Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice


Abajo

El Premio Nobel y Juan Ramón

Ricardo Gullón





En el mundo vocinglero, problemático y arduo, de las letras, los ilustres varones de la Academia ele Suecia no han encontrado un escritor -poeta, novelista, dramaturgo, ensayista o siquiera memorialista afortunado- a quien discernir el Premio Nobel de Literatura y el sustancioso cheque adjunto. Así, después de Hermán Hesse, de Gabriela Mistral, de André Gide y de T. S. Eliot, este pequeño universo se ha quedado sin genios. Al menos sin genios identificables para el ojo pesimista de los cazadores de ballenas literarias en la Academia sueca. El novelista americano William Faulkner, el filósofo Benedetto Croce, y los demás propuestos, han parecido cetáceos de escasa envergadura.

Sin discutir las razones o sinrazones de esta extravagante decisión, convendría que los españoles pensáramos en la oportunidad de solicitar el Premio Nobel del próximo año para nuestro máximo poeta, Juan Ramón Jiménez, quien, como en este mismo número recuerda Ricardo Gullón, celebrará en 1950 el cincuentenario de sus primeros libros. No sería difícil conseguir que los países de Hispanoamérica se asociaran a esta petición -ella sola sería ya un homenaje colectivo de considerable importancia- en honor del genial poeta, cuya obra ha marcado con imborrable huella los caminos de la lírica española.





Indice