La crítica, salvo excepciones como Fernando Lázaro Carreter, trató bien el trabajo teatral de Pepe Rubianes: «La verdad es que he tenido bastante suerte, no he sido de los que han recibido palo. Los críticos importantes, por suerte, me han dejado bien» (Flaviá, 1997).

No solamente aburrido, pues Pepe Rubianes pensaba que «la televisión es una puñetera mierda y más con las prisas con las que se trabaja» (Flaviá, 1997). Sin embargo, solía encontrarse a gusto en la radio porque disfrutaba de más libertad y podía improvisar.

Su amigo y colega Joan Lluís Bozzo, en un artículo publicado el 28 de marzo de 2009, escribe que «su lenguaje escénico demostraba en todo momento su rechazo frontal y profundo, visceral e intelectual, a toda ideología que emanase de los Principios Fundamentales del Movimiento y a sus actuales derivaciones políticas más o menos democráticas» (www.ciatre.com). El propio Pepe Rubianes lo explicaba así: «A la derecha carca nunca le han gustado mis espectáculos, sobre todo por los temas que toco y por el lenguaje algo soez y blasfemo que utilizo. Pero el teatro es abierto y a quien no le guste que no vaya [...]. A lo largo de mi carrera he oído decir muchas veces a compañeros de profesión que lo ideal es gustar a todos, pero eso es imposible. Además, yo no quiero que los fachas vengan a verme» (2007:43).

Recordemos que los tópicos sobre las relaciones de pareja, y en paralelo al fenómeno de los monólogos cómicos, han dado lugar al lamentable éxito popular de Escenas de matrimonio. Surgió en la temporada 2002-2003 como sketches del programa de variedades Noche de fiesta, de José Luis Moreno, se llevó a los escenarios teatrales como Matrimoniadas: Hasta que la muerte nos separe entre las temporadas 2002-2006 y ahora se emite como serie televisiva que mantiene unos índices de audiencia capaces de evidenciar la permanencia del más casposo y previsible humor. El paso de una misma idea por diferentes formatos y medios puede ser un elemento de reflexión sobre la actualidad del mundo del espectáculo cómico, pero dudo que haya supuesto algún beneficio para el teatro al margen de la taquilla.