se pierde
que, aunque de fausto,
270
son de muy poca dura
los cortesanos.
Poco a poco mis señores.
GALÁN 1.º y
DAMA 1.ª
Acaba de despacharnos.
GALÁN 2.º y
DAMA 2.ª
Ea, que se va el afecto.
275
GALÁN 3.º y
DAMA 3.ª
Tenemos mucho que amar
GALÁN 4.º y
DAMA 4.ª
Que nos instan los incendios.
MERCURIO y
NÁYADE
Poco a poco mis señores.
GALÁN 5.º y
DAMA 5.ª
Que ya se van los deseos.
MERCURIO

(Canta.)

Pues, vayan llegando;
280
pues vayan cogiendo,
que irán muy casados
hoy con sus empleos.

(Todo se canta.)

    Que al quiteño se dé la tracista
es mucha razón.
285
NÁYADE
Sí, señor;
porque se hagan verdades opuestas,
ficción a ficción.
MERCURIO
Que la codiciosa se lleve al minero,
es mucha razón.
290

(La NÁYADE los coge de las manos y los va casando; primero con primera, y lo mismo con los demás.)

NÁYADE
Sí, señor;
que perdidos dos vicios se harán
una devoción.
MERCURIO
    Que la presumida se dé al linajudo,
es mucha razón.
295
NÁYADE
Sí, señor;
porque se hagan modestias,
blasón a blasón.
MERCURIO
    Que la mano dé al lindo la boba,
es mucha razón.
300
NÁYADE
Sí, señor;
porque dos boberías vencidas
se harán discreción.
MERCURIO
    Que al taimado se dé la discreta,
es mucha razón.
305
NÁYADE
Sí, señor;
pues, amándose dos libertades,
se harán sujeción.
TODOS

(Cantan.)

    Pues los vientos resuenen acentos
que celebren los triunfos de amor;
310
y, en concordes placeres amantes,
cada gozo se forme otro ardor;
que en efectos que adoran constantes,
aunque gocen, no cesa el fervor.